Texcaltitlán explotó tras siete años de vejaciones de La Familia
El grupo criminal comenzó hace siete años a pedir “coperacha” para brindar seguridad a comerciantes y, poco a poco, elevó los “impuestos” a casi todos los giros.
Reportaje de Óscar Balderas/
Milenio, Texcaltitlán, Estado de México / 22.12.2023
Hace siete años, en Texcaltitlán, Estado de México, aparecieron las primeras señales de que el crimen organizado había llegado al pueblo.
Eran papeles blancos del tamaño de un billete doblado que muchachos menores de 18 años entregaron a vendedores del tianguis tradicional El Tixca para avisarles que La Nueva Familia Michoacana requería una “cooperación” para vigilar la periferia del municipio de otro supuesto cártel que llegaba desde Guerrero.
Cuatro habitantes del municipio contaron a MILENIO, bajo condición de anonimato, que dos pequeños sellos en esos papeles con un teléfono celular al que debían llamar para pactar con esa “nueva” organización criminal y que años después se volverían los símbolos del terror en Texcaltitlán y alrededores del sur del Estado de México: un pez y una fresa, en alusión a los apodos de dos hermanos, los Hurtado Olascoaga, quienes se erigían como los continuadores del trabajo criminal que empezó a principio de este siglo Nazario Moreno González, alias San Nazario o El Más Loco.