Gustavo Madero, presidente del PAN, advierte que la transición está amenazada por el eventual regreso del tricolor a Los Pinos
Ernesto Núñez en Enfoque de Reforma 8 julio 2012;
Gustavo Madero hace un recuento de entidades que llevan más de 80 años gobernadas por el PRI. Se las sabe de memoria: Tamaulipas, Durango, Coahuila, Veracruz, Hidalgo, Estado de México, Campeche, Quintana Roo...
El dirigente panista ubica en esos "enclaves de autoritarismo" su principal preocupación a futuro, una de las razones de su derrota y lo que lo motiva a no dejar la dirigencia de Acción Nacional.
"La transición está amenazada", advierte, por lo que considera que la principal misión de su partido frente al inminente gobierno de Enrique Peña Nieto es cuidar "los logros" de las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Adelanta que el PAN será una oposición responsable, pero no oculta su temor a que Peña Nieto restaure el sistema autoritario.
"Debemos seguir trabajando en una agenda que para mí está inconclusa, que es la transición en el país. La historia fundamental de lo que estamos viviendo se llama la transición, y está todavía a la mitad, diría incluso hasta en riesgo si no tomamos las decisiones adecuadas en esta nueva etapa del escenario político", señala.
Madero difiere por completo del ex presidente Vicente Fox, quien argumentó su apoyo a Peña en la campaña diciendo que el PRI ya podía regresar a Los Pinos pues el país está preparado para otra alternancia.
"Para mí no, para mí sí es una amenaza; un riesgo si no se dan ciertas condiciones, ciertas circunstancias que nos permitan defender todo lo que hemos logrado", advierte.
Aunque Madero dice aceptar el hecho de que la mayoría de los ciudadanos haya decidido votar por el candidato presidencial del PRI, afirma que el tricolor no tiene los mejores atributos para profundizar la transición.
"Me preocupa que hay un PRI contemporáneo que le ha fallado a México, al endeudar irresponsablemente a los mexicanos, al endeudarse por la vía fraudulenta; un PRI que ha restringido las libertades en los estados que gobierna ininterrumpidamente desde hace 85 años, donde no ha permitido que se construya ciudadanía, democracia, división de poderes. Un PRI que se ha incrustado en estos estados, impidiendo que florezca la democracia. Ese PRI está vivo", comenta.
En el futuro inmediato del PAN, nuevamente como partido opositor, Madero visualiza otra misión fundamental: exigirle al PRI que ahora sí haga las reformas estructurales que le negó al blanquiazul en los últimos 12 años.
Peña Nieto ha hablado ya de tres: la laboral, la fiscal y de seguridad social, y la energética. Todas estaban en la plataforma que postuló el PAN, aunque no necesariamente en el discurso de su candidata Josefina Vázquez Mota.
El dirigente panista adelanta que se retomarán ésas y otras reformas, y promete que evitarán la derrota cultural que implicaría un retorno al modelo político del siglo XX.
"Eso es lo que tenemos que impedir, la amenaza; precisamente lo que me mantiene vivo y echado para adelante es que esa agenda está todavía pendiente. Necesitamos que esta alternancia no se vuelva una regresión, y exigirle al PRI que cumpla con las reformas que se ha negado a cumplir y que ahora no tiene ningún pretexto para no llevar a cabo", enfatiza.
Alianzas con la izquierda
Madero adelanta que el PAN retomará las alianzas con la izquierda, que en 2010 se pactaron para arrebatarle al tricolor Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
Espera que el PRD, PT y Movimiento Ciudadano no actúen como en 2006 –desconociendo al gobierno electo– y participen también de la agenda legislativa, para hacer juntos un contrapeso mayor al PRI.
"Nosotros hemos cometido muchos errores, pero la izquierda cometió uno grande: el abandonar la mesa y dejar que el gobierno y el PAN sólo tuvieran un interlocutor: el PRI.
"Entonces nos encarece las reformas, pone el PRI sus condiciones, fortalece a sus gobernadores y mucho de lo que estamos viviendo es precisamente por un error profundo histórico de la izquierda mexicana, de no contribuir a generar consensos en la agenda de transición democrática", asegura.
En 2012, frente a un PRI que regresa más fuerte de lo que se fue en el 2000, el líder panista augura nuevos acuerdos "absolutos y profundos" con el partido dirigido por Jesús Zambrano, quien precisamente fue uno de los artífices de las alianzas anti-PRI en 2010.
Diagnóstico ignorado
El político chihuahuense habla pausado. Medita las preguntas. En el día después de la gran derrota de su partido, no tiene ensayadas las respuestas a todas las interrogantes; las que se le plantean en la entrevista y las que los propios panistas se hacen sobre su futuro.
Parece empeñado en demostrar que fueron los medios de comunicación quienes propiciaron el retorno del tricolor a la Presidencia de la República.
"A nosotros nos dicen: 'el PAN ya tuvo 12 años, ya tuvo su chance; ya, ahí muere'. Y nunca, ninguno de estos medios repite el listado de todos los gobiernos que llevan más de 80 años de PRI, no se indignan, lo dan como natural: 'oye, ganó Eruviel. Órale, 85 años y va por seis más´. Eso no es nota, ni siquiera genera una indignación, una preocupación. Debe ser nota de ustedes", reclama.
Madero vuelve a su lista: Tamaulipas, Durango, Coahuila... e insiste, levantando la voz: "cuando yo lo menciono, la gente no se alarma como yo creo que deberíamos estar alarmados los mexicanos de estar en un país de siglo XXI con estas condiciones políticas premodernas, estados autoritarios con gobernadores que siguen controlando de esta manera los sistemas políticos locales y que en mucho explica, también, parte del resultado electoral que vivimos. ¡Ése es un foco rojo que debemos atender!".
El foco rojo, sin embargo, se había prendido al menos desde julio del 2009, cuando el PAN perdió su posición de primera minoría en la Cámara de Diputados y las gubernaturas de Querétaro y San Luis Potosí.
En aquella ocasión, el Consejo Nacional panista creó una comisión de reflexión encabezada por el neoleonés José Luis Coindreau, que generó un documento de seis capítulos y 22 cuartillas que fue entregado en octubre del 2009 al entonces dirigente César Nava y, en diciembre del 2010, ya actualizado, fue presentado en la sesión del Consejo Nacional que eligió un nuevo presidente del partido. Gustavo Madero se comprometió a convertirlo en su plan de trabajo.
La Comisión de Reflexión elaboró un diagnóstico en el que se leía: "no se ha podido acotar la operación de la maquinaria priista. No supimos inhibir la acción de gobernadores priistas en campaña. Los gobiernos estatales priistas usaron sus propios medios y también los del gobierno federal para operar a su favor. El maridaje Televisa-Peña Nieto-PRI es cínico y está impune. No denunciamos los excesos de Peña Nieto y la mayor parte de gobernadores priistas. Parece que le tenemos miedo a los gobernadores priistas y no hemos asumido la influencia y poder del gobierno federal. En algunos estados se manifiesta la relación PRI-narco".
El documento contenía también decenas de recomendaciones, entre las que se leía: "exhibir e invitar a los medios internacionales y los organismos internacionales de regulación de medios de comunicación y de derechos humanos, para que presionen a reducir el abuso del duopolio televisivo y su alianza con Peña Nieto y los gobiernos del PRI en general".
Tres años después, con una nueva derrota a cuestas, Madero hace un diagnóstico similar, como si el 2009 y la Comisión de Reflexión no hubieran existido.
– ¿Qué hizo usted con ese diagnóstico?, ¿por qué no se aplicaron las recomendaciones que se hacían ahí?, se le pregunta.
-"Se han hecho muchísimas cosas. Si algo hemos tomado en serio es esta comisión de reflexión y los proyectos que nos permitieron ir mejorando nuestros procesos de elección de candidatos, transparencia en el manejo de los recursos, depuración de nuestro padrón. Hemos tenido avances, pero no son suficientes. Mi presidencia lleva un año y unos cuantos meses y me ha tocado el reto de continuar esta reflexión y profundizarla y, a la mitad de esto, se dio un proceso electoral de gran trascendencia", se justifica.
En este proceso electoral, que tomó a Madero a la mitad de su preparación, el dirigente rompió el récord de derrotas que había impuesto Germán Martínez en 2009: entregó la Presidencia de la República, las gubernaturas de Jalisco y Morelos, las capitales de Campeche y Querétaro, más de 40 escaños en el Senado y más de 40 curules en la Cámara de Diputados, y apenas pudo mantener el voto duro del partido (12 millones de sufragios, equivalentes al 25 por ciento de la votación nacional).
Aun con estas cifras, Madero advierte que no renunciará al cargo.
"Aquí lo fácil es aventar el arpa, lo difícil es enfrentar y conducir este trance para llegar al mejor puerto y reconstituirnos nosotros y reencontrarnos. Desde hoy estamos preparando ya la agenda de cómo recuperar la confianza de los ciudadanos y el próximo triunfo electoral. Las derrotas y las victorias son resultado de la coyuntura, pero el partido está antes, durante y después de las campañas y sus gobiernos, el partido tiene una misión de brega de eternidad, y eso mantiene muy clara la ruta. Al contrario, yo creo que es más irresponsable aventar el arpa", concluye.
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