28 may 2008

Regreso al futuro

Publicado el miércoles en El Nuevo Herald on line 28 de mayo del 2008;
Más cárceles para ilegales y narcotraficantes en la frontera
McCLATCHY NEWSPAPERS
Hay muchos en el Congreso que cuentan con los muros fronterizos como factor disuasivo para la inmigración ilegal y el narcotráfico desde México. Aquí, en Del Río, Texas, las autoridades usan las cárceles.
La prisión del Condado Val Verde está repleta de jardineros y sirvientas, inmigrantes en espera de la deportación, atrapados en un operativo llamado Operación Streamline, un programa de cero tolerancia que comenzó aquí y desde entonces se ha extendido a lo largo de la frontera con México.
Los detractores del enfoque carcelario cuestionan los costos cada vez más elevados, se quejan de las malas condiciones que imperan en los centros de detención y pronostican que finalmente eso no impedirá que los inmigrantes y las drogas sigan entrando al país.
Pero los partidarios dicen que ha hecho bajar la delincuencia y disuade a los indocumentados de cruzar la frontera. El número de inmigrantes ilegales atrapados en el Sector Del Río de la Patrulla Fronteriza está a su nivel más bajo desde principios de los años 70.
"El método funciona'', dice D'Wayne Jernigan, policía del Condado Val Verde. ‘‘Decididamente hemos visto una reducción de la delincuencia en toda la zona fronteriza y menos extranjeros ilegales andan sueltos en la comunidad''.
Aunque las autoridades federales planean construir muros cerca del puente internacional que conecta a Del Río con Ciudad Acuña, Jernigan --que prefiere los policías a los muros-- dice que el tráfico de ilegales ha disminuido.
En todo 2007, 22,920 personas fueron detenidas en el sector Del Río y en su mayoría pasaron por la cárcel de Val Verde. En 1974, el año para el cual se poseen las cifras de fin de año más antiguas, se detuvieron más de 44,806 personas, casi el doble. No se sabe cuántos lograron pasar, pero el gobierno cree que menos personas capturadas significan que menos han cruzado.
Tan recientemente como en el 2000, en el sector se detuvieron 157,178 personas. Entonces, a fines del 2005, luego de una gran protesta por parte del jefe de policía y otros funcionarios locales, la Patrulla Fronteriza lanzó la Operación Streamline en el sector de Del Río. Después se amplió a Yuma, Arizona, y más recientemente a Laredo, Texas.
El nuevo plan tiene como meta ponerle fin a la controvertida práctica de detener y liberar a los indocumentados. Durante años, miles de extranjeros indocumentados capturados cerca de la frontera quedaban libres por falta de espacio carcelario y se les daba una citación para comparecer ante un tribunal. La mayoría simplemente se esfumaba en la economía clandestina.
Ahora el lema es "capturar y detener'', lo que significa que prácticamente todos los detenidos son enviados a un tribunal o se les deporta de inmediato.
El resultado es una carga logística y financiera para el Departamento de Justicia, que tiene que añadir abogados y otros empleados para encausar a los detenidos. El secretario de Justicia, Michael Mukasey, recientemente calificó de asombrosa esa carga.
Junto con eso ha surgido una demanda casi insaciable de espacio de prisiones.
Por ejemplo, hace ocho años la Prisión de Val Verde sólo tenía 180 camas. Este año, tras completarse una segunda ampliación de 600 camas, la cárcel de máxima seguridad tiene capacidad para 1,425 presos, un aumento de casi 800 por ciento.
Mientras la población carcelaria estatal se ha mantenido igual, entre 70 y 80 diarios como promedio, los detenidos por delitos de drogas o inmigración son muchos más, según cifras oficiales.
"Si no fuera por los presos federales no necesitaríamos nada de esto. Simplemente no sería necesario'', dijo Jernigan durante una gira reciente por la enorme instalación que supervisa en Del Río. "Es una ciudad con tribunales federales y hay que albergar a presos federales''.
También se construyen dos prisiones que albergarán detenidos federales junto a la frontera de Texas y México, al sur de Del Río: una de 654 camas en Eagle Pass y una de 1,500 en Laredo, que ya está casi terminada.
Lo mismo que la de Val Verde, las instalaciones, operadas por empresas privadas, pertenecen al Geo Group, Inc., antes conocido como Wackenhut, que informó que el año pasado fue el de más ganancias en su historia.
Incluso la mayor cárcel para inmigrantes ilegales, el centro de Detención del Condado Willacy, era demasiado pequeña para acomodar las necesidades federales. Situada en Raymondville, Texas, y conocida como Prisonville, desarrolla una ampliación para aumentar su capacidad de 2,000 a 3,000 camas este año, se informa.
Este auge de detenciones no ha salido barato.
Según la Policía de Inmigración (ICE), cuesta $88 diarios alojar a un preso en instalaciones carcelarias privadas y casi $120 al día en los centros de procesamiento de la ICE.
En todo el país, el número promedio de presos detenidos a diario por la ICE ha aumentado 44 por ciento desde el 2001. Mientras tanto, el presupuesto de operaciones de detención y deportación de esta entidad ha aumentado a más del doble en los últimos cuatro cuatro años, $959 millones en el año fiscal 2004 a $2,400 millones en el 2008, según información oficial.
Controlar la permeable frontera sur se convirtió en una prioridad nacional urgente después de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Por ejemplo, el número de agentes de la Patrulla Fronteriza se habrá duplicado, a 18,000 miembros, para cuando el presidente Bush deje su cargo, según funcionarios federales.
Pero las reformas de inmigración propuestas por Bush --entregar permiso de trabajo temporal a ciertos obreros mexicanos-- se desplomó el año pasado en el Congreso. Eso allanó el camino para redadas en los centros laborales, un aumento de multas para los empleadores que contratan a ilegales, la ampliación de programas de verificación electrónica del estatus de los trabajadores y una amplia gama de medidas contra la inmigración ilegal promulgadas por las legislaturas estatales.

Bombas racimo

El tratado internacional que prohíbe el uso, fabricación y almacenamiento de las bombas de racimo ha sido aprobado por 109 países, despues de intensas discusiones.
El acuerdo, no obstante, ha sido negociado sin la participación de los principales productores y usuarios de este tipo de armas (Estados Unidos, Israel, Rusia, China, India y Pakistán), que se oponen a su prohibición.
El encuentro de Dublín ha sido el más importante celebrado en el mundo sobre cuestiones de desarme desde que en 1997 se prohibiese en Ottawa (Canadá) el uso de la minas antipersonales. El funcionamiento de las bombas de racimo, causa de miles de víctimas en conflictos como el de Líbano, Irak o Kosovo resulta muy polémico porque, al hacer explosión, diseminan bombas muy pequeñas en una amplia zona, muchos de las cuales no estallan al hacer impacto y pueden ser activadas más tarde si son pisadas o las toca algún civil.
El Gobierno irlandés presentará en Dublín este viernes el texto final que ratificarán los 109 países firmantes en una ceremonia que se celebrará en Oslo (Noruega) el 2 de diciembre.
Dublin y las bombas de racimo: un paso vital para su prohibición/Enrique Figaredo
Publicado en EL CORREO DIGITAL, 27/05/2008;
Desde el 19 de mayo más de 100 países, entre ellos España, se reúnen en Dublín para negociar un nuevo tratado internacional cuyo objetivo es la prohibición de las bombas racimo, un armamento que ‘produce un daño inaceptable’. El mayor peligro que representan es que son armas de saturación área con un efecto indiscriminado; es decir, están formadas por una bomba ‘contenedor’ que se abre en el aire dispersando cientos de submuniciones que, al caer, no distinguen entre los objetivos, alcanzando, en un 98% de las ocasiones, a civiles. Pero esto no es lo peor: una parte de las submuniciones no explotan y quedan esparcidas sin control por amplios territorios, prolongando indefinidamente las guerras, actuando como minas antipersonales y mutilando a personas muchos años después del término del conflicto.
El Papa, Benedicto XVI, aprovechó el día previo al inicio de la Conferencia en Dublín para realizar un último llamamiento, tras una larga serie de enérgicas condenas a estas armas, para alentar a las partes negociadoras a que promuevan «una convención que prohíba estos mortíferos artefactos», haciendo especial hincapié en que «gracias a la responsabilidad de todos los participantes se pueda alcanzar un instrumento internacional fuerte y creíble». Es este precisamente el gran desafío de la Conferencia de Dublín: que todos los gobiernos rechacen una versión ‘diluida’ de este tratado, y consigan que toda variante de las bombas de racimo queden prohibidas en virtud del mismo.
Las industrias del sector, y aquellos que defienden su utilidad, aseguran que los avances técnicos pueden lograr unas tasas de error (es decir, submuniciones que no explotan) inferiores al 1%, mejorando así la seguridad para los civiles. Sin embargo, esto nunca se ha demostrado en la práctica y en todos los casos las tasas de error han sido superiores. Incluso aunque se lograran esas tasas en laboratorio, hay que recordar que las condiciones reales durante un bombardeo son muy diferentes, e influyen la situación meteorológica, el tipo de terreno, los errores humanos. Un solo fallo ya sería inaceptable.
El borrador del tratado prohíbe el uso, la producción y la comercialización de estas armas, y establece un periodo de seis años para la destrucción de todo almacenaje. Prevé también la limpieza de zonas contaminadas -con una fecha límite- y la asistencia a las víctimas y a las comunidades afectadas. «Tal y como está redactado ahora, el borrador del tratado es fuerte e incluye una prohibición suficiente de las bombas racimo. Cualquier intento de diluirlo debe ser totalmente rechazado», según indica Steve Goose, director del departamento de armas de Human Rights Watch. «El tratado es una combinación potente de legislación humanitaria y de desarme, y prevé requisitos específicos para las acciones humanitarias sobre el terreno -explica Goose-. Tiene el potencial de salvar incontables vidas hoy y en las próximas generaciones».Hay tres puntos de contención que surgirán en las dos semanas de negociación. Uno: algunos Estados -Dinamarca, Francia, Alemania, Japón, Países Bajos, Suecia, Suiza y Reino Unido- buscan excepciones a la prohibición para ciertas armas que tienen almacenadas, y argumentan que aún son necesarias para fines militares y que no producirán tanto daño como otras bombas de racimo. Dos: algunos países tratan de defender un ‘periodo de transición’ de más de siete años durante el cual podrían todavía utilizar bombas prohibidas. Su argumento es que no pueden prescindir de estas armas hasta que no hayan desarrollado alternativas militares. Los países que defienden con más fuerza esta tesis son Francia, Alemania, Japón, Suiza y Reino Unido, aun declarando que estas armas causan un daño inaceptable a los civiles. Tres: algunos Estados tratan de suprimir una disposición del tratado que prohíbe a los Estados firmantes asistir a otros que utilicen bombas de racimo durante operaciones militares conjuntas. Los que más defienden la tesis de la ‘interoperatividad’ son Australia, Canadá, Japón y Reino Unido. EE UU ha presionado sutilmente a muchos de sus aliados sobre esta cuestión.
En Dublín se encuentran 140 países negociadores que incluyen a la mayoría de los que más utilizan, producen o almacenan estas armas. Pero entre los que no están presentes figuran grandes potencias como EE UU, China, Rusia, India, Pakistán e Israel, todos ellos importantes productores de bombas de racimo. El Ejecutivo español tiene la ocasión de demostrar su compromiso con la paz mediante la prohibición total de este tipo de armamento en el ámbito nacional, y con su apoyo a un tratado integral en el internacional. Así demostraría que sitúa los derechos de las víctimas por encima de los intereses empresariales. Varias empresas españolas -Expal (Explosivos Alaveses S.A.) e Instalaza, con sede en Zaragoza- y entidades bancarias aún apoyan la producción de bombas de racimo. «La guerra en Camboya terminó en 1998, pero cada día entre dos y tres personas mueren o quedan mutiladas en el camino a la escuela, en los campos de arroz o en los bosques», explica desde su silla de ruedas Chan Neing, camboyano de 19 años que perdió las dos piernas y el brazo izquierdo mientras circulaba por un camino en el norte del país en 2005.
Intervención vaticana en la conferencia sobre bombas de racimo
Discurso del arzobispo Silvano Maria Tomasi, observador permanente ante las Naciones Unidas y las Organizaciones Internacionales en Ginebra, al comenzar la Conferencia diplomática sobre bombas de racimo, el 19 de mayo.
El prelado intervino posteriormente en otras dos ocasiones durante el desarrollo de la cumbre, concluida el 30 de mayo.
* * *
Señor Presidente,
1. La Delegación de la Santa Sede se siente especialmente honrada por intervenir al comienzo de esta Conferencia Diplomática. Expresa su alegría por ver los esfuerzos de un gran número de actores para dar una conclusión positiva a un proceso que busca mayor seguridad y protección. Necesitamos ir más allá de una visión reductora y estrecha que diera la ilusión de que la protección sólo viene a través de las armas, en especial, a través de aquellas que intentamos prohibir.
En primer lugar, la Delegación de la Santa Sede querría expresar su satisfacción por verle presidir, Señor Embajador, la marcha de este encuentro y por facilitar las negociaciones hacia un acuerdo sólido y operativo.
La Santa Sede ofrece a Irlanda su apoyo y su disponibilidad para unir fuerzas en la construcción de un mundo más humano, más seguro y más cooperativo.
Señor Presidente,
2. Esta Conferencia de Dublín es el resultado de la toma de conciencia de que se necesita una actuación concreta, creíble y eficaz para responder a un problema que ha durado demasiado. Durante años, las ONGs, ICRC, y diversos países, han planteado sin éxito al principio el tema de las bombas de racimo. Nuestra satisfacción ahora es grande. Hoy nadie niega la existencia de los problemas humanitarios ligados a las bombas de racimo, la urgencia de una acción colectiva, y el esfuerzo indispensable de trasladar estas preocupaciones a un desarrollo del derecho humanitario internacional.
Los diferentes socios del Proceso de Oslo y los estados miembros de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW) están de acuerdo en esta urgencia. No hay duda de que todavía existen diferencias importantes sobre la respuesta apropiada.
La Santa Sede, sin embargo, no puede dejar de insistir en la prioridad de la dignidad humana, del interés de las víctimas, en la prioridad de la prevención y de la estabilidad, y en el concepto de seguridad basado en un menor nivel de armamento. La paz trasciende con mucho el marco de las consideraciones militares. La paz no es sólo la ausencia de guerra.
Los derechos humanos, el desarrollo, la participación social y política, la justicia, la cooperación, estos y otros conceptos similares, tienen un papel crítico en la definición moderna de la paz auténtica.
Confiar la seguridad sólo a las armas y a la fuerza es algo efímero y una ilusión. Las bombas de racimo ilustran a la perfección este punto. Incluso las así llamadas victorias demuestran ser derrotas duraderas para la población civil, para el desarrollo, para la pacificación, para la estabilidad. Décadas después de la utilización de bombas de racimo, la paz conserva un amargo sabor con miles de víctimas, con el desarrollo socio-económico estancado, con considerables recursos humanos y económicos perdidos.
3. Aquí y ahora se nos da la oportunidad de tomar una decisión. En un mundo globalizado y cada vez más interdependiente, los problemas de algunos son los problemas de todos: de los países ricos y pobres; de los países desarrollados y en desarrollo; de los países productores y exportadores de bombas de racimo y de los países que las importan; países consumidores y no consumidores. Lo que hoy no se haga, tendrá que hacerse mañana con un añadido de sufrimiento, de costes económicos, y de heridas más profundas que curar.
4. Es comprensible que algunos países tengan que hacer frente a dificultades para cumplir los compromisos que se deriven del futuro instrumento. Pero no incurramos en error. Los países afectados y las víctimas son quienes están pagando y continúan pagando el precio más desorbitado. Tendrán que hacer algunos esfuerzos quienes tengan que renunciar a este tipo de armas, quienes tengan que dejar de exportarlas, quienes se obliguen a destruir sus almacenes, quienes se comprometan en actividades de desminado y descontaminación, quienes inviertan recursos para las víctimas, todas las personas implicadas en las diversas actividades humanitarias. Los líderes políticos y militares deberían considerar todos estos esfuerzos, al igual que la población de sus países, como algo necesario pero absolutamente valioso para la construcción de un mundo más pacífico y más seguro, en el que todos gocen de mayor seguridad.
5. En este como en otros contextos, la cooperación y la labor conjunta son esenciales para el éxito. La labor conjunta entre Estados, Naciones Unidas, Organizaciones Internacionales, el Comité de la Cruz Roja y las ONGs, es el secreto de un éxito común y un elemento indispensable para lograr el objetivo del futuro instrumento. Las víctimas deberían ocupar un lugar privilegiado en este plan, deberían tener un papel activo desde el principio al fin. En las negociaciones entabladas, cada parte debería encontrar su propio lugar, de forma que el apoyo a la Convención que se adopte resulte completo, sólido y operativo. Todo el mundo es necesario en la puesta en práctica de este proyecto. Trabajemos hombro con hombro como socios para afrontar hoy el desafío de la adopción de medidas y mañana el de su puesta en práctica.
Señor Presidente,
6. Es verdad que los Estados tienen el derecho a defender la paz, la seguridad y la estabilidad de la población bajo su responsabilidad. Pero esto se puede lograr mejor sin el recurso a la carrera de armamentos y a la guerra. En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965, el Papa Pablo VI recordaba a la Comunidad de Naciones el desafío de la paz sin el recurso a las armas: "No es posible amar con armas ofensivas en las manos. Las armas, sobre todo las terribles armas que os ha dado la ciencia moderna antes aún de causar víctimas y ruinas engendran malos sueños, alimentan malos sentimientos, crean pesadillas, desafíos, negras resoluciones, exigen enormes gastos, detienen los proyectos de solidaridad y de trabajo útil, alertan la psicología de los pueblos. Mientras el hombre siga siendo el ser débil, cambiante y hasta malo, que demuestra ser con frecuencia, las armas defensivas serán, desgraciadamente, necesarias. Pero a vosotros, vuestro coraje y vuestro valor os impulsan a estudiar los medios de garantizar la seguridad de la vida internacional sin recurrir a las armas. He aquí una finalidad digna de vuestros esfuerzos. He aquí lo que los pueblos aguardan de vosotros".
Señor Presidente,
7. Como recordaba ayer el Papa Benedicto XVI al mundo, los ojos de los pueblos, de las víctimas, de los países afectados, se centran en esta Conferencia Diplomática, y todos esperan de nosotros una decisión valiente. El mundo espera un acto de fe en la persona humana y en sus más altas aspiraciones a vivir en paz y en seguridad, un compromiso que haga de la solidaridad la expresión más espléndida de la unidad de la familia humana y de su destino común.
Estoy convencido, Señor Presidente, que, al concluir esta Conferencia, todos los participantes quedarán como ganadores y satisfechos de haber hecho la elección correcta.
Gracias, Señor Presidente.
[Traducción del original inglés realizada por Justo Amado]

Colombia

Colombia: ¿principio del fin?/Luis Alejandre, general
Publicado en EL PERIÓDICO, 28/05/2008;
Descifrar las claves del conflicto colombiano, en el que vive el país desde hace mas de 40 años, no es fácil: lo previsto es imposible; lo imposible, posible.
No será por los intentos de solucionarlo, siempre asociados a periodos presidencialistas: León Valencia lo intentó por las bravas en 1964; Belisario, en 1984; Virgilio Barco, después, hasta 1990; el propio César Gaviria, entre 1990 y 1994. Pastrana llegó a ceder 43.000 kilómetros cuadrados en el Caguán, pensando que aquel espacio facilitaría el reencuentro. Fracasó. Uribe, en su segundo mandato que finaliza en el 2010, lo ha intentado y lo intenta con todos los medios a su alcance.
Marzo fue indiscutiblemente un mes terrible para las FARC. Empezó con la muerte de Raúl Reyes, en su santuario ecuatoriano, seguida una semana después por la de Iván Ríos, asesinado en circunstancias más que trágicas. Finalizando mayo, hemos conocido que este mes aún ha sido peor: el 26 moría de un infarto, según unas fuentes, a consecuencia de un bombardeo, según otras, el hombre que apagaba de un disparo de AK 47 un cigarrillo a 60 metros: Manuel Marulanda, fundador e indiscutible jefe del grupo, bautizado hacía cerca de 78 años como Pedro Antonio Marín en el pequeño pueblo de Génova, en el interior del país.
TAMBIÉN ha sorprendido el nombre de su sucesor: Alonso Cano, antiguo estudiante de Antropología convertido en una especie de pensador o ideólogo de la guerrilla, el más duro negociador, no obstante, en San Vicente del Caguán con los equipos de Pastrana. Todo apuntaba que sería Jorge Briceño, el mono Jojoy, el jefe militar, el llamado al relevo. En resumen, la rama política ha prevalecido sobre la militar: primera importante conclusión.
Pero no han acabado aquí las sorpresas. El hecho de que el anuncio de su muerte lo hiciese el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, a una publicación de su familia es un indicio de falta de cohesión en el Gobierno. La noticia merecía ser anunciada por el propio presidente, por muy importante que fuese su descanso de fin de semana. Puede haber una segunda lectura: Santos quiso adelantarse al ministro del Interior, Carlos Holguin, que hacía unos días se había apuntado el éxito de la entrega de Karina, la tristemente mítica comandante del frente 47. Las elecciones presidenciales del 2010, casi a la vuelta de la esquina, pueden ser la clave de estos protagonismos. Segunda conclusión: tampoco es monolítica la posición del Ejecutivo de Uribe, como no lo son ni el poder legislativo ni el judicial.
No deja de ser cierto que las FARC han ganado en los últimos tiempos cierta consideración exterior de tipo político. El conflicto fronterizo de Colombia con Venezuela y con Ecuador fue una muestra de ello. El latente y cruel secuestro de Ingrid Betancourt, otra. Pero esta internacionalización, buscada a través de sus nuevos aliados venezolanos, nicaragüenses y ecuatorianos, se ha convertido en su mayor enemigo. Ha roto la cerrada y férrea disciplina interna, ha abierto las murallas intelectuales de sus segundos y terceros escalones de mando a las nuevas generaciones de combatientes. Las nuevas tecnologías –ordenadores y telefonía móvil– son sus verdugos. No lo pudieron imaginar. Error estratégico. Tercera conclusión.Ahora, todos nos preguntamos qué puede pasar, cuando casi todos deseamos que se inicie el camino sin retorno a una definitiva paz social. Hay un primer plazo fijado: las presidenciales del 2010, plazo tanto para los que aspiran a suceder a Uribe como para los que sostienen que no puede haber solución con él. Hay otra referencia a tener en cuenta: el tratamiento jurídico y social que se ha dado a los desmovilizados de las autodefensas, más conocidos como paramilitares. La labor de depuración o desbroce jurídico de responsabilidades –de crímenes de lesa humanidad a conexiones flagrantes con el narcotráfico– deberá ser tenida en cuenta, si finalmente el secretariado de las FARC fija la vía de la reinserción como objetivo político.Hay apoyo nacional. Hay apoyo internacional. Hay voluntad de llegar a una definitiva solución del conflicto. ¡Tirofijo habría cumplido este mes 78 años! El presidente Uribe quiere llegar también a la solución. Demasiados zarpazos han sufrido él, su familia y su entorno político. Ha maniobrado muy bien con sus aliados de EEUU, con los mandos de sus fuerzas militares, con su opinión pública, que mayoritariamente le respalda. Ha sabido atacar en todos los frentes posibles: el militar y policial, primero, pero también en el diplomático, el económico, el político, el psicológico.
ALGUNO DE sus métodos, como el pago de delaciones y traiciones, son poco éticos, muy del estilo de su aliado del norte. Pueden valer en determinadas situaciones de guerra total, pero dejan espirales de violencia de difícil cicatrización. Si hay indicios de acuerdo, deberá abandonar esta práctica y dedicar los 100 millones de dólares disponibles a reinserciones y otros objetivos sociales, sobre todo si quiere dejar una Colombia dispuesta a comenzar el largo camino de la integración… He dicho “comenzar el camino” porque la llama del conflicto la apagarán definitivamente las segundas o terceras generaciones, hacia el 2050. Parece lejos, pero un día hay que comenzar.La muerte de Marulanda debería significar la apertura de un nuevo periodo, que llevase no solo la disolución del grupo armado más antiguo del continente, sino también a la de su hermano, el Ejército de Liberación Nacional. Colombia podría concentrar todos sus esfuerzos en combatir a su gran enemigo interno: el narcotráfico. Solo el día que acabe con él, recuperarán los colombianos todas sus libertades.
Quizá este día comenzó un 26 de marzo, en cualquier lugar de las “montañas de Colombia”, el habitual remite de un hombre que, a su manera, creía luchar por estas libertades y al que sus camaradas llamaron Tirofijo por su certera puntería con un arma. La historia dirá si su puntería política estuvo a la misma altura.

Andrés Nim

La larga sombra de Andrés Nim/Hugh Tomas, historiador
Publicado en ABC, 25/05/2008;
Alcalá de Henares ha sido durante décadas un lugar asociado con algunos de los mayores y más nobles logros de España. Fue allí donde el cardenal González de Mendoza se encontró por primera vez con Colón y accedió a presentarle a los Reyes Católicos. Fue allí donde su sucesor, el cardenal Jiménez de Cisneros fundó su Universidad Complutense (el nombre en latín para Alcalá) y encargó la elaboración de su maravillosa Biblia en siete idiomas. Y allí nació también Cervantes, además de Manuel Azaña, un excelente escritor aunque no fuera un político muy afortunado.
Teniendo en cuenta estos acontecimientos magistrales del pasado de Alcalá, debe de parecer inapropiado que la ciudad fuera también el escenario de uno de los sucesos más deshonrosos de la historia de España: el asesinato en 1937, en plena Guerra Civil, del antisoviético Andrés Nin.
Nin y los que con él formaban parte de un pequeño partido conocido con el nombre de Partido Obrero de Unificación Marxista habían sido comunistas en los años veinte. De hecho, Nin, hijo de un zapatero de El Vendrell, Tarragona, y en otra época anarcosindicalista, había quedado tan impresionado por la revolución rusa que pasó una época viviendo en Moscú y trabajando para el Profintern, la organización comunista de sindicatos. Pero Nin y muchas personas como él se desilusionaron: la persecución de Trotski llevada a cabo por Stalin fue un momento crucial para todos estos revolucionarios, y Nin se volvió a España para lamerse las heridas junto con sus camaradas.
En el ámbito político, estos ex comunistas se reunieron en un primer momento en un diminuto partido llamado Bloque Obrero y Campesino (BOC), que se unificó con otros anticomunistas radicales para formar el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). En un pasaje ingenuo de mi libro La Guerra Civil española denominé a estos revolucionarios nacionalistas «semi-trotskistas», una designación que provocó la burla de algunos de ellos más adelante. Cambié esa descripción en las ediciones posteriores de mi obra, pero creo que era un nombre mejor de lo que aparentaba. Recuerdo que cuando estaba escribiendo el libro, el ilustrado socialista inglés Tony Crosland le dijo a su mujer: «¿Sabes? Hugh nos va a contar todos los detalles acerca de aquello en lo que se equivocó el POUM».
Muchos años después, llegué a conocer a varios de esos poumistas de antaño. Su principal motivación política era un anticomunismo feroz y bien informado. Por ejemplo, en Nueva York conocí a Joaquín Maurín, el líder, junto con Nin, del POUM. Era difícil distinguir en este encantador periodista liberal al fiero enemigo del capitalismo de original intelecto que había sido otrora. No cabe duda de que sus años como refugiado en la España nacionalista debieron de arrancarle ese espíritu. Pero aun así, sigue mereciendo la pena citar su recordatorio de que el fascismo fue la herejía de la izquierda y no de la derecha.
En Londres conocí a Julián Gorkin (Gómez), que había sido fundador del partido comunista en Valencia. Me confesó que lo que le llevó a separarse allá por 1927 de los comunistas sovietizados fue la orden procedente de Moscú de asesinar al general Primo de Rivera. En la década de los cincuenta, cuando lo conocí, Gorkin se vio implicado en el ataque inteligente e intelectual al comunismo del Congreso por la Libertad Cultural. Su descripción de las actividades de la Internacional Comunista en España me pareció tan electrizante como reveladora. Por ejemplo, comparaba a Codovilla, el representante argentino del Comintern (la organización de la Internacional Comunista), con Svengali, un director de escena decidido a convertir a La Pasionaria en oradora.
Y por último estaba Víctor Alba, al que llegué a conocer como traductor realmente brillante. Tradujo mi libro La conquista de México con erudición, sensibilidad y pasión, y el memorando publicado en la edición española de esa obra, en el que explicaba lo difícil que le había resultado, estaba maravillosamente escrito. Por aquel entonces, Alba había sido prisionero de una cárcel nacionalista, periodista del Excélsior en México y profesor de ciencias políticas en una universidad de Estados Unidos. Pero cuando yo lo conocí, había vuelto a Sitges, donde vivía junto al mar, rodeado de sus enciclopedias, sus diccionarios y su familia (que lo ayudaban con sus traducciones). Llegué a cogerle mucho cariño. Escribió un gran número de libros interesantes, entre los que se encuentran sus memorias, Sísifo y su tiempo, una obra magnífica. Contiene la mejor explicación de las atrocidades cometidas en el bando republicano que conozco: «Ni yo ni nadie que conociera, ni los dirigentes hicimos nada para impedir los asesinatos e incendios. El silencio, la cautela o la indiferencia fueron la actitud general, especialmente de los que después se desgañitaban asegurando que si la CNT no hubiese cometido tantas barbaridades habríamos ganado la guerra. Hablando de represión, hemos de emplear la primera persona y no la tercera. Callar es también una manera de hacer. Y todos callaron. No creo que esto fuese en general producto del miedo, sino de la indiferencia, derivando de la convicción íntima de que en bloque las víctimas se lo merecían, cuando menos porque, de haber vencido, habrían actuado como los incontrolados. De hecho, allí donde podían, lo hacían, pero controlados» (Sísifo, 127).
Cuando estalló la guerra, en 1936, el POUM, como parte del ala izquierdista de la alianza, formaba parte del Gobierno catalán. Nin fue Consejero de Justicia durante tres meses. Pero parece que sólo trabajaba como tal por las tardes y que se reservaba las mañanas para el POUM. Hiciera lo que hiciera en ese puesto, no fue capaz de influir demasiado en las colosales injusticias de su época «en el poder». Después de eso, el POUM se convirtió en el objetivo de los ataques comunistas como medio para vengarse de aquellos que parecían haber traicionado al partido en los años veinte. Además, Nin cometió el error de insinuar que debían acoger a Trotski en Barcelona. Los comunistas no podían perdonarle algo así. Los anarquistas, que tenían mucho más peso, también estaban en el punto de mira de los comunistas.
Dentro del bando republicano, las luchas estallaron en mayo de 1937: los anarquistas abandonaron el Gobierno y a los líderes del POUM se los acusó de ser franquistas encubiertos. Los comunistas arrestaron a Andrés Nin y se lo llevaron de Barcelona a Alcalá de Henares, iniciativa impulsada por la policía soviética, cuyos agentes se aprovechaban de su situación como representantes del único país que ayudaba a la República con armas para hacer más o menos lo que se les antojaba. Los dos delincuentes implicados en el arresto, el brutal interrogatorio y el posterior asesinato de Nin fueron un ruso, Alexánder Orlov, y un húngaro, Ernö Gerö. A pesar de las refinadas técnicas de tortura empleadas por estos mostrencos, Nin se negó en redondo a aceptar que el POUM y él fueran agentes fascistas, aliados secretos de Franco. Los comunistas empezaron a admitir que la muerte de Nin había sido obra suya en los años setenta, pero no antes. Orlov murió más adelante como refugiado en Estados Unidos; Gerö fue ministro del Interior de Hungría en los años cincuenta y quedó manchado de la sangre de muchos de sus compatriotas húngaros antes de morir en Rusia en 1980. Ahora, José María Zavala, en su excelente biografía En busca de Andreu Nin, ha demostrado más o menos en qué parte de Alcalá estuvo encarcelado Nin y ha sacado a relucir muchos detalles de sus últimos días. Por muchas que sean las dudas que podamos tener acerca de la vida anterior de Nin, lo que sí podemos decir con toda certeza es lo mismo que lo que Malcolm comenta en Macbeth sobre el «Thane» (noble medieval): «Nada en su vida le sentó tan bien como el dejarla».
Lo que quizá sea ahora necesario es una estatua de Nin en Alcalá. Murió como consecuencia de sus convicciones, por mucho que podamos disentir de lo que quería intentar y hacer. Un programa «semi-trotskista» no resulta muy atrayente ahora. Nin fue víctima de un complot internacional que desacredita al Gobierno republicano. Para reparar el daño, Nin debería ser recordado como es debido. Quizás el Cardenal Cisneros habría estado de acuerdo.

El Narco en México

ANÁLISIS: Los desafíos de México
(Culiacan)
Ciudad sitiada/ÉLMER MENDOZA, III premio Tusquets de novela 2007. Miembro de El Colegio de Sinaloa.
Publicado en El País, 28/05/2008;
Vivo en una ciudad sitiada. En la panadería, la frutería y la carnicería, jóvenes soldados muestran fusiles Barret calibre 50. Son bajitos. Deben ser del sur, del territorio del subcomandante Marcos. Le pregunto al menos duro si han atrapado a alguien. Responde que no, que generalmente jamás detienen a nadie. El presidente ha declarado la guerra al narco y ha tomado tres ciudades: Juárez, Tijuana y Culiacán. Vivo en la última. Hemos padecido terribles balaceras donde también han disparado bazucas, AK-47 y lanzado granadas de fragmentación. No pudimos celebrar el día de las madres como nos gusta. Tampoco comprar regalos ni llevarlas a cenar. Salvo la mía, que es de los tiempos de José Alfredo que sostenía que la vida no valía nada, nadie quiso salir. Mi madre sí. Conversó con los soldados de los retenes, los compadeció por estar tan lejos de sus madres en día tan señalado y los invitó a su casa por si querían llamar por teléfono o ir al baño. Mamá, estamos en guerra, le aclaré, sé prudente. ¿Contra quién? Contra la delincuencia organizada. ¿Vamos ganando? Más o menos, se habla de 2,000 bajas. ¿Quién es el comandante en jefe? El presidente. ¿Ése? Pero si se robó las elecciones, ¿cómo puede hacer eso? No ha hecho nada que valga la pena. Mamá, tranquila, el médico te recomendó no alterarte, no olvides que padeces demencia senil. Demente senil tu abuela, que en paz descanse: por un momento pensé que le habíamos declarado la guerra a los gringos, imagina el regalo de días de las madres.
Las guerras son para que mueran inocentes. Efectivos menores de 20 años, pertenecientes a ambos bandos, censados entre los 50 millones de pobres del país, intentan salir con vida, pero están marcados. Parecen no tener opción. No hay universidad para ellos, y los pocos que asisten pocas veces encuentran empleo.
Por su parte, las bandas se acomodan, toman una ciudad por unas horas, organizan su jaleo y se van. Seis u ocho muertos, seis o siete heridos. No sabemos a cuál apoyar, los malandrines son los que invierten y sus enemigos los que administran. Sospechamos de acuerdos difíciles de romper. Los expertos creen que mientras no se ataque el lavado de dinero y la corrupción en las altas esferas del poder, será inútil tanto derramamiento de sangre. A no ser por los ruidosos homenajes que el presidente hace a los caídos.
Los gringos aplauden. Mientras sean el mercado más demandante del mundo pueden seguir aplaudiendo. La droga les llegará y mucha pasará por acá. Por las ciudades tomadas, donde la vida sigue y el rojo es el de los atardeceres.
Los 'narcos' retan al Estado mexicano
Los sicarios amenazan de muerte por correo electrónico a toda Ciudad Juárez-
Los enfrentamientos causan 25 muertos en tres días a pesar de la alerta policial
ANTONIO O. ÁVILA, reportero
El País, - México - 28/05/2008
Los sicarios del narcotráfico siguen desafiando al Estado mexicano. Un total de 25 asesinatos se registraron entre el sábado y el lunes pasados en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, donde los carteles de la droga habían advertido que este fin de semana sería el "más sangriento de la historia".
En Chihuahua, al sur de Ciudad Juárez y capital del Estado del mismo nombre, los sicarios colgaron tres pancartas con los nombres de 21 policías amenazados de muerte. Y en el Estado de Sinaloa, al este del país, los enfrentamientos entre sicarios y fuerzas policiales causaron la muerte de 11 personas, entre ellas ocho agentes federales.
Los nombres de 21 agentes objetivo de los asesinos aparecen en tres pancartas
El fin de semana, Ciudad Juárez, de 1,5 millones de habitantes, se convirtió en una ciudad fantasma, a cuyas calles sólo salía la gente que estaba obligada a abandonar la seguridad del hogar. Las amenazas de los narcotraficantes habían llegado por correo electrónico y mensajes en los móviles. Los efectos fueron devastadores. El 90% de los bares y locales nocturnos permanecieron cerrados; la afluencia a los cines disminuyó en un 80% y se anularon una corrida de toros y un concierto de rock, informa France Presse. El pánico no arredró, sin embargo, a centenares de hinchas de un equipo local de fútbol, Los Indios de Juárez, que el domingo celebraron en las calles el ascenso a primera división.
Un total de 3.000 soldados están desplegados en el Estado de Chihuahua. A raíz de las amenazas, 300 militares patrullan a todas horas las calles de Ciudad Juárez, cuna del poderoso cartel de Juárez. El jefe militar, general Felipe de Jesús Espitia, explicó que la seguridad se reforzó "principalmente en las colonias con mayor índice de tráfico de drogas".
Las autoridades no han confirmado si se trató del fin de semana más violento en la historia de Ciudad Juárez, pero lo cierto es que se produjeron 25 asesinatos, que Espitia achacó a la guerra entre traficantes por el control del territorio. El Ejército ha detenido a unos 300 hombres presuntamente vinculados el cartel de Juárez, que luchan contra las bandas de Sinaloa, La Federación y El Golfo.
Según el analista político Federico Berrueto, lo que está sucediendo es que "hay muchos procesos superpuestos. El mercado de las drogas está cambiando, en función de los productores de cocaína, metanfetaminas y marihuana, y se modifica el patrón de consumo en Estados Unidos, lo que da como resultado una disputa en México por los mercados locales".
Pero hay otro plano, y es la ofensiva desatada por el Gobierno de Felipe Calderón contra el narcotráfico, que ha propiciado una recomposición de los carteles y una respuesta de desafío a las autoridades.
En Chihuahua, los sicarios colgaron el domingo tres grandes pancartas con el nombre de 21 policías locales a los que quieren asesinar. Los carteles estaban firmados por Gente Nueva, un oscuro grupo escindido del cartel del Golfo, informa Reuters. El pasado enero, colgaron una lista similar en Ciudad Juárez con los nombres de 17 agentes, de los cuales han matado a la mitad.
Ayer, en Sinaloa, un choque entre sicarios y agentes federales se cobró la vida de 11 personas, ocho de ellas policías, en la ciudad de Culiacán, donde recientemente se fortaleció la operación militar-policial y se reunió el gabinete de Seguridad Nacional para establecer la estrategia de lucha contra el crimen organizado.
El analista Federico Berrueto cree que "no se puede entender la actividad del narco sin la complicidad de sectores sociales". "La sociedad es muy pasiva, y ve la lucha contra el narcotráfico como una tarea del Gobierno. Lo mismo hacen los partidos, que creen que es una tarea del presidente Calderón y de los gobernadores, sin ver la gravedad del problema".
Según el diario El Universal, mayo se proyecta como el mes más violento de los últimos cinco años en México, con "370 ejecuciones atribuidas a la delincuencia organizada". Ni un solo día de los 27 transcurridos "ha tenido saldo blanco" y Chihuahua es el lugar donde más muertes ha habido, unas 150. El día 20 se registró el récord de 34 asesinatos en una sola jornada en cuatro Estados, Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas y Guerrero. En total, los ajustes de cuentas entre mafias de la droga han causado 1.200 muertos este año.
Los crímenes de los carteles
- Un total de 25 personas han sido asesinadas el fin de semana en Ciudad Juárez, fronteriza con EE UU.
- Mayo se perfila como el mes más violento de los últimos cinco años en México, con 370 asesinatos atribuidos al crimen organizado.
- Los ajustes de cuentas entre las mafias de la droga han causado 1.200 muertos en lo que va de año.

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