El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, afirmó ayer en un foro organizado porpor el Border Trade Alliance, que la violencia promovida por el crimen organizado se ha expandido en el país por las omisiones de gobiernos anteriores -incluyendo el de Vicente Fox-, y que esta administración actúa con el apoyo del Ejército para contenerla y reprimirla.
Dijo que es “inadmisible” responsabilizar al presidente Felipe Calderón del clima de violencia que se vive en el país.
El funcionario estará hoy en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se realizará una reunión urgente del Consejo Nacional de Seguridad. Se prevé asistan los secretarios de la Defensa, Guillermo Galván; Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, y el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora.
Ayer, Gómez Mont dijo que la violencia no llegó con Calderón “que ya estaba desde hace muchos años, (y) esta es una acción para contenerla y reprimirla mediante la fuerza de la ley”. “Evidentemente hubo omisiones en el sexenio pasado (del panista Vicente Fox) y ésta es una tarea que nos debe comprometer a todos”, subrayó.
Las declaraciones de Gómez Mont se dan a dos días de la polémica generada por el líder nacional del PAN, Germán Martínez, donde acusó a gobiernos priístas del fracaso en la lucha contra el crimen organizado.
En respuesta inmediata, el senador del PRI, Jesús Murillo Karam señaló que la postura del panista eran “estupideces”, lo que enturbió la relación entre ambos partidos.
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Mensaje del secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont, durante su intervención enM el Foro de Seguridad y su Impacto en el Comercio Fronterizo, que organiza el Border Trade Alliance (BTA)
México, D. F., a 24 de febrero de 2009 Discurso
Estimados Organizadores y público asistente,
Muy buenos días tengan todos ustedes
Hoy México atraviesa un momento crucial en la determinación de su futuro. Por un lado, nos amenaza una crisis económica internacional, que afecta nuestras oportunidades de exportación y empleo. Gracias al manejo responsable de las finanzas públicas, México está por primera vez preparado para enfrentar esta crisis. Hemos hecho un diagnóstico de la situación, y hemos emprendido a tiempo un programa contra cíclico para inyectar dinamismo a la economía.
El 7 de enero pasado el presidente Felipe Calderón presentó el Acuerdo Nacional en Defensa de la Economía Familiar y el Empleo para Vivir Mejor, una estrategia integral de superación de la crisis que se sustenta en los ejes de promoción del empleo e inversión en infraestructura.
Agilizamos el gasto social destinado a los más pobres al autorizar ya en diciembre, las reglas de operación de los programas sociales.
Estamos trabajando con el poder legislativo para lograr una agenda de reformas que permitan acelerar el gasto y promover el crecimiento.
Por otro lado, el combate al crimen organizado atraviesa una etapa fundamental en la que las bandas delincuenciales reaccionan cada vez con más desesperación, y ante la cual, el reto de la unidad es más relevante.
La presente administración ha enfrentado con la mayor responsabilidad y realismo los problemas. No minimizamos la gravedad de los hechos cuando se justifica, ni usamos el temor como herramienta de convencimiento. Atendemos con la cara en alto y la debida oportunidad para los problemas que se presentan y los errores que se cometen.
Por ello y porque contamos con la razón moral que asiste al Estado en su lucha por el imperio de la ley y la tranquilidad de los ciudadanos, en el gobierno federal estamos confiados respecto a la consolidación de un mejor futuro.
Sabemos que la prosperidad depende de acciones muy claras que reestablezcan, en primera instancia, el Estado de Derecho. Estamos convencidos de que el primer paso es fortalecer nuestra estructura interna, nuestras leyes e instituciones, para que podamos enfrentar los embates externos. En ese sentido la guerra con las organizaciones criminales es nuestra prioridad principal.
En los últimos años, han cambiado los incentivos del narcotráfico como negocio. En México, según la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, el número de jóvenes con una adicción severa ha pasado de 307 mil a 465 mil, un incremento de 51% desde 2002. Más jóvenes prueban y consumen drogas, más jóvenes las tienen a su alcance. México ha dejado de ser sólo una ruta para el narcotráfico para convertirse en un mercado.
Asimismo ha habido un cambio estructural en el consumo y la producción de las drogas que ha modificado la operación tradicional del narcotráfico. Al auméntela el consumo al interior del país, e incrementarse la demanda internacional por drogas como las metanfetaminas, se generaron mayores incentivos para que los cárteles buscan colocar en territorio mexicano la producción y venta de otros estupefacientes. Es por ello que se han clocado a mantener un mayor control territorial dentro de nuestro país. Para garantizar su operación, ahora los cárteles no solamente pretenden controlar una ruta de distribución, sino amplios espacios geográficos donde garantizar el consumo.
Esta expansión de la delincuencia ha traído consigo un mayor incentivo a corromper a las fuerzas de seguridad al interior del país. Para garantizar su operación, ahora los cárteles no solamente pretenden controlar una ruta de distribución, sino amplios espacios geográficos donde garantizar el consumo.
Derivado de ello, las organizaciones delincuenciales ahora se encuentran enana franca guerra por los consumidores. Esto intensifica la violencia, independientemente de la acción del Estado por combatirlos.
Los cárteles, además pelean por nuevos mercados y han diversificado su actividad para incluir tráfico de otros bienes y de personas, lo que subraya la necesidad imperiosa de atajarlos y allanarlos.
La estrategia de combate se vuelve, pues, más urgente, Acotar sus rutas de distribución ya no es suficiente. Se necesita recuperar una a una las localidades infiltradas por el narcotráfico, y a ello se ha avocado la administración del Presidente Calderón dese su inicio.
En esta estrategia, la seguridad fronteriza se convierte en una prioridad. Tenemos que asumir el problema común de que así como la mayor parte de las drogas fluyen de México a los Estados Unidos, del norte fluyen a nuestro país la enorme mayoría de las armas con las que los cárteles combaten al Estado Mexicano, y la mayor parte del dinero sucio que enriquece a los narcotraficantes.
Asimismo, la demanda en el vecino país sigue siendo el principal motor del negocio del narco. Con datos de la Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas sabemos que en él se consumen 10 veces más dosis de marihuana, 20 veces más de cocaína y hasta 50 veces más de anfetaminas que en México
Es por ello que la frontera entre México y Estados Unidos tiene que ser espacio donde las autoridades de ambos países unan esfuerzos por detener el tráfico ilícito de drogas, armas y personas, al mismo tiempo que fomenten el tránsito legal de bienes y personas que repercutan en mejores niveles de vida para ambas naciones.
Desde el inicio de esta administración, el gobierno federal ha sido muy claro en su objetivo de devolver la tranquilidad a los mexicanos. Sabemos que isn una auténtica seguridad en la democracia no pueden haber prosperidad, ni desarrollo económico plenos.
El país que queremos heredar a nuestros hijos necesita cimentarse sobre un ambiente de certidumbre en el que todos podamos desarrollar nuestro potencial. Nunca como hoy se ha reconocido la magnitud del reto desde el gobierno federal y se han tomado las acciones para enfrentarlo.
Contamos con el apoyo de los ciudadanos y seguiremos adelante. Esperamos de todos las órdenes de gobierno el mismo nivel de compromiso que nosotros hemos mostrado, y así se está manifestando en muchos casos.
Cuando tomamos la decisión de emprender la guerra que hoy libramos, estábamos conscientes de lo costosa que sería. Desde el inicio de su administración, el presidente Felipe Calderón señaló que costaría recursos, vidas humanas y que tendría episodios dolorosos.
Sabíamos del presupuesto que sería necesario para profesionalizar y mejorar nuestras fuerzas del orden, y para dotarlas del armamento adecuado; de la determinación que requeriría depurar nuestras instituciones; de las vidas que nos robaría la delincuencia cobarde; de los episodios de violencia que busca rían sembrar el terror y minar nuestra convicción.
Sin embargo, decidimos emprender este combate porque es la única alternativa moralmente válida para una sociedad que aspira a vivir en paz y libertad, y porque no hacerlo era más costoso. Porque rendirnos o ignorar la inminencia de la delincuencia hubiera sido entrar en complicidad con ella, permitirle un crecimiento mayor, cada vez más difícil revertir. Porque cederles paso hubiera representado entregarles el futuro de nuestros hijos.
México no tiene más elección más que seguir luchando y luchar mejor. México tiene que librar esta guerra. Porque la única oportunidad para vivir en paz es ganarla, y en ello estamos empeñados. Hoy luchamos por recuperar la tranquilidad y la libertad. Hoy todos nos enfrentamos a los enemigos de México para apropiarnos de nuestro futuro.
No es éste el momento par dudar en la convicción. Siempre es oportuno valorar las alternativas tácticas, pero hay evidencia firme del avance de la estrategia, a pesar de los riesgos y de los episodios recientes.
En los últimos dos años hemos hecho los decomisos de dinero en efectivo, armas y drogas más grandes de la historia en cualquier lugar del mundo; hemos evitado la venta de más de 232 millones de dosis de cocaína, más de cuatro millones de dosis de marihuana y casi 6 millones de dosis de heroína. Esto, desde cualquier perspectiva, es un logro mayúsculo.
Se han asegurado más de una tonelada de metanfetaminas. Caso 15,000 unidades de éxtasis, más de 25 toneladas de efedrina y 15 toneladas de pseudoefedrina. Se ha detenido a más de 56 y 15 toneladas. Se ha detenido a más de 56 mil mexicanos y a casi 700 extranjeros; se han asegurado más de 14.500 vehículos y más de 30 mil armas cortas y largas. En este mismo período se han decomisado más de 130 millones de pesos y más de 300 millones de dólares.
Con estos pasos se debilita financiera y operativamente a los cárteles de la droga, lo que hace más complicada su operación y crecimiento, y avanzamos en la protección de los ciudadanos y el fortalecimiento de las instituciones.
La guerra es de los mexicanos por su país y un logro relevante será refrendar el compromiso de todos para ganarla. Ésta no es una lucha del gobierno federal contra la delincuencia organizada; ésta el la batalla de toda una sociedad contra quienes desde la cobardía y la impunidad, le quieren hacer daño, es una lucha de todos los mexicanos comprometidos con su futuro.
Para consolidarla, es una responsabilidad primordial del gobierno eliminar la impunidad, la inseguridad pública y la corrupción. Desde el gobierno federal hemos desarrollado acciones claras en este sentido. Hemos desplegado a nuestros elementos de seguridad a las zonas en las que el crimen organizado se creía omnipotente.
Hemos iniciado la “Operación Limpieza”, que implica una reestructuración profunda de nuestras instituciones. Con ello, hemos detectado en quienes creíamos nuestros aliados, la presencia del enemigo y los hemos expulsado para castigarlos.
Desde la cúpula hasta las bases estamos corrigiendo las fallas que no nos permitían ser eficientes. Hemos sido transparentes en este proceso porque las victorias y las bajas deben ser conocidas y reconocidas por todos.
Hemos emprendido una transformación a fondo del sistema de justicia penal con dos grandes propósitos: poner punto final a la impunidad y fortalecer las capacidades del Estado para la persecución de los delitos, con pleno respeto a los derechos humanos.
En 2008 se aprobó la Reforma al Sistema de Justicia Penal y de Seguridad Pública que implanta un sistema acusatorio; fortalece las garantías del debido proceso para quien sea acusado de un delito; la presunción de inocencia; plenas garantías a los derechos de las víctimas; y protección más efectiva para los ciudadanos ante los abusos de autoridad.
Además, estamos trabajando para reconstruir el tejido social, a fin de prevenir las adicciones e impedir conductas delictivas en nuestros jóvenes, para evitar que las carencias de nuestra población se conviertan en insumos para nuestros enemigos.
La lucha preventiva en contra de los grupos criminales permitirá que los resultados prevalezcan en el largo plazo, que los costos de senear nuestras instituciones y nuestra sociedad, conlleven beneficios irreversibles.
En el ámbito internacional hemos concertado acciones de cooperación que nos permiten enfrentar al fenómeno transnacional del narcotráfico. Así nació la “Iniciativa Mérida”, que nos brinda la oportunidad de luchar de manera integral, coordinada y articulada con estrategias de cooperación a nivel nacional, regional e internacional.
Esta iniciativa significa, por un lado, que tenemos acceso a insumos tecnológicos valiosos para poder combatir el narcotráfico. Pero sobre todo, implica que el Ejecutivo y Legislativo de los Estado Unidos reconocen cabalmente la corresponsabilidad de nuestros países para acabar con este flagelo.
El fenómeno de la delincuencia organizada es un fenómeno trasnacional y debe combatirse como tal. Hoy, en este foro, queda claro que la frontera con Estados Unidos representa un punto de comunión, una alianza natural que debemos preservar dese ambos lados.
La construcción de un futuro de cooperación y corresponsabilidad es posible más por asumir hoy en día nuestras responsabilidades, que por calificar nuestros aciertos y fracasos del pasado.
Acabar con el dominio de los criminales es un proceso largo y costoso, que se encuentra en una etapa de arranque y profunda convicción. Poco a poco, los logros se volverán más palpables y sus efectos más permanentes. Con certidumbre, iremos proclamando nuestra victoria, con cada paso que avancemos. Perseverando encontraremos el futuro que anhelamos.
Sabemos que las guerras sólo pueden ganarse con determinación y voluntad. Hoy, el gobierno y los mexicanos tenemos más determinación y voluntad que las que jamás se hayan tenido. Hoy tenemos la posibilidad de retomar la construcción de nuestro futuro. Hagámoslo todos juntos.
Muchas gracias.
Sesión de preguntas y respuestas
Pregunta: ... no estamos de acuerdo en ello, pero percibimos que en Chihuahua en particular tenemos un Estado fallido en materia de seguridad pública.
¿Cómo debe el gobierno federal recuperar el Estado de Derecho en Chihuahua en materia de seguridad pública?
Secretario Gómez Mont: La intervención del gobierno federal tiene una prioridad fundamental en el caso de Chihuahua: Generar despliegue territorial y dar el apoyo a las fuerzas locales para que tengan el tiempo y el modo de reconvertirse y recuperar su fortaleza.
No podemos equivocar la estrategia aquí, la intervención de la Federación no puede llegar y ser excluyente de la responsabilidad de las autoridades locales y municipales, porque en el largo plazo eso no fortalece las instituciones, las desparece, las debilita.
Debemos recordar cómo por no hacerse adecuadamente las cosas, el propio gobierno americano enfrentó este dilema en el caso de Irak, al llegar, generar un ejercicio de fuerza y luego quedarse atrapado ante la incapacidad de los iraquíes para retomar sus instituciones, fortalecerlas y recuperar la responsabilidad sobre su seguridad.
En ese sentido, la Federación asistirá para fortalecer a las autoridades estatales y municipales para que juntos recuperen el vigor para someter la violencia que se vive en el estado y recuperar la tranquilidad para los ciudadanos.
Pregunta: -En un orden de idea similar, el gobierno del Presidente Calderón insiste en que la solución de la guerra contra el crimen organizado está en la participación de la sociedad en su conjunto, estamos de acuerdo en ello.
Sin embargo, ¿cómo puede el gobierno federal apoderar a la sociedad a nivel local para que se emprendan acciones decididas e inteligentes contra el crimen organizado? ¿Se deben de iniciar reclutamientos locales para la inteligencia y la acción por parte de la población local?
Secretario Gómez Mont: Puesto sobre la base de la inteligencia parece que es un objetivo táctico en el orden del empleo de la fuerza.
Primero, la sociedad necesita fortalecer el tejido social. En la medida que haya una mayor vinculación comunitaria entre todos, en la medida que el tejido social es más fuerte, es mucho más fácil generar el espacio para reconstruir las instituciones y recuperar la tranquilidad.
Segundo, se necesita reconstruir la confianza con las autoridades municipales, locales y federales.
La mayoría de la gente tiene la información que hace falta para hacer más eficiente en esto, pero si por temor o por preocupación se la guarda, el Estado tiene puntos ciegos y en esto te hablo del Estado como autoridad federal, estatal y municipal, para reaccionar con mayor inteligencia.
Se han establecido números para las denuncias anónimas que no son controladas por las autoridades de primer nivel, sino se pueden concentrar en centros adecuados y no es un centro nada más de alarmas sobre el cual se reacciona inmediatamente, se busca sobre él concentrar la inteligencia que nos den los patrones de comportamiento de las conductas agresivas para ir focalizando de mejor manera cuál es la acción para responderlos, en este sentido, la comunidad se vuelve un aliado.
Recuerden, el Estado no le puede pedir a los ciudadanos actos heroicos pero sí actos cívicos, sí responsabilidad en lo que le toca. Al Estado le toca entrar a la estrategia de fuerza; para eso se le han dotado de instrumentos y de legitimación política.
El empleo de la fuerza necesario para reprimir la violencia ilegal es una responsabilidad exclusiva del Estado, pero la cooperación comunitaria para hacer más focalizado ese ejercicio y para generar el verdadero antídoto contra la delincuencia que es el desarrollo económico y la cohesión social, eso es una labor en la que se tiene que participar juntos y en donde la participación de la sociedad es vital.
Pregunta: -Esta la procedo a leer en inglés, el lenguaje original de la pregunta.
Qué se puede hacer para detener la gran cantidad de información negativa que se maneja en la prensa respecto a la guerra contra el narcotráfico; hay crueldad y amarillismo en el tratamiento de la información, todos los días se publican historias dramáticas que dificultan la llegada de inversiones a México.
Secretario Gómez Mont: Este es un problema que hoy plantemos de manera universal y está sucediendo en todo el mundo con distintas intensidades y más en el contexto de la crisis.
Una de las características de la globalización es la velocidad de la información. Y de la información qué más impacto tiene sobre la atención, ¿qué necesitamos? Es contextualizar esa información con las historias de trabajo, de sacrificio, de éxito y de oportunidad que da Juárez. Junto a esa violencia ilegal hay muchas historias de desarrollo y de éxito.
Juárez es y seguirá siendo un enclave fundamental para la inversión productiva y para el desarrollo económico en la frontera en beneficio de ambos lados de la misma.
No sólo es una plataforma para el narcotráfico, es un lugar donde la industria exportadora de México, donde la industria maquiladora, donde el desarrollo de bienes y servicios tiene un vigor fundamental, hoy amenazado por una situación que puede ser transitada con decisión.
Tenemos que ponderar la información y decir que también hay otra información que se puede contextualizar.
Es difícil competir contra las noticias de la violencia, son más impactantes, aunque los medios de comunicación cada vez se convence más que uno. Se satura rápidamente, no es que empiece a generar productos sociales contradictorios, por ejemplo, aumentar el clima de temor donde una serie de vivales se montan para obtener ganancias ilegales de la gente de bien, es decir, la extorsión simulada y que a partir del clima de temor que subsiste, una bola de ocurrentes simulan extorsiones o simulan estar vinculados con la delincuencia organizada para amedrentar a la sociedad y tratar de obtener beneficios.
En la gran mayoría de esos casos son actitudes fraudulentas que parten de una circunstancia de temor. Bueno, pues generemos los protocolos de información señores. No colaboremos con este tipo de actitudes, en su mayor parte no devienen de organizaciones capaces de infligir el daño que amenaza, vienen de una estrategia de desorden aprovechado por unos vivales.
Ya la Secretaría de Seguridad Pública Federal tiene protocolos con el Consejo Coordinador Empresarial para estar monitoreando la extorsión y generar mecanismos para prevenirla y combatirla, distinguir aquella que sí está vinculada a organizaciones criminales que fundamentalmente o normalmente se centran más en el control de ciertas zonas donde se da el narcomenudeo y de ciertos giros negros donde se desarrollan actividades ilegales y la más asociada a la estructura productiva casi siempre no tiene ningún fundamento histórico de fuerza.
Conocemos casos en donde ha habido represalias y lo entendemos, pero la capacidad de ellos para generar esos daños es menor de la que se percibe en la comunidad.
Pues generemos los antídotos y los mecanismos de información, de inteligencia y de colaboración con la autoridad, sobre todo para abatir el fenómeno de la extorsión.
Buena parte de recuperar la seguridad está en un cambio de actitud. Dejarse someter a estos esquemas, sin acudir a exigir a la autoridad una respuesta y buscar una respuesta frente a estos hechos, solo perpetúa el problema y solo hace que se asienten con mayor fuerza este tipo de organizaciones.
Entonces participemos todos en vigorizar los antídotos que se tienen frente a estos esquemas.
Pregunta:-Tenemos otra pregunta en inglés, enfocada a Estado de Derecho y calidad de las instituciones: Es de conocimiento público, la calidad y competitividad de las instituciones públicas de México. ¿Qué medidas urgentes tomará el gobierno mexicano para mejorarlas, particularmente sobre competitividad?
Secretario Gómez Mont: Bueno, obviamente hay un debate que no es exclusivo de México sobre cuáles son las reformas que se tienen que hacer en materia económica, hacia dónde tienen que estar dirigidas.
Hoy el mundo está conmocionado por una crisis financiera que no vio venir. Sin embargo, es de elemental sensatez generar las reformas que permitan que el trabajo y la inversión productiva estén cuidados, que las retribuciones que se den sean las razonables, etcétera.
Frente a esta confusión que está en el mundo y que atañe más a las cuestiones financieras que a las de la economía real, el Gobierno mexicano y, en este sentido, hasta ahora, aún a pesar de que estamos en un contexto electoral y en medio de una crisis económica, se siguen teniendo puentes con el Congreso para tratar de sacar el paquete de emergencia que permita -por una parte- agilizar la aplicación del gasto público para que cumpla su propósito contracíclico, pero por otra parte, obtener algunas medidas que nos sigan permitiendo trabajar sobre la competitividad.
México viene de una transición económica y política muy importante, está haciendo su esfuerzo para adaptarse a las necesidades de la competitividad.
Si algunos señalan que hay rezagos ahí, no saben todo lo que se ha avanzado.
Que falta por avanzar, también. La parte norte del país, en ese sentido, es mucho más flexible y dinámica que otras partes y yo creo que si bien hay una parte de reformas legales a acometerse en ese sentido, muchas ya están dadas. Es solo generar las condiciones para que la legalidad sea posible en México.
Pregunta: -Voy a hacer, finalmente, un sumario de dos preguntas relacionadas. La primera pregunta viene contextualizada en este sentido: Todos los mexicanos, principalmente en el Distrito Federal, han estado muchos años acostumbrados a la inseguridad, de alguna manera u otra; en las fronteras, esa sensación no existía.
De un tiempo acá se perdió el sentimiento de seguridad esencial, principalmente en las fronteras, por un lado. Este es el primer contexto de la primera pregunta.
La segunda pregunta es: Señor Secretario, ¿qué va a hacer usted y el gobierno federal diferente para garantizar a la población cuerpos de seguridad libres de corrupción y el narcotráfico?
Secretario Gómez Mont: Muy bien. La primera: No actuemos con memoria de corto plazo.
Este problema no empezó cuando el gobierno federal decidió tener una intervención más decidida; estos problemas estaban soterrados en la sociedad desde muchos antes.
El problema de la inseguridad, de la amenaza, del narcotráfico, de los secuestros ya estaba latente, lo que pasa es que no habían sido enfrentados con fuerza para que salieran sus efectos más dramáticos a flote.
Esto no es producto de una estrategia del Estado por asumir su deber primordial, que es enfrentar a los violentos con la fuerza de la ley, sino derivaba de una actitud de paz simulada que no tenía un fundamento real y que venía deteriorando en gran medida las instituciones existentes en México.
La preocupación por la corrupción en la frontera no es nueva ni era de poca cosa.
Entonces, en este sentido lo estamos atacando y llegar y decir “sí, sí hay un problema de percepción” pero la diferencia entre un Estado democrático y un Estado demagógico es que uno trata de construir realidades y el otro solo trata de construir percepciones y la vida se afirma en la realidad.
Se trata de fomentar una percepción pero con la realidad en la mano. Ciertamente de este embate implica, en el corto plazo, la asunción, la expresión, la materialización de una violencia que ya estaba implícita.
La contención, la puesta de límites a una actitud totalmente suelta de organizaciones criminales, nuestra capacidad de contenerlos tiene que perseverar. No tenemos una alternativa real.
El sentimiento de impotencia frente a estos no es nuevo ni tiene dos años. Tiene más y no creo que la sociedad estuviera, en el fondo, acostumbrada a eso como un mecanismo de subsistencia; porque aparte de eso, como una enfermedad letal, cada vez se deteriora más, cada vez se debilita más el cuerpo y su capacidad de resistirlo.
Hoy estamos generando el espacio de oportunidad para recuperar, con cimientos sólidos y veraces, la seguridad de la frontera y en ese sentido estamos dando una lucha que no se había dado antes para evitar un deterioro mayor.
Ante este diagnóstico, a empellones nos estamos poniendo de acuerdo los tres niveles de gobierno para asumir el compromiso de manera total.
No es un camino fácil, en el camino hay obstáculos políticos en donde de repente, unos imputan responsabilidad a otros; pero al final, no tenemos alternativa.
Si reclamamos el derecho de ser un Estado, tenemos que comportarnos como tal y asumir nuestros deberes como tal; así es que, con quien hace la pregunta, yo no comparto la percepción de que antes hubiera seguridad.
Hoy se ha incrementado el temor ante el incremento de la violencia, sí, pero recuperaremos la paz, pero ya estaba perdida la seguridad desde antes.
Fuente: SEGOB