28 dic 2010

Elecciones en el once

2011: elecciones, partidos, Congreso/Jorge Alcocer V.
Reforma, 28 Dic. 10;
Hay quienes insisten en poner la mirada en 2012, como puerto de llegada de lo que consideran destino manifiesto, profecía por autocumplirse. Sin embargo, de lo que pase en el 2011 dependerá, en buena medida, la suerte de los aspirantes a la candidatura presidencial y los partidos políticos.
En el año que está por comenzar siete estados tendrán comicios locales. A finales de enero en Guerrero; BCS en febrero; Coahuila, Hidalgo, México y Nayarit el primer domingo de julio; la agenda electoral local concluirá en noviembre, en Michoacán. De las seis gubernaturas en disputa, tres están hoy (aunque en dos solo formalmente) en manos del PRD, y tres corresponden al PRI. Para el PAN no hay riesgo de pérdidas como las sufridas en años anteriores, aunque sus posibilidades de éxito dependen de las alianzas con el PRD en Coahuila, Nayarit y México, pues en Michoacán, como en Guerrero y BCS, la unión electoral entre azules y amarillos está fuera del escenario.
Será la elección de gobernador en el estado de México la que concentre la atención nacional pues, por razones objetivas y subjetivas, de su desarrollo y resultados dependerá el futuro inmediato del personaje al que desde hace meses los medios y las encuestas ubican como puntero en la carrera hacia la silla presidencial. Enrique Peña Nieto lo sabe; por ello decidió ganar tiempo mediante una reforma que acorta los periodos de precampaña y campaña, pero la medida ha terminado por beneficiar al PAN y al PRD, que gracias al gobernador mexiquense disponen de tiempo para desatar el nudo gordiano que frena su eventual alianza: ¿quién será su candidato?
Dado que la jornada electoral en Michoacán tendrá lugar hasta noviembre, los resultados de julio de 2011 se convertirán en obligados referentes para las decisiones que a partir de octubre, mes de inicio del proceso electoral federal, adopten los partidos con miras a la selección de candidatos presidenciales y la búsqueda de coaliciones. Ha sido el presidente Felipe Calderón quien abrió la puerta para lo que parecía imposible: una coalición PAN-PRD para 2012; lo hizo al incluir entre los escenarios a considerar la postulación por el PAN de un candidato no partidista, condición primera para poner sobre la mesa la alianza entre azules y amarillos.
Iniciado el proceso electoral, los partidos tendrán que definir el método para la selección de sus candidatos presidenciales ya que las precampañas darán inicio en la tercera semana de diciembre. La SCJN ha establecido el criterio de que si un partido tiene un solo precandidato, éste no podrá realizar actos de precampaña, ni ser promovido a través de la televisión y la radio. Para el PRI tal criterio planteará el dilema entre admitir la competencia interna o utilizar la conocida fórmula del "candidato de unidad". Lo primero es visto como un riesgo de división interna, pero lo segundo condenaría a su candidato presidencial al ostracismo durante más de cuatro meses. Encontrar el camino que permita la competencia y asegure la unidad será todo un reto para la nueva dirigencia del partido tricolor.
En enero el PRI inicia el proceso de renovación de sus dos principales dirigentes, que iniciarán su encargo el 4 de marzo. Despejado el camino para Humberto Moreira, queda por conocer el nombre de la mujer que habrá de ocupar el cargo de secretaria general. En el PRD, será hasta mediados de marzo cuando, en reunión de su Consejo Nacional, se defina al sucesor de Jesús Ortega. Si Lázaro Cárdenas Batel da su brazo a torcer, será el único aspirante, de lo contrario, se avecina una más de las guerras floridas en el territorio del sol azteca.
El Congreso de la Unión tendrá periodo de sesiones de febrero a abril, con una agenda inmediata cargada de pendientes. En San Lázaro, la elección de los tres consejeros del IFE; en el Senado del ministro de la SCJN, con base en la nueva terna que envíe el Ejecutivo. De no haber acuerdo en Xicoténcatl, Felipe Calderón quedará en libertad para designar, de entre sus tres propuestas, al nuevo ministro. También está pendiente la elección de dos integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH, que cobra inédita relevancia a la luz de la reforma constitucional en curso, a la que me referí la semana pasada. De otros pendientes hablamos en enero.

Los niños que maltratan a sus padres

Los niños que maltratan a sus padres/Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría

EL MUNDO, 29/10/10;

El pequeño tirano es un niño que maltrata a sus padres y destroza la armonía familiar. Se trata de una persona conflictiva, agresiva, difícil, violenta, salvaje, que se convierte en un dictador y que distorsiona todo el ambiente en donde vive.
Con la proliferación en los últimos años de familias desestructuradas, cada vez se observan más conductas de este tipo. La falta de unos criterios educativos claros, la permisividad, el abandono de unos esquemas positivos de pedagogía y de unos ejemplos familiares coherentes y atractivos traen esos resultados.
¿Por dónde debemos empezar la educación? Educar es seducir con modelos positivos, sanos, atractivos, sugerentes, que tiran, que empujan en esa dirección. Voy a exponer dos casos clínicos recientes que he visto en mi consulta y que pueden ser ilustrativos. El primero se refiere a un niño de ocho años, el mayor de una familia de tres que según dicen los padres en la primera entrevista que tienen conmigo tiene las siguientes conductas: es un niño inquieto, nervioso, hiperactivo, distraído, con una tendencia a hacer siempre su voluntad, muy caprichoso, que permanentemente altera la vida de la familia y que no obedece, come cuando quiere y sólo toma lo que le apetece (yogures y flanes), no hace los deberes, deja las cosas tiradas… Se mete con sus hermanos de una forma agresiva, incisiva. Y la ultima fechoría ha sido dejar encerrado durante una hora a su hermano de tres años, en una pequeña habitación que tienen en casa, porque «le apetecía hacerlo, por divertirse y ver cómo lloraba»…
El niño vino más tarde a la consulta para empezar un tratamiento. Después se negó a venir a otras entrevistas clínicas, montando un numerito y una rabieta enorme en el momento de venir a revisión. No obstante, hemos conseguido que vuelva y contra viento y marea realmente ha tenido una cierta mejoría.
El segundo caso tiene un perfil relativamente distinto. Se trata de un niño de 12 años hijo de padres separados, el mayor de tres hermanos, que desde los 7 años tiene un comportamiento de difícil manejo para la familia.
Éste es el relato que nos ofrece su madre: «Desde los siete u ocho años, la convivencia con mi hijo me resulta imposible, se ha convertido en el centro de atención de la casa y todos dependemos de él. Yo creía que lo más importante era que a mis hijos no les faltara nada, regalos, juguetes y por supuesto estar siempre pendiente de darle lo mejor… Ha llegado un momento en que cuando me pide algo se lo tengo que comprar enseguida porque si no grita, chilla, rompe objetos de la casa o pega a sus hermanos. Hay días en que no quiere ir al colegio porque no le apetece y sólo quiere jugar con un videojuego… Insulta a su abuela, mi madre, y con frecuencia hace cosas muy duras para nosotros: abre los grifos para que se inunde la casa, pega a sus hermanos, rompe los cuadernos del colegio -suyos y de sus hermanos-, tira cosas por la ventana… Su habitación, que la tiene para él solo, es una auténtica leonera: no se puede entrar, deja las cosas tiradas… Yo hasta ahora se lo ordenaba y se lo ponía en su sitio. En el último año el fracaso escolar es total, en clase no presta atención y se ha unido a los dos o tres compañeros que sacan peores notas y tienen peor conducta. Parece como si disfrutara haciendo daño o tuviera una forma de divertirse en donde necesita hacer cosas que perjudican a los demás. Le repito una y otra vez que se porte bien, que trate mejor a sus hermanos… Pero todo es imposible. Su padre se lo consiente todo y cada vez que viene a verle le trae un regalo nuevo y dice que con él se porta bien. Pero el padre sólo está a su lado como de visita. Se limita a llevarle al cine, o a comer, y le quita importancia a cualquier cosa negativa. Últimamente en la urbanización donde vivimos ha pinchado las ruedas de las bicicletas que están aparcadas a la entrada. Miente mucho; deforma los hechos y tiende a echar la culpa siempre a sus hermanos o a alguien que esté cerca. Estoy desesperada y no sé qué hacer. Tengo mucha ansiedad y esto me desborda».
Estamos ante dos ejemplos claros en donde hay que tomar partido e intentar enfocar el problema para diseñar una estrategia psicológica. Son varios los apartados a seguir. En primer lugar, las pautas de conducta que deben observar los padres a la hora de tratar a su hijo.
Ante todo, en las primeras entrevistas con los padres es importante hacer un rastreo psicológico del pequeño emperador. Primero, las principales áreas de conflicto de ese niño, clasificadas de más a menos importante. Segundo, ¿qué quitarían y qué añadirían, con máxima concreción, a la conducta de su hijo para que fuera mejor? Tercero, ¿qué errores educativos creen los padres que han tenido con este hijo, según su propia opinión? Cuarto, lista de posibles premios y castigos, para emplearlos con respecto a ese hijo, según mejore o empeore su forma de actuación.
Insisto en que la terapia empieza por los padres y voy a señalar algunas sugerencias generales en este sentido. Es necesario evitar que haya disparidad de criterios en la educación de ese hijo. Buscar unos patrones similares es empezar el edificio por sus cimientos. No menos importantes es impedir, radicalmente, que uno sea muy duro -generalmente la madre, porque es la que suele estar más tiempo con el hijo- y otro muy blando (permisivo y con tendencia permanente a conceder caprichos).
Es también conveniente no repetir machaconamente los mismos mensajes al hijo: «Pórtate bien, obedece, haz lo que se te dice…». Existe en psicología lo que se llama la ley estímulo-respuesta, que dice así: la repetición excesiva y cansina del mismo mensaje, por agotamiento, produce el efecto contrario del que se pretende.
Otro factor importante es saber administrar inteligentemente las compras, regalos, caprichos… Debe tirarse a la baja, porque de un niño muy regalado y consentido no se pueden esperar muchos esfuerzos. A los padres debe explicárseles la importancia del binomio premio y castigo: premios pequeños y concretos y castigos firmes y sin violencia. Esto es lo que hace la vida con nosotros: nos premia y nos castiga según nuestra trayectoria personal.
En esta línea, los padres también han de aprender a motivar a sus hijos en el ámbito de la voluntad, pieza esencial en el proceso educativo, y hacerlo mediante una especie de tabla de ejercicios: la costumbre de vencer en lo pequeño.
Muchos padres tienen el síndrome de burnout, de estar quemados: su estado de agotamiento es enorme y han arrojado la toalla por la dureza del guión. En esos casos, ante la grave distorsión de la vida familiar, puede ser bueno un cambio de ambiente y que el niño vaya a vivir con una familia de confianza que le inculque disciplina. Si esto no es posible, se le puede enviar a un internado estricto.
Debemos exponerles a los padres que si su hijo no recibe ningún tipo de terapia, por los motivos que fuera, sería como si estuviera en la selva, asilvestrado. Muchos de estos niños desarrollan ya en la adolescencia y primera juventud lo que hoy llamamos un trastorno de la personalidad, que suele tener dos notas: límite (o borderline: impulsividad, agresividad, inestabilidad emocional, conductas de riesgo para su vida, etcétera) e histriónico (necesidad de llamar la atención, comportamientos dramáticos…).
En un alto porcentaje de casos, es necesaria la administración de medicación, que controla y frena la impulsividad y la agresividad. Es importante y si los padres se resisten, hay que convencerlos con argumentos.
Hasta aquí las pautas que deben observar los padres. El resto de miembros de la familia -hermanos, abuelos u otras personas cercanas- también han de saber cómo frenar la tendencia que tienen esos niños a la manipulación, a llevar siempre la razón y a darle la vuelta a los argumentaos a su favor de forma sibilina e insidiosa. Avancemos ahora hacia la tercera etapa del tratamiento, la terapia con el niño delante: que el niño venga a la consulta y que el psiquiatra y el psicólogo sean capaces de tener un contacto relativamente bueno con él, cosa que en general suele ser bastante difícil. ¿Por qué? El niño no quiere venir; no tiene conciencia de lo que le pasa y si la tiene le quita importancia; no suele aceptar que se le hagan preguntas o exploraciones psicológicas o tests; no colabora en el diálogo ni en la entrevista.
Es clave intentar hacerse con él, con una mezcla de afecto, simpatía y disciplina; darle unas pautas en primera persona y que él vaya tomando nota en una agenda, para que pueda leerla con alguna frecuencia; explicarle en qué cosas está mal su comportamiento y por qué debe corregirlo; enseñarle a obedecer a la segunda -dando por sentado que obedecer a la primera resulta casi imposible-. Es esencial hacerle ver que tiene que respetar las normas del hogar, y cortar esa rebela que le hace tanto daño a su familia y a él mismo. Eso se refiere a las horas de comidas, del baño, de dormir, al orden en su habitación, a dejar las cosas en su sitio…
El niño debe cobrar conciencia de que no puede manipular su ambiente. Esto significa renunciar a la costumbre de conseguir todo lo que quiere y ponerse agresivo y violento si no se lo dan, utilizando palabras duras y descalificando a sus padres. El niño tiene que aprender a soportar pequeñas frustraciones que le ayudarán a ser mejor. Debe aprender igualmente a aceptar que sus padres le digan que no, a controlar su lenguaje (a menudo plagado de insultos, groserías, tacos y descalificativos hacia unos y otros).
La generosidad es otra lección valiosa para el niño, que debe aprender a compartir las cosas con sus hermanos. Aprovechar el tiempo si hay fracaso escolar, haciendo los deberes, no es una costumbre menos importante de incorporar.
Debe procurarse que el niño comprenda que tiene un fondo dañino, negativo, y que sus padres están sufriendo mucho por ello.
Conviene tener una valoración semanal de este programa de conducta, hablando con el niño acerca de las cosas en que ha mejorado, en cuáles sigue igual y en cuáles ha ido a peor.
El cuarto apartado del tratamiento es el que atañe a los tutores y profesores más destacados del colegio. Es importante ver la información que nos dan en la escuela, lugar donde el niño pasa tantas horas al día. ¿Cómo es su comportamiento en clase? ¿Cómo es su relación con sus compañeros? ¿Cómo acepta la pedagogía colectiva?
Hacerle ver a los padres la diferencia entre metas y objetivos se trata de una tarea apasionante y compleja. La meta es que el niño vaya curándose de esta patología que tiene. Esto es muy general y demasiado amplio. Por el contrario, los objetivos son mensurables y concretos, y van en la línea de lo apuntado en el programa de comportamiento.
La personalidad de un niño y de un adolescente es un trípode con tres vertientes: un tercio es la herencia (el código genético), otro tercio es el ambiente (las influencias del entorno), y el último es historia personal, que al ser niño todavía tiene muy poco calado.
Curar a un niño tirano es una tarea de artesanía psicológica. Es necesaria la experiencia clínica y la paciencia que dan los años.

Los hispanos alteran el mapa electoral

Los latinos, con tradición de voto demócrata, crecen en Estados republicanos

DAVID ALANDETE - Washington - EP 28/12/2010
El nuevo censo de EE UU, cuyos resultados se conocieron hace unos días y que sirve de guía para remodelar los distritos electorales del país, debería poder calificarse como una buena noticia para los republicanos. Al fin y al cabo, las cifras demográficas del Gobierno, publicadas una sola ocasión por década, atestiguan el crecimiento de Estados sólidamente conservadores, como Tejas o Arizona. Los republicanos, sin embargo, han acogido los nuevos datos con recelo. El censo demuestra que el crecimiento de la población de esos Estados obedece, realmente, al formidable avance de la comunidad hispana, que según las encuestas es un voto tradicionalmente fiel al Partido Demócrata.
Del censo depende la composición de la Cámara de Representantes, una de las dos ramas del Congreso, que cuenta con 435 miembros. Este año, el Gobierno autorizará que Tejas sume cuatro congresistas y Florida, dos. Arizona y Nevada, entre otros, sumarán uno. Pero según ha demostrado otra encuesta oficial reciente, la American Community Survey, ese crecimiento demográfico puede traducirse, a lo largo del tiempo, en un resurgimiento del Partido Demócrata en el sur y el oeste, porque esos Estados se expanden principalmente, al igual que el resto de EE UU, en número de ciudadanos latinos.
En las elecciones legislativas de noviembre, en las que los republicanos recuperaron el control de la Cámara en el Congreso y clamaron victoria política, los hispanos votaron por candidatos demócratas en un 60%, según una encuesta del centro Pew. En 2008, un 67% de los hispanos de Estados Unidos votó a favor de Barack Obama. Los analistas, en Washington, consideran poco probable que esa preferencia de los latinos por los demócratas cambie si los republicanos siguen oponiéndose a medidas de reforma migratoria tan modestas como la ley Dream Act.
El Senado, gracias a la bancada republicana, rechazó esa propuesta el pasado 18 de diciembre. En trámites parlamentarios desde 2001, hubiera concedido residencia a los jóvenes sin papeles que llegaron a EE UU en su infancia y que hayan cursado allí estudios de Secundaria. A esos inmigrantes se les concedería la residencia permanente si se graduaran en una universidad o prestaran dos años de servicio en el Ejército. Las organizaciones hispanas de EE UU calculan que se podrían beneficiar de esa regularización 500.000 de los 12 millones de indocumentados del país.
Los republicanos se opusieron a su aprobación y Obama respondió, en rueda de prensa, que de todas sus gestiones legislativas, esa era su "mayor decepción". Los medios nacionales comenzaron entonces a preguntarse por la relación de los conservadores con una minoría que está cambiando el panorama político del país. "¿Se arriesgan los republicanos a ignorar a los latinos?", se preguntaba la cadena CBS. "¿Está creciendo el distanciamiento entre los republicanos y los latinos?", escribía la revista The Atlantic. "La comunidad latina recordará durante generaciones los votos que recibió el Dream Act", dijo tras la votación en el Senado la presidenta de la agrupación Consejo Nacional de la Raza, Janet Murguía. "Se trata de una elección muy simple: o bien nuestros senadores están del lado de los niños inocentes o bien no lo están. Los latinos, el sector más pujante del electorado, recordarán exactamente de qué lado se pusieron los senadores".
El crecimiento de los latinos en el sur y el oeste significa que la pérdida de peso demográfico de los Estados del norte de la costa atlántica y del medio oeste no es, a largo plazo, tan nociva para los demócratas. En virtud de los datos del nuevo censo, pierden peso en la Cámara bastiones demócratas como Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Pensilvania o Illinois.

Las caricaturas de Mahoma

Las caricaturas de Mahoma

Siria alentó el ataque a las embajadas por las caricaturas de Mahoma

El primer ministro dio instrucciones al gran muftí para que los imanes caldearan las protestas.- El régimen usó los disturbios para legitimarse

MAITE RICO - Madrid - 27/12/2010
El régimen sirio -orgullosamente nacionalista y laico- alentó los ataques islamistas contra varias embajadas occidentales por la publicación, en el diario danés Jyllands-Posten, de una docena de caricaturas de Mahoma. Así se desprende de los cables enviados por la Embajada de EE UU en Damasco. Las violentas protestas sacudieron la capital siria el 4 de febrero de 2006. Días antes, el Gobierno maniobró para que los imanes caldearan el ambiente con sus prédicas. Durante la manifestación, la inacción policial permitió la destrucción de las Embajadas de Noruega, Dinamarca, Suecia y Chile. Según los cables, la jugada tenía un doble objetivo. Ante Occidente, el Gobierno sirio justificaría la ausencia de libertades como "único freno" a los islamistas. Ante los musulmanes, Damasco emergería como protector de la dignidad religiosa.
Los informes estadounidenses aportan nuevos elementos sobre las manipulaciones políticas que espolearon aquellas protestas, que incendiaron una veintena de países musulmanes a principios de 2006 y que dejaron medio centenar de muertos.
En el caso de Siria, la estrategia fue cuidadosamente calculada, a tenor del testimonio que un influyente religioso suní brinda al encargado de Negocios estadounidense, Stephen Seche, el 6 de febrero de 2006. Días antes de los incidentes, explica, "el primer ministro [Mohamed] Naji al Otari ordenó al gran muftí [máxima autoridad religiosa] que diera directrices muy duras a los imanes que predicaban el viernes en las mezquitas de Damasco, sin fijar ningún límite al tipo de lenguaje que debían emplear". "El muftí, jeque Hasún, cumplió la orden".
Aquel viernes, 2 de febrero, las condenas a las caricaturas y a los Gobiernos nórdicos retumbaron en las mezquitas damascenas. El sábado 3, la plaza Al Rawda, "área de seguridad" donde están las principales embajadas, apareció sembrada de gigantescas pancartas religiosas, algo impensable sin el respaldo de las autoridades. El día 4, Damasco fue escenario "de los peores disturbios de los que se tenga reciente memoria".
La embajada describe la quema de la legación noruega y la destrucción del edificio que albergaba las sedes de Dinamarca, Chile y Suecia. "Cuando preguntamos cómo es que el Gobierno había fracasado tan miserablemente en proteger las instalaciones diplomáticas", escribe Stephen Seche, el jefe de protocolo sirio "minimizó los daños" y alegó que el Gobierno "no esperaba las protestas ese día".
Disturbios que benefician
Las fuentes sondeadas por la embajada son unánimes. El Gobierno estaba detrás de lo ocurrido: hablan del "sermón" escrito en los despachos oficiales, de convocatorias vía sms, de autobuses cargados de manifestantes... Es probable, conceden los diplomáticos estadounidenses, que la protesta se saliera de control. Pero "el régimen de minoría alauí parece haberse beneficiado de los disturbios, aumentando su legitimidad". Por un lado, "permitió que los suníes descargaran su ira" en un asunto "visceral y populista", apareciendo como el "defensor de la dignidad islámica". Por otro, las protestas reforzaron el mensaje "recurrente" del régimen sirio a la comunidad internacional: "Esto es lo que ocurrirá si permitimos una verdadera democracia y los islamistas llegan al poder".
En manos del partido Baaz desde 1963 -y de la familia El Asad desde 1970-, el Gobierno, dice otro cable de abril de 2006, "juega con el tema del islam con una estrategia diseñada para apuntalar el régimen". Hace concesiones, como permitir la apertura de tres bancos islámicos o aprobar la sharía (ley islámica) en la Universidad de Alepo, y al mismo tiempo restringe las actividades de los radicales, sobre todo, los Hermanos Musulmanes. Para ello cuenta con el gran muftí, el moderado Ahmed Hasún. "Algunos contactos creen que el régimen está jugando con fuego. Pero hasta ahora parece que mantiene el control", señala la embajada.
EE UU siguió de cerca las protestas desatadas por las caricaturas, que el Jyllands-Posten publicó en septiembre de 2005 en respuesta a varios casos de autocensura registrados en Europa frente al extremismo islamista. "Hay que destacar que las protestas a gran escala no comenzaron hasta febrero de 2006, cuatro meses después de la aparición de los dibujos", señala el Departamento de Estado en enero de 2008.
A este hecho no es ajena la campaña emprendida por varios imanes daneses, miembros de la Sociedad de la Fe Islámica, que presentaron un informe que tergiversaba los hechos e incluía unos dibujos apócrifos, extremadamente ofensivos, que nunca habían sido publicados por la prensa danesa. Los imanes recorrieron varios países y presentaron el documento en la Conferencia Islámica celebrada en La Meca en diciembre de 2005. Un mes después, comenzaron los disturbios.
Catalizador de otros choques
Los cables de diversas embajadas de EE UU dejan patente la influencia de otros factores: desde la participación de "políticos oportunistas", enemigos del general Pervez Musharraf, en las movilizaciones registradas en Pakistán, hasta el uso del conflicto como "catalizador" de las pugnas internas en Nigeria. O bien los ataques que sufrió el muftí de Rumanía de los diplomáticos y patrocinadores saudíes por "llamar a la calma" a su comunidad (100.000 musulmanes) en lugar de "incitarla a ser más activa en las protestas".
La inquietud estadounidense se refleja en un cable de la Embajada en Copenhague de septiembre de 2006, primer aniversario de la publicación de los dibujos. Enterado de que el Jyllands-Posten está pensando reeditarlas, el embajador, James Cain, llama alarmado a Bo Lidegaard, consejero de seguridad nacional del entonces presidente, Anders Fogh Rasmussen. Lidegaard, que no estaba al corriente, considera que es algo irresponsable, pero dice que el Gobierno no va a intervenir y advierte a Cain contra cualquier intento de influir en el periódico. Finalmente, el atribulado embajador llama al Posten, donde le aclaran que han descartado la idea por poco "aconsejable". Cain se muestra aliviado, pero reprueba la visión del Gobierno danés "sobre la absoluta primacía de la libertad de expresión"

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