24 mar 2016

Fracaso de la inteligencia belga

El kamikaze del metro de Bruselas estaba en busca y captura por su implicación en la masacre de París
Jalid el Barkraoui alquiló un alojamiento a los autores de los atentados de París, según la fiscalía belga
CLAUDI PÉREZ

El Pa´si, Bruselas 24 MAR 2016 - 08:39 CST
Memorial por las víctimas de los atentados de Bruselas en la Plaza de la Bolsa. Adam Berry Getty Images
Aumenta la presión sobre Bélgica, tanto por el flanco político —con un amago de crisis de Gobierno— como por el policial. Jalid el Bakraoui, el terrorista suicida que se hizo estallar en la estación de metro de Maelbeek, según la fiscalía, ya estaba en busca y captura por su implicación en los atentados de París. El Bakraoui era sospechoso de alquilar, con ayuda de un falso documento de identidad belga a nombre de Ibrahim Maarouifi, una habitación en el pueblo belga de Charleroi que habría servido de escondite al grupo terrorista implicado en la masacre del 13 de noviembre en la capital francesa, según ha informado este jueves la fiscalía belga en un comunicado. 
El Bakraoui tenía 27 años y era nacido en Bruselas, de nacionalidad belga, y habría atentado en el metro, junto a las instituciones europeas, junto con otro terrorista, según informaciones de la prensa belga aún no corroboradas por la policía.

El caso tiene miga. La orden internacional y el mandato de arresto europeo contra El Bakraoui se emitió el pasado 11 de diciembre, a petición del juez que instruye el proceso de los atentados de París, que acabaron con la vida de 130 personas. Hasta este jueves, las autoridades belgas habían informado de que tanto Jalid el Bakraoui como su hermano Brahim —que se hizo estallar en el aeropuerto de Zaventem, y que está dando también quebraderos de cabeza a Bélgica tras la acusación de Turquía de haberle devuelto a Holanda tras interceptarle en la frontera con Siria— no estaban fichados por vínculos con el yihadismo radical. Así lo declaró ante la prensa el miércoles el fiscal general belga, Frédéric van Leeuw.
Según la reconstrucción de los ataques del martes en Bruselas, Jalid Bakraoui, de 27 años, murió en la explosión que supuestamente él mismo provocó en el segundo vagón del metro de la línea 1, a su paso por la estación de Maelbeek, muy próxima a las instituciones europeas. Jalid fue condenado a cinco años de prisión en 2011 por asaltos. Su hermano Brahim, del que se tiene un perfil más claro, también había recibido una condena, en 2010, a nueve años de cárcel; al parecer por asalto. Estaba en libertad condicional, pero había partido hacia Siria y fue devuelto a la UE por las autoridades turcas, según informa Le Soir.
Y fue devuelto nada menos que en dos ocasiones. Dos oficiales del Gobierno turco han asegurado que Ibrahim El Bakraoui fue deportado dos veces por Turquía el pasado año, el 14 de julio y el 25 de agosto, y que las autoridades turcas avisaron a sus colegas europeos de sus sospechas de que participaba en actividades del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), informa Reuters. La información sobre la deportación de julio fue adelantada ayer por el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, que aseguró que su país había avisado a Bélgica de la radicalización del sujeto y que el país europeo había ignorado las advertencias. El Gobierno belga desmintió parcialmente la noticia.
  Los hermanos Jalid y, a la derecha, Ibrahim El Bakraoui. El primero hizo estallar un artefacto explosivo en la estación de metro de Maelbeek y el segundo se inmoló en el aeropuerto de la capital belga.
La primera expulsión, la de julio, fue una “deportación administrativa”, señalan los oficiales turcos, basada en las sospechas policiales de que El Bakraoui era un combatiente extranjero, pero no había cometido ningún crimen en Turquía. “La policía le vigilaba y llegó a la conclusión de que debía ser un combatiente extranjero” de grupos yihadistas, indicó uno de los oficiales, que no ha querido hacer público su nombre. El Bakraoui fue detenido en la ciudad de Gaziantep, al sudeste de Turquía. Regresó a Turquía por segunda vez el 11 de agosto a través del aeropuerto de Antalya en la costa mediterránea y deportado de nuevo dos semanas después, el día 25, aunque el oficial turco no ha especificado a qué país fue enviado en esta ocasión.
El diario progubernamental turco Yeni Safak ha señalado que la detención de El Bakraoui se llevó a cabo tras averiguar que pensaba viajar a zonas conflictivas de Siria. El periódico también dice que su hermano, Khalid, había entrado en Turquía el 4 de noviembre de 2014 a través del aeropuerto de Ataturk y fue vigilado por las fuerzas de seguridad hasta que dejó el país 10 días después. Esto fue más de un año antes de que Bélgica emitiera un aviso de arresto, según ese diario. Los oficiales turcos no han confirmado si Jalid había estado en Turquía.

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