2 sept 2007

Sesión en San Lázaro

Versión estenográfica de la sesión de Congreso General del primer periodo de sesiones delsegundo año de ejercicio de la LX Legislatura, celebrada el sábado 1 de septiembre de 2007
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Pido a la Secretaría que haga del conocimiento de esta Presidencia el resultado del registro de asistencia de diputadas y diputados.
La Secretaria diputada Esmeralda Cárdenas Sánchez: Se informa a la Presidencia que existen registrados previamente 457 diputados y diputadas.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Se pide al Secretario de la honorable Cámara de Senadores haga del conocimiento de esta Presidencia la asistencia de senadoras y senadores.
El Secretario senador Renán Cleominio Zoreda Novelo: Señora Presidenta, con base en el registro previo de asistencia de la Secretaría, están presentes 112 ciudadanas senadoras y ciudadanos senadores.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado (A las 17:12 horas): Se abre la sesión de Congreso General.
La Secretaria diputada Patricia Villanueva Abraján: Se invita a los presentes a ponerse de pie.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: El Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos abre hoy primero de septiembre de dos mil siete, el primer período de sesiones ordinarias del segundo año de ejercicio de la LX Legislatura. Se va a proceder a entonar el Himno Nacional.
(Himno Nacional)
Se pide a los presentes ocupar sus lugares. Se pide a la Secretaría dar lectura a las comisiones de cortesía designadas por la Cámara de Senadores y por la Cámara de Diputados.
La Secretaria diputada Esmeralda Cárdenas Sánchez: Comisiones de cortesía. Para acompañar al Presidente de la República de Palacio Nacional a Palacio Legislativo.
Senadores:
José Julián Sacramento Garza,
Guillermo Padres Elías,
Mario López Valdez,
Rogelio Rueda Sánchez,
Manuel Velasco Coello.
Diputados:
María de los Ángeles Jiménez Castillo,
Francisco Javier Murillo Flores,
José Rubén Escajeda Jiménez,
Alan Notholt Guerrero,
Mónica Arriola,
Armando García Méndez,
Félix Castellanos Hernández.
Para recibir al Presidente de la República en el pórtico del Palacio Legislativo y acompañarlo a la tribuna del recinto.
Senadores:
Raúl Mejía González,
Adriana González Carrillo,
Andrés Galván Rivas,
Jesús Dueñas Llerenas,
Fernando Eutimio Ortega Bernés,
Arturo Escobar y Vega.
Diputados:
Dolores María del Carmen Parra Jiménez,
Jorge Alejandro Salum del Palacio,
David Figueroa Ortega,
Gerardo Sosa Castelán,
Sergio Augusto López Ramírez,
Blanca Luna Becerril,
Armando García Méndez.
Para acompañar al Presidente de la República de regreso a Palacio Nacional después de la entrega del Informe.
Senadores:
Luis Alberto Villarreal García
Guillermo Anaya Llamas
Adolfo Toledo Infanzón
Javier Orozco Gómez
Diputados:
Dolores de María Manuell-Gómez Angulo
Armando Jesús Félix Holguín
Gerardo Octavio Vargas Landeros
Carlos Alberto Puente Salas
Ariel Castillo Nájera y
Armando García Méndez
Cumplida su instrucción, Presidenta.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Esta Presidencia invita a los legisladores integrantes de las comisiones procedan en su oportunidad a cumplir con el cometido asignado por sus Cámaras.
En atención al artículo 7o., numeral 2 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, se recibieron diversas comunicaciones de los grupos parlamentarios a fin de declinar su participación. De enterado.
Tiene la palabra el senador Dante Delgado, del grupo parlamentario de Convergencia. Se ruega a todos los presentes escuchar con atención al ponente.
El senador Dante Delgado Rannauro: Honorable Congreso de la Unión. No compartimos el pacto del silencio complaciente porque el Congreso es el espacio del diálogo y del debate.
No compartimos el pacto del silencio complaciente porque debilita el ejercicio republicano al que nos debemos como representantes de la sociedad. La crisis política que partió al país el 2 de julio no se ha resuelto y no se ha resuelto porque las condiciones que la generaron no han cambiado.
El secuestro y manipulación de las instituciones por parte de los poderes fácticos que actúan por encima de cualquier arreglo republicano, comprando conciencias y vendiendo parcelas de poder; todo ello a espaldas de la sociedad.
En Convergencia hemos insistido y seguiremos insistiendo en que es necesario más sociedad y menos gobierno, más ciudadanía y menos partidocracia. En ello estriba que acabemos de desmantelar los resabios del autoritarismo político que se practica nítidamente aún en varias entidades de la federación. El régimen que imperó en el país durante decenios y del cual no acabamos de salir, debe ser modificado. En estas condiciones, el Congreso debe tomar la iniciativa como espacio de amplia negociación y construcción de verdaderos acuerdos.
En este sentido, es apreciable que sea el Legislativo quien continúe impulsando una reforma del Estado necesaria y urgente. Pero esta reforma sólo cumplirá su objetivo en la medida en que sea incluyente.
Si el modelo democrático por el que optamos se obstina en coartar las grandes expresiones sociales, si se les niega a éstas el derecho a expresar su confianza en líderes sociales que ya hoy se sitúan por encima de los partidarios, estaremos conculcando el derecho de la sociedad a renovar su organización social y política, para consolidar un Estado democrático y garante del bienestar social.
La construcción de un nuevo pacto social debe imponer el respeto irrestricto de todos a las leyes, porque como bien señala Luigi Ferrajoli, el paradigma del estado de derecho es el desarrollo de una esfera pública que tutele el conjunto de derechos fundamentales, estipulados en esos pactos fundadores de la convivencia social que son las constituciones como objetivo o razón de ser del derecho y del Estado. Ésa es la tarea fundamental a consolidar en la reforma del Estado.
Pero advertimos: si la reforma del Estado en curso se limita a un arreglo entre grupos políticos para mantener los privilegios que conlleva el poder por sí y para sí, no será sino una nueva edición del autoritarismo. Será otra reforma pactada de espaldas a la sociedad.
Y si de lo que se trata es de reemprender cuanto antes la transición democrática, hoy truncada, bien tenemos que avanzar en una reforma que devuelva la confianza en las instituciones y en los procedimientos electorales.
Nunca más elecciones de Estado. Nunca más árbitros parciales. Nunca más triunfos electorales basados en el poder económico y a espaldas de las mejores propuestas y de los mejores ciudadanos.
La reforma electoral no debe conculcar derechos políticos de la ciudadanía. Debemos romper con los lastres institucionales que, por acción u omisión, son cómplices de la insoportable desigualdad y exclusión social de millones de mexicanos.
Los partidos no podemos suplantar la voluntad popular que se ha manifestado abiertamente por defender el pluralismo y el multipardismo, motores de una democracia moderna que se oxigena con la presencia de expresiones políticas.
Por ello, Convergencia se pronuncia abierta y decididamente por las candidaturas ciudadanas, por la reducción de los más de 70 procesos electorales que se celebran cada 6 años a únicamente 4 jornadas, que permitirían fijar un día anual de elecciones, con el propósito de evitar el dispendio de recursos económicos como hoy se practica, con el ánimo de evitar contaminación visual y, sobre todo, degradar permanentemente a la política.
Los costos de los procesos electorales son enormes. Hoy México paga la democracia más cara del mundo. Por ello debemos eliminar el poder del dinero en las elecciones.
Demos equidad a la contienda. Privilegiemos el debate de las ideas. Demos a las fuerzas políticas la verdadera representación que les dan las urnas. Mantengamos la pluralidad y seamos incluyentes. De otra manera sólo confirmaremos una contrarreforma partidocrática.
Ese mismo ánimo de construcción debe impulsar cualquier otra reforma que emprendamos en el Congreso. Ya en el anterior periodo de sesiones vimos las consecuencias de los acuerdos parciales, como una reforma de la Ley del ISSSTE que no incluyó a todas las voces y, por tanto, carece de aceptación de los propios trabajadores al servicio del Estado y de la educación.
Si la reforma fiscal que hoy se prefigura crea nuevos impuestos, será un castigo al pueblo de México. Si no los destina al desarrollo social y regional con transparencia, será una burla para la ciudadanía. Si no se modifica el régimen fiscal de Pemex, la soberanía nacional sobre hidrocarburos será un espejismo.
Una política fiscal recaudatoria como la que hoy se discute, se limita a tomar de la sociedad sin que necesariamente se retribuya a la ciudadanía.
No más gasto burocrático que impida inversión urgente para reactivar una economía nacional insuficiente.
No puede haber un poder legítimo si por la vía de los hechos seguimos excluyendo socialmente a millones y millones de mexicanos. Sobre todo a aquellos a los que la pobreza y la desigualdad así como la falta de oportunidades de trabajo los obliga a emigrar a los Estados Unidos en busca de empleo y una vida digna.
Hoy todos somos Elvira Arellano, esa valiente mexicana que desafió el poder del gobierno estadounidense. El mejor homenaje que podemos brindar a esta mujer es evitar a toda costa que continúe la desintegración de las familias mexicanas y combatir las causas del éxodo de nuestros compatriotas.
Compañeras y compañeros legisladores, Convergencia no puede convalidar el déficit democrático en el país. No aceptamos la regresión autoritaria que pretende terminar de tajo con la incipiente transición a la vida democrática del país. Estamos profundamente comprometidos con los millones de ciudadanos que confían en el Congreso. Somos indeclinablemente responsables con las tareas que la nación ha puesto en nuestras manos.
Convergencia y los grupos parlamentarios actuamos con la mayor convicción para defender los intereses de la sociedad tejiendo acuerdos a favor de la mayoría y del desarrollo económico del país.
Por ello Convergencia lo reitera, queremos más sociedad y menos gobierno. Luchamos por un nuevo rumbo para la nación. Muchas gracias.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Muchas gracias, senador Dante.
Señoras y señores legisladores, ciudadanas y ciudadanos, como Presidenta del Congreso de la Unión quiero reafirmar que cumpliré con el mandato que me da la Constitución.
Estoy obligada a actuar con responsabilidad, institucionalidad y con apego a las leyes, garantizando los principios de imparcialidad y objetividad en la conducción de esta sesión.
El Congreso es un lugar de debate y de acuerdos. Es la representación de la pluralidad y representatividad. Ha llegado la hora de reformar al Estado y a sus instituciones, que ya no responden a los nuevos tiempos de México.
Hago un llamado a seguir impulsando sin dudas ni titubeos las transformaciones que nuestro país requiere y que la población nos exige.
Las circunstancias y formas en las cuales hoy concurrimos a esta sesión, demuestran que la vieja ceremonia de entrega del Informe Presidencial ha caducado y ahora debe construirse una nueva relación republicana entre los Poderes de la Unión. Por eso, cumpliendo con el mandato legal, esta soberanía deberá recibir el Informe correspondiente.
En consecuencia, con fundamento en mis atribuciones legales, instruyo al Vicepresidente de la Cámara de Diputados, Cristián Castaño, asista a esta Presidencia en sus funciones y actúe dignamente al frente de los trabajos de este pleno.
Ahora bien, apelo a la generosidad de mis compañeras y mis compañeros legisladores para que comprendan que soy una mujer de convicciones y principios, promotora de procesos electorales democráticos transparentes, equitativos y de respeto al voto.
Les comunico que procederé a retirarme de esta tribuna. No puedo aceptar recibir un documento de quien proviene de un proceso electoral legalmente concluido, pero cuestionado en su legitimidad por millones de mexicanos.
Por su comprensión muchas gracias. Se decreta un receso de 15 minutos.
(Receso ,17:32 horas)
El Presidente diputado Cristián Castaño Contreras (17:40 horas): Se pide a todos los presentes ocupar sus lugares.
Se reanuda la sesión.
Se le concede el uso de la palabra al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa.
El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa: Honorable Congreso de la Unión. Mexicanas y mexicanos. En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cumplo con mi deber de asistir a la apertura de las sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso, y presento un informe, por escrito, en donde manifiesto el estado general que guarda la administración pública del país.
Hago entrega al señor Presidente en este acto. Pido a usted se sirva dar cuenta del contenido a las señoras y los señores legisladores, y dar por cumplida esta obligación constitucional del Presidente.
También manifiesto a ustedes que he instruido a los secretarios del Despacho del Gobierno de la República para que se presenten ante este Congreso a rendir un informe del estado que guardan sus ramos, en los términos y cuando así lo determine la Cámara de Diputados o el Senado de la República.
Finalmente, reitero mi respeto y consideración absolutos a los legisladores del Congreso de la Unión. Y quedo a la espera y a las órdenes de lo que este honorable Congreso de la Unión determine para tener un diálogo público y directo sobre el estado que guarda la nación. Muchas gracias, señor Presidente.
El Presidente diputado Cristián Castaño Contreras: Esta Presidencia recibe del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, el informe del estado general que guarda la administración pública del país, tal como lo mandata el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En consecuencia, en los próximos días las cámaras se habrán de abocar al análisis del informe presentado por el titular del Poder Ejecutivo federal respecto a las materias de política interior, política económica, política social y política exterior.
Se invita a la comisión de cortesía designada para tal efecto, se sirva acompañar al Presidente de la República a salir del salón de sesiones cuanto éste decida retirarse. Se declara un receso
(Receso 17: 48 horas)
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado (17:54 horas): Se reanuda la sesión. Proceda la Secretaría a dar lectura al acta de esta sesión.
La Secretaria diputada Patricia Villanueva Abraján: Acta de la sesión de Congreso General celebrada el sábado primero de septiembre de dos mil siete, correspondiente a la apertura del primer período de sesiones ordinarias del segundo año de ejercicio de la LX Legislatura.
Presidencia de la diputada Ruth Zavaleta Salgado. En el Palacio Legislativo de San Lázaro de la capital de los Estados Unidos Mexicanos, con la asistencia de 457 diputadas y diputados, y de 112 senadoras y senadores, a las diecisiete horas con once minutos del sábado primero de septiembre de dos mil siete, la Presidenta declara abierta la sesión de Congreso General.
Puestos todos de pie, la Presidenta declara: "El Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos abre hoy primero de septiembre de dos mil siete, el primer período de sesiones ordinarias del segundo año de ejercicio de la LX Legislatura". La asamblea entona el Himno Nacional Mexicano. La Secretaría da lectura a las comisiones de cortesía designadas por la Cámara de Senadores y de Diputados para la presente sesión, y la presidenta le solicita proceder en su oportunidad a cumplir con el cometido asignado.
En atención a lo establecido en el numeral 2 del artículo 7° de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, la Presidenta informa a la asamblea que se recibieron diversas comunicaciones de los grupos parlamentarios representados en el Congreso, a fin de declinar de su partición, de enterado.
Se le concede el uso de la tribuna al senador Dante Delgado Rannauro, de Convergencia. La Presidenta emite un mensaje a la asamblea. Posteriormente a las diecisiete horas con treinta y dos minutos decreta un receso.
Presidencia del diputado Cristián Castaño Contreras. A las diecisiete horas con cuarenta minutos se reanuda la sesión. El Presidente otorga la palabra al Presidente de la República Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, para presentar su primer informe de gobierno.
El Presidente del Congreso recibe del Presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el informe del estado general que guarda la administración pública del país y anuncia que las Cámaras se habrán de abocar al análisis del informe presentado por el titular del Poder Ejecutivo federal respecto a las materias de política interior, política económica, política social y política exterior.
El Presidente solicita a las comisiones designadas para el efecto acompañar al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos a retirarse del Palacio Legislativo. A las diecisiete horas con cuarenta y ocho minutos, el Presidente decreta un receso.
Presidencia de la diputada Ruth Zavaleta Salgado. Se reanuda la sesión a las diecisiete horas con cincuenta y cuatro minutos. La Secretaría da lectura al acta de la presente sesión y la asamblea la aprueba en votación económica.
Voy a poner a consideración de las y los legisladores, en votación económica, el acta de esta sesión. Está a discusión el acta.
Se pone a consideración de las y los legisladores la lectura que se dio de la misma: los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo (votación); las y los legisladores que estén por la negativa sírvanse manifestarlo (votación). Aprobada, señora Presidenta, por unanimidad.
La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado (18:00 horas): Aprobada. Se invita a los presentes a ponerse de pie para entonar el Himno Nacional.
(Himno Nacional)
Se levanta la sesión del Congreso General.

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