A 4 años de explosión en Tlahuelilpan, sigue ordeña
Los altares y mauselos guardan la memoria de las personas fallecidas el 18 de enero en Tlahuelilpan, Hidalgo. Foto: Edgar Medel
Nota de Benito Jiménez
Reforma, Tlahuelilpan, Hidalgo, México(19 enero 2023).- A cuatro años de la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, en la que murieron 137 personas, ese municipio tuvo en 2022 un repunte del 15 por ciento en el hallazgo de tomas clandestinas.
Mientras que en 2021 se reportó un promedio mensual de 8.5 "piquetes" a ductos, de enero a agosto del año pasado la cifra se elevó a 9.8, según el informe más actualizado de la petrolera.
Las autoridades locales reconocen que la ordeña de combustibles se acentúa en brechas de la Colonia Cerro de la Cruz, al norte de la ciudad, donde atraviesa el ducto Tuxpan-Tula, y en zonas cercanas donde se reportó la explosión el 18 de enero de 2019, en la localidad de San Primitivo.
Entre enero y agosto de 2022 ese municipio sumó 79 tomas clandestinas.
Lección no aprendida
Un policía estatal disfrutó del martes de tianguis en este poblado de unos 22 mil habitantes. Comió barbacoa.
Un buen día para el oficial y para los habitantes, que además aprovecharon las ofertas de alimentos y ropa entre música de la región.
Pero la tragedia de hace cuatro años aún permea en este pueblo hidalguense.
Sigue en la boca de muchos, sobre todo en los aniversarios de la explosión que enlutó a más de cien familias, que se conmemoró ayer.
El uniformado afirmó que pese a la tragedia ocurrida el 18 de enero de 2019 el fenómeno sigue. "El pueblo los cuida (a los huachicoleros)", lanzó.
Y continuó con sus alimentos.
En tanto, Armando, un comerciante de ropa, de plano no quiso ni hablar del tema.
"Uno ya quisiera que esa madre se olvidara, que no hubiera existido jamás, pero no se puede cambiar, a mí en lo personal me duele mucho hablar de eso, perdí amigos, familiares, pero duele más la pendejada, por eso muchos no hablan de eso. Fue una pendejada que hicimos muchos...".
-¿Lo de ir por combustible?-, se le preguntó.
"Desde eso hasta llevar los bidones y cubetas a las casas. Uno se pone a imaginar, pinche desmadre hubiera sido peor, todavía más", añadió. Y ahí se trabó.
Carlos, un taxista del Municipio, recordó que en los momentos de "alegría", mientras existía una "fuente de gasolina" aquel 18 de enero, y la gente iba y venía por combustible, un conocido suyo de Mixquiahuala (a 12 kilómetros) llegó al sitio de la fuga con una camioneta pickup repleta de bidones, cubetas y hasta tinas.
"Desde las tres de la tarde de ese día se creó un grupo de WhatsApp, 'gasolina gratis', daban ahí la ubicación, la gente se volvió loca", recordó.
"Y lo que que hay que recordar", prosigue, "es que en ese momento arrancamos el año (2019) con una escasez de combustible, no había en las gasolineras, y aquí usamos mucho el vehículo para el comercio, la agricultura, para las actividades, pues entonces, este amigo (de Mixquiahuala) llegó en su camioneta, la llenó de combustible, se fue y casi llegando a su casa la camioneta se incendió, murió. Obviamente, eso ya no fue tan importante por lo que pasó en la explosión", lamentó.
El policía estatal estableció que el fenómeno del huachicol persiste en esta región hidalguense.
Pero lamenta que está amarrado de manos. Porque aunque Seguridad Física de Pemex selle el piquete, él como respondiente no logra conseguir una acta declaratoria de testigos para que señalen a los responsables de perforar los ductos.
"¿Tú crees que me van a decir quién fue? ¿O a uno de la Guardia Nacional? ¡Pues claro que no! Y por supuesto que (los pobladores) tienen beneficios, porque es gente que anda con ellos, los conoce. Entonces, se requiere más que una presencia para evitar el huachicol, se requiere un verdadero trabajo de inteligencia que dé seguimiento a estos señores (huachicoleros)", consideró el elemento estatal.
A eso se suma que existe una indiferencia entre el Ejército, la Guardia Nacional y los propios efectivos de resguardo de Pemex, que, dice, "se encargan" del asunto y desplazan a las autoridades locales.
Añadió que existe además una red de halcones o vigilantes que avisan de los operativos contra el robo de combustible, que ocurren de manera esporádica.
"Hasta se burlan, en tal fecha ¡Aguas, hay operativo! La verdad es que hay una simulación en el tema del huachicol", añadió.
Derivado de la tragedia por la explosión del ducto de Pemex hace cuatro años, en el Municipio existe una crisis de alcoholismo, drogadicción y depresión, señaló un funcionario municipal.
"La tragedia dejó fracturado al pueblo, familias sin hijos, padres, hermanos, y hay mucha tristeza", añadió.
Las autoridades se limitaron a apoyar a los deudos con 818 mil pesos para gastos funerarios.
Iván Israel Nava Bautista, director de Protección Civil de Tlahuelilpan, advirtió que el Municipio no está preparado para otra emergencia de gran calado.
"Creo yo que hace falta equipamiento, sobre todo porque aquí somos el único cuerpo de bomberos cercano a los ductos. Hasta ahora sí hemos tenido fugas, pero hemos tratado de apoyarnos entre los tres niveles de gobierno, y creo que ha dado resultados", dijo a Grupo REFORMA.
"Los apoyos han sido muy pocos (después de la tragedia). A nosotros Pemex nos dio cuatro equipos de protección personal, que son para brigadistas, no para bomberos, tres equipos de aire autónomo, pero hace falta más, porque una contingencia hay que atacarla con espuma", alertó.
Y pone un ejemplo.
"Imagínate, si hay una tragedia nosotros podemos actuar, pero en lo que llegan otros cuerpos de emergencia sí la veo complicada", dice el creador de la primera brigada canina de rescate de Tlahuelilpan.
"Trabajamos de la mano con Pemex, si hay una fuga nos habla, pero el camión de bomberos de Pemex más cercano está en Ciudad Sahagún (103 kilómetros), a dos horas, nosotros tenemos (espuma) para hacerle frente a una contingencia, pero ya algo más grave, no llegan. Y así andan los demás municipios, por ejemplo, nosotros tenemos una pipa, pero Tlaxcoapan no tiene y mi cuerpo de bomberos más cercano de apoyo es Tula y Mixquiahuala", lamentó.
Quien recibió del Congreso estatal la Medalla al Mérito en octubre pasado por su labor, aclaró que además la zona cero está en territorio de Tlaxcoapan.
Sin embargo, como se encuentra entre parcelas, el poblado más cercano es Tlahuelilpan.
El rescatista reconoce que sólo tiene 30 litros de espuma para una emergencia aún en esos límites, por donde atraviesan los ductos de Pemex y los huachicoleros continúan con los piquetes.
Indicó que hace falta más concientización entre los pobladores sobre los riesgos de la ordeña y que urge cerrar la "cicatrización" con apoyo psicológico entre los habitantes.
Por lo pronto, ayer se llevó a cabo una misa en el memorial de las víctimas, en la "zona cero", para recordar a quienes quedaron atrapados en la explosión.
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