26 ago 2025

Ismael Zambada, alías "El Mayo", la caída de un mito.

Durante la audiencia de ayer en Nueva York,  Zambada leyó un documento con el que personalmente admitió haber liderado al Cártel de Sinaloa desde 1989 y hasta 2024.

Ilustración de El Mayo Zambada y su abogado, Frank Pérez, el 25 de agosto en el tribunal de Brooklyn. JANE ROSENBERG (AP)

"El Mayo" reconoció que dirigió por cinco décadas una red criminal y admitió que, a lo largo de ese tiempo, entregó sobornos a autoridades policiales, militares y políticas en México para garantizar la operación de su organización.

Pero, no precisó nombres o cargos de los personajes que sobornó y su defensa advierte que no lo haría posteriormente, además de que negaron haber llegado a un acuerdo con Washington para revelar identidades de los funcionarios que tuvo en su nómina.

Mmm.

Frente al juez Brian Cogan, así como fiscales, agentes de la DEA  Zambada renunció a su derecho a juicio y a presentar apelaciones.

Declaró que traficó aproximadamente 1.5 millones de kilos de cocaína, mayormente hacia Estados Unidos, destacando el alcance internacional de su cártel

La multa impuesta a  capo  es de dos millones de dólares, ademas de incautarle el equivalente a 15 mil millones de dólares; la sanción impuesta a es la mayor decretada en la historia reciente contra un capo mexicano..

La cifra de la multa no se basa en cuentas bancaria ni en bienes disponibles, sino en una estimación judicial. 

¿De dónde saldrá ese dinero?

En julio de 2019, Joaquín Guzmán fue condenado a cadena perpetua más 30 años y recibió una multa de 12,600 millones de dólares; obviamente no ha pagado nada..

 Rubén Oseguera González “El Menchito” fue condenado en marzo de 2025 en la Corte del Distrito de Columbia a cadena perpetua más 30 años adicionales, con un decomiso y multa superior a los 6 mil millones de dólares por concepto de reparación de daños.

Para Terry Cole, director de la DEA con la declaratoria de culpabilidad de El Mayo Zambada se dio el colapso de un mito.

Este no es sólo otro acuerdo de culpabilidad. Es el colapso de un mito, que afirmaba que los líderes de los cárteles están fuera del alcance de la justicia estadunidense. Hoy probamos una vez más: nadie está fuera de nuestro alcance”.

Manifestó que seguirán cazando a las cabezas de esas organizaciones criminales y “las traeremos a Estados Unidos para ser juzgadas”.

Cuestionada sobre las declaraciones de Zambada.. la presidenta Sheiunbaum  señaló que no todo se debe quedar en dichos, dice que tiene que haber una denuncia, ¿no? O sea, porque, puede decir este tema, pero ¿a quién le daba dinero? De acuerdo con lo que planteó.

"Pues tendría que haber una denuncia, ¿no? En Particular", urgió….

La denuncia ya está hecha Presidenta , es pública a.; acaso pretende que algún ciudadano  vaya a denunciar a las fiscalías alías..?+

Por favor!

CSP prefirió abordar la relevancia que dio Terry Cole, titular de la DEA, al castigo contra García Luna… "Lo que más me llamó el día de ayer la atención, no sé si se dieron cuenta, lo que dijo el Director de la DEA, dice en su declaración: 'hemos derribado a tres grandes narcotraficantes, primero, García Luna, el segundo, el 'Chapo', y el tercero, el Mayo.

"Pone el Director de la DEA, al mismo nivel a dos conocidos capos de la droga y al que fue Secretario de Seguridad de Calderón, así lo dijo, eh, si ustedes revisan la declaración, tal cual lo dice: 'hemos derribado a tres grandes capos de la droga, García Luna',

"¿Está interesante no?, ¿no les parece interesante eso? No nada de eso, es para que lo analicen todos ustedes, pero ¿no les parece interesante?", agregó.

Y lo demás, también es interesante y sobre preocupante señora Presidenta,,,..

¿Y cómo fue la cooperación e México para la detención de El Mayo? 

Ayer, Pamela Bondi, descartó ofrecer detalles de cómo llegó Zambada la tarde del 25 de julio de 2025., pero calificó como una victoria histórica de la justicia norteamericana este hecho..

"Primero, queremos agradecer a las autoridades mexicanas por llevar a todos estos líderes de los carteles ante la justicia. No vamos a comentar ninguno de los detalles de ninguna investigación, pero bajo la administración de Donald Trump hemos llevado a más líderes de carteles ante la justicia que cualquier otra administración de esta nación".

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Varias notas y opiniones sobre ISMAEL 'EL MAYO' ZAMBADA

La sombra de El Mayo Zambada se cierne desde Estados Unidos sobre la clase política mexicana

CARMEN MORÁN BREÑALUIS PABLO BEAUREGARD

El País, México / Los Ángeles - 26 AGO 2025

Estados Unidos muestra la magnanimidad del vencedor: con la presa entre los dientes, la fiscal general, Pam Bondi, destacó la “cooperación” con México para la captura de delincuentes como Ismael El Mayo Zambada, que este lunes se declaraba culpable en el tribunal de Nueva York que preside el juez Brian Cogan, el mismo que metió entre rejas al Chapo Guzmán y otros capos de la droga. El agradecimiento a las autoridades mexicanas supone un balón de oxígeno para el Gobierno de Claudia Sheinbaum, que tantas veces se ve obligada a defender su territorio de las incursiones y amenazas estadounidenses y a criticar la “hipocresía” de declarar a los carteles organizaciones terroristas para después llegar a acuerdos con los grandes narcotraficantes. Las palabras de El Mayo, sin embargo, no pueden sino poner en guardia a toda la clase política mexicana, con quienes ha negociado durante décadas para servir a sus propósitos criminales: “La organización que encabecé alentó la corrupción en mi país al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente”, ha dicho quien ha sido el jefe del gran cartel de Sinaloa, una de las organizaciones más inclinadas a mercadear con el poder político.

Al declararse culpable de dos cargos, Zambada, de 77 años, acepta pasar el resto de su vida en prisión sin optar a la libertad condicional. A principios de este mes, los fiscales eliminaron la posibilidad de pedir la pena de muerte, un gesto que preparó el terreno para el pacto entre el capo y Washington. “Cuando tratamos con [acusados de] México, no podemos pedir la pena capital, es un acuerdo que tenemos con las autoridades mexicanas. Pero este tipo tiene 77 años y vivirá igual que si estuviera en el pabellón de la muerte”, ha asegurado Bondi en tono triunfalista: “El Mayo pasará el resto de sus días detrás de las rejas”.

El Mayo Zambada es caza mayor. Desde su detención en julio del año pasado, traicionado por sus socios, los hijos del Chapo, se supo que Estados Unidos tenía entre sus manos una granada de alto poder político que puede poner en graves aprietos a decenas de gobernantes y autoridades policiales y militares. La colusión entre la clase política y el narcotráfico es moneda corriente en México, máxime cuando una organización se pasa décadas dándole a la manivela del negocio millonario sin que se atrape a los máximos responsables, algo que Estados Unidos recrimina recurrentemente.

El presidente Donald Trump no ha soltado la cantinela en el tiempo que lleva de gobierno, obligando a Claudia Sheinbaum a enviarle a 55 delincuentes ya encarcelados para aplicar su propia justicia y sacar provecho de sus declaraciones, que no dejan de darle la razón: en las prisiones mexicanas el delito prosigue y buena parte del Estado, ya sean gobernadores, presidentes municipales o secretarios de Seguridad participan del entramado mafioso.

“El Gobierno mexicano tendrá que decidir ahora si opta o no por una defensa ramplona basada en el patriotismo, porque la verdadera traición no está en el hecho de ser exhibidos en una corte internacional, sino en que sean protegidos y no se les juzgue efectivamente”, apunta Carlos Flores, experto en Seguridad del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

La amenaza contra la clase política mexicana estaba latente desde que dos de los hijos del Chapo, Ovidio y Joaquín, acabaron en manos de la justicia estadounidense, en 2023 y 2024, respectivamente, y ambos alcanzaron ciertos acuerdos con las autoridades judiciales de aquel país. Es mucha la información que manejan y los expertos en seguridad dan por hecho que tras la entrega de dos remesas de criminales encarcelados, a petición de Trump, les tocará el turno a los políticos. La retirada de visas para viajar a Estados Unidos ha sido una de las pistas que el gobierno del magnate republicano ha ido dejando caer como miguitas de pan contra algunos gobernantes, tal es el caso de la gobernadora de Baja California, Pilar Ávila.

Si la detención del Mayo ha abierto una guerra entre carteles en Sinaloa que se ha cobrado ya centenares de víctimas, no será menor la polvareda política que se avecina si el criminal empieza a cantar, algo que su abogado, Frank Pérez, rechaza: “No va a hablar de nadie”, ha dicho. “El acuerdo con Estados Unidos es de dominio público, no se trata de cooperación, [El Mayo] quería reconocer su culpabilidad. La información que él tiene se queda con él”, ha asegurado. Pero en estos casos, la palabra de un abogado vale tanto como la del delincuente y aún más, como las de los gobiernos implicados. Tan difícil resultará conocer los términos de los acuerdos alcanzados como las futuras repercusiones políticas.

“Las expectativas de obtener información es alta y eso ha influido en la negociación de los acuerdos, como también es probable que Estados Unidos utilice esos conocimientos para procesar a otros actores, tanto delincuentes como de la clase política o empresarial. Tantas décadas de El Mayo al frente del cartel ofrecen un caudal de conocimiento directo sobre otros implicados, algo que ya se ha vislumbrado en juicios como el de García Luna, secretario de Seguridad en tiempos de Felipe Calderón”, dice Flores, quien cree que ahora “fluirá más” con una alta capacidad de “cimbrar no solo a los gobiernos mexicanos del pasado, también a los de periodos inmediatos”, a quienes les puede hacer más daño por estar gobernando en la actualidad.

Es posible que salgan a relucir pactos de impunidad e intercambio de recursos para las campañas electorales, por ejemplo, vaticina el experto. “Lo que yo quisiera ver ahora es una madurez política dispuesta a la cooperación más allá de las filias y fobias y los colores partidistas. A México le conviene sacudirse esta estructura que ha operado a la vera de los Estados y que tanta violencia viene generando”, expresa Flores. No será fácil: desvincular por completo el narcotráfico del poder político sería tanto como alumbrar un nuevo México.

Las autoridades estadounidenses afirman que bajo el mando de Zambada, el cartel sinaloense trasladó a su país unas 15.000 toneladas de cocaína. La fiscal general lo atribuye al soborno de “funcionarios del Gobierno y fuerzas de seguridad mexicanas”, quienes protegían a empleados de la organización criminal y las rutas de exportación de las drogas. De acuerdo con los funcionarios, Zambada viró su negocio para “inundar” el país norteamericano de heroína y fentanilo, un opiáceo sintético que ha provocado una epidemia con más de 70.000 víctimas anuales.

El Gobierno estadounidense ha empleado un tono triunfalista para referirse a la caída del capo. “El Mayo morirá en una prisión estadounidense, adonde pertenece”, aseguró Bondi, quien se acompañó en su conferencia de prensa de los fiscales que representan muchas de las jurisdicciones que, durante décadas, recibieron la droga que el Cartel de Sinaloa.

El nombre de Zambada, el llamado Jefe de Jefes, aparece al menos en 16 causas judiciales federales abiertas en todo el país. Terry Cole, el encargado de la agencia antinarcóticos, la DEA, aseguró que el pacto “colapsa el mito de que los grandes capos están fuera del alcance de la justicia estadounidense”. Cole aseguró que el proceso judicial contra El Mayo se construyó con la ayuda de agentes en Bogotá y Madrid. El próximo paso, según las autoridades estadounidenses, será anunciar la incautación de una “muy fuerte” suma de dinero en efectivo. Los documentos judiciales señalan que Washington busca incautarse de cerca de 15.000 millones de dólares en bienes vinculados con el capo.

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Sobornó 'El Mayo' 45 años al Poder

Grupo REFORMA

El legendario capo del Cártel de Sinaloa, Ismael "El Mayo" Zambada, se declaró ayer culpable de narcotráfico y lavado de dinero y reveló que desde hace 45 años, es decir a lo largo de ocho sexenios presidenciales, sobornó a mandos militares, policiales y políticos en México para poder operar con impunidad.

Zambada no precisó nombres o cargos de los personajes que sobornó y sus abogados advirtieron que no lo haría posteriormente, además de que negaron haber llegado a un acuerdo con Washington para revelar identidades de los funcionarios que tuvo en su nómina.

"El Mayo" a quien se atribuye haber construido una red criminal para traficar cocaína, heroína y fentanilo a través de la frontera con EU, y consolidar su emporio mediante asesinatos masivos y corrupción, será condenado a cadena perpetua el 13 de enero del próximo año. Con su declaración de culpabilidad evadirá un juicio con declarantes y testigos a la vez que evitará la pena de muerte.

Al comparecer ayer ante el Juez Brian M. Cogan, el mismo que condenó a Joaquín "El Chapo" Guzmán en 2019, en la Corte de Distrito de Brooklyn, Zambada, de 75 años, apareció con cabello blanco, barba bien recortada y el uniforme carcelario.

"Empecé a involucrarme con drogas ilegales en 1969, cuando tenía 19 años, y planté marihuana por primera vez", leyó. "Reconozco el gran daño que las drogas ilegales han causado a los pueblos de Estados Unidos, México y otros lugares", dijo.

Reconoció que entre 1980 y 2024 su organización criminal transportó y vendió mil 500 millones de kilos de cocaína en EU.

"La organización que dirigí promovió la corrupción en mi propio País al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente. El pago de estos sobornos se remonta a mis inicios, cuando era un joven que empezaba, y continuó durante todos los años de existencia del Cártel", afirmó Zambada.

También reconoció un decomiso por 15 mil millones de dólares que, de cubrirse, quedarían en manos del Gobierno de EU.

Frank Pérez, abogado del "Mayo", dijo que su cliente aceptaba la plena responsabilidad por sus actos indebidos pero negó un acuerdo de colaboración con el Departamento de Justicia de EU.

Zambada no dijo nada sobre cómo fue su captura cuyos detalles incluyó en su petición de auxilio a la Presidenta Claudia Sheinbaum, revelada por Grupo REFORMA el 21 de febrero pasado, donde aseveró haber sido secuestrado y entregado ilegalmente a EU.

"Debe intervenir (el Gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de EU", reclamó entonces el capo.

Ayer se rindió.

Morirá en prisión, donde pertenece.- EU

El Gobierno de Donald Trump calificó de "victoria histórica" la declaración de culpabilidad de Ismal "El Mayo" Zambada y celebró la demostración "una vez más, que nadie está lejos de nuestro alcance".

Horas después de la audiencia judicial en la que Zambada asumió su culpabilidad por narcotráfico, la Fiscal General de Estados Unidos, Pam Bondi, dijo que eso era evidencia del éxito de la lucha del Presidente Trump contra los cárteles de la droga y la calificó como una "victoria histórica".

"Morirá en una prisión federal estadounidense, donde pertenece", sentenció.

En una conferencia de prensa que destilaba gozo, Bondi no explicó nada sobre la forma en que Zambada fue entregado el 25 de julio de 2024 a las autoridades estadounidenses tras el secuestro que el capo denunció, de parte de "Los Chapitos" (los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán) en Sinaloa y su traslado a Texas.

"Este terrorista extranjero cometió crímenes atroces contra el pueblo estadounidense", dijo Bondi, "ahora pagará por esos crímenes pasando el resto de su vida tras las rejas en una prisión estadounidense.

"Vivirá como si estuviera en el corredor de la muerte", agregó al explicar que el Gobierno mexicano, al que elogió por su colaboración en el caso, no acepta la pena de muerte como castigo.

A su vez, el titular de la DEA, Terry Cole, quien desde su estancia en la Embajada de Washington en México donde permaneció por varios años y había asumido como una causa propia la detención de Zambada, consideró que el mito de que esos "hombres que se creían intocables" se había derrumbado.

"Cuando me uní a este caso hace años, me dijeron que estábamos persiguiendo fantasmas. Hoy probamos una vez más que nadie está lejos de nuestro alcance", dijo Cole "Es el mismo modelo que usamos cuando derribamos a (Genaro) García Luna, cuando derribamos a 'El Chapo', y mientras continuamos desmantelando a RCQ (Rafael Caro Quintero).

Es un modelo de desmantelamiento de los cárteles hoy: Desmantelar cárteles", destacó el jefe de la DEA.

CON INFORMACIÓN DE THE NYT NEWS SERVICE, AFP Y AP#

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Estrictamente Personal

México, al banquillo de los acusados/Raymundo Riva Palacio

El Financiero,  agosto 26, 2025 | 1:00 hrs

Ayer, el búmeran que lanzó el expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2019 en Brooklyn le regresó. Hace cinco años, tras la captura del exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna pidió al primer gobierno de Donald Trump un maxiproceso. No lo fraseó así, pero quería que ese tribunal reviviera los momentos de gloria de la Corte de Palermo a mediados de los 80, que en el histórico juicio contra la Cosa Nostra italiana condenó a 360 mafiosos. Durante el juicio salieron sus vínculos con políticos, financieros y empresarios y, aunque no fueron directamente juzgados en ese proceso, en otras causas paralelas fueron encontrados culpables, como el ex primer ministro Giulio Andreoti.

López Obrador cambió concesiones ilimitadas a Trump en materia migratoria –que era fundamental para lograr la reelección–, a cambio de que sus fiscales lograran que García Luna imputara durante su juicio a decenas de políticos, empresarios y periodistas de estar vinculados con el narcotráfico. García Luna se negó a señalar a nadie de quien no tuviera pruebas, aunque los fiscales neoyorquinos le dijeron en cinco ocasiones que no importaba que careciera de pruebas, pues de eso se encargaban ellos. Finalmente obtuvieron lo que querían, no en los términos de López Obrador, sino en las condiciones y circunstancias que le acomodan, un lustro después, al presidente de Estados Unidos.

En la misma Corte de Brooklyn, Ismael El Mayo Zambada se declaró culpable de dos de los 17 delitos de los que lo acusaba Estados Unidos, pidió perdón –una condición en estos casos–, y trazó con brocha gorda lo que en algún momento detallará a los fiscales, sintetizado ante el juez Brian Cogan en una frase: “La organización que encabecé alentó la corrupción en mi país al pagar policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente… que continuó durante todos los años en que estuve en control”.

La investigación para desmantelar por completo al Cártel de Sinaloa comenzó en una reunión en Nueva York en 2020, durante la administración Biden, donde se trazó una hoja de ruta interinstitucional para ir construyendo el caso contra la organización criminal. El resultado, como dijo la procuradora general Pamela Bondi este lunes en Nueva York, es que “el reino del terror se acabó”, después de años de “impunidad en los más altos niveles del gobierno (mexicano), y de corromper funcionarios y policías”.

La frase es ambigua, pero en el contexto de cómo se llegó a la declaración de culpabilidad de Zambada, traza un camino hacia el futuro. La investigación contó con la colaboración de las autoridades en Colombia y España, pero no con el gobierno de López Obrador, excluido a lo largo de todo el trabajo realizado por el Departamento de Seguridad Nacional, el FBI y la DEA. En la reunión en 2020 estuvo Terrance Cole, actual administrador de la DEA, que en ese entonces era responsable de operaciones en América Latina con base en la Ciudad de México.

Cole fue quien comenzó a trabajar la relación de políticos mexicanos con el narcotráfico y elaboró una larga lista de nombres, que, por razones políticas, no prosperó ni terminó en procesos judiciales. Por esa razón, meses después de la reunión en Nueva York renunció a la DEA, y por la razón contraria, retomar lo que había empezado, aceptó de Trump el cargo que ahora detenta. “Nuestro trabajo con México no ha terminado”, dijo crípticamente ayer en una conferencia conjunta e inédita, donde participaron las cabezas de todas las áreas responsables del decapitamiento del Cártel de Sinaloa.

Zambada, junto con Joaquín El Chapo Guzmán y Héctor Luis El Güero Palma, encabezaron el Cártel de Sinaloa desde 1987, cuando Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del Cártel de Guadalajara, dividió la organización. Estados Unidos lo quería para dos cosas: aportar información sobre la presunta participación de Manuel Bartlett en el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, cuando era uno de los matones del Cártel de Guadalajara, y aportar información sobre el narcotráfico en México, en cuyo hábitat vivió 56 años.

El Mayo Zambada es una mina de datos. Durante los años en que fue jefe del Cártel de Sinaloa –con Guzmán y Palma presos– sorteó con impunidad a seis presidentes, decenas de gobernadores –ocho sólo en Sinaloa– y un número incalculable de militares. El potencial de sus revelaciones es devastador, suficiente para llevar a México al banquillo de los acusados.

La presidenta Claudia Sheinbaum, que no tiene nexos con el narcotráfico, tendrá que prepararse para lo que pueda ir saliendo en Estados Unidos que comprometa no sólo a sus adversarios, sino a su movimiento. Ayer por la mañana dijo no estar preocupada por lo que dijera Zambada –qué más podía decir–, y que en todo caso, deberá aportar pruebas para que haya consecuencias legales en México.

Sheinbaum tiene que analizar lo que reveló Cole: están utilizando “el modelo de García Luna” para desmantelar a los cárteles y, aunque no lo dijo explícitamente, el manto de protección institucional que les permitió crecer y expandirse desde el tráfico de cocaína, como empezaron, al del fentanilo, es lo que se asoma en la siguiente fase en el caso de El Mayo Zambada.

A García Luna lo condenó un jurado popular que escuchó testimonios de narcotraficantes que cometieron perjurio y nunca aportaron una sola prueba de su involucramiento con el Cártel de Sinaloa. La posibilidad de que el juez Cogan anulara el juicio por esas razones se acabó súbitamente tras la captura de Zambada porque, explicaron abogados en Nueva York, no quiso descalificar la figura de testigos cooperantes pensando que en algún momento lo sería El Mayo.

Esta es la dialéctica de la lucha contra el Cártel de Sinaloa, que mete a la presidenta en una encrucijada. Cuando se trató de testigos que mintieron sobre García Luna, lo festejaron López Obrador y ella. Si ahora le aplican el “modelo” a figuras del régimen a quienes acusen sin pruebas, entrará en un forcejeo político con Estados Unidos, hasta que se cansen y actúen directamente, construyendo un caso criminal como el que hicieron con García Luna, y aplicando una solución anti-impunidad como lo hicieron con Zambada.

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El Mayo pagó sobornos hasta 2024: ¿hoy cuántos dormirán tranquilos?/Héctor De Mauleón

El Universal, | 26/08/2025 |

Tuvo que pasar más de un año desde que —de una manera pendiente aún de ser aclarada— Ismael El Mayo Zambada cayera en poder del gobierno de Estados Unidos para que llegaran, finalmente, las palabras que en todo ese tiempo se habían estado esperando en México:

“Durante 50 años he dirigido una gran red criminal… Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México que nos permitieron operar libremente…”.

Son las palabras que salvaron a El Mayo Zambada de la pena de muerte.

Aunque el abogado del narcotraficante, Frank Pérez, rechazó que El Mayo tuviera un acuerdo de cooperación con la justicia de Estados Unidos (“El señor no está cooperando. No va a cooperar para nada… No va a hablar de nadie”, insistió), el hecho de que le fincaran cargos que están previstos en la Ley RICO (de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado) y no en la Ley Patriot, enfocada al combate del terrorismo, envía de manera irrebatible una señal, según expertos consultados: que el acuerdo con el líder histórico y cofundador del Cártel de Sinaloa es una realidad.

El juez del caso, Brian Cogan, impuso al narcotraficante una multa de 15 mil millones de dólares, que serán obtenido de sus bienes y activos. El Mayo entregará dinero a Estados Unidos, así como toda empresa que le haya sido detectada, lo que pone en la tablita a todo el que haya estado involucrado financieramente con el narcotraficante que permaneció impune en México a lo largo de 50 años.

“Estamos aquí para anunciar una victoria histórica”, señaló la fiscal general Pam Bondi, quien señaló que Zambada “ha confesado una vida de crímenes al servicio del Cártel de Sinaloa”.

“El Mayo operaba con impunidad en las más altas esferas del narcotráfico mexicano, pagando sobornos a funcionarios del gobierno, y a agentes del orden público; controlaba a funcionarios corruptos y a agentes que protegían a sus trabajadores y sus cargamentos de drogas”, dijo.

Bondi recordó que en las últimas dos décadas El Mayo ha sido acusado de al menos 16 delitos en tribunales federales (no tenía ninguna acusación, por cierto, en México).

“Durante las últimas tres décadas, El Mayo y sus cómplices ganaron miles de millones de dólares, cientos de millones cada año… El Cártel de Sinaloa inicialmente construyó sus negocios con cocaína, pero luego, bajo el liderazgo de El Mayo, recurrieron a la heroína. Recurrieron al fentanilo. Compraron precursores del fentanilo de China. Fabricaron la droga en México e inundaron nuestras comunidades”.

El fentanilo comenzó a ser detectado en Estados Unidos hace alrededor de ocho años y se convirtió en un problema de seguridad nacional, con decenas de miles de muertos cada año, a lo largo de todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

La de El Mayo fue una audiencia teatral, elevada al rango de “hito” y que se vendió como un triunfo de la administración de Donald Trump, en la que participaron y tomaron la palabra los titulares de la DEA, el FBI y Seguridad Interior, así como los fiscales de Nueva York, Texas y Florida.

“No hemos terminado”, anunció Derek Gordon, de Homeland Security. “Nadie está fuera de nuestro alcance”, amenazó Terry Cole, titular de la DEA. Chuck Burough, del FBI, dijo que “la declaración de culpabilidad de El Mayo no cierra el caso. El FBI busca la destrucción total de todos los que hacen posible que exista el Cártel de Sinaloa”. “Todavía falta mucho para cerrar la investigación”, concluyó el fiscal de Texas.

Los funcionarios procuraron dejar claro que esto se trata solo del comienzo de lo que vendrá, aunque anunciaron, también, que “el Cártel de Sinaloa ha sido decapitado”.

En la feria de aplausos a la administración Trump, apenas se dedicó una pálida línea de reconocimiento al apoyo del gobierno de México, que le ha entregado a Estados Unidos más de 50 narcotraficantes. Lo que quedó como telón de fondo fue la inmensa corrupción de un país en el que El Mayo operó con protección durante medio siglo, hasta 2024, según declaró él mismo.

Zambada “compró gente de todos los niveles de la política y de la policía mexicana”, dijo la fiscal general. El propio narcotraficante admitió que bajo su liderazgo se traficaron más de 1.5 millones de kilos de cocaína y que vida criminal comenzó en 1969, a los 19 años.

Zambada tuvo todo el país. En su nómina están militares, policías, federales, marinos, políticos, funcionarios de todos los órdenes de gobierno, incluidos gobernadores y tal vez personajes que se hallaban por encima de estos.

“Pasará su vida y morirá en la cárcel, donde pertenece”, dijo Bondi.

La presidenta de México ha dicho que las declaraciones del capo no le causan inquietud alguna. ¿Cuántos de los que forman parte de su movimiento y de su partido político pensarán lo mismo? ¿Cuántos se atreverán a pasar el Grito en Las Vegas o a llevar a sus hijos por unos días a Disneylandia?

Porque, no nos engañemos, esto apenas comienza.

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Razones

“Soborné policías, militares y políticos”/Jorge Fernández Menéndez

Excelsior, 

No es sorprendente que Ismael El Mayo Zambada se haya declarado culpable, pero sí lo es que haya reconocido que durante las últimas décadas había introducido a Estados Unidos un millón y medio de kilos de cocaína (¿alguien sabrá la cifra exacta?, creo que ni El Mayo ni nadie) y que lo había hecho sobornando a “policías, mandos militares y políticos”.

Su abogado, Frank Pérez, aseguró que esos nombres “se los guardará El Mayo”, pero las propias declaraciones de Pam Bondi, la fiscal estadunidense, de Terry Cole, el jefe de la DEA, y de los numerosos funcionarios de ese país que celebraron el reconocimiento de culpabilidad de El Mayo, lo que confirma es que esos nombres ya los tienen esos funcionarios. No en vano Cole y otros insistieron en que esta historia no termina con lo sucedido en la corte de Nueva York, sino que recién comienza y que no terminará hasta que todos los involucrados queden tras las rejas y los cárteles exterminados.

En la mañana nuevamente la presidenta Claudia Sheinbaum había dicho que México no tenía información sobre cómo había llegado El Mayo a Estados Unidos. De alguna forma le contestó el director de operaciones del FBI en la conferencia de prensa cuando dijo que fueron ellos los responsables de la captura, una versión que, desde hace un año, desde la detención de El Mayo y de Joaquín Guzmán López, había trascendido en los ámbitos de seguridad. Fue una operación encubierta encabezada por el FBI, mientras que el centro de la investigación, según se dio a entender, la llevó la DEA.

Pero el punto central del día fue la declaración sobre los sobornos que se pagaron en los últimos 30 años a policías, militares y políticos. La carrera de El Mayo como líder del crimen organizado ha sido notable desde el gobierno de Zedillo, pasando por Fox, Calderón, Peña y López Obrador. Pero, como también se dijo ayer, su etapa más protagónica fue desde la última detención del El Chapo Guzmán en 2016 (se supone que para entonces ya había muerto, de causas naturales, El Azul Esparragoza) y su extradición a Estados Unidos, el último día de gobierno de Barack Obama, a horas de que asumiera por primera vez Donald Trump, cuando El Mayo, acompañado entonces por Los Chapitos (que pasaron de ser subordinados a reclamar la herencia de su padre, El Chapo Guzmán), se convirtieron en los principales productores y distribuidores de fentanilo en Estados Unidos, generando la crisis más mortífera en la historia de la Unión Americana de sobredosis por drogas que alcanzó a más de cien mil muertos al año.

Podrá decir Frank Pérez, abogado de Zambada, que los nombres que tiene El Mayo se los quedará El Mayo, pero el hecho es que, si hubo bases para un acuerdo de cooperación, un acuerdo que no sabemos en qué se basó, es evidente que esos nombres están ya en manos de las fiscalías y los organismos de seguridad de la Unión Americana. Como hemos dicho en otras ocasiones, además, esos órganos de seguridad no necesitan tanto a los testigos colaboradores para que den información como para que testifiquen y pueda judicializarse la información que ya tienen. Y, a partir de allí, se abren enormes espacios de operación para que se presenten denuncias, abiertas o solapadas, contra esos policías, militares y políticos que El Mayo dice haber sobornado durante treinta años al frente del Cártel de Sinaloa.

La presidenta Sheinbaum, ayer mismo en la mañana, dijo que estaba tranquila porque cualquier denuncia se tendría que basar en pruebas y sería aquí la FGR la que decidiría sobre las mismas. La versión es, por lo menos, ingenua. Como ya vimos en el caso de Genaro García Luna, para la justicia estadunidense los testimonios son suficientes, aunque no haya pruebas materiales. Cuando se dice que no se va a operar en territorio mexicano se olvida que ya se operó y que, en una operación encubierta, si entendimos bien lo dicho ayer en la conferencia de prensa, encabezada por el FBI, fue como El Mayo Zambada terminó en el aeropuerto de Santa Teresa, en Nuevo México, a unos pocos kilómetros de El Paso. Por eso ayer, en la misma conferencia de prensa de los fiscales y funcionarios estadunidenses, hubo, al final, algún agradecimiento a México y a la cooperación de la actual administración, pero todo fue visto, concebido y mostrado como una operación de investigación, detención, procesamiento (y doblegación, hay que entenderlo así) de Zambada realizada íntegramente por autoridades estadunidenses.

Ayer no se cerró, como también se dijo, una etapa: se abrió una nueva. Hace ya varios años, Zambada le decía en aquella famosa entrevista que le dio a don Julio Scherer que “si lo mataban o lo atrapaban, nada cambiaría”. Para romper esa suerte de karma, habrá que quebrar a los cárteles empoderados durante el sexenio pasado, y para que eso suceda habrá que romper simultáneamente las redes de producción de las que gozan. Es lo que viene.

GUERRERO Y SALGADO

Después de la gira del fin de semana de la presidenta Sheinbaum por Acapulco, la evidente distancia que mantuvo con la alcaldesa Abelina López (que no ha querido transparentar los 900 millones de pesos que recibió para la reconstrucción del puerto, luego de Otis, argumentando que si lo hacía “la perseguirían políticamente”), fue tan transparente como la cercanía con la gobernadora Evelyn Salgado. Vuelve a ponerse en el inconsciente político del estado el tema de la candidatura a gobernador para el próximo año. Y el padre de Evelyn, Félix Salgado, sigue encabezando las encuestas, sin ninguna otra figura de Morena que le haga sombra. La decisión la tendrá la Presidenta.


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