16 mar 2020

Columnas políticas hoy, lunes 16 de marzo de 2020

 Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, dijo que el Presidente López Obrador no podría contagiar a más personas en caso de que tuviera coronavirus, pues posee una fuerza moral y no de contagio....Puf!
Ese hombre no sabe lo que dice...!
"La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio. En términos de una persona, de un individuo que pudiera contagiar a otros, el Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo.
"El Presidente no es una fuerza de contagio, entonces no tiene por qué ser la persona que contagie a las masas".
Asimismo, Gatell dijo que AMLO no es una persona de especial riesgo, pues goza de buena salud y que debe mantenerse en privado su situación clínica pese a ser figura pública.
Comentó que sería incluso recomendable que al Mandatario federal le diera Covid-19 para evitar que la población pregunte sobre su salud o lo acose sobre si se hará la prueba diagnóstica.
"Le voy a decir una cosa muy pragmática. Casi sería mejor que padeciera coronavirus (el Presidente), porque lo más probable es que él en lo individual se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él", agregó
 Legisladores de Oposición calificaron como un acto de ineptitud y de irresponsabilidad las declaraciones del subsecretario de Salud; la diputada del PRD, Guadalupe Almaguer, consideró que las aseveraciones del funcionario federal son una irresponsabilidad y una muestra de que hasta la pandemia por el Covid-19 es utilizada con fines populistas.
El vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Marco Adame, consideró que López-Gatell pierde autoridad al tratar de justificar las conductas del Presidente, quien pese a las recomendaciones del propio subsecretario ante la emergencia generada por el nuevo coronavirus ha seguido encabezando eventos masivos en diferentes entidades del País..
El senador de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, también criticó al subsecretario, al asegurar que en tiempos de pandemia la ineptitud es contagiosa.
"En tiempos de pandemia hasta la ineptitud se contagia", posteó.
La diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, advirtió que con declaraciones como las de la mañana, López-Gatell echa por la borda la credibilidad que había obtenido en el manejo de la pandemia.
Por su parte, la diputada del PRI, Lucero Saldaña, calificó como una irresponsabilidad el continuar promoviendo actos masivos pese a lo que ya es considerado como una pandemia.
"Además continúa la irresponsabilidad al promover eventos masivos y minimizando esta crisis de salud mundial ignorando las recomendaciones de la @opsoms. A pesar de ello, mantengámonos unidos y solidarios ante esta contingencia coronavirus", escribió.
https://www.facebook.com/fred.alvarez1/videos/10157381837253369/
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OMS jala orejas a México: Presidente debe liderar lucha contra Covid19
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesu, indicó que las acciones del combate contra el coronavirus deben provenir del más alto nivel de gobierno y no sólo ser una estrategia relegada al sector Salud. O sea..
"Una respuesta de todo el Gobierno liderados por el presidente. Y esa respuesta de todo el Gobierno debe movilizar a toda la sociedad y asegurarse de que es la responsabilidad de todos”, señaló el director de la OMS. 
López Obrador fue criticado por continuar realizando eventos masivos y saludar de mano y beso a los asistentes, entre ellos niños, a pesar de la recomendación de la OMS es el distanciamiento social, es decir, no acercarse a personas a más de un metro de distancia. 
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Ayer a las 13:30 horas el papa Francisco por las calles de Roma entre dos iglesias, para invocar el fin de la pandemia
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Columnas políticas hoy, lunes 16 de marzo de 2020
TEMPLO MAYOR/ Templo Reforma..
DICEN que, en tiempos de emergencia, el buen ejemplo no sólo es importante, incluso se convierte en algo necesario. Pero, por lo que se ha visto, en Palacio Nacional no lo piensan así.
MIENTRAS los mandatarios de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Angela Merkel, limitaron sus contactos a saludos con los codos y Donald Trump -quien está en campaña- está aplazando eventos multitudinarios, Andrés Manuel López Obrador sigue acudiendo a actos masivos en los que saluda de mano, abraza y besa a quienes se lo pidan.
ADEMÁS, transita por aeropuertos, se queda en hoteles y usa diferentes vehículos, mientras que las recomendaciones a nivel internacional establecen justo lo contrario.
¿ACASO el médico personal del Presidente o su equipo cercano no le han hecho ver al jefe de Estado el riesgo innecesario al que se expone, más aún por ser mayor de 60 años y por sus antecedentes de problemas cardiacos? Es pregunta de Estado, no personal.
CUENTAN por ahí que la decisión de posponer el 45 Tianguis Turístico, que este año tendrá como sede Mérida, no fue una decisión de consenso entre autoridades federales y estatales.
SEGÚN esto, el secretario de Turismo, Miguel Torruco, insistió mucho en no mover la fecha, hasta que el gobernador anfitrión, el panista Mauricio Vila, le dijo que o se hacía más tarde en el año o de plano no se hacía.
DE AHÍ QUE, enmuinado y todo, el funcionario de la 4T tuvo que acceder a que el evento se pasara para septiembre… y vaya que le hará falta a esa industria un empujón a fin de año.
QUIENES tienen buena memoria recuerdan que, en el 2009, uno de los puntos focales de la estrategia de la administración del entonces jefe de Gobierno Marcelo Ebrard para contener la epidemia de influenza A-H1N1 fue el Metro.
SE HABILITARON 25 cámaras térmicas que funcionaron de manera aleatoria en las 175 estaciones para detectar a usuarios con fiebre y, cada vez que un convoy llegaba a la terminal después de su recorrido, era limpiado a conciencia y desinfectado antes de regresar al servicio.
LA PREGUNTA que se hacen esos memoriosos es como para cuándo tiene planeado Claudia Sheinbaum echar a andar medidas similares en el Metro y el Metrobús, toda vez que los casos de covid-19 comienzan a escalar en la Ciudad de México.
¿CUÁL es el colmo de un asistente al “Vive Latino 2020” en la CDMX. Que, por culpa del Covid-19, ese festival se acabe convirtiendo en el “Corona Capital”. Es chiste… parezca lo que parezca.
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BAJO RESERVA/El Universal
Los conservadores en la UNAM
Nos dicen que el titular de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, Jorge Volpi, le han armado una campaña para afectar su reputación y la de una de sus colaboradoras, En una carta, un grupo de mujeres está aprovechando la actual coyuntura de legítimas denuncias de acoso, para acusar a Volpi de utilizar su puesto en la Universidad para privilegiar a mujeres a cambio de favores sexuales. Una de las señaladas como supuesta víctima de Volpi, nos comentan, es en realidad víctima de la violencia de género por parte de las denunciantes, pues consideran que la colaboradora de Volpi no tiene ñas capacidades suficientes y que la única manera de hacer carrera es por medio de un intercambio sexual.
La propia aludida ha expresado su indignación por la violencia machista de las que ha sido objeto, no de su jefe, sino de sus compañeras. El caso, nos hacen ver, tiene la firma de grupos conservadores muy activos de la UNAM:
Aplastan disidencia de Morrena en San Lázaro
En este diario le hemos dado a conocer puntualmente las posturas del expresidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, contra su propia bancada, así como hacia la Cuarta Transformación.
Nos cuentan que en su grupo parlamentario ya lo empiezan a ver mal a Muñoz Ledo por sus opiniones, sin embargo, al exembajador ante la ONU poco le importan las críticas. Pero nos cuentan que otra de las diputadas conocidas como “rebeldes” en Morena, Lorena Villavicencio, respaldó a fon Porfirio y acusó que en Morena existe la auto censura para opinar sobre las iniciativas presidenciales a pesar de que tienen deficiencias o son contrarias a los principios de su fracción. Además, acusó que hay diputados bloqueados y sin “juego interno” por sus abiertas discrepancias.
A esos “disidentes” los han sancionado quitándoles participación en la tribuna y congelando sus iniciativas. ¿Algo qué decir, don Mario Delgado?.
Los migrantes ante el Covid-19
El Covid-19 ha puesto en alerta a autoridades nacionales, pero también internacionales, en México. Es el caso de la Agencia de la ONU para apoyo de Refugiados (ACNUR) en territorio mexicano, la cual ha estado muy al pendiente de los migrantes, ya ahora hace recorridos por albergues de la sociedad civil, para –entre otras cosas—implementar medidas preventivas ante la enfermedad del coronavirus. Y en todo ello han podido detectar que hasta el momento no hay reporte de personas refugiadas que sean portadoras del Covid-19.
Dios y el Coronavirus
Con todo y contingencia por el coronavirus, el nuncio Franco Coppola abrió las puertas de la sede diplomática del Vaticano, en conmemoración del séptimo aniversario del pontificado del papa Francisco, y a esa recepción asistió la presidenta del Senado Mónica Fernández Balboa, como representante de la Cámara Alta, una legisladora puntual en la observancia de la laicidad y de los principios de política exterior del Estado mexicano.
¿Mucha confianza en que el dios católico perdonará del Coronavirus a las reuniones en su nombre? Cuando menos cabría esperar que no se hayan saludado ni de mano.
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TRASCENDIÓ/Milenio Diario
QUE desde hace unos días México tiene a la mano una herramienta más para monitorear el coronavirus. Se trata de Go.Data, plataforma que la Organización Mundial de la Salud pone a disposición de los países que la necesiten y que puede almacenar en tiempo real casos de contagio, información de laboratorio, hospitalización, seguimiento de otros infectados, cadenas de transmisión y curvas epidemiológicas. Lo mejor es que puede ser utilizada por cualquier funcionario de Salud, para revisar el comportamiento del virus desde su tableta o smartphone.
QUE siguiendo con el tema del Covid-19, el gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa, se niega a cancelar la cuarta edición del triatlón internacional Ironman 7.3, pese a peticiones de ciudadanos y empresarios locales, cuyo argumento es la gran cantidad de personas que llegan de Europa, actual epicentro de la pandemia. Quizá el mandatario se escude en que, hasta ayer, la entidad que gobierna es la única con cero contagios.
QUE los encuestadores del Inegi seguirán con la misión de realizar el Censo de Población y Vivienda 2020 pese a la emergencia sanitaria, que ayer escaló en importancia luego de que autoridades federales recomendaran suspender clases y actos masivos en todo el país.
La única instrucción que han recibido los entrevistadores es reforzar los protocolos de sanidad, atendiendo a lo que ha dicho la propia Secretaría de Salud; es decir, no saludar de mano, lavarse constantemente las manos y hacer uso de gel antibacterial.
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SACAPUNTAS/El Heraldo de México
El florero mayor
Ni a las reuniones de alto nivel para tomar decisiones sobre el coronavirus asiste el secretario de Salud, Jorge Alcocer. Ayer no se paró al cónclave entre el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, y los secretarios de educación de los estados, en el que se acordó adelantar el periodo vacacional de Semana Santa. El asunto es que en el Gabinete ya no lo bajan de florero.
Tomó las riendas
Se llevó las palmas el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, por agarrar al toro por los cuernos y tomar decisiones para proteger a la población ante la pandemia. Fue él quien reunió a autoridades de salud y educativas estatales para hacer el plan de acción ante la propagación del virus. Su principal preocupación, nos cuentan, es la salud de niños, niñas y docentes.
OCESA necea
Se montó en su macho OCESA, que preside Luis Alejandro Soberón Kuri, y con todo y la emergencia por el COVID-19 realiza el festival Vive Latino. Le cancelaron 12 bandas y ni así suspendió el evento. Nos dicen que esa irresponsabilidad tiene que ver con las ganancias, es decir, prefiere exponer a miles de jóvenes que regresar el dinero de las entradas.
Cero Congruencia
Nos cuentan que la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, fue vista ayer en el partido entre Pumas y Cruz Azul, de la Liga MX Femenil. No habría llamado la atención de no ser porque el jueves pasado canceló todos los actos del recinto por la emergencia sanitaria, y resulta que se fue a meter al estadio, al que acudieron 22 mil 300 personas.
Salida poco decorosa
Nos adelantan que en la bancada del Partido Acción Nacional en el Senado de la República ya se baraja una salida al tremendo oso que protagonizó con el caso del supuesto espionaje a sus oficinas. El asunto es delicado porque podría salir a decir que los micrófonos se colocaron durante el paso de Rafael Moreno Valle (ahora finado) como líder de la bancada.
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FRENTES POLÍTICOS/Excélsior
1. Los números no mienten. A pesar del choque de trenes en la estación Tacubaya, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ratificó que el Metro de la CDMX es seguro.“Sí es seguro, hay muchos mecanismos de seguridad y en este caso en particular vamos a ver qué pasó y lo vamos a dar a conocer a la opinión pública, a toda la ciudadanía”, dijo.
La mandataria capitalina indicó que hoy se informará si las estaciones Observatorio, Tacubaya y Juanacatlán reanudan servicio mañana lunes. Reconoció el esfuerzo de los trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo ante la emergencia. En 50 años, el Metro ha transportado, en números, a toda la humanidad entera varias veces, y sólo ha tenido tres accidentes graves en cinco décadas. Ni los aviones son más seguros. No lo politicemos todo.
2. Si no pueden, renuncien. El grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados solicitará la comparecencia del secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, para que explique la estrategia, medidas preventivas y atención médica que se tomarán para enfrentar el coronavirus.
A ver si ahí reaparece. Es lamentable que el secretario de Salud no dé ningún informe sobre el coronavirus, toda información la está brindando el subsecretario Hugo Lopez-Gatell, entonces, ¿para qué tener a alguien que no ejerce su labor? Alcocer Varela, se supone, es el titular, pero desde que iniciaron los contagios no se sabe nada de él. Si ante una pandemia no sale a hacer frente, qué se puede esperar de él. Sólo su dimisión.
3. Buenos acuerdos. El gobernador de Chihuahua, Javier Corral, se reunió ayer con el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en la Ciudad de México, para tratar temas concernientes al estado. “Esta tarde nos hemos encontrado el Canciller @m_ebrard y un servidor en la @SRE_mx para dar seguimiento a nuestra agenda de colaboración y coordinación en diversos temas.
Como siempre, celebro y reconozco la disposición y apoyo al @GobiernoEdoChih de Marcelo Ebrard, gran amigo!”, publicó, textual, en su cuenta de Twitter. Corral hizo el viaje relámpago a la capital del país, y regresó para continuar una agenda privada durante el fin de semana, días cruciales para definir los pasos a seguir con respecto a la emergencia por coronavirus. Incansable mandatario, tiene los ojos puestos en todos lados.
4. Lecciones aprendidas. Si algo dejó la anterior alerta sanitaria en 2009, cuando los mexicanos hicimos caso a las autoridades y nos guardamos en casa debido a la influenza H1N1, es que se debe actuar conforme a los tiempos. Apresurarse puede ser contraproducente. “Tomar medidas demasiado anticipadas puede tener efectos económicos importantes, mayores a la epidemia”, afirmó Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda.
El funcionario señaló que otras de las elecciones fue que la dependencia ahora debe alinearse a las recomendaciones de la Secretaría de Salud en el tema del coronavirus, con el fin de que una vez definida la trayectoria de la enfermedad, Hacienda estime los posibles impactos en los sectores productivos. No coman ansias, si el futuro depara home office, pues home office. Pero todo a su tiempo.
5. Los súper héroes. La Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca, a través de la Policía Estatal, dará acompañamiento a los encuestadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el Censo de Población y Vivienda 2020 en el estado. La medida se toma luego de que un encuestador fuera atacado a balazos la semana pasada, en el municipio de Juchitán.
En un comunicado, el titular de la SSPO, Ernesto Salcedo Rosales, dijo que 15 elementos a bordo de patrullas se trasladaron a las rancherías pertenecientes a Unión Hidalgo, Juchitán de Zaragoza, para brindar seguridad y atención a hombres y mujeres que realizan el censo en la región. Caminar por la zona caliente es de verdaderos héroes, y los encuestadores del Inegi, a cargo de Julio Santaella, sí que lo son.
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DE NATURALEZA POLÍTICA/Enrique Aranda / 
Excélsior
4T e IP, “a las vencidas”
El actual gobierno ha decidido, desde su ventajosa posición, jugar a las vencidas con el sector privado
En el peor momento, cuando la administración federal y el resto de los sectores –el capital privado de manera especial– debieran cerrar filas en aras de enfrentar, unidos, el embate de la pandemia del coronavirus y los efectos de una crisis económica de carácter global que, por lo pronto, canceló ya en la práctica toda posibilidad de crecimiento anual, el gobierno de la 4T –desde su ventajosa posición de poder, se entiende– decide “jugar a las venciditas” con el sector privado.
Ocurre que, luego que apenas en enero el cuestionado Víctor Manuel Toledo, de Semarnat, aprobara a la cervecera Constellation Brands seguir adelante con la instalación/operación de la que será su tercera planta en el país –en la que, vale destacar, invirtió ya poco más de 1,400 millones de dólares–, la administración federal y más específicamente Andrés Manuel López Obrador decidieron, el 24 de febrero, someter a consulta popular –“un ejercicio patito (a realizar 21 y 22 de marzo por Gobernación, de la cuestionadísima Olga Sánchez Cordero) cuyo resultado podemos adivinar de antemano…”– su apertura, argumentando que el consumo previsible de agua a realizar –como aseguran grupos afines a Morena y al lopezobradorismo– afectaría el abasto del vital líquido en la región de Mexicali, Baja California.
Ello, independientemente de que, tanto con el nuevo gobierno estatal a cargo del cínico Jaime Bonilla Valdez, como con entidades del gobierno central, la Semarnat, la Oficina de la Presidencia, de Alfonso Romo y Conagua, de Blanca Jiménez en particular, se hayan firmado diversos acuerdos por los que el consorcio se obliga no sólo a restituir el agua utilizada –vía reutilización y otros métodos– sino, incluso, cantidades mayores en beneficio de la ciudadanía.
A la vista, pues, un nuevo caso de desprecio absoluto hacia la legalidad y certeza jurídica que al empresariado debe garantizar todo gobierno. La relación entre la 4T y el empresariado representante del capital nacional y/o extranjero, en Baja California al menos, vive una suerte de jaloneo a resolverse en unas clásicas venciditas de barrio. Ahora sí que, ¡ver para creer!...
Asteriscos
*Sólo después de una inusual escalada de presión social, aunque de manera tardía en opinión de los más, el gobierno asume medidas orientadas a contener (en lo posible) el crecimiento de los casos de infección por COVID-19: adelantó las vacaciones de Semana Santa, decretando la suspensión de clases desde el 20 de marzo al 20 de abril. El SNTE, de inmediato, cerró filas…
*A no pocos, por cierto, llamó la atención el mensaje que vía Twitter difundió ayer Arturo Elías Ayub, funcionario de Telmex y yerno de Carlos Slim Helú: “Hoy me avisaron de otros dos. Son ya 18 conocidos míos confirmados positivos de COVID-19; si yo tengo 18 conocidos, en México debe haber cientos o ya miles. Por fa… Exageren en sus medidas de cuidado”.
* Apenas el viernes, ante más de 200 fieles reunidos en la Nunciatura Apostólica para conmemorar la elección del papa Francisco, el nuncio Franco Coppola oró por la superación de la alerta, producto del virus y, con el presidente de la CEM, Rogelio Cabrera; y el cardenal emérito, Norberto Rivera, celebró la decisión del episcopado de sumar al esfuerzo por recuperar la paz…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
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La salud primero /Paola Rojas
Fuera del Aire
El Universal
El viernes pasado entrevisté en los micrófonos de Radio Fórmula al doctor Francisco Moreno, encargado del programa de coronavirus del Hospital ABC. Me dijo que en esa institución, nueve personas habían dado positivo en la prueba de la enfermedad. En ese momento, la cifra oficial de casos confirmados en todo el país era de quince. Compartí el dato y la entrevista en Twitter.
El Dr. Moreno publicó esto en la misma red social: Existen 9 pruebas positivas para #COVID2019 en el Centro Médico ABC. Estas pruebas se van al INDRE para darles validez.
El mismo viernes, el asunto de los nueve casos llegó hasta la conferencia de prensa de autoridades de la Secretaría de Salud. El director de Epidemiología de esa dependencia, José Luis Alomía, explicó que se pueden producir nuevos casos después de la hora en que se hace el corte de la información. “Nosotros tenemos una hora de corte para producir el comunicado técnico diario. Lo que está sucediendo con este hospital privado es lo que está sucediendo con todos los estados, con todos los laboratorios estatales. Todos los estados pueden confirmar casos después de la hora de corte, inclusive hay estados que han salido a la par de esta conferencia, o que han salido en la tarde o en la mañana a declarar sus casos. Entonces, no hay ningún problema que los casos que se van confirmando, puedan ser en su momento declarados”.
El Hospital ABC emitió un comunicado en el que destacó que el INDRE es el único organismo que puede dar información oficial sobre los resultados de las muestras que se toman a los sospechosos de tener la enfermedad. “Solo se hará la prueba de Covid-19 a personas que cumplen el cuadro clínico y el viaje a los países de transmisión comunitaria definición operacional de caso. Todos los casos que cumplen la definición operacional se envían al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE), dependencia del gobierno de la República Méxicana; este instituto es el único habilitado para dar un resultado oficial. Este resultado puede tardar de 24 a 72 horas.”
No hay ninguna contradicción. Un hospital privado obtuvo nueve casos positivos y los mandó al INDRE para su validación.
Sin embargo, en un momento en el que los mexicanos necesitamos ser muy solidarios, lo ocurrido generó que en Twitter nos atacaran con una gran hostilidad al doctor Moreno y a mí. Lamento que se haya injustamente señalado a un médico del que solo existen las mejores referencias como profesional de la salud.
En mi caso, los ataques no se quedaron en lo periodístico. Nuevamente hubo burlas, ofensas y alusiones a asuntos personales. Además de su misoginia, demuestran su falta de argumentos. Si lo que buscan es desalentarme, les tengo noticias: me hacen mas fuerte. Mi obligación es compartir la información con que cuento, sobre todo si la salud de muchos está en juego.
@PaolaRojas
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Tres reflexiones sobre la epidemia | Alejandro Hope
Plata o Plomo
El Universal
¿Por qué se exige que quede limitada a especialistas de salud pública la discusión sobre el coronavirus?
Esta columna se concentra habitualmente en temas de seguridad y justicia. Pero, dada la crisis de salud que vivimos, hoy me permito una digresión.
En los últimos días, conforme se ha hecho manifiesta la amenaza del coronavirus, el gobierno ha expresado que sus decisiones en respuesta a la epidemia se rigen por la técnica y no por la política. En algunos sectores, se ha tomado esa afirmación como licencia para sugerir que cualquier crítica es un intento malintencionado de golpear al gobierno a costa de la salud de los mexicanos y que a la población solo le toca seguir las instrucciones de los científicos.
Creo que esa argumentación debe ser resistida por diversas razones:
1.El debate técnico sobre la respuesta a la epidemia de Covid-19 no está zanjado. Hay protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero, dentro de ese modelo, cabe una enorme heterogeneidad de políticas públicas. Algunos países han sido agresivos en la realización de pruebas a población asintomática, otros no. Algunos gobiernos han impuesto amplias medidas de distancia social de manera temprana, otros no. En algunos casos, las limitaciones impuestas a la población han sido draconianas; en otros no. A estas alturas, ¿se puede afirmar con plena certeza cuál es la mejor combinación de políticas? Francamente lo dudo. En internet, se pueden encontrar opiniones de especialistas, todos con impecables credenciales profesionales, argumentando a favor y en contra de diversas mezclas de política pública. Dado lo anterior, afirmar que una decisión fue tomada por científicos con criterios técnicos no cierra la discusión sobre su pertinencia.
2.La discusión no es exclusivamente técnica. Las intervenciones de política pública se definen considerando su posible eficacia para enfrentar a la epidemia, pero también atendiendo a sus costos económicos y sociales. Pero esa no es una simple operación contable ¿Existe un consenso sobre el valor monetario de una vida humana? ¿Podemos simplemente recurrir a la técnica para decidir entre la destrucción de empleos y la pérdida de vidas? ¿Se puede resolver a golpes de estadística la contradicción entre el derecho a la salud y la libertad de movimiento? La respuesta a todas las preguntas anteriores es no. La reacción ante una epidemia pasa por una reflexión ética. Y como sucede en un entorno social, las consideraciones políticas son parte integral de la discusión. Al fin y al cabo, estamos hablando de cómo se reparten costos y cómo se distribuyen recursos, de cómo se ejerce el poder y cómo se garantizan derechos. Allí estamos inevitablemente en el terreno de la política.
3.Si la discusión sobre la respuesta a la epidemia es a la vez técnica y política, ¿por qué se exige que quede limitada a especialistas de salud pública, que los que no somos epidemiólogos nos quedemos callados y nos limitemos a seguir las instrucciones de las autoridades? Se está hablando de nuestras vidas, nuestras familias, nuestras libertades ¿Por qué no deberíamos de opinar al respecto? Sí, entre nuestras opiniones, cabrá mucha estupidez y mala fe. Se diseminarán rumores e información falsa. Y sí, habrá quien vea esto como una oportunidad de cosechar votos. Pero habrá también críticas fundadas y demandas atendibles que permitan afinar la calidad de la respuesta gubernamental. Y surgirán también datos que no sean capturados por los sistemas tradicionales de vigilancia epidemiológica. Esos son activos para enfrentar la crisis.
Parafraseando la célebre frase de Georges Clemenceau sobre la guerra y los militares, las epidemias son un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de epidemiólogos.
@ahope7@#
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La elección del virus | León Krauze
Epicentro
El Universal
Trump debió ser el primero en demostrar la importancia de mantener las distancias sociales y la higiene, pero optó por lo contrario
Hasta finales del año pasado, parecía que la elección presidencial en Estados Unidos se definiría desde dos grandes temas: el buen rumbo de la economía y el desprestigio personal de Donald Trump. Desde hace meses, Trump ha apostado a que el bajo índice de desempleo y otros indicadores similares serían suficientes para contrarrestar sus paupérrimos índices de aprobación. Los demócratas apuntan hacia el escenario contrario: explotar una y otra vez la impopularidad del presidente para convertir la elección en un referéndum sobre la persona al mando, no sobre el rumbo de la economía. El resultado de la confrontación de esas dos narrativas concluiría con el triunfo de Trump o la elección de un demócrata.
Todo ese cálculo importa poco ya.
La irrupción súbita del coronavirus en la vida pública del planeta, y de manera particularmente dramática en Estados Unidos, reducirá la campaña presidencial a un solo tema: la evaluación de la respuesta de Donald Trump a una crisis de enorme magnitud y complejidad. Será la elección del coronavirus.
En ese escenario, Trump lleva las de perder.
En la crisis se conoce la verdadera naturaleza de la gente y en la política todavía más. Las situaciones de emergencia revelan no solo el auténtico carácter de quien gobierna sino su imaginación como estadista, su capacidad de respuesta ante lo inesperado e incluso su grandeza moral para aceptar los errores cometidos y enmendar el rumbo. En cada una de estas pruebas, Donald Trump ha demostrado ser un hombre rebasado por el momento histórico que le ha tocado sortear.
Fiel a su naturaleza megalómana —que tiene como prioridad a Trump, luego a Trump y finalmente a Trump— lo primero que hizo el presidente de Estados Unidos fue tratar de manipular la narrativa sobre la epidemia para convencer a los estadounidenses de dos cosas. Primero, que el coronavirus no era una amenaza grave sino una exageración de los medios de comunicación, que seguramente buscaban perjudicar al propio Trump. Y segundo, que su gobierno tenía todo bajo control. Trump incluso llegó al grado de acusar a los demócratas de fabricar la emergencia. “Es su nuevo engaño”, sugirió cuando ya estaba más que claro que el coronavirus no era engaño alguno sino una crisis de verdad.
Pero su cinismo en la estrategia de comunicación no es, ni de lejos, el mayor problema que enfrentará Trump con las secuelas del coronavirus. Hay evidencia clara de que el gobierno que encabeza tomó decisiones que retrasaron la atención pertinente que requería el virus, sobre todo en las delicadísimas semanas antes de que el contagio explotara en Estados Unidos. Para empezar, Trump se deshizo de la oficina gubernamental encargada del estudio de pandemias, una decisión torpe y costosa, aparentemente inspirada, por si fuera poco, por el obsesivo ánimo de revancha de Trump con Barack Obama, quien instituyó hace algunos años ese órgano de respuesta a la amenaza pandémica. Eso no es todo. Hay reportes diversos que acusan a Trump de ignorar advertencias claras de expertos de su propio gobierno sobre la gravedad del coronavirus y las consecuencias de una epidemia en Estados Unidos. A eso hay que sumar el papel que Trump ha jugado durante la comunicación de la crisis. Antes que asumir su papel con sobriedad y altura, Trump ha mentido, mal informado y confundido a la población. Cuando debió ser el primero en demostrar la importancia de mantener las distancias sociales y las normas de higiene, por ejemplo, optó por lo contrario, en un berrinche que sería risible si no fuera potencialmente trágico.
La gota que derramó el vaso ocurrió, quizá, el viernes pasado, cuando Trump finalmente declaró estado de emergencia en Estados Unidos, una medida tardía y mal planteada. Después, en una tensa sesión e preguntas y respuestas, una reportera le preguntó si aceptaba la responsabilidad por el retraso en abasto de pruebas adecuadas para diagnosticar la enfermedad. Antes que levantar la cara y asumir lo que debía, Trump respondió, ufano: “No, no asumo ninguna responsabilidad”, dijo. Es una respuesta inconcebible para el alcalde del pueblo más pequeño del país más lejano del mundo, ya no digamos para un presidente de Estados Unidos. De tan aberrante, no es imposible que la frase sea recordada como el epitafio de Trump como presidente. Lo veremos.
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El Presidente que desprecia la ciencia/Raymundo Riva Palacio
El Financiero
El COVID-19 ha metido en contradicciones al presidente Andrés Manuel López Obrador. En su narrativa y en sus convicciones ideológicas. Mantenerlas ha puesto en entredicho su palabra, pero al mismo tiempo, aferrarse a ella y demorar las medidas de contención del coronavirus, puede poner en riesgo la vida de miles de mexicanos. Esto, a menos que la metafísica espiritual de López Obrador sea correcta, y lo que están haciendo países capitalistas y neoliberales, comunistas y keynesianos, esté mal. Los enfoques son distintos. En el mundo se apoyan en la ciencia y elaboran modelos matemáticos para enfrentar un virus que ha causado más de seis mil muertes. López Obrador no cree en la ciencia. La sociedad del conocimiento no es lo suyo.
Este domingo estuvo de gira en la costa chica de Guerrero y repitió su discurso de la corrupción, los conservadores y la minoría rapaz. Y en medio de la perorata afirmó: “No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias, nada de eso”. López Obrador está atrapado en la endogamia. La pandemia tiene una solución, sugiere, a partir de la lucha contra la corrupción y de su fe religiosa en el cambio, no en la ciencia. Un día antes en Xochistlahuaca, en la misma región de Guerrero, demostró lo que piensa de la pandemia al tomar a una niña en brazos y plantarle un beso.
Al presidente no le importa lo que sucede en el mundo. Ignora una realidad en la que no cree. Así lo hizo en 2009, cuando la crisis del H1N1, cuando criticó las drásticas medidas del presidente Felipe Calderón y continuó su gira preelectoral. Pero en aquél entonces sus acciones sólo ponían en riesgo a su persona y a su entorno. Ahora, como jefe del Ejecutivo, lo que haga o deje de hacer definirá la suerte de 130 millones de mexicanos. 
Todos los gobiernos están actuando sobre incertidumbres para paliar la crisis. El único que no, por voz de López Obrador es México. Salvo Angela Merkel de Alemania, y Vladimir Putin de Rusia, ningún líder del mundo estaba al frente de su gobierno cuando la crisis de hace 10 años (Xi Jingping, de China, era vicepresidente), por lo basan sus acciones en información técnica y científica. Las tomas de decisión tienen ese fundamento, no uno basado en creencias y actos de fe. En este momento, ni siquiera la Iglesia Católica ha apelado a ellos.
La narrativa del presidente ha chocado con la realidad. Minimizar la pandemia, que le ha generado a México y a otros países críticas veladas de la Organización Mundial de la Salud por no estar atendiendo con seriedad y prontitud la crisis, ha provocado que crecientemente lo estén ignorando en México. El viernes, varios gobiernos estatales, universidades y empresas, hicieron caso omiso a lo que dicen en las comparecencias matutinas en Palacio Nacional, y tomaron sus propias decisiones. El gobierno comenzó a tomar algunas decisiones graduales, aunque tímidas, contra la multiplicidad de mayores restricciones en todo el mundo. Por ejemplo, Estados Unidos y Francia comenzarán a limitar transporte aéreo y terrestre doméstico, Holanda se cerró, Alemania empezó a cerrar sus fronteras y Austria prohibió reuniones de más de cinco personas. Sudáfrica, con la mitad de los casos de México, decretó una emergencia nacional. 
Lo mejor que tiene el mundo en materia de crisis y epidemiología, esta volcado para controlar la pandemia. Para López Obrador, esta batalla mundial contra el COVID-19, choca con su postura ideológica. En su gobierno, no es la capacidad lo que cuenta, sino la honestidad. Estamos claros de ello. El comité de emergencias del gobierno se instaló en enero, después de que se hiciera evidente en el mundo la epidemia en Wuhan, donde el presidente responsabilizó a la Secretaría de Salud del tema. 
Pero hasta ahora, no le han presentado ningún ejercicio de simulación sobre la evolución del virus y el número de contagios y muertes que va a ir produciendo, junto con la capacidad hospitalaria y el costo que va a representar. Esto no está en su mente, porque López Obrador no cree que la pandemia es real, sino producto de la propaganda, y que existe un exceso injustificado en la alarma global. Si el Presidente estuviera viendo esa simulación, que son modelos matemáticos, quizás empezaría a entender con palabras no enfrenta la pandemia. Pero él está bien, el mundo mal.
Por ello, siguiendo su racional, no se hicieron compras de medicamentos e insumos a tiempo, por lo que, al momento de elevarse el número de contagios, habrá déficit de tratamientos y equipo -como respiradores- para este nuevo tipo de neumonía. Al Presidente no le han hecho ninguna evaluación de riesgos, por lo que no han tomado precauciones para evitar ser el contagio. Lo más evidente es su constante paso por aeropuertos, principal fuente de contagio. Si el presidente es irresponsable consigo mismo, con su esposa e hijos, ¿qué se puede esperar con el resto de los mexicanos?
Las acciones graduales y limitadas para enfrentar con agresividad el contagio, no las han instrumentado porque el Presidente aplica una racional ética -México no impedirá el ingreso de nadie-, sin entender que la contención ayuda a ralentizar el contagio, con lo cual permite que los sistemas de salud puedan lidiar con los infectados. La información que tiene el presidente es que el sistema tiene la capacidad para enfrentar los casos como en la neumonía estacional, pero tampoco le han hecho el ejercicio del número de camas y tratamientos en relación con la velocidad con la que avanza el COVID-19, si no se va conteniendo. Italia, que hizo lo que México está replicando, es un gran ejemplo: ayer registró la dramática cifra de 368 muertos en un día. Veamos lo que puede pasar si no cambian las cosas.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
Twitter: @rivapa 
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El coronavirus exhibe que el pueblo duda del gobierno /Carlos Loret de Mola
Historias de Reportero
El Universal
No hay duda de que el gobierno del presidente López Obrador llegó al poder con una legitimidad ciudadana que batió récord. Su votación y su popularidad al arrancar el sexenio fueron reflejo de la esperanza y la confianza de la sociedad mexicana.
Sin embargo, lo que hemos visto los últimos días, a consecuencia de la crisis del coronavirus, es que una muy buena parte de esa sociedad ha decidido rebasar al gobierno en las medidas para enfrentar la pandemia:
Desde Palacio Nacional, el gobierno federal ha minimizado el problema, ha manipulado las cifras de pruebas aplicadas, su dato de casos confirmados es contradictorio con lo que dicen las instituciones de Salud, por no decir que desestimó la necesidad de cancelar eventos masivos, sugirió mantener el ritmo de vida solamente lavándose las manos muchas veces, y mientras los científicos del mundo plantean que a estas alturas lo único que sirve es el “distanciamiento social”, el presidente y su subsecretario vocero del coronavirus avalan los besos y abrazos.
Por eso desde la sociedad fue otra la reacción: desde hace días universidades empezaron a anunciar el fin de sus aglomeraciones, escuelas privadas iniciaron la capacitación de sus maestros para dar clases vía internet, empresarios pospusieron convenciones y ferias, y empezaron a hacer planes para trabajar desde casa; incluso gobiernos locales frenaron convocatorias y partidos políticos anunciaron que ya no harían mítines.
¿Por qué la sociedad empezó a rebasar al gobierno? ¿Por qué un presidente con tanto respaldo no pudo encaminar a su pueblo a seguir su estrategia?
Quizá porque amplios sectores de la sociedad han atestiguado que este gobierno ha dado varias muestras de incompetencia técnica, y sobre todo, de una suerte de adicción a negar la realidad.
No es que odien al presidente o lo descalifiquen. No. Les sigue pareciendo un hombre honesto, trabajador, simpático. Pero la sociedad sabe que la economía se estancó por culpa de la administración actual, y ésta lo niega. La gente sabe que la inseguridad está peor aunque en las mañaneras se diga lo contrario. Y más recientemente, el episodio de los feminicidios que ha pintadosu desapego al grado que hasta críticas de feministas de Morena se llevó el primer mandatario.
Pero sobre todo, y quizá esto es lo que más incide en el miedo, la ciudadanía padece o ha visto los brutales testimonios de la escasez de medicinas desde hace meses, una crisis en salud producto solamente de la mala operación del actual gobierno, frente a la que aparece un presidente que dice que no es para tanto y habla de rifar un avión.
En síntesis, durante más de un año de gestión, hay muchos capítulos que han hecho sentir a la población que el gobierno niega la realidad, y ésta luego se le estrella en la cara.
A eso atribuyo que frente a la crisis de coronavirus, la sociedad y los gobiernos locales hayan ido mucho más lejos de lo que el gobierno federal recomendó en las medidas restrictivas. Y luego el gobierno federal ha empezado a tratar de alcanzarlos.
Una de las virtudes del gobierno actual es que ha motivado a que la gente esté metida en la política, hablando, discutiendo, debatiendo. Hay más interés que nunca por la cosa pública. Eso, que siempre han usado a su favor, se les está viniendo encima.
Y es en momentos en los que se enfrenta lo desconocido, cuando el pueblo tiene miedo, que hacen falta líderes creíbles que hablen con la verdad, que tomen decisiones difíciles, que estén a la altura del desafío. Jefes de Estado, en toda la extensión del término.
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La epidemia de la desinformación /Ricardo Monreal Ávila
Las especulaciones y la información no verificada en torno al origen y esparcimiento del nuevo coronavirus no son un fenómeno aislado, sino recurrente, en todos los países donde se han presentado casos. Una de estas teorías sugiere que el virus se originó en un mercado de la ciudad china de Wuhan; otra, que un soldado estadounidense fue el primer portador en el país asiático o que el Covid-19 es utilizado por el gobierno chino para desestabilizar el gobierno de Vietnam. Ninguna de estas suposiciones es comprobable y, sin embargo, han generado especulaciones y desconcierto que sugieren que el coronavirus viene acompañado de una epidemia de desinformación.
La circulación de información confusa, imprecisa y en ocasiones mal intencionada también está sucediendo en México. En redes sociales se han publicado contenidos catastróficos que se encuentran lejos de la realidad. Algunas personas se han dedicado a divulgar reportes sin fuente ni sustento que contravienen la información oficial que las autoridades hacen pública de manera diaria. Estas acciones no resultan solamente irresponsables e insensibles ante una situación que requiere de la unidad nacional para salir adelante, sino que también son sumamente peligrosas, al poder generar situaciones de pánico.
Ante esta situación que provoca alerta y preocupación entre la sociedad, es conveniente atender el llamado de António Guterres, secretario general de las ONU, para afrontar la situación actual por coronavirus con prudencia y no con pánico. Señaló que es hora de la ciencia y no de los estigmas; de los hechos y no del miedo. Para lograrlo es necesario confiar y consultar las fuentes oficiales de información tanto a nivel internacional como nacional, para conocer el desarrollo de la enfermedad, así como las medidas preventivas.
En el ámbito internacional, es recomendable consultar la información publicada diariamente por la OMS. De acuerdo con los datos de este organismo, China está logrando controlar la situación; en su más reciente comunicado reportó que en promedio se están presentando solamente 18 casos nuevos, cuando hace algunas semanas se contaban por miles. Esto es una buena noticia para regiones como Europa, que se ha convertido en el nuevo epicentro de la enfermedad, pues indica que los contagios pueden ser prevenidos, y la situación revertida.
En el caso de México, en un esfuerzo por anular el efecto de la información errónea que es distribuida, el Ejecutivo federal ha designado al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, como el canal de comunicación oficial para informar sobre la situación del Covid-19 en el país.
En las conferencias diarias, el subsecretario López-Gatell ha informado que México se encamina a la segunda fase de la contingencia, correspondiente a la de contagio comunitario, lo cual se espera que ocurra en la segunda mitad de marzo, con lo que el número de casos podría aumentar considerablemente, volviendo la situación más dinámica y aumentando el número de cancelaciones de eventos de concentración masiva.
Como lo ha reafirmado el Ejecutivo federal, desde la aparición de los primeros casos de Covid-19 en China, el gobierno de México empezó a tomar las medidas necesarias y a diseñar las acciones que se seguirán en cada una de las fases. Por ello, es importante no dejarse guiar por información alarmista que distorsiona la realidad y que convoca a realizar acciones innecesarias, como compras de pánico de ciertos productos. Atender la información oficial permitirá que, sin caer en la displicencia, se mantenga la calma y se tomen las medidas adecuadas de acuerdo con las fases que nuestro país experimenta.
Precisamente, las autoridades sanitarias de México han indicado que a partir del 23 de marzo se recomendará suspender temporalmente las actividades no esenciales de los sectores público, social y privado. En esta misma lógica, la SEP ha anunciado que el receso escolar se modificará a raíz de la contingencia, del 20 de marzo al 20 de abril, una medida que ayudará a prevenir y proteger a nuestras niñas, niños y jóvenes.
El esfuerzo institucional de brindar información objetiva debe estar acompañado por un comportamiento social adecuado. Se tiene que evitar compartir información cuya fuente y veracidad no es verificable. Éste es un momento en que la política y la ideología tienen que quedar de lado. En el actual contexto, es normal que las preocupaciones y la incertidumbre ronden la vida diaria de las personas; pero con unidad, responsabilidad y patriotismo, como en muchas otras ocasiones, saldremos adelante. Hoy México cuenta con un gobierno que no lucra con los momentos de crisis y que de manera honesta y moral convoca a que todas y todos nos esforcemos juntos para dejar atrás la pandemia por coronavirus y la epidemia de la desinformación.
@ RicardoMonrealA
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Propaganda sin sustento | Carlos M. Urzúa
El Universal
Pues resulta que ya pronto se modificará el artículo cuarto de la Constitución de la República, el cual es por mucho uno de los más importantes. La nueva iniciativa que da pie a esa modificación ya pasó su primera etapa recientemente, al ser aprobada por la gran mayoría de los diputados federales. Y seguramente, dadas las circunstancias políticas actuales y el hecho de que ésta proviene directamente del Palacio Nacional, la nueva iniciativa seguirá pronto navegando viento en popa y a toda vela por el Senado y por más de la mitad de los Congresos estatales, lo cual se requiere antes de que se pueda dar su promulgación.
Es justo en el artículo cuarto constitucional donde se enumeran los derechos que el Estado está obligado a garantizar a todos los mexicanos. Por ejemplo, la igualdad ante la ley, el derecho a la identidad, el derecho a la alimentación, el derecho a un medio ambiente sano, el derecho a una vivienda digna, y, por supuesto, el interés superior de la niñez.
En la Constitución está también plasmado el derecho a la protección de la salud, pero con la nueva reforma se pretende agregar el siguiente párrafo: “La Ley definirá un sistema de salud para el bienestar, con el fin de garantizar la extensión progresiva, cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y gratuita de las personas que no cuenten con seguridad social”. Este agregado es realmente innecesario, dado que ya la Constitución establece el derecho a la protección de la salud, pero obviamente abona a la propaganda política del gobierno actual al referir a un “sistema de salud para el bienestar”.
Por otro lado, los agregados más criticables de la nueva reforma hablan de políticas públicas específicas que, al ser tan solo eso, están fuera de lugar en la Constitución. Por ejemplo, la reforma establece que “las personas mayores de sesenta y ocho años tienen derecho a recibir por parte del Estado una pensión no contributiva en los términos que fije la ley. En el caso de las y los indígenas, y las y los afromexicanos, esta prestación se otorgará a partir de los sesenta y cinco años de edad”. Como usted seguramente ya la identificó, ésta es la política pública por la que es más conocido el actual gobierno federal.
Independientemente de lo que se piense respecto a esa política específica, es evidente que no debería estar plasmada en la Constitución. Para empezar, la esperanza de vida de los mexicanos seguirá creciendo a lo largo de las décadas, lo cual hace muy discutible el que se fije el umbral para el acceso a esa pensión específicamente en sesenta y ocho años. Para continuar, dado el reducido espacio fiscal que tiene el Estado mexicano y las enormes carencias que se tienen en la actualidad, por ejemplo, en la provisión misma de los servicios de salud, es muy discutible que esa pensión no contributiva se extienda a mexicanos que están ya recibiendo una pensión mayor por parte de algún sistema formal de seguridad social.
Y para finalizar, las pensiones no contributivas son solo una pequeña parte del muy deficiente e insostenible sistema actual de pensiones. Al plasmar esa reforma en la Constitución simplemente se está cerrando los ojos, y pateando el bote, para no enfrentar en este sexenio el gravísimo problema que pronto se tendrá para mantener a flote el sistema mismo de pensiones. Esa bomba estallará si no en este sexenio, en el siguiente.
“El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”. Esto lo dijo Otto von Bismarck, el afamado político alemán que en el siglo XIX ideó ni más ni menos que el sistema de seguridad social que sigue en pie en muchos países del mundo. ¡Cuán pocos estadistas ha tenido México a lo largo de su historia!
Profesor del Tecnológico de Monterrey
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Un ‘zar’ contra el coronavirus | Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio, 16 de marzo de 2020
Ante la inexistencia virtual del titular Jorge Alcocer, Hugo López-Gatell funge como secretario de Salud. Epidemiólogo de claro hablar, suena convincente y da la impresión de que domina el tema de la nueva peste.
Su perfil, sin embargo, no parece ser el adecuado porque la tarea que carga requiere de alguien avezado mucho más en infecciones y virus que en epidemias y pandemias.
Para enfrentar el problema en Estados Unidos, Trump nombró Comisionado al director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, el infectólogo y virólogo Anthony Stephen Fauci, afamado por sus aportaciones en asuntos tan letales como las de VIH y Zika.
En el México de 2009 y la influenza A-H1N1, tarde pero a tiempo, presionado por la OMS que le pidió poner al frente de la crisis a un experto irreprochable, Felipe Calderón designó al infectólogo Alejandro Macías, de quien me acordé al verlo con Héctor Zamarrón en MILENIO Tv hablando del coronavirus y opinando que debieran hacerse “más pruebas” de las que se ha dado cuenta oficial y descartando que “de manera malévola” se esté ocultando la magnitud de la epidemia. Profesor miembro del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, hasta puso en orden la nomenclatura de aquella mal llamada “gripe porcina” (el primer caso fue de un menor en San Diego, California, que ni carne de cerdo había comido), dizque originada en México.
Pero mientras Calderón acataba lo que Macías le sugería, López-Gatell ha dejado claro que la última palabra sobre lo que haga el gobierno la tiene el presidente López Obrador.
Adicionalmente, el subsecretario arrastra un defecto privativo de la 4T: el cuentachilismo con careta de “austeridad republicana”, “pobreza franciscana”, “ahorro” y “combate a la corrupción”, cuyos efectos han sido devastadores como el desabasto de medicamentos para niños con cáncer, de materiales (algunos tan elementales como alcohol y guantes) y equipos en clínicas y hospitales públicos.
Fue López-Gatell quien justificó el descabezamiento del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía con el sofisma de que el neurocirujano Miguel Ángel Celis lo había mal administrado cuatro meses, pese a que por casi un año se le escamoteó el nombramiento de un experto en Administración.
Como a otros funcionarios de distintas dependencias, al subsecretario le da por distraerse de su responsabilidad poniendo más interés en el dinero que en sus obligaciones: el viernes le llovió por decir primero: “Siempre, invariablemente, la prioridad es proteger la salud”, pero después recular: “¿Qué nos detendría de decir ‘cancelemos todo’? Es que estas intervenciones tienen consecuencias negativas sobre la sociedad, sobre la economía familiar. Si no estuvieran esas consecuencias, lo deseable desde el punto de vista de la protección de la salud pública sería simple y llanamente cancelar los eventos, pero es muy claro que esto tiene consecuencias…”.
Pues sí… ¿y?
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Voluntarismo puro y puro voluntarismo /Diego Fernández De Cevallos
Sin Rodeos
Milenio
Los días 2, 9 y 16 de diciembre de 2013 aparecieron aquí mis tres primeras colaboraciones. Escribí de Pemex y la CFE. En diversos foros me he sumado a los reclamos de muchos mexicanos por los manejos en esas empresas, con saqueos inmisericordes e ineptitudes pedestres. Regreso hoy a Pemex.
Entre los desafíos de México —por causas endógenas y exógenas— uno realmente grave es el desastre en la petrolera “empresa productiva del Estado”; que no opera como empresa ni es productiva y su quiebra total la convierte en un lastre para el Estado.
Si agregamos el coronavirus, considerado por un amigo mío “catástrofe mundial que va a producir más efectos en la vida económica de los países que en la salud misma, con un posible crecimiento desbordado del desempleo como debió haber ocurrido en la gran depresión”, el futuro de Pemex es desolador, sobre todo si el Presidente mantiene sus caprichos facciosos y su ideología arcaica, acreditadamente falsa y perdedora. Abrazado a las lápidas de “los héroes que nos dieron patria”, y urgido de estar con ellos en la eternidad, necea ante la realidad mundial que muta vertiginosamente por el avance de la ciencia, la tecnología, el cambio climático, microorganismos y mucho más.
No se sorprenda usted que si ya “resolvió para siempre” la pobreza nacional llevando al texto constitucional las dádivas a menesterosos, en el mismo lugar prohíba la entrada al país a todo tipo de gérmenes patógenos. Esa es la marca de la casa: voluntarismo puro, y puro voluntarismo.
Los números en Pemex por los últimos 14 años la ubican como la petrolera más endeudada del mundo: en el sexenio de Calderón su deuda pasó de 30 mil a 60 mil millones; Peña se lo entregó a López Obrador con un pasivo de 106 mil millones de dólares, y la producción del crudo cayó de 3.5 millones de barriles diarios en 2006 a 1.6 en 2018.
Ello no es culpa del actual Presidente, pues heredó una bomba de tiempo; pero, lejos de desactivarla, la ha acelerado a punto de estallar. Al frente puso a un agrónomo tan su amigo como inepto, y solo en el año pasado la empresa perdió 35 mil millones de dólares y bajó más su producción.
La desconfianza en México por decisiones oficiales que van de lo demencial a lo criminal, su confrontación permanente con empresarios e instituciones de aquí y de todo el mundo —más allá de sus faramallas en Palacio— así como el bloqueo a nuevas inversiones en el sector energético hacen inminente la referida catástrofe, que traerá consecuencias en cascada para la vida nacional. Es inminente que las calificadoras internacionales declaren “chatarra” la deuda de esa empresa a la que tanto le debe México.
Claro, la refinería de Dos Bocas va requetebién, para seguir perdiendo… pero no todo está perdido: el Presidente, al besuquear criaturas va matando al coronavirus.
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La elección del virus León Krauze
Epicentro
El Universal
Trump debió ser el primero en demostrar la importancia de mantener las distancias sociales y la higiene, pero optó por lo contrario
Hasta finales del año pasado, parecía que la elección presidencial en Estados Unidos se definiría desde dos grandes temas: el buen rumbo de la economía y el desprestigio personal de Donald Trump. Desde hace meses, Trump ha apostado a que el bajo índice de desempleo y otros indicadores similares serían suficientes para contrarrestar sus paupérrimos índices de aprobación. Los demócratas apuntan hacia el escenario contrario: explotar una y otra vez la impopularidad del presidente para convertir la elección en un referéndum sobre la persona al mando, no sobre el rumbo de la economía. El resultado de la confrontación de esas dos narrativas concluiría con el triunfo de Trump o la elección de un demócrata.
Todo ese cálculo importa poco ya.
La irrupción súbita del coronavirus en la vida pública del planeta, y de manera particularmente dramática en Estados Unidos, reducirá la campaña presidencial a un solo tema: la evaluación de la respuesta de Donald Trump a una crisis de enorme magnitud y complejidad. Será la elección del coronavirus.
En ese escenario, Trump lleva las de perder.
En la crisis se conoce la verdadera naturaleza de la gente y en la política todavía más. Las situaciones de emergencia revelan no solo el auténtico carácter de quien gobierna sino su imaginación como estadista, su capacidad de respuesta ante lo inesperado e incluso su grandeza moral para aceptar los errores cometidos y enmendar el rumbo. En cada una de estas pruebas, Donald Trump ha demostrado ser un hombre rebasado por el momento histórico que le ha tocado sortear.
Fiel a su naturaleza megalómana —que tiene como prioridad a Trump, luego a Trump y finalmente a Trump— lo primero que hizo el presidente de Estados Unidos fue tratar de manipular la narrativa sobre la epidemia para convencer a los estadounidenses de dos cosas. Primero, que el coronavirus no era una amenaza grave sino una exageración de los medios de comunicación, que seguramente buscaban perjudicar al propio Trump. Y segundo, que su gobierno tenía todo bajo control. Trump incluso llegó al grado de acusar a los demócratas de fabricar la emergencia. “Es su nuevo engaño”, sugirió cuando ya estaba más que claro que el coronavirus no era engaño alguno sino una crisis de verdad.
Pero su cinismo en la estrategia de comunicación no es, ni de lejos, el mayor problema que enfrentará Trump con las secuelas del coronavirus. Hay evidencia clara de que el gobierno que encabeza tomó decisiones que retrasaron la atención pertinente que requería el virus, sobre todo en las delicadísimas semanas antes de que el contagio explotara en Estados Unidos. Para empezar, Trump se deshizo de la oficina gubernamental encargada del estudio de pandemias, una decisión torpe y costosa, aparentemente inspirada, por si fuera poco, por el obsesivo ánimo de revancha de Trump con Barack Obama, quien instituyó hace algunos años ese órgano de respuesta a la amenaza pandémica. Eso no es todo. Hay reportes diversos que acusan a Trump de ignorar advertencias claras de expertos de su propio gobierno sobre la gravedad del coronavirus y las consecuencias de una epidemia en Estados Unidos. A eso hay que sumar el papel que Trump ha jugado durante la comunicación de la crisis. Antes que asumir su papel con sobriedad y altura, Trump ha mentido, mal informado y confundido a la población. Cuando debió ser el primero en demostrar la importancia de mantener las distancias sociales y las normas de higiene, por ejemplo, optó por lo contrario, en un berrinche que sería risible si no fuera potencialmente trágico.
La gota que derramó el vaso ocurrió, quizá, el viernes pasado, cuando Trump finalmente declaró estado de emergencia en Estados Unidos, una medida tardía y mal planteada. Después, en una tensa sesión e preguntas y respuestas, una reportera le preguntó si aceptaba la responsabilidad por el retraso en abasto de pruebas adecuadas para diagnosticar la enfermedad. Antes que levantar la cara y asumir lo que debía, Trump respondió, ufano: “No, no asumo ninguna responsabilidad”, dijo. Es una respuesta inconcebible para el alcalde del pueblo más pequeño del país más lejano del mundo, ya no digamos para un presidente de Estados Unidos. De tan aberrante, no es imposible que la frase sea recordada como el epitafio de Trump como presidente. Lo veremos.
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JUEGO DE ESPEJOS/Federico Berrueto / 
Milenio Diario
¿Qué le pasa al Presidente?
La cuestión no es la baja en la aprobación del Presidente. Lo que importa es la manera cómo actúa frente a los desafíos. Como se dice, cabecea para donde viene el golpe. La actitud frente a las víctimas de la violencia, los feminicidios, el reclamo feminista y en estos días la crisis por el Covid-19 y su efecto en la economía lo muestra carente de reflejos, desinformado, sin sentido de empatía y en ocasiones molesto y, sobre todo, voluntarioso.
Algo debe de estar pasando en su círculo cercano. Los halcones están ganando terreno en la comunicación, en la economía y en la respuesta por el coronavirus. En este último caso se entiende que el Presidente no quiera activar alertas innecesarias, pero de la mano del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, está asumiendo una actitud preocupante por su pasividad e indolencia.
López-Gatell es el favorito desde la crisis de medicamentos. Al Presidente le hacía falta quien comunicara con convicción y sin escrúpulos. Lo encontró en él, un experto epidemiólogo que casi fue echado por el presidente Felipe Calderón por omisión en la crisis del H1N1 en 2009, según narró Raymundo Rivapalacio. El subsecretario juega a la política y manipula al Presidente y a quien le escucha. Dos casos lo muestran: cuando responde que México podría ser favorecido por el bloqueo de Trump a los vuelos entre su país y Europa, y aludir irresponsablemente a los melosos e incontenibles abrazos del Presidente y la gente. Ante la presión de los expertos ahora matiza su postura inicial.
El Presidente se ve reafirmado en sus errores porque en su círculo han prevalecido los que explotan sus debilidades mayores, como es su sentimiento de amenaza. Así, por ejemplo, sin ambages el Presidente refiere que casi todos los medios son hostiles a él, señalamiento evidentemente falso, porque es justo lo contrario. Pero el Presidente lo cree porque presta oído a quien le dice lo que quiere escuchar, incluso el disparate de que los conservadores pretenden que el Covid-19 se extienda para así afectar a su gobierno.
El Presidente obtiene de los empresarios lo que quiere, pero no lo que necesita. Éstos, en su mayoría, como con todos los presidentes, y más con quien utiliza los instrumentos del Estado para amedrentar, se muestran obsequiosos. Si el Presidente necesita aplauso y reconocimiento de ellos los obtendrá sin reserva. Sin embargo, lo que se requiere para que no naufrague la 4T es inversión y para ello se necesita lo que AMLO no puede ofrecer: confianza y certeza.
La crisis económica va a significar que el primer tercio del gobierno tenga las peores cifras de mucho tiempo y esto bien puede prolongarse hasta la mitad. Lo que venga después será inercial, incluso la modesta recuperación. En materia de inseguridad a lo que se puede aspirar es a que ya no crezca la criminalidad. Si pretende acabar con la corrupción a partir de baladronadas y prédicas moralistas, se va por mal camino, sobre todo si se desmantelan las instituciones y reglas para contener la venalidad.
López Obrador como candidato iba al frente de una sociedad indignada, demandante de cambio. Obtuvo un mandato democrático mayoritario, contundente e inobjetable. Después de 21 meses de la elección la sociedad va muy por delante del Presidente y exige respuestas que el mandatario no está ofreciendo; la iniciativa preventiva contra el Covid-19 viene de la sociedad no del gobierno.
Si quiere hacer algo por sí mismo, por su gobierno y por el país, el Presidente deberá prestar más atención a quienes recomiendan un ajuste liberal y progresista. Los hay en su gobierno y en su círculo cercano. De otra manera, la pretensión de dejar un registro trascendente en la historia habrá de ocurrir, pero por las malas razones, y más pronto si deja abandonado al país frente a la amenaza más severa de salud pública.
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CONTRA LAS CUERDAS/Alejandro Sánchez / 
El Heraldo de México
El encargado de Salud que nunca fue
Nadie sabe de Jorge Alcocer, secretario de Salud, a pesar de que en el gobierno de la 4T se vive una crisis de salubridad
Jorge Alcocer sigue desaparecido.
¿Qué calificación le pondría al secretario de Salud del gobierno de López Obrador?
Honestamente, un líder que se precie de serlo no puede aplicar la táctica de la avestruz en ninguna curcunstancia, menos en plena crisis vivida en el área en la que es especialista.
La denominación del secretario de Estado en el país puede resultar equivalente en algunas otras naciones a la de ministro. Por ejemplo, en Estados Unidos, el secretario de Estado lidera el departamento gubernamental de Asuntos Exteriores. En la Iglesia católica, el secretario de Estado preside, bajo el Papa, la Curia Romana, con funciones similares a la de primer ministro y jefe de la diplomacia.
Entonces, imagine que en la Iglesia el Papa nunca aparece en el Vaticano ni con los arzobispos del mundo. Lo mismo, aunque en su justa dimensión sucede con el secretario Alcocer. Está, pero no está. Nadie sabe de él a pesar de que en el gobierno de la 4T se vive una crisis de salubridad.
¿Por qué? Porque no hay medicamentos para enfermos de cáncer, porque se desmanteló el Seguro Popular, porque la OMS cuestiona las decisiones del gobierno federal para enfrentar el coronavirus. Ante ese escenario, Alcocer no está. Quien lo sustituye en el escenario y en la conducción del sector es el subsecretario Hugo López-Gatell.
La situación se pone interesante cuando en estos días, además, hemos conocido la segunda personalidad del subsecretario. La primera cuando defendía orgulloso la política pública de Felipe Calderón para afrontar la influeza, de cuyo proyecto fue investigador y parte responsable. La segunda, del proyecto lopezobradorista que demerita la política pública para afrontar la influenza.
A todo esto, seguimos buscando a Jorge Alcocer y preguntándonos qué piensa del coronavirus.
Uno de los puntos más visitados por extranjeros en México registró el primer caso de coronavirus. Se trata de Benito Juárez, Quintana Roo, donde la alcaldesa Mara Lezama Espinosa, nos dijo que debido al brote del COVID-19 se tomó la decisión de colocar en los aeropuertos internacionales y puentes fronterizos termómetros para hacer un chequeo médico.
Se aplicarán cuestionarios de salud a los viajeros para evitar posibles contagios entre visitantes. Hasta el momento sólo hay confirmado un caso de coronavirus en el estado, el cual, explicó, se encuentra aislado y ya fueron localizadas las personas con las que tuvo contacto para tenerlas en observación.
UPPERCUT. La iglesia católica fue la primera institución que pidió evitar los saludos de mano, darse la paz de señor pues. Ahora hará misas virtuales.
¿Es mucho pedirle a los inquilinos de Palacio Nacional que a estas alturas hagan lo que hicieron los católicos hace tres semanas? Ni abrazos ni besos y menos a los más pequeños, por favor.
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AFINIDADES SELECTIVAS/Héctor Zamarrón / 
Milenio Diario
Peor que el virus, el mal periodismo
La declaración de pandemia detonó el interés masivo por el coronavirus y multiplicó los espacios dedicados a discutir la presencia del Covid-19, pero el exceso de información y la información mal procesada generan ansiedad y paralizan.
También crecieron el activismo y las críticas a las decisiones tomadas por el gobierno para enfrentar la crisis.
Las crisis muestran lo peor y lo mejor de todos, nos permiten observarnos con transparencia y afloran la experiencia y preparación de cada uno. En este caso, algunos colegas no salen muy bien evaluados, sino todo lo contrario, exhiben sus carencias.
En el periodismo se vale dudar y preguntar y eso es incluso más valioso que los mejores análisis, pero la belicosidad disfrazada de argumento periodístico para poner en duda la información científica no.
Más que dedicar los espacios a las notas de “compras de pánico” podríamos apostar por responder muchas de las preguntas que el público se hace todos los días: ¿cómo me protejo?, ¿qué hago si creo tener los síntomas?, ¿a dónde ir?, ¿a dónde llamar?, ¿dónde se hacen pruebas?, ¿dónde me informo?
Así como por indagar si hay suficientes camas de hospital, si van a llegar las pruebas a las clínicas, cómo se realiza la validación de casos, si funcionan o no los filtros sanitarios en aeropuertos, etcétera.
El Covid-19 nos dejará grandes lecciones en todos los ámbitos, desde la política hasta el sector salud, la higiene personal, el trato social, pero sobre todo, también decantará a medios y periodistas para que el público elija mejor quien le informa.
Si apuesta por aquellos que abusan de los adjetivos y usan el temor para generar titulares escandalosos y propios de la prensa amarilla, o si atienden a quienes buscan historias que contar con datos, expertos y, sobre todo, un enorme respeto a quienes nos leen, escuchan y ven.
Para los colegas que lo requieran hay decenas de organizaciones gremiales en México (y en el mundo) que orientan a quien lo requiera. Lo mismo la Red Internacional de Periodistas (IJNet) que el Centro Internacional para Periodistas con sede en Nueva York, el Poynter Institute, la Global Investigative Journalism Network, la Fundéu, la Fundación Gabo, el Knight Center for Journalism in the Americas, el Comité para Protección de Periodistas, Distintas Latitudes, Salud con lupa, etcétera.
Nos toca informar y también combatir la desinformación, las fake news, bulos y francas patrañas usadas para golpear políticamente o, peor aún, el racismo y clasismo que abunda en estos días.
Es mejor elegir la responsabilidad que la espectacularidad. Disfrazar nuestro trabajo de periodismo combativo y crítico es un salto al vacío y aplica lo mismo para reporteros cuando ofrecen y plantean sus historias, para los jefes de información que planean coberturas y deciden adónde enviar cámaras y micrófonos, que para los editores que eligen encabezados para evitar el clickbait, la caza de visitas a la página o al sitio en vez del compromiso con la veracidad y los ciudadanos.
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NAFIN ATIENDE CONSEJO DEL PRESIDENTE/José Luis Camacho Acevedo / 
El Heraldo de México
Su director, Carlos Noriega Romero, hace hasta lo imposible por cumplir la misión de "mover al elefante"
En el marco de la Convención Anual de Banqueros celebrada en Acapulco, el director de NAFIN, Carlos Noriega Romero, secundó de inmediato la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador de dar impulso a los proyectos relacionados con la energía, prioritariamente la electricidad. Noriega dijo que NAFIN va a apoyar sin titubeos los programas y proyectos prioritarios del Presidente de México.
Como son el fortalecer al sector energético con prioridad a Pemex y a la CFE para tener energía suficiente y barata. Financiar inversiones en infraestructura de transportes, comunicaciones, agua y turismo, señaladamente los proyectos del Corredor Transístmico y el desarrollo regional asociado al Tren Maya. Apoyar decididamente a la industria nacional, preferentemente a las PyMEs. Impulsar las acciones concretas de innovación y la aplicación de tecnologías de alto impacto.
Noriega recordó que tiene instrucciones precisas del Ing. Alfonso Romo de hacer hasta lo imposible para “mover al elefante”.
Y finalmente ratificó su decisión de trabajar de la mano con las demás secretarías del Gabinete Económico; especialmente con las áreas de Hacienda, que encabeza Arturo Herrera, al cual le solicitó su apoyo.
Compromiso frente a la amenaza
Ante la crisis del coronavirus es interesante observar el actuar de quienes tienen el poder, su accionar determinará el resto de su mandato
La portada del viernes de El Heraldo de México envía un mensaje lúdico a los sectores, público y privado, y a los más diversos colectivos de la sociedad, en torno a la amenaza de pasar, en menos de 15 días, de la Fase 1 de contingencia (los que dan positivo a la cepa pero la contrajeron fuera del país) a la Fase 2 (cuando el contagio es entre mexicanos contagiados).
En la primera plana aparecen los líderes mundiales que han dado positivo o son sospechosos al COVID-19. Desde el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, el mandatario de EU, Donald Trump, hasta Rodrigo Duarte, presidente de Filipinas, pasando por actores como Tom Hanks o deportistas del nivel de Trey Thompkins, basquetbolista del Real Madrid.
Las acciones del gobierno, antes de llegar a la Fase 2, deben dejar de ser recomendaciones caseras y pasar a prepararse para atender en sus centros de salud de todos los niveles, o como lo hace EU, comprar hoteles para convertirlos en hospitales, y responder a los efectos de la pandemia declarada por la OMS.
Ya en la Fase 2 no bastarán los consejos del publicitado médico cirujano Hugo López-Gatell para enfrentar una crisis de salud, de las más severas del siglo.
Ackerman supera las politiquerías
Por qué los opositores le tienen tanto miedo a Ackerman, él es sólo uno de los siete consejeros. A veces el miedo hace quedar en ridículo
Férreo defensor de las ideas políticas del presidente López Obrador, John Ackerman superó las argumentaciones en su contra y por méritos propios llega al Comité Técnico de Evaluación del INE.
La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó tal designación en favor del politólogo para que participe con plenas facultades en el proceso de elección de consejeras y consejeros de Instituto Nacional Electoral.
El 25 de febrero, la presidenta de la CNDH informó a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados la designación de John Mill Ackerman Rose como uno de sus dos propuestos para integrar el Comité de Evaluación.
El 28 de febrero, el PRD y Movimiento Ciudadano impugnaron directamente ante esa Sala Superior la designación, mientras el diputado Adolfo Torres Ramírez y el PAN presentaron demandas a fin de impugnar la instalación del Comité de Evaluación por parte de la Junta de Coordinación Política.
Esas impugnaciones fracasaron y ahora Ackerman, el aguerrido y polémico seguidor de AMLO, tendrá por delante un reto muy grande para que la democracia mexicana siga en una ruta de confianza y transparencia ante los electores.
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LA INMACULADA PERCEPCIÓN /Vianey Esquinca /
 Excélsior
¿OTRA VEZ, PRESIDENTE?
Cuando el virus ya era una emergencia mundial, el mandatario seguía con un inexplicable optimismo.
Ha quedado demostrado que al gobierno federal no se le da el manejo de crisis. Cada problema que ha enfrentado la administración de Andrés Manuel López Obrador ha sido tratado de la misma manera: se minimiza o desdeña, se culpa al pasado y se acusa de una filtración/conspiración de los conservadores y neoliberales que están enojados porque ya no pueden robar, para debilitar al Presidente.
Esto sucedió con el cualiacanazo en el que se liberó a Ovidio Guzmán, la marcha y el paro de las mujeres que protestaban contra la violencia y los feminicidios y el desabasto de medicamentos. Con el coronavirus COVID-19 parece que siguen sin aprender.
Cuando el virus ya era una emergencia mundial, el mandatario seguía con un inexplicable optimismo: “No estoy diciendo que lo del coronavirus no represente un riesgo y que, además, tenemos que prevenir, pero a nivel mundial se habla de dos mil 500 pérdidas de vidas humanas, o sea, tenemos que atender el asunto, pero no exagerar, prevenir… hay quienes quisieran que nos fuese mal, o sea, por cuestiones ideológicas, que nos afectaran estas epidemias y que nos fuese mal, que están molestos porque ya no pueden robar” (27 de febrero).
El 4 de marzo señaló: “Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar hay que abrazarse, no pasa nada o sea, nada de confrontación, de pleito”. Ese mismo día presumía que el peso estaba aguantando el impacto económico mundial.
El 11 de marzo, el tabasqueño dijo nuevamente que los conservadores querían que la gente se infectara para echarle la culpa a su gobierno. Añadió que “como la medicina, en la política es importante lo preventivo más que lo curativo, esto va a seguir, esta otra epidemia, va a propagarse más, porque ya vienen las elecciones del 21”.
Por supuesto, el morenista criticó en varias ocasiones que en la emergencia sanitaria por la influenza AH1N1 del 2009 hubo una exageración por parte del gobierno, lo que provocó un fuerte impacto económico. López Obrador siguió al pie de la letra el mismo guion de siempre: minimizar y politizar.
Sin embargo, algo pasó en el camino. Tal vez fue obligado a aceptar que, de acuerdo con los epidemiólogos y expertos médicos, es inminente el contagio comunitario en la última semana de marzo.
Eso explicaría que el jueves 12 de marzo López Obrador reculara y señalara que todas las decisiones que se tomaran iban a tener como referencia las indicaciones de los técnicos, de los médicos y de los científicos: “no puede haber conjeturas, improvisaciones, ocurrencias, es un asunto que requiere de especialistas”. Al mandatario se le olvida que hay registro que fue él quien politizó el tema.
Al dejarle las decisiones a los técnicos también les transfiere de la responsabilidad de que, cuando llegué el momento de tomar medidas más extremas como posponer eventos, giras, mítines o reuniones masivas, él pueda decir que es recomendación de los expertos. De cualquier manera, su peor pesadilla se cristalizará y terminará haciendo lo mismo que su archienemigo Felipe Calderón hizo en 2009.
Pero ese jueves también dijo algo muy revelador: “nos agarró —el coronavirus— en crecimiento en cuanto a recaudación, en la reactivación de la economía”, esto no es verdad. La economía y la inversión está estancada. ¿Por qué lo dijo? Porque todo indica que el coronavirus será el pretexto que el gobierno federal utilizará para explicar la catástrofe económica que según los financieros se aproxima.
El Presidente ya no se puede equivocar en la toma de decisiones. Debe de dejar de hacer cálculos políticos, su popularidad pasa a segundo término cuando lo que está en peligro es la salud y economía del país.
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LIBERTAD BAJO PALABRA/Enrique Rodríguez / 
El Heraldo de México
Ausencias que matan
Administrar una crisis es un reto que puede encumbrar o devastar a un funcionario, dependiendo de su eficacia.
Para comandar un barco y fijar el rumbo, sería extraño ver en el timón a un teniente en presencia del capitán. La jerarquía de mando en la Armada tiene una lógica bien definida que corresponde a la experiencia, capacidad, habilidades para dirigir estrategias y se basa en el rango.
El paralelismo es válido, en el contexto de la crisis sanitaria que impacta al mundo y de la que no escapa México. Escuchamos mañana y noche al subsecretario de salud y no al secretario informar sobre el coronavirus.
Jorge Alcocer Varela, médico egresado de la UNAM, investigador emérito en Ciencias Médicas por el Instituto Nacional de Nutrición
“Salvador Zubirán” especialista en reumatología e inmunología es un profesional reconocido, sin embargo su capacidad de liderazgo en la escena pública deja mucho que desear.
Administrar una crisis es un reto que puede encumbrar o devastar a un funcionario, dependiendo de la eficacia que tenga para gestionarla. Una crisis es un evento o serie de sucesos imprevistos que impactan a un gobierno y sus funcionarios, en este sentido la gestión de Alcocer Varela es errática, ante una situación que reclama liderazgo, aplomo y credibilidad.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha preferido que el vocero en la coyuntura del Covid-19 sea el segundo de abordo en el navío de la Secretaría de Salud, Hugo López Gatell quien tiene habilidades para comunicar, al menos en su oratoria. Ha tenido patinones notorios, sin embargo su grado de exposición mediática ha sido extenuante y eso eleva la posibilidad de error.
La única crisis en el gobierno de AMLO que no admite ser evadida con el pretexto de la herencia maldita del pasado neoliberal, conservador es la que se ha generado desde el inicio del sexenio en el sistema de salud.
La desaparición del seguro popular, con el argumento del combate a la corrupción ha llevado al sector a una etapa de transición que exhibe falta de estrategia y provoca un colapso en el momento menos oportuno.
Recortes de presupuesto que han afectado a institutos de gran importancia como Cancerología o Neurología, sólo por citar a algunos. El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) está rebasado en el preludio de un problema sanitario del que todavía no podemos calcular sus proporciones.
Ante la situación el secretario de salud ha optado por el bajo perfil, casi desaparición. López Obrador ha instruido que el único vocero para el tema sea López Gatell, ha puesto al mando del navío al segundo de abordo, relegando al capitán en medio de la tormenta.
EDICTOS
En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, seguimos sin filtros sanitarios, ni se aplican protocolos básicos de revisión y seguimiento para los viajeros que provienen de Europa, epicentro actual de la pandemia.
Ya vamos tarde, las consecuencias serán tangibles en las próximas semanas. La enfermedad no distingue ideologías, exhibirá las grietas de nuestro sistema regido por la improvisación y la ocurrencia.
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OJO POR OJO/Álvaro Cueva / 
Milenio Diario
Los mexicanos y el coronavirus
La pregunta es: ¿por qué los mexicanos tenemos esta actitud tan peculiar frente al coronavirus?.
¿Por qué intercambiamos mensajes a lo loco?
¿Por qué creemos en cualquier recomendación que nos llega por WhatsApp?
¿Por qué fuimos los primeros en hacer compras de pánico? Porque nos sentimos abandonados por nuestras autoridades. Punto. Porque nuestros líderes no se saben comunicar, porque cada vez que estos personajes abren la boca, así lo hagan con la información más científica y contundente, en lugar de tranquilizarnos, hacen que sintamos más miedo.
¿Qué mexicano, en sus cinco sentidos, va a creer que los encargados de nuestra salud pública van a impedir que el coronavirus acabe con nosotros cuando un montón de gente inocente acaba de morir en un hospital de Pemex por haber recibido medicamentos adulterados?
¿Usted le entregaría el cuidado de su salud, en una emergencia nacional, a las mismas personas que llevan meses teniendo al borde de la muerte a tantísima gente por el desabasto de medicamentos?
En serio, ¿usted, en una pandemia como ésta, atendería las recomendaciones de los mismos especialistas que no han podido encarcelar a los responsables de los problemas de nuestros hospitales públicos, a los que culpan de todo a la corrupción, así, en abstracto?
No es que los mexicanos seamos tontos. Al contrario, porque sabemos lo que tenemos, si una comadre viene y nos dice que el coronavirus se cura tomando un caldito de pollo, no solo le creemos, compartimos la información a destajo y salimos corriendo a comprar los ingredientes para hacer el mejor caldo del mundo.
El problema del coronavirus no es solo el del coronavirus, es el de la ausencia de credibilidad de quienes nos gobiernan. ¿Adónde puede llegar un país donde la sociedad no cree en sus cabezas?
Esto ya no es un tema político, es un tema de vida o muerte. Y si nuestras autoridades, en su infinita soberbia disfrazada de humildad, no reflexionan sobre esto, podrían provocar una tragedia de verdad, una catástrofe que iría más allá de las próximas elecciones.
¿Por qué cree usted que muchas personas, cuando escuchan en los medios la cantidad oficial de contagiados que hay, estado por estado, comentan en privado que eso no es cierto, que hay más, que nos están engañando y que en dos semanas esto será incontrolable?
¿Por qué cree usted que mucha gente, cuando un político de altos vuelos afirma que está bien ir a eventos multitudinarios, en lugar de sentir alivio, sospecha y sube a las redes sociales algún comentario sobre los intereses económicos que hay detrás de esas reuniones masivas?
¡Porque no les creemos! Insisto. Aunque nos hagan ruedas de prensa todos los días. Aunque nos produzcan mil programas especiales de radio y de televisión. Esto es un desastre.
¿Qué podemos hacer? Quiero creer que la muerte de tantos miles de personas en tantas partes y que la muy peculiar actitud de los mexicanos puede llegar a ser un buen pretexto para que nuestros gobernantes reflexionen, para que corrijan.
Quiero pensar que en cualquier momento vamos a notar ese cambio en nuestras autoridades, que ahora sí nos vamos a sentir seguros, protegidos y que les vamos a creer. ¿Usted no?.

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