Millones y “millonas”/Ignacio M. Roca es catedrático de lingüística.
Publicado en El País |
La confusión entre el sexo y el género sigue
rampante en algunas (quizá privilegiadas) cabezas. El problema no es puramente
escolástico, ni menos aún personal suyo, sino que nos afecta a todos. Porque
desde esas cabezas pasa a sus respectivas voces y escrituras, y de estas a los
oídos y ojos de cualquiera que esté a su alcance. Desde ahí inexorablemente se
mete en su cerebro, en el que irremediablemente se instala la misma confusión.
Quizá el lector recuerde el revuelo provocado por
el neologismo puntual “miembra” salido hace unos pocos años de la boca (y por
tanto del cerebro) de la entonces ministra española de Igualdad Bibiana Aído.
El público manifestó en masa su desagrado y la señora ministra se vio obligada
a rectificar.Ahí más o menos acabó todo, al menos en España: el mundo hispanohablante es ancho, y en parte ajeno por la distancia. Ahora llegan noticias de Venezuela, el país de la constitución dobletista (“los venezolanos y las venezolanas”), de que en efecto hay un límite a lo que el hablante inocente puede tolerar y aguantar.