8 ene 2012

Homenaje a Tomás Segovia

A las 12 horas de este domingo 8 de enero, se realizó en el Palacio de Bellas Artes un homenaje póstumo al poeta Tomás Segovia, autor de  La luz provisional (1950, Apariciones (1957), Fiel imagen (1996) y Sonetos votivos (2007). Fue premiado con el Xavier Villaurrutia en 1972, el Magda Donato en 1974, Alfonso X de Traducción en 1982, 1983 y 1984, y Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz en el año 2000.
Rinden homenaje a Tomás Segovia en Bellas Artes
Fue recordado el escritor, poeta y ensayista español Tomás Segovia. NTX
CIUDAD DE MÉXICO (08/ENE/2012).- Como un poeta fundamental, un traductor imprescindible al que se le debe mucho pero, sobre todo, como un crítico radical del poder político, fue recordado hoy aquí el escritor, poeta y ensayista español Tomás Segovia (1927-2011). 
En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, los escritores Marco Antonio Campos, José María Espinasa, Ana Segovia, Eduardo Vázquez y Héctor Orestes Aguilar recordaron la vida y obra literaria de quien es considerado uno los más altos exponentes y renovadores de la literatura en lengua española. 
Al arrancar las actividades de la Coordinación Nacional de Literatura 2012 del INBA, cada uno de los ponentes recordó con cariño al autor de obras como 'Digo yo', 'Sonetos votivos' y 'Recobrar el sentido' entre otras, quien falleció el pasado 7 de noviembre. 
En el acto, se presentó además el libro 'Tomás Segovia. 1927-2011' material en el que se recogen algunas colaboraciones publicadas en 1966 y 1967 en la Revista de Bellas Artes y 'Por qué me seduce…', relato incluido en 'Personajes mirando una nube'. 
Al tomar la palabra, el editor Eduardo Vázquez Martín calificó a Segovia como un ensayista lúcido, original y complejo de la literatura y la cultura, al tiempo que habló de la relación del escritor español y la resistencia. 
Recordó que si había algo que le incomodaba a Segovia, era exilio y la republica española, pero no así la guerra declarada por ejemplo de George Bush, Tony Blair y José María Aznar, contra Irak. 
'Lo que a Segovia le disgustaba es que se le convirtiera en un referente de temas canonizados por la cultura y de alguna manera, pacificados, y no se le considerara lo que siempre fue: su condición de intelectual en inactivo, cuya crítica a la realidad, no sólo siempre fue oportuna, sino también original y enriquecedora', dijo. 
Indicó que Tomás perteneció a una generación de intelectuales que en su momento abrazó la bandera del siglo XX: ‘la bandera de la revolución, incluso de la revolución socialista y que más tarde renunció a ella y llegó a convertirse en su enconado adversario'. 
Señaló que a pesar de su enfermedad, Segovia nunca perdió el humor, 'pues su critica y rebeldía no alimentaron nunca el resentimiento, tal como muestra la serie de versos del capítulo 'Recalcitranseas', del libro 'Salir con vida', donde el autor además de celebrar la vida y sobrevivió a infartos y cirugías, se dio tiempo parar reírse un poco de su resistencia anticapitalista'. 
Al respecto, el poeta y también editor José María Espinasa destacó que la poesía de Tomas Segovia ‘hace posible algo imposible’, por entenderla y compartirla y elogio su labor literaria. 
Dijo que a lo largo de su trayectoria literaria, 'Segovia se manchó de todo, a veces incluso de polémicas que no le correspondían, pero no para situarse en el centro del asunto, sino para decirnos como se veían las cosas desde los lindes'. 
Señaló que Segovia pensaba lo que escribía y viceversa, y agregó que lo que sus textos comunican es algo ‘particularmente marginal, pues no se pliega nunca los dictados del tiempo y de la moda, sino que piensa justamente al margen de esas imposiciones y cuando lo escuchamos pensar lo que tenemos es ganas de decir: discutamos’. 
En su oportunidad, Ana Segovia, hija del homenajeado, celebró el tributo, al tiempo que leyó un par de fragmentos de la obra de su padre. 
Brevemente, comentó que su padre erigió con su obra un puente de letras inquebrantable, vestigio de una conciencia que apostó siempre por conocer el lado cualitativo de la naturaleza humana. 
Marco Antonio Campos recordó los últimos días que pasó con el homenajeado en el marco del encuentro de Poetas del Mundo Latino realizado en Morelia, Michoacán, Ciudad de México y San Luis Potosí. 
Mencionó que José María Espinasa le había comentado que por la enfermedad que padecía Segovia, sería difícil que viniera a México; sin embargo, indicó que 'Tomas siempre tomaba algo dentro de sí para cumplir sus compromisos'. 
Dijo que el llegar a esta ciudad, se le rindió una mesa homenaje en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y siempre le cuestionó si podía continuar presentándose en las ciudades sedes del evento, a lo que el propio Segovia respondió que 'tenía la fuerza para irse'. 
De manera poética, Campos habló sobre el exilio del Tomás, quien solía afirmar que en la poesía había encontrado también esa patria propia donde podía fundir la riqueza tanto de México como de España, a través de los recuerdos, las imágenes y los paisajes que lograban trazar senderos conjuntos entre ambas culturas. 
No obstante su obsesión por el lenguaje, comentó que por su pureza y al mismo tiempo por su complejidad, Segovia consideraba que era imposible coartar la libertad de este instrumento con la eterna meta del escritor: el apropiárselo. 
'Al lenguaje no se le ponen cadenas ni límites, decía, sólo se le deja correr como un río, y uno se sigue maravillando con su fuerza y sonidos', apuntó.

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