14 dic 2007

Prohibiciones a la CIA


La Cámara de Representantes de EE UU aprobó un proyecto de ley que prohibe a la CIA aplicar la asfixia simulada, el simulacro de ejecución y otros mecanismos excesivos en los interrogatorios.
La medida fue aprobada este jueves 13 de diciembre en una votación de 222-199 y remitida al Senado, que debe actuar antes de que el proyecto pueda ser enviado al presidente George W. Bush para su promulgación.
Empero, la Casa Blanca ha amenazado con vetar la iniciativa.
El proyecto, que es un acuerdo de la cámara y el Senado para autorizar operaciones de inteligencia en el 2008, también impide el gasto del 70% del presupuesto de inteligencia hasta que las comisiones de inteligencia de las dos instancias legislativas reciban información sobre el ataque aéreo que lanzó Israel el 6 de septiembre contra una presunta instalación nuclear en Siria.
El presupuesto de inteligencia del 2008 es secreto, aunque algunos partes fueron divulgadas. Una disposición exige informar a las comisiones si los empleados de la CIA cumplen con las normas que protegen a los detenidos de tratamientos crueles, inhumanos y degradantes. Otra medida estipula la entrega de un informe sobre la participación de contratistas privados en los trabajos de inteligencia.
La iniciativa es la primera que genera el Congreso en tres años sobre la autorización de operaciones de inteligencia.
La Casa Blanca amagó con vetar el proyecto en un comunicado extenso con al menos 11 puntos de disenso con la iniciativa.
El gobierno rechaza en particular el propósito de restringir a la CIA la aplicación de los métodos de interrogatorio que fueron aprobados por las fuerzas armadas en el 2006.
La asfixia simulada en un mecanismo particularmente excesivo de interrogatorio que consiste en atar a un prisionero, cubrirle la boca con plástico o tela y derramarle agua en el rostro. De esa manera, el reo comienza rápidamente a inhalar agua y a sentir que se asfixia.
Se sabe que la CIA ha aplicado ese método a tres prisioneros pero que no lo ha practicado desde el 2003, según un funcionario familiarizado con el programa que habló a condición del anonimato porque la información es secreta.
Michael Hayden, prohibió en 2006 la asfixia simulada.

Cristina Fernández responde


La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, afirmó que las denuncias de que los $800,000 confiscados al empresario venezolanoamericano Alejandro Antonini estaban destinados a su campaña electoral son producto de una "operación basura'' de parte del gobierno de EE UU.
"Hay también algunos otros basurales, pero de la política internacional, con personajes que parecen salidos de películas o de series americanas, donde nunca se sabe cuánto es verdad y cuánto es mentira. Pero permite darnos cuenta de cómo algunos conciben a la política internacional y qué tipo de relacionamiento quieren. Más que países amigos, quieren países empleados'', declaró la mandataria durante la presentación de un plan para la erradicación, limpieza y cierre de tiraderos de basura.
"En esta forma de operar en la política regional, les quiero decir que no van a tener resultados. Esta presidenta es mujer, pero no se va a dejar presionar'', agregó Fernández, quien asumió el cargo apenas el lunes pasado.
Dos ministros de su gabinete habían atribuido antes a una "operación de inteligencia estadounidense'', la denuncia del fiscal federal de Miami, Thomas Mulvihill, de que el dinero confiscado el 4 de agosto a Antonini en un aeropuerto de Buenos Aires estaba destinado a su campaña electoral.
En Washington, el Departamento de Estado se abstuvo de mencionar detalles específicos, pero dijo que estaba al tanto de la investigación y reiteró la inquietud de Estados Unidos ante la posibilidad de que el gobierno del presidente Chávez esté interfiriendo en los asuntos de otros países. "Hemos hablado de su interferencia en los asuntos de otras naciones. Han tratado de inmiscuirse en varias elecciones en la región y en algunos casos el tiro les salió por la culata'', declaró a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.