Jorge Arturo Manzanera, el cerebro electoral más polémico
Vinculado con las elecciones más importantes para el PAN, al que le ha dado sonados triunfos. Apoya a Josefina Vázquez Mota rumbo a 2012
Andrés Becerril, reportero.
Excélsior, 14 de agosto.- El ingeniero Jorge Arturo Manzanera Quintana utiliza el bajo perfil como una estrategia. Públicamente nadie habla bien de él y en cambio es señalado como alquimista, fontanero y mapache electoral, por decir lo menos; pero él no acostumbra defenderse de ninguna acusación.
Se le vincula estrechamente con el presidente Felipe Calderón, desde hace más de 15 años. Durante los dos primeros años del trienio 1996-1999, cuando Calderón fue líder panista, Manzanera contribuyó para que el PAN aumentara en 17.08% su porcentaje de población gobernada en México, pasando de 24.40 a 41.48%.
Ocho años después, en 2007, Manzanera fue clave para que el Consejo Nacional panista quedara lleno de gente afín a Calderón. Contribuyó para que Germán Martínez se convirtiera en jefe nacional, dejando en el camino a Manuel Espino.
En menos de siete meses a Manzanera se le ha ubicado con tres de los siete precandidatos presidenciales que tuvo el PAN: a principios de año con Alonso Lujambio, en mayo con Ernesto Cordero y a partir de agosto con Josefina Vázquez Mota.
Identificado con el grupo de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana que se incrustó en el PAN hace unos 30 años, Manzanera se ha convertido en un personaje enigmático e influyente dentro del blanquiazul.
Es propietario de la empresa Desarrollo y Operación de Campañas SA (DOCSA), que se especializa en delinear estrategias de comunicación, asesoría electoral, estudios de opinión pública, publicidad, asesoría en sistemas e informática; además, elabora estudios de imagen pública para candidatos y gobiernos.
A partir de DOCSA es que supuestamente en 2005 Manzanera contrató al español Antonio Solá para apoyar a Calderón, al margen de la presidencia blanquiazul entonces a cargo de Espino, quien había sido más que su amigo, su hermano, y ahora son como Batman y El Pingüino, aunque Manzanera tiene otro archienemigo. Se trata del actual líder panista, su paisano Gustavo Madero. La rivalidad tiene que ver, principalmente, porque Manzanera apoyó con un buen número de delegados a Roberto Gil Zuarth, actual secretario particular del Presidente de México, durante la contienda por la presidencia del Partido Acción Nacional, en diciembre pasado.
Panista desde hace 33 años —en octubre cumplirá 49 de edad—, a Jorge Manzanera, originario de Chihuahua, le gusta trabajar en las sombras, tras bambalinas, en absoluta discreción. De ahí que nunca se ha dejado seducir por llegar a un cargo de elección popular o a un puesto gubernamental, que le han ofrecido infinidad de veces.
De no ser por la foto que cuelga en una de las paredes de la sede del PAN estatal de Chihuahua, donde fue presidente entre 1991 y 1994, muchos pensarían que Manzanera, un personaje alejado de las reflectores mediáticos, más bien es como un fantasma.
Pero no, para bien y para mal, Manzanera ha sido un personaje clave en la vida del PAN en los últimos 15 años. En su contabilidad tiene a más de mil candidatos panistas asesorados. Ha participado en contundentes y sonoros triunfos, como también ha sido parte de estrepitosas debacles.
Los ejemplos ya forman parte de la historia de Acción Nacional. Con apenas cuatro años dentro de la estructura panista de Chihuahua, en 1992, Manzanera fue el dirigente estatal que coordinó la campaña electoral con la que Francisco Barrio se convirtió en el segundo gobernador panista en la historia.
Pero 17 años después fue el secretario general adjunto en la presidencia de Germán Martínez que llevó al PAN a una estrepitosa caída electoral en 2009.
De las seis gubernaturas que se disputaron hace dos años —Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora—, sólo ganaron en la última entidad. Además de las mil 141 presidencias municipales en juego, el PAN únicamente obtuvo 212, y de 280 distritos locales ganó 91.
En 2009 el PAN perdió 4 millones 203 mil votos respecto de 2006, según conteos del Instituto Federal Electoral (IFE).
Esa derrota a Manzanera le trajo consecuencias, aunque al PAN también. A finales del año pasado un grupo de consejeros panistas intentó hincarle el diente a las cuentas de Martínez y Manzanera en la dirigencia panista.
Según los panistas contrarios a Manzanera, el ex secretario general adjunto se habría gastado unos 600 millones de pesos que no tuvieron ningún dividendo político, al contrario. Sin embargo, no prosperó investigación alguna.
Aunque se le reconoce su panismo desde 88, Manzanera se empezó a vincular al panismo dos años antes, cuando el ingeniero fue parte del grupo que se manifestó en contra del fraude electoral cometido en las elecciones de Chihuahua, a Barrio Terrazas, en 1986.
Antes de convertirse en líder panista, Manzanera fue oficial mayor del PAN en Chihuahua. Cuando se convirtió en presidente estatal, Espino fue secretario municipal panista.
Prueba del conservadurismo que ha movido a Manzanera es el apoyo que brindó a Alfredo Ling Altamirano por la presidencia nacional panista en 1993, frente a Carlos Castillo Peraza, que ganó el yucateco, mentor de Felipe Calderón y Germán Martínez.
Con ese descalabro, en 1994 se presentó a la reelección de la presidencia estatal en Chihuahua, frente al hoy diputado Javier Corral, que venció a Manzanera.
Un año después Castillo Peraza invitó a Manzanera a formar parte del CEN panista como director de Organización. Fue entonces cuando conoció a Calderón, que era secretario general de ese partido. Ese mismo año Manzanera comenzó a trabajar directamente con Calderón, que buscaba la gubernatura de Michoacán, que perdieron.
Posteriormente Manzanera fue el encargado de trabajar en la estrategia para llevar a Calderón a la presidencia nacional panista, una vez que Castillo decidió no buscar la reelección. Entonces se la ganaron a Ernesto Ruffo Appel, el ex gobernador de Baja California, quien es parte del grupo de Vázquez Mota.
En 1996, como jefe nacional panista, Calderón colocó a Manzanera como secretario de elecciones. Aunque en 1998 Manzanera fue destituido, al término del periodo calderonista, se pudo comprobar que el ingeniero había sido clave para que el porcentaje de mexicanos gobernados por el PAN subiera 17.8 por ciento. Entre los triunfos de Manzanera estaban los gobiernos estatales de Nuevo León y Querétaro en 1997 y al año siguiente, Aguascalientes, por cierto los tres ya recuperados por el PRI. En 1998 el PAN perdió Chihuahua.
Gracias a su trabajo en la Secretaría de Elecciones, en los comicios intermedios de 1997 el PAN pasó a ser la segunda fuerza política, con 26 por ciento del porcentaje de la votación y obtuvo 121 diputaciones federales. Fue entonces cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados.
Fuera del PAN, en 1999, desde DOCSA se convierte en el estratega que lleva a Luis Felipe Bravo Mena a la presidencia nacional panista, lo cual le redituó en convertirse en una especie de súper asesor del jefe nacional del PAN.
Al año siguiente el PAN mexiquense contrata a Manzanera como asesor. Y dos años más tarde Manzanera tuvo un nombramiento fallido como coordinador de campaña de Bravo Mena que buscaba la reelección panista, puesto que ocupó su archienemigo Manuel Espino.
Desde 2003 Manzanera y Germán Martínez empiezan a trabajar para que el segundo compitiera por la presidencia panista dos años más tarde. Sin embargo, el michoacano declina en favor de Carlos Medina Plascencia y éste pierde frente a Espino.
Fue durante la campaña presidencial de Calderón, en 2006 cuando Manzanera se suma al equipo, invitado por Martínez, y desde entonces el ingeniero se volvió el coordinador de la estructura electoral, encargado de labores de estrategia y organización, al mismo tiempo que ayudaba a Martínez en la defensa jurídica del voto.
Después de la debacle panista de 2009, Manzanera se había mantenido aún más a la sombra. Pero la contienda interna panista por la presidencia se convirtió en el escenario para el retorno de este político, a quienes muchos panistas le deben mucho, pero muchos lo denuestan.
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