El sueño de todo Carnaval/Manuel Mandianes es antropólogo del CSIC, escritor y teólogo. Autor del blog: diario nihilista. Su último libro, Viaxe sen retorno.
El Mundo | 17 de febrero de 2015
Los orígenes del Carnaval, según sus más grandes
estudiosos, son tan antiguos como el culto a los muertos. ¿Cuando comenzaron
los hombres a rendir culto a los muertos? Seguramente en cuanto empezaron a
realizar acciones humanas. Se puede hacer un estudio sobre el origen histórico
de los elementos de las máscaras, se pueden datar los orígenes del Carnaval de
tal o cual ciudad, pero eso no dilucida el origen del Carnaval en sí. El
significado y el sentido de todos los carnavales es el mismo, aunque los modos y
la manera de celebrarlo sean propios de cada lugar en donde se hace el
Carnaval.
Sólo se logrará rastrear el sentido profundo del Carnaval
si lo situamos dentro del ciclo anual y para ello hay que romper los límites
marcados por el calendario actual y retrotraerse a los calendarios agrícolas
lunares. El Carnaval es anterior a los calendarios actuales y originarios de un
momento en que el tiempo se contaba por cuarentenas, siguiendo las fases de la
luna. Por eso, como buena parte de fiestas importantes litúrgicas, el Carnaval
es una celebración movible. Existe la creencia de que la luna crea el tiempo,
porque varía y aparece como su primera medida, y denota perfección. El origen
de esta creencia podría ser el mismo texto del Génesis; 1, 14-19 que dice: «El cuarto
día Dios crió los dos luceros mayores: el grande, el sol, para iluminar el día
y el pequeño, la luna, para iluminar la noche».