El viernes negro de Rincón Gallardo en la UNAM
Eran las 13:45 del viernes 12 de mayo del 2000. El Aula Magna de Filosofía y Letras estaba a reventar. Gilberto Rincón Gallardo, candidato de Democracia Social, volvía a su alma mater invitado por académicos y alumnos. Pero en las sombras aguardaba el "ultra" Consejo General de Huelga (CGH) con un solo objetivo: reventar el evento.
La emboscada
Gilberto no pudo hablar. Una turba lo recibió con insultos, proyectiles y una violencia física que nos obligó a sacarlo casi en vilo. ¿Su pecado? Haber apoyado semanas antes la reapertura de la Universidad tras la huelga.
La bajeza no tuvo límites. Al grito de “¡Rincón, culero, vete a la Ibero!”, se sumaron ataques a su discapacidad: “¡Vete de aquí, Cuasimodo!”. Gilberto, con una dignidad intacta, les respondió: “He consagrado mi vida a luchar contra el priísmo, pero no tengo por qué exigirte que conozcas mi historia”. Aquellos jóvenes ignoraban que su interlocutor había sido preso político del 68.
El "Chicali" y los jóvenes polpotianos
En medio del caos, recuerdo la garra de Rodrigo Alcántara defendiéndolo y la figura de Rodolfo Echeverría, "El Chicali". Con su casi 1.90 m de estatura, Rodolfo enfrentó a la masa llamándolos “¡Jóvenes polpotianos!”. La respuesta fue una lluvia de golpes. Una jovencita le jalaba las barbas gritándole: “¡Pinche ruquito, ya váyase a dormir!”. A sus 65 años, "El Chicali" tuvo que salir corriendo como campeón para evitar que lo dejaran inválido.
El balance del odio
Salimos bajo una lluvia de huevazos, con Gilberto y su esposa Silvia tropezando entre el tumulto. Ya en la casa de campaña, lejos del "viernes negro", Gilberto reflexionó con tristeza: “Lo que más me impresionó no fueron los insultos, sino los rostros llenos de odio. Los ultras de mis tiempos eran niños de pecho junto a estos”.
Días después, 517 académicos publicaron un desplegado pidiéndole disculpas. Con lágrimas en los ojos, Gilberto sentenció: "Esa es la verdadera UNAM". Me tocó vivirlo y lo confirmo: aquel día, Gilberto lanzó ideas; los otros, solo lanzaron odio.
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