I have a dream today, someday, little black boys and little black girls will join hands with little white boys and white girls and walk together as sister and brothers...
Todavía, tengo un sueño. (...)
Tengo un sueño de que, un día, esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo.
Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales. (...)
Tengo un sueño de que mis cuatro hijitos un día vivirán en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel, sino por su carácter....
Esta es nuestra esperanza. (...)
Con esta fé podremos, de una montaña de desesperación, labrar una piedra de esperanza.
Con ésta fé, podremos transformar el cencerreo discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad.
Con ésta fé, podremos trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ir juntos a prisión, escalar en lo alto en busca de nuestra libertad, sabiendo que un día seremos libres". Marthin Luther King, discurso "Tengo un sueño"ante la estatua de Lincoln en Washington DC, 28 de agosto de 1963.
(Y es que) Nuestras vidas empiezan a acabarse el día que guardamos silencio sobre las cosas que realmente importan”. MLK
A las 18 horas del 4 de abril de 1968, justo hace 40 años, en un balcón de un hotel en Memphis, Tennessee, Martin Luther King fue asesinado. El magnicida le disparó una bala con un rifle que le provocó destrozos mortales. Falleció una hora después en un hospital, tenía 39 años de edad.
El asesino, un hombre blanco que se había escapado de la prisión, se llamaba James Earl Ray.
Cuando se conoció su muerte, la rabia y la violencia se propagaron en forma de disturbios por más de un centenar de ciudades de EE UU; era el final amargo de una era de sueños y esperanzas.
"Fue el odio en esta tierra el que me quitó a mi hijo", dijo su padre, el pastor que en mucho le había inculcado a Martin los vlores de la dignidad y la justicia.
Pero cuando la bala le destrozó el cuello a Luther King, ya su movimiento había conseguido importantes cambios en las estructuras de poder de la sociedad norteamericana. ¡Lo mataron a él pero no a su sueño!
Luther King era un hombre profundamente religioso, creció en una iglesia protestante; hijo de un predicador, como también lo había sido su abuelo, su bisabuelo, su hermano y su tio.
Pero fue su madre, Alberta Williams -también hija de un pastor-, quien le enseño que el sistema de segregación racial que conocio de niño no era el resultado de un orden natural, sino una condicional social impuesta por la sociedad.
Después inspirado en en Ghandi aprendió a luchar por sus derechos con el arma de la no violencia, y en pocos años se convirtió en la figura simbólica, nacional e internacional, de una revolución protagonizada por los negros del sur de EE UU.
Clro que el movimiento por los derechos civiles no fue un camino de rosas, hubo muchos decesos; odios y rencores se generaron. Pero al final hubo buenas cosechas, como la Civil Rights Act de 1964, firmada por el demócrata Lyndon Johnson -aunque a decir verdad impulsada por el malogrado John F. Kennedy; el acta prohibió la discriminación en el trabajo por motivos de raza o género, y los trabajadores negros y las mujeres comenzaron a rechazar el tratamiento de segunda clase que se les daba en muchas industrias y servicios.
Un año después, se modificó el sistema electoral de EE UU al garantizarse el derecho al voto de los negros. Luther King se lo había pedido de forma urgente al demócrata Johnson, en una reunión que mantuvieron en la Casa Blanca tras obtener el premio Nobel de la Paz de 1964.
En enero de 2006 falleció su esposa Coretta Scott King.
Desde hace 40 años muchas cosas han cambiado en ese país, desde el surgimiento de los movimientos de protesta a favor de los derechos civiles. Las políticas de los derechos civiles fueron apoyadas por los gobiernos democrátas, y curiosamente en 40 años, éstos sólo han gobernado doce años; cuatro con Carter y ocho con Clinton; los republicanos 28 años.
Dice Julián Casanova (Raza y género en Estados Unidos/EL PAIS; 08/02/2008) que "sin esas movilizaciones, que abrieron las puertas de las reformas políticas, ni Barack Obama ni Hillary Clinton estarían luchando hoy por la presidencia del país más poderoso del mundo. Pero la libertad y la dignidad para millones de mujeres y negros no pudieron ganarse sin un desafío fundamental a la distribución existente del poder...."
Agrega Casanova que "todos sus presidentes, desde George Washington a George W. Bush, cuarenta y tres en más de doscientos años, han sido hombres y blancos. Esa historia puede cambiar el 4 de noviembre de 2008. Y entonces se haría realidad aquella predicción que lanzó Martin Luther King a mediados de los cincuenta en Alabama, cuando él era un joven de 26 años y comenzaba a surgir en ese Estado el movimiento por los derechos civiles: "En los libros de historia que escribirán las generaciones futuras, los historiadores tendrán que hacer una pausa y decir: 'Allí vivió un gran pueblo -el pueblo negro- que inyectó nuevos propósitos y dignidad en las venas de la civilización". Eso es lo que está también en juego ahora, que la elección de un negro o de una mujer deje atrás la parte más oscura del legado racista y los prejuicios contra el feminismo y las luchas políticas y sociales de las mujeres. Se trata de algo más que una batalla simbólica o cultural. Son las políticas de identidad".
Por cierto, se conmemoró en Memphis los 40 años de la muerte de Luther King. Una nota de Wood Baird para The Associated Press, firmada por Wood Barid desde Memphis, informa que candidatos presidenciales, activistas y miles de personas se reunirán en Memphis el viernes para honrar la memoria de Martin Luther King Jr.
"El país completo retrocedió" cuando King fue asesinado por un disparo de fusil el 4 de abril de 1968, dijo la escritora Cynthia Griggs Fleming, una de muchos historiadores, comentaristas y activistas que están en la ciudad para paneles y conferencias sobre el legado de King.
En una charla el jueves en una iglesia en Memphis, Fleming dijo que King le aconsejó a los seguidores que siguiesen trabajando por al igualdad de derechos para todos los ciudadanos, "que siguieran avanzando", no importa los obstáculos que enfrentasen.
Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y John McCain iban a tomar parte en actos por el aniversario, entre ellos una marcha a través de Memphis y la colocación de ofrendas florales en el sitio en el que el líder cívico fue asesinado. El senador Barack Obama, rival demócrata de Clinton, estará de campaña en Indiana.