Agentes de la TSA operan en aeropuertos de México
Verónica Espinosa y Gabriela Hernández
Revista Proceso # 1816, 21 de agosto de 2011
John S. Pistole, director de la Transportation Security Administration (TSA), uno de los organismos de seguridad creados por el gobierno de Estados Unidos luego de los atentados a las Torres Gemelas en 2001, lo admite sin ambages: la agencia es “la última línea de defensa contra el terrorismo internacional”. De ahí que sus empleados realicen periódicamente verificaciones sobre la seguridad en los aeropuertos de su país, y aun del extranjero. En las terminales aéreas mexicanas, los agentes hacen sus “tareas de rutina” cada año sin que nadie les estorbe, como lo hicieron recientemente en Querétaro, Puebla y Guadalajara.
PUEBLA, PUE.- Están en todo.
Agentes de la Administración de Seguridad en Transporte (Transportation Security Administration, TSA), adscrita al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, realizan inspecciones periódicas en aeropuertos para verificar los esquemas de seguridad en vuelos y aerolíneas en las que viajan sus connacionales…
El problema es que lo hacen en territorio mexicano.
Y aun cuando la TSA, creada a raíz de los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, se encarga del monitoreo, supervisión e implementación de protocolos de seguridad interna en los aeropuertos y el transporte terrestre –como los ferrocarriles– en su país, desde hace dos semanas varios integrantes de esa corporación realizaron la verificación anual en los aeropuertos de Guadalajara, Querétaro y en el de esta ciudad.
Lo grave es que ese tipo de inspecciones ya son vistas como “trabajo de rutina” por las autoridades mexicanas encargadas de los aeropuertos nacionales y aerolíneas, en particular las que cuentan con vuelos de ida y vuelta a ciudades estadunidenses.
De acuerdo con su página electrónica (www.tsa.gov), la agencia es responsable “de proteger los sistemas de transporte de la nación (Estados Unidos)”, así como de desarrollar programas de seguridad y regulaciones para todos los medios de transporte y proveer de seguridad a los aeropuertos.
La TSA cuenta con 50 mil oficiales de todos los rangos que se ocupan en todo tipo de faenas; algunos se especializan en la búsqueda de bombas en el transporte ferroviario; otros se infiltran entre los pasajeros de un vuelo “para garantizar la seguridad de todos los modos de transporte”.
La información del sitio oficial también deja en claro que, en vista de los cientos de vuelos internacionales que arriban diariamente a territorio estadunidense, además de garantizar la seguridad de la aviación nacional la TSA trabaja mediante convenios internacionales “para proteger la red de transporte global”.
Incluso brinda asistencia a gobiernos extranjeros en capacitación para la seguridad aeroportuaria y de otros sistemas de transporte y “revisa las estrategias de mitigación de amenazas” en más de 300 aeropuertos en el mundo. “Gracias a sus esfuerzos, la TSA ha investigado con éxito todos los aeropuertos con vuelos directos a Estados Unidos”.
De hecho, la agencia actúa en sociedad con organismos internacionales, como el Grupo de los Ocho (G8) y la Organización de la Aviación Civil Internacional; además ha firmado acuerdos bilaterales “con muchos países de América del Sur, América Central, Europa, América del Norte, África, Oriente Medio y la región de Asia y el Pacífico”.
En mayo pasado, su director, John S. Pistole, reunió en el Congreso Nacional a personal de los aeropuertos de Estados Unidos luego de la captura y muerte de Osama Bin Laden. Ahí definió a la TSA como “la última línea de defensa”. Su propósito era aclarar que esa acción marca el fin del esfuerzo estadunidense en la lucha contra el terrorismo internacional.
“Debemos permanecer vigilantes tanto en casa como en el extranjero”, expuso Pistole. Y así lo hacen sus agentes en territorio mexicano.
Visita de rutina
Entre el lunes 8 y el sábado 13, los inspectores de la TSA estuvieron comisionados en las terminales aéreas para evaluar las actividades de las compañías y las aeronaves, pero sobre todo para comprobar que se aplican todas las directrices de seguridad.
Según corroboró Proceso, los agentes de la TSA Arnolfo Salinas y Kent Hofle estuvieron en los aeropuertos de Querétaro durante tres días, a partir del lunes 8, y luego se desplazaron al aeropuerto Hermanos Serdán en Puebla, donde permanecieron hasta el sábado 13.
Personal de esa terminal confirmó que Salinas y Hofle llegaron el miércoles 10 por la noche en el vuelo 2870 de Continental, procedente de Houston. Ambos se identificaron como representantes de la TSA.
El día anterior, Salinas y Hofle estuvieron en el aeropuerto de Querétaro, adonde llegaron acompañados por empleados adscritos a la delegación de la Procuraduría General de la República, que también se presentaron con los responsables de la administración de las instalaciones.
De Querétaro salen vuelos hacia dos aeropuertos internacionales de Texas: el George Bush, ubicado en Houston, y el Forth Worth, de Dallas; este último lo cubre American Airlines desde su inauguración, en noviembre de 2004. Para 2009 registraba un aforo superior a los 250 mil usuarios.
Ya en Puebla, el jueves 11 Salinas y Hofle hicieron la revisión de todo el proceso de seguridad relacionado con el vuelo diario de Aerolínea Continental hacia el aeropuerto George Bush. Al día siguiente por la mañana, los agentes de la TSA completaron su trabajo con una revisión de la compañía aérea.
Interrogado al respecto, un directivo del aeropuerto local comenta: “Ellos se identifican como personal de la TSA y nosotros estamos obligados a cooperar con todo lo que nos pidan sobre revisiones“.
“Recorren y supervisan todo el proceso de seguridad: se paran en el arco y vigilan cómo realizan las revisiones de equipaje en mano para el vuelo, sobre cómo identificar posibles fallas del equipo de rayos x, que se haga bien el procedimiento para detectar posibles explosivos y otros puntos de seguridad”, precisa.
“Si no pasamos las pruebas, el riesgo es que nos cancelen el vuelo a Houston”, subraya, y aclara que Puebla tiene un vuelo diario de llegada y otro de salida a esa ciudad texana.
El entrevistado, que se negó a proporcionar su nombre, comenta que los inspectores de TSA siempre llegan solos a efectuar su trabajo; nunca los acompañan funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
No obstante, la embajada estadunidense suele notificar de manera oficial sobre la visita de los agentes de la TSA a varias instancias, entre ellas la PGR, con el propósito de obtener credenciales que les faciliten su desplazamiento dentro de las instalaciones aeroportuarias.
Personal de seguridad del aeropuerto de esta ciudad confirma a las reporteras que las revisiones de los agentes estadunidenses son periódicas; incluso asegura que el año pasado sólo se inspeccionó a la aerolínea Intercontinental; también dice que la anterior verificación de seguridad al personal del aeropuerto Hermanos Serdán se efectuó en 2009.
En esa ocasión, dice, “revisaron nuestros controles de acceso, el funcionamiento de la seguridad, el estado físico y medidas de la malla perimetral. En el aspecto administrativo, nuestro programa local de seguridad y nuestros manuales”.
La mañana del miércoles 17, Salinas y Hofle auscultaron la aerolínea, también revisaron el equipaje, la carga de los aviones y el abordaje.
Elementos de seguridad del aeropuerto Hermanos Serdán afirman que todos los países que tienen algún aeropuerto con vuelos hacia Estados Unidos “son revisados por elementos de la TSA”. Dicen incluso que la agencia es un organismo internacional que se maneja con base en la Norma Oaci (Organización Internacional de Aviación Civil). “Aquí en México lo hace con base en otras leyes y reglamentos”, afirma uno de los trabajadores del aeropuerto.
Dice que los inspectores de TSA elaboran sus reportes en Houston, donde los evalúan sus superiores, quienes mandan las conclusiones a la DGAC; ellos, a su vez, envían la información a los directivos de cada aeropuerto.
Salinas y Hofle partieron a las 7:05 de la mañana del sábado 13 en el vuelo 2854 de Continental rumbo a Houston, Texas.
Información reservada
En el aeropuerto internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara nadie informa sobre la presencia de personal de agencias estadunidenses en labores de supervisión de seguridad.
Sin embargo, trabajadores de la terminal aseguran a Proceso que las agencias de Estados Unidos tienen anuencia del gobierno federal para esos operativos de inspección. Admiten incluso que las medidas de seguridad se intensificaron con motivo de los XVI Juegos Panamericanos, que se inaugurarán el próximo 14 de octubre.
En un recorrido por el aeropuerto tapatío, que mueve diariamente a 16 mil viajeros mexicanos y extranjeros, un policía privado comenta que la presencia de militares, federales o quizás de agentes extranjeros se incrementará de manera paulatina en las próximas semanas.
El jefe de Comunicación Social del Grupo Aeroportuario del Pacifico (GAP), el español Miguel Ángel Aliaga, aclara que la información relacionada con seguridad es un tema ajeno al trabajo que realiza el conglomerado ibérico y está reservado exclusivamente para las autoridades federales y el Ejército.
Cuando se le pregunta a Aliaga acerca de la participación de agentes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) o de otras agencias de ese país en labores de inspección sobre la seguridad que ofrece el aeropuerto local, el directivo del GAP responde: “Nosotros sólo somos administradores; el apartado de vigilancia y seguridad lo realizan las autoridades federales”.
No obstante, Aliaga admite que en caso de que haya agentes estadunidenses en la terminal aérea, eso no debe sorprender a nadie por una sencilla razón: una de las delegaciones deportivas más numerosas que arribarán a Guadalajara en octubre será la de Estados Unidos. (Con información de Alberto Osorio).
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