10 ago 2012

¿ Envenenamiento a Don Juan Sandoval?

¿Envenenamiento al cardenal? / Fred Alvarez
El Cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, aseguró la noche del jueves 9 de agosto que intentaron envenenarlo en una reunión en –mayo de 1999- la casa de Francisco Labastida Ochoa, aunque aclara que él (Labastida), no se encontraba ahí.
Invitado especial a la presentación del libro “Servus” (siervo) una biografía ilustrada de su vida – -de 223 páginas, la mitad son fotografías- hecha por el escritor, empresario y laico comprometido Juan Manuel Reyes Brambila, el purpurado relató que en su intervención ante obispos, empresarios y amigos, que ha estado en tres ocasiones a punto de morir: Dijo que aceptó que le hicieran este libro porque "la gente tiene derecho a saber quién soy, no hay nada extraordinario; soy gente sencilla, todo lo que está dicho ahí es cierto, tuve varios peligros de muerte...".
Agregó el cardenal de Yahualica que: "El hombre se muere cuando Dios quiere, no en la víspera, sólo (mueren en ese momento) los guajolotes".
Dice que la primera vez que estuvo a punto de perecer fue por una lancha, luego en julio de 1983 en una avioneta que se estrelló en que viajaba en la sierra de Chihuahua y la última fue en 1999 cuando tuvo trombosis y permaneció mas de seis meses en reposo.
Comenta que ese año -1999- hubo dos intentos de envenenarlo debido a sus posturas críticas en las investigaciones oficiales sobre la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, asesinado en el aeropuerto tapatío en marzo de 1993.
Primer intento de envenenarlo


Dice que la primera vez fue en febrero de 1999, cuando asistió a una reunión sobre temas de bioética junto con otros obispos en Dallas, Texas. Comenta que era un martes por la noche y que después de cenar subió a su cuarto encontró "un paquete de mazapanes gordo, muy bien envuelto de parte un licenciado para el cardenal Juan Sandoval, y tomé un pedacito, ya había cenado (subraya) y me supo amargo, suelo percibir sabores rápidamente, y entonces lo dejé".
Comenta que a su regreso a Guadalajara dice que tuvo dolor de cabeza por más de cuatro semanas.
No dijo  el prelado que Licenciado le envió esos mazapanes. Nos las debe.
Segundo intento
Fue en una reunión -en mayo de 2009-, que sostuvo en la casa del entonces exsecretario de Gobernación y candidato a la presidencia por el PRI Francisco Labastida Ochoa. En la presentación del libro, relató cómo ocurrió el incidente
omenta que entonces él se encontraba con obispos en San Luis Potosí en una conferencia sobre el Sínodo de las Américas; y  que como a eso 17:00 horas les hablaron  de la secretaría de Gobernación, –no dice quien-, y los convocaron a una reunión con Labastida Ochoa. Comenta que incluso les enviaron un avión “donde estaría el candidato y cardenales como Norberto Rivera y algunos políticos "era ganado bravo" subraya en su tono bravucón.
Ya en la cena les dijeron.  “¿Qué quieren o gustan tomar?'. (Y yo dije) No, pues un tequila".
Y entonces "Trajeron el tequila para todos y a mí me trajeron el mío ya servido. Le di un trago y me supo amargo, y dije: '¿Qué raro. Seré yo medio delicado’'. "Nomás le di dos tragos, y no grandes, y me supo amargo. Después me puse a ver qué tenía y llegó un individuo de los que andaban sirviendo y me lo arrebató y se fue", recordó el prelado en la reunión..
Agrega que llegó a Guadalajara con dolor tremendo y (eso sí) se fue a jugar golf con Juan Manuel Hernández, dice que estaba amarillo, descolorido y él insistía en llevarlo a su casa, pero el cardenal le respondía "me duele mas allá que aquí, y aquí me distraigo", jugando golf.
Esto le valió que fuera sometido el 5 de junio de 1999 a una intervención de emergencia, en la cual le extrajeron metro y medio de intestino: el dictamen médico fue una trombosis intestinal. Contra su voluntad indicó que lo llevaron al hospital de Santa Margarita y los doctores no sabían qué tenía y a que se debían tantos dolores, por lo que procedieron a operarlo a medianoche "me abrieron y tenía metro y medio de intestino gangrenado. Desperté entre vida y muerte –agregó- y había gente y estaba de Gobernación insistiendo en que estaba el avión listo para llevárselo a Houston.
"Yo pensé 'ni madres, a mí no me llevan'. Les dije a los señores obispo 'no permitas que me saquen de aquí nada de gobernación'. Luego me pusieron guardia especial gobernación en el hospital y llegaban a querer fumigar en terapia intensiva" donde él se encontraba.
En su intervención en la presentación del libro comentó que “las religiosas del hospital son testigos por lo que había siempre un sacerdote turnándose y no lo dejaban solo. Esto fue en julio, "Si fue algo tremendo, sufrimos comunicaciones diciendo ya le dimos su medicina al caballo".
Reyes Brambila autor del libro, destacó que el arzobispo Sandoval deja un importante legado para la feligresía tapatía, “además de que habló por los que no tienen voz en diversos sucesos y circunstancias que vivió en su periodo como pastor católico de esta ciudad”.
Otro comentarista del libro, José Antonio Fernández Salazar, expresó que “don Juan Sandoval ha sido todo un personaje que se dejó escuchar con la fuerza de su voz, no tanto con el propósito de polemizar, sino de decir su verdad, aunque ésta no fuera del agrado de cierta parte de la sociedad”.
Señaló que el arzobispo emérito tapatío “nunca ha dejado de decir lo que piensa, lo que explica sus enfrentamientos ante diversos personajes de la vida pública, lo que respondió a demandas muy sentidas de la grey católica y de la misma sociedad”.
Por su parte, el cardenal dijo que aceptó la publicación del libro para que “la gente me conozca como personaje público”.
Por cierto, es el segundo libro que hace Reyes Brambila del Juan Sandoval, el año pasado difundió “El verdadero rostro del cardenal, texto de 685 páginas divididas en 31 capítulos, con las intervenciones semanales en un canal local de televisión en Guadalajara del purpurado.
Los dichos del cardenal producto de su imaginación: FLO.
La respuesta de Francisco Labastida no se hizo esperar. Aseguró que la historia del presunto envenenamiento al Cardenal Juan Sandoval es "producto de la desbocada imaginación" del prelado.
"Lo más ilógico y absurdo es que alguien invite a su casa para hacerle daño a otra persona. Yo tengo amistad personal con el Cardenal y con varios de los Obispos, pero (su declaración) no es producto más que de su imaginación", explicó el senador en entrevista.
 "Si tuvo algún problema de salud, haya tenido lo que haya tenido en el estómago y lo hayan tenido que operar, no veo la relación entre una cosa y la otra".
En una carta en la que sostiene su versión, Labastida señaló que a esa cena acudieron 10 altos dignatarios de la Iglesia católica, entre otros el Cardenal Norberto Rivera, y que todos salieron sin problema alguno de salud.
Tiene lógica lo que dice el Senador Francisco Labastida.La reunión se dio fueron varios prelados.
Y a todo esto ¿cuál fue el motivo de la reunión?
¿Quién los convocó?
¿Puso Gobernación un avión especial?
Además don Juan Sandoval necesita hacer precisiones y comentar si acaso levanto una denuncia del tipo penal, y como quedo ésta
Hay muchas preguntas,….en el aire..
 Quisiera creerle pero ¡Y las pruebas?
¿Que dijeron los doctores?
¿Hay certificados de médicos?
Además ni la Conferencia del Episcopado ni la Santa han dicho nada sobre el tema. Si hubiera sido así se hubiera armando tremendo escándalo.
Quisiéramos creerle al prelado pero otros veces no sido muy claro; veamos algunos caso:

i)                    En agosto de 2010 dijo que Marcelo Ebrard Casaubón, jefe de Gobierno de la Ciudad de México había “maiceados” a los Ministros de la SCJN para que avalaran la adopción por parte de matrimonios entre personas del mismo sexo. “A lo mejor salen otra vez con su batea de babas estos señores (los ministros), y mañana o pasado aprueban la adopción, a lo mejor, no lo dudo. También no lo dudo que estén muy ‘maiceados’, desde luego, por Ebrard; están muy ‘maiceados’, y por organismos internacionales”.
Entonces el purpurado emérito calificó a la SCJN como la “Suprema Decepción”. “No sé si a alguno de ustedes les gustaría que lo adoptaran un par de lesbianas o un par de maricones. Creo que no”, cuestionó a los reporteros de la fuente en Aguascalientes.
(véase: Juan Sandoval Íñiguez: “No es cierto que gasté mi vida en pelearme”/Fred Álvarez Milenio Semanal # 743, 6 de febrero de 2012, págs. 15-21
http://www.msemanal.com/print/5252
 La reacción no se hizo esperar: Ebrard presentó una demanda contra el Cardenal por presunto daño moral. De acuerdo con lo que dicta el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal. Ebrard reiteró que Sandoval debía presentar alegatos y pruebas para comprobar sus señalamientos. El asunto quedó ahí.
Los que sí se molestaron fueron los ministros de la SCJN y se pronunciaron con un voto de censura.
En una sesión de la Corte, el Ministro don Sergio Valls señaló al pleno:
“Solamente para hacer a título personal un voto de censura a las declaraciones de un alto dignatario de la Iglesia católica, en donde cuestiona la honorabilidad tanto de este Tribunal como de sus miembros con relación a este asunto precisamente. Considero que en un Estado laico como el nuestro, debe haber una absoluta separación, y existe en el 130 constitucional, entre la Iglesia y el Estado. No se puede, impunemente, amparado bajo ningún título, acusar a 11 ministros del más Alto Tribunal del país, de corruptos y de decir que han sido interesados pecuniariamente para decidir en determinado sentido en este asunto que nos ocupa. Por lo que, en mi carácter de Ministro de la Corte, critico acremente el lenguaje, la forma, el fondo con que se expresaron esas opiniones, que dan lugar indudablemente a que cualquiera de nosotros que lo considere pertinente puede enderezar las acciones que la ley nos da. Eso es todo, muchas gracias”.
Después, el Ministro Presidente dijo:
“Como esos comentarios, y así lo ha dicho el señor Ministro, se refieren a todos nosotros, sugiero al pleno que unánimemente nos sumemos a este voto de censura que ha propuesto el ministro Valls”.

ii)                  Confrontación con Jorge Carpizo:
Don Juan hizo algunos comentarios en torno a la muerte del cardenal Posadas Ocampo, los que fueron leídos como inventos fantasiosos porque no hubo suficientes pruebas que pudieran tener validez jurídica. Su posicionamiento fue que se trató de un crimen de Estado. En mayo de 2003, en vísperas del décimo aniversario de la muerte de Posadas Ocampo, don Juan acusó a Jorge Carpizo —quien en 1993 era titular de la PGR y a quien correspondió llevar las investigaciones del crimen— de haber dirigido el operativo en el cual se dio muerte al cardenal Juan Jesús Posadas: "Lo que se puede decir de él, y es cierto, es que tuvo parte en el asesinato del cardenal Posadas y por eso salta a la palestra cada que se ofrece. Quiere impedir que se aclaren las cosas, porque él es de los que manejaron el operativo para matar al cardenal."  
En entrevista difundida en el noticiero de Televisa, Sandoval respondió a las acusaciones de Carpizo; sus declaraciones –añadió-, tienen la finalidad de distraer la atención pública, y aseguró que analiza con sus abogados la posibilidad de demandar por difamación al ex funcionario. También lamentó que "la justicia en México desgraciadamente esté supeditada a la política. Está en manos de instituciones y de gente muy corrompidas". Resaltó que "el Estado apuesta al olvido, pero la Iglesia no se cansará de exigir justicia".
Anunció que analizar con abogados la posibilidad de demandar por difamación a Jorge Carpizo. Se refirió además así de quien fuera funcionario del gobierno salinista: “lo peor que se puede decir de él, y es cierto, que tuvo parte en el asesinato del cardenal Posadas y por eso salta a la palestra cada que se ofrece. Quiere impedir que se aclaren las cosas porque él es de los que organizaron el operativo para matar al cardenal Posadas”.
Consideró que las declaraciones del ex procurador constituyen una cortina de humo: “parece que está loco, pero no está tanto, lleva esa intención de distraer la atención de la gente”.
Por su parte, el Dr. Jorge Carpizo (1944-2012) acusó Al cardenal  Sandoval de estar relacionado con el narcotráfico y vinculado a negocios ilícitos.
Obviamente, se generó un debate mediático. Carpizo incluso conminó a Sandoval para que ambos se sometieran públicamente a un examen del detector de mentiras: al polígrafo.
¿Despedida de la Arquidiócesis? “Me voy pero no me voy…”
Como que no quiere. Hace unas meses el Cardenal Sandoval se despidió de sus fieles, a quienes dijo, parafraseando a Juan Pablo II: “Me voy, pero no me voy (… ) Me quedaré a vivir aquí, en esta hermosa ciudad de Guadalajara, en esta comunidad cristiana a la que llegué desde que tenía 12 años y en la que he pasado la mayor parte de mi vida. Sólo descanso de una grave responsabilidad al estar al frente de una arquidiócesis tan numerosa en todos los sentidos: en fieles, en clero, en miembros de la vida consagrada, en obras de apostolado laical, y bendecida por Dios con muchas riquezas espirituales, sobre todo con la presencia espiritual de nuestros santos mártires que no dejan de acompañarnos y motivarnos”.
Y bueno Monseñor Sandoval debe de ser más discreto. Ya no es el arzobispo titular de Guadalajara,; es solamente el emérito.

¿Quién es Juan Sandoval?
Es originario de Yahualica, Jalisco, donde nació el 28 de marzo de 1933.
Estudio en el Seminario Diocesano de Guadalajara y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957; allí conoció a muchos hombres que después fueron muy importantes en la Iglesia católica.
Después—hasta 1961— continuó sus estudios en Roma, donde obtuvo el grado de doctor en Teología, lo que muy pocos prelados han conseguido.
Ese año regresó a México, donde se incorporó a la diócesis de Guadalajara; de 1961 a 1971 le tocó trabajar de Director Espiritual del Seminario de Guadalajara (el más grande del mundo por el número de seminaristas que tiene), además de ser el Prefecto de Disciplina; Prefecto de la Facultad de Filosofía y miembro de la facultad. Al tiempo que era director entre 1971 y 1980, tuvo funciones como Vicerrector; el 22 de agosto de 1980 fue nombrado Rector y de ahí se convirtió en Obispo Coadjutor con derecho a sucesión de Ciudad Juárez.
En su larga trayectoria como clérigo no se cuenta el haber estado a cargo de una parroquia; es decir, no se caracterizó por ser un pastor sino más bien un formador de cuadros.
En su cargo como Arzobispo de Guadalajara logró ordenar a por lo menos 600 sacerdotes y a 13 obispos. ¡Nadie como él en esa rama!

Su carrera Arzobispal:
El tres de marzo de 1988, aún rector del seminario, fue nombrado por Juan Pablo II Obispo Coadjutor de la diócesis de Ciudad Juárez. Como coadjutor estaba destinado a suceder en 1992 a don Manuel Talamás Camandari; pero el destino le tenía reservada la diócesis de Guadalajara, los terribles hechos del aquella tarde del 24 de mayo de 1993, cuando fue abatido a balazos el cardenal Posadas Ocampo le cambiaron la vida: meses más tarde, el 21 de abril de 1994, fue promovido a la sede cardenalicia de Guadalajara.
Y, como era de esperarse —ya que Guadalajara es sede cardenalicia—, meses después, en el Consistorio de octubre de 1994, fue nombrado cuarto Cardenal Presbítero, por lo que el 26 de noviembre del mismo año recibió la birreta roja y el título de Nostra Signora di Guadalupe e S. Filippo Martire in Via Aurelia.
Desde que llegó a Guadalajara –en 1994- su principal tarea fue llevar al cardenal Posadas Ocampo a los altares, no pudo hacerlo, pero eso si consiguió elevar a los altares a los 13 mártires —10 laicos y tres sacerdotes— de la persecución religiosa de los años veinte. Ese es un gran mérito
Sandoval quiso siempre que Juan Pablo II visitara México por sexta ocasión; había motivos: la clausura del 48 Congreso Eucarístico Internacional que se llevó a cabo en Guadalajara en octubre de 2004; no lo pudo conseguir.
Sandoval Íñiguez es amigo de Joseph Ratzinger, el hoy papa Benedicto XVI. Quizás por eso estuvo más tiempo gobernando la arquidiócesis de Guadalajara, ya que su sucesión se pospuso después de que éste presentó su renuncia a los 75 años, como marca el Derecho Canónico; pero no le fue aceptada por el Papa, quien le dio tres años más para seguir al frente de la arquidiócesis. Dejo el cargo el pasado mes de febrero.

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