- Si las cifras se confirman, es la mayor matanza por arma de fuego de la historia de EU; la de Orlando, en la discoteca Pulse, acabó con 49 fallecidos y 53 heridos.
- Había en el con cierto 22 mil asistentes;
- ISIS ha asumido la autoría del ataque, algo que las autoridades han acogido con escepticismo.
- En principio se descarta su vinculación a algún grupo extremista; el FBI considera que no hay conexión islamista, pese a la reivindicación del ISIS.
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Stephen Paddock: el “lobo solitario” que se suicidó
El supuesto autor de la matanza de Las Vegas es un hombre de 64 años y que la policía no vincula en principio a ningún grupo extremista
J.M.AHRENS
El País, Washington 2 OCT 2017
Imagen de Stephen Paddock difundida por las televisiones locales.
La verdad de Stephen Craig Paddock aún se mueve en las sombras. No será por mucho tiempo. Es cuestión de horas que los pormenores de su vida y muerte emerjan, y el mundo conozca qué guio su locura asesina. De 64 años y sin antecedentes graves, la policía de Las Vegas considera que actuó como “un lobo solitario”. De momento, no se le ha vinculado con ninguna organización extremista, pese a que Estado Islámico (ISIS por sus siglas inglesas) se ha atribuido el tiroteo y asegura que se había convertido al islam en los últimos meses. Con su muerte, las fuerzas de seguridad consideran que la amenaza ha terminado.
En contra de las primeras versiones, Paddcock no murió en su habitación a manos de los SWAT, cuerpos policiales de intervención rápida. Las investigaciones han revelado que se suicidó después de matar a placer desde su habitación del gigantesco hotel Mandalay Bay. Estratégicamente situado en el piso 32, junto a él se han descubierto una decena de armas lo que muestra que actuó con premeditación.
Los primeros tiros los efectuó, siempre según las primeras versiones, a las 22.08. Su objetivo estaba a sus pies. Unas 30.000 personas habían acudido a un concierto del cantante de country Jason Aldean, dentro del Route 91 Harvest Festival, que se celebraba junto al hotel. Durante 30 segundos, los disparos se confudieron con la música. Pero cuando esta paró, el terror hizo su aparición. El traqueteo convulso, sordo, casi infinito de las armas de Paddock sembraron la muerte. “Era una pesadilla de guerra, no entendíamos quién disparaba ni desde dónde, pero sabíamos que nos querían matar”, contaba ayer un superviviente a la televisión. El horror duró unos siete minutos. En el suelo quedaron más de 50 muertos y 400 heridos.
Del final de Paddock se sabe poco. Igual que de su vida. La policía está registrando ahora mismo su domicilio en Mesquite, una localidad de 18.000 habitantes a 130 kilómetros de Las Vegas. La implicación de su compañera, que en un principio fue considerada sospechosa, se ha diluido conforme pasan las horas. La de Paddock aún tiene que ser detallada. De momento, su móvil es un misterio.
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