La maestra jubilada Irma Hernández fue secuestrada por un comando armado el 18 de julio en Álamo Temapache, al norte de Veracruz; fue "levantada" a plena luz del día frente al Mercado Municipal por un grupo presuntamente ligados a las "Fuerzas Especiales del Cártel Mafia Veracruzana".
Un día despues, rodeada por una docena de encapuchados que le apuntaban con armas largas, la mujer fue obligada a hincarse y hablar ante una cámara que la grababa.
"Mi nombre es Irma Hernández Cruz, manejo el taxi 554"….."Compañeros taxistas, con la mafia veracruzana no se juega, paguen su cuota como debe de ser con ellos y dejen de andar con los charros (sindicatos), que sólo los extorsionan, o van a terminar como yo".
El cuerpo sin vida de la mujer fue localizado ayer en un rancho a 40 kilómetros de Tuxpan, la cabecera municipal.
La acusación es sobre el Grupo Sombra, que se escindió del Cártel del Golfo en el 2017 y que desde el 2024 se autodenomina La Mafia Veracruzana.
Irma Hernández era propietaria de dos taxis adscritas al sitio Ejido Estero del Ídolo.
Según registros militares, La Mafia Veracruzana opera en los límites con Tamaulipas y San Luis Potosí. (Reforma)…
Y que dice la autoridad?…
@GabSeguridadMX
"Las instituciones del Gabinete de Seguridad trabajamos en coordinación con el @GobiernoVer para detener a los responsables. No habrá impunidad. En el marco de la Estrategia Nacional contra la Extorsión, en conjunto con las autoridades locales investigamos una disputa entre grupos delictivos por el cobro de cuotas. Seguiremos trabajando en coordinación para combatir este delito y proteger a las y los mexicanos.
Mmm
¿Qué mensaje recibe el Estado mexicano ante un crimen así?: preguntó la reportera Claudia Guerrero de Reforma.
“Primero que se clarifique cómo fue la muerte de esta mujer… siempre hay que tener la información completa”, dijo.
Añadió que es un hecho lamentable.
Y que el gobierno federal trabaja todos los días para erradicar delitos como la extorsión, con una estrategia que -afirmó- ya está dando resultados.
También señaló que se está apoyando a la gobernadora de Veracruz y a la Fiscalía estatal en la investigación del caso
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A un año del asesinato de Melesio Cuén, y de la abducción del Mayo Zambada y de Joaquin Guzmán, hijo..
¿Como. va el asunto?…¿Cuantos detenidos?.....
La Fiscal local de Sinaloa, Claudia Zulema Sánchez Kondo, dice que el tema es investigado por la FGR…: La carpeta de investigación la está atendiendo la FGR”, declaró.
En efecto, lo lleva desde el mes de agosto, hace once meses...
Héctor Melesio Cuén Ojeda fue asesinado el 25 de julio de 2024 en Culiacán, en la misma mañana en la que Iel “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzman Jr.. fueron "sustraídos"..
El 10 de agosto de 2024 la defensa de Zambada emitió una declaración por escrito en la que se aseguró que “El Mayo” fue llevado a la fuerza a EU bajo la invitación de asistir a una reunión en la que estaría Cuén Ojeda y el Gobernador Rubén Rocha Moya.
Cuén Ojeda, de acuerdo con la declaración de Zambada García, habría sido asesinado en Huertos del Pedregal, una hacienda cercana a la ciudad de Culiacán.
Previo a estas revelaciones la Fiscalía local a cargo de la ex Fiscal Sara Bruna Quiñonez Estrada, llevó una línea de investigación de un supuesto robo a mano armada en el que habría sido asesinado Cuén Ojeda.
Fue un circo...
A un año del asesinato de Cuén Ojeda no hay detenidos.
La FGR no está haciendo su trabajo..Lástima
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Templo Mayor de Reforma
CON ESO DE QUE entretiene más el morbo sobre Adán Augusto, se le ha puesto poca atención a lo aprobado el domingo pasado en el Consejo Nacional de Morena.
EL PLAN propuesto por la presidenta Claudia Sheinbaum y aprobado por el máximo órgano guinda, pretende establecer comités morenistas en las 72 mil secciones electorales del país.
LA IDEA no es nueva. En 1972 fue afinada, nada más y nada menos, que por Jesús Reyes Heroles durante la VII Asamblea Nacional del PRI, peeero que se volvió muy neoliberal cuando Carlos Salinas de Gortari andaba muy interesado en crear su partido Solidaridad.
SIENDO EL SONORENSE Luis Donaldo Colosio presidente del PRI y teniendo los comités de Solidaridad como piezas de su política social, se fortalecieron los comités seccionales del tricolor vinculados a estructuras gubernamentales. ¡Ay, las herencias del neoliberalismo!
EL MODELITO tiene su mezcla tropical: también se inspira en los comités de defensa de la revolución cubana, los CDR's, mediante los cuales el régimen controla lo que ocurre y se escucha en cada cuadra de la isla.
LA TAREA de los morenistas será que cada legislador, cada dirigente y cada figura relevante del partido, deberá establecer al menos 10 de esos comités. Y no será pa' cuando puedan, sino que tienen hasta un calendario, para ir creciendo el número cada domingo, de aquí a las próximas elecciones.
NO, NO ES NORMAL lo que se está viendo y viviendo todos los días en Veracruz, Estado de México o Sinaloa, sólo por mencionar algunos de los episodios más recientes de violencia criminal.
EL CASO DE la mujer taxista que fue ejecutada como "ejemplo" para quienes no pagan extorsión, no sólo mueve a la indignación, sino que obliga a preguntar en dónde está el Estado. Porque ahí ya no es sólo la deficiencia de la policía municipal o estatal, sino la ausencia total de una rendición de cuentas ante la ley. Es la impunidad como imperio.
SECUESTRAR, exhibir y asesinar así a una persona, como botón de muestra, definitivamente no es normal. Y no deberíamos acostumbrarnos a que ocurra.
SEGURAMENTE al llegar anoche a su casa, al diputado Sergio Gutiérrez Luna su esposa lo recibió diciéndole: "¡No me ayudes, compadre!".
Y ES QUE el morenista salió a hacer todavía más grande el escarnio que padece su cónyuge, la diputada petista Diana Karina Barreras, perdón, Dato Protegido, a quien le salió contraproducente la demanda que interpuso por violencia política de género contra una ciudadana.
LA DENUNCIADA tuvo que disculparse diariamente y de manera pública durante un mes entero. El rechazo popular frente a eso ha sido enorme.
Y GUTIÉRREZ dijo ayer que esa reacción contra su esposa era una campaña pagada por "la derecha" y no una muestra espontánea y generalizada de rechazo a la censura y el autoritarismo.
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Estrictamente Personal
A un año, ¿en dónde estamos parados?/Raymundo Riva Palacio
El Financiero,,
Hoy se cumple un año de que fueron capturados Ismael El Mayo Zambada y su ahijado, Joaquín Guzmán López. Pero no es sólo una efeméride. Este ha sido un año de pesadilla para el régimen. Sacudió las relaciones entre México y Estados Unidos, con una afrenta que pegó en la narrativa de soberanía e independencia. Se hundió el gobierno en una crisis de información bilateral. Estalló una guerra en Culiacán que no se ha podido contener. Se amplificó la ingobernabilidad. Y, sobre todo, quedó expuesta la vulnerabilidad de la presidenta Claudia Sheinbaum por el desastre que le dejó Andrés Manuel López Obrador.
En este año, el régimen experimentó una intervención estadounidense quirúrgica para capturar al jefe del Cártel de Sinaloa y amenazas militares a cielo abierto, con dos regimientos en la frontera con México listos para intervenir militarmente, algo que no sucede desde 1916, cuando se dio la Expedición Punitiva contra Pancho Villa. Aquel 25 de julio de 2024 provocó una guerra interna en el Cártel de Sinaloa y propició que El Mayo Zambada acusara de traidor y cómplice del narco al gobernador Rubén Rocha Moya días después.
Durante muchos meses, el gobernador dejó de habitar su casa en un fraccionamiento en Culiacán y envió a su familia a vivir a Los Ángeles desde hace casi un año. Hace poco había regresado a ella, pero fue una esperanza efímera. La relación de políticos de Morena que el gobierno de Donald Trump quiere tras las rejas y la cancelación de visas le regresó el espanto. Recientemente pidió que la presidenta Sheinbaum no cediera cuando le soliciten su extradición a Estados Unidos –que está seguro que viene–, justificando la razón de sus relaciones con el narco, señalando, como si fuera destino manifiesto, que no hay otra forma de gobernar.
Rocha Moya es un cabo suelto que el gobierno de Sheinbaum no ató, quizás, por su contradicción: la lealtad a López Obrador. ¿Cómo va a iniciar un proceso contra él cuando su mentor lo fue a respaldar a Culiacán tras la denuncia de Zambada, y la arrastró como presidenta electa para cobijarlo juntos, tras ordenar a los gobernadores de Morena y los líderes del partido a pronunciarse por él?
Ese apoyo masivo del régimen no calculó que el último envión del gobierno del presidente Joe Biden iba a multiplicarse con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, acompañado de un amplio equipo que desde hace años piensa lo que dice públicamente: que México está capturado por los cárteles de las drogas, y las relaciones de gobernantes y políticos van más allá de las complicidades: son estructurales.
Sheinbaum, teóricamente, tendría posibilidades de zafarse, pero no lo ha hecho. Cuando Zambada imputó al gobernador en una carta en la que detallaba aspectos de su captura –motivo del apoyo masivo del régimen–, la fiscalía general abrió una investigación sobre todos los aspectos que mencionó, pero no tocó a Rocha Moya. Si se actuara estratégicamente, se aceptaría que el gobernador está políticamente liquidado y es un lastre cada vez más pesado. La opción más inteligente, desde la perspectiva del régimen, sería investigarlo, procesarlo y encarcelarlo, cuidando que no lo maten y, sobre todo, levantando una muralla legal ante un eventual pedido de extradición.
El gobierno, en su lógica, no puede permitir que Rocha Moya termine en una prisión en Estados Unidos, o que, en su desesperación –como está en estos momentos–, negocie ser testigo cooperante, ante el riesgo de que se venga abruptamente la Teoría del Dominó. El gobernador podría ir poniendo el dedo en quienes saben de sus complicidades con el narco o, como hicieron para condenar al exsecretario de Seguridad Genaro García Luna, testificar sin necesidad de aportar ninguna prueba. De la narrativa se encargan los fiscales estadounidenses. La duda es si consumiría el fuego a Palenque. Esta sería una decisión política en Washington, donde López Obrador tiene muchos enemigos, pero sobre todo una baza para terminar de hincar a la presidenta, que, no importa lo que haga, para Trump será siempre insuficiente.
A un año de la captura de El Mayo, es una obviedad lo que un sector de la prensa había visto con anterioridad: la comunicación entre el gobierno de López Obrador y Washington estaba rota por la desconfianza en él, que se restableció en el gobierno de Sheinbaum, pero no lo suficiente para que la información fluya sin candados. Los detalles de la operación ejecutada hace un año en Sinaloa siguen sin ser compartidos con Palacio Nacional, como reconoció ayer la presidenta.
La información que tiene el gobierno sobre lo que sucedió hace un año en un fraccionamiento en las afueras de Culiacán es básicamente la misma que fue revelada en este espacio dos semanas después: un comando estadounidense, aparentemente de la Unidad de Investigaciones Criminales del Departamento de Seguridad Nacional, ejecutó una operación de captura y extracción con la información que proporcionó un grupo del FBI en Washington, que ha investigado al Cártel de Sinaloa desde hace 15 años, con la colaboración de Ovidio Guzmán López, hermano de Joaquín.
Los detalles sobre cómo fue la operación no llegaron al gobierno mexicano de fuentes institucionales, sino del Cártel de Sinaloa. Según esta versión, los comandos se llevaron a Zambada y Guzmán López a una aeropista –que controlaba el Ejército– y los subieron a un turbohélice Beechcraft King Air, donde, además de ellos, viajaron seis comandos y un solo piloto. Volaron por debajo de los radares mexicanos para no ser detectados con dirección a Tamaulipas, en cuyo trayecto giraron hacia el aeropuerto regional en Santa Teresa, Nuevo México, donde aterrizó, escoltado por un helicóptero Apache, que sólo utilizan las fuerzas especiales estadunidenses. De ahí los llevaron al cercano El Paso, donde fueron oficialmente detenidos. La versión oficial es que Guzmán López engañó a su padrino y lo secuestró.
La captura rompió la certeza política y criminal. La guerra entre las facciones de Zambada y los Guzmán, que estalló el 9 de septiembre del año pasado, ha dejado cerca de mil 800 muertos. La Pax Narca se acabó, pero el punto es que existía porque López Obrador la permitió y cohabitó con ella.

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