10 jul 2020

Una copa de vino con AMLO en la embajada

Tras la cena con Trump en la Casa Blanca, AMLO invitó a los empresarios a una reunión a la residencia de la embajada de México en EU...
Fue a las 22 horas..
Ahí dicen surgió “un ambiente de festejo, sobre cómo el mandatario había manejado todo, evadiendo fricciones y buscando coincidencias”....
Varios columnistas abordan el tema...
Lourdes Mendoza en el Financiero escribió:
“...La nota la dio sin duda Patricia Armendáriz, pues de acuerdo con los expertos en protocolo, aunque No hay una regla escrita, fue a la cena en su carácter de invitada por lo que se esperaría que no tomara fotos o las compartiera en redes. Ahora bien, en este mundo de imágenes podría haber tomado varias y publicarlas como lo hizo el embajador Landau. 
Sin embargo, si era una cena cerrada a medios, NO podía o mejor dicho No debía compartir como invitada, el contenido de las conversaciones. Es decir, se entiende que implican un espacio privado para los presidentes y los comensales. Así o más claro de que lo que ella hizo NO se hace.
Pero, aquí no quedó el tema, pues déjenme platicarles que después de la cena, el Presidente los invitó a la residencia a tomar una copa y llegando Patricia se quitó los zapatos, lo cual implica que tampoco ha leído el Manual de Carreño; todos los presentes se quedaran atónitos, y más cuando subía los pies a los sillones para sentarse cómodamente, o cuando les gritaba para que se acercaran para las fotos. Y, si no me creen, pregúntenle a su amigo y compañero de programa Carlos Bremer. El duque de Otranto y 'Los 300' se hubieran muerto de la pena."
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Carlos Mota en El Heraldo de México...
"Tras la cena en la Casa Blanca, hubo una reunión privada entre el jefe de Estado y los empresarios que invitó.
Ahí surgió “un ambiente de festejo, sobre cómo el mandatario había manejado todo, evadiendo fricciones y buscando coincidencias”.
Más tarde, en lo que algunos llaman “petit comité”, ciertos inversionistas estuvieron sugiriendo a AMLO “áreas específicas de oportunidad”.
El otro personaje que destacó, y que fue aun más visible, fue el canciller Marcelo Ebrard, de quien los empresarios dijeron que “se nota” que es quien ha operado específicamente las relaciones de AMLO con Donald Trump.
La visita y la cena arrojaron resultados. El anuncio de Sempra Energy de construir una planta de gas natural licuado en Ensenada, con un valor de mil 900 millones de dólares, es resultado específico del T-MEC y del evento. La planta nutrirá de gas a la península de Baja California y exportará el excedente a países de Asia.
No pudo ser mejor la visita de AMLO a Washington. Es el espacio donde se le ha visto más funcional al Presidente, sentado lado a lado de la gente del dinero.
Por un día, AMLO se despojó de las ideas que han marcado su concepción sobre el mundo de los negocios: en Estados Unidos no expresó resquemor por la acumulación de poder económico, ni pontificó sobre la austeridad, ni sobre valores morales. Fue pragmático y funcionó.
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La historia detrás de la cena con Trump/Darío Celis
La Cuarta Transformación
@dariocelise
El Financiero, 10 de julio de 2020
O Marcelo Ebrard entendió mal, o se pasó de listo. Su imprudencia o sagacidad a simple vista lo pone como el ganón de la gira de Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos, pero igual y se le revierte.
El tema se vincula a la comitiva de empresarios mexicanos invitados a la cena este miércoles en la Casa Blanca, misma que se derivó de otra que el equipo de Donald Trump empezó a delinear hace una semana.
Y es que el presidente estadounidense nunca tuvo la intención de invitar a ningún hombre de negocios de México. Utilizó la gira de López Obrador para hacer una especie de 'pase de charola' con los suyos.
Pocos detectaron que la cena fue el primer encuentro de Trump y los grandes empresarios de su país en el momento más crítico de la pandemia, pero más cuando está debajo de las preferencias electorales.
Joe Biden lo supera en 10 puntos y el presidente los convocó, con el pretexto de la visita de AMLO, para solicitar apoyo de firmas como Shell, Sempra, UPS, Intel, FedEx, Lockheed Martin y Nucor, entre otras. 
A Ebrard la gente de Jared Kushner le informó hace exactamente una semana que acudirían a la cena un grupo de 10 empresarios, pero el canciller, o entendió mal, o aprovechó la coyuntura mañosamente.
Con tal información se dio la vuelta e informó al Presidente, entre el sábado y el domingo, que la Casa Blanca estaba abriendo una ventana de participación de hombres de negocios y que había que invitar a cinco.
Era música para los oídos del tabasqueño, que vio el momento ni mandado a hacer para llevar a los suyos y dar otro machucón a los líderes de las cámaras y asociaciones que lidera Carlos Salazar.
El problema fue que Ebrard no decodificó bien el mensaje original porque los 10 invitados de los que le hablaron eran de Estados Unidos, ningún mexicano. Era un movimiento preelectoral de Trump.
Desde el domingo en Palacio Nacional la lista de quienes había que invitar ya estaba esbozada: Olegario Vázquez Aldir, Ricardo Salinas, Bernardo Gómez, Germán Larrea y Alberto Baillères.
Y empezó el trajín porque algunos no estaban disponibles para viajar a Washington por el riesgo al contagio o porque no estaban en México. Pero peor: cuando Ebrard pasó su lista original de cinco vino la sorpresa.
La gente de Kushner cayó en cuenta de que cuando hablaron de “10 invitados a la cena”, aquél entendió que cinco eran de Estados Unidos y cinco de México, cuando todos eran locales para apuntalar la campaña. 
La confusión metió más presión aquí porque Trump mandó decir que no iba a desinvitar a cinco de sus empresarios y que más bien López Obrador tenía que llevar a cinco más, para que fueran 10 y 10.
Por eso el lunes se cruzaron muchísimas llamadas con Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia. La lista de los cinco originales no estaba amarrada y ahora había que asegurar cinco más.
Larrea y Baillères no pudieron ir, Salinas estaba en España, invitaron a Carlos Slim y subieron a otros que nadie tenía en el radar, como Francisco González, Marcos Shabot y Patricia Arméndariz.
La alineación se completó con Carlos Hank González, Carlos Bremer, Daniel Chávez y Miguel Rincón, once al final por México y también once por el lado estadounidense.
Como cabo suelto queda el riesgo de que a AMLO se le recuerde como artífice involuntario de una reunión en la Casa Blanca, en plena campaña electoral, que sirvió para un pase de charola de Trump.
Por lo demás, una cena exitosa y una comitiva empresarial mexicana de primera línea, muy solidaria con el presidente López Obrador y muy echada para delante con el país.





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