16 oct 2021

Las columnas políticas, hoy, 16 de octubre de 2021

 A 10 años de la partida de Miguel Ángel Granados Chapa;  siempre supo que escribir críticamente implicaba jugarse la vida...


Dos días antes de la muerte del periodista, analista político y escritor Miguel Ángel Granados Chapa, autor de la columna Plaza Pública, se despidió de sus lectores poco antes de morir. Sin dar explicaciones. Aunque se sabía que padecía cáncer desde 2007 y que la enfermedad había mermado su salud, en su columna del viernes 14 de octubre de 2011, en el diario Reforma escribió:

"Es deseable que el espíritu impulse a la música y otras artes y ciencias y otras formas de hacer que renazca la vida, permitan a nuestro país escapar de la pudrición que no es destino inexorable. Sé que es un deseo pueril, pero en él creo, pues he visto que esa mutación se concrete. Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós.."

El prestigio de Plaza Pública lo construyó durante más de 34 años de publicación en distintos medios impresos como Cine Mundial, Excélsior, Unomásuno, La Jornada, El Financiero y  Reforma .

Lo recuerdo con cariño a 10 de su partida..Comentario en Facebook..

https://www.facebook.com/fred.alvarez1/videos/869210547293444

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Conmemoran 10 años de la partida de Granados Chapa

A manera de reconocimiento, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM convocó a periodistas, su esposa e hijo para revivir algunos pasajes de la vida del ex columnista de REFORMA.

"Fue un compañero de vida inteligente, prudente, recto, honorable, serio, pero a la vez alegre, muy cantador.

"La gente dice ahora '10 años pasaron volando', pues sí, pero no, para mí estos 10 años han sido de una ausencia larga, dolorosa, porque al irse mi compañero de vida, con el que vivimos muy alegres, pero también sufrimos con la enfermedad, ahora me dejó huérfana de su cariño, compañía, de su alegría de vivir, de sus canciones", platicó la académica y pareja, Shulamit Goldsmit.

En la conmemoración estuvieron los periodistas Carmen Aristegui, Javier Solórzano y René Delgado, así como su hijo Tomás Granados y la académica Carola García.

La mejor forma de honrar al creador de Plaza Pública, coincidieron, es hacer un periodismo recto, limpio e informado.

Recordaron la memoria prodigiosa que tenía Granados, que se percibía en todas las columnas que escribía, en sus libros y programas en medios electrónicos.

"Es un ejemplo a seguir, una figura que nos permite refrendar para qué sirve el periodismo, para qué sirve una voz crítica, para qué sirve alguien que está todos los días con una constancia, con una disciplina, con un sentido de la responsabilidad verdaderamente fuerte", señaló Carmen Aristegui.

"Sirve para construir democracia, para ayudar a los demás, para que una sociedad pueda construir su propio entendimiento de la realidad política y económica".

Consideró que su columna tuvo tanto poder porque se hacía con una convicción plena, informada y proyectaba certidumbre de lo que ahí se argumentaba.

Incluso, dijo, ahora en muchas ocasiones ella y quienes lo conocieron se preguntan qué haría él ante ciertas circunstancias por las que está pasando el País.

Delgado, ex director de REFORMA, rememoró cómo Granados jamás dejaba de trabajar, incluso cómo en sus únicas vacaciones largas estuvo a punto de no publicar su columna, pero no lo hizo.

"Yo sostengo que cuando un periodista pierde la curiosidad, ya perdió la posibilidad de ser periodista, y Miguel Ángel era un hombre en extremo curioso", dijo.

"Tenía una capacidad de indagar aquello que no entendía e informarse de los fenómenos informativos para no dar una información al garete. Le decía que él era el único periodista con un disco duro integrado".

Era un hombre que era capaz, pese a todos los años de oficio, de volverse a asomar a la realidad, estudiarla e interpretarla con un rigor, consideró, que no se ve en estos días.

Delgado apuntó que tenía la capacidad de adquirir nuevas habilidades y reflexionar sobre el impacto de lo que escribiría.

Javier Solórzano contó las ocasiones en las que recibió una especie de regaño y fueron para él la mejor forma de fortalecer la manera de hacer periodismo.

"Él fue muy solidario, pasamos por trances nada gratos. Siempre estuvo ahí", anotó.

Su hijo Tomás adelantó que publicará pasajes de la vida de su padre el próximo domingo en las páginas de REFORMA.

Por ejemplo, cuando su primer intento de escribir la tesis para graduarse en la licenciatura de periodismo fue dictándosela directamente al esténcil.

"Imaginen la confianza de este muchachito que dice, soy capaz de dictar. Su director de tesis impidió que esto se concretara, y lo obligó a hacer una tesis como se debe", dijo.

Recordó cómo en un acto que podría considerarse como ilegal, pero era un ritual pagano que ellos quisieron hacer, depositaron parte de las cenizas de Granados en una zona arbolada entre la Facultad de Derechos y la Torre 2 de Humanidades, en la UNAM, por donde se imaginan que pasaba cotidianamente.

"Supongo que es un acto ilegal, pero nos parecía que era el mejor modo de llevar a Miguel Ángel al sitio que mayor influencia tuvo en su vida", argumentó.

Y exaltan su periodismo ético

El periodista Miguel Ángel Granados Chapa, fallecido diez años atrás, representa el paradigma del periodismo ético, comprometido socialmente, al servicio de la gente y que escogió las mejores demandas de la sociedad, destacó el periodista José Reveles durante el homenaje que le dedicó por su parte la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La institución, que otorgó en 2009 el doctorado Honoris Causa al autor de la columna Plaza Pública -fundada en 1977 y publicada en REFORMA desde 1993- reunió también a las académicas Beatriz Solís, Patricia Ortega y Yissel Arce, quienes destacaron la longevidad y pertinencia de esta columna.

"Nos hace mucha falta su Plaza Pública para buscar herramientas y seguir trabajando la reflexión y la acción, porque él unía las dos cosas: reflexionar para poder actuar e incidir", ponderó Solís.

Ortega valoró el hecho de que esta columna, que apareció hasta dos días antes de su muerte, se publicara en diversos periódicos del País como parte de Grupo REFORMA

"Ese hecho me parece muy importante, porque le dio a Granados Chapa la libertad de no depender del centralismo de los periódicos de la capital de País y eso logró que se extendiera su trabajo por toda la República Mexicana", dijo.

"Granados Chapa irrumpió, con su columna, en un contexto donde el periodismo casi no discutía ni cuestionaba los actos de poder; él daba razones, estaba siempre informado, investigaba y se documentaba sobre los hechos. Apostó a la precisión histórica en un País o en un tiempo en el que no todo mundo tiene memoria de la histórica", puntualizó Ortega y propuso a la UAM recuperar los libros de Granados Chapa que están agotados, así como el legado de sus columnas. (Nota de Érika Hernández y Yanireth Israde/ReEforma).

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Templo Mayor/ REFORMA

EN UN EVENTAZO de la clase política morenista se convirtió la toma de posesión de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, quien asumió bajo la enternecida mirada de su Papi Félix y arropada por el secretario de la Marina, Rafael Ojeda; el subsecretario de la Segob, Alejandro Encinas, y hasta el alicaído Hugo López-Gatell.

TAMBIÉN fueron los gobernadores Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; Cuitláhuac García, de Veracruz, y la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.

POR CIERTO, esta última protagonizó un muy comentado abrazo con el senador Ricardo Monreal, quien le pidió a la capitalina poner fecha para echarse una platicada, aunque no se supo si para tratar asuntos de la ciudad o el método de selección del candidato presidencial de Morena en 2024.

OTRO papi feliz es el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, quien ayer consintió a su hijo Nachito que rindió protesta como alcalde de Tecamachalco, Puebla, con invitados como el gobernador saliente y el entrante de Sinaloa, Quirino Ordaz y Rubén Rocha, y el presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, Sergio Gutiérrez.

Y PARA coronar el acto, la porra coreó el grito de "gobernador" dirigido al legislador y orgulloso papá y en ausencia del actual mandatario, Miguel Barbosa, quien le hizo el feo al joven morenista y no asistió.

EN CAMBIO, el mandatario estatal sí estuvo en la toma de posesión del alcalde de la capital poblana, el panista Eduardo Rivera, en donde coincidió con el ex presidente blanquiazul Felipe Calderón y con el senador y ex secretario de Gobernación tricolor Miguel Ángel Osorio Chong.

LA DUDA es si se trató nada más de un asunto de cercanía geográfica, pues el gobernador no tuvo que viajar para asistir al acto en la misma ciudad en la que despacha, o de un tema de alejamiento político entre políticos ¡del mismo partido!

QUIENES tienden a caer en el sospechosismo se preguntan cómo es que The New York Times siempre tiene más y mejor información sobre el desplome de la Línea 12 del Metro, que le costó la vida a 26 personas, con respecto a lo que las autoridades de la Ciudad de México han ido revelando.

EN ESE MEDIO se han presentado más datos y detalles que los que el jueves dio a conocer la fiscal general de Justicia Ernestina Godoy o los que se han hecho públicos en las dos entregas del peritaje de la empresa DNV. ¿Pues quién estará filtrand... perdón, facilitando tanta información y, sobre todo, con qué fin? Es pregunta sin fugas.

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 Trampas en la revocación de AMLO

Bajo Reserva/ EL UNIVERSAL

Ayer concluyó el registro para todas aquellas personas y organizaciones que tienen la intención de convertirse en promoventes de la figura de revocación de mandato que colocaría al presidente Andrés Manuel López Obrador en una boleta para ratificarlo, o no, en el cargo en 2020. De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), fueron poco más de mil 800 los registros que ahora la autoridad debe revisar para determinar quiénes serán los autorizados para comenzar a recabar las firmas para determinar si se lleva a cabo o no el ejercicio de votación. Lo curioso del caso es que hay organizaciones que se presentan como “sociedad civil” que en realidad son dirigidas por militantes de Morena. Tal es el caso del grupo Que siga la Democracia, encabezado por la ex candidata a diputada federal, Gabriela Jiménez Godoy, muy cercana a Mario Delgado, y que ahora busca convertirse en promovente de la revocación de mandato. El INE apenas revisará a los postulantes, pero ya esperan muchos otros casos similares.

Quirino se pone la guinda

El gobernador saliente de Sinaloa, el priista Quirino Ordaz, tuvo un encuentro con la cúpula de las fracciones de Morena y del Partido Verde en la Cámara de Diputados este viernes, cuando el todavía mandatario estatal acudió al municipio de Tecamachalco, Puebla, a la toma de protesta del presidente municipal, Carlos Ignacio Mier. Quirino Ordaz ya empezó a mezclarse con los mandamases de la Cuarta Transformación al reunirse con el coordinador de Morena, Ignacio Mier; con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez (Morena); y con el coordinador del Verde de San Lázaro, Carlos Puente. Y por si algo faltara también salió en la foto, con todos ellos, Rubén Rocha, quien sucederá a Quirino Ordaz, cuando se vaya a la embajada de México en España, el próximo 1 de noviembre cuando se dé la transición estatal en Sinaloa.

Confusiones parlamentarias

Quien de plano llegó muy desmañanado al Senado a comparecer fue el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien confundió al coordinador del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira, con líder de Morena en la Cámara Alta, Ricardo Monreal. Al iniciar su discurso apuntó: “Retomando las palabras del coordinador parlamentario Rubén Moreira, me uno al compromiso de que esta sesión será de apertura, inclusión, diálogo y respeto”. Alcocer nunca rectificó, ni ninguno de sus asesores le informó del error durante el encuentro donde la oposición criticó la grave situación del sector en el manejo de la pandemia, el cáncer y vacunas para menores. Y mientras, el subsecretario Hugo López-Gatell, verdadero responsable de la estrategia contra la enfermedad, feliz en la toma de posesión de Evelyn Salgado.

Cumbre morenista en Guerrero

La toma de protesta ayer de la nueva gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, bien hubiera podido confundirse con una cumbre de Morena. El evento reunió a varios pesos pesados del oficialismo en un mismo recinto, como usualmente sólo ocurre en actos como los informes del presidente López Obrador. Ahí estuvieron la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum; la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero; el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal; el almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de la Secretaría de Marina (Semar); el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, y la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, entre otros. Por si a alguien le había quedado alguna duda del respaldo, desde Palacio Nacional, a la familia Salgado.

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 Radicales toman el control en la reforma eléctrica/Salvador García Soto

¿Quién va a asumir todos esos costos que significarían miles de millones de pesos en demandas y quejas?

El Universal, 

Cuando algunos grupos moderados al interior de Morena, tanto del gabinete como del Congreso, trataban de “suavizar” el contenido de la reforma constitucional en materia eléctrica y aseguraban que, en ningún caso, la propuesta del presidente López Obrador dañaría las inversiones ni expropiaría o cancelaría contratos de empresas privadas que generan electricidad, los grupos más radicales de la 4T saltaron a la escena. Y entre Paco Ignacio Taibo, con su “nos los vamos a chingar”, y Manuel Bartlett aceptando que sí cancelarán todos los contratos privados de generación y ni siquiera pagarán indemnizaciones, los duros de este gobierno lanzaron un “fuera máscaras”, sobre las verdaderas intenciones de esta reforma.

La afirmación de Bartlett ayer en una conferencia de prensa donde pretendía explicar los alcances de la contrarreforma eléctrica de López Obrador, fue como abrir su juego en una partida de poker, en la que el director de la CFE dice con todas sus letras que la estatización que propone esa iniciativa es total y que, aunque se cuiden de usar la palabra expropiatoria, en los hechos estarán de facto expropiando todas las plantas de generación de energía eléctrica construidas y operadas por el sector privado nacional e internacional, a quienes se les cancelarán sus contratos sin tener derecho siquiera a una indeminzación.

“No los vamos a indemnizar…los contratos se van a cancelar, ya se acabaron, esta telaraña que inventaron ya no se sostiene y no la vamos a sostener en el gobierno mexicano, entonces eso de que los vamos a indemnizar no va a pasar”, dijo Manuel Bartlett Díaz, quien tradujo la expresión que el domingo pasado, en la Feria del Libro del Zócalo capitalino, lanzó el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, al señalar que con la reforma eléctrica “nos los vamos a chingar”.

De paso, Bartlett desmiente y deja en ridículo al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, que apenas esta semana les juraba a inversionistas extranjeros y a organismos financieros internacionales que participan en el Atlantic Council, que la reforma del Presidente no dañaría la inversión y sería positiva para el mercado eléctrico en el que hoy participan los capitales privados. “México promueve la participación de las inversiones privadas en el sector eléctrico desde el marco de la CFE, quien compra energía y capacidad de los generadores privados, sin usar a la CFE como una barrera financiera. Deberíamos incentivar la eficiencia de costos”, sostuvo el titular de Hacienda quien nunca habló de la cancelación de contratos sino de “comprarles la energía” que generan los privados.

En la misma Cámara de Diputados, los integrantes de las Comisiones de Energía y de Puntos Constitucionales que ya empezaron el análisis del dictamen de la reforma eléctrica, sostienen que no habrá cancelación de contratos a los privados que hoy generan el 46% de la electricidad en el país. “No vamos a afectar a nadie, ni habrá cancelaciones de contratos que generen demandas, se va a dialogar y se va a escuchar a todos para encontrar soluciones, en un ejercicio de parlamento abierto”, dijo esta semana en una entrevista radiofónica para el noticiero “A la una” de Heraldo Radio, el presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, el morenista Manuel Rodríguez González.

Así, mientras los grupos moderados de Morena en San Lázaro hablaban de “parlamento abierto” y de escuhar a todas las voces y opiniones de especialistas, de empresarios y hasta de los actuales concesionarios del sector eléctrico, para incluso modificar algunos aspectos de la iniciativa presidencial, el ala más radical en el tema eléctrico, representada por Manuel Bartlett y por la propia Rocío Nahle, apoyados por voces de ultras como el escritor Paco Ignacio Taibo II, desvelan la verdadera naturaleza de esta reforma que va por la estatización total y por obligar a los privados a cancelar sus inversiones ante un marco normativo que, si no les cancela de inmediato sus contratos, les va a obligar a vender la electricidad a precios muy bajos a la CFE, que desmantelaría todos los esquemas de autogeneración, no solo de empresas sino de cientos de miles de hogares mexicanos, 281 mil para ser exactos, que hoy generan su propia electricidad a partir de paneles solares.

Bartlett lanzó el grito de guerra que desnuda las intenciones reales de la propuesta eléctrica lopezobradorista: van por todas las canicas de la industria de generación de energía eléctrica mexicana; van a devolverle, en los hechos, el monopolio de generación a la CFE y a revertir todo el avance del 46% de generación en manos privadas para entregárselo, ya sea con clausulas leoninas o con cancelación de contratos, al organismo estatal que terminará quedándose no sólo con las plantas y la infraestrucutra construida con inversiones nacionales y extranjeras en los últimos 8 años, sino con toda la energía que generan esas plantas.

De paso, como ya lo apuntamos en este espacio, si la reforma estatizadora cancela contratos e inversiones sin ningún tipo de indemnización, como ya anticipa el director de la CFE, se daría un golpe a la banca comercial que ha financiado a las empresas eléctricas con 40 mil mdd en créditos bancarios y bursátiles, además de préstamos realizados por Banobras y Nafinsa en las centrales eléctricas, donde los dos bancos gubernamentales garantizan el 60% del costo de esas centrales, que también reciben al entrar en funcionamiento participación financiera de afores como Siglo XXI, Banorte y Banamex. Por si eso fuera poco, hay inversión extranjera directa que se vería afectada con la cancelación de contratos, tan solo la empresa ENEL, S de R.L. de C.V. tiene una inversión de 1,500 mdd en la que participan inversionistas como el Estado Italiano, el Fondo de Pensiones de los Maestros de Quebec y la Afore Siglo XXI-Banorte.

La lluvia de amparos y denuncias en el sistema de justicia nacional, además de recursos y quejas en instancias internacionales, incluidos los mecanismos de resolución de controversias del TMEC con Estados Unidos y Canadá, serán inevitables y altamente costosas para el país. ¿Quién va a asumir todos esos costos que significarían miles de millones de pesos en demandas y quejas a nivel nacional e internacional?

Eso sin contar la afectación a familias mexicanas que hoy generan su propia electricidad y que invirtieron entre 90 y 140 mil pesos, con enormes esfuerzos, para instalar paneles solares y ahorrar en su consumo de energía. Si ese esquema de autogeneración tampoco será respetado y se obligará a entregar esa energía a la CFE para después volvérsela a pagar, ¿de que sirvió entonces el esfuerzo y el beneficio económico y ecológico que buscaban más de 281 mil hogares mexicanos que apostaron por ese esquema de generación propia a partir de la reforma peñista que será totalmente derogada?

Tener una empresa del gobierno que se “fortalezca” y vuelva a monopolizar la generación y venta de energía eléctrica en el país, terminará siendo un tema demasiado costoso en estos tiempos en los que el concepto de “soberanía” y “nacionalización”, que con una visión totalmente política e ideológica se le quiere vender a los mexicanos, resultará más dañino que beneficioso para el objetivo práctico, real y urgente de los consumidores mexicanos: tener energía más barata, más accesible y menos contaminante. Ninguno de esos postulados los ha cumplido la CFE en su historia de mal servicios, abusos y cobros excesivos a los mexicanos, ¿Qué nos garantiza que ahora sí, por devolverle el monopolio eléctrico, lo podrá hacer la empresa que más quejas por mal servicio y prácticas abusivas tiene en este momento por los mexicanos?

NOTAS INDISCRETAS…

Reza la consigna que en política nunca hay casualidades y en el fallo que dio el pasado jueves la Fiscalía General de Justicia de la CDMX sobre las causas de la tragedia de la Línea 12 del Metro, en la que murieron 26 personas el pasado 3 de mayo, queda muy claro que la fiscal Ernestina Godoy simplemente validó en su dictamen las lineas que apuntan a los errores de construcción y de diseño como las principales causas del derrumbe de trabes que provocaron la tragedia. Nada sobre los problemas de mantenimiento ni sobre el video del C5 que detectó y grabó con un dron afectaciones y desviaciones de las trabes en diciembre de 2019. Todo volvió a recaer en los famosos pernos defectuosos y ni una sola mención a la posible falla de mantenimiento o de las afectaciones que sufrió la obra en el sismo de 2017 y que no fueron debidamente atendidas ni reparadas. Si hubo quien pensó que la fiscal Godoy iba a actuar de manera independiente, profesional y ética, está claro que se equivocó y que se impuso el criterio político que beneficia a su amiga y quien la propuso para el cargo, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Porque más allá de los aspectos jurídicos y técnicos, lo que realmente llama la atención es el timing de la FGJCDMX que sacó de manera intempestiva su dictamen, apenas un día después de que Marcelo Ebrard confirmara su intención por competir por la presidencia. La misma semana que el presidente López Obrador dice que no tiene favoritos, la misma semana que las encuestas ponen a Ebrard al frente de la carrera presidencial de Morena y cuando al canciller le había ido bien con temas como el diálogo de seguridad y la reapertura de la frontera con Estados Unidos, llega el fallo de la fiscal Ernestina Godoy que vuelve a apuntar a los responsables de la construcción de la obra. Y para que no queden dudas de los tiempos y las intenciones del dictamen pericial de la Fiscalía capitalina, la responsabilidad de las empresas que construyeron las obras, léase Grupo Carso de Carlos Slim, no ameritará causa o acusación penal, porque se resolverá “a través de acuerdos reparatorios” como el que ya aceptó y de hecho ya financia y trabaja el ingeniero. Luego entonces, todo lo que queda de culpa, con empresas que ya fueron eximidas de responsabilidad penal o legal a cambio de que financien la recostrucción, queda para el gobierno que construyó, contrató y supervisó la obra que, otra mera casualidad, estaba a cargo de Marcelo Ebrard. ¿Así o más claro el despeje de camino que desde la fiscalía de justicia capitalina le quieren dar a la Jefa y las piedras que le ponen al carnal?...Y justo un día después del mencionado fallo judicial, en Guerrero ayer se encontraron Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal que, sin dudarlo, se fundieron en un abrazo que, sin palabras, dijo mucho. Y no es que de pronto la doctora y el senador se quieran mucho o se hayan vuelto amigos, pero el mensaje que manda ese momentáneo acercamiento, al menos del lado de la Jefa de Gobierno, es que más que a Marcelo, Claudia prefiere a Ricardo como competidor por la candidatura presidencial de Morena, y el propio zacatecano, que tiene un colmillo que le da varias vueltas, toma al vuelo la intención del abrazo y declara que “yo voy a estar con Claudia en la final”. Claro que Monreal desea estar en la final pero más que con Sheinbaum, él va con Ebrard con quien mantiene intacto su pacto de ayuda mutua. En fin, que los juegos del Calamar morenista por el 2024 ya comenzaron y se ponen cada vez más interesantes. La pregunta es cuándo empezarán a disparar desde Palacio Nacional para empezar a eliminar a los aspirantes incómodos y despejarle el camino a la “favorita” que según el Presidente no existe, pero todo mundo, empezando por el macuspano, la ve muy clarita…Los dados mandan Serpiente doble. Cierre de semana díficil. 

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El semáforo verde y los alucines de la Covid-19/Juan Pablo Becerra-Acosta M.

No juguemos con la Covid, no seamos temerarios ahora, durante el semáforo verde, para no padecer lo de Lino

El Universal 

A finales de marzo de este año, cuando lo entrevisté, Lino Gerardo San Juan García era un paciente que se rehabilitaba en el CRIT de Teletón. El técnico ortopedista era atendido ahí por especialistas, por fisioterapeutas, ya que padecía síndrome post Covid, o long Covid, como le llaman los estadounidenses a las secuelas de la enfermedad provocada por el virus SARS-Cov-2, y todavía no podías respirar del todo bien, no había logrado recuperar plenamente su capacidad pulmonar. Lino me contó, ahí y luego en su casa, del infierno que vivió durante su enfermedad, pero también me narró la pesadilla de las secuelas que lo atormentaron.

Ahora que pasamos a semáforo verde en el Valle de México, y que habrá un gran libertinaje sanitario, comprensible porque todos queremos volver a una normalidad que ya no existe, de verdad que no que deberíamos descuidarnos, mucho menos conforme se acerque el famoso maratón Muertos-Reyes, y deberíamos vernos en el espejo de Lino.

En un taller acondicionado en su casa, Lino hace prótesis, plantillas, corsés, fajas, órtesis para gente que requiere de estos aditamentos. Él mismo usa prótesis desde hace muchos años, tantos como 26 años, debido a un accidente automovilístico que sufrió en Oaxaca. Cuando le amputaron una pierna y vino a Ciudad de México, decidió quedarse a residir aca. Ahora también da terapias a quienes requieren aditamentos como el suyo. Lino tiene una esposa, Guadalupe, y dos hijos, Gerardo y Fátima, ambos adolescentes.

Hace poco más de un año, el sábado 26 de septiembre en la noche, internaron a Lino en un hospital de Milpa Alta. Saturaba 50%, en vez de 90%. Estaba grave.

-Sentía mucha angustia por la desesperación de n o poder respirar. Se siente uno impotente por no poder respirar…

Respirar. Eso que es algo tan natural, y que ni siquiera nos percatamos que lo hacemos, se le volvió una proeza a cada minuto. A cada segundo. A cada instante. Por eso lo intubaron durante un mes.

-Ni me enteré. Fue hasta después, cuando desperté, que me empezaron a platicar las enfermeras, y que me dijeron que yo era un sobreviviente del Covid. El problema fue muy-muy drástico. Es una enfermedad que te ataca el páncreas, corazón, riñones, pulmones, todo-todo. Te va acabando…

-Renaciste…

-Sí, gracias a Dios.

Pero… a Lino le faltaba sufrir otra pesadilla.

-Cuando me desintubaron no tenía fuerzas ni para comer (simula que se lleva una cuchara a la boca). No podía llevarme la comida a la boca. No puede uno ni alzar la cuchara. Todo se me caía. Temblaba. No tenía nada de fuerzas.

-¿Ni para la cuchara?

-No, ni para la cuchara. Y muchas veces, ya llegando lo que me iba a comer a la boca, se me caía. El traslado de la mesa a la boca se caía.

-¿Así de débil?

-Sí, así de débil.

-¿Y qué sentías?

-Desesperación. Yo con hambre y sin poder comer. Las enfermeras muy lindas me daban de comer y me leían cartas que me mandaban mis hijos (sea le nublan un poco los ojos). Y no podía caminar, los músculos se contrajeron, estaban muy flácidos, y yo que tengo discapacidad… Cuando llegué a la casa estaba súper débil, acostado todo el tiempo. Ni para poderme sentar. Me sofocaba por lo mismo de la saturación. Sin fuerzas para pararme.

Regresa Lino al averno de la hospitalización:

-¿Podías dormir?

-No, al principio no, porque de verdad que del hospital salí yo muy asustado, por haber visto tantas personas que fallecieron. Lo que más me afectó es que todo el mes estuve con temperatura de 40 y 40 y 40. Yo ya deliraba y veía muchas cosas que no eran reales.

-¿Alucinabas ahí adentro del hospital?

-Sí.

-¿Qué veías, o qué?

-Yo escuchaba y… como que percibía que ahí adentro golpeaban a la gente. Golpeaban a la gente y ahí mismo las quemaban. Ya deliraba mucho.

-Como una pesadilla…

-Sí. Y le platico a mi esposa que, todas las personas que oraban aquí afuera, y que pedían por mí, todo eso yo lo veía…

-¿Cómo? ¿A poco? ¿Lo veías, lo percibías desde el hospital?

Asiente. Las ganas de vivir que tenía. Pero faltaban los alucines:

-Sí. Lo veía y lo sentía.

-En el corazón…

-En todo: en el corazón y en la mente. Yo los veía conmigo.

-¿En algún momento pensaste algo así como “ya, ya, ahí muere”?

-¿Qué cree? Al final sí, por tanto delirio que tenía. Me sentía como culpable porque deliraba que había muchas muertes allá adentro, y todas esas personas eran familiares de ella (de su esposa, a quien señala), que se peleaban en el hospital cuando me iban a ver y que los mataban y quemaban. Lo primero que hice al salir fue preguntar por ellos… -dice con ojos enrojecidos. Hubo como tres veces que yo sentí que ya no, que ya no se podía porque era demasiado. El corazón se me iba bajando-bajando-bajando y me perdía, me quedaba dormido…

Lino va terminando su narración post Covid:

-Estuve dos meses con oxígeno día y noche. El cerebro se desconecta. Tiene uno que reeducarlo; hay que reeducar los patrones para poder caminar e ir caminando. La voz no sale. Quiere uno hablar y la voz no sale. Tiene uno que hacer más esfuerzo para que salga la voz. Y el muñón, adormecido; y la cabeza y el cuello, también.

Su esposa toma la palabra…

-Cuando salió del hospital lo vi como muy nervioso, asustado, espantado. Lo vi muy mal, muy mal (él suelta una risita).

-Imagínate, personas fallecidas aquí, luego allá, y yo nada más viendo a ver a qué hora me toca a mí… -interviene él.

-Cuando salió del hospital lo tenía que ayudar a bañarse, a darle de comer, sus medicamentos, porque estaba en cama y con su oxígeno. Le echó muchísimas ganas. Al mes ya se metía a bañar solo, hacías sus terapias y ya podía comer.

-Aquí estoy viviendo y haciendo caminar a los pacientes. Ahora lo que ya no quieren es darme de comer… -ríen él y su esposa, por la alusión a que ahora está fuerte y ya come mucho él solito. Pero su historia no es la única. Hay miles (https://www.eluniversal.com.mx/opinion/juan-pablo-becerra-acosta-m/el-lo...). Como la de un chef...

Fernando Ortega, de 62 años, es chef en una empresa que prepara comidas ejecutivas e industriales. Lo entrevisté a mediados de junio. Él estuvo 17 días hospitalizado, postrado boca abajo. En su familia hubo ocho personas más infectadas, pero él fue el que peor la pasó…

-Al tercer día hospitalizado en la clínica 194 en El Molinito, en Naucalpan, vino un calentamiento con calentura; muy desesperante estaba. Me quería salir de la cama y me desvanecí. Al poco ratito sentí voces, de niños, y fue lo que me hizo despertar. Y sentía que me ahogaba.

Alucinaciones.

-¿Y esas voces usted cree que eran sus nietos?

-Mis nietos. Yo creo que eso fue lo que me dio ánimos. Fue lo que me revivió y me tranquilicé. Y me encomendé nomás a Dios.

-¿Qué más padeció por la calentura, por la fiebre?

Más delirios.

Seran mi mamá y mi hermana que estaban cuidando.

-¿Y eso lo animó?

-Estuve con miedo, ¿verdad?, porque sentía que no… Tantas cosas que escucha uno que dice: “Ya no voy a salir”.

-¿Y al salir?

Al salir vendría el miedo, la paranoia, uno de los estados más comunes entre quienes padecen secuelas por la Covid…

-Salí débil y no podía dormir. Las doce de la noche y la una de la mañana y comenzaba a sudar. Tenía mucho sudor.

-¿Qué pensaba usted?

-La verdad en ese momento, lo peor. Dije: “Ya me voy a morir”. No le decía a mi gente hasta las seis de la mañana que empezaba a cerrar los ojos.

-O sea, le daba miedo de…

-¡Miedo! Ese sudor, que estaba empapado. Dormir y ya no despertar. No sabría decirle, pero con ese temor salí. En el hospital era lo mismo, no dormía. Y así salí. Estaba en lo peor, lo más bajo…

-Estrés postraumático… -abunda una doctora del IMSS que presencia la entrevista, la cual transcurre en un jardín hospitalario. El chef fue atendido por médicos especialistas en rehabilitación del Seguro Social.

Ya en su casa, el hombre caminaba poco, le ayudaban y siempre estaba con oxígeno suplementario. Le ponían ejercicios en el IMSS y él se los practicaba a su casa. Era como un bebé después de nacer que necesita estimulación para respirar.

“Es como volver aprender a respirar”.

La Covid le dejó un daño colateral: tiene hipertensión, una condición que no tenía previamente. “Son las secuelas que deja el Covid. Estoy tomando pastillas de 50 miligramos. No salía de mi casa al principio. Estaba prohibido, ahora ya tengo las dos vacunas y ya empiezo a salir poco. Y pronto voy a regresar a trabajar, yo creo”, dice con mirada que todavía trasluce cierto miedo, pavor incrustado, más bien. Y es normal: al salir del hospital literalmente no sabía respirar, o él sentía que no sabía respirar.

-Esto fue como volver a vivir. Me refiero al aire. A respirar yo mismo porque antes no podía respirar. Volver a vivir, esa es la diferencia. Cuando uno está bien respiras y sientes el aire (se toca el cuello), sientes todo (inhala y exhala), sientes todo. Cuando tienes esto (Covid), no, no puede uno respirar bien. Te ahogas. Peor cuando tienes esa tos. Lo que nunca se me va a olvidar es una tos seca, la voy a tener siempre en mi mente (simula que tose como para jalar aire). Se ahoga uno, sientes que te ahogas… -su mirada se vuelve opaca, angustiada.

-O sea que usted volvió a sentir el aire, el oxígeno…

Se relaja un poco.

-Sí, volver a vivir el oxígeno, sentir el oxígeno. Maravilloso. Digo: “Dios, gracias”, por volver a sentir todo, porque ya muerto, ya no siente uno nada (reímos un poco por la obviedad). Ni decirte adiós, ni decirte nada…

-¿Queda un poco de miedo?

-Pues sí, queda un poco de miedo. Llegas a tener por ahí un resfriado y sientes: “Ah caray, otra vez”, no-no-no. Una tos, sientes el miedo y a correr a tu clínica. Me pasó e inmediatamente fui y me dijeron: “No, estás bien”. Quizá ya empiece a trabajar…

A su mujer le gusta que el chef le haga pescado empapelado, mariscos, mojarras. Él, lo que goza, es estar en casa, ver a sus nietos, “ver a mi gente”. Lo sencillo, que es lo profundo, lo entrañable.

Cuidado. No perdamos eso. No juguemos con la Covid, no seamos temerarios ahora, durante el semáforo verde, para no padecer lo de Lino. O lo del chef. O algo peor…

jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Twitter: @jpbecerraacosta

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El fracaso del Insabi/RICARDO RAPHAEL

Milenio

El sistema público de salud continúa siendo un caos. De ahí que no hayan sido tersas el día de ayer las comparecencias ante el Senado del titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer Varela, y del director del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer Aguilar.

Las críticas desde el Poder Legislativo se centraron en el presunto fracaso del sistema de compras consolidadas de medicamentos, el cual explicaría el desabasto que, desde 2019, persiste destacadamente en productos relacionados con el tratamiento contra el cáncer.

Juan Antonio Ferrer explicó que dicho desabasto se debe a que en los estados se roban los fármacos adquiridos por el gobierno federal para revenderlos luego en farmacias particulares.

Las personas integrantes de la Comisión de Salud del Senado cuestionaron la veracidad de esta acusación. Hay evidencia de que el gobierno federal dejó de comprar medicamentos a la industria farmacéutica nacional y también la hay de que la Secretaría de Salud no logró adquirir en cantidad suficiente estos productos fuera del país.

El argumento más contundente a la hora de exhibir los errores cometidos fue la decisión que tomó el año pasado el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de divorciarse para realizar sus propias compras y no depender del sistema consolidado al que está sujeto el Insabi.

El presidente Andrés Manuel López Obrador propuso que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) interviniera en la reorganización del sistema de compras para evitar la corrupción. Ésta ha sido una de las peores ideas. La experiencia de Unops en la compra de medicamentos es pobre. Cuenta con antecedentes en Honduras, Guatemala y una región de Brasil cuyo volumen total de operaciones no se compara en modo alguno al que en México solía resolver, hasta diciembre de 2018, el IMSS, que antes era la instancia del Estado mexicano responsable de celebrar la adquisición de fármacos para todo el gobierno federal.

Asesores mal informados convencieron al presidente López Obrador de que la Unops iba a conseguir diversidad y bajo costo en las medicinas, debido a su estatura internacional. A la postre resultó falsa esta solución porque la Unops está obligada a surtir, primero, a partir del producto que se elabora en los países donde se celebran las adquisiciones, y segundo, porque la mayoría de los gobiernos emiten sus órdenes de compra con bastante tiempo de anticipación.

Si lo que se pretendía era castigar a la industria farmacéutica nacional por presunta corrupción, adquiriendo los medicamentos en el mercado internacional, las normas que rigen a la Unops impidieron que este organismo desestimara a los proveedores mexicanos, sobre todo cuando las acusaciones de corrupción jamás fueron probadas.

Por otro lado, el mercado de los medicamentos tiene como peculiaridad que las órdenes de compra se generan con mucha anticipación. Esto hizo imposible para la Unops que, de la noche a la mañana, realizara comandas de emergencia para sustituir al producto nacional despreciado.

Al final, esta instancia de Naciones Unidas ha jugado un papel testimonial, reducido y sin mayores consecuencias. En concreto, no logró resolver la adquisición oportuna de todas las claves. Es falso, por tanto, que el desabasto de medicamentos se deba al robo hormiga que ocurre en la última milla de la distribución, como declaró Juan Antonio Ferrer.

Es tan mala la explicación como decir que la falta de agua en la cisterna de la casa se explica por una breve fuga en el inodoro y no por el desabasto que padece toda la colonia.

Hay que decir que los problemas del Insabi no se agotan en la pésima gestión de los medicamentos. Los apuros del sistema mexicano de salud son enormes y esta institución nació sin la potencia para responder.

Algunos de los indicadores que sirvieron para denunciar el fracaso del Seguro Popular, antecedente del Insabi, continúan idénticos tres años después de la reforma lopezobradorista.

El tema más grave continúa siendo el de la subinversión en salud, tanto pública como privada. Mientras en los países de la OCDE el promedio de la inversión anual roza el 10 por ciento del Producto Interno Bruto, en México no hemos logrado ir más allá de 5.4 por ciento.

Mientras la inversión sea de medio pelo el sistema será insatisfactorio. Esta circunstancia conduce a una situación desigual y muy ingrata para la enorme mayoría de las familias mexicanas, las cuales minan su gasto cotidiano para atender cuestiones de salud.

La cifra del gasto de bolsillo ronda el 42 por ciento de los ingresos por hogar. Esto quiere decir, por ejemplo, que quienes viven en el primer piso de la construcción social —las personas que peor padecen la pobreza— gastan en fármacos y atención médica 2.94 de los siete pesos que ingresan diariamente.

En ese piso viven 12 millones 600 mil personas que se encuentran en esta circunstancia. Individuos que sacrifican gasto alimentario, vestido, transporte o educación por la necesidad de curarse o a curar a uno de sus familiares.

Cada peso desinvertido por el gobierno en materia de salud es un peso que se arrebata a las y los mexicanos en situación de vulnerabilidad que, según todas las mediciones, representan 60 por ciento de la población.

Otra consecuencia de la desinversión en salud es la oferta insuficiente de profesionales. Mientras México cuenta con 2.85 enfermeras por cada mil habitantes, los países de la OCDE rondan las 9.17 personas dedicadas a esta profesión. También nos encontramos abajo respecto al número de médicos: mientras el país cuenta con 2.44 doctores por cada mil habitantes, el promedio de médicos en la OCDE es de 3.6.

El déficit en infraestructura es igual de preocupante. Sirva como ejemplo la reducida oferta de camas: mientras en México hay 0.97 por cada mil habitantes en la OCDE el número promedio es de 4.44 camas.

Casi tres años han transcurrido desde la fundación del Insabi y la calificación de su desempeño de plano no mejora. Quizá llegó el momento de repensar el sistema de salud mexicano poniendo en el centro al IMSS, la institución que mejor funciona, no solo para la compra de medicamentos, sino para el resto de los servicios que igualarían el acceso a la salud.

@ricardomraphael

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¡Es Marcelo, estúpidos…!/Amador Narcia

Hay versiones de que López Obrador aprovechará el acto del 20 de noviembre para “destapar” en el Zócalo a la doctora Claudia Sheinbaum

El Universal

Cuidadoso por su circunstancia, pero con claridad, el canciller Marcelo Ebrard declaró esta semana que quiere ser presidente de México.

Entrevistado por Joaquín López-Dóriga, agradeció y aceptó que el presidente López Obrador lo incluyera en la lista de quienes mencionó como precandidatos. Dijo que claro que le interesa, que ni modo que dijera que no, pero primero debe cumplir con sus actuales responsabilidades. 

Que no es momento de distraerse, “porque si te distraes te caes, es como la bici, el que se distrae se cae”.

Reunido el lunes con senadores, con Ricardo Monreal a un lado, advirtió que no volverá a declinar en favor de nadie, como lo hizo con López Obrador en el año 2000, cuando buscaba ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México: “No está en mi horizonte”.

A Joaquín le declaró: “no habría ningún motivo para imaginar un desenlace de declinar en favor de nadie, porque simple y llanamente las circunstancias hoy son otras. Pienso participar de acuerdo con las normas que se decidan en Morena. Mario Delgado dijo que se va a hacer una encuesta. Tiene que haber condiciones de competencia, tiene que ser algo justo, que sea creíble, que sea confiable. Ahí estaremos”.

En contraste, hay versiones entre figuras de Morena, de que el presidente López Obrador aprovechará el acto conmemorativo del 20 de noviembre para “destapar” ante su grey, en el Zócalo, a la doctora Claudia Sheinbaum. 

La idea es volver a la levantarle la mano, pero ahora ante miles de simpatizantes y paleros, como una señal política definitiva de quien es la elegida y que se sumen a ella.

Seguramente ya calculó que sus opositores lo acusarán de hacer actos adelantados de campaña y uso indebido de recursos públicos.

Pero si lo percibo bien, poco le importará. La idea es asegurarse de que su soñada Cuarta Transformación, continúe y no sea descarrilada.

Marcelo Ebrard ha resultado un colaborador eficiente, pero de eso a que le confíe a él su legado es otra cosa. 

Ricardo Monreal le ha sido de gran ayuda en el Senado al Presidente, pero le perdió la confianza tras las elecciones del 6 de junio pasado, cuando operó en contra de los candidatos de Morena.

Ricardo Monreal sería un buen candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Arrasaría con Martí Batres y despojaría a Morena del gran bastión lópezobradorista. Ya veremos si le concede a Marcelo.

Y desde una esquina, observando todo sin comprometerse a nada, Adán Augusto, que regresó a la capital a acompañar, pero en una de esas resulta acompañado, si a Claudia Sheinbaum la ahogan en miel.

De los opositores, ni para que ocuparse, mucho menos del PRI de hoy que está resultando peor que el PVEM.

Como grita la porra en el Azteca “que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, ese no es un partido, es una p… de cabaret”.

Monitor republicano

1) La semana pasada le comentaba en este espacio de la importancia de “cuidarse de los pendejos”. Por lo visto, hay que estar en guardia permanentemente pues esa condición dura años y se agudiza con el paso del tiempo. Además, se contagia y también afecta a quienes les prestan oídos y les dan voz.

2) ¿Se acuerda del basquetbolista Kyrie Irving, estrella de los Nets de Brooklyn? Su propio equipo le puso un ultimátum: “o te vacunas o te quedas en casa”. Si Irving no se vacuna, no jugará el resto de la temporada.

Si algo así se puede hacer con un basquetbolista millonario e influyente, siete veces All Star, ¿no se podrá hacer lo mismo con algunos deportistas mexicanos o con empleados rebeldes que ponen en riesgo a sus compañeros de oficina?

(Nota: ¡Claro! Fue Clinton quien expresó: “it´s the economy, stupid”) 

anarciae@gmail.com

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NY: ciudad de sobrevivientes/Jorge Ramos Ávalos

en REFORMA, 16 Oct. 2021

La ciudad que nunca duerme, dormía. O por lo menos eso parecía en la nueva y magnífica terminal del aeropuerto de LaGuardia poco después de la medianoche. Mi vuelo se había atrasado y no había taxis esperando. Ni uno solo.

La ciudad parece cambiada. Menos gente, menos tráfico, menos tiendas, oficinas y restaurantes abiertos, menos turistas, menos intensidad. Pero detrás de cada neoyorquino hay un sobreviviente, alguien que representa esa nueva palabra de moda: resiliencia. Nueva York está muy golpeada. En esta ciudad de ocho millones de habitantes más de un millón se contagió de coronavirus y los muertos superan los 34 mil (diez veces más que los que murieron por los actos terroristas del 2001).

Lo primero que notas en Nueva York, luego de lo peor de la pandemia, es que en las calles no hay tantos taxis como antes. Uber y Lyft le han quitado lo amarillo y los embotellamientos a la ciudad. Hay montones de espacios comerciales en renta y edificios con oficinas apagadas. Los precios de las propiedades han caído. "Es una corrección", me dijo con forzado optimismo un agente de bienes raíces. Y eso obliga a redescubrir la ciudad, a constatar quién sigue en pie y quién se fue.

Mi lugar favorito de pizza napolitana -con los bordes gruesos y salsa marinara- en el bajo Manhattan está cerrado y promete abrir este otoño. Pero en un solo fin de semana comí exquisitamente griego, italiano y japonés. Muchos restaurantes se han tomado la banqueta y hasta parte de la calle para atender a sus clientes al aire libre. Y en todos me pidieron tarjeta de vacunación e identificación, algo que agradecí.

Sin tantos visitantes hay partes de la isla que parecen bucólicos barrios provincianos. Eso tiene su encanto cuando estás rodeado de rascacielos de 50 pisos o más. Lo otro que brinca es que parece haber menos trabajadores haciendo lo mismo que antes. Eso explica los retrasos -menos mecánicos para los aviones, menos meseros en los restaurantes, un solo empleado a cargo de toda la tienda...-, las filas y las historias de supervivencia. Todos tienen algo que contar de la ciudad que fue el epicentro de la pandemia en Estados Unidos a principios del fatídico 2020.

Dos ejemplos. El empleado de un hotel en Midtown me contó con orgullo cómo salió adelante, usando su fondo de retiro y un poco de ayuda del gobierno federal, durante los 14 meses que el hotel estuvo cerrado. Y de las 10 trabajadoras que había en un lugar de pedicure y manicure cerca de Central Park, solo quedan cuatro. Les pagan por hora y trabajan solo tres días a la semana. Pero una de esas trabajadoras me contó que aprecia la oportunidad de estar empleada y que gana suficiente para evitar un penoso regreso a Sudamérica.

Nueva York es una de esas ciudades que marcan tendencia y que muchos copian. Por eso es importante ver cómo están saliendo de esta crisis.

¿Cuál será su principal reto como alcalde?, le pregunté a Eric Adams, quien es el amplio favorito en las elecciones de noviembre. "Que las personas vuelvan a creer", me dijo. "Quiero decirles a los neoyorquinos que, al igual que nos levantamos de un ataque terrorista, tenemos que recuperarnos del Covid, de los cambios ambientales y de la violencia. Tenemos que creer, una vez más, que somos fuertes".

Y fuertes se sienten en el icónico Times Square. Una noche de sábado me agarró una ola de gente y me arrastró desde una esquina hasta la otra. Me sentí parte de un colectivo por primera vez en más de un año. Mis dos dosis de vacuna y el cubrebocas no parecían suficientes ante la proximidad de tanto desconocido. Pero Nueva York se ha vuelto a levantar. Atrás quedaron las noches de ambulancias, el retiro de los cuerpos de los muertos por Covid de los edificios, los paramédicos que no se daban abasto, la incertidumbre cuando no había ni vacunas ni información confiable y los aplausos de la gente en la noche y desde sus ventanas a los trabajadores esenciales.

Todo eso ya pasó. Me gusta la nueva Nueva York. Es una ciudad de sobrevivientes. Pero también es más vivible, más humana y más fuerte que nunca. Jamás dudé que saldrían -¡otra vez!- adelante. Nueva York me recuerda la estrofa de una canción de Nacha Guevara que, desafiante, dice: "Tiempos mejores, tiempos peores viví, y aquí estoy".

@jorgeramosnews

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Ya no estaba allí/Jorge Volpi

en REFORMA, 16 Oct. 2021

Los miembros de mi generación -y de muchas anteriores- llegamos a creer que siempre estaría allí, terco e inamovible, como nuestro único horizonte de futuro. (el PRI) Por décadas había demostrado ser una criatura particularmente resistente -apta, en términos evolutivos-, capaz de acomodarse a cada nueva circunstancia, a cada nuevo tiempo. Había surgido como un pacto entre caudillos: es decir, como un espacio de negociación interna, en lo oscurito, yo te doy y tú me das, a cambio de que afuera todo pareciera terso. Una invención brillante: subsumir a todos los que tenían intereses o algún poder -con mínimas excepciones al margen- en un esqueleto que acogiera casi cualquier contenido acordado por sus élites.

El PRI, con sus distintos nombres, pudo ser así auténticamente revolucionario, nacionalista, socialista, pragmático, estatista, neoliberal y, cuando las ideologías se desdoraron, un batiburrillo de todo lo anterior. Lo relevante, a fin de cuentas, era ser un aparato: una herramienta y no un partido en el sentido tradicional, un instrumento para administrar el Estado -y, de paso, continuar repartiendo favores, privilegios y carretadas de dinero a sus miembros o a sus aliados-. Así sobrevivió por siete décadas, camuflándose cada vez que era conveniente para seguir haciendo básicamente lo mismo.

Hasta que la maquinaria dejó de funcionar: atrofiada a fuerza de ser sobreexplotada, y en medio de las sacudidas que agitaban el mundo desde 1989, el PRI alcanzó a resistir más de una década antes de finalmente ser apartado del poder. Pero aún así, durante dos sexenios, fue pieza fundamental del sistema: Fox y Calderón lo convirtieron en su díscolo aliado, igual que ahora intenta hacer López Obrador. Un partido disminuido pero que, una vez el PAN sufriese su respectivo desgaste -acelerado en pocos años por la peor iniciativa tomada por presidente mexicano alguno: la guerra contra el narco- le dio la oportunidad de regresar.

El PRI de Peña, acaso por ser ya solo un remedo del anterior -un cascarón aún más vacío-, exacerbó todos sus vicios. Durante esos años pudimos verlo obscenamente desnudo: una especie de parásito, adherido a la piel del Estado, cuyo único objetivo ya -a diferencia de sus épocas más o menos gloriosas- era saquearlo. Un instituto político que era, en realidad, una mera fuente de extracción. Nunca fue tan evidente su esencia como en esos descoloridos años del peñismo: pura verborrea que ninguno de sus líderes creía, un sometimiento inevitable al neoliberalismo y, sobre todo, una cortina de humo para que sus huestes pudieran enriquecerse sin fin.

Exhibida su verdadera naturaleza -como los lagartos alienígenas de aquella serie televisiva-, era inevitable que un líder como López Obrador aprovechase la ocasión para destruirlo. Su diagnóstico era perfecto: sin duda alguna, el PRI era la mafia en el poder. Pero, conocedor íntimo de su eficacia, primero en sus entrañas y luego oponiéndosele por décadas, AMLO supo aprovechar en el desguace la mayor parte de sus recursos humanos, económicos, sociales y simbólicos: si se revisara su ADN, más de la mitad del genoma de Morena tendría las siglas del PRI.

El PRI que queda no es, ya, más que un residuo marginal del PRI. Dado que sus miembros nunca tuvieron principios, la mayor parte emigraron al partido del Presidente y buena parte de los que se quedaron están dispuestos, por miedo o conveniencia -lo de siempre- a pactar con él. El problema es que, por más que quiera asumirse como fiel de la balanza, este último PRI no tiene ya siquiera la fuerza del que pactó con el PAN en el pasado. No es ya, prácticamente, nada. López Obrador, nuestro más astuto animal político, lo sabe bien. Y al fin ha sabido cómo liquidar a su enemigo histórico: lo colocó en una disyuntiva que en cualquier caso perderá. Suscriban la reforma eléctrica o no, o dividiéndose en el proceso, parecen sus últimas horas. Luego de todas estas décadas, esta vez parece que al fin se acerca a su final.

@jvolpi

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El silencioso Colón/Rafael Estrada Michel

REFORMA, 16 Oct. 2021

Deberíamos leer lo mejor que se ha escrito sobre Cristóbal Colón, y así quizá nos tomaríamos en serio la postura de Edmundo O' Gorman sobre la Invención de América. Sorprende que no lo hagamos, no sólo porque el mayor de los historiadores del siglo XX mexicano tenía razón, sino porque se trata de una hipótesis que nos permitiría dejar de lado debates estériles (como aquel de celebrar o conmemorar o el -peor- de estatua o no estatua).

Invenire no significa, como suele creerse, "crear de la nada, ex nihilo" sino todo lo contrario: es el equivalente latino del griego apocalipsis: "separar, alejar, correr el velo; buscar y, sobre todo, encontrar algo preexistente". Colón descubrió un Nuevo Mundo, pero además nos reveló la existencia del otro ser humano occidental: los que habríamos de ser llamados americanos hallamos a los europeos, y viceversa. Éramos inclasificables: ni asiáticos, ni númidas, ni cartagineses, ni hunos o mongoles: habitantes del planeta con que el capitán se topó al buscar una ruta hacia las verdaderas Indias, tenedores del Orbe Indiano, según reza la feliz traducción de la First America de David Brading.

Los cuatro viajes de Colón a América, navegando siempre más al Sur, dan fe de la búsqueda constante de un paso hacia Cipango, Catay y la India. Según O' Gorman, el experto en lectura de estrellas topó con una Indochina miles de leguas menos distante de Europa que la auténtica. La dio por Vinlandia (al menos eso sostuvo Alejo Carpentier en su inmensa novela El arpa y la sombra) y siguió convencido de que hallaría el paso hacia el Mar del Sur.

Sin triunfalismos, pero también sin execraciones, hemos de reconocer que el italiano errante nos hizo parte de Occidente. Es cierto que la Madre Patria, la actual España -que no existía en el siglo XV- ha terminado por asumir como válida la leyenda negra contra sí misma y nos mira más como fracasos que como hijos presumibles (¿cuántos cuadros de arte virreinal exhibe el Museo del Prado?, ¿cuántas veces se han interpretado las óperas de Manuel de Zumaya en el teatre del Liceu?, ¿cuántas lecturas del Siglo de Oro se organizan incluyendo a Sor Juana y a Ruiz de Alarcón?), pero ello no es culpa de los Reyes Católicos, ni de Colón (tampoco de Cortés, pero eso es otra historia). Son pecados del tiempo y no de España, diría Manuel José Quintana en pleno siglo XIX. Y del tiempo actual, podríamos decir ahora.

Exigir disculpas a un Estado-nación que no existía en 1492 -ni en 1521- es olvidarse de que en Diplomacia la existencia de los sujetos de Derecho Internacional cuenta, y cuenta mucho: absurdo sería que Francia o Sicilia solicitaran disculpas a Dinamarca o a Suecia como sucedáneas de los grupos vikingos que las invadieron en tiempos carolingios. Tendría mucho más sentido actual una revisión (aquí sí, bilateral y sucesoria) de la Guerra de 1847: justo lo que no va a pasar.

Con los horrores de la Conquista vinieron los aciertos de la común Hispanidad (eso de la "raza", coincido con el presidente López Obrador, posee un tufillo de los años treinta que a nadie puede sino perturbar). Nada que celebrar, nada que deplorar. Resulta mejor recordar, con Machado, que México es "noble por español y por azteca", sin escatimar participación en ello al inventor de América, al develador del Orbis Tertius.

El silencioso Colón no es el perturbador personaje de Graham Greene: no es, pues, el Quiet American, ni es responsable del "trauma de nuestra Historia" (otra vez O' Gorman). En nosotros, y no en su efigie, está salir de la periferia victimista a la que sólo nuestra ardiente imaginación meridional parece habernos condenado.

El autor es doctor en Derecho y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 2.

@rafaelestradam

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(Granados Chapa) Visto por Monsiváis

Un adelantado del periodismo/ Carlos Monsiváis

Artículo Medalla Belisario Domínguez

Publicado en el suplemento Enfoque de Reforma , 5 de octubre de 2008;

Granados es una novedad en el medio: un periodista que entrega a diario un dossier, un expediente o una noticia estudiada e incorporada a una explicación general.

La formación inicial

Miguel Ángel Granados Chapa nace en Pachuca, Hidalgo en 1941, estudia Leyes y periodismo en la UNAM, desde la adolescencia se interesa en el periodismo, interviene en un proyecto fallido (la formación de un partido socialcristiano), y colabora y codirige en diversas publicaciones y estaciones de radio (fue director de Radio Educación, por ejemplo). En 1965 entra a Excélsior, en donde es secretario de redacción, articulista, secretario de la redacción y subdirector editorial, entre otras tareas. Casi desde el principio Granados se incorpora al grupo alrededor de Julio Scherer García, impulsor de las transformaciones graduales y/o radicales en el periódico.

El Oficio

¿Qué es en la década de 1960 El Oficio (periodístico)? El término, hoy fuera de circulación, designa a una versión, la más rigurosa, de la tradición de las redacciones, centrada en la visión lo más unitaria que se puede de la realidad del país y (en algo) del mundo. Los del Oficio marcan la jerarquización de las noticias con intuición y con sujeción inevitable a las reglas de juego y conocen a fondo el meollo de lo que no se publica (crímenes son del tiempo que es censura). Granados se hace amigo de los consagrados del Oficio: Julio Scherer, Francisco Martínez de la Vega, José Alvarado, Manuel Buendía. Renato Leduc, Elena Poniatowska y de buen número de los que, sin tanto renombre, son "la Universidad" a la disposición.

Un dato básico de los practicantes del Oficio: el respeto al lector, al que los "maquinazos" agreden, y al que no se le debe engañar con escamoteos ideológicos y digresiones de principio a fin. Granados aprende bien las leyes del Oficio y está muy al tanto, y divertidamente, de los que "desconocen el Oficio". Lo singular de Granados es su resistencia al lirismo (una especialidad de José Alvarado y, a veces, de Martínez de la Vega), al pintoresquismo y a la intervención desmesurada del Yo. Granados es muy escueto, asume un tema, lo sitúa en su contexto jurídico, político o económico, ofrece sintéticamente la trayectoria de la persona o la institución abordadas, o los motivos de un fenómeno, y da sus conclusiones, críticas y a veces muy ásperas, pero nunca ad hominem, jamás insultantes (ésta también es una regla del Oficio: el insulto favorece al insultado porque exhibe la debilidad de la argumentación que a eso desciende).

Excélsior

En Excélsior Granados aprende con método ejercicios de las visiones de conjunto. En la etapa 1968-1976, cuando Scherer dirige y transforma Excélsior hasta donde le es posible (bastante), Granados mantiene su actividad múltiple y contribuye muchísimo a fijar el nuevo tono del distanciamiento crítico. El 68 sorprende y radicaliza a un buen número de periodistas, y Granados no es una excepción. Al revisarse aquellos artículos (Oh, tú, Hemeroteca, dueña de los secretos) se advierte la obstinación que escudriña sin aspavientos, la actitud que ya no abandonará.

Mientras el equipo del presidente Luis Echeverría organiza el golpe a Excélsior, que irrita por su examen cada vez más despiadado del gobierno y de su primer mandatario, el "Faraón del Tercer Mundo", Granados observa con agudeza la caída o el ascenso, a elegir, del reportero (malísimo) Regino Díaz Redondo. Ya convencido de lo que, sin melodrama alguno, es una traición, Granados convoca a varias reuniones en su casa. Recuerdo una de ellas, antes del golpe del 8 de julio de 1976, cuando se redacta el texto de apoyo a Scherer y de rechazo de la intriga de Díaz Redondo/Echeverría (no en este orden). Granados redacta la carta con su rapidez habitual, no hay distancia entre su sintaxis oral y su sintaxis escrita, y el texto es muy contundente. Los firmantes proponen pero vienen los golpistas y lo descomponen. El grupo de Díaz Redondo, que todavía no incorpora al articulista Gastón García Cantú, al posesionarse del diario, en lugar de nuestro alegato publica una página en blanco.

Proceso, La Jornada, Canal 11, Radio Educación

Desde Excélsior, Granados practica distintos géneros periodísticos: el artículo, el reportaje razonado, el miniensayo. Mencioné el "reportaje razonado", y me explico: es un resultado de la información completísima que entrevera el relato de un hecho noticioso mientras sitúa sus vínculos con otros fenómenos. Por sobre la pasión narrativa, el servicio a los lectores.

Ya desde el semanario Proceso, es muy amplio el reconocimiento al trabajo de Granados por varias razones: su acuciosidad, y su manejo de dos archivos extraordinarios (el que guarda y pone en su oficina y su memoria), su capacidad de trabajo y su combatividad vertida en una prosa sin estridencias, sin revelaciones o exposés, sin arrebatos o mala fe. En el sentido técnico, Granados es una novedad en el medio: un periodista que entrega a diario un dossier, un expediente o una noticia estudiada e incorporada a una explicación general.

En Unomásuno, Granados es uno de los subdirectores, en La Jornada es subdirector y director general por un tiempo. En ambos diarios la tendencia es de izquierda con causas hasta ese momento ignoradas o desdeñadas por el periodismo: los derechos reproductivos, los derechos de las minorías, la ecología, la libertad del lenguaje (todavía en Excélsior no se puede imprimir chingada, hoy un vocablo de los tiempos idos), la defensa de los movimientos sociales, algo ya incontenible en 1985, al surgir casi formal la sociedad civil en los días del terremoto en la Ciudad de México.

Al fundar y dirigir un semanario, Mira, Granados no tiene suerte o ya el mercado está saturadísimo.

Proceso, Reforma

A lo largo de casi cinco décadas de ejercicio profesional de Granados, se modifican al límite las características del periodismo, la tecnología hace a un lado las razones del Oficio, las redacciones son ya radicalmente distintas (navegar por la Red anula la Universidad de la Vida), el respeto al lector toma otros caminos (lo bien escrito deja de ser un requisito exigible, o ya es casi imposible definir lo bien escrito), el Internet es la Universidad incesante. En Reforma y en Proceso, de donde se va un tiempo y a donde vuelve, Granados, con un prestigio acrecentado, despliega sus virtudes: el archivo al que Internet beneficia pero no inventa, la memoria personal disciplinada y organizadísima, se trate de políticos o clérigos o empresarios para los que el olvido es una "absolución de pecados", se trate de poemas o de letras de canciones; de leyes o de modificaciones administrativas. En Reforma publica seis días a la semana su columna Plaza Pública, y en Radio UNAM mantiene de lunes a viernes un programa informativo con ese nombre.

Granados, el irrebatible. Si sus opiniones se discuten, algo necesario, en todos los casos, sus argumentaciones jurídicas y políticas están siempre bien estructuradas. A diferencia de una de las tradiciones más arraigadas en el medio periodístico, Granados no improvisa y lo que escribe viene de su práctica de investigación permanente.

La realidad política cambia, gana el poder formal la derecha (Vicente Fox, Felipe Calderón), el PRI se vuelve una confederación de cacicazgos y clientelas, la izquierda tiene líderes genuinos que asisten al desbaratamiento del PRD, pero lo que continúa, acrecentado, es el auge de la impunidad, la madre y la beneficiaria de todas las batallas. Granados, que sí toma partido y cuya objetividad nunca se exime de promover y defender causas, se concentra crecientemente en el examen de la impunidad, lo que a los ojos de los cínicos es tiempo perdido pero lo que acentúa su condición de referente indispensable. Si antes se creía inútil examinar y documentar las interminables violaciones de la ley y los premios cuantiosos a los culpables, Granados, un adelantado del periodismo de investigación, entrega su propuesta: si los gobiernos se fundamentan en la impunidad, su organigrama de dispensaciones, a los ciudadanos les toca inconformarse con energía, y el primer paso es la información fundamentada.

En 2008 Granados es una figura primordial del periodismo. En su caso, además de lo que cada lector y cada lectora le atribuyan, esto remite a su amor cotidiano por la responsabilidad. La impunidad continúa al frente de los certificados de pureza instantánea de la clase gobernante y sus esbirros o teóricos, pero los ciudadanos, y esto es definitivo, ya han dejado de creerles, digan lo que a veces dicen las encuestas. Y uno de los responsables mayores del "descreimiento" es Miguel Ángel Granados Chapa, un convencido de la puerilidad a que quiere someter al país la maquinaria de lo impune. Eso lo sabe Granados y lo enfrenta: el que en los asuntos que importan fuere como niño, nunca ejercerá la ciudadanía que es, desde lo informativo y lo crítico, la mayoría de edad.

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Buenos días, Miguel Ángel/ Por Enrique Krauze

Reforma, 17 octubre, 2011, reproducido hoy en la web Letras Libres.

Tus razonamientos, tus juicios y hasta tu prosa (la escrita y la verbal, que son la misma) se han vuelto como esos refranes populares que brotan de pronto para recordarnos el camino de la prudencia y la sensatez. Por eso no habrá despedida.

El adiós no es un adiós, querido Miguel Ángel. Tras cuatro décadas de seguirte en tus columnas y en la radio, todos nosotros -tus lectores, tus escuchas, discípulos y amigos- te llevamos dentro como una voz de la mejor conciencia mexicana.

Tus razonamientos, tus juicios y hasta tu prosa (la escrita y la verbal, que son la misma) se han vuelto como esos refranes populares que brotan de pronto para recordarnos el camino de la prudencia y la sensatez. Por eso no habrá despedida.

¡Qué larga y generosa ha sido tu labor periodística! No creo que Francisco Zarco -tu abuelo espiritual, tu par en el siglo XIX- haya escrito tanto como tú.

Tanto y tan bien. Yo, por ejemplo, comencé a leerte en el Excélsior de Julio Scherer y en el Proceso que junto a él fundaste. Luego en Unomásuno, La Jornada y, finalmente en la que ha sido, desde fines de 1993, nuestra casa común, Reforma. En cada estación lograste el milagro -el misterio- del más alto periodismo: extraer lo permanente de lo efímero. Y tu obra será fuente de primera mano para los historiadores del futuro.

En uno de los pocos textos personales que has escrito, mencionabas que tu madre y maestra te formó en la más esforzada ética del trabajo. Yo me admiraba de verte en el Sanborn’s de San Ángel, casi escondido en alguna mesa, la vista clavada en el papel, redactando tus artículos. Nunca entendí cómo te las arreglabas para cubrir la crónica parlamentaria, la colaboración diaria, los ensayos dominicales y las intervenciones en la radio.

Entiendo que fuiste católico y dejaste de serlo, pero sé también -o imagino- que seguiste siendo cristiano, y que has practicado ese Cristianismo en el sentido original de la palabra, como un deber de servicio hacia los demás, como una misión orientada hacia la justicia y al Bien común.

Dije cristiano y ahora digo liberal, porque como supo Altamirano -otro de tus amigos eternos- esas dos generosas corrientes del pasado mexicano no se contraponen, se complementan. Tu jacobinismo no ha sido visceral sino racional: separar lo sagrado de lo profano. Tu liberalismo ha sido esencialmente político, y ha sido impecable: limitar el poder, ordenar a los poderes, defender las libertades, sobre todo la libertad de expresar, de criticar, de disentir.

Dije liberal y ahora digo revolucionario porque, como Narciso Bassols, Heberto Castillo o Jesús Reyes Heroles, has creído (no sin razón) que en términos sociales, económicos y culturales el liberalismo encontró su correctivo en el ideario de la Revolución Mexicana. Esos son, si no me engaño, los pilares de tu convicción. No se necesita comulgar plenamente con ellos para respetarlos.

Retengo esta imagen tuya: estás en tu cabina de Radio Universidad. Con los periódicos desplegados en el escritorio, con perfecto aplomo lees (en verdad lees) un texto que no has escrito. Es un borrador mental, porque te detienes escrupulosamente en las comas y los puntos, pero es perfecto: ni un adjetivo de más, ni un énfasis fuera de sitio, menos un exabrupto.

Tu noticiero es un viaje por el mundo y por México. También es un alegato jurídico, que recuerda a los grandes abogados que en el Foro, el Parlamento y la prensa dieron forma constitucional a nuestro país.

Melómano irredento, te he visto en la Sala Nezahualcóyotl siguiendo el ciclo de sinfonías de Mahler. En tu “Plaza Pública” de la radio introduces segmentos de música diciendo que son “pausas” pero en realidad eres una especie de DJ, un programador cuyo oído enamoradizo se encanta con el mejor repertorio clásico pero también con un bolero o un tango. Y sé que los sabes todos.

En la comida de homenaje que te hicimos en Reforma, atestigüé el amor de tus hijos: amor a ti y a tu pasión por la vida. (Tus hijos, personas de bien, trabajadores de la cultura). En esa ocasión te dije cuánto admiraba las sucintas biografías que acostumbras incluir como remate de tus artículos. Nadie salvo tú ha recordado a esos centenares de personas que vivieron aquí, haciendo una obra que no merecía el olvido. Una piedad cristiana y una justicia republicana te movía, Miguel Ángel, al redactar esos obituarios.

En tu despedida usas la palabra “espíritu”. Hablas de la “mutación” que has “visto” por obra de la música, las artes y las ciencias. Y en tu estoica rogativa llamas a esa fuerza espiritual para que nos saque de la terrible situación en que nos encontramos. No dudes que así será, tarde o temprano. No lo verás tú y quizá tampoco lo verá nuestra generación, pero México saldrá de esta prueba convertido en lo que tú soñaste: no un campo de batalla sino, precisamente, una Plaza Pública.

Con esa convicción, Miguel Ángel, te abrazo.


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