27 jun 2010

¡El horror, el horror!

Testigo del horror, uno de siete reportajes en El País Semanal
LEILA GUERRIERO
EL País Semanal, 27/06/2010
Zimbabue ha pasado en 20 años de ser un modelo de desarrollo en África a convertirse en el país de los corazones rotos. El régimen de Mugabe y una tasa de incidencia del VIH entre las más altas del mundo están dejando una tierra baldía, con gente sin nada que hacer ni que vivir, a la que viajamos en esta última entrega de 'Testigo del horror'.
Cuando el primero de sus hijos murió, MaNgwengya ya vivía en Nkunzi, cerca de Tsholotsho, en el oeste de Zimbabue, a la vera de un camino de árboles espinosos y bajo un cielo de reptiles. La vida siempre había sido eso que llaman una vida dura: acarrear agua, confiar en las esquivas lluvias, comer maní tostado como toda cena. Por eso, cuando el primero de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, pero no vio en eso un tarascón de la desgracia: porque esas cosas pasan en las vidas duras. Lo enterró a metros de su casa, en el mismo sitio en que había enterrado a su marido: bajo un monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando el segundo de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, pero volvió a pensar que esas cosas pasan en las vidas duras y lo enterró a metros de su casa, bajo el monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando el tercero de sus hijos murió, MaNgwengya lloró mucho, lo enterró a metros de su casa, bajo el monte de espinos y eucaliptos, bajo la tierra, bajo un túmulo de piedras que los vecinos le ayudaron a acarrear. Cuando la cuarta de sus hijas murió, en 2010, ManGwenya se dijo que ya no tenía nada que perder porque todos los nacidos de su vientre estaban muertos. Pero después supo que la única sobreviviente a esa masacre, su nieta Nkaniyso, de 17 años, portaba el mismo mal que había aniquilado a su simiente: un virus del género lentivirus que mata, en su país, a 2.500 personas al mes.
Zimbabue es un país cuya historia sería otra si en 1870 un inglés llamado Cecil Rhodes no hubiera enfermado de los pulmones y viajado, para buscar reposo y cura, a la granja algodonera de su hermano, en África del Sur, y no hubiera comenzado, una vez repuesto, a explotar minas de diamantes ni formado el territorio llamado, en honor a sí mismo, Rodesia, una de cuyas regiones -Rodesia del Sur- sería gobernada por Ian Douglas Smith, un africano de ascendencia inglesa que fue, hasta 1979, primer ministro de ese lugar donde blancos y negros no podían ir a los mismos baños ni subir a los mismos ascensores. La independencia llegó en abril de 1980, después de una guerra de guerrillas, y uno de sus líderes, Robert Mugabe, al frente del partido Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), asumió el poder en 1982 con un discurso inclusivo, antirracista y conciliatorio, mentó al país Zimbabue y fue, hasta los primeros noventa, líder de una nación que tenía los mejores hospitales, las más asfaltadas carreteras y el más alto grado de alfabetización de toda África. Se exportaba café y tabaco, la esperanza de vida superaba los 60 años y turistas del mundo llegaban para conocer ese lugar de clima perfecto y bellas ciudades donde podían acceder a parques nacionales y a las cataratas Victoria. En 1981, la Universidad Howard, de Washington, le dio a Mugabe el Premio Internacional de Derechos Humanos, y en 1988 la ONU lo premió por su lucha contra el hambre.
En 2010, el aeropuerto internacional de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue después de Harare, la capital, es un galpón de chapa, dos oficiales de inmigración y una ventana donde se paga la visa: 70 si se es ciudadano de la Commonwealth -de la que Zimbabue se desvinculó en protesta por las sanciones que le impusieron los países que lo forman- y 30 si se es ciudadano del resto del mundo. Por lo demás, no hay mucho: un bar que nadie atiende; un retrato de Robert Mugabe con sonrisa y traje oscuro. Una placa asegura que el aeropuerto se construyó en 1959 y es probable que no haya cambiado mucho desde entonces. Pero otras cosas sí cambiaron. Hoy el 90% de los 12 millones de habitantes de Zimbabue no tiene empleo, el 80% no tiene qué comer y el 20% lleva en la sangre ese virus que mata, en el país, a 2.500 personas al mes: el VIH.
Robert Mugabe -un hombre de la etnia shona en un sitio donde todo se divide entre shonas y ndebeles- lanzó en 1993 una reforma agraria para que las tierras fértiles, que pertenecían a unos 4.500 granjeros blancos, se redistribuyeran entre el campesinado pobre. La expropiación quedó a cargo de veteranos de guerra, fue tan delicada como el apodo de uno de ellos -Hitler-, y las propiedades no terminaron en manos de campesinos pobres, sino en las de ministros del Gobierno. Con la producción del agro en caída libre, en 1998 Mugabe envió tropas para apoyar a Laurent Kabila en el Congo. El envío le costó un millón de dólares al mes y algunas otras cosas: protestas sociales y el brote de una oposición fuerte, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), liderado por el sindicalista Morgan Tsvangirai. La historia es enredada, pero siguieron a eso elecciones fraudulentas, secuestros de partidarios del MDC, y Zimbabue devino en un infierno para opositores, líderes sindicales o periodistas. La expectativa de vida, que era de 62 años en 1990, bajó a 37 en 2007. La mortalidad materna, que era de 136 por 100.000 en 1992, subió a 725 por 100.000 en 2007. En 2008, la inflación era del 98% al día, y la desocupación, del 90%. En medio de eso, Mugabe aceptó formar un gobierno de unidad con el hombre al que había perseguido tanto, Morgan Tsvangirai. Así, desde principios de 2009, él es presidente, y Tsvangirai, primer ministro. En febrero del año pasado, Mugabe hizo dos cosas: celebró su cumpleaños número 85 -con una fiesta en la que, según The Times, se consumieron 3.000 patos, 7.500 langostas y 2.000 botellas de champán- y adoptó una política de moneda múltiple. El dólar de Zimbabue desapareció, y desde entonces sólo se aceptan el rand, el dólar americano y las pulas de Botsuana. Así, uno de los lugares más pobres de la Tierra es también un lugar carísimo: el ingreso anual por cabeza es de 340 dólares, aunque la cesta básica de alimentos para una familia de seis tiene un coste de 500 dólares. Al mes.
La ruta desde el aeropuerto hasta Bulawayo tiene pozos, pocas casas, menos autos y un cartel gigante: "Circuncisión masculina: una de las protecciones más efectivas contra el VIH". Después del cartel está la ciudad. Es baja, descascarada, extrañamente silenciosa. A veces hay agua, a veces hay electricidad, a veces los teléfonos funcionan y hay dos tipos de tiendas: cerradas y abandonadas, o abiertas pero vacías.
Médicos Sin Fronteras tiene oficinas lejos del centro, en una zona perfectamente resguardada con perfectos rollos de alambres de púas y perfectas alarmas. Allí, Carlos Carbonell, ecuatoriano e integrante de la misión de MSF en Bulawayo, donde la ONG trabaja en un proyecto de VIH, dice que Zimbabue es uno de los países con más alta prevalencia del mundo y que los hospitales de la ciudad están colapsados: que solo en el Mpilo Oi atienden a más de 3.500 chicos infectados -y 4.000 adultos- y llegan cinco chicos nuevos al día. Que en una población de 734.000 personas hay 32.000 con VIH, y que en algunas clínicas la lista de espera para el acceso al tratamiento con antirretrovirales -la terapia que desde 1996 permite hablar de cronificación de la enfermedad- es de un año. Y que, así y todo, ahora están mejor porque la prevalencia en los noventa era del 33%.
"De todos modos, la prevalencia es altísima, entre el 18% y 20%. Hay niños criados por personas que no son sus padres, y esos niños no van a la escuela, no tienen alimentos, y el contexto sexual es complejo. Está arraigada la idea de que un hombre infectado de VIH se cura teniendo sexo con una virgen o con un niño. Es una conducta usual. Por otra parte, la prevalencia en las embarazadas es muy alta, del 30%, y el contagio de madres a hijos, también".
La explicación es simple: según la Unicef, los recién nacidos amamantados por madres infectadas tienen entre un 10% y un 20% de probabilidades de contraer el virus, de modo que una forma eficaz de prevenir sería no amamantar. Pero en Zimbabue no se desaconseja -no puede desaconsejarse- la lactancia materna.
"No hay ningún plan que sustituya a la leche materna. Entonces, si no lo amamantan, quizá el niño no adquiere el VIH, pero se muere por desnutrición".
Claro que, si la epidemia mató a muchos, también dejó su rastro en los que quedan: en el país hay 1,3 millones de huérfanos cuya orfandad es gentileza del VIH.
En el Unity Village de Bulawayo hay poca gente, y los pocos que hay son vendedores: nadie compra. El Unity Village es un predio cerrado, con varios puestos que venden zapatos y ropa. Los vestidos cuestan 50 dólares; las botas, 40: el ingreso mensual de una familia afortunada. El Unity Village es el resultado de algo que en 2005 llevó a cabo el presidente Mugabe bajo el nombre de Operación Murambatsvina, una palabra shona que significa "sacar la basura" y que consistió en derrumbar las casas y los puestos de ventas de 700.000 negros pobres en todo el país. La excusa fue ordenar el comercio informal y la promesa de construir 1,2 millones de viviendas. Se construyeron sólo 3.325, y Amnistía Internacional denunció en mayo pasado que la gente desplazada continúa viviendo en campamentos sin agua, cloacas ni electricidad. Pero a algunos comerciantes les fue bien y los encerraron en sitios como el Unity Village, donde los pobres venden cosas para pobres que los pobres no pueden comprar.
La cama ocupa casi toda la casa, y la casa es una habitación de tres metros por tres, con un televisor, una radio reloj, un potus, una repisa con cacerolas. Lesley Moyo tiene 44 años y vive ahí con tres hijos y una cuñada que tose. Sentada al borde de la cama en la que duermen todos -ella, los tres hijos, la cuñada-, acaricia la cabeza de Nkulumane, su hija de 12 años.
"Mi marido murió hace seis años, de VIH. En 2008 yo me hice el test y dio positivo. Y mis dos hijos chicos también dieron positivo. Ahora estamos tomando antirretrovirales. Los dan gratis, en el hospital, pero el día que tengo que ir a buscar los medicamentos es un día de trabajo perdido. Igual ahora lo que más me preocupa son las enfermedades oportunistas. Ahora ella tiene un hongo, ¿ve?".
En la cabeza de Nkulumane se ve un hongo grande y saludable.
-El médico me hace una receta, pero yo no puedo comprar el medicamento.
-¿Y qué haces?
-Nada. Espero que se le pase.
Nkulumane tiene un hermano de 16 años que, desde que sabe que ella y su otro hermano están infectados, les dice "Sidosos, tendrían que estar muertos". Nkulumane parece estar de acuerdo porque escribió en su cuaderno del colegio: "Mejor me muero como mi papá".
La cuñada, ahora, tose. Acaba de enterarse de que tiene VIH, pero la tos, dice, es por la tuberculosis.
"Humutso es muy disciplinada, toma su medicación por la mañana y por la tarde. Y tiene tantos muñecos... ¿No quieres mostrar tus muñecos a nuestros invitados?".
Mariam Pita usa falda celeste, camisa blanca. Su nieta Humutso, de nueve años, lleva un vestido a cuadros verdes y va al rape. Viven en un barrio de casas con jardines al frente y buzones para la correspondencia, y cuyas calles de tierra parecen bombardeadas. Mariam Pita fue maestra toda su vida y vino desde Qwanda, una zona rural, a esta casa donde vivió con su único hijo, Thabani Nkada.
"Mi marido peleó en la guerra de la liberación. Cuando dos elefantes se embisten, siempre hay alguien que sale lastimado y los civiles estábamos entre dos fuegos. Él se fue, hizo su vida, y yo decidí venir a Bulawayo con mi hijo. Ahora tengo 74 años, y vivo de mi jubilación. Son 56 dólares, y sólo de electricidad pago 48. De todos modos cortan la luz ocho horas al día".
Hace muchos años, el hijo de Mariam se mudó a Harare, donde conoció a una mujer y tuvo un empleo -técnico en un estudio de radio- y una hija: Humutso.
"Pero Humutso tenía dos años cuando su madre murió. Apenas un año después enfermó mi hijo. No sé si él creía que se iba a morir, porque les decía a sus amigos: 'Recen por mí, para que tenga una vida larga'. Yo lo cuidé mucho. Cuando murió le cerré los ojos, le puse las manos a los lados del cuerpo. Después vino alguien. Un doctor. O una enfermera, no recuerdo. Y dijo la hora de la muerte".
Mariam tuvo que esperar cuatro días para enterrarlo, porque eso no cuesta menos de 100 o 200 dólares y hay que tener paciencia hasta juntar la plata.

"Nos ayudamos entre los vecinos. Nos hacemos donaciones. ¿Quiere ver el certificado de defunción?".

El certificado dice: Thabani Nkada. Cédula de identidad: 63432292S28. Sexo: masculino. Edad: 42 años. Nacido en: Zimbabue. Fecha de la muerte: 19 de julio de 2003. Lugar de cremación: Ezigodine. Causa de la muerte: diabetes melitus. Duración de la última enfermedad conocida: dos meses.

En todas las casas, en todas las historias, solo hay mujeres. Los hombres están en los relatos, o en las fotos que a veces los recuerdan. Todos los hombres que hubo alguna vez han muerto.

Margaritte Moyo cría a ocho nietos: siete de una hija que se los dejó para casarse con alguien que no quería tanta cría, y uno de otra que murió de VIH. Ese chico se llama Ayanda Moyo, tiene cuatro años, VIH, parálisis, retraso del crecimiento y está sentado en una silla a la entrada del rancho sin luz en el que viven. Es el atardecer, medio del campo, y el chico grita de felicidad intentando cazar un rayo de sol con las manos deformadas por nudos de carne en los nudillos.

"Es que camina con las manos", dice Margaritte Moyo.

Alleta Mhalansa, de 21 años, es una de sus nietas mayores: "Yo quiero estudiar trabajo social en la universidad. Primero tengo que terminar el colegio. Es difícil, porque tardo una hora caminando para ir y volver. Y como no tenemos electricidad, no se puede estudiar más allá de la caída del sol.

-¿A tu madre la ves?

-No. No sé dónde está. Mi abuela me dice que no cometa los errores de mi madre, que no me case joven, que primero viene la educación y después todo lo demás. Aquí en Zimbabue todo es duro. No tenemos ninguna fuente de ingresos. La única que traía dinero era mi tía, Rose Mayo. Se murió acá, en esta casa. Yo la adoraba. Hasta el último momento, ella iba a la frontera con Sudáfrica, compraba cosas y las vendía. Por eso quiero irme a Inglaterra. No es que yo odie este país. Pero aquí puedes buscar trabajo durante años y no conseguirlo nunca.

-¿Ustedes de qué viven?

-Mi abuela vende tomates y trae unos 30 rands a la semana. Si a ella le pasa algo, tendré que trabajar yo. No es justo, porque no podría ir a la universidad, pero jamás abandonaría a mi familia. Por eso yo odio el VIH. Por lo que nos hizo.

Afuera el sol cae con toda pompa y deja una estela de luz tierna y sucia. El camino de regreso a Bulawayo es lento. No hay electricidad y la ruta está inundada por un ejército de gente que camina, mansa, como si no hubiera rumbo, o como si no importara.

-Querida, ya estoy vieja. Solo salir de la cama me toma diez minutos cada mañana.

Katherine Carter se ríe y se tapa la cara con las manos como si tuviera 15, pero tiene 67. En la sala de su casa, una lámina reza "Jesucristo, el Pacificador", y otra dice "Stop al sida".

-Mi marido murió en 1985. De cáncer. Y nunca más pensé en estar con un hombre. Por un lado es mejor estar sola. No es bueno decirlo, pero si yo hubiera estado con mi marido, mucha de la ayuda que recibí no la habría tenido. Y además, él tuvo la suerte de no ver morir a nuestros hijos. Todos mis hijos están muertos por VIH. Eran tres. El último murió en 2009, y yo crío a mis tres nietos. El único que está infectado es él, Tatenda, que tiene 11.

Tatenda, a su lado, mastica maníes, y no dice nada.

-Yo me despierto a las cuatro y media, rezo y me voy a vender maníes, a un rand la bolsa, hasta las cinco de la tarde. Camino tres horas, todos los días, para ir y venir del mercado.

-¿Cuántas bolsas vende?

-Poco, muy poco. A veces viene la policía, porque no se puede vender en la calle, y nos llevan detenidos hasta que uno les da el dinero y lo dejan ir.

-¿Qué dice cuando reza?

-Le hablo a Dios, le digo que todo mi sustento viene de Él. Pero me preocupa el futuro de Tatenda. Si yo falto, quién lo va a llevar a buscar su tratamiento. Pero Dios sabe por qué hace las cosas. Ojalá Tatenda pueda ser piloto de avión. Y vuele alto, y se vaya lejos.

-¿Dónde?

-Lejos de Zimbabue. A cualquier lugar elegido por Dios.

La mujer tiene una camisa blanca, un suéter rosa y uno de esos postizos de pelo de plástico que son el lujo imperial de las cabezas africanas. Se llama Simdiso P. Dube y es la coordinadora del área urbana del Simbabene AIDS Programme, un programa de la archidiócesis de Bulawayo que da apoyo psicológico y educación a los niños y adolescentes huérfanos, con hincapié en los cambios necesarios en la conducta sexual para prevenir el contagio de VIH.

-Hay anuncios que promueven la circuncisión como método de prevención. ¿No sería más efectiva la promoción del uso de condones?

La mujer dice que ellos son cristianos, y que por tanto están agresivamente en contra de los condones. No dice nada acerca de estar agresivamente a favor de la circuncisión.

-Nuestro plan es ABC, que sería abstente, be faithful (sé fiel), condón. Si fallas en las dos primeras, usa condón.

-Entonces, ¿qué métodos de prevención les enseñan a los adolescentes?

-Promovemos A y B: abstenerse y ser fieles. En realidad, tratamos de promover sobre todo A, hasta que se casen.

El programa se ocupa, sólo en Bulawayo, de 18.000 huérfanos niños y adolescentes. En la pared de la sala hay una lámina que dice: "La comida saludable es una combinación de todos estos grupos: aceite de cocina, manteca, miel, espinacas, zanahorias, bananas, lechugas, mango, maíz, batata, pan, carne, pescado". No usen condones. Coman saludable. Dos formas del sarcasmo, o una falta absoluta de fe en las evidencias.

En el orfanato de Bulawayo hay 52 huérfanos. Ocho tienen VIH. Había nueve, pero uno se murió en abril. Los cuartos tienen piso de cemento, camas marineras, rejas en las ventanas, armarios con pocas cosas. El comedor está vacío, excepto por un varón de 15: "Llegué aquí a los 10 años. Mi padre murió y mi madre no sé dónde está. No tengo a nadie que se ocupe de mí. Aquí al menos me mandan al colegio y me dan de comer".

A 20 kilómetros de la ciudad hay un orfanato de animales. Se llama Chipangali y es una reserva privada. Los carteles advierten de que no es un zoológico, sino un santuario para huérfanos que no pueden ser devueltos a la naturaleza. En las jaulas, espaciosas, limpias, hay jabalíes, chacales, hienas, monos. El área de carnívoros está auspiciada por The Cattleman, un restaurante que, dice, basa su reputación en estupendos bifes. Sobre la foto de un cachorro de león, esta leyenda: "Querido visitante: ¿por qué no adoptar a uno de nuestros huerfanitos? Ellos necesitan nuestra ayuda". La adopción se basa en un aporte económico a distancia. Desde una placa de bronce, el Rotary Club se enorgullece de prestar apoyo al orfanato animal.

Marilyn Gibonda y Nozipho Mukabeta son amigas. Marilyn tiene 19 años, y Nozhipo, 17. Están sentadas en el patio del hospital Mpilo Oi. Es sábado, poco después del mediodía.

"Mi madre murió de VIH en 1999", dice Marilyn. "Vivo con mi abuela, mi tía y dos primas, y estoy bien porque estoy tomando el tratamiento, pero cuando llegué al hospital, en 2005, me estaba muriendo. Yo creo que no vamos a ver en muchos años una generación libre de VIH. Este país es muy difícil. La gente que tiene el virus necesita más comida. Y aquí no hay comida. La gente se muere de hambre".

Nozipho tiene tres hermanos, y uno de ellos vive en Inglaterra. Su padre también, pero no lo conoce.

-Vivo con mi madre, mi tía, mi abuela y dos primos. Estoy terminando el colegio secundario y después quisiera estudiar periodismo.

-Acá puede ser difícil ser periodista.

-Sí, pero, perdóname, yo de política no puedo hablar. Te puedo hablar de mi infancia. No disfruté mucho porque mi mamá enfermó cuando yo iba a tercer grado. Ella es seropositiva, y yo tenía que limpiar la casa, cuidarla. A los 11 años me hicieron el test. Me dio positivo, pero sólo a los 13 empecé a preguntarme si me iba a poder casar, tener hijos. Y traté de matarme. La primera vez tomé tres paquetes de tabletas de mi tratamiento. La segunda me arrojé bajo un auto, pero el auto frenó. El chófer se quedó como paralizado. Me miró y dijo: "Nena, la vida sigue, no se detiene". Y puso el auto en marcha y se fue. Fue tan increíble. Desde entonces no lo intenté más. Sé que Dios no quiere que me muera, por ahora. Yo tengo VIH por una muy buena razón. Algún día sabré por qué. Por eso, para mí lo peor del mundo no sería morirme. Sería perder a Dios. Sin Dios, esta sería una tierra de corazones rotos.

Nadie habla del presidente Mugabe, de la crisis de 2008, del porqué de la ausencia de blancos en las ciudades, de la toma de granjas, de la falta de luz y de alimentos. Un día, uno, generoso, anónimo, dice una cosa que podría ser también mentira: "Aquí nadie te va a hablar de eso. Cualquier desconocido, incluso un blanco, puede ser informante del Gobierno. Y si la policía se entera de que dijiste algo, te dispara sin preguntar".

La ruta a Tsholotsho, un poblado a tres horas de Bulawayo, es un hilo de cemento de dos metros de ancho, y eso quiere decir que es una ruta buena. Lo demás: monte, tierra roja, el cielo azul como si hiciera alarde. El pueblo tiene cuatro calles y algo que llaman ampulosamente el centro: tres supermercados, una tienda que vende frazadas, zapatillas.

La noche, aquí, cae hasta el centro de la Tierra. A un kilómetro del pueblo hay un bar de cervezas donde suelen juntarse los que pueden pagar una Lion más o menos fría. No son muchos. Hay olor a nafta, a sudor encebollado, a asfalto. El bar tiene un adentro impenetrable por el rugido de la música y un afuera de luz floja y bancos de madera. Un hombre tambaleante dice: disculpe, ¿le puedo hacer una pregunta?

-Claro.

-Mi mujer tiene VIH y tenemos un hijo de un año y cinco meses también infectado, pero yo no, y quiero tener otro hijo. ¿Cómo hago para que mi hijo no nazca con VIH?

El hombre está borracho hasta las muelas, pero pregunta como quien de verdad quiere saber. Su mundo es esto: el bar, una letrina de aromas incendiarios, su cerveza, su mujer, su niño enfermo. Y esas ganas, nada vulgares, de seguir.

Angeline Sibanda, de 33 años, vive en Jimila, cerca de Tsholotsho. Angeline, como casi todos, sólo habla ndebele y el traductor dice que Angeline dice que vivió en una familia poligámica y compartió marido con dos o tres mujeres, pero que un día el marido se murió y ella decidió cargar a sus cinco hijos y regresar a casa de su madre: a esta casa. Angeline tiene VIH, y Fortunate, su hija de 16, también, y nadie tiene en esta casa ningún ingreso, nadie va al colegio y nadie, excepto Angeline, sabe leer o escribir. Y sin embargo, si se le pregunta qué cosas la desvelan, el traductor dice que Angeline dice que no la desvela nada porque así está bien: tranquila. Y si se le pregunta si pensó alguna vez en buscar otro marido, el traductor dice que Angeline dice que no pensó porque así está bien: tranquila. Y si se le pregunta cómo se siente ahora que está tomando los antirretrovirales, el traductor dice que Angeline dice que ahora se siente bien: tranquila. Y cuando se le pregunta qué come, Angeline levanta el brazo con ostentación, despliega una sonrisa que es toda sarcasmo, y señala una parihuela de un metro por un metro donde una parva rubia y modesta de maíz se seca al sol y el traductor dice que Angeline dice esto: "Esa es la comida que tenemos para todo el año".

Y esa chispa de sarcasmo, ese gesto de finísima ironía, dejan claro que uno no entiende. Que uno no está entendiendo nada de todo esto.

Se acumulan: los kilómetros y los muertos. Jeannette Sibanda, viuda, sin ingresos, a cargo de su nieto Mandla, de cinco años, huérfano de ambos padres, seropositivo, en tratamiento. Enfari Makaza, de 79 años, viuda, pensionada, a cargo de su nieto Kowledge Tshuma, de 11 años, huérfano de madre, de padre desconocido, en tratamiento. Editha Phiri, de 45 años, viuda dos veces, vendedora de leña, seropositiva, en lista de espera por el tratamiento desde hace un año, a cargo de un sobrino huérfano y de dos hijos, uno de ellos -Robert, de siete años- seropositivo, en tratamiento. MaMoyo, viuda, sin ingresos, de edad desconocida, ocho hijos muertos, a cargo de tres nietos, uno de ellos -Mxolishi, de seis años- seropositivo, en tratamiento. Milandra Sithole, de 17 años, huérfana de madre, de padre desconocido, seropositiva, vive en un orfanato, en tratamiento. Dexter Tshawe, de 20 años, huérfano de madre, seropositivo, en tratamiento. Brian Nkomo, de 20 años, huérfano de padre, seropositivo, en tratamiento. Focus D. Dube, de 19 años, huérfano de madre, seropositivo, en tratamiento. Se acumulan: los kilómetros, los vivos y los muertos.

En el poblado de Nkunzi, a una hora y media de Tsholotsho, a la vera de un camino de árboles espinosos, bajo un cielo de reptiles, viven MaNgwengya y su nieta Nkaniyso, de 17 años que parecen nueve. Están sentadas sobre una estera, bajo un árbol. MaNgwenya mira la tierra yerma y dice que este año la cosecha fue mala porque no llovió y que habrá menos comida de la que usualmente hay. Por ahora comen tres veces al día, dos de ellas maní tostado. Nkaniyso vivía en Harare, pero cuando su madre enfermó vinieron aquí, a este sitio, donde no hay agua ni electricidad, pero donde al menos está la abuela.

-Mi madre murió el año pasado. Murió allí, en esa casita donde yo duermo ahora. Ella no quería que yo fuera a hacerme el test. Tenía miedo. Pero después, cuando dio positivo, no dijo nada. Antes de morirse me pidió que no deje de estudiar.

-¿Y estás estudiando?

-No. No tengo cómo pagar las cuotas. Quisiera estudiar y después irme a Sudáfrica, pero no quiero estar lejos de mi abuela. Soy su única nieta, su única ayuda. Todos los hijos de mi abuela están muertos. Eran cuatro. Todos se murieron de VIH y están enterrados acá.

MaNgwenya hace un gesto, dice algo. Se pone de pie, se interna por un sendero que avanza entre eucaliptos. Camina cien, doscientos metros. En un recodo se detiene y señala los túmulos sombríos. Los cuatro túmulos donde -bajo los árboles, bajo la tierra, bajo las piedras- yacen los huesos de aquellos que alguna vez parió.
Y eso es todo.
Todo lo demás es sol.
Conflictos olvidados
Con este reportaje concluye la serie Testigo del horror, un proyecto de Médicos Sin Fronteras y El País Semanal que retoma conflictos que corren el peligro de ser olvidados. Viajes de autor a los infiernos en la Tierra. Para dar voz a las víctimas de la violencia o el hambre. Recordamos las anteriores entregas.

MARIO VARGAS LLOSA
El autor de La ciudad y los perros viajó al corazón de las tinieblas de Joseph Conrad: el Congo. Un país rico en minas de zinc y de oro al que han despedazado las guerras étnicas, la corrupción de los Gobiernos, la malaria. Y las violaciones: "Matan a más mujeres que el cólera y la fiebre amarilla", le cuenta un médico.
SERGIO RAMÍREZ
Haití, antes del devastador terremoto del pasado enero, ya era el país más pobre de América. El premio Alfaguara de 1998 se sumerge en una población que en su mayoría se apaña con menos de un dólar diario. "Parece que se han olvidado de la basura, de los agujeros en que viven, y que el Gobierno se ha olvidado de ellos", reflexiona el escritor nicaragüense.
LAURA RESTREPO
La autora colombiana se trasladó a los campos de refugiados en la costa sur de Yemen. Allí llegan desde Somalia y Etiopía, huyendo de la guerra y el hambre, miles de mujeres y niños: "El Cuerno de África entero parece estar subiendo. En pateras, por el desierto a pie, mendigando a través de las antiguas ciudades".
JUAN JOSÉ MILLÁS
Desde hace 60 años, India y Pakistán se disputan el Estado de Cachemira. "Resulta imposible dar dos pasos sin sentir el aliento de un fusil en la nuca", escribe el periodista, premio Nacional de Narrativa de 2008. En este paisaje idílico se impone la brutalidad militar. Sus consecuencias: desaparecidos, torturados y cientos de miles de enfermos mentales.
JOHN CARLIN
Cruelmente perseguidos por la Junta Militar birmana, los rohingyas, una minoría musulmana, se refugian en Malaisia y Bangladesh. El reportero, autor de El factor humano, describe la aldea: "Tan ardiente, abarrotada y plagada de enfermedades, que, por contraste, los miserables pueblos vecinos de pescadores parecen la Costa del Sol".
LAURA ESQUIVEL
Guatemala, un pueblo amable y delicado. Donde los asesinos y los violadores son una plaga. La escritora de Como agua para chocolate descubre la realidad de un país en el que las agresiones sexuales quedan impunes; en el que se contabilizaron, en 2009, más de 6.000 muertes violentas. Eso quiere decir 16 al día.
MANUEL VICENT
El novelista y columnista de EL PAÍS se adentra en la selva colombiana. Cientos de miles de indígenas y campesinos han tenido que dejar sus hogares. Viven en chabolas de madera. Con el miedo permanente de los chantajes de paramilitares, narcotraficantes y guerrilleros, y la discriminación del Gobierno y la sociedad.

Elecciones y narco

El narcotráfico amordaza a candidatos en el Triángulo Dorado
Los candidatos a alcaldes en el Triángulo Dorado —una de las zonas más violentas del país, en la unión entre Chihuahua, Sinaloa y Durango— han decidido aplicar la máxima de no hablo, no veo y no escucho en torno del crimen organizado.
Carlos Coria, reportero
Excélsior, 27 de junio de 2009.
Ellos saben que quienes tienen el poder en algunas regiones de sus estados son los cárteles; incluso, en otros casos, los conocen. "No ver, no hablar y no escuchar nada" del tema, y encomendarse a algún santo, les ha ayudado a seguir como gobernantes o como aspirantes a alguna alcaldía para el próximo 4 de julio en las zonas donde convergen Chihuahua, Sinaloa y Durango
GUADALUPE Y CALVO, Chih.— Para los candidatos a la alcadía de este municipio chihuahuense, enclavado en el peligroso Triángulo Dorado del narcotráfico —también formado por los estados de Sinaloa y Durango—, es fundamental aplicar las tres máximas en torno a este delito para no morir en el intento: "No ver, no hablar y no escuchar nada" relativo al tema.
En esta localidad, en realidad, es común y de conocimiento popular las referencias a los sicarios, a los secuestros y a las extorsiones, así como a las de las personas que se dedican a la siembra, cosecha y tráfico de mariguana y amapola.
Sin embargo, nadie habla de ello en público. Así convive cada quien en sus respectivas actividades, sin meterse uno con otro, o como señala el alcalde suplente de extracción priista, Cesáreo Prieto: "El respeto al derecho ajeno es la paz", parafraseando irónicamente a Juárez.
En las campañas políticas las cosas no son muy distintas, aquí la agenda es marcada por los narcotraficantes, por sus sicarios, pero no lo hacen de manera directa, sólo con su presencia cuando algún candidato se atreve a mencionar algo sobre inseguridad.
Así lo explicó a Excélsior el candidato del PAN a la presidencia municipal de Guadalupe y Calvo, Ignacio Teodoro González Ramos, mejor conocido como Nacho González: "La cuestión de la delincuencia aquí, como en todas partes, es que es un tema que merece tratarse con mucha cautela y más en el ámbito electoral, porque si (uno) empieza a decir que los va a combatir, o que sabe quiénes son, prácticamente haga de cuenta que no amanece".
Acudimos a este municipio para entrevistar a los candidatos del PRI y del PAN para ser alcalde, Rubén Gutiérrez Loera y Nacho González, respectivamente, pero solamente se obtuvo el encuentro con el panista. El priista no "pudo" salir de la sierra cuando se visitó Guadalupe y Calvo, a pesar de la insistencia y los recados.
Lo piensan, mas no lo dicen
Luego de permanecer una semana en lo profundo de La Barranca, Nacho González dijo que no ha recibido amenazas de los narcotraficantes del lugar y ni siquiera ha tenido algún acercamiento con ellos. "Es más —se ufanó—, desde que empezamos la campaña no hemos escuchado un solo disparo". Pero aceptó que el tema está vedado en su campaña.
Guadalupe y Calvo está ubicado en el Triángulo Dorado del narcotráfico, ya que hace vértice en lo más profundo e inexpugnable de la Sierra Madre Occidental con los estados de Durango y Sinaloa. Se encuentra a 400 kilómetros al sur de la ciudad de Chihuahua, pero llegar hasta la cabecera municipal toma seis horas a buen paso, porque lo sinuoso del camino obliga a los conductores a promediar 60 kilómetros por hora. No es todo, de ahí a Tuayana, la comunidad más alejada en lo profundo de La Barranca, se hacen 12 horas y así es todo este territorio.
La orografía y lo alejado de las principales ciudades de Chihuahua han hecho de esta región el lugar ideal para la siembra, cosecha y trasiego de enervantes, los cárteles se han organizado de tal manera que controlan todo lo relacionado con la delincuencia e, incluso, con las actividades gubernamentales y del comercio.
Se habla sólo de la policía local
De regreso a las tres máximas para hacer política en esta región, se recuerda que si alguien se opone es asesinado, como ocurrió con el alcalde Ramón Mendívil Sotelo, acribillado en febrero pasado junto con su guardaespaldas, el director de la Penitenciaría local.
El panista Nacho González evadió hablar sobre el asesinato, pero explicó: "Realmente cuando me ofrecieron la candidatura sí batallé para tomar la decisión; en primer lugar, porque la familia es la primera que dice que no tengo necesidad de andar en eso y que qué ando buscando. Yo ya casi era candidato y luego, como se oye hablar mucho de eso (el asesinato), el temor de ser candidato es cierto, y luego de ver la posibilidad de que le vayamos a ganar al que siempre ha estado en el poder, podría conllevar un riesgo (extra)".
Hizo referencia a lo anterior porque en Guadalupe y Calvo siempre ha ganado el PRI, por el control que ha tenido sobre las etnias tarahumaras y tepehuanes a base de hambre, miseria y educación, porque "fuera de la cabecera municipal los recursos no llegan", acusó.
Y no se trata de una revelación, el panista, desde el comienzo de su campaña, habló con su dirigente estatal, Cruz Pérez Cuéllar, del peligro que corre por ser de oposición en esta región, pero éste le respondió: "Si comparas a Juárez con Guadalupe y Calvo, en Juárez matan en un día a los que en Guadalupe y Calvo ejecutan en un año... pero no deja de ser peligroso".
Y bueno, pues tuvo que entrarle, pero con acotaciones. González no trata el tema del narcotráfico ni sus derivaciones como el secuestro, las extorsiones y la corrupción. "En campaña, en cuestión de seguridad tratamos el tema de la policía municipal, nada más".
"Lo otro (narcotráfico) —continuó— es algo que ni siquiera por aquí hay que tratarlo. Y si por ahí le comentan a uno, pues no, generalmente uno responde que eso no lo manejamos porque se trata de delitos federales, ministeriales o de los militares. Nos limitamos a decir a la gente que vamos a tener una policía municipal que garantice la tranquilidad de los ciudadanos y que la vean como unos amigos."
En esta parte de la entrevista es donde advierte con mayores reservas: "(Respecto del narcotráfico) hay que aplicar la máxima de no hablo, no veo y no escucho. Es un tema que yo lo he escuchado poco, inclusive, en los gobernadores. Está difícil, a lo mejor ellos tienen sus estrategias pero no las dicen y menos aquí en estas regiones de la sierra".
2010-06-27 05:00:00
“No conozco los cuernos de chivo y ni quiero conocerlos”
La familia del alcalde suplente de Guadalupe y Calvo le pidió que no asumiera el cargo, debido a que temen que corra la misma suerte que su antecesor
Carlos Coria GUADALUPE Y CALVO, Chih.— Ser alcalde de uno de los municipios más pobres, atrasados y violentos de Chihuahua no es nada fácil, advirtió el presidente municipal suplente, Cesáreo Prieto.
Él habla sobre el suelo que le tocó gobernar: "El hecho de estar en una región serrana donde colindamos con Sinaloa y Durango, el famoso Triángulo Dorado, entonces, yo en lo personal no quiero, no me consta de que yo haya visto algo así —narcos— (sic) , pero (hay) varios rumores, se oyen de que debido a esa situación surge el problema del narcotráfico. Yo no, como le digo, no me consta a mí esa situación.
"Yo necesitaría ver, ser testigo de esas cuestiones para decir, si es a través de eso, pero son cuestiones de que a nada nos conduce decir o confirmar una situación que no me consta (sic)", dijo el alcalde.
Los hechos ponen en evidencia esta situación y aquí están sobre la mesa: el pasado 17 de febrero, el alcalde priista de Guadalupe y Calvo, Roberto Mendivil Sotelo, fue acribillado junto con su escolta cuando salía de la ciudad de
Chihuahua rumbo a este municipio.
El asesinato fue cometido mediante una emboscada y con armas de fuego AK–47, rifles de asalto conocidos como cuernos de chivo. Hasta el momento, las autoridades no han esclarecido el crimen. Tras el atentado, quien debía suplir a Mendivil Sotelo era la enfermera Martha Isela Peinado Castañeda, pero ella simplemente declinó asumir el encargo.
Entonces, el cabildo nombró al regidor de Hacienda, Cesáreo Prieto Vega, maestro indígena de origen tarahumara, como alcalde suplente, quien asumió a pesar de que su familia se opuso, debido al ataque contra su antecesor.
"Sí, mi esposa y mis hijos me dijeron "no aceptes, no te arriesgues", y yo, queriendo o no queriendo, les expliqué que ya cuando a uno le toca siendo alcalde o no, tarde o temprano vamos a donde vamos", relató.
Guadalupe y Calvo fue ubicado desde el año pasado por la Secretaría de Desarrollo Social como uno de los municipios más pobres del país y del mundo, donde aún mueren de hambre principalmente niños y mujeres indígenas tarhumaras y tepehuanes.
El alcalde suplente es también indígena tarahumara, de 54 años, y conoce esta situación, y esto fue lo que lo motivó a asumir el cargo, a pesar de que esto conlleva el riesgo de perder la vida frente a los narcotraficantes que son simple y sencillamente el poder en estas regiones de la sierra de Chihuahua.
A Excélsior, en la ciudad de Chihuahua, a donde acudió a gestionar recursos, los cuales le fueron negados porque "el presupuesto ya se acabó y estamos en elecciones", el profesor Cesáreo Prieto habló de su encomienda: "Yo nunca pensé estar en esta responsabilidad, pero las cuestiones que sucedieron son por situaciones del que está allá arriba —y señala hacia el cielo—, porque la suplente renunció y, por acuerdo de cabildo, me nombran a mí cuando era regidor de Hacienda. Yo no me esperaba este cargo tan importante, con tanta responsabilidad".
—¿Cómo trabajar frente al narco?
—A pesar de tanta situación que está prevaleciendo en los municipios y en el estado, que de una u otra manera interfiere o impide trabajar de forma más abierta, con más ánimo, sabemos que es una situación que no nomás el municipio tiene la responsabilidad de superar, es un tema a nivel nacional —tras hablar guardó silencio como para repasar que lo que dijo no lo haya comprometido—.
Pero confiesa: "Se han dado casos, pues sí, porque no vamos a decir que no es inseguro. Yo, en lo concreto, me he dedicado a sacar mi trabajo.
"No me gusta meterme en las vidas ajenas y me gusta respetar a las familias ajenas para tener la misma corresponsabilidad. Situación que de una u otra manera me ha servido", explicó al tratar de referirse a la manera de gobernar una zona en donde opera el crimen organizado.
—¿Pero cómo evitar los peligros de ser alcalde de este lugar —se le insistió—?
—Todo depende de cómo se conduzca uno, cómo se relacione uno con la sociedad.
Dijo contundente: "Como alcalde sé hasta dónde meterme y hasta dónde no".
—¿Pero si los narcotraficantes se meten con las autoridades o la gente del pueblo?
—Hasta donde ahorita sé, también parece ser que ellos se dedican a su trabajo. No se meten tanto de lleno hacia acá. En el tiempo que yo estoy (como alcalde), no me consta que alguien esté involucrado. Sí hay cierto respeto, ellos a lo suyo y nosotros a nuestro trabajo.
Y dijo una frase, máxima o regla, que es relevante para las autoridades en los municipios serranos de Chihuahua frente al narco: "(uno debe) meterse nada más en lo que es el trabajo, no tengo nada que hacer en otras cosas que no me competen".
Regreso a clases
Seguro de su gestión en el "proyecto del finado y salir con buenas cuentas el próximo 9 de octubre", el maestro indígena comentó:
"Hasta el momento no me han amenazado y ni quiero. Soy maestro, jefe de sector, terminaré el 9 de octubre y me reintegro a mi trabajo, que no es más tranquilo que este, porque la inseguridad está en todos lados, como maestros tenemos que visitar las escuelas y hay escuelas muy lejanas, es una cosa semejante (al ayuntamiento), pero en otro sentido".
Y con una timidez propia de la etnia tarahumara, reservado, discreto y seguro de sí sentenció: "No me gusta meterme en las vidas ajenas, en las actividades ajenas y, hasta ahorita, gracias a Dios, ni mi familia ni yo hemos tenido alguna observación que ponga en riesgo la vida.
"Fíjese que no conozco los cuerno de chivo... y ni quiero conocerlos", agregó.
2010-06-27 02:53:00
Para hacer campaña en Badiraguato 'hay que tener amigos'
En el municipio donde nació El Chapo, los aspirantes no usan guardaespaldas; admiten que sí se siembra droga, pero que se debe a la pobreza de la gente
Rafael González BADIRAGUATO.— En la cuna de los capos más famosos del país, los candidatos a cargos de elección popular no requieren de seguridad personal, pues su única "arma", como ellos dicen, es la simpatía, amistad y ganas de servir a su pueblo.
Admiten que suben a la sierra y pueden pasar hasta 15 días incomunicados, sin bajar a la cabecera municipal de Badiraguato, donde tienen su casa de campaña.
En medio de cientos de pequeños poblados, algunos con apenas cinco casas, dos candidatos a alcalde y dos a diputado hacen campaña para ganarse la voluntad de los votantes con miras a este de 4 julio.
Saben que ahí, en las comunidades, está el voto duro, más que en la cabecera, por lo que allá van casi todos los 36 días de campaña.
Hay pobreza y mucha de la gente se dedica a sembrar y cultivar enervantes como una forma de sobrevivir, reconocen quienes hoy luchan por representar a Badiraguato en el gobierno municipal o en el Congreso local.
En entrevista exclusiva con Excélsior, el ex priista Érik Enrique Lazcano Portillo, aspirante a esta presidencia municipal por la coalición Cambiemos Sinaloa, formada por PAN, PRD, PT y Convergencia, argumenta que mucha gente puede dedicarse a esta actividad ilícita como un mal necesario. Para acabar con la situación hay que generar más empleos, estima.
Justifica que "cuando no hay empleo, uno tiene que buscar la manera de hacerse de recursos, porque hay enfermedades y cuesta caro enfermarse en la sierra. Entonces tienen que dedicarse a algo, es un mal necesario".
Entrevistado en la sindicatura de San José del Llano, a más de dos horas de la cabecera municipal, consideró que no será fácil cambiar la imagen de la cuna de narcos famosos, pero cree que sí se puede, con trabajo y esfuerzo.
"Tenemos que trabajar con proyectos y alternativas diferentes para que vean que definitivamente la gente es trabajadora, que hubo quien nació y creció en Badiraguato... cada quien busca la manera de cómo sobresalir."
La clave, dice el ex director de Obras Públicas de la actual administración, está en impulsar la educación y los proyecto productivos, para que los jóvenes tengan oportunidades, lo que traerá más desarrollo a la región.
Seguridad no es tema primordial
El que Badiraguato forme con municipios de Chihuahua y Durango el llamado Triángulo Dorado no le preocupa. La gente "trabaja de lo que pueda trabajar y le hacen su luchita. Lo que tenemos que hacer los gobiernos es buscar e impulsar proyectos para que la gente ya no se dedique a hacer eso; (hay que) sacar proyectos alternativos".
Pese a la imagen del municipio, el tema de la seguridad no es primordial en la campaña, pues esta zona se ha mantenido con una de las tasas más bajas de ejecuciones en la entidad.
"Es un municipio que ha sobrellevado eso, pero al final lo que tenemos es mala fama, nada más. Si ustedes recorrieran las comunidades, se darían cuenta de la calidad y sencillez de la gente", afirmó Lazcano Portillo, quien para hacer proselitismo no lleva escoltas.
"En Badiraguato no ocupamos seguridad, porque nos conocen en la mayoría de los ranchos; si usted va a la sierra, puede ir solo y la gente lo atiende, independientemente de a donde vaya, pero si usted llega golpeando, echando lo que no debe echar, pues la gente va a responder", afirma.
El aspirante informó que en 31 días de campaña ha logrado visitar 150 localidades serranas. Afirma que el tiempo no alcanza para recorrer las más de 300 comunidades. "Tenemos que hacer las reuniones más cortas y a veces tenemos que dejar a mucha gente plantada (...) y si nos paramos a comer, llegamos tarde a otra localidad y luego a la otra".
El candidato por la coalición que también postula a Mario López Valdez, Malova, dice no temer de algún atentado, pues su pasado lo respalda. "Tú sabes que nadie te va a hacer nada si no hiciste nada malo. Entonces nosotros no tenemos ningún temor, vamos de arriba a abajo.
Teófilo Medina Araujo, candidato a diputado por el Distrito 11, señala que para hacer campaña aquí hay que tener amigos, porque sólo así se pueden recorrer los caminos a altas horas de la noche. "La limitante es que son muchas las comunidades, pero hemos tratado de recorrerlas todas".
Su tierra sí ha sido cuna de narcotraficantes, reconoce, pero hoy es un municipio tranquilo y su gente muy hospitalaria. "El problema es que hay mucha pobreza, pero gente buena sí hay".
El Cheto, como es conocido en los pueblos, afirma que la manera de acabar con la siembra de droga como modus vivendi es traer proyectos de oportunidad a comerciantes, ganaderos y campesinos.
"Sabemos que en la sierra no se vive de otra cosa (siembra y cultivo), la gente es ganadero, agricultor, vive muy apenas, por eso queremos traer programas para que vivan mejor."
El ex priista no trae seguridad personal. Dice que su chaleco antibalas es la confianza de la gente y el trabajo que ha hecho por su tierra.
Es difícil ir a la sierra... y más salir
BADIRAGUATO.— Enclavadas en lo inhóspito de la sierra, en cientos de pequeñas comunidades casi incomunicadas también se hace política.
Los candidatos circulan entre veredas, voladeros y caminos de terracería por horas para llegar a localidades de menos de cien habitantes.
Por estos senderos también circulan camionetas de lujo de modelo reciente. El Ejército estableció aquí una base especial con seis mil 500 soldados para cuidar a poco más de 40 mil habitantes en todo el municipio.
Es la tierra de los grandes capos de la droga en México y quizá en el mundo. Aquí nacieron Joaquín El Chapo Guzmán y los Beltrán Leyva.
Este municipio, que ocupa el tercer lugar estatal en extensión, tiene una población de más de 42 mil habitantes, según el Conteo de 2005. Tiene 530 comunidades, la mayoría en la sierra. Hasta ahí sólo los militares ingresan, ninguna otra corporación.
Pero los dos candidatos a alcalde y dos aspirantes a diputado sí van a la sierra y hacen campaña política.
"Yo digo que aquí 90% de las personas de la sierra se dedican a la siembra de droga como una manera de sobrevivir", dice un habitante, mientras guía el camino para llegar adonde sería mitin.
Afirma que, ante la pobreza, desde hace décadas muchos habitantes han tenido de buscar la manera de sobrevivir, y ésa ha sido la siembra de droga.
Nadie lo hace por gusto, acota, sino como una manera de sobrevivir, porque no hay trabajo en esas comunidades, hay mucha pobreza.
Pero apela sobre la mala fama: "Nosotros no tenemos la culpa de que algunos grandes capos hayan nacido en Badiraguato".
No es fácil llegar a San José del Llano, sindicatura de unos 500 habitantes, pero tampoco es fácil salir.
Lo saben los serranos. El mes pasado un niño fue picado por un animal. Lo difícil del camino impidió su trasladado rápido a un hospital de Culiacán y murió. Aquí tampoco hay hospital; apenas una clínica de salud.
Por aire tampoco se puede hace mucho, pues la pista cercana al pueblo la destruyeron los soldados.
Van pueblo por pueblo
Se requiere de más de dos horas para llegar. Por la Sierra Madre Occidental, llena de caminos angostos, ríos y zonas boscosas se llega o se sale de San José del Llano.
Los militares patrullan constantemente por los pueblos y veredas e instalan retenes en los caminos de terracería. Se trata de inhibir el trasiego ilegal de armas y drogas.
Hay más de 500 comunidades y los candidatos tratan de recorrer pueblo por pueblo. Duermen donde se acaba el día y empieza la noche. Con los vecinos desayunan, comen y cenan y, en ocasiones, en los vehículos. El tiempo no alcanza para más.
Aquí los recursos se eficientan. El dinero alcanza para imprimir pendones, calcas y abanicos y distribuirlos en pueblos y en la cabecera.
En los ranchos pequeños los amigos consiguen un lugar para reunirse, un equipo de sonido y convocan a todos los habitantes, pues no hay medios de comunicación ni llegan los periódicos.
2010-06-27 05:00:00

Carolina Herrera


Vicednte Verdú ENTREVISTA:  CAROLINA HERRERA
Publicado en El País, 27/06/2010;
Muy clásica. En las formas, en su ropa y en su manera de entender la vida. Una de las diseñadoras más famosas del mundo declara su apego a la religión, la familia, el 'glamour' y, sobre todo, a tener clase.
Poco a poco, desde que terminó la entrevista con Carolina Herrera en el número 501 de la Séptima Avenida, la Fashion Avenue (avenida de la Moda) de Nueva York, fui entendiendo con quién me había jugado los cuartos. Es decir, caí en la cuenta, por ejemplo, que un piso en ese edificio donde se ocupaban del diseño 80 personas podría valer unos diez millones de dólares. Puede que exagere o me quede corto, pero la impresión sobre el caudal de dinero que significa el imperio de Carolina Herrera fue haciéndose más nítida cuando al recordar la charla reaparecieron los escenarios de su educación, las prestancias de su marido, su suegro o su padre en una atmósfera que enlazaba la riqueza de la aristocracia venezolana (su marido es marqués de Torre Casa) con el corazón de la Forbes patrimonial neoyorquina.

Como andar desnudo por la calle

Revista La Nación, Domingo 27 de junio de 2010 |
Desafío. "El cibercrimen es más lucrativo que el narcotráfico", dice Jorge Vega Iracelay, de Microsoft
Es como andar desnudo por la calle."
Le habían preguntado sobre el uso de Internet. Y con esas palabras respondió Nicholas Constantine Burbules, dueño de títulos rimbombantes (filósofo de Stanford y experto de la Universidad de Illinois en el impacto de las nuevas tecnologías). Lo dijo hace diez años. ¿Exageró? Internet tiene algo parecido a caminar por la calle. Sentado ante la pantalla, es difícil sentirse vulnerable. Pero casi todo lo que puede pasar en una ciudad, puede ocurrir en las urbes virtuales sin moverse de la silla. Desde chusmear al vecino hasta perder documentos importantes, plata, amistades, pudor o prestigio, y ser víctima de un delito. Estas cuestiones hacen a un tema que no preocupa sólo a las grandes empresas, sino también a los usuarios silvestres: la seguridad informática. O el conjunto de métodos y recursos para proteger datos y sistemas ante posibles amenazas. Las hay de todo tamaño y color. Aumentan con el número de conexiones y nuevas tecnologías, así como nuestra dependencia de ellas. Desde pérdida de información, robo de datos, fraudes y sabotajes hasta daños a la imagen. En palabras de Burbules: "Con Internet sentimos que accedemos a un mundo ilimitado, y es cierto. Pero nos olvidamos de que ese mundo también tiene acceso a nosotros, y amenaza nuestra privacidad de modos que ni siquiera imaginamos".

Líderes

Mi jefe es demasiado diplomático
FRANCESC MIRALLES
Publicado en El País, 27/06/2010
Peor que un líder déspota y autoritario es el líder blando que quiere quedar bien con todo el mundo y no se enfrenta a los conflictos, lo que genera desánimo y frustración en su equipo.
Los que dirigen la actividad a la que dedicamos la mayor parte de nuestra vida despierta, el trabajo, influyen de manera decisiva en nuestra felicidad cotidiana. Un mal jefe condiciona de tal manera nuestro día a día, que puede ser causa de apatía, depresión o incluso de una baja laboral.
En el cliché del dirigente a temer se suele mostrar la personalidad autoritaria, que no atiende a razones y carga todas las culpas sobre sus subordinados. Sin embargo, ese no es el perfil más nocivo. Hay algo aún peor que tener un jefe exigente e inflexible: sufrir un líder blando que quiere contentar a todos y, por lo tanto, no toma decisiones ni es justo con sus empleados.
El diplomático resulta muy agradable al principio, pero cuando llegan los conflictos, su equipo queda indefenso debido a su falta de liderazgo. Detrás de su aparente moderación y timidez hay una persona que no se moja porque tiene miedo de equivocarse o de ganarse enemigos. Este perfil tan común en algunas empresas huye de los valores de la autoridad tradicional, pero a cambio ofrece más problemas que soluciones.
El líder clásico
“Los diplomáticos solo son útiles cuando hace buen tiempo. Cuando empieza a llover, se ahogan con cada gota” Charles de Gaulle
Que hayamos superado el modelo de jefe déspota y jerárquico no significa que no debamos rescatar algunas de sus virtudes, ya que toda nave debe ser capitaneada si quiere llegar a puerto.
Según la recordada Mercè Sala, que dirigió Renfe y el metro de Barcelona, el líder clásico se caracteriza por la toma de decisiones y la resolución de problemas. Antepone las necesidades de la organización a las de los empleados y se apoya en determinadas reglas que hace cumplir a su equipo. En cierto modo, representa la autoridad patriarcal llevada al mundo de la empresa.
En el siglo XXI, en muchas organizaciones esta figura ha sido sustituida por el gestor sin carisma que hace su trabajo y rehúye los problemas. Muchos empleados se desesperan porque su jefe nunca se define e intenta quedar bien con todo el mundo, mientras se acumulan los problemas y las injusticias. Este líder blando puede acabar haciendo más daño que el líder duro y autoritario.
En su libro El encanto de Hamelín, Mercè Sala cuestiona así este tipo de liderazgo: “Cuando una organización está muy burocratizada existe la tendencia a no tomar decisiones por miedo a equivocarse. En esta clase de empresa ya no hay un líder que dirija, sino un administrador que sigue la normativa al pie de la letra y es incapaz de detectar los problemas. Por este motivo predomina la ineficacia. (...) Un líder de verdad debe tener el estómago fuerte; liderar no es un plato apto para aquellos que tienen miedo a equivocarse o a crearse enemigos; tampoco lo es para aquellos que necesitan pruebas definitivas antes de tomar una decisión”.
Los daños colaterales de esta clase de dirección son:
• Apatía de los empleados, que se sienten parte de una maquinaria gris donde todo funciona por inercia y cualquier propuesta caerá en saco roto.
• Frustración por la desidia de la empresa ante problemas que se podrían solucionar fácilmente y que se enquistan.
• Fricciones dentro del mismo equipo, que se ve obligado a autogestionarse, con lo que se imponen los caracteres más dominantes y, a menudo, tiránicos.
• Sentimiento de inutilidad y de pérdida de tiempo, lo que conduce a aplicar la ley del mínimo esfuerzo.
El líder blando
“Nunca se debe permitir que continúen los problemas para evitar un conflicto, puesto que no se evita, solo se retrasa por hacerse más grande” Maquiavelo
Las personas que trabajan en esta clase de entorno laboral se sienten desorientadas y sin motivación. Haciendo un símil con un equipo de fútbol, el entrenador blando sería aquel que no logra imponer una idea de juego, con lo que el equipo se arrastra por el campo a la espera de que un golpe de fortuna haga entrar la pelota. Quien no sabe “a qué juega” tampoco sabrá gestionar las diferencias entre los jugadores, con lo cual en el vestuario acaba mandando la mafia de los más fuertes. Resultado: fracaso asegurado para todos.
Sin recurrir al modelo autoritario, el liderazgo efectivo es el que ejerce el entrenador que dirige así a su equipo:
• Transmite unos objetivos comunes y un estilo claro que da identidad.
• Escucha a cada uno de los jugadores y se asegura de que entienden el funcionamiento del sistema. Aprovecha sus virtudes individuales para el juego colectivo.
• Actúa de juez ante cualquier conflicto que se desata en el grupo y procura que no salga del vestuario.
• Cuando uno de los jugadores es irrecuperable y lastra el rendimiento general, lo aparta para que no intoxique el tono general del equipo.
Pero si nos toca en suerte un líder blando tendremos que buscar cómo sobrevivir. El consultor especializado en recursos humanos Roberto Debayle sugiere lo siguiente ante el jefe que evita el conflicto a cualquier riesgo y no se moja: “Mi recomendación para un empleado con esta clase de jefe es que haga lo que su superior no hace: pedirle verbalmente el liderazgo que necesita y conseguir compromisos por escrito, si es una persona poco asertiva a la hora de dialogar”.
Si nos dirigimos a él o ella con tacto y nuestro discurso es razonable reaccionará con moderado agradecimiento, además de con cierta sorpresa. Dado que su principal preocupación es conservar el puesto, hará los movimientos necesarios para corregir los defectos de su gestión para poder proseguir su silencioso liderazgo.
Cinco jefes indeseables
“Es más temible un ejército de cien corderos guiado por un león que un ejército de cien leones guiado por un cordero” Charles Maurice
La consultoría Otto Walter realizó hace unos años una encuesta entre más de 750 profesionales de nuestro país para que calificaran a sus directivos. Entre los modelos de líder más criticados estaban los siguientes:
1. El irrespetuoso y prepotente. Tiene los peores vicios del jefe tradicional. Es aquel que humilla a sus empleados en público, se expresa a gritos y es vanidoso. Esta clase de dirigente consigue mantener el orden, pero no inspira ni motiva a sus subordinados.
2. El que no escucha. Bastante común. No se puede dialogar con él o ella porque solo se escucha a sí mismo. A menudo vive las aportaciones de su equipo como un peligro para su gestión.
3. El que es incapaz de apoyar a su equipo. Por miedo o por falta de personalidad, da la espalda a sus empleados cuando los debe defender ante un superior o un cliente. Esta actitud crea un gran sentimiento de desazón en la plantilla.
4. El que se cierra en su despacho. No le gusta relacionarse con los empleados y, cuando habla, parece que lo haga en otro idioma. Vive en un mundo de cifras o abstractos objetivos, lejos de la realidad de su equipo.
5. El que no sabe lo que quiere. Depredador terrible para el equilibrio psicológico de su gente, el líder que cambia constantemente de opinión o no da instrucciones claras arrastra a los suyos hacia una deriva que es peor que el “ordeno y mando”.
Entre estos modelos negativos, aunque el primero parece el menos dañino, no se adecua en absoluto a las necesidades de nuestros tiempos, en los que los equipos necesitan maniobrar con creatividad y autonomía ante los cambios.
Pedro Padilla, que ha dirigido la corporación Televisión Azteca, hace al respecto la siguiente reflexión: “Más que duro o blando con sus empleados, deberíamos hablar del líder justo o injusto. No sirve de nada un líder blando, pero injusto; a la mayoría de los empleados no les importa que su líder sea duro, siempre que proceda con justicia y dé a cada uno lo que le corresponde”.
Tal vez ahí esté la clave: actuar con justicia y reconocer los méritos de los demás puede bastar para, una vez fijado el objetivo común, volar todos en la misma dirección.
Esa es una lección que no solo deberían aplicarse los jefes y jefas con asalariados. También los padres deben ejercer una autoridad motivadora e inteligente con sus hijos, por no hablar del difícil ejercicio de gobernarse cada uno. A la hora de ser justos y de detectar los problemas hay que empezar por uno mismo.
¿Sumisos o combativos?
“Padres, maestros y hombres de negocios han conspirado inconscientemente para producir un país de tímidos. En la infancia muchos padres censuran a los hijos que se atreven a defender sus derechos. Los maestros premian a los estudiantes que no discuten el sistema educativo y tratan con dureza a los que lo cuestionan. Todo empleado aprende, al empezar su carrera, que si protesta no es probable que reciba un aumento o un ascenso. Después, esta actitud se extiende a la vida familiar y social”. Herbert Fensterheim, No diga sí cuando quiera decir no.
Para líderes eficaces
1. Libros
• ‘No diga sí cuando quiera decir no’, de Herbert Fensterheim y Jean Baer (DeBolsillo).
• ‘El encanto de Hamelín’, de Mercè Sala (Alienta).
2. Películas
• ‘El club de los poetas muertos’, de Peter Weir (Walt Disney).
• ‘Los indiferentes’, de Francesco Maselli (CristalDFilm).

Helen Thomas

Primera dama de 10 presidentes
YOLANDA MONGE
Publicado en El País Semanal, 27/06/2010;
Helen Thomas era la periodista que más años llevaba en la Casa Blanca. Interrogó a todos sus inquilinos desde 1960, de John F. Kennedy a Barack Obama. Un polémico comentario suyo favorable a Palestina ha terminado con su carrera. A punto de cumplir 90 años, abandona su mítica butaca en la primera fila de la sala de prensa.
Intentó tener en mente para no perder la perspectiva durante su larga carrera profesional en el periodismo que uno vale lo que vale su última historia. En su caso, esa última historia ha resultado ser sobre ella misma. Más de medio siglo de distinguido servicio al mejor reporterismo de Estados Unidos oscurecido por una frase. Cierto que no cualquier frase. Una frase que en este país no se ha perdonado, pero que está garantizada constitucionalmente por el derecho a la libertad de expresión.
Innumerables libretas y 10 presidentes después, la venerable Helen Thomas se ha visto forzada a abandonar la sala de prensa de la Casa Blanca por la puerta de atrás. "Que se larguen de Palestina" fue la respuesta que la anciana dio a un rabino que le preguntó, cámara en mano, por su punto de vista sobre la situación en Israel. "¿Algún otro comentario?", insistió el improvisado reportero, que asistía a la Casa Blanca el pasado 27 de mayo con motivo de la celebración del Mes de la Herencia Judía junto a su hijo adolescente y un amigo de este, ambos tocados por la kipá judía. "Recuerde, esa gente [los palestinos] vive una ocupación en su propia tierra. No es ni Alemania ni Polonia. Los judíos deberían irse a su casa", declaró Thomas. "¿Cuál es su casa?", quiso saber el rabino David Nesenoff, que posee una página web llamada Rabbilive.com. "Polonia, Alemania, América o cualquier otro sitio", finalizó Thomas.
Thomas es ¿era? una autoridad en Washington, en la prensa y en la Casa Blanca. Pero en el actual escenario de los medios de comunicación, funcionando en ciclos de 24 horas siete días a la semana, su polémica opinión se esparció como la pólvora. Y Thomas fue víctima de la misma lengua ácida con la que expuso al escrutinio público y desnudó de argumentos a decenas de secretarios de prensa presidenciales. Ari Fleischer, primer portavoz de George W. Bush, lideró la campaña de correos electrónicos para lograr que la periodista fuera expulsada del selecto grupo de hombres y mujeres que cada día acceden a la Casa Blanca armados con lápiz y papel o blackberrys y portátiles y la despidiese su actual empresa, Hearst Newspapers, donde era columnista desde que se retirase del periodismo diario hace 10 años.
Ejemplos del trabajo de Thomas hay muchos. Por poner alguno: en 2002 tomó la palabra en una rueda de prensa y espetó a Fleischer: "¿Cree el presidente que los palestinos tienen derecho a luchar contra 35 años de brutal represión y ocupación militar?". Fleischer considera que el final de Thomas es "trágico y triste", pero que hizo lo que tenía que hacer al anunciar que abandonaba su cargo y su silla. Tony Snow, sucesor de Fleischer en el puesto de lidiar con la prensa, consideraba que las opiniones de Thomas eran "el punto de vista de Hezbolá". De poco o nada le ha valido pedir disculpas.
Hija de inmigrantes libaneses, Thomas nunca ha escondido sus tendencias proárabes. Pero muchos opinan que ha sufrido lo que se conoce como el síndrome Dan Rather, cuando el periodista se convierte en la noticia. Entonces, dicen, es el momento de recoger los bártulos y marcharse a casa. Thomas nunca hizo eso. Se quedó hasta el final, a pesar de que no eran pocos los colegas en la diminuta sala de prensa de la Casa Blanca que ponían los ojos en blanco y levantaban las cejas cuando la anciana aunt Helen o tía Helen se desmarcaba con una de sus preguntas. La última se la hizo a Obama hace unas semanas. "Señor presidente, ¿cuándo nos vamos a ir de Afganistán? Y no me venga con un bushismo de que, si no estamos allí, ellos [los terroristas] vendrán aquí" .
Thomas ya no celebrará a lo grande, agasajada por el resto del cuerpo de prensa que sigue al presidente, su 90º cumpleaños sentada en su privilegiada butaca de la primera fila, la única que luce su nombre, a diferencia del resto, que tienen el del medio de comunicación, y que a mediados de junio estaba simbólicamente vacía. Thomas cumple noventa el 4 de agosto. El mismo día en el que Barack Obama celebra su cumpleaños. El año pasado todo fueron sonrisas y el presidente abandonó el podio para saltar la barrera imaginaria que le separa de la prensa y sentarse junto a Thomas y fotografiarse con unos típicos cupcakes coronados por una vela.
Desde John F. Kennedy hasta el actual primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, Helen Thomas ha interrogado, a veces hasta la exasperación presidencial, a todos los mandatarios que han regido los destinos estadounidenses desde 1960. Considerada un auténtico monumento de Washington todo periodista que haya tenido la oportunidad se ha fotografiado con ella como si del Lincoln Memorial se tratase, Thomas inició su carrera en la agencia United Press International (UPI). Comenzaba su turno a las cinco y media de la mañana y entró en la estirpe de corresponsales de la Casa Blanca. En 1974 se convertía en la primera mujer a la que UPI nombraba jefa para la oficina de la presidencia.
Siempre pionera, Helen Thomas logró que las mujeres dejaran de ver los toros desde la barrera. Frase cuasi literal, porque hasta los años sesenta, las mujeres no podían asistir a los actos que el Club de Prensa de Washington ofrecía. Sólo podían hacerlo si contemplaban lo que sucedía desde la galería de visitantes. Con Thomas eso se acabó. En 1959, la redactora forzó la mano del club y le obligó a aceptar su presencia en un acto en el que hablaba el líder soviético Nikita Jruschov. Lo mismo sucedió con el prestigioso Gridiron Club.
Como decana de la prensa que cubre la Casa Blanca, Thomas era quien siempre hacía la primera pregunta al presidente al iniciarse las ruedas de prensa. Cuando abandonó UPI, hace 10 años, esa concesión le fue revocada. Para la historia quedará, sin embargo, la coletilla que instauró al final de sus preguntas y que ya no pronunciará más: "Gracias, señor presidente". Gracias a ti, Helen.

Maradona

Quiero ser el último en besar la Copa"
El técnico albiceleste, un mito del fútbol todavía a los 49 años, reflexiona su propio papel como entrenador, sobre la figura de su estrella, Leo Messi, las comparaciones con él, sobre las posibilidades de ganar el Mundial y sobre el estilo de la selección española
MARCELO SOTTILE
El País Semanal, - Pretoria - 27/06/2010;
Pide un abrigo para pelearle al frío. Su adrenalina no alcanza para combatir la noche dura de Pretoria. En otro Maradona, esa incomodidad hubiera provocado la suspensión de la entrevista, más cuando sus dos relojes marcan más allá de las 11 de la noche.
Pide un abrigo para pelearle al frío. Su adrenalina no alcanza para combatir la noche dura de Pretoria. En otro Maradona, esa incomodidad hubiera provocado la suspensión de la entrevista, más cuando sus dos relojes marcan más allá de las 11 de la noche. Pero este Maradona de Mundial tiene ganas de hablar, de cumplir respetuosamente su palabra. Solo se lo oye a él, más cerca del entrenador que del personaje, ése que aparecerá recién al final de la entrevista.
Pregunta. ¿Messi ya está para ser el Maradona del 86 o hay que pensar en el Maradona del 82?
Respuesta. Messi rompió los moldes. Hay que terminar con las comparaciones. Ya está para salir a la cancha con la corona.
P. Lionel declaró que está como está por usted.
R. Yo le agradezco, pero Lío está en este nivel porque él quiere. Se le ve feliz, contento. Disfruta, me pide jugar. Para toda la gente que decía que Messi no cantaba el himno, que lo veían triste... ¿A quién le gusta perder? Y nosotros perdíamos en las eliminatorias. Ahora todo cambió y hacerlo feliz a Messi es orgullo de todos. Incluidos los compañeros, porque hoy lo ves y se tira un chiste con Pastore, con Garcé, con quienes no se había cruzado en su puta vida. O habla con Verón. Yo los espío. La Bruja es un intelectual del fútbol: sabe mucho más de fútbol que Lío, pero se trenzan a hablar y el guacho [sic] le responde, ¡já, já já! Es lindo estar en el medio de esa conversación.
P. Estaba preocupado por Messi y fue a Barcelona. ¿Ahí empezó la transformación? ¿Qué cambió además de la posición?
R. Nunca pensé en un Messi estático en una posición. Yo quiero que él se sienta cerca de la pelota. Cuando él tiene esa posibilidad hay chances de salir de contra, de tenerla, de crear una situación de gol o de meter un pase de gol. Todavía no pudo meter ninguno, pero no se olviden de que yo aparecí en los cuartos en México 86. Ahí lo vamos a ir todos a abrazar.
P. ¿Él le dijo dónde se sentía más cómodo?
R. No, no. Yo le fui a contar a Messi que a mí nadie me dijo dónde tenía que jugar [se golpea una mano sobre la otra]. Entonces, yo no le tenía que decir a Messi dónde debía jugar. Él tenía que decidirse a jugar donde él quisiera [sigue golpeando las manos]. Y ya era grandecito y hombrecito como para tener las pelotas de decir 'esta pelota es mía, muchachos, soy el que la sabe interpretar mejor que nadie'. Yo lo hice en su momento, ahora le toca a Messi.
P. El mensaje para Lionel fue 'yo te voy a bancar [respaldar], pero tienes que rebelarte, ser usted mismo'.
R. Es que los tiempos te van marcando. No es el mismo Messi el de los 18 años que el que hoy cumple 23. Los tiempos lo van llevando a madurar a toda velocidad, porque así te lo requiere el mundo, el Barcelona, la selección argentina, los árabes, ¡ja, ja! Y vos tenés que estar preparado como está Lío. A mí me pone bárbaro cuando me dice 'quiero jugar', como pasó antes de Grecia. 'Daaaale, poneeeeme', me pidió. Eso es algo maravilloso para mí. Aunque yo lo iba a poner en cualquier caso. Eso es lo que yo le quiero contar a la gente: el amor de Messi por la pelota y por la camiseta argentina.
P. ¿Su perfil como entrenador es dejar hacer al jugador?
R. Sí, pero cuidado. Dejarle hacer al que entiende qué hay que hacer. Vos no le podés dejar hacer lo mismo a Messi que a Bolatti o Jonás o Burdisso. Hay que ver a quién dejás hacer. Eso es una interpretación mía en la cancha. Y tengo que ver con quién se lleva mejor, con quién tiene mejor feeling, a quién prefiere.
P. Otra diferencia en Messi es su cara. Antes hablaba mirando para abajo, ahora va con la cabeza arriba.
R. Es un hombre, es un hombre [remarca]. Y es muy lindo estar a su lado en este momento. Poder hablar con él, no aconsejarlo porque tiene a sus padres, pero sí estar cerca.
P. Leo dijo que en las eliminatorias no era él. ¿A usted le pasaba lo mismo?
R. Ahora tengo tiempo. Y si vos tenés tiempo para trabajar, las cosas van saliendo. Más con estos jugadores. Podés inventar, dejar volar tu imaginación para una pelota parada entre Verón y Messi, pero después sale sola. Si hay dos en la barrera y vos tenés dos para patear, si Messi se la toca a Verón todos van con él y Lío queda solo. Y ahí el mano a mano de Messi es mortal. ¿Por qué no aprovechamos eso entonces?
P. Habla del potencial de los jugadores. Y se dice que el valor de la selección pasa por ellos. ¿Se siente orgulloso o desvalorizado?
R. Orgulloso. Yo quisiera ser el último en besar la Copa, porque la ganaron los jugadores. Que eso quede bien claro. Yo quiero ser un hombre feliz con la camiseta argentina.
P. ¿De todos modos percibe un respeto al Maradona técnico que antes no había?
R. Yo nunca creí todo lo que me decían algunos. Sabía de mi capacidad, lo que podía dar. Y como no les creí, no es tanto el choque de lo que decían en las eliminatorias a lo que pueden opinar. Siempre tuve mi personalidad y sabía que este momento iba a llegar, que iba a tener al Mascherano que tengo hoy y no al Mascherano que estaba con el 50% de su cabeza en el Real Madrid y el otro 50% en el Barcelona. Sabía que iba a tener a este Messi, a este Tévez...
P. Es el único entrenador que da besos. ¿Tiene un estilo distinto? El otro día se lo preguntó un periodista inglés.
R. Siempre fue lo mismo. Si querés podemos laburar [trabajar] mañana, mediodía, tarde y noche, pero si no hay feeling con los jugadores, no hay historia. Esta historia se escribe a través de los futbolistas. Que nadie se crea que hay un mago. Acá la magia la tienen los de pantalones cortos y la tendrán hasta la última pelota del mundo. Existen los Guardiola, los Mourinho, los Rafa Benítez, los Menotti, los Bilardo, los Basile, hay un montón de técnicos que han dejado cosas. Pero lo han hecho a través de sus jugadores.
P. ¿Qué le diferencia de esos entrenadores?
R. Que llego en el momento justo, con una camada de jugadores argentinos que se han juntado para darle alegría a la gente. Quizás a otros técnicos le faltaba uno, o se quedaba el otro en el camino. Yo gracias a Dios los tengo a todos y están sanos. ¿Entonces, qué más puedo pedir?
P. Los que definen son los jugadores, claro, pero hay técnicos que chocan Ferraris. ¿Usted se siente en su mejor momento para no chocar?
R. Puede ser. Yo maduré como un fórmula 1, porque el Mundial te exige tomar decisiones rápidas. Igual, esto se venía gestando hace mucho tiempo. Yo sabía que cuando nos metiéramos en la cabeza lo que era la camiseta argentina, lo que es un Mundial, se nos iba a dar. Como decía de Messi...
P. ¿Vio a algún futbolista que se le acerque?
R. En este Mundial no vi otro jugador ni al 30% de Messi. No sé si mañana dirán que soy soberbio, pero tampoco vi a alguien que sea el 30% de Tévez. Porque Carlitos te emociona jugando. Yo amo a mi equipo. El favorito que me vendieron con Xavi e Iniesta perdió 1 a 0 con Suiza. Y no es que tocó la pelotita. Voy a usar una frase del Negro Enrique: si los arcos estuvieran en los costados y no de un lado y del otro, España hubiera ganado 10 a 1. Y es verdad. Porque la tienen, la tienen, la tienen, ¿pero cuándo vamos a atacar? Cuando yo dije que no merecimos perder con España, en Buenos Aires se me cagaron de risa. Porque ellos tuvieron la pelota, pero si nosotros los empomábamos con Di María, les sacábamos dos de diferencia y olvidate.
P. ¿Dice que no están entre los favoritos para que eso no lleve al éxtasis argentino?
R. Hay que dejar que los favoritos sean los otros y que se rompan la cabeza entre ellos. Nosotros vamos partido a partido. Ahora tenemos México, en el cruce de octavos.
P. ¿Quién dibuja en el pizarrón las jugadas a balón parado?
R. Lo hablamos entre los tres, con Mancu y El Negro. Cuando vemos vídeos nos vienen jugadas. Aunque a veces me vienen más a mí. Soy el más alocado. La jugada de Heinze en el gol contra Nigeria salió porque vi que ellos defendían fuerte. Entonces dije: 'Si éstos se creen fuertes, les voy a poner gente fuerte y no van a salir de la línea del área. Les voy a poner tres muros: a Samuel, Tévez, Demichelis. Y vas a ver que los morochos [morenos] no van a poder salir. Y El Gringo en el punto de penal les va a romper el arco'. La hicimos acá en una práctica y no pudieron salir nuestros defensores. Yo sabía que íbamos a abrir el partido así. Por eso, cuando hicimos el gol, no lo grité. Yo gritaba: '¡Salió la jugada!".
P. ¿Usted era un jugador táctico. ¿Cuándo se dio el traspaso del jugador al técnico?
R. Es que tenés que pasar ese río de preguntas y resolverlas en tu casa, pensar en el equipo. Dejar las críticas de lado y darle más bola a lo que podés hacer con los jugadores. Me pasé todo un tiempo mirando jugadores. Por eso fue difícil armar la lista.
P. ¿De quién tomó cosas como entrenador?
R. Me gusta mucho Mourinho. Y aparte de por cómo me trató. Estuvimos varias horas hablando de fútbol. Mourinho me pareció un tipo para llevártelo a la mesita de luz y preguntarle cosas. Tengo el teléfono suyo, así que por ahí lo llamo.
P. ¿Sería capaz de llamarle durante el Mundial?
R. Sí, ante una duda, lo llamaría.
P. Pero no le copiaría la táctica del partido de la Champions entre Inter y Barça.
R. Noooo. Seguro que no. Pero bueno, eso le dio resultado. Es el campeón de la Champions, imaginate que vos y yo quedamos como boludos si decimos eso. 'Ah, los boludos estos dicen que no lo harían. ¿Y a mí qué me importa?', podría decir.
P. A propósito de estilos. ¿Cuándo cambió la idea de los cuatro centrales a este equipo ofensivo?
R. Hace mucho que lo tenía en la cabeza, pero no contaba con los jugadores para hacerlo. Uno estaba cansado, el otro venía con problemas, el otro se quería ir de donde estaba... Había unos problemas muy grandes. Pero cuando los tuve libres mentalmente, les dije 'corran para adelante que saben hacerlo'. No es solo defender.
P. ¿En ese punto esta selección se parece a la del 94, en tener la pelota?
R. Es una premisa que repito todos los días: si la tenemos nosotros, no la tienen ellos. Y este equipo está capacitado para manejar mucho más la pelota que cualquier otro equipo del mundo por el pie que tiene. Todos juegan bien. Vos lo ves salir a Demichelis del fondo y decís 'si lo pongo de 9 por ahí te engancha'. Lo ves a Jonás y decís 'mirá este flaco desgarbado', pero te llega al fondo y engancha.
P. ¿Tiene algún rival al que quiera enfrentarse?
R. Noooooo, que vayan saliendo. No tengo un rival para elegir.
P. Antes hablaba de España.
R. Si lo tenemos en el precipicio, lo vamos a empujar. En un Mundial nadie te perdona. Lo mismo ellos, ¡eh!: si nos tienen a nosotros ahí, nos van a empujar. No te van a dar la mano para agarrarte. Te van a pisar los dedos para que te caigas. Es así.
P. ¿Qué daría por salir campeón del mundo?
R. Un brazo. Yo daría un brazo por esa Copa.
P. Hace frío para ir desnudo al Obelisco. ¿Lo pensó bien?
R. Sí, pero no dije cuándo iba a ir, ¡ja, ja. ja!
Un corte de manga y se fue.

La Curia

REPORTAJE: LA NOBLEZA NEGRA DEL VATICANO
Vaticalia
Personas del entorno del Papa están implicadas en los escándalos de corrupción de la Protección Civil y de Propaganda Fide. Ha nacido un sistema de poder mixto que mezcla lo laico y lo religioso, la Iglesia y el Estado, Italia y el Vaticano, la curia con la élite civil
MIGUEL MORA
Publicado en El País, 27/06/2010;
Los Gentilhombres de su Santidad forman parte de la familia pontificia como el comandante de la Guardia Suiza o los clérigos que trabajan con el Papa. Antes se llamaban Camareros de Capa y Espada, y los había secretos o de honor. En marzo de 1968, dos meses antes de que en París se prohibiera prohibir, en Roma Pablo VI abolió la Corte vaticana y creó los Gentilhombres. Montini escribió con un deje de pena: "Tanto en la Iglesia entera, especialmente después del concilio ecuménico Vaticano II, como en la opinión pública mundial se ha abierto camino una más atenta, digamos más celosa, sensibilidad sobre la preeminencia de los valores secamente espirituales, una exigencia de verdad, orden y realismo respecto a lo eficaz, funcional y lógico, frente a lo que es solo simbólico, decorativo y exterior".
Muerto el patriciado, parecía que la modernidad había llegado por fin al Vaticano. Y el papa trataba de explicarlo motu proprio: "Nuestra antigua y benemérita Corte -que ahora será designada únicamente con su original y noble apelativo de Casa Pontificia- seguirá resplandeciendo en su prestigio auténtico, comprendiendo a eclesiásticos y laicos que, además de su particular competencia y autoridad, se distingan por sus señalados servicios en el campo del apostolado, de la cultura, de la ciencia, de las distintas profesiones, por el bien de las almas y la gloria del nombre del Señor".
Que se sepa, los Gentilhombres de su Santidad no cobran del Vaticano, aunque a veces trabajan dando pompa a los ritos. Visten de negro riguroso y llevan la pechera del frac forrada de medallas. Altivos, huidizos y misteriosos, forman parte del club más exclusivo del mundo y tienen el rango más alto al que un laico puede aspirar en el Vaticano.
Hoy, la labor secreta de esta nueva nobleza negra es muy estimada en San Pedro. Su "competencia y autoridad" y sus "señalados servicios" suponen beneméritas acciones para la Santa Sede. En algunos casos, se diría que el requisito básico para entrar en el club es ayudar a engordar las arcas del Estado pontificio, el paraíso fiscal más rico, mejor decorado y más visitado del mundo.
Algunos gentilhombres son verdaderos prodigios de las finanzas. Tomemos a Herbert Batliner, por ejemplo. Nacido en 1928 en Liechtenstein, está considerado por la policía alemana uno de los mayores expertos en crear sociedades fiscalmente opacas, un gran especialista en lavar dinero negro. Batliner es uno de los banqueros que mueven en la sombra las finanzas vaticanas. El presidente de la Fundación Peter Kaiser lleva décadas trabajando en silencio por el bien de la Europa cristiana. Al menos desde 1970. Fue nombrado gentilhombre por Juan Pablo II en 1998, y lo sigue siendo todavía.
En el año 2000, según ha revelado un reciente reportaje de La Repubblica, un empleado del estudio de Batliner entregó a la Fiscalía de Bochum (Alemania) un CD lleno de datos secretos. En ese momento fue calificado como el rey de los evasores fiscales en un informe del servicio secreto alemán, que definió el "sistema Batliner" como un mecanismo que durante años había sustraído al fisco al menos 250 millones de euros.
A pesar de lo anterior, el 9 de septiembre de 2006, Batliner se encontró con el Papa Joseph Ratzinger en Ratisbona. Batliner llegó hasta allí para donar en persona a la iglesia local un órgano valorado en 730.000 euros. Sobre él pesaba una orden de busca y captura de la policía alemana. Pero logró entrar en el país gracias a los buenos oficios de la diplomacia vaticana. Y no fue detenido. Apenas un año después, en el verano de 2007, Batliner admitió sus culpas y pactó con el Estado alemán, aceptando pagar una multa de dos millones de euros. Cinco años antes, la Corte Suprema de Liechtenstein confirmó en una sentencia que Batliner ya era en 1990 el fiduciario del ecuatoriano Hugo Reyes Torres, señalado como jefe mafioso de la droga, que mientras tanto fue condenado.
Mientras Ratzinger predica en sus homilías y encíclicas la ética de la economía y clama contra los especuladores y "los sacerdotes que tratan de hacer carrera para enriquecerse", algunos miembros de este club de caballeros parecen llevarle la contraria.
No todos, claro. En el club laico papal figuran 147 notables. Aunque el título es vitalicio, el Papa puede revocarlo cuando lo considere oportuno. A Batliner no lo ha echado todavía. Pero a Angelo Balducci, sí.
Balducci es un ingeniero que durante 25 años se encargó de ejecutar las obras públicas en la región del Lazio, donde se hallan Roma y el Vaticano. De ahí pasó al Gobierno central como responsable del Consejo Superior de Obras Públicas. Tras una vida dedicada a mejorar las infraestructuras italianas y vaticanas, Balducci, de 62 años, vive ahora en la cárcel romana de Regina Coeli.
Desde febrero, Balducci es el principal imputado en el escándalo de corrupción de la todopoderosa Protección Civil italiana, que de momento tiene a más de 50 personas imputadas o bajo investigación. Desde 2001 hasta ahora, el superministerio que depende de la Presidencia del Gobierno ha gastado fondos públicos por valor de 13.000 millones de euros, según el último informe de la Autoridad para la Vigilancia de los Contratos Públicos.
El dinero era gestionado por el jefe de la Protección Civil, el secretario de Estado Guido Bertolaso, también acusado de corrupción, y por el ejecutor de las obras, Balducci, gracias a una argucia autorizada por el primer ministro, Silvio Berlusconi, para superar la maldita burocracia y afrontar las emergencias con más rapidez: la licitación de contratas públicas se hacía sin concurso, a dedo, derogando los procedimientos ordinarios.
Ese trato especial creó un monstruo de mil cabezas. La Protección Civil de Berlusconi no solo se encarga de las calamidades. También organiza pruebas deportivas como el Mundial de natación, cumbres internacionales como la del G-8, restauraciones de museos y teatros, y todo tipo de actividades religiosas.
La investigación de los fiscales de Perugia vinculó desde el principio a la Iglesia católica con la trama corrupta. Descubrió, por ejemplo, que el cura Evaldo Biasini, de 83 años, gerente de la Congregación de los Misioneros de la Preciosísima Sangre de Jesús, guardaba grandes cantidades de dinero en efectivo para el constructor Diego Anemone, a quien los fiscales acusan de haber recibido numerosas contratas de la Protección Civil a cambio de comisiones, regalos y favores de toda condición, desde masajes en su club deportivo hasta reformas de pisos. Desde aquel día, el anciano Don Evaldo ha pasado a ser conocido como "Don Bancomat" (don cajero automático).
El "sistema gelatinoso", como lo definieron los fiscales en su escrito de acusación, "toca nombres de gran espesor institucional" y se expande por diferentes vías pías. La lista de eventos católicos organizados por la Protección Civil y pagados en estos años por el contribuyente italiano es larga, desde la Gira por Italia del Papa en el Año Paulino hasta las exequias de Juan Pablo II o las canonizaciones del Padre Pío y de San Josemaría Escrivá.
Balducci fue nombrado gentilhombre por el Papa Wojtyla en 1995. Quince años después ha caído en desgracia y el Vaticano se ha visto obligado a cancelar su nombre del Anuario Pontificio. Pero su pecado, irónicamente, no fue robar. Balducci solo fue tachado de la lista cuando se hizo público que recurría a menudo a un tenor africano de la coral suplente de San Pedro para que le organizara citas con jóvenes seminaristas y sin papeles. Las escuchas telefónicas interceptadas al corista y el gentilhombre eran de este estilo: "Tengo un bailarín de la RAI". "Tengo un negro...".
Como Balducci, los caballeros papales destacan por sus contactos, su poderío y su patrimonio. En el índice abundan los banqueros, empresarios, príncipes, políticos y diplomáticos. Italia encabeza de largo la lista, con 114 gentiluomini. Les siguen, con siete, Estados Unidos, y con cinco, Austria y España.
Pocos meses después de llegar al trono en 2005, Benedicto XVI nombró sus primeros siete gentilhombres. Aunque la doctrina y la teología son los asuntos favoritos del Papa alemán, también le preocupa la eficacia organizativa. En esa primera lista apareció el personaje central de las peligrosas amistades Iglesia-Estado. Se trata del periodista y político Gianni Letta, de 75 años, secretario de Estado de Presidencia del Gobierno y número dos de facto del Ejecutivo de Berlusconi en 1994, 2001 y 2008, mentor y protector de Guido Bertolaso, heredero del estilo y el arte para la fontanería política de Giulio Andreotti.
Curiosamente, el poderoso Letta se convirtió en gentilhombre muchos años más tarde que el anónimo técnico Balducci. Ex forense, ex director de Il Tempo y ex periodista de Mediaset, vicepresidente de Fininvest Comunicaciones, supervisor de los servicios secretos y consejero externo de Goldman Sachs para inversiones en Italia, Letta es quizá el único berlusconiano que adora negociar. Se lleva bien con todos, y se comenta que es el único político italiano capaz de contentar a la masonería y al Opus Dei. Es el gran mediador, el hombre que levanta el teléfono cuando hay problemas.
Y su referente en la Curia es Ratzinger. "Bajo su apariencia de hombre religioso, la factura que pasa Letta al Vaticano es la más discreta, pero también la más cara", afirma el sacerdote y vaticanista Filippo di Giacomo. "El doctor Letta tiene tanto poder que se permite nombrar obispos a su conveniencia, como hizo hace unos meses en L'Aquila al promover a su amigo Giovanni d'Ercole".
En el plano familiar, Letta no está solo. Su sobrino Enrico es un alto dirigente católico del Partido Demócrata. Su hija Marina está casada con el restaurador Ottaviani: suyo es el monopolio de los caterings de la Protección Civil. Hasta ahora, el nombre de Letta solo ha aparecido de forma colateral en las 410.000 llamadas telefónicas que los fiscales tienen depositadas en Perugia. Aunque en noviembre de 2008 fue imputado por abuso de poder y estafa en un asunto que parece distinto pero no lo es tanto: supuestamente, medió a favor de una cooperativa del movimiento Comunión y Liberación para la contrata de un centro de asistencia para inmigrantes.
Cuando se destapó el caso de la Protección Civil, el Papa dedicó a Letta un "pensamiento especial" durante un discurso público. Cosa infrecuente, que significa: es un amigo. ¿Cómo se explica esa condescendencia en un Papa tan estricto? Según el filósofo Paolo Flores d'Arcais, el problema de Ratzinger es que está atrapado en un dilema existencial e histórico. "Estoy convencido de que su voluntad de limpiar la Iglesia de los dos pecados capitales, sexo y dinero, es seria", dice el director de la revista Micromega. "Su línea es la del concilio de Trento: dogmatismo a ultranza y ataque a los comportamientos inmorales. Quiere acabar con los curas pederastas y los prelados corruptos. Pero hacerlo supone un imposible: sentar en el banquillo a Wojtyla. Y eso no es tan fácil como pedir perdón por la condena a Galileo. Supondría reconocer que su antecesor encubrió a Paul Marcinkus (presidente del Banco vaticano IOR entre 1971 y 1989) y a Marcial Maciel (dirigente de los Legionarios de Cristo). Limpiar de verdad le obligaría a sacar a la luz porquería a granel y a despedir a media curia. Pero si no lo hace, la Iglesia seguirá perdiendo credibilidad. Ese es su dilema".
Letta es el perno de la alianza de Berlusconi con el cardenal Camillo Ruini, ex jefe de la Conferencia Episcopal Italiana y creador del proyecto cultural que ayudó a arrebatar a la izquierda la hegemonía intelectual e informativa en Italia. Cuando la Democracia Cristiana desapareció en 1993 bajo el seísmo de Tangentópolis (el escándalo de las comisiones de los partidos), sus componentes se repartieron entre Forza Italia y la católica Margarita del centro-izquierda. Luego, el católico Romano Prodi nombró a Guido Bertolaso jefe de la Protección Civil en 1996. Y el católico Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma, puso a trabajar juntos a Balducci y a Bertolaso en el Año Santo del Jubileo.
Allí nació el sistema gelatinoso. El cardenal Crescenzio Sepe, que acaba de ser imputado por corrupción, era el secretario general del comité organizador jubilar. El Año Santo fue una mayonesa de negocios, obras, subvenciones, regalos, silencios y favores que ligó a altos funcionarios públicos con la curia del Opus Dei y los Legionarios de Cristo.

Protegido de Wojtyla, Sepe, ahora arzobispo de Nápoles, fue entre 2001 y 2006 el responsable de Propaganda Fide, hoy llamada Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Es el ministerio vaticano que se encarga de financiar las misiones y de gestionar el patrimonio inmobiliario vaticano. Y su asesor principal era Angelo Balducci.
La acusación sostiene que el cardenal Sepe concedió gratis uno de los 2.000 apartamentos que Propaganda Fide posee en Roma al jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso. Y que además vendió en 2004 un lujoso palacete romano a precio de ganga (entre tres y cuatro millones de euros, cuando valía nueve o diez) al entonces ministro de Infraestructuras, Pietro Lunardi, también acusado formalmente por esa operación. La hipótesis de los fiscales es que, a cambio, Lunardi financió con dinero estatal de la sociedad Arcus obras millonarias de Propaganda Fide que nunca fueron realizadas.
El cardenal se ha defendido acusando a sus superiores: "La Administración vaticana aprobó todas las operaciones", ha dicho. E insiste en considerarse un mártir: "Trabajé siempre con transparencia y por el bien de la Iglesia, una Iglesia siempre perseguida". Según Sepe, fue Francesco Silvano, otro de sus asesores en Propaganda Fide, miembro de Comunión y Liberación y actual ecónomo del arzobispado de Nápoles, quien le recomendó prestar y malvender las propiedades.
La investigación ha revelado que los pisos son el principal objeto de intercambio de favores entre Italia y el Vaticano. Jefes de los servicios secretos, de la Policía Fiscal, de los Carabineros, magistrados, políticos, empresarios y el propio Bruno Vespa, el periodista favorito de Berlusconi y de Wojtyla, viven o han vivido en apartamentos de Propaganda Fide.
El cardenal Sepe fue apartado de Propaganda Fide por Benedicto XVI, en lo que hoy parece un intento de alejar a la curia italiana, y a Comunión y Liberación, de la gestión inmobiliaria. Tras cinco años de papado, es un secreto a voces que Ratzinger no se fía de su curia, si exceptuamos un pequeño puñado de fieles. Aunque ha ido relevando al núcleo duro de Wojtyla, el Gobierno vaticano sigue en manos de grupos como el Opus Dei -sus portavoces se empeñan en negarlo-, la citada Comunión y Liberación y los Legionarios de Cristo, aunque hoy esté a punto de desaparecer como movimiento carismático para pagar por los delitos de su fundador.
Los movimientos eclesiales han ganado peso en el Vaticano desde el último concilio. En apariencia solidarios, luchan por el control de los mejores puestos y negocios, y en la refriega olvidan lo que haga falta del Evangelio y se dedican a un ajuste de cuentas permanente, mientras los creyentes asisten atónitos al espectáculo.
Los laicos eclesiales controlan amplios sectores de la política, la información, la empresa, la caridad, la educación, la sanidad y la magistratura. En Roma ejercen una influencia cada vez mayor, en estrecha y democrática connivencia con el centro-derecha ateo-devoto, pero también con la lánguida oposición del Partido Democrático y la curia de los buenos y felices tiempos del Papa viajero.
La fragilidad de las órdenes religiosas, castigadas por la escasez de vocaciones, ha favorecido la sofocante presencia de los laicos. "En 1998, Ratzinger alentó la integración laica durante un congreso organizado por Wojtyla", recuerda Paolo Ciani, miembro de la Comunidad de San Egidio, un movimiento eclesial que cuenta con 50.000 voluntarios repartidos por el mundo y solo 25 empleados. "Ratzinger releyó la experiencia de las órdenes religiosas y monásticas junto a la de los movimientos eclesiales, y reconoció a estas, con su dinamismo y competencia, un papel en la Iglesia. El mensaje era que para sobrevivir había que fiarse del rebaño fiel".
Hoy, la Curia romana es una ingobernable y anquilosada maquinaria que cuesta anualmente al Vaticano 102,5 millones de euros. La estructura depende de la Secretaría de Estado, una suerte de consejo de administración con un presidente (el secretario de Estado) y un director general (el sustituto), las dos únicas personas que tienen acceso directo al despacho del Papa. En el Vaticano trabajan 2.748 personas. De ellas, 778 son eclesiásticos, frente a 333 religiosos y 1.637 laicos (de estos, 425 son mujeres).
Los laicos han tomado el poder cooptando a obispos y cardenales menos cristianos de lo que se supone. "La nulidad de la curia se debe a su falta de formación y a su exceso de italianidad", explica el sacerdote y canonista Filippo di Giacomo. "De las diócesis llega el personal con cuentagotas porque a los obispos les cuesta enviar a sus mejores hombres. Las órdenes, antes cantera privilegiada de inteligencia y talento, tienen cada vez menos materia gris a la que recurrir. Los buenos llegan a obispos, y a la curia solo llega lo peor de cada familia".
Así ha nacido un sistema de poder mixto que confunde lo laico y lo religioso, la Iglesia y el Estado, Italia y el Vaticano, la curia con la élite civil. El sistema se basa en un enorme poder económico, sensación de impunidad, gusto por la omertà y el encubrimiento y la capacidad de infiltración.
La ambición de ese sistema es lograr la fusión fría entre Italia y el Vaticano. En sus esquemas mentales, esta nueva curia negociante y carnal no visualiza dos Estados, sino un único país que se podría llamar, abreviando, Vaticalia. " ¡Imposible fiarse de truhanes que usan a Dios para colmar su atrofiada vanidad!", dice el cura genovés Paolo Farinella.
La gran caja fuerte laica del momento se llama Comunión y Liberación (CL). Nacida en 1954 y denominada así desde 1969, está presente en 70 países; en Italia controla empresas, medios de información, diócesis, colegios, universidades, hospitales privados y públicos, e incluso un holding de cooperativas sociales, Auxilium, que gestiona varios centros de identificación y expulsión de inmigrantes para el Ministerio del Interior.
"Desde hace 20 años, CL es el brazo clerical de la ultraderecha milanesa", explica Di Giacomo. "Su estrategia es cultural y política. Sus curas pueblan los seminarios lombardos; sus prelados se movilizan lo que haga falta". Afirma también que sus jefes ideológicos dictan la ley en diferentes periódicos y que su presencia es constante en televisiones y radios: "Mandan a derecha e izquierda".

Roberto Formigoni es desde hace 15 años presidente de Lombardía, la región italiana con la renta más alta de Europa junto con la de París-Ile de France. Pertenece de pleno derecho, y no lo oculta, a Comunión y Liberación. Eso podría permitirle incluso aspirar a suceder a Berlusconi. En los últimos meses, el gobernador ha repartido entre los hombres de CL, más conocida como I cielini (los cielitos), los puestos fundamentales de la organización de la Expo de Milán 2015. Un paraíso de contratos públicos, privados y mixtos en el que la magistratura ha detectado ya la penetración de las mafias.
Casi cada día salen a la luz nuevas amistades peligrosas. Hace unas semanas, los jueces enviaron una comisión rogatoria al Vaticano porque sospechan que el tesoro oculto de la cricca (la banda) gelatinosa puede estar depositado en el IOR (Instituto para las Obras Religiosas). Y esta semana han reclamado por vía oficial los documentos de Propaganda Fide, la inmobiliaria de la Santa Sede.
Aunque el trabajo de los fiscales es exhaustivo, en Vaticalia se sabe que no lo tendrán fácil para apurar la verdad. El Vaticano sigue siendo un paraíso fiscal, el concordato le concede amplias cuotas de inmunidad y las cuentas secretas que prosperan a la sombra del IOR, la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), la vieja Propaganda Fide y un largo número de sociedades participadas son el secreto mejor custodiado.
Pese a las apelaciones a la limpieza de Raztinger, las cosas no parecen haber cambiado mucho. Aquí los misterios se resuelven con tiempo. Con mucho tiempo. Balducci es de momento el gran chivo expiatorio. Durante 15 años, nadie vio nada ni sospechó nada: era un gentilhombre y las campanas tocaban a omertà. Hoy se habla de él, pero pronto todo volverá a su ser y la gelatina seguirá extendiéndose. A día de hoy, junio de 2010, los italianos todavía no tienen una ley de parejas de hecho; los inmigrantes sin papeles son considerados delincuentes y no se respeta el derecho de asilo; los homosexuales son agredidos cada día por la calle, y las mujeres que quieren someterse a inseminación artificial deben emigrar.