15 ene 2014

Juan Gelman.../FA


Juan Gelman.../Fred Alvarez P.
@fredalvarez
 "...La muerte me enseñó que no se muere de amor.
Se vive de amor..."Juan Gelmán, In memoriam

La tarde de este martes 14 de enero murió en su casa de la colonia Condesa de la Ciudad de México, donde vivía desde 1988, y tras una larga enfermedad  el poeta, escritor y periodista argentino Juan Gelman, tenía 83 años de edad.
Gelman nació en 1930 en el barrio de Villa Crespo, en Buenos Aires y fue el tercer hijo Paulina Burichson y José Gelman emigrantes ucranianos; su madre era hija de un rabino y su padre fue un obrero de ideas socialistas, quien huyó de las cárceles zaristas después de haber participado en la revolución de 1905; el matrimonio se instaló en Argentina en 1928; dos años después nació el poeta, quien desde niño se enamoró de la poesía con los versos de Pushkin en ruso que recitaba su hermano, y que él no comprendía.
Escribió sus primeros poemas a los 8 años para sus amores de barrio y a los 11 años publicó en la revista Rojo y Negro; el primer verso comprometido que leyó en su vida fue “Irún, no pasarán”, una pintada en una pared de su infancia.
Quizá influenciado por su padre dedicó su vida a la militancia política, activismo que lo llevó a los 15 años –en los años 40- a militar en la Federación Juvenil Comunista y más tarde abandonó  la carrera de química para dedicarse a la poesía y al periodismo.
Fue encarcelado en 1963 junto con otros escritores por su pertenencia al Partido Comunista, se alejó de éste en 1964; poco después se unió a la Fuerzas Armadas Revolucionarias y, posteriormente, a la organización guerrillera Montoneros.
Con 25 años de edad fundó con varios jóvenes militantes comunistas el grupo de poetas El pan duro, que buscaba una poesía comprometida y popular. El colectivo dio a conocer sus trabajos un año después en el libro Violín y otras cuestiones.
A partir de mediados de los años 60 incursionó en el periodismo: fue jefe de redacción de la revista Panorama, secretario de redacción y director del suplemento cultural del diario La Opinión, secretario de redacción de la revista Crisis y jefe de redacción del diario Noticias.
Cuando ocurrió el golpe militar del 24 de marzo de 1976, él se encontraba fuera de su país; y los militares al no encontrarlo se llevaron preso a su hijo Marcelo y a su esposa María Claudia.
Gelman ya no regreso a su país, salvo una breve entrada clandestina, y permaneció exiliado. Residió alternativamente en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México, trabajando como traductor de la Unesco.
A principios de los años 80, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, continuaron abiertas causas judiciales por supuestos homicidios y otros delitos imputados a grupos guerrilleros como Montoneros. Había una orden de captura en su contra, por lo cual protestaron sus colegas escritores Gabriel García Márquez, Augusto Roa Bastos, Juan Carlos Onetti, Alberto Moravia, Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano y Octavio Paz, entre otros.
 La muerte de su hijo
En agosto de 1976 su hijo Marcelo Ariel Gelman Shuberoff, de 20 años, y su esposa, María Claudia, 19 años, por entonces militantes de la Juventud Peronista afín a la guerrilla "Montoneros", fueron secuestrados y  trasladados al campo torturas "Automotores Orletti" donde él fue asesinado entre el 4 y el 9 de octubre de 1976.
Le dispararon un tiro en la nuca, metieron su cadáver en un barril de petróleo vacío que rellenaron de cemento y lo arrojaron a un canal del rio de la Plata. De allí fue rescatado recién a fines de los años 80 y, finalmente, en 1990 la familia pudo hacer el velatorio en el sindicato de periodistas de Buenos Aires e inhumarlo.
Empero, la esposa de Marcelo fue trasladada a Uruguay, donde se le perdió la pista y dio a luz a la niña de la que estaba embarazada: Macarena. En febrero de 1978 Gelman supo que ella había dado a luz en cautiverio, y lo supo gracias al padre Fiorello Cavalli, de la Secretaría de Estado de El Vaticano.
Y hasta sus últimos momentos el poeta luchó por encontrar los restos aún desaparecidos de su nuera María Claudia Iruretagoyena, sin éxito.
Empero, las circunstancias se dieron y el año 2000 el poeta pudo encontrase con su nieta Macarena quien había sido entregada y criada por un policía uruguayo.
Antes de conocerla le escribió un carta: 
"...Me pregunto cuál ha sido tu destino. Me asaltan ideas contrarias. Por un lado, siempre me repugnó la posibilidad de que llamaras “papá” a un militar o policía ladrón de vos, o a un amigo de los asesinos de tus padres. Por otro lado, siempre quise que, cualquiera que hubiese sido el hogar al que fuiste a parar, te criaran y educaran bien y te quisieran mucho. Sin embargo, nunca dejé de pensar que, aun así, algún agujero o falla tenía que haber en el amor que te tuvieran, no tanto porque tus padres de hoy no son biológicos –como se dice– sino por el hecho de que alguna conciencia tendrán ellos de tu historia y de cómo se apoderaron de tu historia y la falsificaron. Imagino que te han mentido mucho...."
La historia es interesante.
Hay una excelente y conmovedora entrevista de Gabriela Cañas a Macarena  publicada en El País Semanal en agosto de 2008 que vale la pena ser leída.
-¿Ha leído a Juan Gelman?-, le pregunta Gabriela.
-He leído todo lo que he podido. La poesía siempre me ha gustado. 
El caso de Macarena fue emblemático de los niños que nacieron en cautiverio de padres secuestrados durante la dictadura Argentina. Después de confirmar su parentesco, el poeta y su nieta restablecieron su relación, aunque ella reconoció que era complicado por la distancia debido a que ella vive en Uruguay.
Ayer miércoles 15 de enero por la tarde llegó Macarena a la agencia funeraria de la Colonia Juárez a despedir a su abuelo..Había en capilla puros amigos y familiares del poeta como Hugo Gutiérrez Vega, Marco Antonio Campos, Eduardo Lizalde, Margo Glantz, Paco Ignacio Taibo II, Cristina Pacheco, José Ángel Leyva, José María Espinasa, Federico Campbell, Phillipe Olle-Laprune y Myriam Moscona, entre otros.
Verdad y justicia
El 23 de abril de 2007 cuando Juan Gelman recibió el Premio Cervantes en Alcalá de Henares, recitó:  "Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero".
En primera fila le escuchaba atentamente Macarena.
Hoy sus restos fueron cremados.
Se le debe un homenaje
Gracias poeta argentino-mexicano, gracias por tu poesía “hermano mayor”.
¡Hasta siempre!
Al margen
Gelman fue autor de más de 30 libros; en 2007 alcanzó el reconocimiento unánime de las letras españolas y ganó el premio Cervantes, el más importante de las letras hispanas. Una década antes, en 1997, había obtenido el Premio Nacional de Poesía; en 2000, el premio Juan Rulfo; en 2004, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; y en 2005, los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía, entre muchos otros.
Decía Gelman que la poesía viaja del misterio de uno al misterio de todos y en ese encuentro gana su transparencia. Pasa sin nombre, sin número, ajena al cálculo y la sumisión, corrige la fealdad y el desamor, abriga en sus tiendas de fuego. Entra en el lenguaje como cuerpo, corazón que interroga y no puede dormir, come los libros de la noche. 
 “Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte..."
#
Sus obras
Su relación con El Pan Duro, marcan sus primeros libros de poemas: Violín y otras cuestiones (1956), El juego en que andamos (1969) y Velorio del solo (1961). 
En 1962, Gotán («tango» al revés) supone una consolidación de la llamada Nueva Poesía Hispanoamericana. A Cólera buey (1964) le suceden Citas y comentarios (1982), Los poemas de Sidney West (1969), Valer la pena (2002) y Mundar (2008), entre otros.
Periodista desde 1954; colaboró regularmente con Página/12, en Milenio en México.
Los libros que mas lo influenciaron, dicho por él.
1. Cántico espiritual, San Juan de la Cruz.
2. Crimen y castigo, Fiódor Dostoievski.
3. Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.
4. Trilce, César Vallejo.
5. A la sombra de los barrios amados, Raúl González Muñón.
6. Ricardo III, William Shakespeare.
7. Los hundidos y los salvados, Carlo Levi.
8. Elegías del Duino, Rainer Maria Rilke.
9. Poemas, Osip Mandelstam.
10. No amanece el cantor, José Ángel Valente.
Su amigo Antonio Gamoneda (1931-) dice que  su libro favorito es “El emperrado corazón amora”, de su hermano mayor Juan Gelman. 
*
Selección poética.
Costumbres
"No es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal
** 
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
*
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
** 
Certezas
A ver cómo es.
Estaba quieta la inquietud por una vez.
La desazón en sazón y
¡cómo se parecía el mundo a Gerarda
envuelta en sensaciones de encaje!
Las palabras chocan contra la tarde
                         /y no la descomponen.
La furia no me deja solo conmigo.
Habrá que recortar la sombra militar.
¡Camaradas especialistas en esperar cansancios:
apaguen el amor dudoso
que baja humilde y despacito!
Hasta el revés del cosmos morirá!
** 
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
 *
Epitafio
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.
**
Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.
 **
Fábricas del amor
Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
** 
Gotán
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
**
La muchacha del balcón
La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
Con paso lento, balanceándose, llena de olor,
Las viejas casas palidecen en tardes como ésta,
Nunca es mayor su harapienta melancolía
Ni andan más tristes de paredes,
En las profundas escaleras brillan fosforescencias como de mar,
ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si recordaran,
eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal,
                                                                carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancings.
Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer
Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,
El silencio de los desconocidos
Era un oleaje en medio de la calle
Con rodillas y rostros de ternura chocando
Contra el "New Inn", las puertas, los umbrales de color abandono.
Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la cama deshecha
donde todos creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido.
*
La rueda
El arco o puente que va
de tu mano a la mía cuando
no se tocan, abre
una flor intermedia.
¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca
ese vacío de las manos
solas en su fatiga?
Nace una flor, sí,
se agosta en mayo como una
equivocación de la lengua
que se equivoca , sí.
¿Por qué este horror?
En la página de nosotros mismos
tu cuerpo escribe.
**
Lo que pasa
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
                                                       como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
***
Mujeres
decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas 12397
mujeres en su mujer era difícil saber con quién trataba uno en ese pueblo de mujeres  ejemplo:
yacíamos en un lecho de amor
ella era un alba de algas fosforescentes 
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que aullaban
recuerdo cuando se apareció envuelta en rosas de agadir
parecía una constelación en la tierra
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha
como el sol que se ponía en su voz
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno
y cuando se dio vuelta
su nuca era el plan económico
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la                                                                        dictadura militar
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer 
yo estaba ligeramente desconcertado
una noche le golpié el hombro para ver con quién era y vi en sus
                                                                         ojos desiertos un camello
a veces
esa mujer era la banda municipal de mi pueblo 
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar
y los demás desafinaban con él
esa mujer tenía la memoria desafinada
usté podía amarla hasta el delirio
hacerle crecer días del sexo tembloroso
hacerla volar como pajarito de sábana
al día siguiente se despertaba hablando de malevich

la memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo que le pateó la infancia una noche del ser
                                                                                                                   ellaba mucho esa mujer y
la devoraron todos los fantasmas que pudo alimentar con sus miles de mujeres
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo
yo  compañeros  una noche como ésta que nos empapan los rostros que a lo mejor morimos
monté en el camellito que esperaba en sus ojos y me fui de las costas tibias de esa mujer
callado como un niño bajo los gordos buitres que me comen de todo   menos el pensamiento de cuando ella se unía como un ramo de dulzura y lo tiraba en la tarde
**
Nota I
te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré uno con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar, derrota.
nunca me faltará un rostro amado para
matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que mueras
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.

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