8 dic 2008

Tú eres mi ruta

Llénate de mí/PABLO NERUDA.


Llénate de mi
Llénate de mí.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.
/
Pero siento tu hora,
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Deccan Muyahidin

DECCAN MUYAHIDIN/Andrés Montero
Publicado en El Correo, 29 noviembre 2008;
Hasta el momento era desconocida y su bautizo ha venido directamente con la violencia. Es típico de bandas terroristas ligadas al yihadismo internacional, aunque no original. En los años ochenta grupos terroristas amarrados a la causa palestina y antisemita aparecían y desaparecían nombrados por la violencia. Eso tampoco era nuevo entonces. El anarquismo violento previo ya se anunciaba a través de actos violentos apalancado sobre el nefasto eslogan de la “propaganda por el acto”. Es decir, ser conocidos y nombrados a través de la violencia. Ahora, un nuevo grupúsculo terrorista ha aparecido en la India bajo el nombre Deccan Muyahidin y probablemente desparecerá tras sus atentados bautismales.
Lo novedoso de los terroristas disfrazados bajo el nombre volátil de Deccan Muyahidin no es su nebulosa y repentina presentación en la sociedad internacional, sino sus tácticas. Es relativamente… no innovador aunque sí excepcional en una célula terrorista recurrir a un ataque de guerrilla con armas de fuego en una acción violenta y coordinada contra más de un objetivo. Del mismo modo lo hicieron agrupaciones terroristas asociadas al ochentista Abu Nidal palestino que, por ejemplo, protagonizaron golpes mediante asaltos arma en mano por varios terroristas dirigidos por el conocido Carlos Illich Ramírez “Chacal”. No obstante eran acciones más enfocadas hacia el secuestro o la toma de rehenes que hacia el enfrentamiento directo, al combate con fuerzas militares o de seguridad. Ése podía ser un resultado derivado, pero no era el efecto central buscado. En cambio, el asalto coordinado de Deccan Muyahidin sobre dos hoteles de lujo y al menos otras siete localizaciones en la populosa Bombay ha tenido todas las trazas tácticas de un golpe guerrillero con propósito terrorista. El referente más cercano lo tenemos en la toma de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú en 2002, aunque no fue exactamente un asalto guerrillero sino un secuestro suicida con rehenes.
Desde el punto de vista del análisis meramente técnico, este tipo de ataques estaba entre los escenarios posibles de la evolución del terrorismo yihadista. Nada más que recurriendo al sentido común, podemos entender que es una combinación táctica entre un ataque suicida y una acción de tiroteo convencional con rehenes. En la toma de rehenes tradicional, el grupo terrorista tenía prevista una ruta de huida; en cambio, en un asalto armado de un grupo yihadista la huida no tiene relevancia si los terroristas son mártires islamistas, dispuestos a perder la vida asesinando. Un ataque armado de enfrentamiento guerrillero con fuerzas de seguridad no entraría en los cálculos de un terrorismo tradicional tipo ETA, pero es un procedimiento ideal para el yihadismo.
Desde un plano psicológico, que es directamente vinculado a los efectos perseguidos por el terrorismo, un ataque armado con toma de rehenes es más impactante en una población turística que la explosión de una bomba, ya sea mediante suicida o través de cualquier procedimiento como el coche o el cañón bomba. La población sufre más con un secuestro que con un atentado bomba con muertos. El mensaje terrorífico es más potente, porque la sensación de indiscriminación, de arbitrariedad y, por tanto, de impredecibilidad, es mayor. Por increíble que parezca, cualquier ciudadano siente más miedo anticipatorio cuando piensa en ser secuestrado por un terrorista suicida en un hotel que si se imagina siendo víctima mortal de una bomba. La sensación de vulnerabilidad es mayor. Cuanto más tiempo se imagina uno pasando a merced de la voluntad asesina de un agresor, de un terrorista suicida desprovisto de los límites de la autoconservación, más miedo se siente, aunque el efecto final de ambos terrorismos suicidas (con rehenes o mediante bomba) sea el mismo. El súbito estallido de una bomba, aunque mortal, es menos aterrador que estar sometido a la voluntad suicida de un grupo de individuos durante un lapso de tiempo de sufrimiento que puede ser eterno, aunque las probabilidades de supervivencia en el segundo caso puedan ser superiores.
En un análisis más estratégico, que Deccan Muyahidin haya golpeado en India es menos sorprendente, y tampoco es tan relevante que el grupúsculo tenga o no tenga relación con Al-Qaida. India es un blanco político de primera línea desde cualquiera de las tribus adheridas al yihadismo con residencia en Pakistán, enemigo histórico y principal. Cualquier grupo yihadista alrededor del atractor afgano con recursos y organización para planear un ataque de ese tipo, el área turística más cercana y más occidental que tienen a mano está en la India. Bombay tiene perfil más yihadista al está alejada de la zona nacionalista de disputa tradicional indopakistaní en Cachemira, además de tener acceso por mar desde Pakistán. Es la zona turística occidentalizada más accesible para un comando terrorista con un plan de enfrentamiento. Y no importa tanto que haya sido activado o no por Al Qaida, porque con la consagrada guerra al terrorismo de la era Bush ya nos hemos asegurado que cualquier nombre, aunque recién inventado, que invoque el yihadismo va a asegurarse un lugar en el panteón de los enemigos de nuestra civilización.

Ingrid en Caracas

Ingrid Betancourt afirmó este lunes en Caracas que los gobiernos de América Latina tienen un "compromiso humanitario" con Colombia, que, aseguró, abrirá el camino para la liberación de los secuestrados por la guerrilla de las FARC.
Dijo que las FARC deben sufrir una "mutación genética, un cambio inmenso" y "tienen que darse cuenta que no hay espacio en este continente para la lucha armada".
Subrayó que "el día que las FARC entreguen a los secuestrados dejan de ser terroristas.
Tras una reunión con el presidente venezolano, Hugo Chávez, reveló a la prensa que le agradeció "con un abrazo" su "compromiso" con la paz en Colombia, así como los esfuerzos para a liberación de los secuestrados por las FARC, incluida la suya, en julio pasado.
Ingrid le pidió con "humildad" a Chávez que le "ayude a liberar" a quienes permanecen "encadenados a los árboles" en la selva, secuestrados por las FARC.
"Tengan fe, hay una cadena de amor que se ha construido por todo el continente que nos va a ayudar y les va a sacar a ustedes de allá", aseguró Betancourt a sus "compañeros" en cautiverio, a quienes les aseveró, visiblemente emocionada, que "esta va a ser la última navidad" que pasen lejos de sus hogares.
Argumentó que durante la gira regional que finaliza con su visita a Caracas, consiguió el "compromiso" de los presidentes de Colombia, Ecuador, Argentina, Chile, Perú, Brasil, Bolivia y Venezuela con la liberación de los secuestrados y, más allá, con la paz colombiana.

Tribune Company en bancarrota

El gigante de los medios Tribune Company, el segundo mayor grupo de periódicos de EE UU, ha presentado este lunes una solicitud de bancarrota al no poder hacer frente a sus deudas, que ascienden a 12,100 millones de dólares.
No obstante, según ha informado en un comunicado, la compañía seguirá publicando sus periódicos cabeceras y gestionando sus canales de televisión y propiedades interactivas sin interrupción durante el periodo de reestructuración de su deuda.
Sam Zell, el magnate inmobiliario propietario del grupo en un comunicado ha dicho que tiene "suficiente efectivo" para garantizar la continuidad de sus operaciones.
La decisión refleja la situación que atraviesan los diarios estadounidenses, con una fuerte caída en los ingresos publicitarios debido a la recesión y un creciente interés de los anunciantes y los lectores por Internet.
La bancarrota de Tribune Company cuestiona seriamente el futuro de 'Los Angeles Times', uno de los diarios estadounidenses más importantes. El comunicado insiste en que Tribune tiene "suficiente efectivo" para garantizar la continuidad de sus operaciones.
La empresa también es propietaria de 'The Chicago Tribune, The Baltimore Sun, el periódico latino Hoy en Chicago y Los Angeles, 23 canales de televisión, el canal de televisión por cable WGN, y el club de béisbol de los Chicago Cubs. El equipo, sin embargo, no entra dentro de la solicitud de bancarrota.
Según la revista 'Fortune', el próximo diario que podría enfrentar una crisis similar es 'The New York Times', que podría tener dificultades en negociar el pago de una deuda por 400 millones de dólares.

Piratas del siglo XXI

Bucaneros del siglo XXI/Rafael Ramos
Publicado en La Vanguardia, 23/11/2008, primera parte
El secuestro la semana pasada de un petrolero con crudo por valor de cien millones de dólares en sus depósitos –una cuarta parte de la producción diaria de Arabia Saudí- no es más que la punta del iceberg. Los bucaneros del siglo XXI que operan desde las costas somalíes, conectados de una manera difusa con organizaciones islamistas radicales y con la complicidad de las autoridades de la zona, han disparado las primas de seguro que pagan las compañías navieras, amenazan con provocar en cualquier momento un desastre medioambiental y pueden alterar las grandes rutas del comercio marítimo.
La piratería en la región del Golfo de Adén –más de un millón y medio de kilómetros cuadrados en el Oceano Índico por los que pasan dieciseis mil cargueros al año y una cuarta parte del crudo que consume Occidente- es un negocio cada vez más rentable que se alimenta de la pobreza de un país, Somalia, asolado por la hambruna y el terrorismo, donde quince millones de personas necesitan ayuda humanitaria, que jugó un papel importante en la formación de Osama Bin Laden y tiene todas las papeletas para convertirse en el "nuevo Afganistán".
"Aunque los atractivos financieros de la captura de navíos son evidentes –dice un informe de Chatham House, un grupo de política intrenacional con sede en Londres-, gobiernos y empresarios occidentales han contribuido enormemente al problema. La industria pesquera de Somalia ha desaparecido en los últimos quince años, y son buques europeos y asiáticos los únicos que pescan en sus aguas. La agricultura ha desaparecido como resultado de las pertinaces sequías, excepto a niveles de subsistencia, mientras la inestabilodad política y la violencia hacen de la muerte un suceso cotidiano".
La piratería ha florecido en la costa somalí desde el colapso del último gobierno nacional efectivo en 1991, y el subsiguiente auge del tribalismo y el islamismo, un entorno de caos que favorece tanto el terrorismo como la delincuencia. El MI6 y demás agencias de inteligencia occidentales prestan especial atención a un grupo llamado Al Shabah, ala militar de las Cortes Islámicas, que controló brevemente la ciudad de Mogadiscio hasta su expulsión por fuerzas etíopes a finales del 2006. "Los yihadistas somalíes son veteranos de los campos de entrenamiento de Afganistán de los noventa, y Estados Unidos los acusa de proteger a operativos de Al Qaeda sospechosos de participar en las bombas de las embajas norteamericanas de Kenia y Tanzania", dice Rob Watson, analista de la BBC.
La realidad es que los secuestros de barcos son operaciones cada vez más frecuentes –once en los últimos quince días - y sofisticadas. Los piratas se atreven con navíos más y más grandes (el petrolero saudí Sirius Star tiene el tamaño de tres campos de fútbol), y no les importa lo alejados que estén de las costas. Operan con frecuencia desde buques madre desde donde tienen lanchas motoras, van armados con rifles semiautomáticos y lanzadores de granadas, disponen de navegadores y teléfonos móviles, y cuentan con una amplia red de infraestructura en ciudades costeras como Eyl y Haradhere, con albergues y restaurantes exclusivos para los rehenes, y donde los Mercedes, Range Rovers, trajes de modistos italianos, collares de oro y chalets de lujo están a la orden del día.
El rescate que se paga por término medio es de un millón de dólares (más de 30 millones al año), cifra que explica por sí sólo los incentivos de una empresa en la que participan todas las fuerzas vivas locales, ya sea a nivel privado, tribal, gubernamental o terrorista. Cinco bandas diferentes emplean –según cifras de la Asociación de Marinos del Este de África- a mil piratas, que tienen un porcentaje de éxito superior al cincuenta por ciento en sus intentonas (92 ataques y 36 secuestros desde Enero del 2008). Actúan de manera coordinada, de manera que la resolución de un conficto va seguida inmediatamente del inicio de otro. Los rehenes permanecen cautivos un promedio de siete meses, y en la actualidad hay una veintena de barcos cautivos (con más de trescientos triupulantes), contando el Sirius Star y el ucraniano Vanya, con su cargo de armas, municiones y treinta y tres taques de la era soviética.
El ministro saudí de Asuntos Exteriores, príncipe Saud Al Faisal, ha pedido a los gobiernos occidentales que envíen más buques de guerra a la zona bajo el mandato de la ONU para patrullar las costas de Somalia.
El tráfico marítimo por el Golfo de Adén es tan grande que solamente uno de cada seiscientos barcos es secuestrado, y hasta ahora las compañías navieras habían asumido el riesgo en vez de invertir en medidas de seguridad (radares, equipos de video, vallas eléctricas, vigilantes armados...). Pero la audacia creciente de los ataques está haciendo considerar el abandono de la ruta natural para llevar productos asiáticos a los mercados europeos, y alargar el viaje tres semanas dando la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, con el coste adicional a cargo del consumidor. Las implicaciones económicas y políticas serían enormes, ya que Egipto obtiene buena parte de sus recursos de la operación del Canal de Suez, y Kenia de la actividad en el puerto de Mombassa. Ambos países tienen un germen importante de islamismo radical.
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Bucaneros del siglo XXI (segunda parte)
Rafael Ramos, La Vanguardia, 08/12/2008
Los secuestros se realizan en el Océano Índico, los barcos y rehenes son llevados a puertos de las costas somalíes que parecen ciudades del Salvaje Oeste americano, pero el pago de los rescates se gestiona en oscuras oficinas de los callejones de la City de Londres donde abogados especializados en derecho marítimo negocian a múltiples bandas pero en el más absoluto de los secretos.
Necesidades políticas, intereses económicos, el bienestar de los rehenes y la confusión legal en torno a la piratería (un delito susceptibles de diversas interpretaciones) se combinan para que el secretismo convenga a todo el mundo y sea el mandamiento número uno a la hora de intentar recuperar los barcos, su carga y su tripulación. Nadie quiere confesar que atiende a las demandas de los secuestradores, ya sea para no dar impresión de debilidad –en el caso de los gobiernos-o para no animarles a incrementar sus actividades –en el caso de las empresas-.Londres, como capital del mayor imperio mercantil de la historia donde tienen su sede muchas compañías navieras y aseguradoras (entre ellas el gigante Lloyds), es el epicentro de todas las actividades que se realizan bajo cuerda desde que los piratas capturan un navío –ya sea el petrolero Sirius Star o el pesquero español Playa de Bakio- hasta el pago de la cantidad acordada como rescate, un proceso lento y complejo que por término medio lleva seis meses, mientras una parte y otra regatean como en un zoco árabe pero a través del ordenador y el teléfono.
"Es una negociación muy compleja en la que tenemos que asegurarnos de que quienes paguen el rescate no incumplan ninguna ley, ya sea del Reino Unido, del país bajo cuya bandera viajaba el barco secuestrado, o de las compañías que compran y venden su carga –comenta un abogado especializado en la materia, en una oficina detrás del Banco de Inglaterra que parece sacada de una novela de Raymond Chandler, a la luz tambaleante de una farola dickensiana-. Hay que establecer un contacto fiable y fluido con los piratas, negociar la suma, obtener el dinero en efectivo, contratar un mensajero que los entregue en tierra o en alta mar, confirmar que no cae en las manos equivocadas y que la otra parte cumple su parte del trato. En fin, todo muy caro y muy peligroso".
Estos abogados de la City londinense son contratados por el armador cuyo barco ha sido secuestrado, por el propietario de la carga o por ambos a la vez, y son conocidos por el Foreign Office, que interviene para asegurarse de que el dinero va a parar a manos de piratas y no de terroristas (los servicios de inteligencia británicos y norteamericanos creen que hay una conexión entre Al Qaeda y yihadistas somalíes). Además de ocuparse de los aspectos legales –que no se violen la sleyes nacionales e internacionales-, supervisar la obtención de los fondos y mantener a raya a la prensa, ellos subcontratan a su vez a negociadores que hacen de intermediarios entre las compañías y los secuestradores, facilitando un compromiso.
"Lo más práctico –explica el abogado, que se hace llamar John Smith para no dar su nombre auténtico- es que los empresarios negocien directamente con los piratas, con alguien a su lado que les vaya aconsejando a cada paso. Pero con frecuencia interfieren los gobiernos bajo la presión de la opinión pública y las familias de los rehenes, aunque sin querer figurar y negándose a admitir que facilitan el pago de un rescate". En el caso del pesquero español Playa de Bakio, capturado en aguas de Somalia el pasado Abril, agentes secretos fueron los primeros en subir al barco una vez abandonado por los piratas, y el director del Centro Nacional de Inteligencia, Alberto Saiz, dio por sentado el pago de un rescate, que ha sido estimado en 1.2 millones de dólares. Se sabe que un intermediario actuó por cuenta del armador, probablemente desde Londres, pero los marineros han mantenido un pacto de silencio y niegan haber visto que el dinero cambiase de manos. El mutismo es lo que mejor conviene a todos."La lucha contra la piratería se ve complicada por la falta de una tipificación internacional unánime del delito –señala el profesor Arthur Warren, especialista en la materia-. La Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar la define como actos de violencia o detención cometidos con carácter privado por la tripulación o pasajeros de un barco, y considera que sólo puede tener lugar en alta mar o fuera de las aguas territoriales de los estados miembro, incluida Somalia.
Los esfuerzos para combatir el problema se han centrado hasta ahora en resoluciones del Consejo de Seguridad –como la de Junio pasado- que permiten usar la fuerza contra los piratas con el consentimiento del gobierno federal de transición de Mogadiscio, pero sin llegar al abordaje o a la detención de los delincuentes en alta mar. Cuestiones de jurisdicción y la posibilidad de que los piratas aleguen motivaciones políticas en vez del ánimo de lucro, y que su único objetivo es dar de comer a comunidades somalíes víctimas de la miseria y la hambruna, constituyen complicaciones adicionales.
El Golfo de Adén es patrullado en la actualidad por cuatro buques de la OTAN que el mes que viene serán reemplazados por una misión de la Unión Europea bautizada "Operación Atalanta". Pero mientras tanto el coste de los seguros se ha multiplicado por diez, la naviera Maresk -una de las mayores del mundo- ha anunciado que a partir de ahora sus petroleros darán la vuelta por el Cabo de Buena Esperanza, aunque tarden tres semanas más en llegar a destino, y los abogados anónimos de la City de Londres siguen llenándose los bolsillos...

Felipe Borrego en lugar de Vasconcelos

Invita el Presidente Calderón al diputado Felipe Borrego Estrada a asumir la titularidad de la Secretaría Técnica para la Implementación de las Reformas Constitucionales sobre Seguridad y Justicia Penal
Lunes, 8 de Diciembre de 2008 Comunicado CGCS-234
La Presidencia de la República informa que el Presidente Felipe Calderón Hinojosa invitó al diputado Felipe Borrego Estrada a asumir la titularidad de la Secretaría Técnica para la Implementación de las Reformas Constitucionales sobre Seguridad y Justicia Penal. El licenciado Borrego Estrada fue Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas, de 1998 a 2004; candidato a Ministro de la Suprema Corte de Justicia en 2004, y se desempeñó como abogado litigante en el Bufete Jurídico Borrego Estrada y Asociados, de 1979 a 1998. Actualmente es Diputado Federal de la LX Legislatura, Secretario de la Comisión de Justicia e integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales, en las que se elaboró la Reforma Constitucional Penal, así como representante del PAN ante la Comisión para la Reforma del Estado.

Piratas

El plagio y el naufragio/ Guillermo Sheridan
Publicado en Letras Libres; diciembre de 2008 (www.letraslibres.com)
En tiempos de internet, el momento de revisar los trabajos que entregan mis alumnos en la Facultad se ha convertido en algo incómodo. No tanto por la obligación de evaluar correctamente su calidad sino por la ansiedad que me produce que puedan contener material plagiado. La idea de que un pillo pueda ufanarse de haber pasado por mis narices material ajeno y logrado una calificación aprobatoria me irrita tanto como ser plagiado yo mismo.
En todo caso, considero mi obligación evitar que un tramposo se salga con la suya, y más aún que se alce con un título universitario o hasta inicie una carrera académica. Esa cautela hace que, a veces, emplee más tiempo en asegurarme de que no hay plagio que disfrutando (o lamentando) la lectura de un trabajo final. Es una pena incluir ese sesgo precautorio en algo que debería ser el disfrute de comprobar talento y dedicación o, en su defecto, la pena que obliga a abandonar ogni speranza. (Una medida adecuada: pedir a los alumnos un par de veces, durante el curso y sin previo aviso, que improvisen un escrito. El resultado me sirve como referencia; en ellos opera como disuasivo.)
Plagiar, a fin de cuentas, es el contagio al ámbito “académico” de una cultura nacional que ve en hacer trampa no una conducta inmoral sino hasta un encomiable pragmatismo. A diferencia de otras culturas, en las que un pillo se desacredita para siempre, los tramposos suelen quedar impunes entre nosotros. Antes que causar una disminución de su valor moral, la falta multiplica la eficiencia del cinismo: no sólo hace trampa, es intocable. Esto, claro, no es mérito suyo sino reflejo de una indecencia general que en México consagra un apotegma vergonzoso: el que no transa no avanza. Desmontarlo es una labor ardua que sólo puede iniciarse en la educación y en la honestidad intelectual. Por lo mismo, la transa en esos ámbitos es doblemente ofensiva. El hecho es que, entre nosotros, un estudiante, un tutor o un “intelectual” no tiene mayor responsabilidad moral que un político zafio o un empresario pillo: se puede ser un plagiario y seguir impartiendo cátedra, asesorando políticos, dirigiendo instituciones o firmando editoriales. Es explicable: ¿en qué otro país del mundo cien gramos de papel de estraza pueden fingir que son milanesa y hasta quedar sabrosos?
Las escuelas deberían mostrar especial rigor contra el plagio, pero son sus primeras víctimas. Hay países desarrollados en los que el problema ha hecho necesario crear sistemas que ayudan a los tutores a detectar plagiarios con las mismas armas cibernéticas. Hay empresas que les compran a los estudiantes sus trabajos escolares (desde la secundaria hasta el doctorado) para revenderlos a otros; pero las hay también que los adquieren para agrandar las bases de datos que detectan plagios. La compañía iParadigm tiene un programa llamado Turnitin
1 que quizás sea el más avanzado. Los trabajos recorren el programa de detección2 que los compara contra una monstruosa base de datos: sesenta millones de trabajos escolares, doce billones de documentos web y diez mil periódicos y revistas académicas.
Durante un tiempo, algunos gobiernos cargaban con los costos (es un servicio caro), interesados en abatir el agravio que la práctica del copy-paste causa a la calidad educativa; ahora el programa se vende sobre todo a escuelas y universidades. Lo utilizan medio millón de maestros en treinta idiomas en cien países del mundo (los chinos, que entienden el valor de la educación, han colaborado para incluir su idioma en el sistema). Todo trabajo que pasa por el sistema va a dar a la base de datos y queda protegido contra los plagiarios potenciales. Los alumnos saben a qué atenerse. Claro, es conjeturable que alguna mente astuta podrá diseñar una forma de truquear los algoritmos de Turnitin u otros programas similares (como el Ferret de la Universidad de Hertfordshire,
3 que se puede bajar de forma gratuita y acepta el español). Más difícil sería convertir esos programas en instrumentos de uso necesario en México, donde el uso del copy-paste o la adquisición por internet de trabajos ya escritos debe ser (sospecho) enorme.
El nuestro es, lamentablemente, un país de gesticuladores, en el sentido que le dio a la palabra Rodolfo Usigli en su famosa parábola teatral. Gesticular suma, a la decisión de fingir de un individuo, la disposición social a creer el fingimiento, la mentira como acto de fe; es algo que rebasa el engaño, la mera apropiación de una máscara. Gesticular es imaginar una apariencia y, a la vez, habitarla; usurpar un personaje hasta convertirlo en personalidad, a sabiendas de que se cuenta con una sociedad secuaz, indiferente.
En México se gesticula con enorme impunidad en todos los ámbitos. Las escuelas y universidades no son, desde luego, la excepción, pero es en ellas donde puede comenzar a serlo... ¿Nos suscribimos a Turnitin? ~
1. http://turnitin.com/static/index.html
2. El programa opera sobre bases lingüísticas que se describen aquí: http://quod.lib.umich.edu/cgi/t/text/text-idx?c=plag;view=text;rgn=main;idno=5240451.0001.005

Más de 30 líneas de investigación: SFP

Aumenta la Función Pública líneas de investigación en accidente aéreo
■ Ya metidos en las pesquisas, nos encontramos con más cosas, señala Salvador Vega Casillas
Aumenta la Función Pública líneas de investigación en accidente aéreo
■ Reconoce que existen redes de corrupción que manipulan procesos de licitación y trámites públicos
■ “Pasamos a un gobierno en que no puede hacerse casi nada por tanta normatividad”, asegura
Elizabeth Velasco C.
Publicado en La Jornada, 8/12/2008;
El titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Salvador Vega Casillas, reveló a La Jornada que esa dependencia ha abierto 32 nuevas líneas de investigación sobre el accidente en que perdieron la vida Juan Camilo Mouriño y el ex fiscal antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos, entre otras personas, el 4 de noviembre pasado.
En las nuevas pesquisas se introducen los antecedentes negativos de la empresa Servicios Aéreos Estrella (SAE), que adquirió el Learjet 45 en 2003, vía licitación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), y la advertencia de la otrora Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (ahora SFP) en 2005, sobre los antecedentes de SAE, multada en Estados Unidos por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).
En entrevista, advirtió que se elevará el castigo para los funcionarios que incurran en cohecho: “quien cometa un acto de corrupción, que sepa que no sólo se va a enfrentar a una inhabilitación o sanción administrativa, sino también le vamos a seguir penalmente”. Una muestra, dijo, es que “se ha pasado de ocho denuncias penales –presentadas el sexenio anterior– a 56, donde están involucrados servidores públicos y empresarios”.
Aún más: la SFP ha emprendido el replanteamiento de todo el sistema de adquisiciones de bienes y servicios del gobierno federal, “y la tramitología”, para limitar el cohecho en los procesos de licitaciones y entrega de apoyos federales.
Para el caso de las compras y adquisiciones vinculadas a seguridad, se ha establecido un modelo que, según el caso, se podría reproducir en otras dependencias. “Para esa área creamos un comité donde se analizan las compras, se ponen los precios de cada uno de los proveedores, se les conoce y clasifica, y en ese comité se decide entre varias personas. La ley permite una designación directa, pero lo que hacemos es tomar entre todos las decisiones con toda transparencia: las compras, la calidad de los productos, los precios. Cuando se toma entre todos la decisión se deja de estar en el ámbito cerrado de una o dos personas.”
Vega Casillas destacó que las nuevas indagatorias sobre el accidente se integran en tres expedientes, que involucran desde los procesos de licitación de la Secretaría de Gobernación y del Cisen hasta cuestiones técnicas y de aeronáutica a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
“Es verdaderamente complejo, porque además, ya metidos en la investigación, nos encontramos con cosas que no tenían relación con el accidente o con la investigación que tenemos”; por eso “ya llevamos 32 líneas abiertas”.
Las indagatorias de la SFP, dijo, son independientes de las de la SCT, de las autoridades de aeronáutica del país y de Estados Unidos, y de la PGR.
En larga conversación, admitió que existen “redes de corrupción” entre funcionarios y empresarios que “manipulan” los procesos de licitación y trámites públicos, situación prohijada por la excesiva normatividad en los procesos para la adquisición de servicios y compra de bienes.
“Mientras sigamos con la misma cantidad de trámites, muchos tortuosos, existen oportunidades de corrupción.” Por ello se ha optado por crear comités plurales de adquisiciones y generalizar los trámites públicos vía electrónica, para evitar el contacto entre funcionarios y ciudadanía.
Vega Casillas destacó que la excesiva nomatividad provoca además el subejercicio del presupuesto federal, cuyo monto “es muy difícil determinar”. Lo paradójico es que cada una de las 245 entidades de la administración pública federal se “autoimpone” su propia normatividad, y la SFP obliga a las dependencias a revisarla.
–En el caso del Learjet, ¿por qué Gobernación, el Cisen y la SCT aplicaron cada una sus propias normas para la adquisición?
–Porque así está la normatividad; ellas tomaban su decisión.
–¿Así van a dejar las cosas?
–No, vamos a hacer la investigación y a establecer un sistema estandarizado para las compras. Por otra parte, el Cisen ya está en el comité de compras de seguridad; esto se va a aplicar en toda la administración.
El funcionario sostuvo que “la raíz de estos casos está en las licitaciones; en la complejidad de éstas y en la manipulación”.
–Por ello usted afirmó hace unos días que hubo corrupción en el accidente del Learjet 45.
–La respuesta fue: “por supuesto que sí es posible, por eso estamos investigando”; eso es parte de las líneas de investigación. Son dos empresas, una es Centro de Servicios de Aviación Ejecutiva (contratada por Gobernación para el mantenimiento del jet, cuyas operaciones ya suspendió la SCT) y Servicios Aéreos Estrella.
–¿Cómo hacer para que este tipo de situaciones no vuelvan a suceder?
–Estamos revisando muchas de las formas en que el gobierno adquiere. Antes de esto (del accidente) creamos en la Función Pública una unidad de compras gubernamentales, para justamente analizar desde el punto de vista económico toda la forma de comprar del gobierno federal, para evitar esto y para mejorar las condiciones de compra.
–En este procedimiento de compra, ¿qué provoca que no se adquiera lo que se necesita o que no se tengan las condiciones de seguridad necesarias?
–Porque se tiene una visión completamente normativa y no económica.
La normatividad no abatió la corrupción, sino que se volvió “una camisa de fuerza” en unos casos para no ejercer el presupuesto, y en otros se “usó para orientar la compra hacia quien ellos querían y con requisitos que nadie más pudiera cumplir.
“La administración federal tuvo un movimiento de péndulo: pasamos de un gobierno en que antes se podía hacer lo que se quisiera a otro en que no puede hacerse casi nada por tanta normatividad. Tenemos que regresar el péndulo al justo medio y darle prioridad a la eficacia y eficiencia del gobierno, sin descuidar el control y combate a la corrupción”.

El profe Othón

Othón Salazar: la dignidad revolucionaria/ Tanalís Padilla*
A sus casi 84 años de edad Othón Salazar se sigue expresando con la tonalidad de un gran orador. Sus palabras son precisas y en ellas se vislumbra esa preocupación social que tanto se le impregnó al magisterio durante el cardenismo. Desde muy joven Othón cultivó su habilidad como orador. Solo, se ponía a practicar en el campo. “Yo me fijaba que no hubiera nadie –relata–, pero una vez estaba un campesino escondido y escuchó el discurso y cuando yo terminé salió y me dijo ‘le sale bien’.” Othón, como otros líderes populares, encarna un proceso social más amplio y su lucha al frente de los maestros fue un importante ejemplo de la defensa de los logros revolucionarios que, a través del siglo XX, se seguiría dando en México.
Hijo de padre panadero y madre campesina, Othón tuvo que trabajar desde muy chico. De niño salía a cortar leña a las tres de la madrugada. En la oscuridad le era difícil distinguir entre las ramas secas y las verdes, pero para el amanecer tenía que llegar a su casa con un tercio de leña. De allí se iba a la escuela. “Quizás por eso –reflexiona– la escuela fue para mí algo que sin que nadie me dijera nada yo sentía la necesidad de aprovechar cuanto se pudiera.”
Othón llegó a la normal de Oaxtepec en 1942. Allí, “los maestros veían los últimos relámpagos de la revolución. Eran maestros y maestras todos con inquietudes sociales”.
Cursó sólo el primer año en Oaxtepec. El segundo lo hizo en Ayotzinapa y el tercero en la Escuela Nacional de Maestros. Después ingresó a la Normal Superior, donde estudió cuatro años, especializándose en ciencias sociales para la enseñanza del civismo. En 1954 sería importante dirigente de la primera huelga de la Normal Superior.
Cuando, en 1956, los líderes oficiales del SNTE negociaron un incremento salarial que no llegaba ni a la mitad de la demanda inicial, Othón decidió convocar a un mitin de protesta. Poco después, una asamblea independiente lo eligió representante, formando las bases para el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) que se constituiría a finales de 1957 y cuya presencia en las escuelas primarias del Distrito Federal se iría expandiendo. En el siguiente año el MRM estaría al frente de una de las luchas magisteriales más importantes. Las movilizaciones a las que convocaba eran atendidas por un amplio sector social, y el gobierno, al reprimirlas, como hizo con la marcha del 12 de abril de 1958, fomentaba un descontento social que llevaba años gestándose. Mientras las autoridades rehusaban reconocer al MRM, éste tenía cada vez más capacidad de convocatoria y el 30 de abril los maestros tomaron las oficinas de la SEP y obligando al gobierno a negociar.
En agosto, en un congreso paralelo, los maestros de la ciudad de México eligieron a Othón como su legítimo representante, pero ante este gesto de autonomía sindical, la posición del gobierno se fue endureciendo. La manifestación del 8 de septiembre fue reprimida, y Othón, aprehendido. Las autoridades llegaron temprano a su casa, lo amarraron y lo vendaron. Lo sometieron después a violentos interrogatorios y le exigieron que confesara cuántos rublos recibía de la Unión Soviética. Lo mantuvieron secuestrado nueve días antes de procesarlo. Acusado de disolución social, fue encerrado en Lecumberri, pero, gracias a las grandes movilizaciones por su libertad, permaneció allí sólo tres meses.
Efervescencia laboral
El año de 1958 fue de gran efervescencia laboral y los maestros del MRM estuvieron entre sus principales protagonistas. Ese mismo año las movilizaciones de los telegrafistas, petroleros y ferrocarrileros conmovieron al país. Las luchas tenían sus orígenes en demandas económicas, pero su aspiración por la democracia sindical tenía implicaciones mucho más amplias, que sacudirían las estructuras mismas del PRI. A una década del charrazo y en pleno milagro mexicano, los trabajadores mostraban con su inconformidad las condiciones laborales que las estadísticas del milagroso crecimiento económico ocultaban. Su presencia desmentía otro mito, el de la llamada paxpriísta. La represión del gobierno sería un presagio de la brutalidad oficial que se cometería 10 años después en la plaza de Tlatelolco.
Con mano dura el gobierno lograría derrotar estos movimientos que se proponían democratizar al sistema. Pero no pudo silenciar a los participantes, que seguían empeñados en mantener vivas las causas populares. Othón continuaría su lucha en el magisterio y en 1960 participaría en otra huelga en la Escuela Nacional de Maestros. Pero esta toma de la normal por la corriente democrática de la sección 9 del SNTE fue reprimida y en represalia Othón fue cesado, una condición que padece hasta el presente. Desde entonces ha vivido una situación económica precaria, agraviada ahora por su avanzada edad. Sin embargo, sigue regresando a Alcozauca, su natal pueblo en Guerrero, y recorre la región de la Montaña escuchando y asesorando a los que allí se organizan.
De las filas de los normalistas han salido un notable número de luchadores sociales, importante indicio del poder que tiene la educación para crear conciencia. Junto con el reparto agrario, los derechos laborales, y la afirmación que las riquezas del subsuelo eran propiedad de la nación, el proyecto educativo fue uno de los más importantes legados de la revolución. Ante gobernantes que se han propuesto desmantelar estas conquistas revolucionarias, han salido a las calles aquellos que no se resignan ante justificaciones indignas. Othón Salazar es un símbolo de este proceso y su ejemplo un caso de la dignidad revolucionaria que, por más que los gobernantes han querido tratar de ignorar o reprimir, sigue recorriendo el territorio mexicano.
*Profesora del Dartmouth College. Su libro Rural resistance in the land of Zapata: the jaramillista movement and the myth of the paxpriísta, 1940-1962, publicado por Duke University Press, aparecerá el próximo octubre

Un mundo injusto

REPORTAJE: 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Un mundo injusto
QUINO PETIT

El País Semanal, 7/12/2008;
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas alumbró un texto destinado a convertirse en un ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas alumbró un texto destinado a convertirse en un ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse. Llegó bajo los peores auspicios, con un mundo desangrado por la II Guerra Mundial y muchas zonas sometidas al yugo de la colonización. Una mujer, Eleanor Roosevelt, estuvo al frente de la Comisión de Derechos Humanos encargada de proclamar los 30 artículos de la Declaración Universal. Han pasado 60 años y cada día observamos que sus postulados frecuentan más el limbo de la teoría que la crudeza de la práctica. Éste es un viaje alrededor del planeta, ilustrado con espectaculares fotografías, en busca del rostro de los principios inspiradores de la comunidad internacional.
1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
En los países en desarrollo nacen cada año más de 20 millones de niños con insuficiencia de peso. Alrededor de 923 millones de personas se encuentran en situación de subalimentación en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Doscientos millones de familias malviven con el presupuesto de un dólar diario; 100 millones de personas lo hacen con 50 céntimos al día y morirán si no se actúa con urgencia. Más de mil millones de personas del Tercer Mundo ni siquiera tienen acceso a agua potable. De los más de 30 países que se enfrentan a graves carencias alimenticias, al menos 24 son africanos. En la imagen, dos chicos de la tribu Xhosa en Suráfrica, con sus cuerpos decorados para el rito de pasaje que les convertirá en hombres, tras ser circuncidados y permanecer un tiempo aislados sin comida ni bebida. Todavía mueren algunos durante el trámite.
2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole. (...)
Asha Ibrahim tenía 14 años cuando murió lapidada en Somalia en octubre de este año; había sido condenada por mantener relaciones sexuales sin estar casada tras ser violada por tres hombres. Una de cada tres mujeres ha sido golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o maltratada a lo largo de su vida, según Amnistía Internacional. En la imagen, mujeres relajándose en Teherán (Irán).
3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
El año pasado fueron asesinadas legalmente al menos 1.252 personas en 24 países, y otras 3.347 fueron condenadas a muerte. Amnistía Internacional estima que entre 18.000 y 27.000 personas siguen condenadas a la pena capital en todo el mundo; por el contrario, al menos 128 países han abolido este castigo en su legislación o en la práctica. En los últimos 18 años, 40 personas han sido ejecutadas por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. En la imagen, niños en un centro de acogida para menores en Kinshasa (República Democrática del Congo).
4. Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre. (...)

Dos siglos después del comienzo de la abolición de la esclavitud, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera tiranizadas a 12,3 millones de personas (si bien otras organizaciones que trabajan de manera directa con esta realidad elevan la cifra a 27 millones). En sus estimaciones sobre el tráfico humano, el Departamento de Estado de Estados Unidos estima que entre 600.000 y 800.000 personas están sometidas al tráfico a través de las fronteras internacionales anualmente; el 80% son mujeres y niñas, y el 50%, menores. Free the Slaves calcula que de esta explotación se obtienen beneficios en torno a 32.000 millones de dólares cada año. En la imagen, la joven Sa Keena en un centro de acogida para mujeres explotadas en Pakistán.
5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Durante el año pasado, Amnistía Internacional documentó casos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes en más de 81 países. En el mismo periodo, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) prestó asistencia a 111 víctimas de torturas, estimando 812 casos en 25 países. Al menos en 45 países permanecen encarcelados presos y presas de conciencia. Entre los abusos más escandalosos y denigrantes cometidos por los soldados estadounidenses en Irak han trascendido las vejaciones a las que sometieron a los presos de la cárcel de Abu Ghraib, desveladas por el periodista Seymour M. Hersh. En la imagen, casi un centenar de reclusos hacinados en una celda de apenas 25 metros cuadrados en una prisión brasileña donde las temperaturas alcanzan los 50º en verano.
6. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Éste es el ambiente donde se desarrolla el interrogatorio a un traficante de heroína, atado de pies y manos, en una prisión policial de Myanmar (antigua Birmania). El mismo país cuya Junta Militar se encargó de aplastar brutalmente las manifestaciones encabezadas el año pasado por estudiantes y monjes budistas para protestar por la subida de combustibles, que acabó bautizada como revolución azafrán. Como símbolo de la resistencia a la represión militar birmana ha permanecido encarcelada, 13 de los últimos 19 años, Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz en 1991, la más célebre de los más de 2.000 presos políticos del país y cofundadora de la Liga Nacional para la Democracia, el principal partido de la oposición. En la actualidad, se encuentra en condición de arresto domiciliario.
7. Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. (...)
Al menos 23 países desarrollan leyes que discriminan a las mujeres, según estimaciones de Amnistía Internacional; otros 15 mantienen vigente una legislación discriminatoria para los migrantes y 14 legislan contra las minorías. La homosexualidad todavía se persigue en 70 países del mundo y en algunos se castiga con la muerte. Más de 30 albinos como el niño que aparece en la imagen, tomada en un colegio para ciegos y discapacitados de Bangalore (India), han sido asesinados en lo que va de año en Tanzania. El albinismo es considerado como una maldición en muchas partes de África.

8 . Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes. (...)
El Consejo General del Poder Judicial ha cifrado este año 269.450 sentencias penales pendientes de ser aplicadas en España, según un informe elaborado por su servicio de inspección que ponía de relieve una grave situación de atasco judicial e inseguridad jurídica. En la imagen, perspectiva del hall del edificio de la Corte de Justicia de El Cairo, en Egipto. En este país murieron durante los seis primeros meses de 2007 más de 200 mujeres a manos de sus esposos o familiares, y Amnistía Internacional calcula que dos mujeres eran violadas cada hora.
9. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Más de 800 personas han sido encarceladas en el centro de detención estadounidense en la base de Guantánamo (Cuba) desde su apertura en enero de 2002. Hoy permanecen privados de libertad 250 prisioneros sobre los que no pesa acusación ni se encuentran pendientes de juicio.
El recién elegido presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado su intención de cerrar este infame limbo jurídico orquestado por su antecesor en el cargo, el presidente saliente George W. Bush. En la imagen, presa chechena en una cárcel de Grozni.
10. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial. (...)
El informe anual de Amnistía Internacional examina 54 países en los que durante el año pasado se celebraron juicios sin las debidas garantías procesales. En la imagen, prisioneros recién llegados a la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, donde se hicieron mundialmente conocidas las torturas que infligían a los reclusos los soldados estadounidenses encargados de su vigilancia. En este país árabe permanecen hoy retenidas alrededor de 25.000 personas por la Fuerza Multinacional.
11. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías. (...)
En febrero de este año, más de mil agentes de la policía francesa tomaron la pequeña localidad de Villiers-le-Bel, 20 kilómetros al norte de París, para detener a docenas de sospechosos (como el encapuchado de la imagen) de mantener tiroteos con otros policías en noviembre de 2007.
Reprieve, la ONG que investiga los vuelos ilegales de la CIA, ha presentado nuevas pruebas sobre 17 buques de armada estadounidense utilizados para interrogar a presuntos terroristas islamistas, lejos de testigos incómodos.
12. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. (...)
Un marine escanea la huella ocular de un iraquí durante una operación de censo de habitantes llevada a cabo durante el año pasado por las fuerzas de ocupación en el vecindario de Gazoliya, al oeste de Bagdad. El Gobierno de Irak ha aprobado en noviembre el acuerdo de seguridad con Estados Unidos que establece la permanencia del Ejército estadounidense en el país árabe hasta finales de 2011. Las tropas deberán retirarse de los centros urbanos en verano del próximo año, y del país, a finales de 2011. Estados Unidos mantiene hoy a 152.000 soldados en Irak.
13.Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. (...)
Durante el año pasado, Amnistía Internacional contabilizó más de 550 puestos de control y bloqueos del Ejército israelí que restringían la circulación de la población palestina entre ciudades y pueblos de Cisjordania o se la impedía. Este año, el Parlamento Europeo ha aprobado mediante mayoría aplastante la Directiva de Retorno (rebautizada desde distintos ámbitos sociales como directiva de la vergüenza), que permite, entre otros aspectos, mantener detenidos a los inmigrantes sin papeles durante 18 meses e impide a los expulsados de la UE volver a entrar en cinco años. En la imagen, una joven en un ferry, con Ellis Island al fondo, donde permanecían en cuarentena los inmigrantes recién llegados a EE UU hasta comienzos del siglo XX.
14. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país. (...)
La Organización Internacional para las Migraciones estima que alrededor de 200 millones de personas viven fuera de su país de origen, el 3% de la población mundial; de todos ellos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que casi diez millones son refugiados; 740.000, solicitantes de asilo, y 12.794.000, desplazados internos. En la imagen, un inmigrante en el puerto de Calais (Francia), a la espera de cruzar al Reino Unido en septiembre de 2005. Éste es un punto de encuentro para sin papeles de Irán, Afganistán, Irak...
15.Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad. (...)
Desde ACNUR, se calcula que 5,8 millones de personas tienen la condición de apátridas. Sin embargo, el total real se estima en 15 millones. Ante la pasividad de la comunidad internacional, 160.000 saharauis malviven en campamentos levantados en Tinduf (Argelia) 33 años después de la retirada española del territorio. Aminetu Haidar quiso visitar en 1987 una delegación de la ONU que se encontraba en El Aaiún (Sáhara Occidental) y la policía marroquí la detuvo por los panfletos que llevaba. Permaneció detenida y sometida a torturas hasta 1991 en la cárcel negra de El Aaiún. En la imagen, una mujer iraquí y su bebé se mezclan con un documento de identidad del país.
16. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia. (...) 2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio. (...)
Como consecuencia de las desigualdades y la discriminación por razón de sexo, Unicef calcula que más de 60 millones de mujeres entre los 20 y los 24 años se han casado o comenzado a vivir en unión libre antes de cumplir 18 años (el 34% de las integrantes de este grupo de edad en el mundo en desarrollo). La yemení Nejoud al Ahdal fue forzada a contraer matrimonio con 12 años. Como ha relatado este año en El País Semanal, durante casi dos meses fue violada cada día por su marido. En la imagen, una nepalí de 15 años llora de camino a casa de su marido.
17. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
En febrero de 2000, tras perder a su marido y a sus hijos en la segunda guerra de Chechenia, el Ejército ruso concedió tan sólo cinco minutos a la mujer de la imagen para reunir sus objetos más preciados (entre ellos, el retrato de su marido asesinado) y abandonar la zona antes de dinamitar su casa del barrio de Minutka, en Grozni. Entre los cerca de 10 millones de refugiados que ACNUR calcula en el mundo, se estima que alrededor de 250.000 se han unido en el último mes al millón que huye de la violencia al este de la República Democrática del Congo, donde más de cuatro millones de personas han muerto en los conflictos que la han asolado en la última década.
8. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. (...)
Amnistía Internacional ha documentado 45 países donde existen presos y presas de conciencia detenidos. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), calificada como ilegal por el Gobierno de la isla, tiene registrados 219 casos de presos políticos y posiciona a la autoridad de su país como que "mantiene la mayor cantidad a escala planetaria, en cifras absolutas, de prisioneros de conciencia adoptados por Amnistía Internacional". En la imagen, un hombre lleva a cabo un rito que persigue la paz con la naturaleza en una isla de Indonesia.
19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. (...)
A 21 de marzo de 2007, Reporteros Sin Fronteras calculaba la existencia de 137 periodistas y 60 ciberdisidentes encarcelados por hacer su trabajo. Esta organización ha registrado desde 1992 la muerte de 500 periodistas asesinados por mafias o sicarios de políticos corruptos. Amnistía Internacional denuncia que en 77 países se restringe la libertad de expresión y prensa. Irak, donde han muerto asesinados 212 periodistas desde 2003, es el país más letal para ejercer esta profesión. En la imagen, plaza de Tiananmen (Pekín), lugar de la masacre de 1989.
20. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. (...)
Miles de personas fueron detenidas el año pasado durante la represión de la Junta Militar de Myanmar (antigua Birmania) a las manifestaciones de estudiantes y monjes budistas bautizadas como revolución azafrán; Amnistía Internacional cree que alrededor de 700 siguen reclusas. En la imagen, refugiados en un campo de las Naciones Unidas en Kenia, donde permanecen acogidas 70.000 personas que han huido de la violencia y los conflictos en Sudán. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que más de 500.000 sudaneses se encuentran en el exilio, repartidos por los países limítrofes, tras huir de su país; más de cinco millones permanecen desplazados en el interior de Sudán.
21. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes. (...)
En el último informe sobre el Índice de percepción de la corrupción, Transparencia Internacional ha denunciado que 7 de cada 10 países suspenden si se valora la honestidad de sus funcionarios y políticos. Entre los peores lugares de la lista se encuentran Estados como Somalia, Irak, Afganistán o Haití, y dictaduras como Myanmar (antigua Birmania). Esta organización estima el coste de la corrupción en los países más pobres en 35.000 millones de euros, la mitad de la ayuda destinada al desarrollo. En la imagen, mujeres afganas ejerciendo su derecho al voto en las elecciones presidenciales de 2004.
22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social. (...)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto de manifiesto en su Informe sobre la salud en el mundo 2008 que las diferencias de acceso a la sanidad entre ricos y pobres determinan variables en la esperanza de vida que superan los 40 años. Según la OMS, de los 136 millones de mujeres que darán a luz este año, unos 58 millones no recibirán atención médica de ningún tipo durante el parto y posparto, dejando en peligro sus vidas y las de sus hijos. En la imagen, damnificados por el huracán Katrina, que en 2005 dejó anegada Nueva Orleans a su paso por Estados Unidos, provocando más de 1.500 muertos y 55.000 millones de euros en pérdidas económicas.
23. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, y a la protección contra el desempleo. (...)
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que el número de desempleados en el mundo podría aumentar de los 190 millones de 2007 a 210 a finales de 2009. Unicef calcula que alrededor de 246 millones de niños y niñas trabajan en todo el mundo; más del 70% se dedican a la agricultura, pero 1,2 millones de niñas están expuestas al tráfico de menores; 5,7 millones corren el riesgo de trabajar en condiciones de servidumbre o esclavitud, y 1,8 millones pueden ser obligadas a ejercer la prostitución o actividades relacionadas con la pornografía infantil. En la imagen, granjeros albaneses en Tirana.
4. Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración
del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas. (...)
Más de 12 millones de personas desarrollan su trabajo en condiciones forzosas, bajo amenaza o coacción, incluso en los países más ricos, según la OIT. Los cálculos de esta organización establecen que 8 de cada 10 personas sufren la explotación de entes privados; el 20% de las víctimas de trabajo forzoso se halla bajo la tiranía de Estados (como Myanmar o Corea del Norte) o por grupos militares (como en el caso de conflictos africanos). En la imagen, jóvenes solazándose en Banana Beach, Tel Aviv (Israel).
25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios. (...)
Treinta y tres países del mundo, en su mayoría africanos, malviven en una situación "de hambre alarmante", según el Índice global contra el hambre publicado por el Instituto Internacional para la Investigación de Políticas Alimentarias. Esta institución evalúa en 14.000 millones de dólares la inversión adicional necesaria para cumplir los Objetivos del Milenio de reducir el hambre a la mitad en 2015. En la imagen, manufactura de mosquiteras en Tanzania para prevenir la malaria, enfermedad que acaba con más de un millón de personas cada año.
26. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria.
Más de 70 millones de niños en el mundo no están escolarizados, según la ONG Educación Sin Fronteras, y 23 países corren el riesgo de no alcanzar la universalización de la educación en los próximos años. Según los Objetivos del Milenio de la ONU, 56 millones de niños de África y Asia ni siquiera han recibido educación primaria. Naciones Unidas eleva la cifra de menores sin escolarizar a más de 100 millones, cuyas tres quintas partes son niñas; dos tercios de los alrededor de 800 millones de analfabetos del mundo son mujeres. En la imagen, niños de camino a una clase en Beit Hanoun, en la franja de Gaza (Palestina), tras un bombardeo del Ejército israelí en noviembre de 2006.
27. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente
en la vida cultural de la comunidad. (...) 2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
El II Foro Iberoamericano de la Propiedad Intelectual ha puesto de manifiesto este año que hasta 300.000 empleos del ámbito cultural podrían perderse como consecuencia de la piratería. La Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual calcula las pérdidas que provoca la piratería en la industria audiovisual y de videojuegos española en 1.100 millones de euros en 2007 y un 20% menos de espectadores en los cines. En la imagen, visitantes en una de las salas del Museo del Louvre de París.
28. Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta declaración se hagan plenamente efectivos.
Las manchas que dominan el centro de la escena corresponden al campo de refugiados de Djabal, en Chad, que ha acogido durante los últimos años a 14.000 refugiados a causa de la violencia en el polvorín sudanés de Darfur, agonizante desde 2003, con un saldo devastador de 300.000 muertos y 2,5 millones de refugiados. Los últimos en incorporarse a este asentamiento este año han sido alrededor de 10.000 desplazados internos del este de Chad, uno de los países más pobres del mundo, que llegaron huyendo de los ataques de la milicias rebeldes sudanesas yanyauid.
29. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. (...)
En los últimos 30 años, se han destruido 700.000 kilómetros cuadrados de selva amazónica por el comercio de maderas preciosas, la agricultura y la explotación ganadera. La deforestación mina las condiciones de vida de alrededor de 20 millones de personas y la mayor biodiversidad del planeta; sus seis millones de kilómetros cuadrados de extensión, repartidos entre nueve países latinoamericanos, ostentan el 23% de toda el agua potable del mundo y constituyen su mayor selva virgen. Por cada kilómetro cuadrado destruido a causa de la deforestación, se producen 22.000 toneladas de CO2.
30. Nada en esta declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta declaración.
Un niño se balancea en el cañón de un tanque abandonado en Managua (Nicaragua), ajeno a estos 30 artículos y a la mayor o menor observancia de su cumplimiento por parte de la comunidad internacional. Han pasado 60 años desde la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Basta salir un momento a la calle para comprobar que sus postulados están más presentes en los difusos dominios de la teoría que en la crudeza de la práctica.

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I. Un ideal común para la humanidad
Por Juan Antonio Yáñez
Diciembre de 1948: el mundo acaba de salir dolorido y traumatizado de la II Guerra Mundial, un gran conflicto planetario que a su vez ha venido precedido por una prolongada depresión económica, unida al auge de los totalitarismos y todo su cortejo de persecuciones y horrores. En este ambiente sombrío, la Asamblea General de las Naciones Unidas, una naciente organización mundial que en ese momento apenas cuenta con unos sesenta Estados miembros, se reúne en París, en el palacio de Chaillot, sede del Museo del Hombre. De esa asamblea surgen dos documentos que, junto con la Carta fundacional de las Naciones Unidas, van a representar un nuevo punto de partida, desde una perspectiva política, jurídica y moral, para el mundo de la posguerra: la Convención contra el Genocidio (9 de diciembre) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre).
No es exagerado afirmar que ese paso trascendental tenía -y de ello eran sin duda conscientes los contados países que rehusaron unirse al consenso en la adopción de la declaración, entre ellos, la Unión Soviética, Suráfrica y Arabia Saudí- un alcance revolucionario. Se trataba nada menos que de dejar atrás una tradición centenaria de las relaciones internacionales basada en una concepción rígida de la soberanía absoluta del Estado en el orden interno, incluso cuando ello conduce a toda clase de tropelías contra los seres humanos.
Cumpliendo ese designio, la Carta de San Francisco (1945), por la que se establece la Organización de las Naciones Unidas, pone en su frontispicio a los pueblos del mundo (antes que a los Estados), que se declaran resueltos a "reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres...", así como a "promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de libertad".
Dentro de la nueva Organización de las Naciones Unidas, cupo a la viuda del desaparecido presidente, Eleanor Roosevelt, llevar adelante el cometido de presidir, al frente de la recién establecida Comisión de Derechos Humanos, la elaboración y aprobación del documento que recogería solemnemente esos derechos. No resultó fácil. Se enfrentaban diversas concepciones políticas, culturas jurídicas y sociales, tradiciones filosóficas y religiosas, y el ambiente enrarecido de la posguerra complicaba notablemente la tarea. Su empeño, junto con la pericia, el buen hacer y la habilidad de un puñado de personas comprometidas, hizo posible ese milagro.
Hay que registrar, porque es de justicia, los nombres de algunos de los que más trabajaron para que la Declaración Universal fuera una realidad: el canadiense John Humphrey, el francés René Cassin, el libanés Charles Malik, el chileno Hernán Santa Cruz, el filipino Carlos Rómulo, el chino Peng-chun Chang, el paquistaní Muhammad Zafrulla Khan... Es oportuno también recordar los diversos orígenes de los autores; demasiado a menudo se oyen voces que pretenden que su contenido es de inspiración "demasiado occidental", y que habría que revisarla para ajustarla al mundo más amplio y complejo de hoy.
Por supuesto, el derecho internacional de los derechos humanos se ha ido completando y desarrollando, y, al hacerlo, todos los Estados que se han ido sumando a las Naciones Unidas han podido dejar su impronta. A la Declaración Universal se
han sumado los dos pactos internacionales (1966), de Derechos Civiles y Políticos, y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, junto con otras declaraciones y convenciones que perfilan mejor el alcance de los derechos humanos en una serie de ámbitos: desde la lucha contra la discriminación racial (1965) o la discriminación contra la mujer (1979), hasta la protección de los derechos del niño (1989) o, más recientemente, la promoción de los derechos de las personas con discapacidad (2006). Resulta significativo que en todos esos documentos se reafirma el valor y la continua relevancia de la Declaración Universal. Otra cosa es que, demasiadas veces, los derechos humanos son más ensalzados en la teoría que respetados en la práctica.
La comunidad internacional se ha ido dotando de instituciones y órganos de supervisión, bien sea en el ámbito universal (actualmente, el Consejo de Derechos Humanos y los diversos comités especializados) o en el ámbito regional (como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y sus correspondientes interamericano y africano). Y no hay que olvidar la permanente e indispensable labor de vigilancia, denuncia y alerta de las asociaciones nacionales e internacionales de defensores de los derechos humanos.
Al igual que en 1948, la Declaración Universal sigue siendo hoy, según reza su cláusula inicial, un "ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse...". Hemos de verla, por tanto, como un patrón de conducta y como un reto constante para todos nosotros, en cuanto ciudadanos de nuestro propio país y en cuanto ciudadanos del mundo entero.
Juan Antonio Yáñez es embajador y representante
permanente de España ante la ONU.

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II. Los derechos humanos son el camino
Por Irene Khan
No fue un parto fácil, pero los máximos dirigentes mundiales mostraron capacidad de liderazgo y consiguieron ponerse de acuerdo en la incipiente ONU para aprobar la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El 10 de diciembre de 1948 nació un texto destinado a cambiar la conciencia del ser humano. Como corresponde a una hija de la guerra, vino al mundo bajo los peores auspicios. Europa estaba aniquilada y extensas zonas del mundo aún vivían bajo el yugo de la colonización. Estados Unidos había lanzado la primera bomba nuclear. El mundo se dirigía hacia la guerra fría.
Pero ocurrió. Por primera vez en la historia, un grupo de dirigentes actuó movido por el convencimiento de que sólo un sistema multilateral de valores universales, basado en la igualdad, la justicia y el Estado de derecho, podría hacer frente a los retos de futuro. Resistieron las presiones políticas, y reconocieron que la universalidad de los derechos humanos -todos los seres humanos nacen libres e iguales- y su indivisibilidad -todos los derechos se deben satisfacer con idéntico compromiso- son la base de nuestra seguridad colectiva y de nuestra humanidad común.
Sesenta años después, y a pesar de los avances, la injusticia, la desigualdad y la impunidad siguen siendo los rasgos distintivos de nuestro mundo, y los Gobiernos arrastran un triste legado de traición a estos principios. Muchos de ellos han mostrado más habilidad en ejercer el abuso de poder que en respetar los derechos de las personas a quienes gobiernan. Tras seis decenios de promesas incumplidas, los derechos humanos están en riesgo.
Es cierto que se han creado multitud de normas, sistemas e instituciones de derechos humanos, y que se ha avanzado gracias a ellos. El número de países que brindan protección constitucional y jurídica a los derechos humanos es mayor que nunca. La pena de muerte se dirige hacia la abolición total, el mercado internacional de armas va camino de ser regulado, y desde la detención de Augusto Pinochet por acción de un juez español, el mundo es un lugar cada día más pequeño para los perpetradores de crímenes atroces contra las personas. Y sin embargo, ante las numerosas y acuciantes crisis que salpican el planeta, no existe una visión común entre los líderes mundiales para hacer frente a los retos contemporáneos en materia de derechos humanos.
Mientras los mercados financieros mundiales se tambalean, los intereses de los pobres e indefensos corren el riesgo de caer en el olvido. La pobreza es la más grave y extendida crisis de derechos humanos que vivimos, pero no hay voluntad política para hacerla frente. Al menos dos mil millones de conciudadanos siguen viviendo en la pobreza, luchando para conseguir agua, alimentos y vivienda. El cambio climático nos afecta a todos, pero los más pobres serán los más perjudicados, ya que perderán sus medios de vida. En julio de 2007 se alcanzó el ecuador del calendario fijado por la ONU para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015. Es muy improbable que esos objetivos se cumplan. Otra promesa traicionada.
Los conflictos muy arraigados -visibles en Irak, Afganistán y Oriente Medio, u olvidados en lugares como la República Democrática del Congo y Somalia, por citar sólo dos- continúan cobrándose un gran número de víctimas. Mientras tanto, los dirigentes mundiales avanzan con dificultad en sus esfuerzos por decidir el camino a seguir. El pasado mes de noviembre, sólo un día antes de que Barack Obama ganara la presidencia de Estados Unidos, un nuevo error de las tropas estadounidenses se cobraba la vida de 40 civiles inocentes en la provincia afgana de Kandahar. Otro ejemplo es el conflicto en Israel y los territorios palestinos ocupados, una crisis de derechos humanos de largo recorrido marcada por la ausencia de un liderazgo internacional efectivo.
Hoy es más necesario que nunca reconstruir la unidad de propósito. Los derechos humanos internacionalmente reconocidos siguen proporcionando el mejor marco para afrontar estas situaciones: representan un consenso global sobre los límites aceptables y los defectos inaceptables de las políticas y las prácticas de los Gobiernos. Y la Declaración Universal es un plan de acción tan acertado para un liderazgo clarividente como lo fue en 1948. La diferencia es que ahora existe un movimiento global de ciudadanos que pide a sus dirigentes que adquieran de nuevo el compromiso de respetar y promover los derechos humanos. Amnistía Internacional nació en 1961 en solidaridad con las personas que no tienen voz. Hoy somos un movimiento presente en 150 países. Sabemos que el poder de la gente para infundir esperanza y generar cambios está más vivo que nunca. Al parecer, los líderes mundiales han decidido no escuchar. Nuestra tarea es que lo hagan.
Irene Khan es secretaria de la organización para la defensa de los derechos humanos de Amnistía Internacional.
III. Hacer realidad un sueño visionario
Por Mary Robinson
El próximo 10 de diciembre, el mundo celebrará el 60º aniversario de la declaración fundacional del sistema internacional de derechos humanos. Cuando repasamos las últimas seis décadas, es evidente que la puesta en práctica de las obligaciones relacionadas se ha quedado muy lejos de los compromisos que se adquirieron. Desgraciadamente, se puede afirmar que las deficiencias en esa puesta en práctica se han vuelto aún mayores en los últimos años. Esto se ha debido, en parte, a que ha surgido un entorno político mundial más condicionado por la seguridad desde los atentados contra Estados Unidos en septiembre de 2001. Igual de preocupante resulta que las antiguas divisiones de la guerra fría puedan estar resurgiendo y que nuevas formas de polarización entre el norte y el sur en asuntos políticos clave como el comercio, la ayuda y el medio ambiente hagan que las medidas nacionales y la cooperación internacional eficaces sean más difíciles en aquellos asuntos relacionados con los derechos humanos.
¿Qué se puede hacer hoy en día, en vísperas del 60º aniversario de la declaración, para que el mundo se mueva en una dirección que nos ofrezca más esperanzas de avanzar en el camino de hacer realidad los derechos humanos?
Para empezar, debemos mirar atrás y reflexionar sobre nuestra historia. Debemos recordar que la Declaración Universal mantiene un cuidadoso equilibrio entre las libertades individuales, la protección social, las oportunidades económicas y las obligaciones hacia la comunidad. Es frecuente que se pase por alto el enfoque integral de la declaración, a pesar de que es todavía más importante en la actualidad, en medio de una crisis mundial económica, alimentaria y climática, de lo que lo era hace 60 años.
Deberíamos también recordar al extraordinario grupo de personas de distintos orígenes, tradiciones y creencias que, bajo la dirección de Eleanor Roosevelt, fueron capaces de formar un frente común reconociendo la dignidad inherente y los derechos de todos los pueblos. Es un triste hecho que las naciones de África, que se formaron tras la adopción de la Declaración Universal, no participaran en su creación. Y, lamentablemente, las voces de África siguen viéndose marginadas demasiado a menudo hoy en día. Pero yo paso gran parte de mi tiempo en el continente africano y sigo sintiéndome esperanzada al ver cómo la sociedad civil (y la inmensa mayoría de los gobiernos) acoge la Declaración Universal como propia. Sólo hay que recordar las palabras de Nelson Mandela cuando reflexionaba sobre la experiencia de Suráfrica: "(...) Las sencillas y nobles palabras de la Declaración Universal fueron un repentino rayo de esperanza en uno de nuestros momentos más sombríos. (...) Este documento nos ha servido de faro luminoso e inspiración. (...) Era la prueba de que no estábamos solos, sino que formábamos parte de un movimiento mundial en contra del racismo y el colonialismo, y a favor de los derechos humanos y la justicia".
También resulta esencial que recordemos que la declaración, y el sistema internacional de derechos humanos que emana de ella, nunca ha pretendido imponer a los gobiernos y sociedades un modelo único de lo que constituye la conducta correcta. Más bien proporciona un "estándar común de éxito" que debería ser llevado a la práctica de diversas formas en los distintos países. ¿Cómo podemos además avanzar y fijarnos nuevos compromisos para el futuro? ¿Cómo volver a reclamar el mensaje unificador de la Declaración Universal y volver a comprometernos en la labor de hacerla realidad? ¿Qué podemos hacer para conseguir que los derechos humanos formen parte de las políticas y prácticas empresariales dominantes?
En The Elders, organización de la que formo parte, hemos tratado de aprovechar este año del aniversario para recordar al mundo los derechos y libertades que los gobiernos se han comprometido a hacer realidad para todos, y para poner el poder de los derechos humanos en manos de personas y comunidades de todo el planeta. The Elders ha promovido la campaña Todo ser humano tiene derechos, que, a lo largo del último año, ha representado a un único y poderoso colectivo de organizaciones, reunidas para llamar la atención sobre la necesidad de renovar el compromiso de garantizar un futuro más esperanzador para todos.
A pesar de los retos pendientes, hay motivos para la esperanza. Disponemos de mejores herramientas para comunicarnos y exigir justicia que las que ha tenido cualquier generación anterior. Tenemos objetivos mundiales y destinos compartidos que nos conectan unos a otros. Podemos decidir ser la generación que verdaderamente haga realidad el poder de la familia humana, unida en "dignidad y derechos". Comprometámonos a desafiar las divisiones, a propagar el mensaje de los derechos humanos y a perseverar en nuestro esfuerzo hasta que el lema Todo ser humano tiene derechos sea algo más que una promesa: hasta que sea el sueño hecho realidad de aquellos visionarios que redactaron la Declaración Universal hace 60 años.
Mary Robinson es presidenta de Realizing Rights: The Ethical
Globalization Initiative, miembro de The Elders y ex presidenta de Irlanda.

Jenneth Roth de HRW

Gabriela Cañas entrevista a kenneth Roth
"Debemos cerrar la era Bush con una Comisión de la Verdad"
Publicado en El País, Semanal (www.elpais.com) 07/12/2008;
Human Rights Watch es la más importante organización no gubernamental que vela por los derechos humanos en todo el mundo. Kenneth Roth es su implacable director.
El día que Human Rights Watch (Observatorio de los Derechos Humanos) fichó a Kenneth Roth,
el Gobierno federal de Estados Unidos perdió, cuando menos, a un inflexible fiscal. Corría el año 1987 cuando Roth trabajaba para la fiscalía federal en Nueva York. Ese mismo día, el movimiento a favor de los Derechos Humanos ganó a un perseverante y firme activista. En 1993 se convirtió en el director ejecutivo de esta organización y en ese mismo puesto continúa 15 años después sin aparente desmayo.
Su despacho está en el piso 34º del emblemático edificio Empire State de Nueva York. Desde sus ventanas se divisa un amplio panorama de Manhattan que llega hasta el mar. Su situación es una perfecta metáfora para una organización que mantiene los ojos bien abiertos hacia cualquier abuso que sufra cualquier ciudadano del mundo. Quizá suene un poco exagerado, pero lo cierto es que HRW (las iniciales por las que se les conoce), de apenas 300 trabajadores, tiene tentáculos en casi todos los rincones de este planeta. Le propongo a la directora de comunicación enviarle información sobre la detención en el pequeño país africano de Burundi de un líder político, Alexis Sinduhije, acusado de ultraje al jefe del Estado. Llego tarde. HRW ya ha hecho un llamamiento contra una detención que muestra el acoso al que el Gobierno burundés somete a la oposición, y sigue el caso con interés. Organizaciones locales, otras ONG, Gobiernos, instituciones y todo tipo de organizaciones cooperan con HRW formando una red mundial de vigilancia

Junto a su mesa le aguarda a Kenneth Roth una maleta. No ha sido fácil encontrar un hueco en su agenda para esta entrevista, y ello a pesar de que, desde el primer momento, Roth hizo saber a El País Semanal su firme voluntad de responder a nuestro requerimiento. Acaba de volver de Londres y París y al término de nuestro encuentro se quitará la corbata, se enfundará en un jersey arrugado y correrá al aeropuerto para viajar a Los Ángeles y San Francisco. Su gente dice que su agenda no está más cargada por la celebración del 60º aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos; que siempre es así. De modo que con sus 55 años bien cumplidos, Roth, que dice adorar su trabajo, aunque a veces resulte frustrante, dedica su vida a esta causa y se somete a esta entrevista como parte de ella. Al fin y al cabo, es el acceso a la prensa, que funciona como altavoz, una parte sustancial de su poder contra Gobiernos corruptos y tiranos y contra cualquier actividad que vulnere los derechos más fundamentales del ser humano, ya ocurran en Bujumbura, en Goma, en Guantánamo o en Bogotá.
-La elección de Barack Obama ha abierto una nueva era de esperanza en todo el mundo. ¿Lo siente usted así?
-La Administración de Bush ha sido un desastre para los derechos humanos porque decidió combatir el terrorismo ignorándolos. De esa manera, Washington generó una enorme animadversión contra Estados Unidos en el resto del mundo, lo que favoreció a Al Qaeda. Le ayudó a reclutar nuevas generaciones de terroristas. Dañó la cooperación internacional en la lucha antiterrorista. En realidad, George Bush hizo exactamente lo que Osama bin Laden deseaba que hiciera. Obama parece haber comprendido todo esto y yo espero que cambie la política antiterrorista porque es lo que hay que hacer, pero también porque es una opción más inteligente para derrotar al terrorismo.
-De modo que sería incluso más eficaz...

-Sí, exactamente. Sería más eficaz. Hay unas cuantas cosas muy concretas que deben cambiar. Desde el escándalo de Abu Ghraib [las torturas infligidas a los presos en Irak por parte de los soldados norteamericanos], los militares estadounidenses adoptaron nuevas normas que evitaban los abusos en los interrogatorios, pero Bush se opuso a aplicarlas en la CIA. En segundo lugar, Bush hizo desaparecer a sospechosos de terrorismo en las cárceles secretas de la CIA en las que no tenían acceso a sus amigos, parientes o abogados; sólo a los carceleros y los encargados de interrogarles. Cuando Human Rights denunció esto, Bush anunció que cerraría tales cárceles de forma temporal. Lo que nosotros queremos es que Obama las cierre definitivamente. Lo tercero es Guantánamo. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que cerrar Guantánamo. Obama lo acaba de repetir. Pero la cuestión ahora es cómo hacerlo. Porque hay gente en Washington que pide que Guantánamo, sencillamente, se traslade fuera de nuestras fronteras. Y están intentando convencer a Obama de que favorezca una ley de detención preventiva, que permitiría detener a la gente sin acusación y sin juicio. O sea, de nuevo, Guantánamo. Es esencial que Obama resista y que en lugar de eso se libere a los presos o se les haga una acusación bajo la justicia federal, no la militar. Por las señales que percibimos, creemos que Obama hará lo correcto. Pero hay todavía una cuarta cuestión. Creemos que es importante establecer una Comisión de la Verdad; algo similar a lo que se hizo con la Comisión del 11-S. Debería ser una comisión no formada por políticos, sino por profesionales, que investigara qué se hizo mal y quiénes son los responsables. Que determine cómo cerrar este negro capítulo de la historia de Estados Unidos.
-Difícil objetivo.

- Sí, lo es. Pero es esencial. No es suficiente terminar con los abusos. Se necesita también desvelar toda la verdad sobre esos abusos y poner todos los medios para que no vuelvan a suceder. Creo que Obama se siente algo más incómodo con esta propuesta.
-¿Tiene usted realmente confianza en Obama? ¿Cree que va a cumplir todas sus promesas y las expectativas generadas?

-Está sufriendo muchas presiones para que siga el mismo camino que Bush. En cuanto a nosotros, vamos a intentar ofrecerle todo el apoyo que necesite para resistir a esas presiones y reconducir la lucha antiterrorista a la senda del respeto de los derechos humanos. Éste es ahora nuestro objetivo y es en el que estamos trabajando.
-¿Conoce personalmente a Obama?

-Sí, aunque hemos vivido en Chicago en tiempos diferentes, lo conozco. He estado con él.
-¿Qué impresión tiene de él?

-Bueno, la verdad es que no he estado tanto con él como para hablar de ello. Pero volviendo al equipo de transición de Obama, lo que sabemos es que es consciente de estos problemas y que simpatiza con las soluciones que estamos proponiendo y que no se limitan a la lucha antiterrorista. Porque esta Administración no sólo ha ignorado los derechos humanos. También ha dejado de suscribir los acuerdos internacionales. Desde el punto de vista técnico, Estados Unidos ha dejado de formar parte de la comunidad internacional. Ha hecho una política arrogante que ha velado sólo por sus propios intereses. Y lo que estamos intentando con el equipo de Obama es que Estados Unidos retorne a la comunidad internacional.
-¿Cree posible incluso que con Obama Estados Unidos recupere ese cierto liderazgo que tuvo en ocasiones en la defensa de los derechos civiles?
- Bueno, la verdad es que no deberíamos idealizar el pasado. De hecho, ha habido siempre oscuros capítulos en la historia de apoyo a ciertos Gobiernos. Este país nunca ha sido un claro defensor de los derechos humanos, aunque es verdad que ha sido capaz de promoverlos. La era Bush ha sido devastadora, porque ahora este país sufre un problema de credibilidad. -¿Cómo criticar la tortura si eres un torturador? ¿Cómo criticar las desapariciones si tú haces desaparecer a gente? ¿Y cómo criticar el encarcelamiento sin juicio previo manteniendo Guantánamo?
-El primer paso que debe dar Estados Unidos para liderar la batalla por los derechos humanos es cambiar sus propias prácticas.
-Esta semana se cumple el 60º aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. ¿Qué es lo que cree que ha cambiado en este tiempo en términos generales?
-Siempre hay violaciones de los derechos humanos. Porque los Gobiernos siempre tienen esa tentación: es la manera más sencilla de silenciar a la oposición, por ejemplo, de callar a la prensa, de evitarse, en general, muchos problemas. El trabajo de los movimientos por los derechos humanos es el de investigar, estar alerta y pedir a los Gobiernos que cumplan con los derechos humanos. La auténtica noticia de estos 60 años de historia es que el coste de la vulneración de esos derechos ha aumentando sustancialmente. La razón es que hay un movimiento fuerte y global de grupos por los derechos humanos.
-La opinión pública es muy sensible ahora a cualquier vulneración de derechos.

-Sí, la demanda social es muy fuerte hoy. Los derechos humanos se han convertido en un marco ético de referencia a través del cual son valorados los Gobiernos. Esto no era así hace 60 años. Los derechos humanos son una nueva marca. Hoy, la prensa escribe sobre ellos, sobre los activistas, sobre los abusos... El público espera que se respeten los derechos humanos, y si un Gobierno comete una violación, paga un precio en términos de reputación, de asistencia internacional...
-Bueno, no siempre.
-Es verdad, pero es que hace 60 años, las violaciones a los derechos humanos ni siquiera aparecían en la prensa. A nadie le importaban. Y, desde luego, no había ninguna persecución por ello como ocurre ahora en casos extremos. Evidentemente, no siempre se paga un precio, pero la oportunidad de hacer pagar por ello es mucho mayor que hace 60 años. Éste es el avance real. Ahora tenemos pendientes dos grandes cambios. El primero, que una guerra no sea la excusa para violar los derechos humanos. La guerra fría fue la gran excusa en el pasado. Hoy, la coartada es la guerra contra el terrorismo. El segundo gran cambio es que comprendamos que la influencia de los principales países occidentales para promover los derechos humanos es hoy mucho menor frente a países como, por ejemplo, Rusia o China.
-Usted mencionaba la guerra contra el terrorismo. Ahora parece estar reduciéndose.
-Sin duda. Y creo que eso es así porque ha habido menos ataques terroristas de gran envergadura como los de Nueva York o los de Madrid. Y también porque ha habido otros ejemplos de cómo luchar contra el terrorismo. Frente al descrédito de la política de Bush hay otros modelos, como el de España, que ha investigado y ha llevado a los sospechosos ante un tribunal y no ha cometido serias violaciones de los derechos humanos. En los tiempos inmediatamente posteriores al 11-S [septiembre de 2001], la gente estaba muy asustada y dispuesta a que los Gobiernos hicieran cualquier cosa para protegerla. Hoy ese punto de vista es menos común.
-¿Considera un fracaso la campaña a favor de los derechos humanos que aprovecharon las organizaciones para atacar a China durante la organización de los Juegos Olímpicos?

-Los Juegos Olímpicos fueron una oportunidad para mostrar al mundo la realidad de China. Hizo ver al resto del mundo las vulneraciones permanentes de los derechos. El Gobierno chino pretendía hacer creer que permitiría las manifestaciones, pero detenía a todo aquel que lo intentaba. Pretendía defender la libertad de prensa, pero prohibía todo artículo que intentaba utilizar dicha libertad. Tengo la impresión de que China no ha cambiado mucho a causa de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, sí que se está registrando un cierto cambio en la política exterior. Por ejemplo, es ilustrativo el caso de Darfur. China se ha visto tan concernida por los crímenes contra la humanidad cometidos en esta zona de Sudán, que, finalmente, presionó al Gobierno sudanés para que permitiera el despliegue de los cascos azules. Desde hace un par de años China está desarrollando un papel mucho más constructivo en Darfur. Es verdad que la razón no fue la campaña en los Juegos Olímpicos, sino su especial relación con Sudán.
[En 2005, China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, vetó la imposición de sanciones a Sudán, donde tiene importantes intereses energéticos. En marzo de 2007 clamó por la intervención de la ONU ante los graves crímenes registrados en Darfur].
-Hablando de la ONU, el máximo garante de los Derechos Humanos, ¿cree que la organización está más debilitada que nunca como defienden algunos observadores?

-No, sinceramente, no lo creo. Primero, porque la Organización de las Naciones Unidas está compuesta de muchas partes diferentes, y algunas de ellas, de las que trabajan sobre el terreno, como ONUSida, el Alto Comisionado para los Refugiados o el Programa de Desarrollo, son muy fuertes y, aunque mejorables, cuentan con mucha gente y trabajan bien. El Comité de Derechos Humanos es, sin embargo, decepcionante. He sido uno de los primeros en protestar contra Gobiernos como Argelia o Egipto, que intentan destruir el comité y, estoy seguro, nunca hacen nada por los derechos humanos. Pero parte del problema está en el lado de Occidente y particularmente en la Unión Europea, donde los 27 miembros están tan preocupados por el consenso, que, atacados por una especie de micromanía, negocian cada palabra, cada coma de las propuestas de resolución, dejando exhaustos a los diplomáticos, que se quedan sin energía ni tiempo para negociar con el resto del mundo. Europa, en fin, no está haciendo nada efectivo.
-¿Por qué cree que es tan difícil que la ONU acometa una reforma que sigue pendiente?

-Porque el Consejo de Seguridad no tiene ningún interés en ello. Para acometer cualquier reforma, alguno de sus miembros debe estar dispuesto a perder algo de poder en un Consejo en el que algunos tienen derechos de veto [los cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia]. Es difícil que lo hagan, porque lograrían un Consejo de Seguridad más representativo, pero que no defendería tanto sus propios intereses.
Pero es que, además, hoy han perdido legitimidad, dado que adquirieron ese poder por ser los vencedores de la II Guerra Mundial. Si usted vive en Brasil, en Japón o en Alemania, la gente pregunta: ¿Por qué no estamos nosotros? Somos países importantes [se ríe]. Y la única respuesta es que los cinco miembros permanentes no están dispuestos a transferir su poder a cualquier otro. Esto llevará su tiempo, pero hay una tendencia.
-A lo mejor la ONU necesita una especie de terremoto, como el que ha sacudido al mundo financiero, para acometer las reformas pendientes.

-Soy escéptico hacia los cambios revolucionarios porque a veces pueden ser contraproducentes, pero sí creo que se necesitan cambios, y el problema es que ni el secretario general Ban Ki Moon, ni ninguno de los Gobiernos importantes están liderando los esfuerzos. En cuanto a los países que desean jugar un rol más importante, lo que puedo decir es que están divididos entre ellos. Es el caso de África, por ejemplo, donde no hay un candidato claro. Queda mucho trabajo político por hacer.
-En los últimos meses su organización ha tenido problemas en Colombia y Venezuela. En este último país, Hugo Chávez expulsó a los directivos de HRW por presentar un informe crítico contra él.

- La nuestra es una organización muy objetiva. Criticamos a Gobiernos de izquierda y de derecha, así que no nos resulta raro que Gobiernos tan distintos como el de Chávez o el de Álvaro Uribe nos critiquen. La reacción de Chávez ilustra bien justamente lo que denuncia nuestro informe. Uribe nos ataca porque denunciamos que no se puede alcanzar un Tratado de Libre Comercio mientras se permite el asesinato de los sindicalistas que defienden a los productores de esos bienes con los que comerciar. Es un principio sencillo y confío en que Obama no lo suscriba hasta que no se respeten los derechos de los trabajadores y acaben los asesinatos.
-¿Cómo son las relaciones entre HRW y el resto de las ONG?
-Trabajamos muy estrechamente con el resto de las ONG en todo el mundo. En prácticamente todos los países somos socios de los activistas y grupos que defienden los derechos humanos. Trabajamos juntos, investigamos juntos, denunciamos juntos. Somos parte de un movimiento global. Y tenemos la ventaja de tener una voz internacional, acceso a la prensa y a los Gobiernos en todo el mundo. Y proyectar los problemas locales en la arena internacional.
-¿Cooperan los Gobiernos con ustedes en todas estas batallas?

-Siempre buscamos el diálogo con los Gobiernos, especialmente con los occidentales. Les criticamos cuando creemos oportuno por no respetar ellos mismos los derechos fundamentales, pero trabajamos con ellos para promover los derechos humanos en otros países. Acabo de estar en Londres y en París para hablar con los Gobiernos británico y francés sobre la situación del Congo y convencerles de que hay que desplegar y reforzar las fuerzas pacificadoras allí. Esto es bastante habitual. A ellos les interesa vernos porque solemos tener información de primera mano. Disponemos de buenos investigadores y análisis de los que carecen por conductos diplomáticos. Y, francamente, también les interesa oírnos porque, si no lo hacen, se enterarán de nuestras opiniones y críticas hacia ellos a través de la prensa.
-En todo caso, supongo que esa cooperación es más sencilla cuando se trata de solventar la situación en Congo que en China, por ejemplo.

-Ni siquiera es fácil cooperar respecto al Congo. A los Gobiernos de Francia, Reino Unido o Alemania les resulta difícil explicar por qué no envían a 3.000 soldados a Congo para proteger a la gente. Respecto a China, en efecto, todo el mundo quiere tener un diálogo abierto y privado con el ministro chino de Asuntos Exteriores, en vez de criticar abiertamente los abusos que se cometen en ese país y trabajar de forma constructiva juntos.
-¿No le resulta frustrante su trabajo?

-Por supuesto que lo es, pero es importante evaluar de vez en cuando el impacto de lo que hacemos. Es verdad que no podemos conseguir cambios radicales, pero sí mejorar la vida de mucha gente.
-¿Cómo se siente cuando oye, por ejemplo, que sólo con el 1% del dinero que se está dedicando al rescate financiero se podría terminar con el hambre en el mundo?

Eso es verdad, pero, por otro lado, si no se pusiera en marcha un rescate financiero también habría más gente con hambre. Si ahora no gastáramos dinero en intentar reconducir una situación desastrosa que se tenía que haber atajado hace 10 años, las cosas podrían empeorar.
-Su padre es un alemán que tuvo que huir del nazismo. Alemania es ahora un país bien distinto. ¿Siente algo especial cuando se afirma que Angela Merkel desarrolla una diplomacia de derechos humanos frente a la diplomacia energética de otros mandatarios?

-Conozco a Merkel y creo que es una persona bienintencionada, pero creo que su Gobierno ha desarrollado una mala política con los antiguos países de la Unión Soviética. La Alemania de hoy es responsable como ningún otro país de la UE de haber levantado las sanciones a Uzbekistán. Este país mató hace tres años a cientos de personas que se manifestaban en la ciudad de Andiján y la UE le impuso sanciones. Pues bien, a pesar de que Uzbekistán no cumplía ninguna de las condiciones necesarias para conseguir que se levantaran dichas sanciones, Alemania convenció a sus socios para hacerlo de todas formas. La política exterior alemana está dominada ahora por la oportunidad económica que ofrecen los países de la antigua Unión Soviética y por el deseo de asegurarse el acceso al gas y al petróleo. No está promoviendo los derechos humanos, lo que es realmente una gran decepción.
-¿Tanta frustración no acaba de agotarle en este trabajo?
-Me gusta mucho mi trabajo. Quizá estoy loco, pero siento que de vez en cuando conseguimos marcar la diferencia.
-¿Cuál ha sido el mejor momento en 15 años?

-Sentí la firma del tratado de creación de la Corte Penal Internacional como una tremenda victoria. También el veto a las bombas de racimo. Pero habitualmente no obtenemos grandes logros; sólo pasos en la buena dirección. Hay que empujar todo el tiempo.

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