La cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande; y no debería borrarse por problemas políticos...Francisco.
Hace unos días, la Santa Sede precisó que el papa Francisco no pretendía glorificar el imperialismo ruso, cuando se leyó como que ensalzaba a los zares que expandieron el imperio.
En efecto, Francisco había dicho a los jóvenes rusos en sus comentarios del viernes 26 de agosto que recordaran que son herederos de zares anteriores como Pedro I y Catalina II.
Monarcas, a los que los historiadores se refieren como "los grandes", expandieron Rusia hasta convertirla en un enorme imperio en los siglos XVII y XVIII, incluida la conquista de partes de Ucrania.
"El papa quiso animar a los jóvenes a preservar y promover todo lo positivo del gran patrimonio cultural y espiritual ruso, y ciertamente no exaltar la lógica imperialista y las personalidades gubernamentales, (que él) mencionó para indicar algunos períodos históricos de referencia", dijo el portavoz del Vaticano Matteo Bruni en un comunicado.
El expresidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves, cuyo país fue conquistado por Rusia bajo Pedro I, calificó los comentarios de Francisco como "verdaderamente repugnantes".
El arzobispo Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia católica de rito oriental en Ucrania leal al papa, dijo en un comunicado que las palabras del pontífice habían causado "gran dolor y preocupación".
Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, elogió las declaraciones: "El pontífice conoce la historia rusa y esto es muy bueno", afirmó.
Empero, la embajada del Vaticano en Kyiv dijo en un comunicado que el papa Francisco era un "firme opositor y crítico de cualquier forma de imperialismo o colonialismo" y rechazó lo que describió como "interpretaciones" mediáticas de los comentarios del papa.
Enb efecto, Francisco ha sido un crítico abierto de la invasión rusa de Ucrania, pero ocasionalmente ha enojado a Kyiv por comentarios espontáneos percibidos como apoyo a la narrativa de Moscú.
Y el tema se abordó este lunes 4 de septiembre n rueda de prensa de regreso a Roma en el vuelo chárter de ITA Airways, procedente de Mongolia...
El periodista de la agencia italiana ANSA, Fausto Gasparroni, preguntó al Santo Padre:
Santidad, sus declaraciones a los jóvenes católicos rusos sobre la gran madre Rusia, la herencia de figuras como Pedro el Grande y Catalina II, han suscitado recientemente un debate. Son declaraciones que -digámoslo así- han irritado mucho a los ucranianos, han tenido también consecuencias en el ámbito diplomático y se han visto en cierto modo casi como una exaltación del imperialismo ruso y una especie de aval a la política de Putin. A usted, quería preguntarle, ¿por qué sintió la necesidad de hacer estas afirmaciones, si consideró hacerlas, si las repetiría; y también, en aras de la claridad, si podría decirnos qué piensa de los imperialismos y, en particular, del imperialismo ruso?
Papa Francisco: "Pongámosla en su sitio: un diálogo con los jóvenes rusos. Y al final del diálogo les di un mensaje, un mensaje que siempre repito: que se hagan cargo de su herencia. Primer punto: que se hagan cargo de su herencia. Lo mismo digo en todas partes. E incluso con esta visión trato de hacer el diálogo entre abuelos y nietos: que los nietos se hagan cargo de la herencia. Esto lo digo en todas partes y este ha sido el mensaje. Un segundo paso, hacer explícita la herencia: dije de hecho la idea de la gran Rusia, porque la herencia rusa es muy buena, es muy hermosa. Piensen en el campo de la literatura, en el campo de la música, hasta un Dostoevskij que hoy nos habla de humanismo maduro; ha asumido este humanismo, que se ha desarrollado, en el arte y en la literatura. Este sería un segundo plano, desde que hablé de la herencia, ¿no? El tercero, quizás no del todo correcto, pero hablando de la gran Rusia en el sentido quizás no tanto geográfico, sino cultural, me acordaba de lo que nos enseñaban en la escuela: Pedro I, Catalina II. Y llegó este tercer (elemento, ndr), que quizá no sea del todo correcto. No lo sé. Que nos lo digan los historiadores.
Pero fue un añadido que se me ocurrió porque lo había estudiado en la escuela. Lo que les dije a los jóvenes rusos es que se hicieran cargo de su propia herencia, que tomaran su propia herencia, lo que significa no comprarla en otra parte. Tomen su propia herencia. Y qué legado ha dado la gran Rusia: la cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande; y no debería borrarse por problemas políticos. En Rusia ha habido años oscuros, pero la herencia siempre ha permanecido así, a la mano. Luego usted habla de imperialismo. Y yo no estaba pensando en imperialismo cuando dije eso, estaba hablando de cultura, y la transmisión de la cultura nunca es imperial, nunca; siempre es diálogo, y estaba hablando de eso. Es cierto que hay imperialismos que quieren imponer su ideología. Me detendré aquí: cuando la cultura se destila y se convierte en ideología, ése es el veneno. Se utiliza la cultura, pero destilada en ideología. Esto hay que distinguirlo, cuando es la cultura de un pueblo y cuando son las ideologías que luego surgen para algún filósofo, algún político de ese pueblo. Y esto lo digo para todos, incluso para la Iglesia. Muchas veces se ponen ideologías dentro de la Iglesia, que alejan a la Iglesia de la vida que viene de la raíz y va hacia arriba; alejan a la Iglesia de la influencia del Espíritu Santo. Una ideología es incapaz de encarnarse, es sólo una idea. Pero la ideología, al tomar fuerza y convertirse en política, suele convertirse en dictadura, ¿no?, se vuelve incapaz de dialogar, de avanzar con las culturas. Y los imperialismos hacen esto. El imperialismo siempre se consolida sobre la base de una ideología.
También en la Iglesia hay que distinguir entre doctrina e ideología: la verdadera doctrina nunca es ideológica, nunca; está enraizada en el pueblo santo y fiel de Dios; en cambio la ideología está desvinculada de la realidad, desvinculada del pueblo... No sé si he respondido.
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