Javier Lozano : Puente con el Vaticano
Suplemento Enfoque de Reforma, 28-Jun-1998;
Cercano a el ex nuncio Girolamo Prigione, el obispo Javier Lozano Barragán supo aprovechar sus relaciones con los cardenales del Vaticano y hoy se ha convertido en el primer mexicano que despacha desde la Santa Sede. Esa posición estratégica lo ha convertido en una ventana directa con la curia romana.
El obispo mexicano Javier Lozano Barragán despacha desde el Vaticano. Su nombramiento en 1997 como presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios, le han aseguraron un asiento cercano al Papa Juan Pablo II. De hecho, es el primer mexicano en la historia de la Iglesia católica universal que ocupa un lugar dentro de la curia romana. Un lugar estratégico hacia el interior del episcopado nacional.
Por su posición, argumentan algunos investigadores consultados, es factible colocarlo como una figura de peso tanto para el episcopado nacional como para el Vaticano. Es además un puente importante de información y comunicación entre el Vaticano y el gobierno federal. Una postura privilegiada, añaden, porque se convierte en una ventana de información de todo lo que sucede en el la Santa Sede.
Una activa presencia
Cercano a el ex nuncio Girolamo Prigione, el obispo de Zacatecas supo aprovechar sus relaciones con los cardenales del Vaticano. En Colombia, trabajó al lado del cardenal Adolfo López Trujillo para desmantelar a los simpatizantes de la teología de la liberación, durante la segunda mitad de la década de los setenta. En la Confederación Episcopal Latinoamericana (CELAM), por su posición como Presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, le han permitido mantener contacto directo con el cardenal Joseph Ratzinger, cercano colaborador del sumo Pontífice.
Culto, orador de cepa, con licenciatura y doctorado en teología dogmática en la Universidad Gregoriana de Roma, el obispo Lozano ha transitado de mantener un apoyo a los teólogos de la liberación a censurarlos. Del acercamiento con el poder gubernamental al distanciamiento con las comunidades eclesiásticas de su diócesis. En 1994, la investigadora Lucía Alonso Reyes, autora del libro Iglesia y Sociedad en Zacatecas Contemporáneo, quien registró una encuesta entre los sacerdotes de la diócesis, apuntó: "Sus sacerdotes le tienen miedo. Afirman que, pese a que les ha dado seguridad económica, han perdido su libertad ya que les ordena todo lo que deben hacer. Desde fines de los ochenta, ya querían que se fuera". (Proceso, 17/10/94).
Su trayectoria dentro de la Iglesia católica lo han colocado como un obispo polémico y contradictorio. A principios de los setenta, cuando la teología de la liberación estaba en boga, Lozano Barragán participó de forma activa. En 1975, por ejemplo, participó en el Encuentro Latinoamericano de Teología a lado de Sergio Méndez Arceo, Leonardo Boff, Jon Sobrino, Mardonio Morales, entre otros. En ese encuentro, organizado en la Ciudad de México en el mes de agosto, Lozano Barragán presentó la ponencia "Esbozo sintético de un posible método teológico general".
Tres años después, en 1978, Lozano Barragán cambió. Inspirado por el alto número de regímenes militares en América Latina, el obispo presentó un documento que llamó la atención por intentar buscar una línea evangelizadora en el poder militar. El documento titulado "Poder militar y evangelización en América Latina", pretendía, según escribe el historiador Roberto Blancarte en el libro Historia de la Iglesia Católica en México (FCE, 1992), "buscar las líneas esenciales para la evangelización del poder militar". En el análisis de ese documento, Blancarte sostiene que "Lozano tendía a calificar la acción represiva del ejército como natural, ya que la coacción y la coerción son funciones naturales del ejército".
Un año después de la publicación de ese artículo en la revista Medellín del CELAM, Javier Lozano Barragán, que entonces era sacerdote y profesor de Teología en el Instituto Teológico Pastoral del CELAM, fue nombrado obispo auxiliar de México, bajo el mando del cardenal Ernesto Corripio Ahumada.
Conocida militancia
A partir de 1979, Lozano incrementó sus relaciones con la jerarquía católica latinoamericana. El investigador Bernardo Barranco apuntó que "en este periodo, Javier Lozano Barragán afirma una profunda amistad con Alfonso López Trujillo, en ese momento presidente de la CELAM y con su asesor de cabecera, el converso uruguayo Alberto Metol Ferré. Entre los tres, había coincidencias que no eran fruto de la casualidad, tenían un conocimiento profundo del marxismo y una conocida militancia, casi visceral, en contra de la teología de la liberación con todas sus diferentes variantes. En los años ochenta, el obispo auxiliar Lozano Barragán encarnó el péndulo disciplinario dictado por Roma. En los noventa, Monseñor Lozano Barragán, ganó fama no sólo por sus constantes viajes a Roma, sino por su postura frontal y desafiante ante la actuación y postura del obispo Samuel Ruiz".
El trabajo en Zacatecas
En la ciudad de México, Lozano Barragán logró la reapertura de la Universidad Pontificia de México, el 29 de junio de 1982. Dos años después, en 1984, fue designado obispo titular de Zacatecas, pero mantuvo sus acercamientos con el arzobispado capitalino. En Zacatecas realizó el segundo Sínodo diocesano que permitió reestructurar la función pastoral y la curia local. Durante su gobierno y en contraposición a las comunidades de base eclesiásticas, Lozano introdujo los grupos de Vida Cristiana, que trabajan en contacto directo con familias en áreas rurales y urbanas. Fue el creador del Fondo de Solidaridad Sacerdotal y el Fondo Mutualista de Medicina inspirados para ayudar a los sacerdotes de la diócesis. Con el gobernador de Zacatecas, Arturo Romo, su amistad ha sido abierta. El obispo asistió, por ejemplo, al primer informe de gobierno el 8 de septiembre de 1994. En esos días, mandó bendecir la Casa de Gobierno y en la catedral ofició una misa por la patria, a la que asistieron los funcionarios estatales.
Diócesis de Zacatecas
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Deja cargo Cardenal Lozano
Nota de Irene Savio, corresponsal
Reforma, 19-Abr-2009;
CIUDAD DEL VATICANO.- "El Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia presentada por límites de edad del Cardenal Javier Lozano Barragán", informó ayer el Vaticano al dar a conocer el término de la gestión del mexicano como presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud.
Lozano había presentado su renuncia hace 15 meses, al cumplir 75 años, como prevén las reglas del código canónigo de la Iglesia católica.
El Cardenal fue designado para el cargo por el Papa Juan Pablo II en 1996. En ese entonces era Obispo de Zacatecas.
Será sustituido por Zygmunt Zimowski, Obispo de Radom, Polonia, y considerado muy cercano al Papa Benedicto XVI.
Nacido en Toluca en 1933, Lozano es el mexicano que ha ocupado el puesto de mayor rango en el Vaticano.
El Cardenal guardaba una estrecha relación con el difunto Juan Pablo II y se ha caracterizado por su firme defensa de la tradición y la ortodoxia católicas.
Se opuso al aborto, la eutanasia, el condón, la inseminación artificial y el uso de células embrionarias para fines de investigación.
Según la oficina de prensa del Vaticano, Lozano permanecerá en la Santa Sede como consultor y miembro de la Congregación para los Obispos, Propaganda Fide -el dicasterio de las misiones- y el Pontificio Consejo para América Latina.
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