The Inland Valley Daily Bulletin de Ontario, California, informó el domingo 15 de enero que desde 1996 han habido 216 incursiones de soldados mexicanos a EE UU.
La información esta fundada en un documento el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security o DHS), que dirige Michael Chertoff.
¡No hay pierde!
El documento indica que 58 de los cruces ilegales se efectuaron alrededor de El Centro, en la región sureste de California, y 17 en el condado de San Diego; 63 en los sectores de la Patrulla Fronteriza en Tucson y Yuma, ambos en Arizona; y el resto en Texas, con 33 de ellos en el sector de El Paso.
La información esta fundada, e incluso es evidente con el incremento considerable de agentes que ha tenido la Patrulla Fronteriza, además del gasto realizado en el fortalecimiento de las medidas antimigrantes pasó de 580 millones de dólares en 1990 a 5,000 en 2005.
¡Un mundo de dinero!
Las reacciones no se hicieron esperar.
Rafel Laveaga, vocero de la Embajada de México en Washington, negó tales incursiones y defendió al ejército mexicano
Pero para Tony Blankley, editor en jefe de The Washington Times, dijo irónico "Pueden imaginar mi sorpresa cuando leí en la primera plana de The Washington Times de ayer el encabezado: "Incursiones militares mexicanas reportadas: la Patrulla Fronteriza de EE UU alerta a los agentes de Arizona".
(Señala que) "como editor del diario, conozco bien al periodista Jerry Seper, quien no es novato en temas fronterizos. Es indudablemente el reportero líder en la materia, y la experiencia me dice que cuando un reporte de Seper es negado o contradicho por el gobierno estadounidense, hay que creerle a Seper.
No podía creer que la Patrulla Fronteriza instruyera a sus agentes en el sentido de que cuando detectaran alguna unidad militar mexicana en territorio estadounidense, “mantuvieran un bajo perfil y permanecieran escondidos y tan silenciosos como fuera posible” ante la incursión militar. Esto no es lo que esperaba de la Patrulla Fronteriza."
También un vocero del Pentágono dijo no tener información de las supuestas incursiones, pero la presión fue fuerte y la evidencia era clara:
Y tal como se esperaba.
Los gobiernos de México y EE UU minimizaron la importancia de los reportes de las incursiones.
Para el secretario Chertoff, los alegatos son exagerados. “Creo que las noticias están exagerando la situación. Existen casos de policías y militares mexicanos que después de desertar se involucran en actividades criminales”, dijo.
Además de expresar que se suscitan aproximadamente 20 incursiones por año, Chertoff dijo que los números han disminuido dramáticamente en los últimos años y, atribuye las incursiones a la falta de conocimiento para reconocer los límites territoriales.
Según reportes oficiales, en el año 2005 hubo nueve casos de incursiones, mientras que en 2002 se reportaron 40.
“En muchas ocasiones son errores inocuos. Creo que crear la imagen de que la milicia mexicana está cruzando deliberadamente la frontera sería traficar con tácticas de miedo”, expresó Chertoff. “Algunos son tan sólo militares que cruzan la frontera después del trabajo para cometer actos ilegales, mientras que otros son criminales que usan el uniforme”.
Rafael Laveaga, mantuvo su postura de negar dichas incursiones. “No puedo hacer nuevos comentarios, lo único que puedo decir es que esas acusaciones de incursión son falsas”, dijo.
Pero a pesar de que ambos gobiernos descartan dicha acusación, el congresista David Dreier, de Glendora, ha exigido una investigación inmediata para tratar de esclarecer de dónde provienen dichos reportes. “Tenemos que iniciar una investigación. A esto es a lo que le tenemos miedo y definitivamente es una amenaza para nuestra seguridad nacional”, expresó Dreier en un comunicado de prensa.
El congresista Rick Renzi, de Arizona, también exigió a la secretaria de Estado Condoleezza Rice una “acción diplomática urgente”. “Nuestras fronteras están bajo ataque por complejas organizaciones que no se tientan el corazón para disparar contra nuestros agentes fronterizos”, expresó Renzi en un boletín.
Por otro lado y al parecer sin conexión alguna, la gobernadora de Arizona Janet Napolitano le ha pedido al Ejército norteamericano que pague el emplazamiento de una cantidad no determinada de soldados de la Guardia Nacional en la frontera.
En este momento Arizona ya tiene 170 efectivos de esa fuerza custodiando la frontera, ayudando en la construcción de una alambrada y en las tareas antidrogas.
Pero, todo apunta que el interés de la gobernadora es buscar su reelección a costa de polarizar las cosas.