Coordinación, el problema en México: Naranjo Trujillo
Milenio, Pp, Política • 25 Septiembre 2012
Al señalar que en materia de seguridad no hay un lío de estrategias, el general colombiano asegura que debe irse hacia adelante con una política de especial sensibilidad con las víctimas y que trascienda los sexenios.
México • El general Óscar Naranjo, catalogado como uno de los mejores policías del mundo por su tarea al frente de la Policía Nacional de Colombia (PNC), consideró que la política contra la inseguridad implementada en México debe trascender sexenios.
Calificó de exitosos los resultados del presidente Felipe Calderón, quien comenzó la transformación de los cuerpos policiales y de procuración de justicia.
“Yo creo que hay un problema fundamental de coordinación, pero yo diría que el problema en México no es un problema de estrategias. La verdad es que el acumulado del presidente Calderón y sus equipos es un acumulado de éxitos.
“Yo diría que (hay que ir) hacia delante, lo que ellos han construido, hay una necesidad de tener una política, que se aproxime, que se legitime más allá de una política de Estado, de una política de partido en el gobierno, que sea sostenible en el tiempo, que sea incluyente, con especial sensibilidad con las victimas. De hecho, lo que no se puede perder como un objetivo fundamental en una política de seguridad es que su razón de ser es evitar que haya victimas”, señaló.
En entrevista con el director general de MILENIO, Carlos Marín, en el programa televisivo El asalto a la razón —conversación que se empezó a transmitir en tres partes que culminan mañana—, el asesor externo en materia de seguridad del presidente electo, Enrique Peña Nieto, dio su opinión sobre diversos temas relacionados con México.
Originario de la ciudad de Bogotá y con una trayectoria policial de 36 años, de la cual los últimos cinco los ocupó como director general de la Policía Nacional de Colombia (2007-2012, donde dirigió a 175 mil elementos), Naranjo ha recibido más de 150 condecoraciones nacionales y extranjeras, y siete premios internacionales.
La leyenda del general se forjó por sus triunfos. Formó parte del Comando de Operaciones Especiales, además de la Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia Policial, y de la Policía de Calí.
Participó en la Operación Apocalipsis 1 que culminó con la muerte en 1989 del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, quien en 1976 se unió a Pablo Escobar, Carlos Ledher y los hermanos Ochoa para conformar el Cártel de Medellín.
Colaboró en operaciones que llevaron a la captura del capo más sanguinario de ese país, Pablo Escobar Gaviria, quien después escapó de prisión hasta ser abatido en diciembre de 1993.
Asimismo, es una de las cinco personas del gobierno colombiano que buscará concretar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la paz que no ha conseguido esa nación en 60 años.
“Cuando dicen que soy el mejor policía del mundo me siento un poco como si fuese una especie de participante en un concurso y la verdad es que ese título corresponde a miles de policías en Colombia, por lo menos a tres mil que en los últimos 10 años entregaron su vida por servir a la causa de la ley”, dijo en un tono sereno.
Su presencia en México obedece a la invitación del próximo presidente, Enrique Peña Nieto, a quien asesorará en temas de seguridad, pero el colombiano no ocupará algún puesto con jerarquía.
“La verdad es muy importante para mí y para los mexicanos que conozcan el rol de un asesor de Estado”, subrayó.
La entrevista:
Carlos Marín (CM): A ver, ¿platíqueme qué es eso?
Óscar Naranjo (ON): La verdad a veces se piensa que un asesor es capaz de determinar la política de un país…Nada más alejado de la realidad.
CM: ¿La política de seguridad del próximo
gobierno la fijará el Presidente de la República?
ON: Y la fijan los mexicanos
con su autonomía, con su autodeterminación…
CM: No se preocupe, yo no soy
chovinista ni xenófobo…
ON:… y sobre la base de sus
realidades. Y por lo tanto, mi rol como asesor externo es ser un punto, básicamente
de encuentro, con experiencias de éxito y de fracaso, no solamente de Colombia,
sino del mundo entero en materia de seguridad. Mi rol es también facilitar,
digamos, a partir de discusiones, jornadas de reflexión y de inspiración para
que haya una política pública que corresponda a la necesidad que hoy plantean
los ciudadanos.
Interrogado sobre el reciente
viaje que realizó Peña Nieto a Colombia, donde se entrevistó con el presidente
Juan Manuel Santos, el general contó lo que ocurrió:
“…Fue una agenda abierta, digamos, no centrada
solamente en el tema de seguridad. La verdad es que el liderazgo de Colombia y
de México en Latinoamérica en materia económica es evidente y que el interés de
ambos países de fortalecer la institucionalidad de Centroamérica también se
hizo allí visible.
“La necesidad de aumentar la presencia de ese
liderazgo en el Caribe se hizo presente y lo que encuentro es que hoy México y
Colombia comparten una agenda basada en un sentido de corresponsabilidad con
Centroamérica y con Estados que están enfrentando serias dificultades, no
solamente en materia de seguridad, sino en materia económica y en desempeño
institucional de sus democracias”.
El periodista le preguntó si
sabe dónde va a despachar durante su permanencia en territorio nacional.
“Sí, tengo claro que no tendré un despacho
oficial, que estaré totalmente por fuera de líneas jerárquicas, sin la
responsabilidad de la implementación de la política, de conocimiento
operacional de ninguna naturaleza. Un asesor externo es simplemente un punto de
inflexión para buscar inspiración en un equipo…”, contestó.
CM: ¿Estará en su casa o en
su oficina privada, en nada que tenga que ver directamente con el gobierno?
ON: Nada.
Experiencia
colombiana
En los últimos años la violencia
que aquejó a Colombia comenzó a ceder gracias a la transformación de sus
instituciones y la renovación de los cuerpos de seguridad, convirtiéndose en un
modelo a seguir.
Eso llevó a la administración
de Felipe Calderón a acercarse a las autoridades de ese país para iniciar el
proceso de transformación en México, basado en dicha experiencia.
El país sudamericano ha
estado sumergido durante 60 años en la violencia, 48 de ellos solo con las
FARC. A principios de la década de los 80 cobraron auge los cárteles de la
droga.
Hoy son pocos los hechos
violentos que se presentan, pero no dejan de llamar la atención.
“La verdad es que lo que ha hecho mi país ha
sido reconocido por el mundo entero, porque hace muy poco tiempo, 12 o 15 años,
muchos observadores internacionales, pero también los propios colombianos,
estábamos persuadidos de que caminábamos a una especie de Estado fallido”,
recordó.
CM: Sí, no había esperanza.
ON: Y la verdad es que en los
últimos 10 años ha habido una transformación derivada de un liderazgo político
indiscutible, de un fortalecimiento institucional y de una nueva actitud de los
funcionarios policiales. Muchas veces cuando me hablan de esos reconocimientos
y me dicen “¿en qué radica que usted sea tan reconocido?”, la gente esperaría
que yo dijera “es que hemos capturado a muchos delincuentes, a muchos
narcotraficantes”, y yo digo: Lo que hicimos simplemente fue cambiar la actitud
del policía para que estuviera cerca del ciudadano y se hiciera de su
confianza, realmente crear confianza. Yo creo que es el mayor activo que
tenemos hoy.
Naranjo enfatizó que los
problemas que se viven en México no se pueden comparar con el proceso que vivió
su país, porque son realidades distintas y no tienen punto de comparación, como
algunos afirman.
“Yo he dicho que no es comparable. Me he
declarado un opositor a que haya paralelismos y comparaciones entre México y
Colombia.
“Son dos historias, dos culturas, dos
tradiciones; dos arquitecturas institucionales muy distintas, en Colombia estamos
hablando de un Estado unitario y centralista, en México de una Federación, y
eso supone unas diferencias políticas constitucionales muy fuertes”, agregó.
CM: ¿Por eso también es
absurdo hablar de colombianización de México o mexicanización de Colombia?
ON: Yo creo que cuando se
hacen esas afirmaciones tiene una carga negativa, de alguna manera peyorativa.
CM: Y en México una manera
autodespreciativa de la condición nacional.
ON: Francamente habría de
hablar de mexicanización en términos positivos. Los días que he estado aquí,
como un observador, un ciudadano extranjero, viendo por ejemplo lo que pasó el
día del Grito (de Independencia), sentí una emoción que yo quisiera transmitir
a toda Latinoamérica.
“El día que Latinoamérica toda sienta el
orgullo patrio que sienten los mexicanos por sus símbolos, por su libertad, por
su grito de Independencia, se habrá logrado mucho. Habrá que hablar mucho de la
mexicanización de valores.
Según Naranjo, la aspiración
de convertirse en policía está aumentando en el mundo porque se ha ido
dignificando la labor y está volviendo a sus orígenes.
“La verdad es que el policía es el buen
gobierno en las calles, no es solo un agente para reprimir el delito”, señaló.
CM:
Y es la primera aproximación de la sociedad, precisamente con los gobiernos. En
México le decíamos “con la justicia de barandilla” o con el policía de barrio.
Es la cara inmediata de cualquier gobierno.
ON: El rostro del Estado en
las calles, es el policía, y la verdad es que una sociedad se funda sobre tres
pilares básicos que tienen rostro humano: el maestro, el policía y el juez. A
partir de ese tipo es que es posible ensamblar un espacio de convivencia.
CM: Maestro, policía y juez.
ON: Allí radica la
convivencia.
El ex director de la Policía
Nacional de Colombia no dejó pasar la oportunidad para referirse al proceso de
transformación de la policía en México.
El gobierno federal
actualmente practica exámenes de control de confianza a los elementos de los
tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) y tiene programado
certificar a 86 por ciento de ellos antes de que Calderón termine su gestión,
en diciembre próximo.
El general reconoció el apoyo
del titular del Ejecutivo a la Policía Federal, corporación que sembró la
semilla del cambio.
CM: ¿Usted ha tenido relación
con Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal?
ON: Sí, y tengo que decir que
en los últimos cinco o seis años la transformación de la Policía Federal
realmente ha sembrado una semilla que hay que cuidar y proteger, porque hay un
espíritu profesional y una mística renovada de los nuevos jóvenes policías; hay
mas de ocho mil profesionales ya incorporados.
CM: Universitarios y
orgullosos del uniforme.
ON: Pero que además reflejan
una nueva actitud.
CM: Una cierta mística.
ON: Una mística fuerte.
CM:
Claro que de todas maneras, donde quiera se cuecen habas y distintas
corporaciones en el mundo llegan a ser inoculadas por el, digamos, veneno de la
delincuencia.
ON: Eso es una triste
realidad.
CM:
Pero eso ocurre en el área civil.
ON: Hasta en las mejores familias.
El colombiano precisó que no todos los temas
de seguridad son relativos y exclusivos a la función de la policía.
“La seguridad pasa, entre otras cosas, porque
haya un tejido social que en términos coloquiales es que haya una buena
vecindad y que nos conozcamos en el vecindario, y que ese conocimiento al final
le cierra el paso al delito.
“Y a veces se piensa que unos
mínimos controles del Estado para asegurarle a esa comunidad que no llegarán
intrusos delincuentes, en democracias latinoamericanas se interpretan como
medidas autoritarias impracticables y, la verdad, Carlos, usted me lleva a un
ejemplo que he utilizado mucho en la vida en los últimos 10 años para indicar
que la seguridad y la convivencia están lejos del autoritarismo, pero que sí se
necesita esa seguridad y convivencia, que haya un Estado con herramientas para
que no haya invasiones a esos vecindarios.
“He puesto el ejemplo en Londres,
donde simplemente a partir de un estudio radioeléctrico de los sectores,
funcionarios de policía del Ministerio de Comunicaciones de la Secretaría de
Comunicaciones es capaz de detectar dónde está funcionando un televisor que
recibe señal no autorizada, porque no ha pagado impuesto a la señal de
televisión.
“Y van de casa en casa cuando
notan que hay señales ilegales usando el espectro radioeléctrico del Estado en
el Reino Unido. Y la verdad aquí nadie se atrevería a hacer eso, aquí se abusa
de ese especio electromagnético…”, refirió.
Aseguró que le tocó vivir esa
experiencia en esa nación europea como agregado diplomático, pues un día la
policía tocó a su puerta y le preguntó por un televisor que compró.
“…Lo único que a mí se me ocurrió es que la
policía sospechaba que el televisor fuera de contrabando y yo muy orgulloso le
presentaba la factura de que había sido comprado en una tienda y tenía factura;
sin embargo, la discusión no era esa, sino que yo no había pagado el impuesto a
la señal de televisión y habían detectado que mi televisor estaba recibiendo
una señal no permitida que yo desconocía en ese momento. Por lo tanto me hice
acreedor a una multa”, confesó.
Instituto
de la ciudadanía
El viernes pasado, el
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, inauguró en su
campus de Santa Fe, en la Ciudad de México, el Instituto Latinoamericano de
Ciudadanía, que tiene como propósito no solamente tener buenos profesionales,
sino formar también mejores ciudadanos para transformar la democracia.
“Es verdad que la democracia en América Latina
necesita ser una democracia de mejor calidad, de mayor calidad. Y a veces
olvidamos que la calidad de la democracia no depende solamente de los partidos
políticos, de los políticos, sino que fundamentalmente depende de la
ciudadanía, de la manera de cómo esa ciudadanía se exprese, sea exigente y no
entienda que ser ciudadano es solamente el derecho a elegir o ser elegido.
“Hay competencias ciudadanas que deben
asegurar que el tejido social cree espacios de convivencia, hay instancias para
que la ciudadanía incorpore la cultura de la legalidad como un deber ser y hay
instancias para que esa ciudadanía, en todo caso, sea una ciudadanía
constructiva sobre valores democráticos”, explicó.
Insistió en que se busca
revalorizar el concepto de ciudadanía y ser un centro de convergencia de buenas
prácticas ciudadanas en Latinoamérica, multiplicador de esas experiencias y
hacer fundamentalmente un esfuerzo desde México para el resto de los países de la
región, que señale un nuevo rumbo en la calidad de las democracias.
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