26 jul 2006

Texto de Michael Walzer

¿Hasta qué punto debe mostrarse agresivo Israel?/Michael Walzer, colaborador y codirector de The New Republic
Israel se encuentra en estos momentos en guerra con un enemigo cuya hostilidad es extrema, explícita e incontenible, y está guiada por una ideología de odio religioso. Pero se trata de un enemigo que no dispone de ejército; que carece de estructura institucional y de una cadena de mando visible; que no reconoce el principio legal y ético de inmunidad de los no combatientes; y que, de hecho, no admite ninguna regla de combate. ¿Cómo puede uno -cómo puede cualquiera- luchar contra un enemigo así? No puedo tratar temas como la estrategia y las tácticas de una lucha semejante. Cómo asestar un golpe efectivo, cómo evitar una escalada peligrosa, son cuestiones importantes, pero no de mi incumbencia. La cuestión que yo quiero abordar tiene que ver con la moralidad y la política.

La parte fácil de la respuesta es decir lo que en justicia no se puede hacer. No puede haber ataques directos contra objetivos civiles (aunque el enemigo no crea en la existencia de civiles), y este principio constituye también una importante limitación para los ataques contra infraestructuras económicas. Cuando escribí sobre la primera guerra de Irak, en 1991, alegué que la decisión estadounidense de atacar “sistemas de comunicación y transporte, instalaciones de suministro eléctrico, edificios gubernamentales de cualquier tipo, estaciones de bombeo de agua y plantas purificadoras” era un error. “El seleccionar determinadas infraestructuras como blanco es fácil de justificar: los puentes por los que se transportan las provisiones al ejército en el campo de batalla son un claro ejemplo. Pero la electricidad y el agua… son equiparables a la comida: ambas son necesarias para la supervivencia y la actividad cotidiana de las tropas, pero son igualmente necesarias para todos los demás. Atacarlas supone un ataque contra la sociedad civil… Son las consecuencias militares, si es que las hay, las que son colaterales”. Este razonamiento tenía y tiene carácter general; es claramente válido para los ataques israelíes contra las estaciones de suministro eléctrico en Gaza y Líbano.

El argumento es, en este caso, prudencial y ético a la vez. Al reducir la calidad de vida en Gaza, ya de por sí baja, se pretende presionar a los responsables políticos de los habitantes de esta zona de forma que los mismos, se espera, arremetan contra las fuerzas ocultas que atacan a Israel. En Líbano, en donde dichas fuerzas no están tan ocultas, se ha aplicado la misma lógica. Sólo que nadie asume la responsabilidad en ninguno de los dos casos o, mejor dicho, aquellos que podrían asumirla optaron hace mucho tiempo por no hacerlo. Los líderes del Estado soberano de Líbano aseguran que carecen de control sobre la parte sur del país y, lo que es aún más sorprendente, que no tienen obligación alguna de ejercerlo. Aun así, es poco probable que los ciudadanos palestinos atribuyan la responsabilidad de su destino a alguien que no sean los israelíes y, aunque los libaneses tendrán más discernimiento, gran parte de la culpa seguirá recayendo en Israel. Hamás y Hezbolá se nutren del sufrimiento que sus actividades provocan, y una respuesta israelí que no hace sino aumentar este sufrimiento sólo les dará más alas.
¿Qué puede hacer Israel entonces? Uno de los principios importantes de la teoría sobre la guerra justa es que si bien la justicia puede descartar muchas modalidades de enfrentamiento, no puede descartar el enfrentamiento en sí, ya que éste es en ocasiones necesario tanto desde un punto de vista ético como político. La respuesta militar a la captura de tres soldados israelíes no era, literalmente, necesaria; en el pasado Israel ha optado por negociar en lugar de luchar y luego ha intercambiado prisioneros. Ahora bien, puesto que Hamás y Hezbolá describen dichas capturas como operaciones militares legítimas -actos de guerra-, difícilmente pueden alegar que los actos de guerra cometidos en respuesta sean ilegales. Las nuevas acciones tienen que ser proporcionadas, pero dado que el objetivo de Israel es impedir futuras incursiones, además de rescatar a los soldados, la proporcionalidad no sólo debe medirse en relación con lo que Hamás y Hezbolá ya han hecho, sino también conaquello que intentan hacer (y ambas dicen que están haciendo).

El objetivo israelí más importante tanto en el norte como en el sur es prevenir los ataques con cohetes contra su población civil, y, en este sentido, su respuesta claramente satisface el requisito de la necesidad. El fin primordial de cualquier Estado es defender la vida de sus ciudadanos; ningún Estado puede tolerar ataques indiscriminados con cohetes contra sus pueblos y ciudades. Desde que Israel se retiró del norte de Gaza hace un año se han disparado 700 cohetes desde esa zona; imaginemos la respuesta estadounidense si se lanzase un número similar de proyectiles sobre Buffalo y Detroit desde una tierra de nadie canadiense. Da igual que los cohetes arrojados desde Gaza apenas hayan causado daños; la intención con la que se dispara cada uno de ellos es destruir alguna casa o colegio y, tarde o temprano, dicha intención se verá materializada. Israel ha esperado durante mucho tiempo que tanto la Autoridad Palestina como el Gobierno libanés se ocupen del lanzamiento de cohetes desde Gaza y del incremento de estas armas en la frontera libanesa. En este último caso esperaba también la intervención de la ONU, que tiene desplegada una fuerza en el sur de Líbano encargada de “restaurar la paz y la seguridad internacionales”, pero que no obstante ha asistido al despliegue de miles de cohetes sin hacer nada al respecto. Hace un par de años, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución en la que exigía el desarme de Hezbolá; es de suponer que sus tropas se habrán percatado de que esto no ha sucedido. Ahora Israel ha decidido con razón que no tiene más remedio que sacar los cohetes él mismo. Sólo que, una vez más, ¿cómo puede hacerlo?
El argumento crucial es el uso palestino de escudos humanos. Los filósofos académicos han escrito largo y tendido sobre estos “escudos inocentes”, ya que estos hombres y mujeres explotados de forma radical (pero puede que, en ocasiones, con su consentimiento) plantean un dilema que pone a prueba la habilidad dialéctica de los filósofos. A los soldados israelíes no se les exige tener dotes dialécticas, pero, por un lado, se supone que deben hacer todo cuanto esté en su mano para prevenir la muerte de civiles, y, por otro, se espera que luchen contra un enemigo que se esconde detrás de civiles. Así que (citando una famosa frase de Trotski), aunque puede que a ellos no les interese la dialéctica, la dialéctica sí que está interesada en ellos.
No hay una solución palmaria para su dilema. Cuando los militantes palestinos lanzan ataques con cohetes desde zonas civiles, ellos, y sólo ellos, son los responsables de la muerte de civiles que causa el contraataque israelí. Pero (prosigue el enfrentamiento dialéctico) a los soldados israelíes se les exige que apunten con la mayor precisión posible a los militantes, que asuman riesgos para poder hacerlo y que suspendan los contraataques que puedan acarrear la muerte de un gran número de civiles. Esta última exigencia supone que, en algunas ocasiones, la utilización de escudos humanos por parte de los palestinos, aunque sea una forma cruel e inmoral de luchar, también es efectiva. Funciona porque para los israelíes es éticamente correcto y a la vez políticamente inteligente el minimizar -y hacer ver que minimizan- las bajas civiles. No obstante, minimizar no significa evitar por completo: la población civil seguirá sufriendo en tanto en cuanto el lado palestino (o el lado libanés) no adopte medidas para poner fin a los ataques con cohetes. Desde ese lado, aunque no desde el lado israelí, lo que se debe hacer probablemente se podría hacer sin causar daños a la población civil.
Hace poco me pidieron que firmase una condena a la operación israelí en Gaza, una declaración en la que se afirmaba que los ataques con cohetes y la incursión militar que habían desembocado en la captura de Gilad Shalit eran sencillamente una consecuencia inevitable de la ocupación israelí: “No habrá paz y seguridad hasta que no acabe la ocupación”. Estoy seguro de que en el pasado algunos ataques palestinos estuvieron motivados por la experiencia de la ocupación. Pero eso es algo que hoy en día ha dejado de ser verdad. Hamás ha seguido atacando después de la retirada israelí de Gaza y después de la formación de un gobierno que se ha comprometido (o que se había comprometido hasta que se produjeron los ataques) a efectuar una gran retirada de Cisjordania. De igual modo, los ataques de Hezbolá se produjeron después de que los israelíes se retiraran de Líbano. El objetivo de estos militantes no es crear un Estado palestino junto a Israel, sino destruir Israel. Hay que reconocer que se trata de un objetivo a largo plazo que se deriva de una interpretación religiosa de la historia. A los seglares y a los pragmáticos les cuesta mucho aceptar dicha interpretación, y no digamos comprenderla.
Por el contrario, la respuesta israelí sólo tiene un objetivo a corto plazo: poner fin a los ataques en sus fronteras. Hasta que no se consiga eso, ningún Gobierno israelí dará un paso más para emprender otra retirada. De hecho, probablemente sea verdad que los ataques de Hamás y Hezbolá ya hayan hecho imposible cualquier futura retirada unilateral. Israel necesita un socio en el otro lado que sea, ante todo, capaz de mantener la seguridad en la nueva frontera y que, además, esté realmente dispuesto a hacerlo. No puedo pretender que las operaciones militares que Israel ha puesto en marcha vayan a producir un socio así. En el mejor de los casos, el ejército y la fuerza aérea debilitarán la capacidad de Hamás y Hezbolá para atacar Israel, pero no le harán cambiar su decisión. Lo más probable es que la comunidad internacional -Estados Unidos, Europa, Naciones Unidas y algunos Estados árabes- tenga que intervenir para que el ejército libanés se instale en el sur del país y, una vez que esté allí, transformarlo en una fuerza efectiva. Y hará falta una coalición similar para apadrinar y apoyar a un Gobierno palestino comprometido con dos Estados con una frontera permanente y pacífica, y preparado para reducir a los militantes religiosos que se oponen a semejante compromiso. Hasta que no exista un ejército libanés efectivo y un Gobierno palestino que crea en la coexistencia, Israel tiene derecho a actuar, dentro de los límites dialécticos, en su propio nombre.
Publicada en El País, 26/07/2006

Hacia los Estados Unidos Mexicanos


¡Buen texto el de Josep M. Colomer hoy en El País!

Hacia los Estados Unidos Mexicanos/Josep M. Colomer*


Un presidente de la República con sólo un 36% de los votos, como Felipe Calderón en México, es un desastre democrático. Desde luego, más desastre sería que el perdedor, López Obrador, siguiera sin aceptar el resultado y consiguiera montar de verdad la bronca contra las instituciones. Pero, aun en el mejor de los desenlaces facilitado por el Tribunal Electoral, la gobernación de México está en duda.
El sexenio de Vicente Fox fue un periodo de mejora en el sistema de libertades y pluralismo político, pero en muchos aspectos fue un tiempo perdido porque el gobierno carecía de mayoría electoral y legislativa, debilidad que ahora se va a agravar.
Hay dos modos posibles de gobernar con efectividad un país en el que no existe una mayoría compacta: el parlamentarismo y el federalismo. A partir de un régimen con elecciones separadas para la Presidencia y el Congreso y poderes divididos entre el ejecutivo y el legislativo, como el de México y la mayor parte de América Latina, se puede avanzar por las dos vías. La primera es lo que algunos hemos llamado desde hace tiempo, y especialmente en México, la “parlamentarización del presidencialismo”.
La clave consiste en construir una mayoría legislativa y de gobierno cuando el partido del presidente no cuenta con ella por sí solo.
En un país grande y variado y con libertades políticas, ésta es, de hecho, la situación lógica y habitual. Avanzar por la vía parlamentaria puede requerir algunas reformas constitucionales, difíciles de aprobar sin formar previamente la dicha mayoría. Pero, aun en el marco actual, caben ciertas decisiones clave para facilitar la gobernación e, indirectamente, las condiciones de futuras reformas constitucionales. La más clara es la formación de un gabinete presidencial de coalición multipartidista, al frente del cual cabría poner a un coordinador distinto del presidente que fuera ratificado y estuviera sometido a control por el Congreso.
Con los resultados de las recientes elecciones, este gabinete estaría encabezado, lógicamente, por el Partido de Acción Nacional del presidente Calderón, pero en él podría participar, al menos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Precisamente porque el PRI, que monopolizó el gobierno mexicano durante varias décadas, ha sido, por fin, derrotado, y no tiene ahora expectativas razonables de alcanzar la presidencia, puede adaptarse, por necesidad, a la nueva situación que requiere la formación de una mayoría con poderes compartidos.
En cambio, la colaboración con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque será necesaria para preservar la legalidad institucional, no sólo es difícil por las mayores diferencias de programa político, sino por la frustración del candidato presidencial perredista y su expectativa de alcanzar la presidencia, ahora forzando las cosas o a través de las urnas la próxima vez.
La segunda vía para desarrollar una buena gobernanza democrática, menos considerada hasta la fecha, consistiría en tomarse en serio el federalismo mexicano, que tradicionalmente fue desfigurado por el control centralizado del partido casi único. Todavía hoy, los gobernadores de una mayoría de los 32 Estados proceden del PRI. En los últimos años, ante un gobierno central minoritario e inefectivo, la tendencia lógica ha sido acentuar la autonomía de hecho de los Estados, la cual se aceleraría si el PRI quedara ahora totalmente fuera del juego político central y sufriera un proceso de dispersión que ya se está apuntando.
En tal situación, la gobernación de México sería inviable no sólo porque el gobierno central carecería de una mayoría en el Congreso para legislar, sino porque no podría ejercer de hecho su jurisdicción sobre una gran parte del territorio.
Las divisiones étnicas de un país muy extenso y muy poblado como México son mucho más profundas de lo que la retórica nacionalista ha querido hacer creer. En los últimos años han aumentado también las desigualdades económicas territoriales entre el norte y el sur del país, como consecuencia de la apertura comercial de ámbito norteamericano y de la creciente emigración a Estados Unidos.
Tomarse en serio el federalismo constitucional, que se simboliza en el nombre oficial pero en desuso, Estados Unidos Mexicanos, implica reconocer que en un país del tamaño, las diferencias y las desigualdades de México, no es posible el unitarismo ni el uniformismo político en la dimensión territorial, del mismo modo que dejó de ser posible el gobierno con partido único. De hecho, la exasperación nacionalista habitual en la retórica mexicana refleja, como suele ocurrir, la debilidad de fondo de su cohesión nacional.
Las dos vías, parlamentarización y federalización, no sólo no son incompatibles, sino que, en las circunstancias mexicanas actuales, podrían ser fértilmente complementarias. La formación de una coalición que incluyera al PAN y al PRI permitiría la cooperación interinstitucional entre el gabinete y el Congreso, es decir, gobernar y legislar en el centro, y al mismo tiempo podría ser el ancla para la cooperación entre el gobierno central y los gobiernos territoriales de los Estados, sobre la base de reconocer la fuerte capacidad de gobierno de éstos, pero haciendo también posible la coordinación y la ejecución de políticas de amplio alcance en el conjunto del país.
Una experiencia inédita de gobierno de coalición multipartidista podría crear las condiciones para ulteriores reformas constitucionales en favor de una buena gobernanza. Seis años después de un cambio que creó muchas expectativas, pero que en parte las defraudó, México puede tener, quizás, una nueva oportunidad.

*politólogo y autor del libro Grandes imperios, pequeñas naciones
Publicado en el diario El País, 26/07/2006.

Aristegui y AMLO


Carmen Aristegui (CA) entrevista (nuevamente, en menos de una semana) a AMLO, ahora para "CNN en español".
(CA): A raíz de lo que ocurrió ayer, el intercambio epistolar entre Andrés Manuel López Obrado y Felipe Calderón Hinojosa, bueno, pues ha habido declaraciones a lo largo de las horas. El énfasis que César Nava, del equipo de Felipe Calderón, ha puesto al tema del diálogo con López Obrador, el fantasma de la anulación, dirían algunos, declaraciones de la Presidencia, en fin, varios temas que han surgido y que siguen sumándose a esta situación crítica que vive México en términos de la disputa por la Presidencia de nuestro país. Esta noche está en el estudio de CNN aquí en la Ciudad de México, el excandidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, y le agradezco que lo haga esta noche. Gracias, buenas noches. Andrés Manuel López Obrador
(AMLO): Gracias a ti Carmen.
CA: Bueno, muchos temas Andrés Manuel; las cartas, yo diría que es un tema importantísimo. Dijo Felipe Calderón, palabras más, menos, que el Tribunal decidirá, que no corresponde a los candidatos pronunciarse si voto por voto o cualquier otra resolución posible, y pues simplemente tu propuesta central, la rechaza.
AMLO: Sí, yo creo que demuestra el candidato del PAN que no ganó la elección presidencial porque "el que nada debe, nada teme". Lo que le estoy proponiendo es un recuento, creo que ésa es la solución al problema, al conflicto electoral, y él rechazó la propuesta....¿Por qué Felipe Calderón no acepta? La única explicación lógica que yo tengo es que no ganó.
Yo tengo elementos para demostrar que hubo fraude, que yo gané la elección presidencial y el señor no quiere que se cuenten los votos.
CA: Dime una cosa Andrés Manuel, ¿el tono de la carta que le mandaste a Felipe Calderón, no era agresivo para una invitación de esa naturaleza?
AMLO: No, es decir, la verdad, no puedo escribir de otra manera, ni modo que le mande yo flores porque
CA: -Flores no; pero al final de cuentas un tono distinto hubiera ayudado a la situación.
AMLO: No, no, no, ellos ya tenían tomada la decisión. Le mando la carta y unas horas después viene la respuesta, ya lo venían diciendo. También con el doble lenguaje y con la doble moral de la derecha, fue a decirle al Washington Post de que estaba de acuerdo en que se abrieran los paquetes y que se contarán los votos, aunque fuese la mitad; al día siguiente vino aquí y dijo lo contrario. ¿Por qué no acepta? Bueno, porque sabe muy bien que cuando se cuenten los votos, el resultado va a ser otro. Ellos falsificaron actas, hicieron fraude electoral con la complicidad del IFE, de la Institución encargada de organizar las elecciones en México, ésa es la realidad.
CA: -En la carta de Felipe, de respuesta, ayer dice que está dispuesto al diálogo. ¿Tú estas dispuesto al diálogo con Felipe Calderón?
AMLO: Eso es grilla, es politiquería, es simulación.
CA: -Pero el diálogo es una herramienta de la política.
AMLO: No, el diálogo es fundamental, es un instrumento, es una herramienta de la política. El diálogo, la negociación; pero para qué vamos a dialogar si la propuesta central, no sólo mía, de millones de mexicanos, es que haya un recuento de los votos y él se niega, ¿de qué vamos a hablar?....
CA: -Déjame hacer una pausa Andrés Manuel, y me gustaría regresar con otro tema que está ahí; algunos dicen: el fantasma del interinato. ¿Sí hay en el escenario la posibilidad de que el Tribunal anule la elección, lejana, cercana o como haya sido planteado el argumento jurídico de parte de la coalición Por el Bien de Todos? Pero quisiera regresar con declaración; incluso, está mañana desde Los Pinos, sobre el tema del interinato posible en México. Vamos a la pausa y regresamos.
CA: ¿Qué te parece el vocero presidencial, Andrés Manuel?
AMLO: Pues metiéndose en asuntos que no debe, ¿no?, cuando menos deberían de actuar con un poco de recato. Están metidos durante todo el tiempo, el Presidente, ha habido un activismo abierto, tenaz del Presidente de la República. El no se ha comportado como jefe de Estado, como estadista, se ha comportado como jefe de grupo, de partido. Es muy lamentable que no respete la institución presidencial.
CA: -¿Qué opinas del contenido de la declaración, ¿es absurdo pensar en un interinato en México?
AMLO: No tienen por qué meterse él, yo no estoy planteando.
CA: Pero además hay.
AMLO: Permíteme, me preguntas
CA: -Es una de las posibilidades legales, eso estás de acuerdo.
AMLO: Sí, pero yo creo que no es lo más recomendable, no es lo que estamos pidiendo nosotros. Nosotros lo que queremos es el recuento porque sostenemos que ganamos la elección presidencial.
CA: -Si hay un, a ver
AMLO: Es una salida más viable, más conveniente para México.
CA: -El voto por voto. Pero a ver, supongamos. Si el Tribunal decide anular la elección presidencial, entonces tendrá que echarse a andar la maquinaria legal para ello, tendrá que venir un interinato surgido del Congreso, lo que se ha dicho ya en estos días; ¿se vuelve a presentar en una contienda Andrés Manuel López Obrador si eso pasa?
AMLO: -No me quiero adelantar a eso, porque yo confío que el Tribunal va a dictaminar para que se cuenten los votos. Creo que es una decisión histórica para los magistrados del Tribunal, y la gente, según he venido percibiendo, es lo que quiere; cuando menos en el Distrito Federal, la mayoría está por el recuento.
CA: ... Ya diste tu opinión sobre el asunto, pero se ha insistido en estos días que hay un intento de puentear, de hacer un puente entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador. El rector Juan Ramón de la Fuente, ¿qué papel está jugando?
AMLO: No, yo estuve con el rector, y por eso se generó esa especulación acerca de interinato y demás.
CA: Pero interinato, ¿cómo es, como un posible candidato o como puente entre los dos?
AMLO: Desde hace mucho... no.
CA: Pero interinato, ¿cómo es, como un posible candidato o como puente entre los dos?
AMLO: No, mira, desde hace mucho tiempo yo
CA: ¿Qué ocurrió?
AMLO: Tengo una relación permanente con el rector de la Universidad, nos llevamos bien, platicamos, se dio esa reunión; como se da en este marco, en este ambiente, en esta atmósfera, pues se generan muchas especulaciones, pero eso es todo. Yo me reúno con mucha gente.
CA: ¿No ha sido contacto entre un equipo y el otro el rector de la UNAM?
AMLO: No, no, no. Nosotros no estamos buscando nada en lo obscurito; mis planteamientos son muy claros, son públicos, yo tengo que actuar con mucha rectitud porque yo no voy a traicionar a la gente, yo no voy a hacer nada a espaldas de los mexicanos, de la mayoría de la gente que nos apoyó.
CA: Aunque planteas el asunto de no hacer nada en lo obscurito, hay muchas personas que dicen: Es necesario un acercamiento entre las partes de algún tipo. La Iglesia Católica, Norberto Rivera, se apunta.
AMLO: Sí, yo le diría al cardenal que qué bueno que él está ofreciendo sus buenos oficios, que ayude a convencer al candidato del PAN para que haya un recuento de los votos, eso es lo más cercano
CA: ¿Has hablado con el cardenal del tema?
AMLO: No, no, no he hablado; en otras ocasiones he platicado con él, como hablo con ministros de las Iglesias Evangélicas, como tengo relación con representantes de todas las Iglesias y de todos los sectores económicos y sociales.
CA: -Pero que la Iglesia Católica intervenga es una buena idea, ¿te parece? (buena idea ¡caray!)
AMLO: Yo creo que ahora lo que se necesita es convencer a los dirigentes del PAN y a sus candidatos de que acepten el recuento, que no le tengan miedo a la democracia.
CA: Entonces, ¿el ofrecimiento del cardenal lo traduces en una petición de que convenza a Felipe Calderón?
AMLO: Sí, podría ser. Toda la gente de buena voluntad, hombres, mujeres de buena voluntad, que quieran contribuir para buscar una salida al conflicto, deberían de estar pensando que la mejor opción, la mejor alternativa es que se disipen todas las dudas, que dejemos atrás la cultura política de la sospecha, que se transparente todo. Eso es lo que va a dar tranquilidad. Estoy ofreciendo, le planteo en la carta, que si el recuento le favorece, yo dejo de convocar a movilizaciones. Te lo dije a ti por primera vez en una entrevista de radio, ése es mi ofrecimiento; obviamente si el recuento es favorable a mí.
CA: -Hay quien interpreta que es un chantaje, Andrés Manuel. Estás diciendo: Si no acepta la petición, seguirán las movilizaciones.
AMLO: No, mira Carmen, yo no puedo aceptar otra condición, esto no se negocia. Te voy a decir una cosa: Se rasgan las vestiduras porque estoy hablando de resistencia civil pacífica, claro que va a haber resistencia civil pacífica; vamos a defender la democracia, que no estén pensando que nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Un conductor de televisión, que la noche del conteo distrital, ya quería que yo saliera a decir: ¡Bravo, aplaudo, ¡me voy a mi casa!, y que así iba yo a actuar de manera consecuente. Yo no puedo traicionar mis convicciones y mis principios, y no puedo traicionar a la gente. ¿Te digo una cosa? Nada más para refrescar la memoria de los que nos están viendo. En 1991 le hicieron fraude electoral a Vicente Fox Quesada.
CA: Guanajuato.
AMLO: Guanajuato. ¿Sabes cuál fue el resultado oficial? Dieciocho puntos de ventaja para el candidato del PRI, o sea, 18 puntos de ventaja para Ramón Aguirre; 35 contra 53, o qué sé yo, por ahí 18 puntos, de eso me acuerdo muy bien. Y el señor llamó a la resistencia civil y tomó carreteras, tomó el aeropuerto de Guanajuato y llevó a cabo muchas acciones. Y para los que me están viendo y que piensan que estoy inventándolo, está en el libro de Vicente Fox lo que estoy diciendo. ¿Y sabes qué? Ahora estamos de una supuesta ventaja de medio punto, no quieren que nos movilicemos y que hagamos resistencia civil. Entonces, ¿por qué la ley del embudo? Yo ofrezco disculpas a los ciudadanos en general, de manera particular ofrezco disculpas a los que no votaron por nosotros, que votaron por el candidato del PAN; pero también les pido que comprendan que no vamos nosotros a quedarnos con los brazos cruzados y que vamos a defender la democracia. Esto va más allá de la Presidencia de la República.
CA: -Bueno, ya nos estamos despidiendo. Andrés Manuel López Obrador, una pregunta, bueno, varias, pero te pregunto: ¿Es verdad que te quitó el Estado Mayor Presidencial protección?
AMLO: No, no, porque yo no tenía seguridad del Estado Mayor Presidencial, nunca acepté seguridad del Estado Mayor Presidencial.
CA: -¿Pero la protección del Ejército que tenías?
AMLO: No, un general, Audomaro Martínez Zapata, pidió licencia seis meses y se le venció su permiso, entonces habló conmigo y le dije: Pues regrésese
CA: -¿Y te quedaste sin protección?
AMLO: Sí hay, me protegen, me protege mucha gente.
CA: -Bueno, no, pero protección profesional.
AMLO: Te digo, hay gente.
CA: Bueno, me están despidiendo. Pero tengo que preguntar que hubo una demanda contra consejeros electorales, una demanda que presentó Horacio Duarte, de la coalición, denuncia de hechos contra los nueve consejeros electorales, Jumex, Sabritas, en fin, un conjunto de cosas.
AMLO: Sí
CA: ¿Quieres en la cárcel a los consejeros electorales? Es una denuncia que va para ellos.
AMLO: Yo creo que actuaron de manera ilegal, inmoral, que actuaron de manera facciosa; muy lamentable que esto esté pasando todavía hoy. Prende uno la radio y están dale y dale y dale con anuncios, diciendo que: Juan el plomero, doña Carmen la refaccionaria, participaron en la organización de las elecciones y cuidando las casillas, y como funcionarias de casillas, y que gracias y que… como diciendo que el problema fueron ellos, o que nosotros estamos echando la culpa a los ciudadanos; no, al contrario, no. Los ciudadanos actuaron bien, los que estuvieron en las casillas, la mayoría, la mayoría actuó bien. Es más, si no hubiesen actuado con rectitud los que estuvieron en las casillas, nos hubiesen barrido. Entonces, el fraude hubiese sido mayor. No, aquí era un grupo de mapaches de delincuentes electorales, y ellos, los consejeros del IFE, toleraron todas las irregularidades y la violación a la ley. Entonces sí deben de ser juzgados, ése es mi punto de vista. Pero lo tiene que decidir la autoridad.
CA: -A la PGR, en donde se presentó la denuncia de hechos este día. (Pausa comercial)
CA: -Bueno, se nos acabó el tiempo, habrá oportunidad de seguir conversando, Andrés Manuel. Pero bueno, ¿el domingo es la III Asamblea Informativa en el Zócalo?
AMLO: Bueno, aquí aprovecho para invitar a todos los que nos están viendo, el domingo nos vamos a congregar de nuevo, vamos a marchar desde Antropología, del Museo de Antropología, al Zócalo; es la III Asamblea Informativa. Vamos a defender el sentir de la gente, se va a expresar de nuevo el movimiento, somos muchos y
CA: ¿Y habrá novedades el domingo?
AMLO: Porque se van a dar a conocer las acciones de resistencia civil pacífica....Vamos a dar a conocer más información sobre el fraude electoral, más pruebas del fraude electoral.
Fuente: Especialistas en Medios S.A de C.V; Lupa Ciudadana

Contodorespeto AMLO a Trujillo:

Víctor Trujillo (VT) entrevista a AMLO en "El cristal con que se mira", Televisa Canal 4, 26 de junio
VT: El domingo tienes ahí un encerrón, un encerrón muy interesante el domingo.
AMLO: Vamos a volvernos a reunir, nos vamos a concentrar de nuevo el domingo, aprovecho para hacer la invitación.

VT: No me digas

AMLO: Sí, para hacer la invitación para que la gente nos acompañe; hay que defender el voto, hay que defender la democracia. Hicimos el compromiso de ir más que la vez pasada y tenemos que invitar a amigos, a familiares, a compañeros de trabajo; el domingo nos vemos. Es el principal recurso que tenemos, el más importante recurso, la movilización ciudadana.

Dependemos de la gente y confiamos mucho en la gente, y yo quiero invitarlos para que nos acompañen el domingo, que estemos todos el domingo, que hagamos nuestra labor de convencimiento para invitar a más gente.
VT: Ahora, vas a llegar, vas a llegar el domingo y seguramente irá mucha gente al Zócalo el domingo 30 de julio, ¿y cómo llegas? Porque también se dice que vas a radicalizar un poco más tus puntos de vista, tus dichos, porque además, desde luego, como cualquier cuestión, vamos a llamarle escénica, con todo respeto, dijeras tú, pues también se va pidiendo más y también cuando subes a un estrado y cuando vas al micrófono y cuando ves el Zócalo, así como se ve desde allá arriba, también sabes que hay un parámetro de lo que dijiste la última vez y que también la gente está esperando más y tú también estás esperando más de ti.
¿A qué vas, a qué vas a llegar el próximo domingo?

AMLO: Bueno, dos cosas en lo fundamental. Primero tengo la certeza absoluta que ganamos la elección presidencial. Tenía al principio, en la primera, todavía hasta la II Asamblea, indicios de que habíamos ganado, que se había cometido un fraude. Ahora tengo la certeza absoluta de que triunfamos, y tenemos todos los elementos.

VT: O sea, a la I Asamblea Informativa llegaste con indicios.

AMLO: Indicios, esto.
VT: O sea, parece que.

AMLO: Parece que hay elementos, hay pruebas, no tengo, yo soy obsesivo en eso, no me gusta.
VT: En eso y en otras cosas.

AMLO: Decir las cosas cuando no tengo todos los elementos, por eso hablaba de indicios. Ahora tengo la certeza absoluta de que ganamos la elección presidencial.
VT: Esta certeza de que hablas, que deben ser pruebas.

AMLO: Sí.
VT: Esto, ¿ya lo están vaciando ustedes en el Tribunal Electoral?

AMLO: Sí, se presentó desde el inicio en tiempo y forma en lo general; en algunos casos a detalle, pero ahora ya tenemos más elementos.

VT: Te lo pregunto porque desde aquellas primeras conferencias de prensa que diste, uno también estaba esperando como parte de, por curiosidad personal, desde luego, y también por cuestión informativa, decir: Bueno, van a venir las pruebas. ¿Por qué? Porque tú estabas hablando de un fraude electoral. La gente que te rodea en todos los medios y en todas sus posibilidades, hablaban de un fraude electoral que también, como una cuestión informativa, queríamos verla, ¿no?
Decir: El fraude electoral es éste, tan tangible, que yo creo que no ha sido tan tangible.

AMLO: Yo creo que sí, lo que pasa es que no se ha destacado, no se ha subrayado y ése es un reclamo fraterno a los medios de comunicación.
VT: Tú le decías a Loret el otro día en la radio, en W, que deberían estar diciendo, todo el tiempo teniendo el micrófono en la boca, que es un fraude. Pero, ¿de dónde?

AMLO: ¡Ah!, no, mira, en el caso de Loret, o sea, fraternamente me hace una entrevista, hago el compromiso de llevarle pruebas de que el 60 % de las actas tiene errores aritméticos, que no cuadran los números. Me comprometo a eso, voy con las cajas, le pruebo que miles de actas tienen inconsistencia.
VT: La teoría matemática.

AMLO: Sí.
VT: La que llevaste también con Pepe Gutiérrez Vivó.

AMLO: Sí, sí, sí. Al día siguiente o a los dos días, entrevista al presidente del IFE, le pone la alfombra roja, acababa yo de estar ahí y le pregunta sobre las irregularidades y el presidente del IFE dice: Sólo hubieron siete o 15 irregularidades. Y no le dice nada, o sea, o sea.

VT: ¿Pero qué querías que hiciera?

AMLO: No, oiga, aquí estuvo.
VT: Aquí están las pruebas que trajo, matemáticas.

AMLO: Sí, sí, me trajo unas cajas con actas, me trajo un disquete, ¿eh?, tenemos en la página de internet esta prueba, estamos hablando de 72 mil casillas, el 60 % de las casillas. Y no, este, hay mayor información.
VT: Pero, ¿qué quisieras tú al respecto? Por ejemplo, si tú trajeras ahorita cinco diablitos y 17 cajas y me dices: Víctor, éstas son las pruebas de que hubo fraude. Entonces, yo tendría de dos sentado en esta mesa. Es decir, señoras y señores, el señor López Obrador dice que en estas cajas se contienen las pruebas del fraude electoral; no podría decir yo: Amigos, aquí están las pruebas del fraude.

AMLO: No, no.
VT: Hay un fraude dadas las cajas.
AMLO: No, no, no, no.
VT: A lo mejor podrías decir: Bueno, éstas son las pruebas.
AMLO: No, no, no, pero en el equilibrio de la información en este caso que estoy planteando. Este, a mí me repasan siempre, no es tu caso, en la televisión, en la radio: Oiga, usted dijo que iba a reconocer el resultado si no le favorecía. Oiga usted esto, oiga usted lo otro.
Entonces, si va Ugalde, volviendo al ejemplo, y no lo tocan ni con el pétalo de una rosa, y el señor está mintiendo y el señor actuó de manera indebida, por decir lo menos.
VT: ¿Y quién tendría que decir oficialmente, por ejemplo, que Luis Carlos Ugalde o los consejeros, que ayer fueron ustedes a denunciar a la PGR, son culpables de lo que decía Fernández Noroña y Duarte?

AMLO: Sí, parte. Entonces, a lo que voy es que si en la comunicación se opina, se editorializa, tiene que haber equilibrio.
VT: Claro.

AMLO: Si se está informando nada más, pues se dice así. Según el candidato de la coalición hay 72 mil actas con irregularidades; según el candidato del PAN dice que esta elección es limpia, transparente, según; pero cuando se meten a opinar, cuando hay cuestionamientos y editorializan hasta con gestos, hay conductores que lo hacen así, están.
VT: ¿Pero qué quieres, que nos inyectemos botox?
AMLO: No, lo que quiero decir es nada más, dice, ya está otra vez, ¿no?
VT: Mmmmm.

AMLO: Mmm... este revoltoso
VT: mmm.
AMLO: Eso es el reclamo fraterno, pero bueno.
VT: Pero es un reclamo fraterno.
AMLO: Sí, desde el principio, por eso me gusta mucho la conducción de Lolita Ayala en Televisa, o sea, con todo respeto a los demás.

VT: Sí, sí, claro.
VT: Como mira, por ejemplo, fíjate, te voy poner un ejemplo ahorita que hablabas de mi vecino Loret. El miércoles pasado yo te escuché con el maestro Granados Chapa, se nota inmediatamente en esta plática de Radio Educación que son personas que se llevan muy bien, que son personas que se llevan muy bien, personas muy afines y de pronto, ya parece una charla de café más que una entrevista; tú estás muy tranquilo, él también lo está.

AMLO: Como lo estoy ahora.
VT: Haz de cuenta, ojalá, ojalá me pareciera un poco a Granados Chapa.

AMLO: Tranquilo siempre.
VT: Muy bien. Después, cuando vas el jueves con Carlos Loret, parece ser esta cuestión de que te sientes un poco más cuestionado, porque también se preguntan otras cosas ¿no? Señor Obrador, ¿hasta dónde va a llegar usted, ¿hasta dónde quiere llevar esto, no? Hay gente que está asustada, porque también hay gente asustada, también hay gente muy entusiasmada, pero yo noté en todas las entrevistas equidad, o sea, balance parejo.

Después el viernes te escucho con Pepe Gutiérrez Vivó, el mismo caso, con estilos distintos, o sea, realmente has estado en los medios, muy presente. ¿Dónde está la responsabilidad de la clase política, Andrés?
AMLO: Regresando, vamos a los tres actores, que es interesante la conversación ésta. Sin duda, a la vanguardia, adelante va la sociedad, ése es el cambio más importante que ha habido en nuestro país.
VT: Como siempre, para que cambien las otras cosas; la gente primero.
AMLO: O sea, la apertura en medios, todo esto se ha logrado porque la sociedad está demandando más apertura. Los medios han avanzado, han dado respuesta a ésa exigencia de la sociedad, no como quisiéramos, es mi punto de vista. No hay equilibrios.
VT: ¿No ha habido equilibrios?
AMLO: No, o hay equilibrios desequilibrados.
VT: ¿Equilibrios desequilibrados, ¿me repite la pregunta, doctor?
AMLO: No, nada más, o sea, sí me dan espacios.

VT: Has tenido todos los espacios
AMLO: Claro, pero no hay comparación, o sea, ustedes nunca ponen.

VT: Las mismas veces que viniste tú, vino aquí conmigo el candidato del PAN.

AMLO: A ver, ¿dónde está el candidato del PAN, ¿dónde están los cuestionamientos al candidato del PAN? No hay.
VT: El candidato del PAN no ha estado aquí; tú sí.

AMLO: No, no, pero en los medios de comunicación en general, o sea, ustedes sobre eso tienen una mesa en la noche aquí en Televisa, creo que el miércoles.
VT: Tercer Grado.
AMLO: Sí. No lo tocan.
VT: ¿Cómo?
AMLO: No, no lo tocan, o sea, digo, pero no nos metamos en eso.
VT: Yo he estado trabajando ahí.
AMLO: Sí, han estado trabajando. Pero el tema principal es mi comportamiento, o sea, cómo me comporto.
VT: El tremendo Andrés Manuel.
AMLO: Sí, eso es, básicamente. Pero en fin. Entonces, si los medios, bueno, hace diez años, Víctor, ni pagando nos querían pasar mensajes en televisión.
VT: Ahora Andrés, todo estoy ya está en manos del Tribunal. O sea, te pregunto esto porque además se nos está acabando el tiempo y quiero cubrir más o menos todos los pendientes; todo esto está en manos del Tribunal Electoral, el Tribunal Electoral, ya supe, ya he oído que dices, bueno, lo que se está pidiendo o se está deseando realmente, es que se haga un recuento voto por voto; ahora esto está en manos del Tribunal, amén de cartas y amén de reuniones que tengas o no con el candidato peloncito de lentes, chaparrito, amén de todo eso, el Tribunal tendrá que definir qué es lo que va a contar o qué es lo que no va a contar, sean las casillas impugnadas o el voto por voto o lo que decida el Tribunal.
Si decide el Tribunal, lo que sea, desde luego, si te dice: Andrés Manuel, usted ganó, pues les darás de besos en la boca; pero si te dicen que no.
AMLO: Vamos a esperar. Mira.
VT: Desde luego, esperar los tiempos.
AMLO: Vamos a esperarnos.
VT: Pero sí, ¿sí ves en el Tribunal a la autoridad?
AMLO: O sea, que esto es importante, que la gente tenga la información. El Tribunal tiene la facultad para ordenar el recuento de los votos.
VT: O no.
AMLO: O no. Pero hay cosas que no puede hacer el Tribunal, es decir, que tiene prohibido expresamente por ley, en el caso del recuento el Tribunal, puede ordenar el recuento, o sea, puede hacerlo, tiene el marco legal para hacerlo, eso es importante.
Coincidirás conmigo de que es la mejor salida, independientemente de que la estemos planteando nosotros.
VT: Coincido contigo en que el Tribunal tiene esa facultad.
AMLO: Tiene esa facultad, bueno, quédate hasta ahí. A mí me gustaría que te pronunciaras por la transparencia, pero en fin.
VT: Bueno, pero me puedes ir a acusar a otro programa mañana.
AMLO: Mañana lo voy a decir, no, porque entonces en dónde queda la transparencia.
VT: En el Tribunal.
AMLO: Sí, pero ayuda mucho que comunicadores, de manera particular el candidato del PAN que se dice triunfador, que dice que ganó, lo que le estaba planteando en la carta es, o lo que le planteé en la carta es: Vamos al recuento. Si usted ganó, si usted dice que ganó, pues no tenga miedo; el que nada debe nada teme.
Está el caso, ayer se lo comentaba también a Carmen, de Oscar Arias, en Costa Rica.
VT: Tengo un minuto para que nos vayamos, ya se acaba el programa, no creas que es parte de un plan perverso para que se acabe a las 9:00 de la mañana el programa, pero nada más quiero decirte: ¿Te vas a ver con Felipe?
AMLO: No, hasta que haya recuento de los votos.
VT: ¿Si él estuviera por esa opción, entonces te reunirías con él; sí, no, no?
AMLO: No.
VT: ¿No hay a qué juntarse?
AMLO: El está en un plan muy marrullero, está como en la época de Salinas. Tú te acuerdas que con el fraude de Salinas nunca se abrieron los paquetes electorales.
VT: Se quemaron.
AMLO: Intentaron hasta quemarlos, no, primero inventaron un incendio, nada más que el aire no pegó para donde estaban los paquetes.
VT: Pero encontraron el puro.
AMLO: Se salvaron, y luego Diego subió a la tribuna a pedir que se quemaran los paquetes electorales. Ahora no sé qué él esté pensando, que sin transparencia, con el discurso de que la ley es la ley y va a tomar posesión de un cargo en donde evidentemente no ganó, o sea, que va a ser un Presidente espurio o legítimo. México no merece eso, ya se terminó el tiempo.
Bueno, pero espérate, nos vemos el domingo.
VT: El domingo en el Zócalo.
AMLO: Que nadie se quede sin participar el domingo, hay que defender el voto y la democracia.
VT: Hasta mañana.
Fuente: Especialistas en Medios S.A de C.V; Lupa Ciudadana

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