23 oct 2011

Acerca de Homenaje a Paz en el Senado

Acerca de Homenaje a Paz en el Senado De Eduardo de la Torre Jaramillo
Palabra De Lector
Señor director:
Revista Proceso # 1825, 23 de octubre de 2011;
En Proceso 1824, la reportera Jesusa Cervantes firmó el artículo intitulado Homenaje a Paz en el Senado, al cual remito los siguientes comentarios esperando los publique. Efectivamente, el 25 de junio de 2008 presenté como diputado federal de la LX Legislatura la iniciativa para inscribir en letras de oro el nombre de Octavio Paz en los muros de San Lázaro.
Precisamente, redacté ese segundo intento porque el exdiputado Carlos Chaurand argumentó que Paz no había colaborado en la construcción del Estado mexicano, a lo que le repliqué en esa iniciativa que fue uno de los primeros en proponer la democracia como salida al “ogro filantrópico”, además de resaltar el pluralismo y el papel que había jugado la sociedad civil en la construcción de la alternancia en el país. Realicé un recorrido por todos sus libros, desde El laberinto de la soledad hasta Itinerario, pasando por la entrevista que le hizo Carlos Castillo Peraza y que se tituló Alguien me deletrea.
Considero que ahora es tiempo de contar por qué no se inscribió en letras de oro el nombre de Octavio Paz en la Cámara de Diputados, y que a sus lectores no los confundan con argumentos fáciles como el consistente en que “…la tradición de la inscripción en el Muro de Honor del salón de sesiones ha sido exaltar el valor de quienes han dejado huella en la historia y contribuido a la dignidad de la patria…”. Me pregunto: ¿acaso su renuncia a la embajada de la India no fue un acto digno en el interior de un régimen autoritario, o el Premio Nobel de Literatura no es historia para un país –más allá de la literatura–, máxime cuando fue el primer mexicano en recibir dicho premio?
En la mañana del 25 de junio de 2008, Héctor Larios, coordinador de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados, enojado me pidió que bajara esa iniciativa. Le pregunté la razón, a lo que contestó: “Tengo un acuerdo con Gamboa y González para no poner ningún nombre en los muros de la Cámara”. Seguí cuestionando por qué se tomaba tal decisión, y su respuesta fue: “Ya no hay espacio para poner ningún nombre”. A lo que repliqué: “Lo siento. No la bajo. Octavio Paz merece estar en los muros de la Cámara de Diputados; es el mexicano más global que hemos tenido, y para mí no es argumento el espacio en los muros”. Y añadí: “¿Tienes alguna sugerencia?”. Solo alcanzó a contestar: “Ok, pero no la publicites”.
Al finalizar su presentación en la Comisión Permanente, la iniciativa se aprobó por “aclamación”, fenómeno legislativo que no se había producido en los últimos 10 años, según los integrantes del servicio profesional, es decir, todas las bancadas parlamentarias presentes en esa sesión la aceptaron y se turnó a la comisión correspondiente.
La historia incompleta ya la narró la reportera Jesusa Cervantes.
Atentamente
Eduardo de la Torre Jaramillo

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