24 feb 2008

Un gabinete tembloroso

Reportaje: Un gabinete tembloroso
Rodrigo Vera, reportero
Revista Proceso, No. 1634, 24/02/2008;
Con el nombramiento del cuestionado Juan Camilo Mouriño como secretario de Gobernación, el presidente Felipe Calderón pretendió activar a su aletargado gabinete de gobierno –incapaz de generar una sola política pública de importancia– para tratar de impulsar, entre otras, las reformas energética y laboral, como secuela de la débil y costosa reforma fiscal. Sin embargo, en la mente del titular del Poder Ejecutivo está otro objetivo: asegurar el triunfo del PAN en las elecciones intermedias de 2009.
Las expectativas puestas en el joven político de origen gallego –ensalzado como el gran negociador y figura estelar del gabinete– pueden, sin embargo, venirse abajo y acarrearle el descrédito al propio Calderón, dice Gustavo López Montiel, especialista en el estudio de los gabinetes presidenciales. Y explica: “El nombramiento de Mouriño es una prueba de fuego tanto para éste como para Calderón, quien prácticamente lo puso como el blanco de ataque de los grupos políticos internos. En las próximas semanas se sabrá si, efectivamente, Mouriño es el gran articulador de los intereses del presidente”.
–Pero él ya era el operador político de Calderón en la Oficina de la Presidencia…
–Sí, pero entonces operaba en la penumbra de Los Pinos, lo protegía ese halo misterioso que también cubrió a José María Córdoba Montoya, el operador del presidente Carlos Salinas. Nunca supimos sobre la verdadera capacidad de negociación de Córdoba Montoya, precisamente porque nunca se le expuso.
“En cambio, a Mouriño ya no lo protege el presidente en sentido estricto, aunque siga siendo la voz del Ejecutivo. Dejó de ser el Mouriño misterioso para salir a la luz de los reflectores y bajo ciertas condiciones de acceso a la información. Como secretario de Gobernación, se convierte en un actor político distinto a Calderón.”
Ahora, dice López Montiel, uno de los pocos expertos en el país en el tema de la conformación y comportamiento de gabinetes presidenciales, Mouriño acapara la atención de los medios. “Se convirtió en el supersecretario del gabinete calderonista. No es casualidad, por ejemplo, su reciente aparición en las páginas de la revista Quién, donde se da la biografía del llamado ‘galán del gabinete’ y se le muestra brindando en la fiesta de cumpleaños del obispo Onésimo Cepeda”.
–¿Qué retos le esperan al nuevo secretario? ¿En qué temas deberá demostrar sus tan pregonadas capacidades?
–Le tocará preparar el escenario para las elecciones intermedias que se realizarán en 2009, pues el PAN no quiere perder ante el PRI y el PRD lo que ya ganó en 2006. Calderón no quiere correr la suerte de Vicente Fox, quien perdió las elecciones intermedias. Por lo pronto, Gobernación y el PAN ya intervinieron en los “pasados arreglos” mediante los que se designó a los nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral. En esos nombramientos, afirma el analista, Benito Nacif es el consejero más afín a los intereses de la Presidencia. “En suma, se espera que Mouriño sea el gran interlocutor y articulador”.
Así mismo, explica que, a diferencia de los del PRI, los gobiernos panistas –el de Fox y Calderón– han colocado en Gobernación a políticos de bajo perfil: Carlos Abascal, Francisco Ramírez Acuña y ahora a Mouriño.
“Nada que ver con los experimentados y colmilludos políticos del PRI que llegaban a Gobernación: ¡Gutiérrez Barrios! ¡Reyes Heroles! ¡Bartlett Díaz! ¡González Garrido!... Puro figurón, políticos ya probados al llegar al cargo”, asegura.
Los operadores
Doctor en ciencias políticas por la New School for Social Research, de Nueva York, donde se especializó en “teoría de juegos”, una moderna disciplina muy en boga en los círculos académicos de Estados Unidos y Europa, López Montiel asegura que era previsible el relevo de Francisco Ramírez Acuña en Gobernación dada su ineficacia.
Entrevistado en sus oficinas del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, en el cual es director de ciencia política, el investigador asegura que tan pronto ocupó la cartera, Mouriño hizo limpia en Gobernación y colocó nuevo equipo: puso a Ana Teresa Aranda al frente de la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos; a Daniel Cabeza de Vaca en la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos, y a Cuauhtémoc Cardona Benavides en la Subsecretaría de Enlace Legislativo; al exdelegado en Miguel Hidalgo Arne aus den Ruthen Haag lo hizo coordinador de asesores, y en la importante Subsecretaría de Gobierno dejó a Abraham González, que ya operaba con Ramírez Acuña.
Estos funcionarios –dice López Montiel– representan alianzas con grupos al interior del panismo: “Ana Teresa Aranda pertenece al grupo duro del PAN, que tiene influencia sobre todo en el centro del país. Es un grupo de larga trayectoria y mucha fuerza, pese a que ha sido muy golpeado en los últimos años. Cabeza de Vaca venía de la consejería jurídica de Fox, de quien luego fue su procurador general de la República, regresa a la consejería jurídica con Calderón y hoy llega a Gobernación, donde tendrá que cuidar el conjunto de ordenamientos provenientes de Los Pinos. Mientras que Abraham González asegura cierta continuidad y capacidad de operación. Son las principales áreas políticas de la secretaría, manejadas por puros grupos del panismo, como sucede en el resto del gabinete”.
–¿Por qué Calderón esperó un año para poner a Mouriño en el gabinete?
–Porque esperó, sobre todo, a que Germán Martínez ocupara la dirigencia del PAN. Éste es su operador en el partido y Mouriño en el gabinete. La pinza Germán-Mouriño le asegura el control de dos espacios importantes ante las elecciones intermedias. Agrega que –con ellos a la cabeza– el “grupo Calderón” hasta ahora empieza a fortalecerse en el gobierno: al michoacano Ernesto Cordero lo acaba de nombrar su secretario de Desarrollo Social, en sustitución de Beatriz Zavala, por lo que se unen a César Nava, secretario particular de Calderón, y a Salvador Vega Casillas, secretario de la Función Pública, los otros integrantes del círculo cercano al presidente, según el especialista.Y señala que, a diferencia del variopinto gabinete foxista –en el que incluso tuvieron cabida grupos provenientes del PRI y de la izquierda–, el de Calderón está conformado exclusivamente por grupos del PAN: “Hay una gran diferencia entre los gabinetes de Fox y Calderón. Aquél era de coalición de grupos. Y éste, en todo caso, de coalición panista”.
–¿Qué grupos del PAN tienen presencia en el actual gobierno?
–No son grupos articulados en el sentido estricto, puesto que a cada momento van reconfigurando sus alianzas. Hay grupos del viejo panismo entreverados con la burocracia del PAN y con grupos locales de distintos estados. Eso sí, pueden identificarse algunas cabezas, como los legisladores Santiago Creel y Héctor Larios, quienes actualmente controlan a grupos importantes dentro del PAN.
–¿Cómo ve el desempeño del gabinete calderonista?
–A excepción del gabinete de seguridad, sus acciones han sido dispersas, poco articuladas. Tiene un perfil bajo. Al principio, Calderón empezó diciendo que sería el presidente del empleo. No le funcionó. Su secretario de Trabajo, Javier Lozano, sólo hace alharaca en los medios, pero nada en el terreno laboral. De la Semarnat no conocemos sus políticas para proteger el ambiente, en Turismo o Energía tampoco sabemos de sus acciones… y así nos podríamos ir. La salida de Beatriz Zavala de la Secretaría de Desarrollo Social responde precisamente a que no estaba generando políticas públicas.
“En la Secretaría de Educación Pública se padece uno de los conflictos más públicos, entre su titular Josefina Vázquez Mota y la lideresa del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo. No se le ve solución a esa pugna, que generará obstáculos en la implementación de las políticas educativas. De por sí, la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) le viene dando a México bajos puntajes en materia de aprendizaje escolar.” López Montiel advierte también que en las próximas semanas habrá más cambios.
“Se rumora –dice– que los secretarios de Economía, Agricultura y Reforma Agraria están en la mira. Varios deben de tener sus barbas remojando...”. Incluso vislumbra un aparatoso fracaso para el gabinete de seguridad, la única área del gobierno calderonista que emprende acciones de empuje. Asegura que no podrá contra el narcotráfico: “Al fallarle los temas del empleo, manos limpias y otros, Calderón vio que la lucha contra el narcotráfico sí podía darle resultados mediáticos y alineó a su gabinete hacia ese objetivo. Con esto sólo ha provocado una escalada de violencia en todo el país, al extremo de que estamos a un paso de llegar al narcoterrorismo.
“El Estado se origina principalmente para proteger a la gente. Y el Estado en México ya perdió esa capacidad de protección. Si en un mapa del país se pintan de rojo los espacios bajo control del narcotráfico, pues quedaría todo pintarrajeado.”
Comenta López Montiel: “Quiéralo o no, Mouriño ya se convirtió en el principal aspirante a la Presidencia. Tiene una posición predominante sobre los demás secretarios, porque coordinará las actividades políticas del gabinete. Pero eso mismo lo hace muy vulnerable. Falta que demuestre sus capacidades… ¡Habrá que ver!... ¡Habrá que ver!”.

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