2 mar 2012

Octavio Paz y Elena Garro





 
Elena Garro, la Mujer de Octavio Paz.
Octavio Paz se casó con Elena n 1937, con quien se fue a España ese año para apoyar la causa republicana. Procrearon una hija: Laura Helena, “La Chata”;  Veinte años duro el matrimonio, en 1957 se divorciaron.
En 1968 Garro se autoexilio del país a raíz del movimiento estudiantil y residió 20 años en España y Francia. Años después- en 199-3 regreso a México, dijo entonces "siempre cambiar a mi edad es asustante, pero quedarme allá lo era más. Mi hija estaba empeñada en venirse a México..." Dijo que tantos años fuera de su país le significaron "mucha pena" y afirmó que no perdió contacto con la literatura mexicana: "Yo leía a los escritores de mi país, pero ellos no me leían a mí...
Elena Garro, tenía en sus lectores preferidos a Homero, Aristófanes, Cervantes, Novalis, Ernst Junger, Shakespeare, Dante, Goethe, López Velarde, Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes, Juan Ruiz de Alarcón, (ah) y la poesía de Octavio Paz...
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Excelente reportaje de Rafael Cabrera en Reforma, publicado en tres partes, del al 3 de marzo de 2012.
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La historia detrás de la novela que gestó el realismo mágico había iniciado.
En junio de 1952, Elena Garro parte junto con su hija rumbo a Tokio, donde se reuniría con Octavio Paz
Reforma, primera parte 1 de marzo de 2012.
Resguardado en el Archivo General de la Nación (AGN) y en el Archivo Histórico Genaro Estrada de la Cancillería, un conjunto de cartas y telegramas reconstruyen la enfermedad que casi mata en 1952 a la incipiente narradora Elena Garro y cómo, su entonces esposo, el poeta y diplomático Octavio Paz, gestionó ante el Gobierno mexicano su traslado de Tokio hacia Berna, Suiza, para salvarle la vida.
La correspondencia diplomática resulta, vista desde nuestros días, una paradoja: Garro es exhibida como un ser anónimo, sin luz ni personalidad, jamás es mencionada por su nombre, únicamente es la mujer de Paz, pero de esa crisis de salud y su posterior convalecencia surgió la obra que, al paso de los años, le daría su lugar en las letras del mundo.
Los documentos que narran este pasaje poco documentado hasta ahora de la vida de Garro, se encuentran en los acervos de la correspondencia personal del ex Presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952), en el AGN, y en el archivo personal de Octavio Paz que guarda la Cancillería.
Oriente lejano
La historia de la familia Paz Garro en Tokio inició el 8 de mayo de 1952, cuando Octavio fue designado como encargado de negocios con el fin de restablecer las relaciones entre México y Japón, rotas por el Gobierno de Manuel Ávila Camacho a raíz del ataque japonés a Pearl Harbor en 1941.
Su tarea fue preparar el camino para un Embajador.
Elena y Octavio se casaron en 1937 en la Ciudad de México y formaron la que era considerada una de las parejas más bellas de la época: ella era rubia, de 21 años y estudiaba Letras en la UNAM. Él, apuesto y de ojos azules, de 23 años y pasante de Derecho, según consta en el acta de matrimonio, conservada en el expediente del poeta.
A los pocos meses de casados viajaron a España, durante la Guerra Civil, para el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Ahí convivieron con poetas y artistas como Pablo Neruda, César Vallejo, Silvestre Revueltas y David Alfaro Siqueiros, entre otros.
En 1939, la pareja tuvo a su única hija, Laura Helena Paz Garro, conocida en la familia como "La Chata". Nació el 12 de diciembre, un día después del cumpleaños de su madre, y los acompañó a los países donde Paz tuvo obligaciones como diplomático.
En mayo de 1952, Paz estaba en la representación mexicana en Nueva Delhi, India, mientras Elena y su hija vivían en Francia. Fue entonces cuando el Gobierno los envió al lejano oriente.
"Gírense las órdenes necesarias a fin de que el C. Octavio Paz, Segundo Secretario del Servicio Exterior adscrito a nuestra Misión Diplomática en Nueva Delhi, India, se traslade a la ciudad de Tokio, en donde quedará acreditado con el carácter de Encargado de Negocios a.i. ante el Gobierno del Japón", señala el acuerdo firmado por el entonces Canciller, Manuel Tello Baurraud.
A semanas de emitida la orden de traslado que lo convertía en el diplomático mexicano de más alto rango en Japón, Paz recibió de Relaciones Exteriores las órdenes de pago para viajar y establecer a su familia en Tokio.
Los tres recibos conservados, fechados el 26 de mayo, detallan que Paz recibió 178 dólares para su instalación en Tokio, 78 dólares de viáticos para él, Elena y su hija durante el viaje, y mil 243 dólares por concepto de los pasajes aéreos desde Nueva Delhi.
Los documentos sugieren que la Cancillería desconocía que Elena y su hija no vivían con Paz, sino en París, pues el dinero enviado era para pagar el traslado de los tres desde Nueva Delhi.
El poeta arribó a Tokio el 5 de junio para instalarse en las habitaciones del Hotel Imperial y comenzó a experimentar los altos costos de la vida en la posguerra y la devastación causada por las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en 1945.
El 8 y 13 de junio, Paz envió extensas cartas al Canciller Manuel Tello, describiendo su situación económica, sus necesidades apremiantes y cómo fue recibido. No dudó en juzgar a Tokio como "la ciudad más cara del mundo", por encima de Nueva York o París. Las cartas muestran al poeta ante lo ordinario de la vida.
La carestía no impidió que Paz supiera comprender el espíritu y dignidad del pueblo japonés e incluso que juzgara a esa sociedad como superior a la europea.
"Mis primeras impresiones son muy favorables. Me ha sorprendido la cortesía y gentileza de los funcionarios del Ministerio de Negocios Extranjeros. También el estado –acaso aparente- de prosperidad general. No se ven mendigos. La gente parece sana y alegre", narra el 8 de junio.
En su carta del 13 de junio, el poeta subraya la falta de instalaciones para la misión diplomática y el elevado costo del hotel.
"He continuado la búsqueda de casa y oficinas, sin gran éxito por el momento. Me dicen que es mucho más fácil –y acaso más barato- comprar una casa o construirla. A la llegada del señor Embajador podrá verse qué es lo que resulta más conveniente. Es igualmente difícil encontrar oficinas. Podría resolverse provisionalmente el problema.", escribió.
Océanos de por medio
Las dificultades no fueron exclusivas de Paz, en Francia Elena y su hija enfrentaron las complicaciones de un viaje urgente. La escritora dejó constancia en sus diarios publicados por Patricia Rosas Lopátegui en 2003, en el libro Testimonios sobre Elena Garro.
Elena y su hija, de 12 años de edad en ese entonces, recibieron la instrucción de Paz, vía correo, de trasladarse solas y de forma urgente de París hacia Tokio, a bordo del barco "La Marseillaise".
La narración de Garro deja ver a una familia fracturada. Madre e hija deambularon por consultorios parisinos para aplicarse las vacunas reglamentarias contra enfermedades del continente asiático (tifus, viruela, peste, difteria, fiebre amarilla y cólera, entre otras) y en sólo 10 días se aplicaron las dosis que debían recibir, según las recomendaciones médicas, en dos meses. El cuerpo se los reclamó y la fiebre las invadió.
El 6 de junio, madre e hija partieron en un viaje interoceánico que las llevó por Egipto, el Canal de Suez, Somalia, Sri Lanka, Singapur y Hong Kong, hasta llegar a la capital japonesa.
Helena Paz quedó fascinada con los paisajes de la Ruta de la Seda y la Ruta de las Especias, y probar la comida y los dulces de Las Mil y una Noches, pero a Garro le aterró el continente asiático y el calor le resultó agobiante.
En Japón, la familia Paz Garro se reunió para enfrentar las penurias económicas. Vivieron en un cuarto de hotel y el gasto para la comida estaba restringido.
Pasarían sólo dos meses para que la salud de Garro decayera y llevara a Paz a un intenso intercambio telegráfico y de misivas para salvar a su esposa.
La historia detrás de la novela que gestó el realismo mágico había iniciado.
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Garro y Paz: Entre telegramas

Los telegramas de Paz de 1952 dan testimonio del amor y la preocupación que sintió por Elena Garro durante su enfermedad

Reportaje de Rafael Cabrera

Reforma (2 marzo 2012).- Segunda parte

En 1952, la gente solía esperar ya fuera una carta, una llamada, o a alguien. Había prisa, pero también paciencia, y la forma más rápida de comunicarse era el telegrama. Antes del e-mail y el SMS, las desgracias y los asuntos importantes viajaban en esas papeletas de palabras y redacción metidas en corsé.
El 19 de septiembre de ese año, dos mensajes telegráficos llegaron a la residencia oficial de Los Pinos y a la Cancillería mexicana. Ambos contenían un lejano eco de Japón.
El Embajador de México ante el país asiático, Manuel Maples Arce, comunicaba al entonces Presidente, Miguel Alemán Valdés, y al Canciller, Manuel Tello, una emergencia: la esposa del Secretario de la Embajada, Octavio Paz, sufría una grave enfermedad y su vida estaba en riesgo. Se trataba de Elena Garro.
"SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
"LOS PINOS DF
"ATREVOME A DISTRAER SU ATENCION IMPELIDO ASPECTO HUMANO ASUNTO EXPONGOLE DOS PUNTOS ESPOSA SECRETARIO PAZ HALLASE GRAVEMENTE ENFERMA ESPINA DORSAL CON PELIGRO PARALISIS PUNTO MEDICOS RECOMIENDAN SANATORIO SUIZA PUNTO ATENCION ESTADO SU ESPOSA Y ANTECEDENTES SECRETARIO PAZ TANTO COMO FUNCIONARIO COMO ESCRITOR SUPLICO SEA TRASLADADO LEGACION BERNA O DELEGACION GINEBRA DONDE PODRA ATENDER SU ESPOSA PUNTO ROGANDOLE ACUERDO FAVORABLE POR RAZONES HUMANAS ALUDIDAS QUEDOLE PROFUNDAMENTE RECONOCIDO ANTEMANO EN NOMBRE PROPIO Y PAZ POR BENEVOLA ATENCION RESPETUOSAMENTE.
MAPLES ARCE
Es el texto conservado en el archivo histórico de la Cancillería.
El par de telegramas fueron el inicio de una larga e intensa cadena telegráfica entre Tokio y México que sostuvo el cuerpo diplomático para hallar una salida a la crisis de salud que enfrentaba Garro, una cadena que no estuvo exenta de celos políticos y de las trabas habituales, hasta hoy, en la burocracia mexicana.
Incluso Tello expresó su molestia al Embajador Maples Arce por haber importunado al Presidente Alemán:
"CONSIDERAMOS INNECESARIO E INDEBIDO HAYA USTED MOLESTADO SEÑOR PRESIDENTE CON ASUNTO DE SECRETARIA PUEDE RESOLVER punto EN CONSECUENCIA SOLICITUD DEBERA HACERSE FORMALMENTE ESTA SECRETARIA INDICANDO RAZONES POR LAS CUALES SE PIENSA QUE UNICAMENTE EN SUIZA Y NO EN MEXICO coma ESTADOS UNIDOS U OTRO PAIS PODRIA REESTABLECERSE SEÑORA PAZ POR CUYA SALUD HACEMOS LOS MEJORES VOTOS, señala el telegrama de respuesta que envió Tello el 20 de septiembre.
El Archivo General de la Nación (AGN) conserva una serie de documentos sobre este episodio, como el telegrama que Octavio Paz envió, por su cuenta, a Rogelio de la Selva, entonces secretario particular del Presidente Alemán, para pedir su ayuda.
Sin conocerlo, el poeta se atrevió a escribirle por la amistad que tenía con su hermano, el escritor Salomón de la Selva.
Aunque en 1959 Elena y Octavio se divorciarían, después de 22 años de casados, los telegramas de Paz quedan como testimonio del amor y la preocupación que sintió por ella en esos días.
En el expediente personal de Paz del Archivo Histórico Genaro Estrada de la Cancillería, también se preserva el original del diagnóstico médico de Garro, escrito en japonés, con los kanjis –caracteres japoneses– escritos a mano y tres sellos en tinta roja.
Junto con el documento, también se conserva la traducción al español que hizo Hideo Furuya de la valoración médica que realizó el médico Suichi Fukase, del Hospital Hibiya, y que fue enviada a la Cancillería para demostrar la urgencia del traslado.
Irónicamente, la enfermedad y el proceso de convalecencia que enfrentaría semanas más adelante la llevaron a escribir Los Recuerdos del Porvenir.
La petición
El 23 de septiembre, Maples Arce envió una extensa carta al Canciller Tello para argumentar las razones para trasladar a la familia a Berna, Suiza, y no a otro destino.
"Se ha pedido el traslado a Suiza por sugestión expresa del médico, quien indicó que el clima de ese país, alto y seco, era el más conveniente para la enferma", se lee en la misiva.
"Además de estas razones de orden médico se ha solicitado el cambio a Suiza por consideraciones de tipo económico. El señor Paz se ha informado de esta cuestión a través de la Legación de Suiza en este país, quien ha indicado que por la suma de 20 francos suizos diarios (un poco menos de cinco dólares) su esposa podría hospitalizarse y gozar de cuidados médicos (excepto radiografías, que se cobran por separado, y otros extras)".
El estado físico y mental de Elena se fue agravando. Pesaba 53.5 kilos al momento del diagnóstico y, de acuerdo con sus diarios, publicados en el libro Testimonios sobre Elena Garro, las altas dosis de cortisona que le fueron suministradas por el doctor Fukase para tratar la mielitis complicaron su salud y llegó al grado de padecer alucinaciones y sueños perturbadores.
La respuesta de la Cancillería mexicana para autorizar su traslado a Suiza no llegó en el mes de septiembre.
Los tiempos administrativos y el correo llevaban su propio ritmo, sin importar el resto.
Y es que antes la gente solía esperar, aunque en ello pudiera irse su vida.
Certificado médico de la señora Elena Garro
Este es el diagnóstico original que hicieron los médicos japoneses que atendieron a Garro en Tokio. Traducción del japonés.
Edad de la paciente: 35 años
Enfermedad: Mielitis y parálisis del costado izquierdo
Síntomas: dolor de la espalda, neuralgia intercostal y parálisis del brazo pierna izquierdo.
Examen corporal:
1) Constitución física y nutrición: regulares. Pecho y corazón: no se encontraron irregularidades. Abdomen: regular.
2) Se observa ligera curva en la columna vertebral, con dolor opresivo y punzante entre la primera y séptima vértebras. Siente dolor severo al mover la columna vertebral. No se observa cúpula (eminencia) en las vértebras.
3) Acción refleja de las rodillas y tendones de aquiles muy sensibles. Asimismo, se nota mucha sensibilidad de la acción refleja de los brazos. Se observa alucinación de los dedos de la mano (sic) e inestabilidad de los pasos al caminar, siendo negativas otras acciones reflejas anormales.
4) Son negativos los síntomas de enfermedad en los órganos de percepción, vejiga y recto.
5) Observación fotográfica:
a) Inflamación en la glándula linfática (adenitis tuberculosa) en el pulmón izquierdo. La sombra de la pleura está un poco inclinada al lado derecho, notándose huella de antigua inflamación en la pleura del lado derecho.
b) La curva de la columna vertebral no es muy grande. Se observa poca irregularidad en la forma de cada vértebra.
6) Peso del cuerpo: 118 libras. Presión de la sangre: 110-60 (en el brazo derecho). Examen Wa-ssermann: negativo. Precipitación de la sangre: 8-24. Contenido de la albúmina en la orina: negativo. Contenido de azúcar en la orina: negativo.
Diagnosis: Por lo anterior no se cree que el mal de la interesada sea simplemente de los pulmones o de las vértebras, sino que es una enfermedad del nervio espinal: Mielitis.
"Opinión: Por el mal que sufre la paciente existe el peligro de que, sin atención apropiada, su estado se agrave e incluso sobrevenga una parálisis completa. Por tanto, no debe seguir viviendo en Japón, considerándose que es necesario que se traslade inmediatamente a algún lugar alto, como Suiza, para someterse a una climaterapéutica prolongada.
CERTIFICO lo anterior, a 19 de septiembre de 1952
Dr. Suichi FUKASE
Director Hospital HIBIYA
(No 5 Uchisaiwai-cho 2-Chome, Chiyoda Ku, Tokio).
Traductor: Hideo Furuya

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Garro y Paz: Voz naciente
Aún queda pendiente si Octavio Paz pagó los honorarios del médico que consultó a su esposa en el curso del último trimestre de 1952
Rafael Cabrera, reportero.
Reforma, 3 marzo 2012, tercera parte.
El tiempo y la memoria fueron la materia prima de la obra literaria de Elena Garro, una memoria que, de forma obsesiva, intentó recuperar el paraíso perdido de la niñez. Y fue en la infancia, precisamente, donde la escritora halló su identidad para crear "Los Recuerdos del Porvenir".
El camino para llegar a la novela no sólo fue un asunto de inspiración. De por medio hubo miles de kilómetros por recorrer y la urgencia de sobrevivir a una mielitis aguda que la mantuvo inmovilizada y amenazó su vida.
En 1952, Garro residía con su esposo, Octavio Paz, y la hija de ambos, Helena, en Tokio, Japón, cuando fue diagnosticada.
El 19 de septiembre, Paz y el Embajador mexicano en Japón, Manuel Maples Arce, enviaron el primero de una larga serie de telegramas para que autorizaran su traslado a Berna, Suiza.
Pero los días pasaron, septiembre se acababa y la autorización no llegó con la urgencia que hubieran deseado.
El asunto escaló hasta el Presidente de México, Miguel Alemán Valdés, y su secretario particular, Rogelio de la Selva, quienes intercedieron por la familia.
Fue hasta el 2 de octubre cuando el Secretario de Relaciones Exteriores, Manuel Tello, autorizó el traslado. "Gírense las órdenes procedentes a fin de que el C. Segundo Secretario Lic. Octavio Paz, se traslade de nuestra Misión Diplomática en Tokio, Japón, a la establecida en Berna, Suiza, en donde quedará adscrito con su misma categoría, debiendo proporcionársele al efecto, los pasajes y viáticos que conforme a la ley le correspondan", se lee en la carta conservada en el archivo histórico de la Cancillería.
Al revisar la serie de cartas y telegramas conservados por la Cancillería y el Archivo General de la Nación (AGN), queda claro que la intervención de Rogelio de la Selva fue crucial para lograr el traslado de la familia, y es que Paz acudió a él sin conocerlo siquiera, pero aprovechando la amistad que tenía con su hermano, el escritor Salomón de la Selva.
Al menos así lo dejan ver dos cartas enviadas por Paz y Maples Arce en octubre de 1952 a fin de agradecerle su ayuda.
El 10 de octubre, el poeta le escribió una extensa carta llena de halagos y para ponerse a sus servicios y que, además, muestra el lado de la vida cotidiana y laboral, lejos de la poesía, que Paz vivió como funcionario del Gobierno mexicano.
"Permítame, ante todo, que lo llame amigo aunque no tengo el gusto de conocerlo personalmente. Pero su amable y eficaz intervención en la favorable resolución de mi solicitud de traslado a Suiza me autoriza, acaso sin derecho, a considerarlo como un buen amigo", dice la carta firmada por Paz.
"Sólo me resta pedirle que, si tiene oportunidad, se sirva saludar de mi parte y de la de mi esposa –en cuyo nombre también escribo estas líneas de gratitud para el Señor Presidente y para usted– a nuestro buen amigo, su hermano Salomón".
Entre la verdad y la ficción
Hay una versión, no comprobada y sólo contada en los diarios de Garro y Helena Paz, que sugiere que la propia Elena escribió al Presidente, a escondidas de su esposo. Con el humor negrísimo que la caracterizaba, le propuso que, si moría, su cadáver fuera reducido con la técnica del pueblo jíbaro del Amazonas para que el Gobierno no gastara tanto en su traslado a México.
Aparentemente el telegrama cayó en tan buena gracia del Presidente, que autorizó el traslado de la familia a Berna. De ser cierta esta versión, no hay registro de ese telegrama en ninguno de los archivos históricos.
Para el 11 de octubre, la Cancillería autorizó el pago de pasajes y viáticos para la familia: 178 dólares para su instalación en Berna, 78 dólares para sus viáticos y 2 mil 73 dólares para los pasajes de avión.
El 30 de octubre, el Embajador Maples Arce informó a la Cancillería, a través de una carta, que la familia había partido de Tokio un día antes. Así, el 29 de octubre de 1952, emprendieron un viaje de casi 10 mil kilómetros entre ambas ciudades.
La pesadilla y las dificultades de Japón habían acabado.
"Para los efectos a que haya lugar, me permito informar que el señor Octavio Paz, Secretario de esta Embajada, salió ayer de este país, por vía aérea, para tomar su nuevo cargo en nuestra Legación en Berna, Suiza.
"El Secretario Paz viaja acompañado de su esposa e hija", se lee en el texto diplomático.
Ese oficio es el último sobre ese pasaje de 1952 en el archivo personal de Paz en la Cancillería.
El resto de la historia proviene de la biografía de Garro y de lo que fue contando a lo largo de los años sobre su novela.
En 1980, mientras residía en Madrid, Elena escribió al crítico mexicano Emmanuel Carballo una extensa carta en la que le cuenta que, estando enferma en Berna en 1953, escribió "Los Recuerdos del Porvenir" como un homenaje a su infancia y al pueblo donde creció, Iguala, Guerrero, que en la novela es Ixtepec.
En una frase del libro, Elena parece condensar la sensación que experimentó por la enfermedad que la mantuvo inmóvil:
"La desdicha, como el dolor físico, iguala los minutos. Los días se convierten en el mismo día, los actos en el mismo acto y las personas en un solo personaje...".
En sus diarios, Garro narra que los médicos suizos le recomendaron una "cura de sueño" a fin de que se desintoxicara de las altas dosis de cortisona que le aplicaron en Tokio para tratar la mielitis y que le generaron no sólo malestar físico, sino alucinaciones. De ese modo pasaba la mayoría del día bajo los efectos de pastillas para dormir y sólo despertaba para comer y asearse.
En entrevista, Carballo rememora el destino errante de la novela hasta que finalmente fue editada en 1963, una década después de haber sido escrita.
"Esa novela pasó muchas desventuras. Elena la olvidó en un hotel de Nueva York, luego la quiso quemar en una estufa y alguien de su familia la rescató. Octavio después la llevó a la editorial Joaquín Mortiz sin importar los pleitos que había entre ellos. Esa obra llegó a nosotros gracias a Paz", recuerda Carballo. "Es una de las grandes novelas en español del siglo 20".
Sin embargo, aún queda un cabo suelto.
Una deuda
El 15 de octubre de 1955 llegó a la Cancillería mexicana una carta de Francisco Vázquez Treserra, Ministro de la Legación de México ante Suiza, que advertía de un viejo adeudo que reclamaba el Departamento Político Federal.
"La agencia de cobros de crédito 'Aerztliche Zentralinkassostelle' de Berna, actuando en nombre y por cuenta del Dr. Mauderli de Berna ha informado al Departamento Político que el Sr. Octavio Paz, Director General Interino de la División de Organismos Internacionales del Ministerio de Negocios Extranjeros de México, no ha pagado los honorarios del médico mencionado por consultas de su esposa en el curso del último trimestre de 1952 y el primero de 1953", se lee en la traducción del alemán conservada en el archivo de la Cancillería.
"Dicha agencia ha expuesto que el Sr. Paz, a sus numerosos recordatorios, no ha respondido. Se trata de una cuenta de Frs.ss. 85.50, a saber 75 francos de honorarios por 7 consultas y fras. 10.80 por gastos de cobro. El Departamento agradecerá vivamente a la Legación el quererse ocupar de este asunto".
En el expediente de Octavio Paz en la Cancillería, éste es el último documento que hace referencia a la historia de la familia en su tránsito entre Japón y Suiza.
¿Pagó o no Paz el adeudo por el tratamiento médico que salvó a Elena Garro? El poeta, nuevamente, ante lo ordinario y burdo de la vida...
Mielitis, el enemigo
Éstas son algunas características de la enfermedad diagnosticada a Elena Garro en 1952.
¿Qué es?
- La mielitis es un conjunto de enfermedades caracterizadas por la inflamación de la médula espinal.
¿Por qué se produce?
- Puede ser causada por bacterias o virus o consecuencia de otras enfermedades.
Síntomas generales:
- Fiebre
- Malestar general
- Dolor de cabeza
- Pérdida de sensibilidad
¿Cómo se diagnostica?
- Examen físico, estudio del líquido cefalorraquídeo (punción lumbar)  y, en algunos casos, puede ser útil una resonancia magnética de la médula espinal.
¿Cómo se trata?



- El tratamiento depende de la causa de la enfermedad.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

esto fue todo lo que salio en Reforma?

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