Cuidado con la obsesión por ganar/FERRAN RAMÓN-CORTÉS
El País Semanal, 11/09/2011
Fui a un partido de baloncesto de mi hija. Una competición escolar de niñas de 11 años. El partido estaba reñido, y ambos equipos luchaban con pasión. A mitad de partido, la entrenadora del equipo contrario empezó a discutir las decisiones arbitrales con inusual agresividad. Y los padres, que habían comenzado con algunos gritos de ánimo, hacía un buen rato que habían perdido los papeles y se comportaban como auténticos hooligans, estimulando una competitividad desmesurada y sin dudar ni un instante en insultar literalmente a los contrarios.