El siglo de las incertidumbres/Alfonso S. Palomares, periodista
Publicado en EL PERIÓDICO, 29/11/2007;
Albert Camus, en un ejercicio simplificador, decidió calificar los últimos cuatro siglos por lo que creía su nota dominante. La decisión de meter un siglo en una palabra es muy discutible, y el resultado, demasiado esquemático, pero lo hizo. Al siglo XVII lo llamó el de las matemáticas; al XVIII, el de las ciencias físicas; al XIX, el de la biología, y al XX lo bautizó como el siglo del miedo. Sabía que le dirían que el miedo no es una ciencia, pero creía que la ciencia era en algo responsable de ese miedo, puesto que sus más recientes progresos técnicos la habían llevado a negarse a sí misma, y que sus perfeccionamientos prácticos amenazaban con destruir por completo la Tierra. Tenía recientes los recuerdos de los mortíferos efectos de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Albert Camus publicó este artículo en el periódico Combat en noviembre de 1948, pero en esos 48 primeros años del siglo XX no se había ahorrado ninguna tragedia con las dos guerras mundiales más devastadoras de la historia.
Claro que la segunda mitad del siglo XX tuvo otras características que también pueden definirlo. Me fijaré en la que considero más revolucionaria: aludo a las novísimas tecnologías de la comunicación que han traído la instantaneidad, han pulverizado las distancias en el espacio y han suprimido los límites del tiempo. Y al hablar de nuevas tecnologías, la alusión a internet con todas sus derivaciones es obligada, ya que internet le da a lo que llamamos globalización su pleno sentido.
Llevamos solo siete años de este siglo, muy pocos, pero ha dejado suficientes señales como para que lo podamos bautizar como el siglo de las incertidumbres. La aparición de los fanatismos, con sus derivaciones terroristas, es un hecho trágico y múltiple, de ahí el terror global. El más espectacular de los fanatismos está siendo el provocado por el yihadismo, en sus diversas ramificaciones, que ha ido dejando las trágicas huellas de su barbarie en Nueva York, Madrid y Londres, así como en otras geografías, especialmente en las del mundo árabe y en otras latitudes donde la religión musulmana es mayoritaria. La respuesta de George Bush y sus pajes –José María Aznar ha figurado entre los más devotos–, lanzando una guerra sobre Irak que envenenó Oriente Próximo y el mundo, fue, según el novelista y pensador Paul Auster, el peor y más estúpido error cometido por una Administración estadounidense. Bush nos ha puesto en el camino de retorno a un siglo de tinieblas. Vivimos en un magma de temores, ignoramos el tipo de desastres a que nos puede llevar esta confrontación de fanatismos religiosos, identitarios y étnicos, a los que hay que sumar los desequilibrios económicos. Las incertidumbres saltan en todas direcciones. Por eso podemos calificar este siglo como el de las incertidumbres.
Otra de las incertidumbres que marcan el debate mundial es la del cambio climático. Asimismo, también los ajustes dramáticos que está haciendo la anatomía de la Tierra en forma de terremotos, tormentas devastadoras, tsunamis asesinos, sequías agobiantes con las consecuencias de millares de cadáveres que se amontonan en trágico desorden. Hace unos días estuve en Filipinas y al hablar con un periodista de allí que conoce muy bien las zonas que han sufrido devastaciones, me dijo que se había instalado en sus poblaciones la desesperación ante cualquier fenómeno de la naturaleza con su caravana de muertos. Parece como si en el interior de la Tierra un dios bárbaro se agitara movido por insomnios cargados de pesadillas.
Algunas de las derivaciones de las mutaciones climáticas son evidentes. La ONU ha hecho referencia a las consecuencias que se derivan de ellas: las penurias agrícolas serán alarmantes dentro de 10 años, cuando los habitantes de los países del llamado Sur consuman el 25% más de aves, el 30% más de carne de bovino y el 50% más de carne de cerdo que ahora, lo que exige producir el doble de grano (trigo, sobre todo) que hoy. Mientras, uno de los mayores graneros del mundo, Australia, ha bajado su producción debido a las sequías y a la desertificación.
Es posible que estos descensos de producción los compensen Canadá y Siberia, cuyas tierras empiezan a ser más templadas, pero eso exigirá mucho tiempo, y para lograrlo será necesario poner en marcha costosas infraestructuras que exigen grandes desplazamientos de mano de obra y amplios movimientos de población. La falta de agua potable es cada día más evidente en grandes zonas de Asia y de África, así como la carencia de agua para regadíos, lo que impide unos ritmos adecuados de crecimientos en la producción agrícola, tan necesaria para neutralizar el hambre. Los desarrollos urbanístico son cada día más penosos por la escasez de agua. A las penurias del agua hay que sumar las imperiosas necesidades de materias primas y de energía a la vista del creciente consumo en países como China e India.Las desigualdades en un mundo donde 2.000 millones de personas vivirán aplastadas por la miseria y 1.000 millones nadarán en la abundancia pueden dar origen a unos tipos de guerra imprevistos. Internet puede ser una de las armas de la rebelión. Como ven, estamos rodeados de tecnología y de incertidumbres
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
29 nov 2007
¿Por qué no se callan?
¿Po qué no se callan?/Paul Kennedy, titular de la cátedra J. Richardson de Historia y director del Instituto de Estudios sobre Seguridad Internacional en la Universidad de Yale.
Publicado en El País, 29/11/2007;
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia,
Fue una escena deliciosa y muy divertida, aunque es probable que, como consecuencia, unos cuantos profesionales de la diplomacia tengan que pasar varios meses trabajando para controlar los daños.
Durante la importante cumbre de líderes iberoamericanos celebrada en Chile a principios de este mes de noviembre, la deseada solidaridad del mundo luso-hispánico se vio gravemente dañada cuando el efervescente Hugo Chávez emprendió un ataque personal contra el ex primer ministro español José María Aznar.
Cuando el primer ministro actual, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió respeto para su predecesor, Chávez siguió despotricando y profiriendo cada vez más insultos.
Ante esta situación, el rey de España, el respetado y tolerante Juan Carlos, exclamó: “¿Por qué no te callas?”.
Como pueden imaginarse los lectores, esta intervención real no surtió el menor efecto en el irrefrenable presidente de Venezuela, pero las palabras pronunciadas han causado un efecto perdurable en toda Latinoamérica y han proporcionado enorme satisfacción a los detractores de Chávez, cada vez más numerosos.
“¿Por qué no te callas?”. Qué buena idea. ¿Por qué no prueba el incansable dirigente venezolano a permanecer en silencio, al menos durante un tiempo?
Según The Financial Times, a Chávez el asunto no le ha hecho ninguna gracia. Sin embargo, es verdaderamente una buena idea. Aún más, ¿no sería un alivio para los oídos de la humanidad que los políticos, en general, hicieran menos comentarios -en forma de discursos, comunicados de prensa, entrevistas en los medios de comunicación- sobre la actualidad?
En este aspecto, los peores son, seguramente, los estadounidenses. La pantomima electoral a la que estamos asistiendo, en la que individuos como Rudolph Giuliani, Mitt Romney, Barack Obama, Hillary Clinton, John Edwards y los demás sienten que es necesario que den su opinión sobre cualquier cosa, y que los medios de comunicación les citen varias veces al día, está haciendo que la gente empiece a pensar en tapones para los oídos. Y a los estadounidenses todavía nos queda un año de cháchara.
Ahora bien, la Casa Blanca es igual de pesada, con sus sesiones de prensa diarias, los frecuentes discursos del presidente Bush (siempre ante públicos cuidadosamente escogidos) sobre cómo ganar la turbia guerra de Irak, y los altos funcionarios que vuelan sin cesar a otros países para promover los intereses estadounidenses en materia de comercio, proliferación de armamento, el programa nuclear iraní, la suerte de los palestinos, el futuro de Corea del Norte y otros diez o doce temas adicionales.
No es que todos esos asuntos no sean importantes, pero el efecto de esa acumulación es el de un gigantesco espectáculo, mezcla de talk-show y juegos malabares, en el que las palabras pierden su significado, lo que importa son las apariencias y no hay tiempo para reflexionar.
En Estados Unidos, incluso el tradicional descanso del séptimo día se ve interrumpido por los programas de entrevistas y debates políticos de los domingos por la mañana. Aunque también es verdad que la oportunidad de perderse todo ese ruido y esas tonterías hace que sea todavía más agradable asistir a unos callados servicios religiosos.
La lista de políticos llenos de labia e hiperactivos puede muy bien extenderse a París, por ejemplo, donde nos enteramos de que los ministros y funcionarios que se ocupan de los asuntos exteriores y la economía las pasan canutas para estar al día de las incursiones verbales de Sarkozy en asuntos muy complejos y delicados y para explicar lo que ha dicho cada vez. ¿Y sería posible disfrutar de una semana en la que del entorno de Ahmadineyad no surgiera más que silencio?
Hablar mucho y actuar demasiado no hace más que reducir la credibilidad de lo que uno pretende conseguir. En este sentido, la verdad es que respeto las declaraciones públicas de Vladímir Putin: secas y desalentadoras, sin duda, y a menudo llenas de advertencias dirigidas a Occidente, pero, por fortuna, poco frecuentes y sin histrionismos.
Los maestros de ese arte casi olvidado de conseguir lo que uno quiere manteniendo la boca cerrada son los chinos. Sólo ofrecen sus opiniones cuando no les queda más remedio y preferiblemente en privado. Dirimen sus diferencias internas a puerta cerrada. Mientras no se trate de un asunto excepcionalmente delicado (como Taiwán), los dirigentes chinos son más partidarios de la diplomacia discreta que de la oratoria pública. Y suelen salirse con la suya.
Me parece interesante observar que, aunque la República Popular de China ha utilizado su poder de veto menos que los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, tampoco se ha mostrado indecisa. Los diplomáticos chinos se limitan a llevar a sus colegas de otros países por los pasillos del poder y a dejar entrever que, por ejemplo, no les gusta el lenguaje de un proyecto de resolución sobre Darfur, y, ¡voilà!, el lenguaje se modifica. Basta con insinuar discretamente que se podría utilizar el derecho de veto.
A lo mejor es que los chinos han aprendido mejor que nosotros, los occidentales, la lección del gran dirigente alemán Otto von Bismarck. Por supuesto, el canciller decimonónico hablaba a veces en público (un ejemplo es su famoso discurso de “la sangre y el hierro” sobre la unificación de los Estados alemanes), pero, en general, prefería lograr sus objetivos mediante el arte de gobernar, la diplomacia y la negociación. Sus triunfos, hasta el último instante de sus veinte años como primer canciller de Alemania, fueron extraordinariamente numerosos.
Lo más impresionante de todo era la tranquilidad de Bismarck cuando parecía que las rivalidades entre los Estados balcánicos y varias de las grandes potencias amenazaban con la posibilidad de una guerra europea a gran escala. En torno a 1870 y 1880, los ejércitos sólo podían luchar en los meses más cálidos, por lo que las amenazas de conflicto surgían en dichos periodos. Sin embargo, en verano, Bismarck prefería retirarse a su casa de campo, se negaba a recibir visitas y hacía que toda la correspondencia pasara por el Ministerio de Exteriores (y por las manos de su hijo Bill, que era subsecretario en ese ministerio). Las demás potencias, incapaces de descubrir cuáles eran las intenciones del Canciller de Hierro, empezaban a perder tiempo, porque nadie quería dar un paso sin saber cómo iba a reaccionar Berlín, cosa que, evidentemente, no podían saber durante las prolongadas ausencias de Bismarck. Y a medida que el tiempo se refrescaba, las posibilidades de acción militar disminuían.
Fue, claro está, un periodo históricamente especial y extraordinario: Alemania era el motor del sistema europeo de grandes potencias, Bismarck era un genio de la diplomacia y -lo más importante de todo- no estaba limitado por parlamentos, opinión pública y medios de comunicación, como lo están los políticos de hoy. Cierto es que sería ridículo pretender que nuestros dirigentes se tomaran dos o tres meses de vacaciones para descansar de la tarea de gobernar sus países.
Aun así, la actitud de Bismarck como ejemplo extremo de que “el silencio es oro”, y el modelo, más actual, de la reticencia demostrada por los dirigentes chinos a propósito de ciertos asuntos internacionales delicados, dan qué pensar. Aunque nuestros políticos no fueran capaces de permanecer callados mucho tiempo, y aunque no puedan apartarse del ruedo durante una temporada, ¿no podrían hacer la promesa de “callarse” durante un mes? Incluso bastaría con una semana. Por favor.
Publicado en El País, 29/11/2007;
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia,
Fue una escena deliciosa y muy divertida, aunque es probable que, como consecuencia, unos cuantos profesionales de la diplomacia tengan que pasar varios meses trabajando para controlar los daños.
Durante la importante cumbre de líderes iberoamericanos celebrada en Chile a principios de este mes de noviembre, la deseada solidaridad del mundo luso-hispánico se vio gravemente dañada cuando el efervescente Hugo Chávez emprendió un ataque personal contra el ex primer ministro español José María Aznar.
Cuando el primer ministro actual, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió respeto para su predecesor, Chávez siguió despotricando y profiriendo cada vez más insultos.
Ante esta situación, el rey de España, el respetado y tolerante Juan Carlos, exclamó: “¿Por qué no te callas?”.
Como pueden imaginarse los lectores, esta intervención real no surtió el menor efecto en el irrefrenable presidente de Venezuela, pero las palabras pronunciadas han causado un efecto perdurable en toda Latinoamérica y han proporcionado enorme satisfacción a los detractores de Chávez, cada vez más numerosos.
“¿Por qué no te callas?”. Qué buena idea. ¿Por qué no prueba el incansable dirigente venezolano a permanecer en silencio, al menos durante un tiempo?
Según The Financial Times, a Chávez el asunto no le ha hecho ninguna gracia. Sin embargo, es verdaderamente una buena idea. Aún más, ¿no sería un alivio para los oídos de la humanidad que los políticos, en general, hicieran menos comentarios -en forma de discursos, comunicados de prensa, entrevistas en los medios de comunicación- sobre la actualidad?
En este aspecto, los peores son, seguramente, los estadounidenses. La pantomima electoral a la que estamos asistiendo, en la que individuos como Rudolph Giuliani, Mitt Romney, Barack Obama, Hillary Clinton, John Edwards y los demás sienten que es necesario que den su opinión sobre cualquier cosa, y que los medios de comunicación les citen varias veces al día, está haciendo que la gente empiece a pensar en tapones para los oídos. Y a los estadounidenses todavía nos queda un año de cháchara.
Ahora bien, la Casa Blanca es igual de pesada, con sus sesiones de prensa diarias, los frecuentes discursos del presidente Bush (siempre ante públicos cuidadosamente escogidos) sobre cómo ganar la turbia guerra de Irak, y los altos funcionarios que vuelan sin cesar a otros países para promover los intereses estadounidenses en materia de comercio, proliferación de armamento, el programa nuclear iraní, la suerte de los palestinos, el futuro de Corea del Norte y otros diez o doce temas adicionales.
No es que todos esos asuntos no sean importantes, pero el efecto de esa acumulación es el de un gigantesco espectáculo, mezcla de talk-show y juegos malabares, en el que las palabras pierden su significado, lo que importa son las apariencias y no hay tiempo para reflexionar.
En Estados Unidos, incluso el tradicional descanso del séptimo día se ve interrumpido por los programas de entrevistas y debates políticos de los domingos por la mañana. Aunque también es verdad que la oportunidad de perderse todo ese ruido y esas tonterías hace que sea todavía más agradable asistir a unos callados servicios religiosos.
La lista de políticos llenos de labia e hiperactivos puede muy bien extenderse a París, por ejemplo, donde nos enteramos de que los ministros y funcionarios que se ocupan de los asuntos exteriores y la economía las pasan canutas para estar al día de las incursiones verbales de Sarkozy en asuntos muy complejos y delicados y para explicar lo que ha dicho cada vez. ¿Y sería posible disfrutar de una semana en la que del entorno de Ahmadineyad no surgiera más que silencio?
Hablar mucho y actuar demasiado no hace más que reducir la credibilidad de lo que uno pretende conseguir. En este sentido, la verdad es que respeto las declaraciones públicas de Vladímir Putin: secas y desalentadoras, sin duda, y a menudo llenas de advertencias dirigidas a Occidente, pero, por fortuna, poco frecuentes y sin histrionismos.
Los maestros de ese arte casi olvidado de conseguir lo que uno quiere manteniendo la boca cerrada son los chinos. Sólo ofrecen sus opiniones cuando no les queda más remedio y preferiblemente en privado. Dirimen sus diferencias internas a puerta cerrada. Mientras no se trate de un asunto excepcionalmente delicado (como Taiwán), los dirigentes chinos son más partidarios de la diplomacia discreta que de la oratoria pública. Y suelen salirse con la suya.
Me parece interesante observar que, aunque la República Popular de China ha utilizado su poder de veto menos que los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, tampoco se ha mostrado indecisa. Los diplomáticos chinos se limitan a llevar a sus colegas de otros países por los pasillos del poder y a dejar entrever que, por ejemplo, no les gusta el lenguaje de un proyecto de resolución sobre Darfur, y, ¡voilà!, el lenguaje se modifica. Basta con insinuar discretamente que se podría utilizar el derecho de veto.
A lo mejor es que los chinos han aprendido mejor que nosotros, los occidentales, la lección del gran dirigente alemán Otto von Bismarck. Por supuesto, el canciller decimonónico hablaba a veces en público (un ejemplo es su famoso discurso de “la sangre y el hierro” sobre la unificación de los Estados alemanes), pero, en general, prefería lograr sus objetivos mediante el arte de gobernar, la diplomacia y la negociación. Sus triunfos, hasta el último instante de sus veinte años como primer canciller de Alemania, fueron extraordinariamente numerosos.
Lo más impresionante de todo era la tranquilidad de Bismarck cuando parecía que las rivalidades entre los Estados balcánicos y varias de las grandes potencias amenazaban con la posibilidad de una guerra europea a gran escala. En torno a 1870 y 1880, los ejércitos sólo podían luchar en los meses más cálidos, por lo que las amenazas de conflicto surgían en dichos periodos. Sin embargo, en verano, Bismarck prefería retirarse a su casa de campo, se negaba a recibir visitas y hacía que toda la correspondencia pasara por el Ministerio de Exteriores (y por las manos de su hijo Bill, que era subsecretario en ese ministerio). Las demás potencias, incapaces de descubrir cuáles eran las intenciones del Canciller de Hierro, empezaban a perder tiempo, porque nadie quería dar un paso sin saber cómo iba a reaccionar Berlín, cosa que, evidentemente, no podían saber durante las prolongadas ausencias de Bismarck. Y a medida que el tiempo se refrescaba, las posibilidades de acción militar disminuían.
Fue, claro está, un periodo históricamente especial y extraordinario: Alemania era el motor del sistema europeo de grandes potencias, Bismarck era un genio de la diplomacia y -lo más importante de todo- no estaba limitado por parlamentos, opinión pública y medios de comunicación, como lo están los políticos de hoy. Cierto es que sería ridículo pretender que nuestros dirigentes se tomaran dos o tres meses de vacaciones para descansar de la tarea de gobernar sus países.
Aun así, la actitud de Bismarck como ejemplo extremo de que “el silencio es oro”, y el modelo, más actual, de la reticencia demostrada por los dirigentes chinos a propósito de ciertos asuntos internacionales delicados, dan qué pensar. Aunque nuestros políticos no fueran capaces de permanecer callados mucho tiempo, y aunque no puedan apartarse del ruedo durante una temporada, ¿no podrían hacer la promesa de “callarse” durante un mes? Incluso bastaría con una semana. Por favor.
Annapolis
Annapolis, el día después/Por Samuel Hadas, analista diplomático; primer embajador de Israel en España y ante la Santa Sede
Publicado en LA VANGUARDIA, 29/11/2007;
Pocas conferencias internacionales en la historia de Oriente Medio han sido recibidas con la cuantía de cinismo, escepticismo, incertidumbres y dudas, pero también de falsas ilusiones, con que se dio la bienvenida a la conferencia de Annapolis, desde el momento mismo en que fue anunciada. Pero la conferencia, que en un principio fue considerada una improvisación, finalmente tuvo lugar con la participación de cincuenta países y organizaciones internacionales.
Quizás su resultado más importante ha sido el logrado aún antes de su inicio: una declaración conjunta palestino-israelí a tono con las circunstancias. Lo que ambas partes no pudieron conseguir en meses de negociaciones, lo obtuvo la apisonadora que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, puso en marcha a última hora. El primer ministro Ehud Olmert y el presidente Mahmud Abas se han comprometido a reanudar, a partir del 12 de diciembre, e ininterrumpidamente, las negociaciones con la meta de alcanzar un acuerdo de paz antes de finales del 2008, coincidiendo con el término del mandato del presidente George W. Bush.
Palestinos e israelíes se comprometieron a cumplir con las obligaciones contraídas en el marco del plan de paz del Cuarteto, la hoja de ruta, y acordaron crear un mecanismo para el seguimiento de su implementación.
Pero nadie olvida que en Oriente Medio las fechas tope no son sagradas y que raramente se cumplieron en el pasado. Difícilmente sus protagonistas esperan completar hasta entonces unas más que complejas negociaciones. El mecanismo de las negociaciones, que serán bilaterales, está aún poco claro, pero es evidente que Washington ha decidido asumir esta vez el papel de árbitro e intentará probablemente, después de siete años de inacción, presionar sobre las partes y precipitar un acuerdo que podría ser el único éxito importante de Bush en Oriente Medio y así mejorar su dañada imagen internacional. ¿Después de los siete años de vacas flacas, vendrán por fin los del auge? Para Bush “tiene lugar una batalla por el destino de Oriente Medio”, pero también por su lugar en los anales de la historia.
La declaración conjunta nos recuerda la “ambigüedad constructiva” con que el anterior secretario de Estado Henry Kissinger pudo lograr trabajosamente los acuerdos que pusieron fin a la guerra del Yom Kippur de 1973. Sus textos pudieron dar satisfacción a cada una de las partes involucradas. Sin mencionarlos, Olmert y Abas acordaron negociar los temas en conflicto: el trazado de las fronteras definitivas, la seguridad de los israelíes, el problema de los refugiados y el futuro de Jerusalén, el más espinoso. Cada vez que intentaron negociarlos en el pasado, con o sin mediadores, fracasaron lastimosamente. De ello se ocuparon, sobre todo, una y otra vez, las organizaciones terroristas fundamentalistas palestinas, pero también la acción política de los ultranacionalistas israelíes. Nadie está exento de responsabilidad por lo sucedido en el pasado.
Los fundamentalistas islámicos no ceden. Irán ha criticado la participación de los países árabes. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad criticó la decisión de la Liga Árabe de hacerse presentes en Annapolis, no sin agregar que “el régimen sionista, respaldado por la arrogancia mundial, está buscando un nuevo apoyo con el que pueda acceder a sus objetivos contra el pueblo palestino”. No faltaron, como era de esperar, las críticas de sus protegidos Hizbulah, en el Líbano, y Hamas, en Gaza, fanáticos islámicos para quienes los gobiernos participantes son poco menos que traidores. El país más importante en la conferencia de Annapolis - escribe un destacado analista político israelí- es uno que no ha participado en ella, Irán. La participación de decenas de países árabes y musulmanes tiene menos que ver con el conflicto palestino-israelí que con su creciente temor ante un Irán nuclear y la amenaza que representan para sus regímenes los fundamentalistas islámicos. Sean o no esas las razones, es evidente que la participación árabe ha significado un importante apoyo a Abas.
Desde que se anunció la conferencia de Annapolis, sus convocantes y principales protagonistas han ido reduciendo expectativas, ante la imposibilidad de redactar un documento conjunto significativo y ante la posibilidad real de que no se logren sus objetivos. Ahora que la conferencia es ya un hito de la historia de Oriente Medio, comienza la cuenta adelante del día después. Cunde el escepticismo sobre la capacidad de los liderazgos palestinos e israelíes. El incierto panorama político doméstico israelí, y las profundas divisiones internas palestinas así como la incapacidad de su gobierno para poner fin al terrorismo, harán muy difícil la reconducción del proceso y podrían descarrilarlo en el momento más inesperado, como sucedió en el pasado.
Si lo que Bush y Rice buscan es un acuerdo permanente en lo que resta de su mandato, escribe Dennis Ross, el diplomático norteamericano con más horas de mediación en el conflicto, están destinados a decepcionarse. Pero, agrega, una seria continuación de Annapolis podría contribuir al progreso de las negociaciones y a acuerdos limitados.
¿Será recordada la conferencia como una nueva oportunidad perdida o como la base para un acuerdo histórico? Israelíes y palestinos deberán transigir. La ocupación deberá acabar, pero los palestinos deberán abjurar del terrorismo islámico. Israelíes y palestinos deben comprender que la ecuación seguridad para Israel y soberanía para los palestinos, es lo que traerá la paz que ambos pueblos, agobiados por su casi centenario conflicto, desean y esperan.
Publicado en LA VANGUARDIA, 29/11/2007;
Pocas conferencias internacionales en la historia de Oriente Medio han sido recibidas con la cuantía de cinismo, escepticismo, incertidumbres y dudas, pero también de falsas ilusiones, con que se dio la bienvenida a la conferencia de Annapolis, desde el momento mismo en que fue anunciada. Pero la conferencia, que en un principio fue considerada una improvisación, finalmente tuvo lugar con la participación de cincuenta países y organizaciones internacionales.
Quizás su resultado más importante ha sido el logrado aún antes de su inicio: una declaración conjunta palestino-israelí a tono con las circunstancias. Lo que ambas partes no pudieron conseguir en meses de negociaciones, lo obtuvo la apisonadora que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, puso en marcha a última hora. El primer ministro Ehud Olmert y el presidente Mahmud Abas se han comprometido a reanudar, a partir del 12 de diciembre, e ininterrumpidamente, las negociaciones con la meta de alcanzar un acuerdo de paz antes de finales del 2008, coincidiendo con el término del mandato del presidente George W. Bush.
Palestinos e israelíes se comprometieron a cumplir con las obligaciones contraídas en el marco del plan de paz del Cuarteto, la hoja de ruta, y acordaron crear un mecanismo para el seguimiento de su implementación.
Pero nadie olvida que en Oriente Medio las fechas tope no son sagradas y que raramente se cumplieron en el pasado. Difícilmente sus protagonistas esperan completar hasta entonces unas más que complejas negociaciones. El mecanismo de las negociaciones, que serán bilaterales, está aún poco claro, pero es evidente que Washington ha decidido asumir esta vez el papel de árbitro e intentará probablemente, después de siete años de inacción, presionar sobre las partes y precipitar un acuerdo que podría ser el único éxito importante de Bush en Oriente Medio y así mejorar su dañada imagen internacional. ¿Después de los siete años de vacas flacas, vendrán por fin los del auge? Para Bush “tiene lugar una batalla por el destino de Oriente Medio”, pero también por su lugar en los anales de la historia.
La declaración conjunta nos recuerda la “ambigüedad constructiva” con que el anterior secretario de Estado Henry Kissinger pudo lograr trabajosamente los acuerdos que pusieron fin a la guerra del Yom Kippur de 1973. Sus textos pudieron dar satisfacción a cada una de las partes involucradas. Sin mencionarlos, Olmert y Abas acordaron negociar los temas en conflicto: el trazado de las fronteras definitivas, la seguridad de los israelíes, el problema de los refugiados y el futuro de Jerusalén, el más espinoso. Cada vez que intentaron negociarlos en el pasado, con o sin mediadores, fracasaron lastimosamente. De ello se ocuparon, sobre todo, una y otra vez, las organizaciones terroristas fundamentalistas palestinas, pero también la acción política de los ultranacionalistas israelíes. Nadie está exento de responsabilidad por lo sucedido en el pasado.
Los fundamentalistas islámicos no ceden. Irán ha criticado la participación de los países árabes. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad criticó la decisión de la Liga Árabe de hacerse presentes en Annapolis, no sin agregar que “el régimen sionista, respaldado por la arrogancia mundial, está buscando un nuevo apoyo con el que pueda acceder a sus objetivos contra el pueblo palestino”. No faltaron, como era de esperar, las críticas de sus protegidos Hizbulah, en el Líbano, y Hamas, en Gaza, fanáticos islámicos para quienes los gobiernos participantes son poco menos que traidores. El país más importante en la conferencia de Annapolis - escribe un destacado analista político israelí- es uno que no ha participado en ella, Irán. La participación de decenas de países árabes y musulmanes tiene menos que ver con el conflicto palestino-israelí que con su creciente temor ante un Irán nuclear y la amenaza que representan para sus regímenes los fundamentalistas islámicos. Sean o no esas las razones, es evidente que la participación árabe ha significado un importante apoyo a Abas.
Desde que se anunció la conferencia de Annapolis, sus convocantes y principales protagonistas han ido reduciendo expectativas, ante la imposibilidad de redactar un documento conjunto significativo y ante la posibilidad real de que no se logren sus objetivos. Ahora que la conferencia es ya un hito de la historia de Oriente Medio, comienza la cuenta adelante del día después. Cunde el escepticismo sobre la capacidad de los liderazgos palestinos e israelíes. El incierto panorama político doméstico israelí, y las profundas divisiones internas palestinas así como la incapacidad de su gobierno para poner fin al terrorismo, harán muy difícil la reconducción del proceso y podrían descarrilarlo en el momento más inesperado, como sucedió en el pasado.
Si lo que Bush y Rice buscan es un acuerdo permanente en lo que resta de su mandato, escribe Dennis Ross, el diplomático norteamericano con más horas de mediación en el conflicto, están destinados a decepcionarse. Pero, agrega, una seria continuación de Annapolis podría contribuir al progreso de las negociaciones y a acuerdos limitados.
¿Será recordada la conferencia como una nueva oportunidad perdida o como la base para un acuerdo histórico? Israelíes y palestinos deberán transigir. La ocupación deberá acabar, pero los palestinos deberán abjurar del terrorismo islámico. Israelíes y palestinos deben comprender que la ecuación seguridad para Israel y soberanía para los palestinos, es lo que traerá la paz que ambos pueblos, agobiados por su casi centenario conflicto, desean y esperan.
Comunicado MRLCB
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
COMUNICADO 18
Al pueblo de México
Hermanos, hermanas
A Valmir Mota de Oliveira, Keno,
hermano brasileño asesinado por la voracidad trasnacional
cuando defendía los recursos naturales de nuestra América
Más de un millón de mexicanos murieron durante el gran movimiento social de 1910 y aún siguen gobernando los ricos que se adueñaron del país para saquearlo y destruirlo mientras los pobres cada vez somos más pobres. La revolución que cambie no sólo al tlatoani sino cómo se reparte la riqueza que producimos todos, aún está por venir.
La apertura comercial –junto a la corrupción, la concentración del poder político y las políticas antipopulares– ha profundizado aún más la brecha social entre los que tenemos nada o muy poco y las cien familias más ricas del país, beneficiarias de su alianza al capital extranjero, vendepatrias a quienes no les importa acabar con nuestras tierras, bosques y aguas sino solamente hacerse más ricos.
La gran desigualdad entre ricos y pobres se hace cada día más brutal con la imposición del proyecto capitalista neoliberal con todo y paquete de reformas (hacendaria, a la ley federal del trabajo, a la ley del ISSSTE, y las privatizaciones ya en marcha de Pemex y la CFE así como la apropiación del recurso estratégico del tercer milenio: el agua.
El Banco Mundial señala que el 20 por ciento más pobre de los mexicanos concentramos cuatro por ciento del ingreso, mientras que el 20 por ciento más rico recibe 55 por ciento de la riqueza. Pero además los que trabajamos para producir esa riqueza somos los de abajo.
Oficialmente el campo concentra el 75 por ciento de la pobreza extrema y la mitad de los más de 100 millones de habitantes en el país viven en la miseria.
Los campesinos sin capital, los peones sin tierra y los indígenas, siguen siendo los más pobres entre los pobres. Los campesinos medios que producen alimentos para los mercados locales luchan desigualmente contra los agro-exportadores, los importadores comerciales y los grandes exportadores subsidiados de Europa y EEUU. La pobreza del campo sigue siendo un efecto de la concentración de riqueza, tierras y crédito.
Por eso hay tanto descontento en el campo, por eso muchos emigran hacia el norte, arriesgando la vida y separándose de la familia y muchos otros luchan contra los cacicazgos.
Previendo un nuevo estallido social en el campo, el mal gobierno intensifica la paramilitarización de pistoleros al servicio de los caciques, del narcotráfico y de inteligencia militar. Son las nuevas guardias blancas, con permiso para sembrar el terror y asesinar a la población civil. Armados por el mal gobierno y protegidos por los gobiernos estatales, sean del PAN, del PRI o del PRD como sucede en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz, Hidalgo y otros estados.
Los gobiernos neoliberales benefician con ganancias extraordinarias a las trasnacionales europeas y norteamericanas y a unos cuantos ricos vendepatrias y vende todo. Pero ¿hasta cuándo podrán seguir así?
Por un lado las cifras confirman que la economía se descapitaliza, desciende el consumo familiar, millones de victimas de la falta de oportunidades laborales, académicas y sociales se refugian en la migración forzada, el subempleo y el trabajo eventual, los exorbitantes pagos de intereses y de la deuda externa socavan cualquier posibilidad de inversión pública en una industria nacional productiva y en programas sociales.
Faltan maestros y se suprimen plazas. Se reprime a normalistas y maestros y se protege a pederastas. Se carcome a la educación pública negándole o disminuyendo sus recursos mientras paulatinamente se beneficia a la educación privada y religiosa.
La salud, la vivienda y el empleo mueren como derechos populares, renaciendo en el paraíso, ahora panista, como negocios. Un ejemplo es el gran negocio inmobiliario, altamente depredador que consiste en comprar terrenos baratos, ponerles encima una plancha de cemento, construir casas mal hechas, abrir pozos que secan los manantiales y venderlas como el sueño del trabajador que las pagará en mensualidades por el resto de su vida, si es que el banco no se la quita por atrasarse en el pago.
El capitalismo asesina silenciosamente, con enfermedades, suicidios, inseguras condiciones laborales (Pasta de Conchos y Pemex son solo dos ejemplos), represión política y migración (más de 300 mexicanos mueren anualmente en el intento de cruzar la frontera norte), destrucción del medio ambiente (que hacen mas terribles las desastres naturales). Los ejecutores tienen nombres, apellidos, colores, filiaciones partidarias.
Bajo los actuales y recientes gobiernos neoliberales, se nos empuja hacia la mercantilización total de la vida social y de la naturaleza. Vivimos una falsa democracia, dominada por las necesidades de los empresarios en donde lo principal es dejar el campo libre a las fuerzas del mercado.
Para poder mantener la explotación necesitan criminalizar la pobreza y la protesta social y militarizar los conflictos sociales, haciendo del militarismo una pesadilla infinita que se usa en contra de quienes no se plieguen incondicionalmente a su diseño social. Esta es la causa de la existencia de una ofensiva contrainsurgente, contra la insurgencia cívica y armada.
En siete años de gobiernos panistas más de cien personas han desaparecido y más de 900 han sido encarceladas por motivos políticos, recibiendo un trato de criminales. Hoy como nunca el mal gobierno se apoya en los narco-caciques para mantener su dominio.
El gobierno de Calderón impulsa una nueva ofensiva contra los derechos de nuestro pueblo y abre nuevos capítulos a una guerra sucia contra los que tienen la dignidad de oponerse a la venta de nuestra patria. Por eso la desaparición forzada de Francisco Paredes Ruiz, ex militante del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) y es a todas luces la posible causa de la muerte de Silvia Espinosa y Jonathan González defensores del derecho al agua del pueblo morelense, muertos en un sospechoso accidente carretero. A eso obedecen todas las desapariciones y encarcelamientos anteriores.
Uno de los puntos más importantes de confrontación social con los gobiernos neoliberales es la lucha por el gas, el petróleo, la electricidad, otras fuentes de energía y el agua. Controlar la energía es un gran negocio, permite bajar costos y aumentar las ganancias. Por esto quieren apoderarse de todo lo que genera energía, como los ríos, el agua, las presas, el gas, el petróleo, los minerales, los cultivos y la tecnología.
La privatización de facto de nuestros recursos naturales, energéticos y de las empresas propiedad de la nación, es abrir las puertas a un despojo mayor o total de nuestra economía y nuestras riquezas. Es un asunto moral en el cual por un lado se disputa a los depredadores la herencia social de las generaciones futuras de nuestra patria y por otro se lucha por evitar favorecer el financiamiento de la dominación imperial y sus aliados locales.
El gas, el petróleo, la electricidad, el agua, son fuentes de riqueza y emblemas de la lucha por un desarrollo social autónomo y soberano, ante los esfuerzos depredadores de las trasnacionales y sus socios mexicanos.
Mientras el gobierno de Calderón desaparece, encarcela, reprime y asesina la naturaleza se encarga de evidenciar los “grandes beneficios” que el libre mercado reparte por el mundo y en nuestra patria.
En Tabasco, las inundaciones dejaron al descubierto tanto los verdaderos intereses del libre mercado (los negocios, las ganancias, el enriquecimiento de funcionarios y empresarios), como las desfavorables condiciones económicas y sociales en que viven la mayoría de los tabasqueños. La corrupción, la insensibilidad, la negligencia y el desinterés de los gobiernos anteriores y actuales, tanto nacionales como estatales, a la hora de prevenir o resolver los problemas sociales, fue más que evidente, ni el agua al subir, ni el lodo que quedó después las cubrieron.
Las causas de la inundación en Tabasco hay que buscarlas en “la libertad de mercado”, en los negocios que se intensificaron con el relanzamiento en febrero de este año del Plan Puebla-Panamá (PPP) y de la firma de un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un crédito por 2500 millones de dólares para infraestructura, en beneficio del gran capital, en donde Calderón y el representante del BID hablaron, uno, de “las condiciones inéditas para la inversión en sectores claves como el de la energía”, y el otro de “alentar la inversión privada en los proyectos”.
La catástrofe en tabasco, es un resultado de la concreción del “esfuerzo prioritario de consolidar el Mercado Eléctrico Regional ” (MER) en el 2007, mediante la apertura del sector eléctrico a la inversión extranjera directa y la conclusión de la red del “Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), que une los sistemas eléctricos desde Panamá hasta Estados Unidos.
Tanto la inundación en Tabasco como el reciente accidente de una plataforma marina en el Golfo de México, son ejemplos claros de lo que viene si los mexicanos no actuamos decididamente para evitarlo.
Son los efectos de un proyecto geoestratégico con leyes normas y reglamentos made in USA, donde como siempre, los pueblos empobrecidos sufrimos las peores consecuencias. Solo les importa vender y ganar. ¡Y lo que falta! pues a partir del MER esperan “facilitar la convergencia con el futuro desarrollo de la industria del gas natural en la región”, instalar mas plantas de generación eléctrica y construir gasoductos.
Es la inmoralidad en asuntos de negocios de los capitalistas y sus servidores lo que provoca o sobredimensiona la catástrofe y aún después se siguen beneficiando al obtener grandes ganancias –o beneficios políticos– de la corrupción en el reparto de la ayuda o en los negocios de la “reconstrucción”, que por cierto incluye el despojo de tierras para beneficiar la producción de electricidad para vender.
Culpar a la luna y al cambio climático, que puso su granito de arena, no es más que el esfuerzo de “legitimar” la catástrofe. Por cierto Calderón es experto en gastríticas legitimaciones como haiga sido.
La apertura de los sectores energéticos a la iniciativa privada ha sido con campañas multimediaticas para generar miedos y desconfianzas usando argumentos falsos. Que Pemex está en quiebra (mientras el precio del barril se acerca al valor más alto en toda su historia, los cien dólares y Pemex vende casi dos millones de barriles diarios). Que si no se privatiza la CFE vendrán apagones. Y si, habrá apagones premeditados para inclinar la opinión a favor de la venta de la paraestatal.
Tragedias como la de Tabasco y la del río Grijalva en Chiapas, también es la desventura de un pueblo que no está suficientemente organizado, donde cientos de miles, de un día para otro, despiertan a la realidad de perder su patrimonio familiar y junto a ellos están los culpables, impunemente, que ahora los chantajean con “la ayuda” y los inundan de spots. Solo los de abajo luchan con los de abajo.
La ayuda, es un nuevo botín de corruptos y partidos políticos. El jaguar sigue dormido, cuando despierte los corrompidos temblarán.
El Plan México (iniciativa Mérida): No viene a combatir ni el narcotráfico ni el “terrorismo”. El narcotráfico es esencial para el capitalismo actual. Las millonarias ganancias que produce son necesarias para mantener con vida a este sistema que se basa en la especulación.
La preocupación de la clase dominante mexicana y los norteamericanos por combatir el narcotráfico es mentira. Quieren controlarlo. Mejorar su uso económico y político. No se encuentran al margen de estos negocios, son parte de él.
Desde su lógica empresarial el gobierno estadounidense quiere “las ventajas” para el norte, los desperdicios para el sur. Buscan que en EU donde existe un mercado de más de 20 millones de consumidores de drogas y donde se derraman y se lavan grandes ganancias de este negocio y que por cierto es el primer productor de marihuana del mundo, no se produzca la fuga de capitales.
Por eso no hay un “plan Estados Unidos”, que confisque las grandes ganancias que lavan en su sistema bancario, que controle la venta de químicos para la producción de drogas, que evite los paraísos fiscales, que fumigue con glifosato los mariguanales de Virginia y California, y les lleve a su territorio las consecuencias ecológicas que provocan en los países periféricos, entre ellos México.
El plan México es también un esfuerzo por sostener a las maltrechas estructuras políticas mexicanas. Es un intento de ayudar al gobierno de calderón a salir de la crisis política en que permanentemente se encuentra. Es también una cortina de humo que quiere esconder el esfuerzo contrainsurgente de Felipe Calderón, buscan un mayor control sobre nuestro pueblo. Están preocupados por el ascenso de la lucha popular y su posible salto de calidad hacia un movimiento revolucionario que unido a las luchas de otros pueblos ponga en entredicho la dominación norteamericana al sur de su frontera.
Después de la integración económica de México, la silenciosa integración militar al comando norte del Pentágono. El nuevo centro “antinarcotrafico” está al servicio de la seguridad norteamericana y sus agentes, mercenarios y fuerzas especiales ahora realizarán acciones especiales, en el territorio mexicano bajo la dirección y supervisión del Pentágono y la CIA.
El Plan México es también un paso hacia la agresión a otros pueblos, es expresión de una mayor subordinación hacia el imperialismo, que está más vivo, más agresivo y más violento que nunca. El principal terrorista del mundo es el gobierno norteamericano, que ahora considera terrorista a los trabajadores y ciudadanos que protestan en las calles, defendiendo su dignidad, sus derechos y los bienes y recursos nacionales.
La militarización de México es un complemento de los megaproyectos económicos en curso.
Nuestro pueblo nunca ha dejado ni dejará las manos libres a los opresores y seguiremos persistiendo de generación en generación hasta lograr una sociedad justa, sin explotación, sin opresión, sin enajenación.
Los movimientos de masas contra la impunidad de los funcionarios gubernamentales implicados en masacres, tortura y encarcelamiento de luchadores sociales están en marcha, pero aún no son suficientemente fuertes y amplios. Tenemos que intensificar el esfuerzo. Los crímenes políticos, efecto de la protección de los privilegios, de las enormes propiedades y del pillaje de nuestros recursos nacionales, desde el poder económico y político, por unos pocos, no van a quedar impunes.
Tenemos que acrecentar el esfuerzo en la construcción colectiva del pueblo organizado que necesitamos para transformar nuestra sociedad. Para voltear la tortilla y que los de abajo manden.
Luchar contra la impunidad de los asesinos políticos y sociales nos lleva a buscar que no se repitan los crímenes políticos –incluidas las catástrofes “naturales”– en el presente y el futuro y defender nuestros derechos mientras se pueden transformar las estructuras del estado y redistribuir la riqueza y la propiedad hacia el control mayoritario por parte de los trabajadores del campo y la ciudad.
Exigimos el esclarecimiento de las causas de la inundación en tabasco y el castigo de los verdaderos culpables.
Nos unimos al clamor popular que exige el cese de la guerra sucia, la presentación con vida de todos los desaparecidos y la liberación de todos los presos políticos del país.
Reclamamos la presentación con vida de Francisco Paredes Ruiz y el esclarecimiento de la muerte de Silvia espinosa y Jonathan González.
Alto a la represión contra los estudiantes y egresados de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
Castigo a los responsables de los asesinatos y demás actos de represión sufridos por el pueblo de Oaxaca en el movimiento popular dirigido por la APPO.
Castigo a los delincuentes, Ulises Ruiz Ortiz, Mario Marín, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, Luis Echeverría y sus cómplices.
¡RESISTIREMOS Y SEREMOS MILLONES!
¡GLOBALICEMOS LA SOLIDARIDAD Y LA FRATERNIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS.
(MRLCB).
República Mexicana a 24 de julio de 2007.
Fuente: Cedema
COMUNICADO 18
Al pueblo de México
Hermanos, hermanas
A Valmir Mota de Oliveira, Keno,
hermano brasileño asesinado por la voracidad trasnacional
cuando defendía los recursos naturales de nuestra América
Más de un millón de mexicanos murieron durante el gran movimiento social de 1910 y aún siguen gobernando los ricos que se adueñaron del país para saquearlo y destruirlo mientras los pobres cada vez somos más pobres. La revolución que cambie no sólo al tlatoani sino cómo se reparte la riqueza que producimos todos, aún está por venir.
La apertura comercial –junto a la corrupción, la concentración del poder político y las políticas antipopulares– ha profundizado aún más la brecha social entre los que tenemos nada o muy poco y las cien familias más ricas del país, beneficiarias de su alianza al capital extranjero, vendepatrias a quienes no les importa acabar con nuestras tierras, bosques y aguas sino solamente hacerse más ricos.
La gran desigualdad entre ricos y pobres se hace cada día más brutal con la imposición del proyecto capitalista neoliberal con todo y paquete de reformas (hacendaria, a la ley federal del trabajo, a la ley del ISSSTE, y las privatizaciones ya en marcha de Pemex y la CFE así como la apropiación del recurso estratégico del tercer milenio: el agua.
El Banco Mundial señala que el 20 por ciento más pobre de los mexicanos concentramos cuatro por ciento del ingreso, mientras que el 20 por ciento más rico recibe 55 por ciento de la riqueza. Pero además los que trabajamos para producir esa riqueza somos los de abajo.
Oficialmente el campo concentra el 75 por ciento de la pobreza extrema y la mitad de los más de 100 millones de habitantes en el país viven en la miseria.
Los campesinos sin capital, los peones sin tierra y los indígenas, siguen siendo los más pobres entre los pobres. Los campesinos medios que producen alimentos para los mercados locales luchan desigualmente contra los agro-exportadores, los importadores comerciales y los grandes exportadores subsidiados de Europa y EEUU. La pobreza del campo sigue siendo un efecto de la concentración de riqueza, tierras y crédito.
Por eso hay tanto descontento en el campo, por eso muchos emigran hacia el norte, arriesgando la vida y separándose de la familia y muchos otros luchan contra los cacicazgos.
Previendo un nuevo estallido social en el campo, el mal gobierno intensifica la paramilitarización de pistoleros al servicio de los caciques, del narcotráfico y de inteligencia militar. Son las nuevas guardias blancas, con permiso para sembrar el terror y asesinar a la población civil. Armados por el mal gobierno y protegidos por los gobiernos estatales, sean del PAN, del PRI o del PRD como sucede en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz, Hidalgo y otros estados.
Los gobiernos neoliberales benefician con ganancias extraordinarias a las trasnacionales europeas y norteamericanas y a unos cuantos ricos vendepatrias y vende todo. Pero ¿hasta cuándo podrán seguir así?
Por un lado las cifras confirman que la economía se descapitaliza, desciende el consumo familiar, millones de victimas de la falta de oportunidades laborales, académicas y sociales se refugian en la migración forzada, el subempleo y el trabajo eventual, los exorbitantes pagos de intereses y de la deuda externa socavan cualquier posibilidad de inversión pública en una industria nacional productiva y en programas sociales.
Faltan maestros y se suprimen plazas. Se reprime a normalistas y maestros y se protege a pederastas. Se carcome a la educación pública negándole o disminuyendo sus recursos mientras paulatinamente se beneficia a la educación privada y religiosa.
La salud, la vivienda y el empleo mueren como derechos populares, renaciendo en el paraíso, ahora panista, como negocios. Un ejemplo es el gran negocio inmobiliario, altamente depredador que consiste en comprar terrenos baratos, ponerles encima una plancha de cemento, construir casas mal hechas, abrir pozos que secan los manantiales y venderlas como el sueño del trabajador que las pagará en mensualidades por el resto de su vida, si es que el banco no se la quita por atrasarse en el pago.
El capitalismo asesina silenciosamente, con enfermedades, suicidios, inseguras condiciones laborales (Pasta de Conchos y Pemex son solo dos ejemplos), represión política y migración (más de 300 mexicanos mueren anualmente en el intento de cruzar la frontera norte), destrucción del medio ambiente (que hacen mas terribles las desastres naturales). Los ejecutores tienen nombres, apellidos, colores, filiaciones partidarias.
Bajo los actuales y recientes gobiernos neoliberales, se nos empuja hacia la mercantilización total de la vida social y de la naturaleza. Vivimos una falsa democracia, dominada por las necesidades de los empresarios en donde lo principal es dejar el campo libre a las fuerzas del mercado.
Para poder mantener la explotación necesitan criminalizar la pobreza y la protesta social y militarizar los conflictos sociales, haciendo del militarismo una pesadilla infinita que se usa en contra de quienes no se plieguen incondicionalmente a su diseño social. Esta es la causa de la existencia de una ofensiva contrainsurgente, contra la insurgencia cívica y armada.
En siete años de gobiernos panistas más de cien personas han desaparecido y más de 900 han sido encarceladas por motivos políticos, recibiendo un trato de criminales. Hoy como nunca el mal gobierno se apoya en los narco-caciques para mantener su dominio.
El gobierno de Calderón impulsa una nueva ofensiva contra los derechos de nuestro pueblo y abre nuevos capítulos a una guerra sucia contra los que tienen la dignidad de oponerse a la venta de nuestra patria. Por eso la desaparición forzada de Francisco Paredes Ruiz, ex militante del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) y es a todas luces la posible causa de la muerte de Silvia Espinosa y Jonathan González defensores del derecho al agua del pueblo morelense, muertos en un sospechoso accidente carretero. A eso obedecen todas las desapariciones y encarcelamientos anteriores.
Uno de los puntos más importantes de confrontación social con los gobiernos neoliberales es la lucha por el gas, el petróleo, la electricidad, otras fuentes de energía y el agua. Controlar la energía es un gran negocio, permite bajar costos y aumentar las ganancias. Por esto quieren apoderarse de todo lo que genera energía, como los ríos, el agua, las presas, el gas, el petróleo, los minerales, los cultivos y la tecnología.
La privatización de facto de nuestros recursos naturales, energéticos y de las empresas propiedad de la nación, es abrir las puertas a un despojo mayor o total de nuestra economía y nuestras riquezas. Es un asunto moral en el cual por un lado se disputa a los depredadores la herencia social de las generaciones futuras de nuestra patria y por otro se lucha por evitar favorecer el financiamiento de la dominación imperial y sus aliados locales.
El gas, el petróleo, la electricidad, el agua, son fuentes de riqueza y emblemas de la lucha por un desarrollo social autónomo y soberano, ante los esfuerzos depredadores de las trasnacionales y sus socios mexicanos.
Mientras el gobierno de Calderón desaparece, encarcela, reprime y asesina la naturaleza se encarga de evidenciar los “grandes beneficios” que el libre mercado reparte por el mundo y en nuestra patria.
En Tabasco, las inundaciones dejaron al descubierto tanto los verdaderos intereses del libre mercado (los negocios, las ganancias, el enriquecimiento de funcionarios y empresarios), como las desfavorables condiciones económicas y sociales en que viven la mayoría de los tabasqueños. La corrupción, la insensibilidad, la negligencia y el desinterés de los gobiernos anteriores y actuales, tanto nacionales como estatales, a la hora de prevenir o resolver los problemas sociales, fue más que evidente, ni el agua al subir, ni el lodo que quedó después las cubrieron.
Las causas de la inundación en Tabasco hay que buscarlas en “la libertad de mercado”, en los negocios que se intensificaron con el relanzamiento en febrero de este año del Plan Puebla-Panamá (PPP) y de la firma de un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un crédito por 2500 millones de dólares para infraestructura, en beneficio del gran capital, en donde Calderón y el representante del BID hablaron, uno, de “las condiciones inéditas para la inversión en sectores claves como el de la energía”, y el otro de “alentar la inversión privada en los proyectos”.
La catástrofe en tabasco, es un resultado de la concreción del “esfuerzo prioritario de consolidar el Mercado Eléctrico Regional ” (MER) en el 2007, mediante la apertura del sector eléctrico a la inversión extranjera directa y la conclusión de la red del “Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), que une los sistemas eléctricos desde Panamá hasta Estados Unidos.
Tanto la inundación en Tabasco como el reciente accidente de una plataforma marina en el Golfo de México, son ejemplos claros de lo que viene si los mexicanos no actuamos decididamente para evitarlo.
Son los efectos de un proyecto geoestratégico con leyes normas y reglamentos made in USA, donde como siempre, los pueblos empobrecidos sufrimos las peores consecuencias. Solo les importa vender y ganar. ¡Y lo que falta! pues a partir del MER esperan “facilitar la convergencia con el futuro desarrollo de la industria del gas natural en la región”, instalar mas plantas de generación eléctrica y construir gasoductos.
Es la inmoralidad en asuntos de negocios de los capitalistas y sus servidores lo que provoca o sobredimensiona la catástrofe y aún después se siguen beneficiando al obtener grandes ganancias –o beneficios políticos– de la corrupción en el reparto de la ayuda o en los negocios de la “reconstrucción”, que por cierto incluye el despojo de tierras para beneficiar la producción de electricidad para vender.
Culpar a la luna y al cambio climático, que puso su granito de arena, no es más que el esfuerzo de “legitimar” la catástrofe. Por cierto Calderón es experto en gastríticas legitimaciones como haiga sido.
La apertura de los sectores energéticos a la iniciativa privada ha sido con campañas multimediaticas para generar miedos y desconfianzas usando argumentos falsos. Que Pemex está en quiebra (mientras el precio del barril se acerca al valor más alto en toda su historia, los cien dólares y Pemex vende casi dos millones de barriles diarios). Que si no se privatiza la CFE vendrán apagones. Y si, habrá apagones premeditados para inclinar la opinión a favor de la venta de la paraestatal.
Tragedias como la de Tabasco y la del río Grijalva en Chiapas, también es la desventura de un pueblo que no está suficientemente organizado, donde cientos de miles, de un día para otro, despiertan a la realidad de perder su patrimonio familiar y junto a ellos están los culpables, impunemente, que ahora los chantajean con “la ayuda” y los inundan de spots. Solo los de abajo luchan con los de abajo.
La ayuda, es un nuevo botín de corruptos y partidos políticos. El jaguar sigue dormido, cuando despierte los corrompidos temblarán.
El Plan México (iniciativa Mérida): No viene a combatir ni el narcotráfico ni el “terrorismo”. El narcotráfico es esencial para el capitalismo actual. Las millonarias ganancias que produce son necesarias para mantener con vida a este sistema que se basa en la especulación.
La preocupación de la clase dominante mexicana y los norteamericanos por combatir el narcotráfico es mentira. Quieren controlarlo. Mejorar su uso económico y político. No se encuentran al margen de estos negocios, son parte de él.
Desde su lógica empresarial el gobierno estadounidense quiere “las ventajas” para el norte, los desperdicios para el sur. Buscan que en EU donde existe un mercado de más de 20 millones de consumidores de drogas y donde se derraman y se lavan grandes ganancias de este negocio y que por cierto es el primer productor de marihuana del mundo, no se produzca la fuga de capitales.
Por eso no hay un “plan Estados Unidos”, que confisque las grandes ganancias que lavan en su sistema bancario, que controle la venta de químicos para la producción de drogas, que evite los paraísos fiscales, que fumigue con glifosato los mariguanales de Virginia y California, y les lleve a su territorio las consecuencias ecológicas que provocan en los países periféricos, entre ellos México.
El plan México es también un esfuerzo por sostener a las maltrechas estructuras políticas mexicanas. Es un intento de ayudar al gobierno de calderón a salir de la crisis política en que permanentemente se encuentra. Es también una cortina de humo que quiere esconder el esfuerzo contrainsurgente de Felipe Calderón, buscan un mayor control sobre nuestro pueblo. Están preocupados por el ascenso de la lucha popular y su posible salto de calidad hacia un movimiento revolucionario que unido a las luchas de otros pueblos ponga en entredicho la dominación norteamericana al sur de su frontera.
Después de la integración económica de México, la silenciosa integración militar al comando norte del Pentágono. El nuevo centro “antinarcotrafico” está al servicio de la seguridad norteamericana y sus agentes, mercenarios y fuerzas especiales ahora realizarán acciones especiales, en el territorio mexicano bajo la dirección y supervisión del Pentágono y la CIA.
El Plan México es también un paso hacia la agresión a otros pueblos, es expresión de una mayor subordinación hacia el imperialismo, que está más vivo, más agresivo y más violento que nunca. El principal terrorista del mundo es el gobierno norteamericano, que ahora considera terrorista a los trabajadores y ciudadanos que protestan en las calles, defendiendo su dignidad, sus derechos y los bienes y recursos nacionales.
La militarización de México es un complemento de los megaproyectos económicos en curso.
Nuestro pueblo nunca ha dejado ni dejará las manos libres a los opresores y seguiremos persistiendo de generación en generación hasta lograr una sociedad justa, sin explotación, sin opresión, sin enajenación.
Los movimientos de masas contra la impunidad de los funcionarios gubernamentales implicados en masacres, tortura y encarcelamiento de luchadores sociales están en marcha, pero aún no son suficientemente fuertes y amplios. Tenemos que intensificar el esfuerzo. Los crímenes políticos, efecto de la protección de los privilegios, de las enormes propiedades y del pillaje de nuestros recursos nacionales, desde el poder económico y político, por unos pocos, no van a quedar impunes.
Tenemos que acrecentar el esfuerzo en la construcción colectiva del pueblo organizado que necesitamos para transformar nuestra sociedad. Para voltear la tortilla y que los de abajo manden.
Luchar contra la impunidad de los asesinos políticos y sociales nos lleva a buscar que no se repitan los crímenes políticos –incluidas las catástrofes “naturales”– en el presente y el futuro y defender nuestros derechos mientras se pueden transformar las estructuras del estado y redistribuir la riqueza y la propiedad hacia el control mayoritario por parte de los trabajadores del campo y la ciudad.
Exigimos el esclarecimiento de las causas de la inundación en tabasco y el castigo de los verdaderos culpables.
Nos unimos al clamor popular que exige el cese de la guerra sucia, la presentación con vida de todos los desaparecidos y la liberación de todos los presos políticos del país.
Reclamamos la presentación con vida de Francisco Paredes Ruiz y el esclarecimiento de la muerte de Silvia espinosa y Jonathan González.
Alto a la represión contra los estudiantes y egresados de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
Castigo a los responsables de los asesinatos y demás actos de represión sufridos por el pueblo de Oaxaca en el movimiento popular dirigido por la APPO.
Castigo a los delincuentes, Ulises Ruiz Ortiz, Mario Marín, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, Luis Echeverría y sus cómplices.
¡RESISTIREMOS Y SEREMOS MILLONES!
¡GLOBALICEMOS LA SOLIDARIDAD Y LA FRATERNIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS.
(MRLCB).
República Mexicana a 24 de julio de 2007.
Fuente: Cedema
Comunicado de las FARP
Atoyac y la descomposición de su tejido social
Fecha: 2007 11 28
Grupo: Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
El municipio de Atoyac de Alvarez es de gran trascendencia histórica al ser cuna de dos hombres que lucharon por ver un México más justo: Juan Alvarez y Lucio Cabañas; el primero impulsando la revolución de Ayutla y el segundo al fundar el PDLP y dar a conocer un programa de lucha socialista para nuestra patria en la década de los 70's del siglo pasado con objeto de hacerle frente a la dinastía de los Figueroa y sus aliados, los actuales dueños del estado de Guerrero (en alianza con la nueva clase política perredista, que a su vez es parte de la elite económica del Estado, lo cual se demuestra con el gasto que hizo Nueva Izquierda en Acapulco, al rentar 200 autobuses en su más reciente movilización).
Como resultado de la lucha del segundo, este municipio de la costa grande guerrerense ha sufrido una de las más atroces embestidas por parte de los aparatos represivos del Estado, generando por lo tanto una paulatina descomposición del tejido social.
La lucha social y armada impulsada por el PDLP fue silenciada a sangre y fuego, mediante la utilización de métodos totalmente ilegales de guerra irregular: arrasamiento de comunidades enteras, retenes ilegales, desapariciones forzadas, asesinatos extrajudiciales y un sinnúmero de actos que el gobierno instrumentó a través de sus diferentes policías, paramilitares y el ejército.
Sin embargo, a pesar de los años y la sangre derramada, las causas del surgimiento del PDLP aún persisten en la actualidad, algunas con mayor agravamiento que en el pasado. De ahí que no sea de extrañarse que los problemas sociales y políticos del municipio muchas de las veces salten a la palestra estatal e inclusive nacional.
Por muchos años, el desarrollo del movimiento social en Atoyac no tuvo participación destacada en el escenario local, debido fundamentalmente a la feroz represión ocasionada antes y después de la caída en combate del comandante Lucio Cabañas Barrientos; sólo a través de los años y la construcción paciente y silenciosa se fue originando el movimiento social que hoy existe.
A medida que la lucha social ha ido ganando terreno a los grupos de poder económicos y políticos representados en los distintos partidos, ésta se ha convertido en un peligro al ver estos últimos el riesgo de perder sus actuales privilegios, canonjías y formas de vivir. Como resultado de lo anterior se ha desatado una fuerte ofensiva política, mediática, difamatoria, de estrangulamiento económico, de intento de aislamiento, de acoso y de nuevas amenazas al conjunto del movimiento social con el fin de frenar su desarrollo. Y como no se ha logrado frenarlo, también se intentó y se intenta en el presente la coacción o corporativización por parte de fuerzas aparentemente progresistas, empleando para ello el consabido canto de las sirenas para subyugar años y años de lucha y prestigio.
Para realizar tales medidas se valen de los medios de comunicación (la prensa y la radio principalmente), se apoyan en las autoridades estatales con las cuales existe una alianza: el gobierno estatal limpia la cuenta pública y, a cambio, el políticamente torpe gobierno municipal apoya en las elecciones internas y constitucionales a las corrientes mayoritarias y más oportunistas del perredismo estatal. Pero esas no son las únicas formas en que se pretende frenar el desarrollo político y social del municipio; por otro lado, se deja crecer de manera voluntaria y consciente la gran ola de inseguridad existente, la existencia de bandas paramilitares que cumplen el claro papel de amedrentar a los integrantes del movimiento social que vayan destacando a efecto de paralizar su desarrollo.
El paramilitarismo resurge en una mezcla difusa, pues aunque trata de justificar su existencia en una aparente causa social, lo real es que sólo sirve a los intereses de los grupos de poder. Sus formas de hacer política se basan en dichos y apreciaciones personales, en el rumor y la valoración subjetiva. En base a ello hacen sus análisis y valoraciones; sin ir más allá en la búsqueda de la verdad de las cosas, tratando de alcanzar la verdad científica. Como ejemplo cabe decir que toman una determinación política en base a la versión familiar de tal acontecimiento o hecho sin conocer a fondo el asunto o problema a tratar. Toman entonces determinaciones en base al estado en que se encuentre el hígado y por eso a la larga las consecuencias son funestas para el movimiento social. De esas formas absurdas de proceder ya existen antecedentes históricos, es el caso de un dirigente campesino asesinado por la guerrilla, como lo señala oportunamente en su novela Guerra en el Paraíso el escritor y poeta Carlos Montemayor, y el del asesinato de Miguel Ángel Mesino Mesino a manos de paramilitares.
En la actualidad, los grupos de poder atoyaquenses no tienen filiación partidista, se sirven del registro de los mismos sólo para encumbrarse políticamente y para consolidar su hegemonía, para acrecentar su riqueza. Un ejemplo es Pedro Brito quien saltó del PAN al PRD, partido por el cual es hoy Presidente Municipal y firme aliado del gobernador Zeferino Torreblanca en aras de consolidar la corriente Izquierda Renovadora en el municipio. Pero los otros grupos de poder no se quedan atrás: los priístas sueñan en recuperar la alcaldía a partir de los errores del seudo perredista Pedro Brito; sin embargo, las pugnas internas, sus relaciones con el narcotráfico y hasta los ajustes de cuentas entre ellos los han debilitado y es probable que no se recuperen y alcancen la unidad. Del lado de las corrientes tradicionales del PRD se busca establecer alianzas con actores políticos nuevos que, aunque son originarios del municipio, se han formado políticamente fuera, traen enormes e inexplicables recursos que han comenzado a dilapidar con los comisarios, grupos de trabajo y quien se deje a efecto de hacerse de una cartera de votantes cautivos y corporativizados. ¡Y eso que apenas está comenzando el proceso interno de las precandidaturas!
¿Que queda por hacer? Al movimiento social le queda el reto de no amedrentarse ante la embestida represiva, la cual inclusive se prevé será más fuerte por parte de todos los actores involucrados (grupos de poder, paramilitares, gobierno municipal y estatal). Le queda el deber de seguir organizándose y construyendo las alianzas con el conjunto del movimiento social, de dar la lucha política e ideológica, desenmascarando la actitud y práctica de los opuestos al pueblo. Le queda la obligación de demostrar con trabajo y más trabajo. Le queda plantear un plan de desarrollo municipal que permita sacar a Atoyac del atraso, de la marginación y miseria. De impedir para Atoyac la vuelta al pasado de guerra sucia, asesinatos de luchadores sociales, de señalamientos, calumnias y golpes bajos. Al movimiento social le queda darle continuidad a la lucha aún inconclusa del comandante Lucio Cabañas y del Partido De Los Pobres.
Fraternalmente,
¡Viva el combatiente del PDLP, Lino Rosas Pérez!
¡Viva el combatiente del PDLP, Esteban Mesino Martínez!
¡Viva el combatiente del PDLP, Marcelino Serafín Juárez!
¡Vivan todos los integrantes de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido De Los Pobres!
¡Vivan el Partido De Los Pobres!
¡Viva el comandante Lucio Cabañas Barrientos!
¡Por la Revolución Socialista y la Liberación Nacional!
¡La lucha Popular Revolucionaria!
¡Patria Libre!
¡Y Socialista!
Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, FARP.
Puerto de Acapulco de Juárez, a 28 de noviembre de 2007
Fecha: 2007 11 28
Grupo: Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
El municipio de Atoyac de Alvarez es de gran trascendencia histórica al ser cuna de dos hombres que lucharon por ver un México más justo: Juan Alvarez y Lucio Cabañas; el primero impulsando la revolución de Ayutla y el segundo al fundar el PDLP y dar a conocer un programa de lucha socialista para nuestra patria en la década de los 70's del siglo pasado con objeto de hacerle frente a la dinastía de los Figueroa y sus aliados, los actuales dueños del estado de Guerrero (en alianza con la nueva clase política perredista, que a su vez es parte de la elite económica del Estado, lo cual se demuestra con el gasto que hizo Nueva Izquierda en Acapulco, al rentar 200 autobuses en su más reciente movilización).
Como resultado de la lucha del segundo, este municipio de la costa grande guerrerense ha sufrido una de las más atroces embestidas por parte de los aparatos represivos del Estado, generando por lo tanto una paulatina descomposición del tejido social.
La lucha social y armada impulsada por el PDLP fue silenciada a sangre y fuego, mediante la utilización de métodos totalmente ilegales de guerra irregular: arrasamiento de comunidades enteras, retenes ilegales, desapariciones forzadas, asesinatos extrajudiciales y un sinnúmero de actos que el gobierno instrumentó a través de sus diferentes policías, paramilitares y el ejército.
Sin embargo, a pesar de los años y la sangre derramada, las causas del surgimiento del PDLP aún persisten en la actualidad, algunas con mayor agravamiento que en el pasado. De ahí que no sea de extrañarse que los problemas sociales y políticos del municipio muchas de las veces salten a la palestra estatal e inclusive nacional.
Por muchos años, el desarrollo del movimiento social en Atoyac no tuvo participación destacada en el escenario local, debido fundamentalmente a la feroz represión ocasionada antes y después de la caída en combate del comandante Lucio Cabañas Barrientos; sólo a través de los años y la construcción paciente y silenciosa se fue originando el movimiento social que hoy existe.
A medida que la lucha social ha ido ganando terreno a los grupos de poder económicos y políticos representados en los distintos partidos, ésta se ha convertido en un peligro al ver estos últimos el riesgo de perder sus actuales privilegios, canonjías y formas de vivir. Como resultado de lo anterior se ha desatado una fuerte ofensiva política, mediática, difamatoria, de estrangulamiento económico, de intento de aislamiento, de acoso y de nuevas amenazas al conjunto del movimiento social con el fin de frenar su desarrollo. Y como no se ha logrado frenarlo, también se intentó y se intenta en el presente la coacción o corporativización por parte de fuerzas aparentemente progresistas, empleando para ello el consabido canto de las sirenas para subyugar años y años de lucha y prestigio.
Para realizar tales medidas se valen de los medios de comunicación (la prensa y la radio principalmente), se apoyan en las autoridades estatales con las cuales existe una alianza: el gobierno estatal limpia la cuenta pública y, a cambio, el políticamente torpe gobierno municipal apoya en las elecciones internas y constitucionales a las corrientes mayoritarias y más oportunistas del perredismo estatal. Pero esas no son las únicas formas en que se pretende frenar el desarrollo político y social del municipio; por otro lado, se deja crecer de manera voluntaria y consciente la gran ola de inseguridad existente, la existencia de bandas paramilitares que cumplen el claro papel de amedrentar a los integrantes del movimiento social que vayan destacando a efecto de paralizar su desarrollo.
El paramilitarismo resurge en una mezcla difusa, pues aunque trata de justificar su existencia en una aparente causa social, lo real es que sólo sirve a los intereses de los grupos de poder. Sus formas de hacer política se basan en dichos y apreciaciones personales, en el rumor y la valoración subjetiva. En base a ello hacen sus análisis y valoraciones; sin ir más allá en la búsqueda de la verdad de las cosas, tratando de alcanzar la verdad científica. Como ejemplo cabe decir que toman una determinación política en base a la versión familiar de tal acontecimiento o hecho sin conocer a fondo el asunto o problema a tratar. Toman entonces determinaciones en base al estado en que se encuentre el hígado y por eso a la larga las consecuencias son funestas para el movimiento social. De esas formas absurdas de proceder ya existen antecedentes históricos, es el caso de un dirigente campesino asesinado por la guerrilla, como lo señala oportunamente en su novela Guerra en el Paraíso el escritor y poeta Carlos Montemayor, y el del asesinato de Miguel Ángel Mesino Mesino a manos de paramilitares.
En la actualidad, los grupos de poder atoyaquenses no tienen filiación partidista, se sirven del registro de los mismos sólo para encumbrarse políticamente y para consolidar su hegemonía, para acrecentar su riqueza. Un ejemplo es Pedro Brito quien saltó del PAN al PRD, partido por el cual es hoy Presidente Municipal y firme aliado del gobernador Zeferino Torreblanca en aras de consolidar la corriente Izquierda Renovadora en el municipio. Pero los otros grupos de poder no se quedan atrás: los priístas sueñan en recuperar la alcaldía a partir de los errores del seudo perredista Pedro Brito; sin embargo, las pugnas internas, sus relaciones con el narcotráfico y hasta los ajustes de cuentas entre ellos los han debilitado y es probable que no se recuperen y alcancen la unidad. Del lado de las corrientes tradicionales del PRD se busca establecer alianzas con actores políticos nuevos que, aunque son originarios del municipio, se han formado políticamente fuera, traen enormes e inexplicables recursos que han comenzado a dilapidar con los comisarios, grupos de trabajo y quien se deje a efecto de hacerse de una cartera de votantes cautivos y corporativizados. ¡Y eso que apenas está comenzando el proceso interno de las precandidaturas!
¿Que queda por hacer? Al movimiento social le queda el reto de no amedrentarse ante la embestida represiva, la cual inclusive se prevé será más fuerte por parte de todos los actores involucrados (grupos de poder, paramilitares, gobierno municipal y estatal). Le queda el deber de seguir organizándose y construyendo las alianzas con el conjunto del movimiento social, de dar la lucha política e ideológica, desenmascarando la actitud y práctica de los opuestos al pueblo. Le queda la obligación de demostrar con trabajo y más trabajo. Le queda plantear un plan de desarrollo municipal que permita sacar a Atoyac del atraso, de la marginación y miseria. De impedir para Atoyac la vuelta al pasado de guerra sucia, asesinatos de luchadores sociales, de señalamientos, calumnias y golpes bajos. Al movimiento social le queda darle continuidad a la lucha aún inconclusa del comandante Lucio Cabañas y del Partido De Los Pobres.
Fraternalmente,
¡Viva el combatiente del PDLP, Lino Rosas Pérez!
¡Viva el combatiente del PDLP, Esteban Mesino Martínez!
¡Viva el combatiente del PDLP, Marcelino Serafín Juárez!
¡Vivan todos los integrantes de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido De Los Pobres!
¡Vivan el Partido De Los Pobres!
¡Viva el comandante Lucio Cabañas Barrientos!
¡Por la Revolución Socialista y la Liberación Nacional!
¡La lucha Popular Revolucionaria!
¡Patria Libre!
¡Y Socialista!
Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, FARP.
Puerto de Acapulco de Juárez, a 28 de noviembre de 2007
Las Farc, hoy
Reportaje de la revista colombiana Cambio, EDICIÓN No. 752, 29 de Noviembre a 5 de Diciembre
En qué están las Farc
Esta imagen, de los principales miembros del Secretariado juntos, no se repite desde 2002. Hoy están en desbandada y lejos uno del otro.
EL 29 DE ABRIL DE 2000, Jacinto Bermúdez, tercero al mando del frente 36 de las Farc en Antioquia, llegó a San Vicente del Caguán, Caquetá, para asistir al lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y fue recibido por dos guerrilleros sonrientes e impecablemente uniformados que le ofrecieron una taza de tinto caliente. Una vez en el lugar donde Alfonso Cano pronunciaría el discurso central, Bermúdez les comentó a sus compañeros en armas: "Carajo, ahora sí nos vamos a tomar el poder".
El entusiasmo del guerrillero por el futuro de la organización armada ilegal tenía que ver con el hecho de que por primera vez veía a 5.000 alzados en armas, con fusiles modernos, uniformes de fatiga recién estrenados y equipados con todo tipo de pertrechos. La vistosidad del desfile y el despliegue de fuerza militar en plena zona de distensión convencieron a Bermúdez de que su viejo sueño de manejar los destinos de Colombia estaba a la vuelta de la esquina.
La percepción del guerrillero no se alejaba de la realidad, puesto que por aquella época las Farc habían llegado a la increíble cifra de 16.900 hombres armados, distribuidos en 67 frentes en todo el país, y respaldados por 20.000 milicianos en las cabeceras municipales. El esfuerzo que habían hecho en ese momento las Fuerzas Militares y de Policía por copar todo el territorio nacional parecía insuficiente ya que 199 municipios se encontraban a merced de los subversivos. "No es que las Fuerzas Militares fueran incapaces de doblegar al enemigo: era que no teníamos ni los recursos ni la tropa suficiente para enfrentarlos y vencerlos", dijo a CAMBIO un alto oficial que estuvo al frente de un batallón en 2000.
Pero es mucha el agua que ha corrido bajo los puentes desde 2002, cuando Andrés Pastrana rompió en febrero el proceso de paz con las Farc y Alvaro Uribe arrasó en las elecciones de mayo con su consigna de derrotar a la guerrilla por la vía militar. Hoy, cinco años después, y cuando ese grupo guerrillero ha sido golpeado por la Fuerza Pública en algunas de sus estructuras y han fracasado varios intentos de acercamientos para el intercambio humanitario, incluyendo el más reciente de Hugo Chávez y Piedad Córdoba, parece cada día más distante que las Farc logren el objetivo primordial que se trazaron hace más de 40 años: tomarse el poder por las armas.
Después de consultar diversas fuentes oficiales y de efectuar varias entrevistas con jefes guerrilleros desmovilizados, hablar con expertos en el comportamiento de ese grupo rebelde y tener acceso a documentos de esa organización, CAMBIO logró armar el rompecabezas de la situación actual de las Farc desde el punto de vista militar y político.
Aún cuando es claro que el movimiento insurgente comandado por Manuel Marulanda está lejos de ser derrotado, es evidente que en los últimos cinco años ha sido duramente golpeado. De acuerdo con la investigación de CAMBIO, el número de combatientes en armas se redujo de 16.900, que había en plena época del Caguán, a 8.900. Al mismo tiempo, los frentes subversivos han sido diezmados de manera significativa, hasta el punto de que al menos 20 de ellos han desaparecido en la práctica. El caso más dramático para esa organización es el de la columna móvil Teófilo Forero, considerada el cuerpo élite más eficiente en la historia de las Farc, que prácticamente se encuentra desmantelada.
La pérdida de control territorial de las Farc es tan clara que en la actualidad no tienen frentes operando en Cundinamarca y Boyacá, y no cuentan con la influencia que ejercían en la mayor parte de la Costa Caribe. Hoy la fuerza militar del grupo rebelde se ha desplazado a la zona de frontera con Venezuela, Ecuador y Panamá, y ha replegado a sus mejores hombres a proteger sus antiguos santuarios en Guaviare, Caquetá, sur del Meta, Putumayo y Nariño.
El declive
La época de las vacas gordas de las Farc empezó su declive cuando la Política de Seguridad Democrática de Uribe lanzó a las selvas del sur del país a cerca de 18.000 hombres para que pusieran en marcha el Plan Patriota, cuya finalidad era arrebatarles el control que ejercían a su antojo en Caquetá, Putumayo, Guaviare, Cauca y sur del Meta.
Pese a que las tropas fueron diezmadas por acción de las plagas y los factores climáticos -2.000 hombres fueron retirados de la zona de combate-, el tiempo confirmó que la estrategia era adecuada porque las Farc debieron desplazar a sus hombres a otras regiones y dejar una retaguardia estratégica para enfrentar a los militares. El Plan Patriota dio paso muy pronto al Plan Consolidación, de carácter nacional, soportado en el aumento notable del pie de fuerza del Ejército y la Policía, que pasaron de 200.000 hombres en 2002 a 380.000 en 2007.
Al tiempo que el Ejército dispone hoy de 30 brigadas que copan todo el territorio y 20 estructuras móviles altamente profesionalizadas, la Policía logró cubrir los municipios de donde había tenido que salir y además ejerce presencia en otras 200 poblaciones.
Pero de la misma manera que las Farc perdieron presencia territorial, desde el punto de vista militar se vieron forzadas a cambiar la estrategia que a finales de la década de los 90 les permitió propinarles al Ejército y a la Policía los mayores golpes de su historia. La toma de la base de Las Delicias, el asalto al Cerro de Patascoy y la ocupación del casco urbano de Mitú, entre otros, demostró que esa guerrilla había dado un salto cualitativo al pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de posiciones, es decir, a la concentración de grandes cantidades de hombres para copar un objetivo.
Esa tendencia empezó a cambiar a finales del mandato de Andrés Pastrana, cuando las Fuerzas Militares obtuvieron recursos para comprar 15 helicópteros Black Hawk de última generación con los que pusieron en desbandada a los subversivos y de paso neutralizar la toma de poblaciones, los retenes en las vías y los ataques a la Fuerza Pública.
El gobierno de Uribe, posteriormente, se la jugó por los aviones Súper Tucano, de fabricación brasilera, que inclinaron la balanza. Esas aeronaves fueron dotadas con sofisticados sistemas de tiro que eliminaron el margen de error en los bombardeos a las posiciones guerrilleras. "Con los mecanismos de antes lanzábamos las bombas pero éstas caían a 100 o 150 metros del objetivo. Y por las dificultades para el desembarco de tropas nos quedábamos casi siempre sin saber qué había pasado allá abajo -dijo a CAMBIO un piloto de la Fuerza Aérea-. Ahora el margen de error no sólo es cero sino que las tropas del Ejército llegan casi de inmediato al lugar para chocar con los guerrilleros".
Esto fue justamente lo que sucedió con las operaciones militares que permitieron la muerte de Tomás Medina Caracas, El Negro Acacio, el pasado 3 de septiembre, y de Gustavo Rueda Díaz, Martín Caballero, el 25 de octubre, quienes fueron abatidos después de que los aviones Súper Tucano bombardearon los campamentos donde se encontraban. "La utilización de las llamadas armas inteligentes mejoraron la eficacia de las operaciones y acabaron con la modalidad de las bombas escalabradoras, que hacían más ruido que bajas", le dijo a CAMBIO un general del Ejército.
Acacio y Caballero fueron abatidos después de que los militares conocieron su localización por labores de inteligencia desarrolladas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que ahora y por primera vez trabajan conjuntamente y comparten la información que obtienen sobre cada uno de sus objetivos. En el caso de Acacio, el Ejército obtuvo detalles de su localización y los compartió con la FAC, que envió los aviones Tucano al Guaviare donde bombardeó las posiciones del jefe guerrillero y los 20 hombres que lo acompañaban. Lo mismo ocurrió con Caballero, detectado por la inteligencia de la Armada, que de igual manera alertó a los pilotos de la FAC y les suministró las coordenadas de su campamento en los Montes de María.
Desbandada
La pérdida del control territorial, como consecuencia del creciente número de policías y militares y el perfeccionamiento en la capacidad de fuego aéreo, terminaron por golpear a las Farc en la mayor parte del país. El fenómeno más claro en este sentido está relacionado con la deserción de guerrilleros: de agosto de 2002 a noviembre de este año desertaron 8.221 hombres de las Farc, de los cuales 118 ocupaban puestos de importancia dentro de la organización y optaron por dejar la milicia.
Tampoco son menores las cifras relacionadas con la muerte de guerrilleros en combate. Un informe oficial indica que en 2005 fueron abatidos 1.891 subversivos y al año siguiente, 2006, la cifra subió a 2.184. El mismo reporte asegura que hasta mediados de noviembre de este año el número de irregulares dados de baja es de 2.717.
El sueño de Jacinto Bermúdez de ver a las Farc en el poder se desvaneció completamente. El otrora poderoso ejército que vio en el Caguán en 2000 está diezmado notablemente, así como buena parte de los frentes que conformaban la poderosa organización militar de Tirofijo. Los detalles obtenidos por CAMBIO no dejan duda de que al menos 20 de ellos, incluida la poderosa columna Teófilo Forero, fueron desmantelados o reducidos a su mínima expresión. Esta estructura, que se hizo famosa por la ejecución de atentados como el del Club el Nogal de Bogotá o el asalto de un edificio en Neiva, llegó a tener en 2000 cerca de 500 hombres. En la actualidad tiene tan sólo 54 integrantes.
Uno de los casos que más llama la atención es el del frente 52, que operaba en la región del Sumapaz, en Cundinamarca, que se desintegró por física sustracción de materia, pues de sus 200 integrantes sólo quedaron tres, que fueron reubicados en otros frentes. Similar suerte corrió el 40, que actuaba en Meta, disuelto ante el creciente número de deserciones y la pérdida de cerca de 7.000 millones de pesos que, al parecer, fueron robados por sus comandantes. Algo parecido ocurrió con los frentes 26 y 31, que sumaban 220 hombres y a mediados de este año apenas contaban en sus filas a menos de 50.
Y en lo que tiene que ver con la Costa Caribe, las estructuras más golpeadas son las que estaban bajo el mando del extinto Martín Caballero. Según la información obtenida por CAMBIO, los frentes 19 y 35, que operaban en los Montes de María y la Sierra Nevada fueron borrados del mapa por cuenta de las deserciones y las bajas. La muerte de su comandante se convirtió en la estocada final de esas estructuras militares.
Si bien es inocultable que las Farc han perdido territorios y a una parte importante de sus hombres, esta situación adversa las ha forzado a modificar su modo de operar. De un lado, la amenaza de los bombardeos llevó a los rebeldes a actuar de nuevo en grupos pequeños -no superiores a 10 unidades- y evitar las grandes concentraciones de subversivos.
De otro lado, el desmantelamiento de frentes obligó a la organización a replegarse hacia el sur del país, donde mantienen una fortaleza militar evidente, y a situarse en las zonas de frontera.
En tal sentido, el poder de Jorge Suárez Briceño, Mono Jojoy, se mantiene intacto y por ello es comandante indiscutible de los bloques Oriental y Sur. El repliegue de sus hombres y el conocimiento del terreno les ha permitido enfrentar, con relativo éxito, la ofensiva de las tropas.
Con todo, el flanco financiero de las Farc depende cada día más del narcotráfico, ante la curva decreciente que muestran el secuestro y otras fórmulas de carácter extorsivo. De acuerdo con el más reciente estudio del Sistema de Monitoreo Satelital de la Organización de las Naciones Unidas (Simci), las Farc producen cerca de 510 toneladas de cocaína anualmente.
¿Qué sigue?
Pero el hecho de que las Farc se encuentren duramente golpeadas en el terreno militar y prácticamente sin ningún juego político nacional e internacional, mucho más después del fracaso de la mediación de Hugo Chávez y la facilitación de Piedad Córdoba para lograr el intercambio humanitario, no significa que ese grupo guerrillero se encuentre al borde del colapso. Para el analista político Alejo Vargas, "las Farc en su historia han sido muy capaces de adaptarse a los nuevos desarrollos de sus contrincantes. Una derrota militar no es posible en el corto plazo". El analista sostiene, además, que pese a haber perdido un buen número de hombres en los últimos años, todavía mantiene una fuerza militar suficiente para seguir enfrentando al Ejército Nacional y por ello "no puede subestimarse su capacidad de reacción".
Una visión distinta tiene Jorge Rojas, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes, quien sostiene que "las Farc se trasladaron a Amazonas, Guainía, Vichada y Vaupés, en un proceso de copamiento de territorio. Es una estrategia de expansión de su retaguardia en 360.000 kilómetros de selva en la Orinoquía, donde es posible un escalonamiento del conflicto".
Pablo Casas, investigador de la Fundación Seguridad y Democracia, explica que la política de Seguridad Democrática ha puesto a las Farc en las condiciones de hace 10 años y por eso optaron por el repliegue a sitios apartados. "Ha habido un repliegue muy importante y se han visto obligadas a volver a zonas más apartadas reduciéndose sustancialmente su capacidad operativa. Asimismo, se han debilitado en sus estructuras de apoyo -dice el investigador-. Sin embargo, aún falta golpear las estructuras más fuertes en su capacidad militar".
Uno de los más acuciosos analistas del comportamiento de las Farc es Carlos Lozano, director del periódico Voz Proletaria, quien sostiene que "es cierto que las Farc han sufrido un desgaste militar producto del Plan Patriota y las estrategias de la Seguridad Democrática. Pero no se puede hablar de unas Farc derrotadas y ellas insisten en mantenerse en una guerra de guerrillas".
Carlos Medina, profesor de la Universidad Nacional, que acaba de terminar un estudio sobre las Farc y el Eln, precisa que las guerrillas avanzan en uan especie de "repliegue táctico, militar y político", planeado para no agotar a sus hombres puesto que tienen claro que están perdiendo una de las batallas que más le preocupan: la política. Y agrega que "el operativo militar que más ha golpeado a las Farc, luego de la ruptura de las conversaciones de paz en San Vicente del Caguán con el gobierno de Pastrana, han sido los consejos comunitarios realizados por Uribe, pues es evidente que las Farc no tienen un brazo político reconocido en el país, mientras que otros sectores se afianzan en la oposición sin necesidad de utilizar las armas, como es el caso del Polo Democrático".
Teófilo Vásquez, investigador del Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep, sostiene que las Farc están en un repliegue táctico ordenado que podría obedecer a las acciones emprendidas dentro de la Seguridad Democrática. "Parece que están esperando, aguantando la embestida para luego contraatacar", dice, aunque también reconoce que ese grupo guerrillero ha sido golpeado por la Seguridad Democrática.
Indudablemente, la ofensiva lanzada contra las Farc en los últimos años, con el apoyo de Estados Unidos a través del Plan Colombia, ha dado resultados, lo cual no significa que estén acabadas o que su derrota militar sea inminente. El presidente uribe ha utilizado la metáfora de la culebra para indicar que la tarea es larga. En esos términos habría que decir que aunque la culebra está debilitada, se resiste a morir.
En qué están las Farc
Esta imagen, de los principales miembros del Secretariado juntos, no se repite desde 2002. Hoy están en desbandada y lejos uno del otro.
EL 29 DE ABRIL DE 2000, Jacinto Bermúdez, tercero al mando del frente 36 de las Farc en Antioquia, llegó a San Vicente del Caguán, Caquetá, para asistir al lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y fue recibido por dos guerrilleros sonrientes e impecablemente uniformados que le ofrecieron una taza de tinto caliente. Una vez en el lugar donde Alfonso Cano pronunciaría el discurso central, Bermúdez les comentó a sus compañeros en armas: "Carajo, ahora sí nos vamos a tomar el poder".
El entusiasmo del guerrillero por el futuro de la organización armada ilegal tenía que ver con el hecho de que por primera vez veía a 5.000 alzados en armas, con fusiles modernos, uniformes de fatiga recién estrenados y equipados con todo tipo de pertrechos. La vistosidad del desfile y el despliegue de fuerza militar en plena zona de distensión convencieron a Bermúdez de que su viejo sueño de manejar los destinos de Colombia estaba a la vuelta de la esquina.
La percepción del guerrillero no se alejaba de la realidad, puesto que por aquella época las Farc habían llegado a la increíble cifra de 16.900 hombres armados, distribuidos en 67 frentes en todo el país, y respaldados por 20.000 milicianos en las cabeceras municipales. El esfuerzo que habían hecho en ese momento las Fuerzas Militares y de Policía por copar todo el territorio nacional parecía insuficiente ya que 199 municipios se encontraban a merced de los subversivos. "No es que las Fuerzas Militares fueran incapaces de doblegar al enemigo: era que no teníamos ni los recursos ni la tropa suficiente para enfrentarlos y vencerlos", dijo a CAMBIO un alto oficial que estuvo al frente de un batallón en 2000.
Pero es mucha el agua que ha corrido bajo los puentes desde 2002, cuando Andrés Pastrana rompió en febrero el proceso de paz con las Farc y Alvaro Uribe arrasó en las elecciones de mayo con su consigna de derrotar a la guerrilla por la vía militar. Hoy, cinco años después, y cuando ese grupo guerrillero ha sido golpeado por la Fuerza Pública en algunas de sus estructuras y han fracasado varios intentos de acercamientos para el intercambio humanitario, incluyendo el más reciente de Hugo Chávez y Piedad Córdoba, parece cada día más distante que las Farc logren el objetivo primordial que se trazaron hace más de 40 años: tomarse el poder por las armas.
Después de consultar diversas fuentes oficiales y de efectuar varias entrevistas con jefes guerrilleros desmovilizados, hablar con expertos en el comportamiento de ese grupo rebelde y tener acceso a documentos de esa organización, CAMBIO logró armar el rompecabezas de la situación actual de las Farc desde el punto de vista militar y político.
Aún cuando es claro que el movimiento insurgente comandado por Manuel Marulanda está lejos de ser derrotado, es evidente que en los últimos cinco años ha sido duramente golpeado. De acuerdo con la investigación de CAMBIO, el número de combatientes en armas se redujo de 16.900, que había en plena época del Caguán, a 8.900. Al mismo tiempo, los frentes subversivos han sido diezmados de manera significativa, hasta el punto de que al menos 20 de ellos han desaparecido en la práctica. El caso más dramático para esa organización es el de la columna móvil Teófilo Forero, considerada el cuerpo élite más eficiente en la historia de las Farc, que prácticamente se encuentra desmantelada.
La pérdida de control territorial de las Farc es tan clara que en la actualidad no tienen frentes operando en Cundinamarca y Boyacá, y no cuentan con la influencia que ejercían en la mayor parte de la Costa Caribe. Hoy la fuerza militar del grupo rebelde se ha desplazado a la zona de frontera con Venezuela, Ecuador y Panamá, y ha replegado a sus mejores hombres a proteger sus antiguos santuarios en Guaviare, Caquetá, sur del Meta, Putumayo y Nariño.
El declive
La época de las vacas gordas de las Farc empezó su declive cuando la Política de Seguridad Democrática de Uribe lanzó a las selvas del sur del país a cerca de 18.000 hombres para que pusieran en marcha el Plan Patriota, cuya finalidad era arrebatarles el control que ejercían a su antojo en Caquetá, Putumayo, Guaviare, Cauca y sur del Meta.
Pese a que las tropas fueron diezmadas por acción de las plagas y los factores climáticos -2.000 hombres fueron retirados de la zona de combate-, el tiempo confirmó que la estrategia era adecuada porque las Farc debieron desplazar a sus hombres a otras regiones y dejar una retaguardia estratégica para enfrentar a los militares. El Plan Patriota dio paso muy pronto al Plan Consolidación, de carácter nacional, soportado en el aumento notable del pie de fuerza del Ejército y la Policía, que pasaron de 200.000 hombres en 2002 a 380.000 en 2007.
Al tiempo que el Ejército dispone hoy de 30 brigadas que copan todo el territorio y 20 estructuras móviles altamente profesionalizadas, la Policía logró cubrir los municipios de donde había tenido que salir y además ejerce presencia en otras 200 poblaciones.
Pero de la misma manera que las Farc perdieron presencia territorial, desde el punto de vista militar se vieron forzadas a cambiar la estrategia que a finales de la década de los 90 les permitió propinarles al Ejército y a la Policía los mayores golpes de su historia. La toma de la base de Las Delicias, el asalto al Cerro de Patascoy y la ocupación del casco urbano de Mitú, entre otros, demostró que esa guerrilla había dado un salto cualitativo al pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de posiciones, es decir, a la concentración de grandes cantidades de hombres para copar un objetivo.
Esa tendencia empezó a cambiar a finales del mandato de Andrés Pastrana, cuando las Fuerzas Militares obtuvieron recursos para comprar 15 helicópteros Black Hawk de última generación con los que pusieron en desbandada a los subversivos y de paso neutralizar la toma de poblaciones, los retenes en las vías y los ataques a la Fuerza Pública.
El gobierno de Uribe, posteriormente, se la jugó por los aviones Súper Tucano, de fabricación brasilera, que inclinaron la balanza. Esas aeronaves fueron dotadas con sofisticados sistemas de tiro que eliminaron el margen de error en los bombardeos a las posiciones guerrilleras. "Con los mecanismos de antes lanzábamos las bombas pero éstas caían a 100 o 150 metros del objetivo. Y por las dificultades para el desembarco de tropas nos quedábamos casi siempre sin saber qué había pasado allá abajo -dijo a CAMBIO un piloto de la Fuerza Aérea-. Ahora el margen de error no sólo es cero sino que las tropas del Ejército llegan casi de inmediato al lugar para chocar con los guerrilleros".
Esto fue justamente lo que sucedió con las operaciones militares que permitieron la muerte de Tomás Medina Caracas, El Negro Acacio, el pasado 3 de septiembre, y de Gustavo Rueda Díaz, Martín Caballero, el 25 de octubre, quienes fueron abatidos después de que los aviones Súper Tucano bombardearon los campamentos donde se encontraban. "La utilización de las llamadas armas inteligentes mejoraron la eficacia de las operaciones y acabaron con la modalidad de las bombas escalabradoras, que hacían más ruido que bajas", le dijo a CAMBIO un general del Ejército.
Acacio y Caballero fueron abatidos después de que los militares conocieron su localización por labores de inteligencia desarrolladas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que ahora y por primera vez trabajan conjuntamente y comparten la información que obtienen sobre cada uno de sus objetivos. En el caso de Acacio, el Ejército obtuvo detalles de su localización y los compartió con la FAC, que envió los aviones Tucano al Guaviare donde bombardeó las posiciones del jefe guerrillero y los 20 hombres que lo acompañaban. Lo mismo ocurrió con Caballero, detectado por la inteligencia de la Armada, que de igual manera alertó a los pilotos de la FAC y les suministró las coordenadas de su campamento en los Montes de María.
Desbandada
La pérdida del control territorial, como consecuencia del creciente número de policías y militares y el perfeccionamiento en la capacidad de fuego aéreo, terminaron por golpear a las Farc en la mayor parte del país. El fenómeno más claro en este sentido está relacionado con la deserción de guerrilleros: de agosto de 2002 a noviembre de este año desertaron 8.221 hombres de las Farc, de los cuales 118 ocupaban puestos de importancia dentro de la organización y optaron por dejar la milicia.
Tampoco son menores las cifras relacionadas con la muerte de guerrilleros en combate. Un informe oficial indica que en 2005 fueron abatidos 1.891 subversivos y al año siguiente, 2006, la cifra subió a 2.184. El mismo reporte asegura que hasta mediados de noviembre de este año el número de irregulares dados de baja es de 2.717.
El sueño de Jacinto Bermúdez de ver a las Farc en el poder se desvaneció completamente. El otrora poderoso ejército que vio en el Caguán en 2000 está diezmado notablemente, así como buena parte de los frentes que conformaban la poderosa organización militar de Tirofijo. Los detalles obtenidos por CAMBIO no dejan duda de que al menos 20 de ellos, incluida la poderosa columna Teófilo Forero, fueron desmantelados o reducidos a su mínima expresión. Esta estructura, que se hizo famosa por la ejecución de atentados como el del Club el Nogal de Bogotá o el asalto de un edificio en Neiva, llegó a tener en 2000 cerca de 500 hombres. En la actualidad tiene tan sólo 54 integrantes.
Uno de los casos que más llama la atención es el del frente 52, que operaba en la región del Sumapaz, en Cundinamarca, que se desintegró por física sustracción de materia, pues de sus 200 integrantes sólo quedaron tres, que fueron reubicados en otros frentes. Similar suerte corrió el 40, que actuaba en Meta, disuelto ante el creciente número de deserciones y la pérdida de cerca de 7.000 millones de pesos que, al parecer, fueron robados por sus comandantes. Algo parecido ocurrió con los frentes 26 y 31, que sumaban 220 hombres y a mediados de este año apenas contaban en sus filas a menos de 50.
Y en lo que tiene que ver con la Costa Caribe, las estructuras más golpeadas son las que estaban bajo el mando del extinto Martín Caballero. Según la información obtenida por CAMBIO, los frentes 19 y 35, que operaban en los Montes de María y la Sierra Nevada fueron borrados del mapa por cuenta de las deserciones y las bajas. La muerte de su comandante se convirtió en la estocada final de esas estructuras militares.
Si bien es inocultable que las Farc han perdido territorios y a una parte importante de sus hombres, esta situación adversa las ha forzado a modificar su modo de operar. De un lado, la amenaza de los bombardeos llevó a los rebeldes a actuar de nuevo en grupos pequeños -no superiores a 10 unidades- y evitar las grandes concentraciones de subversivos.
De otro lado, el desmantelamiento de frentes obligó a la organización a replegarse hacia el sur del país, donde mantienen una fortaleza militar evidente, y a situarse en las zonas de frontera.
En tal sentido, el poder de Jorge Suárez Briceño, Mono Jojoy, se mantiene intacto y por ello es comandante indiscutible de los bloques Oriental y Sur. El repliegue de sus hombres y el conocimiento del terreno les ha permitido enfrentar, con relativo éxito, la ofensiva de las tropas.
Con todo, el flanco financiero de las Farc depende cada día más del narcotráfico, ante la curva decreciente que muestran el secuestro y otras fórmulas de carácter extorsivo. De acuerdo con el más reciente estudio del Sistema de Monitoreo Satelital de la Organización de las Naciones Unidas (Simci), las Farc producen cerca de 510 toneladas de cocaína anualmente.
¿Qué sigue?
Pero el hecho de que las Farc se encuentren duramente golpeadas en el terreno militar y prácticamente sin ningún juego político nacional e internacional, mucho más después del fracaso de la mediación de Hugo Chávez y la facilitación de Piedad Córdoba para lograr el intercambio humanitario, no significa que ese grupo guerrillero se encuentre al borde del colapso. Para el analista político Alejo Vargas, "las Farc en su historia han sido muy capaces de adaptarse a los nuevos desarrollos de sus contrincantes. Una derrota militar no es posible en el corto plazo". El analista sostiene, además, que pese a haber perdido un buen número de hombres en los últimos años, todavía mantiene una fuerza militar suficiente para seguir enfrentando al Ejército Nacional y por ello "no puede subestimarse su capacidad de reacción".
Una visión distinta tiene Jorge Rojas, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes, quien sostiene que "las Farc se trasladaron a Amazonas, Guainía, Vichada y Vaupés, en un proceso de copamiento de territorio. Es una estrategia de expansión de su retaguardia en 360.000 kilómetros de selva en la Orinoquía, donde es posible un escalonamiento del conflicto".
Pablo Casas, investigador de la Fundación Seguridad y Democracia, explica que la política de Seguridad Democrática ha puesto a las Farc en las condiciones de hace 10 años y por eso optaron por el repliegue a sitios apartados. "Ha habido un repliegue muy importante y se han visto obligadas a volver a zonas más apartadas reduciéndose sustancialmente su capacidad operativa. Asimismo, se han debilitado en sus estructuras de apoyo -dice el investigador-. Sin embargo, aún falta golpear las estructuras más fuertes en su capacidad militar".
Uno de los más acuciosos analistas del comportamiento de las Farc es Carlos Lozano, director del periódico Voz Proletaria, quien sostiene que "es cierto que las Farc han sufrido un desgaste militar producto del Plan Patriota y las estrategias de la Seguridad Democrática. Pero no se puede hablar de unas Farc derrotadas y ellas insisten en mantenerse en una guerra de guerrillas".
Carlos Medina, profesor de la Universidad Nacional, que acaba de terminar un estudio sobre las Farc y el Eln, precisa que las guerrillas avanzan en uan especie de "repliegue táctico, militar y político", planeado para no agotar a sus hombres puesto que tienen claro que están perdiendo una de las batallas que más le preocupan: la política. Y agrega que "el operativo militar que más ha golpeado a las Farc, luego de la ruptura de las conversaciones de paz en San Vicente del Caguán con el gobierno de Pastrana, han sido los consejos comunitarios realizados por Uribe, pues es evidente que las Farc no tienen un brazo político reconocido en el país, mientras que otros sectores se afianzan en la oposición sin necesidad de utilizar las armas, como es el caso del Polo Democrático".
Teófilo Vásquez, investigador del Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep, sostiene que las Farc están en un repliegue táctico ordenado que podría obedecer a las acciones emprendidas dentro de la Seguridad Democrática. "Parece que están esperando, aguantando la embestida para luego contraatacar", dice, aunque también reconoce que ese grupo guerrillero ha sido golpeado por la Seguridad Democrática.
Indudablemente, la ofensiva lanzada contra las Farc en los últimos años, con el apoyo de Estados Unidos a través del Plan Colombia, ha dado resultados, lo cual no significa que estén acabadas o que su derrota militar sea inminente. El presidente uribe ha utilizado la metáfora de la culebra para indicar que la tarea es larga. En esos términos habría que decir que aunque la culebra está debilitada, se resiste a morir.
OPTIMISMO
Los buenos resultados de las últimas semanas se han visto reflejados en las encuestas. El Gallup Poll de noviembre indica que el 63% de los encuestados cree ahora que es posible vencer a la guerrilla. En septiembre esa cifra era del 59%.
En la misma medición aumentó del 70 al 76% la imagen favorable de las Fuerzas Militares y su desfavorabilidad bajó del 25 al 19%. La imagen favorable de la Policía subió del 56 al 65% y la desfavorable bajó del 39 al 31%. En contraste, el 93% de los encuestados tiene una imagen desfavorable de las Farc, frente al 1% de favorable.
EL FLANCO FINANCIERO
Cuatro de los 11 secuestros de carácter extorsivo atribuidos a las Farc en 2006 tuvieron una particularidad: los captores no exigieron dinero en efectivo para el rescate sino que usaron las razones sociales de empresas de propiedad de las víctimas y sus cuentas personales para mover no menos de 11 millones de dólares que serían blanqueados en las corrientes financieras.
Ese fenómeno demuestra dos cosas: que esa guerrilla se ha alejado de los métodos tradicionales de secuestro como fuente de financiación y prefiere cada vez más apelar a maniobras extorsivas que le sirvan para cubrir operaciones de lavado de recursos provenientes del narcotráfico.
Y es que según el más reciente informe del Simci, sistema de monitoreo satelital de la Organización de Naciones Unidas, las Farc producen cerca de 510 toneladas de cocaína anualmente, que podrían dejarles más de 750 millones de dólares de utilidades. Sus centros de producción y acopio de la droga están localizados en 89 municipios, sobre terrenos aptos para el cultivo de 85.750 hectáreas de hoja de coca.
De acuerdo con un documento del Grupo de Acción Financiera de Sudamérica contra el Lavado de Activos (Gafisud), anualmente dentro del circuito financiero y comercial colombiano son 'blanqueados' unos 3.500 millones de dólares, 600 de los cuales son movidos por la guerrilla.
Los buenos resultados de las últimas semanas se han visto reflejados en las encuestas. El Gallup Poll de noviembre indica que el 63% de los encuestados cree ahora que es posible vencer a la guerrilla. En septiembre esa cifra era del 59%.
En la misma medición aumentó del 70 al 76% la imagen favorable de las Fuerzas Militares y su desfavorabilidad bajó del 25 al 19%. La imagen favorable de la Policía subió del 56 al 65% y la desfavorable bajó del 39 al 31%. En contraste, el 93% de los encuestados tiene una imagen desfavorable de las Farc, frente al 1% de favorable.
EL FLANCO FINANCIERO
Cuatro de los 11 secuestros de carácter extorsivo atribuidos a las Farc en 2006 tuvieron una particularidad: los captores no exigieron dinero en efectivo para el rescate sino que usaron las razones sociales de empresas de propiedad de las víctimas y sus cuentas personales para mover no menos de 11 millones de dólares que serían blanqueados en las corrientes financieras.
Ese fenómeno demuestra dos cosas: que esa guerrilla se ha alejado de los métodos tradicionales de secuestro como fuente de financiación y prefiere cada vez más apelar a maniobras extorsivas que le sirvan para cubrir operaciones de lavado de recursos provenientes del narcotráfico.
Y es que según el más reciente informe del Simci, sistema de monitoreo satelital de la Organización de Naciones Unidas, las Farc producen cerca de 510 toneladas de cocaína anualmente, que podrían dejarles más de 750 millones de dólares de utilidades. Sus centros de producción y acopio de la droga están localizados en 89 municipios, sobre terrenos aptos para el cultivo de 85.750 hectáreas de hoja de coca.
De acuerdo con un documento del Grupo de Acción Financiera de Sudamérica contra el Lavado de Activos (Gafisud), anualmente dentro del circuito financiero y comercial colombiano son 'blanqueados' unos 3.500 millones de dólares, 600 de los cuales son movidos por la guerrilla.
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