Rio Doce, 6 febrero, 2018 /
Por alguna razón nadie quiso a Gerardo Vargas Landeros. Se descompuso en el camino por las candidaturas. Ya llegó tocado a la justa pero siguió hasta el final para encontrarse con que no tenía espacio en el PRI, tampoco en la coalición que encabezan el PAN y el Partido Sinaloense en Sinaloa, ni en Morena, cuyo dirigente, Andrés Manuel López Obrador, dijo a la prensa que tenía cabida en su partido, pero solo como ciudadano.
Por alguna razón nadie quiso a Gerardo Vargas Landeros. Se descompuso en el camino por las candidaturas. Ya llegó tocado a la justa pero siguió hasta el final para encontrarse con que no tenía espacio en el PRI, tampoco en la coalición que encabezan el PAN y el Partido Sinaloense en Sinaloa, ni en Morena, cuyo dirigente, Andrés Manuel López Obrador, dijo a la prensa que tenía cabida en su partido, pero solo como ciudadano.
Después de lo dicho por el Peje, Vargas Landeros siguió picando piedra en la coalición Por México al Frente, a la cual ya se había acercado. Pidió una entrevista con Ricardo Anaya, cuando éste visitó Mazatlán el martes, pero no la logró. Entonces fueron los dirigentes del PAN estatal, quienes le hicieron el planteamiento a Anaya. Y aunque el asunto quedó pendiente, no avanzó mucho. Los panistas propusieron a Gerardo para la alcaldía de Ahome pero eso provocaría divisiones en el partido, sobre todo con los panistas de cepa.
Gerardo Vargas se enteró desde principios de enero que no estaría en las listas del PRI y que no tenía ninguna posibilidad de que las cosas cambiaran. Como él se lo declaró a Lucía Mimiaga, reportera de El Debate, se reunió con el gobernador para buscar la candidatura al Senado de la República. Fue un desayuno el 4 de diciembre pasado en la casa que Quirino Ordaz tiene en La Primavera. Estuvieron ellos dos, el secretario general de gobierno Gonzalo Gómez Flores y Joel Hernández Niño, éste último intermediario para el encuentro.
Ya antes el gobernador le había hecho saber a Gerardo que no podía interceder por él porque las candidaturas al Senado las define el presidente de la república y el candidato presidencial, pero le aclaró que tampoco lo vetaría. Y ese compromiso hicieron esa mañana. La candidata de Quirino era la mazatleca Irma Tirado.
Las cosas no se dieron para el mochiteco y le ofrecieron ser coordinador de la campaña de José Antonio Meade en Durango. “No acepto —dijo airado— sería como un exilio”.
Y a partir de ese diferendo empezó a moverse en diversos hilos. Todos los que fueran posibles. Todos inútiles. La ciudad de México: Erubiel Ávila, Emilio Gamboa, Renato Ocampo… Gerardo Vargas tenía tantas rayas como el tigre. Todas pintadas por él mismo desde que decidió ir, como priista, en contra del PRI en 2010, acompañando a Mario López Valdez en una aventura de la que, hasta ahora, ha salido airoso y obscenamente rico. Fue secretario general de gobierno de la administración más corrupta que haya tenido Sinaloa en la época moderna y nada se le ha podido imputar a él, y no porque no haya sido parte del mierdero que caracterizó a la administración saliente de la que hay decenas de funcionarios en tela de juicio, sino porque su posición administrativa y política lo eximía de firmas y controles fiscales.
En realidad Gerardo Vargas no es nadie ahora. Y su trébol de cuatro hojas que ha esgrimido como estandarte de arengas no existe más que en su imaginación y como espantapájaros, sin más fuerza que la que quieran ver los chanates en la milpa.
En todo caso ahí está, y los que tienen una vara y una medida pueden sopesar su verdadero valor político. No irá a ningún lado. Y su amenaza de que puede cargar los dados en favor o en contra de un candidato o partido es solo eso, una amenaza, y en todo caso, una arenga desesperada y chaparra.
Al final, Gerardo Vargas Landeros queda en Sinaloa como esos saldos pútridos a los que los partidos —como en otros tiempos también lamentables— tienen que acudir para llenar huecos y buscar los votos que no se logran con convicción y sencillez, con razonamientos, con propuesta, con inspiración y cara llana.
En todo caso no todo está perdido para él: ahí está el PAIS, el Partido Independiente de Sinaloa, fundado y dirigido por Serapio Vargas Ramírez, un partido que él ayudo a formar y que tiene en sus listas de diputados a gente que Gerardo tuvo en la primera línea de su administración, entre ellos a Raúl Pérez Miranda, subsecretario de Gobierno, es decir, su subalterno.
Bola y cadena
¿ES REMOTO QUE GERARDO TERMINE EN EL PAIS? No, no es remoto, en realidad un hombre solo y desesperado se agarra de un clavo ardiendo. No tiene mucha fuerza como para decidir resultados como presume, a favor o en contra, pero el PAIS tampoco tiene nada a quién presentar como candidatos y si logra incorporar a Gerardo a sus huestes puede ganar posiciones. Sería una alianza de conveniencia en la que las dos partes saldrían ganando. Una alianza rara que encontraría la razón en la misma formación de un partido raro también.
Sentido contrario
¿ALGUIEN SUPO QUE RICARDO ANAYA ESTUVO EN SINALOA? Ricardo Anaya es el pre candidato de la coalición Por México al Frente y es panista y representa ahora a la izquierda que anida en el PRD y… ¿Alguien sabe quién es, qué propone, qué debate, a qué se opone…? Estuvo en Mazatlán la semana pasada. ¿A alguien le quedó algo de su paso por el puerto?
Humo negro
¿DÓNDE TIENE SU ORIGEN LA VIOLENCIA que azota a Culiacán? ¿Quién la instiga y quién la protege? ¿Cuál es la diferencia entre un gobierno que se fue y el que ahora presume una coordinación con el Ejército? ¿Quién manda aquí? ¿Dónde estaba el Ejército cuando cuatro hombres, sicarios o no fueron fusilados sin que nadie pudiera evitarlo? ¿Dónde estaban el gobierno municipal y el estatal? ¿En manos de quién estamos? ¿En manos de quién estuvieron hombres, mujeres y niños en esa fiesta de la Limita de Itaje?
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