16 jul 2012

El de las Botas


Fox: sus “pasos al éxito”
VERÓNICA ESPINOSA
Revista Proceso No· 1863, 15 de julio de 2012
Independientemente de la enorme variedad de servicios y actividades mercantiles que realiza el Centro Fox, la complicidad y el influyentismo han sido sus principales “pasos al éxito”, como lo demuestran las actas constitutivas del propio centro y de la sociedad que lo opera, SCS. A través de estos negocios, Marta Sahagún y Vicente Fox han cultivado sus relaciones con algunos panistas, pero sobre todo con políticos priistas en ascenso, como su admirado Enrique Peña Nieto, el jalisciense Aristóteles Sandoval y el coahuilense Rubén Moreira.
LEÓN, GTO.- A casi cinco años de que inició operaciones, la pareja que durante seis años habitó en Los Pinos abrió las puertas del Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Fox, A.C., a todo el mundo: políticos de todos los partidos, candidatos, empresarios, líderes mundiales, niños, señoras, monjes tibetanos, cantantes y músicos (mexicanos y extranjeros), y hasta a funcionarios, con el argumento de que es una asociación altruista para formar líderes.

Sin embargo, esas puertas han permanecido clausuradas cuando se solicita información sobre el origen del millonario capital que se invirtió en su construcción y sostenimiento.
De acuerdo con la escritura registrada a mediados de octubre de 2006 (Proceso 1614), en la asociación civil que opera el Centro Fox (CF) aparecen como fundadores, entre otros empresarios, el expresidente del Grupo Vitro, Federico Sada, y su esposa Liliana Melo, así como las cabezas del duopolio televisivo, Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego; el magnate Olegario Vázquez Raña; el presidente de Bardahl, Sergio Díaz Torres; Roberto Plascencia, de Grupo Flexi, y el presidente del Grupo Banorte, Roberto González Barrera.
Este último pagó al cantante británico Elton John por su presentación en el centro “para recaudar fondos para becas”, como en su momento admitió el expresidente Fox.
Todos ellos han figurado como socios honorarios de una fundación que opera mediante donativos, que recibió unos 250 millones de pesos de más de 2 mil 500 aportantes para levantar en un terreno de seis hectáreas el complejo de alrededor de 25 mil metros cuadrados con aulas, auditorio, biblioteca digital, réplica del salón de gabinete y de la oficina que tuvo Fox en la residencia oficial de Los Pinos.
En una ficha informativa entregada a solicitud de Proceso por el área de comunicación del CF se detallan las alianzas que éste estableció con instituciones y fundaciones, como Gallup y The Pacific Institute, para impartir cursos de superación personal e impulso al liderazgo. Con esta última se han impartido charlas motivacionales a futbolistas de diversos equipos de Primera División (Proceso 1843).
Las actividades académicas del centro incluyen un “máster en práctica política”, cursos de estrategias de campañas electorales, comunicación y marketing político, “pasos hacia el éxito”, aprendizaje de alto rendimiento; formación de servicio gastronómico, hotelería y turismo; gestión pública municipal, planeación y gestión de gobiernos exitosos, entre otras.
Jorge G. Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores en el sexenio foxista, suele presentar aquí sus libros. Han pronunciado conferencias pagadas Héctor Aguilar Camín, el exsecretario de Hacienda Francisco Gil Díaz y el expresidente del IFE José Woldenberg.
El CF, dice el informe, “cuenta con un sistema de becas para apoyar a todos aquellos niños, jóvenes y adultos que están buscando oportunidades de cursos, seminarios, talleres, diplomados y todo aquello que se imparta en el Centro Fox”. Hasta la fecha, según estos datos, se han otorgado más de 7 mil becas y se ha recibido a más de 70 mil niños de toda la República en los cursos de liderazgo.
Falso altruismo
El 13 de junio, vía correo electrónico, Proceso pidió información a detalle de los beneficiarios, la forma de asignación y montos específicos de las becas que supuestamente otorga el Centro Fox con los recursos obtenidos de actividades comerciales, como los conciertos de Elton John, Carlos Santana y Juan Gabriel.
La respuesta fue que “las becas se otorgan a las personas que vienen a estudiar los cursos, diplomados, seminarios al Centro Fox”. Los usuarios de los cursos reciben los datos de una cuenta de Banorte (0608148902) que está a nombre de la empresa Servicios Corporativos Sociales (SCS). Ahí pagan la inscripción.
Vicente Fox y Marta Sahagún formaron la sociedad mercantil SCS –cuyo RFC es SCS090122B73– el 22 de enero de 2009, ante el notario 47 de León, Enrique Macías Chávez, según consta en la escritura pública 30,652 del Registro Público de la Sociedad de la ciudad.
Dicha empresa aparece en el padrón de proveedores del Comité Nacional del PAN y del Panal, además de que firma contratos con alcaldías y gobiernos del PRI y del PRD en Jalisco; no obstante, solicita exenciones de impuestos para los conciertos de Elton John o Carlos Santana ante los gobiernos municipales porque “las ganancias son para las becas” de los niños.
Cientos de miles de pesos entran al CF y salen por esa empresa a la par que los “donativos anónimos”, mientras Fox continúa percibiendo del erario su pensión superior a 200 mil pesos mensuales y los salarios de varios de sus colaboradores, tema del que siempre se evade.
SCS tiene el mismo domicilio que los Fox utilizan para todo: el kilómetro 13 de la carretera León-Cuerámaro, donde se localizan el CF, El Cerrito (sociedad de producción rural fundada por los hermanos Fox Quesada y su padre) y la oficina de Vamos México.
Vicente Fox aparece como presidente de SCS y Marta Sahagún como secretaria del consejo, ambos con 25 acciones nominativas con valor de mil pesos cada una, que en total suman un capital social de 50 mil pesos. En calidad de comisario aparece José Fernando Luis Magaña Araujo.
La sociedad tiene entre sus propósitos la investigación académica, publicación de libros, coordinación y prestación de servicios profesionales en la política, finanzas, economía, administración pública, eventos de capacitación y especialización en dichos temas… “así como eventos, llámese espectaculares o culturales, como exposiciones y muestras, en México y en el extranjero”.
Abarca también la prestación de servicios de hotelería y turismo en general “dentro de los cuales se incluyen los de restaurante bar, cafetería, transportación de personal en todas sus modalidades y todo lo que implique su desarrollo o logística, tales como la compraventa de souvenirs y recuerdos”, además de la renta de espacios y prestación de servicios publicitarios.
SCS también puede otorgar avales, constituir garantías en favor de terceros, el registro de marcas, patentes, franquicias, derechos de autor y hasta emitir, girar o suscribir títulos de crédito, contratos de cuentas bancarias, créditos y préstamos con instituciones mexicanas o extranjeras y efectuar eventos promocionales para sus productos, “incluyendo rifas y sorteos entre el público en general, ya sean con o sin fines de lucro”.
Con esa amplísima gama de actividades, SCS gestiona el permiso para el concierto de Carlos Santana en el estadio León ante el gobierno municipal, en octubre del año pasado –con ganancias estimadas de 17 millones de pesos– y aparece en el padrón de proveedores de varios partidos políticos en los niveles municipal, estatal y nacional.
“Complicidad institucional”
En septiembre de 2007, a través del portal electrónico del aún inconcluso Centro Fox, el expresidente se decía difamado y culpaba de ello al PRI (Proceso 1617). Decía que el senador Manlio Fabio Beltrones instigaba a la comisión que investigaría su situación patrimonial y los prósperos negocios de sus hijastros, los hermanos Bribiesca Sahagún. Incluso aludía al expediente de la DEA que vincula a Beltrones con el narco:
“El poder debiera ganarse de manera limpia, no con difamación ni calumnia. ¿Qué acaso los que hoy acusan injustamente no tienen mucho de qué ser acusados?”, decía el comunicado de Fox y Marta Sahagún. Añadieron que Beltrones utilizaba dicha comisión para promover su postulación a la Presidencia de la República “y volver al pasado”.
No obstante, con el repunte del PRI y la debacle del PAN en el actual proceso electoral, Fox no ha tenido escrúpulos para compartir con los candidatos del PRI las tácticas que lo llevaron a la gubernatura de Guanajuato y después a la Presidencia.
En marzo de 2011, el entonces candidato Rubén Moreira Valdez –hermano de Humberto, exgobernador y expresidente del PRI–, junto con los diputados federales Melchor Sánchez, Diana Patricia González, Héctor Franco, Noé Garza y Hugo Martínez; los diputados locales Enrique Martínez, Salvador Hernández, Manuel Villegas; así como los ciudadanos Martha Laura Carranza Aguayo, César Gutiérrez y Antonio Gutiérrez, “entre otros amigos y colaboradores del licenciado Rubén Moreira”, pagaron y cursaron el Seminario de Desarrollo y Gestión de Gobiernos Exitosos. Lo inauguró el propio Fox con una charla.
En las últimas semanas Fox ha defendido su apoyo a Peña Nieto negando que lo haga a cambio de contratos para asesorías del CF al PRI. En efecto, dicho centro también ha impartido cursos al PVEM, al PRD y al Panal, de su aliada sexenal Elba Esther Gordillo.
Proceso encontró que a través de SCS Fox celebró el 22 de julio de 2011 un contrato con el ayuntamiento de Guadalajara, encabezado entonces por el priista Aristóteles Sandoval, el candidato puntero a la gubernatura de Jalisco, para ofrecer un diplomado en Seguridad Pública a cinco de sus empleados.
Según el contrato ADQ-031-2011, como representante legal de la empresa de Fox firmó Alfredo Quezada Ojeda, cuyo sueldo paga la Presidencia de la República. Por el municipio tapatío aparecen las rúbricas del propio Sandoval, del síndico Héctor Pizano Ramos y del tesorero Hugo Alberto Michel Uribe.
Para obtener ese contrato por 250 mil pesos, SCS cumplió con el requisito de estar inscrita en el padrón de proveedores de Guadalajara con el número 5709. La empresa de la pareja expresidencial también aparece en el padrón del municipio jalisciense de Ahualulco de Mercado, gobernado por el perredista Francisco Mora Oaxaca.
SCS también figuró como proveedor del Panal. En un reporte de 2009 para el IFE, ese partido enlista en el rubro “relación de proveedores con operaciones superiores a 500 días de salario mínimo general” sus operaciones con la empresa de Fox y Sahagún. Le cobraron 160 mil pesos por “Capacitación”.
Además de la conocida amistad y conveniente alianza entre Gordillo y la pareja expresidencial, el hijo menor de Marta Sahagún, Fernando Bribiesca Sahagún, es candidato a diputado federal en el número uno de la lista plurinominal correspondiente a la circunscripción a la que pertenece Guanajuato.
Con Acción Nacional, partido en el que todavía milita Vicente Fox, ha existido una relación de negocios equiparable. Así lo prueba el expediente SUP-RAP-178/2010 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el cual el PAN apela a una sanción del IFE por anomalías en sus informes financieros de 2010.
Uno de los expedientes que llegaron incompletos al IFE y no fueron subsanados adecuadamente fue el de SCS, registrada como proveedora de servicios superiores a los 5 mil salarios mínimos vigentes en el Distrito Federal, por un monto de 295 mil 607 pesos con 50 centavos.
No hay que olvidar que todavía en junio de 2008 el entonces presidente del CEN del PAN, Germán Martínez Cázares, reconocía a Fox como “un valor de Acción Nacional” (Proceso 1653), cuando asistió a la clausura de un diplomado de la Escuela de Liderazgo y Formación Política de su partido que estuvo a cargo de la Fundación Rafael Preciado y cuyos módulos finales se impartieron en el CF.
Martínez Cázares, otro de los nuevos ricos del PAN en el sexenio que termina (Proceso 1859), llamó a esta colaboración entre el partido y Vicente Fox una “complicidad institucional”.

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