El 2012 está abierto: para todos/Jorge G. Castañeda
Publicado en Reforma, 16 de ulio de 2009
Conforme van publicándose los resultados de las encuestas de salida del día de las elecciones, vamos teniendo una idea más clara tanto del perfil del votante real como de sus motivaciones al sufragar. Además de corroborar o corregir algunas de las apreciaciones del botepronto que incluí en un artículo publicado la semana pasada en el diario español El País, quisiera compartir con los lectores los datos de algunos estudios de boca de urna que me parecen más interesantes.
Primero sobre el resultado: el gran avance del PRI simplemente no fue tal en términos relativos. En las elecciones intermedias de 2003 el PRI obtuvo 36.8% del voto emitido (incluyendo los nulos y los de partidos que posteriormente perdieron su registro); en las elecciones del 5 de julio, el PRI obtuvo 36.9%, es decir, exactamente lo mismo. La debacle del PAN tampoco fue tal: Acción Nacional obtuvo el 30.7% en 2003 y 28% en 2009, apenas 2.7% menos. Si nos vamos a la votación efectiva, al PRI le va un poquito mejor y al PAN también, aunque se abre la brecha entre ambos: en el 2003 fue de 6.3% y en el 2009 de 9.4%. La hecatombe panista sucedió en los medios, en las percepciones y en elecciones locales (Querétaro, Guadalajara, Mérida, Cuernavaca, estado de México, por mencionar algunas), en la reacción intempestiva y desafortunada del gobierno y de su dirigencia, y en haber colocado la vara demasiado alta: superar el número de diputados obtenidos por el PAN bajo Fox, en 2003.
Sobre los votantes de verdad existentes, tres datos destacan de la encuesta de salida de Roy Campos de Consulta Mitofsky. En primer lugar, el 59.4% de quienes sufragaron el domingo contaban con educación secundaria y/o preparatoria, mientras que menos de 30% sólo habían cursado la primaria. El electorado real se ha ido educando. El 84.5% fue de origen urbano: el campo votante se va vaciando. Sobre este mismo punto, la encuesta de salida de GEA-ISA, y el sentido común, indican que entre más urbano, mayor nivel de escolaridad y mayor ingreso, más panista el votante. El 44% de los sufragantes con ingresos familiares mensuales superiores a 9,601 pesos votaron por el PAN, es decir 50% más que el promedio nacional.
De nuevo según Mitofsky, el 66% de los electores consideró que los problemas económicos eran los más importantes, mientras que sólo el 26% consideró que la seguridad era primordial. Aquí yace probablemente la explicación de la relativa derrota del PAN, aunque la encuesta de GEA-ISA no arroja los mismos resultados. Por otra parte, de acuerdo con GEA-ISA, el PAN rebasó o empató con el PRI entre los votantes con teléfono, con internet, o que adquirieron una vivienda después del 2001.
La gente sí premia los logros de los últimos tres gobiernos -Zedillo, Fox y Calderón- y se los atribuye al PAN, aunque el PAN no quiera.Por último, la encuesta de salida de Berumen para la Fundación Este País y Federico Reyes Heroles sobre el perfil de quienes anularon su voto muestra que fueron significativamente más jóvenes que los otros votantes, y que entre ellos figuró un número superior de estudiantes y de profesionistas independientes. Como era de esperarse, la proporción de anulistas con un nivel de escolaridad de licenciatura y más, fue muy superior a la proporción de votantes por partidos. Por último, los anulistas se concentraron de manera muy significativa en la circunscripción número 4 (la que incluye al Distrito Federal) ya que el 36% del total de anulistas procedió de esa circunscripción, mientras que sólo el 17% de los votantes no anulistas se halló en la misma.
Conclusiones: el electorado real de México es cada vez más clasemediero. La clase media es cada vez más panista -a pesar de todos los errores del PAN. El PRI tiene un techo a nivel nacional, que se nota más cuando lo que está en juego es la Presidencia de la República. Donc el 2012 está abierto: para todos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario