COLUMBA
VÉRTIZ DE LA FUENTE
Revista Proceso # 1968,19 de julio de 2014
El
martes 15 fue publicada la Ley de Circos sin Animales en la Gaceta Oficial del
Distrito Federal. Entre tanto, por el país continúan abriendo atractivos
negocios de espectáculos con animales en cautiverio, como el Acuario Inbursa en
la Ciudad de México y el Acuario del puerto de Veracruz, cuyos voceros refutan
críticas de maltrato animal por grupos ambientalistas que han proliferado en
redes sociales en las últimas semanas.
Los
10 pingüinos Humboldt del Perú que exhibe el Acuario de Veracruz desde el
miércoles 16, y el nuevo Acuario Inbursa ubicado en Polanco del Distrito
Federal, el cual tendrá un pingüinario, han desatado críticas de organizaciones
protectoras de los animales como Cetacean México y el Comité Defensor del
Bienestar Animal (Codeba) Veracruz en las redes sociales Facebook y Twitter.
Ricardo
Águilar Durán, gerente técnico del Acuario de Veracruz, explica en entrevista
que con la finalidad “de tener un atractivo más y algo diferente que mostrar a
los visitantes” se inauguró un área de pingüinos, con cinco hembras y cinco
machos:
“Es
una especie muy abundante la Humboldt que habita en el sur de Chile y en Perú.
Pero en México ver pingüinos es algo muy extraño. Tenemos un convenio de
colaboración con el Zoológico de Huachipa, Lima, donde estaban estas aves, y
logramos conseguir 10 de estos ejemplares.
“Entonces,
se diseñó toda un área en este acuario para ser observados por el público, y
también con el objetivo de difundir el conocimiento sobre esta especie; además,
queremos romper la creencia de que todos los pingüinos provienen de lugares de hielo, porque también
radican en las costas de otros países y toleran temperaturas más cálidas.”
Sin
embargo, para los especialistas el pingüino Humboldt en los últimos años ha
disminuido drásticamente a consecuencia de la escasez de lugares de
nidificación, reducción en la oferta de alimentos, depredación por parte del
hombre y, sobre todo, por el impacto de fenómenos climáticos como El Niño.
Un
gran negocio
Gabriela
Martínez Castro, presidenta de Codeba Veracruz, escribió en facebook:
“¡Vamos
mal, municipio de Veracruz! Pingüinos, Veracruz, Acuario = ¡Explotación, Ridiculez, Conciencia
Retrógrada, Educación Fallida!”
En
una breve charla con este semanario, arremete:
“¡Estamos
en absoluto desacuerdo!. … Desde el año pasado que nos enteramos del
pingüinario en el Acuario de Veracruz, nos manifestamos en contra. Difundieron que eran pingüinos tropicales,
por lo cual la gente piensa que pueden vivir en el trópico; pero en realidad
tienen que estar climatizados perfectamente y en el Acuario el clima no es
sustentable, utilizan energía eléctrica. Además se corre riesgo porque aquí hay
huracanes, nortes, y se complica la energía eléctrica.”
Luego
se refiere que aunque sean pingüinos de cautiverio, los deberían educar para
que vivan en un hábitat natural:
“Esa
sería una forma real para conservar la especie, pero no es así, los incluyen en
programas de venta o alquiler. Otra excusa del acuario es que se dedican a la
investigación. En estos lugares son muy pocas las investigaciones de rigor
científico, con resultados significativos. Según los mismos acuarios ofrecen
mensajes educativos, aunque habría que analizar esa cuestión.
“No
se necesita tocar ni ver una especie para respetarla. Este sitio pretende que
los niños interactúen con los pingüinos. A los animales los someterán al
estrés.”
Rememora
que en el municipio de Veracruz se prohíben las corridas de toros, las peleas
de gallos, los circos con animales o la circulación de carretas con caballos,
“y con este pingüinario es un retroceso”. Deduce, molesta:
“Hay
una gran inversión (de 25 millones de pesos) suponemos que habrá una gran
ganancia posterior, por lo que pensamos que es más bien un gran negocio.
Lamentablemente los acuarios son privados o los manejan patronatos como el de
Veracruz y su excusa es que necesitan obtener dinero, y este sitio recibe mucho
dinero mensualmente.”
Aguilar
Durán, del Acuario Veracruz, específica que los diez pingüinos provenientes de
Perú residían en una temperatura de 18 grados centígrados:
“En
el acuario se instaló un sistema de filtración y tratamiento del aire que pasa
por unos filtros para retener cualquier tipo de esporas micóticas y se mantiene
a 18 grados; además, en una hora el aire se renueva 17 veces con el fin de
garantizar un aire limpio, libre de cualquier microorganismo que pueda
representar un riesgo sanitario. El agua
también es tratada. La enfriamos y la filtramos. Y se mantiene a 18 grados
centígrados.”
Aclara
que dichos animales derivan de un programa de reproducción en cautiverio, “no
fueron capturados o colectados de una zona libre”. Asegura que son la tercera
generación nacida en cautiverio y que sus abuelos “llegaron al zoológico
heridos, lastimados”, y al paso de los años se reprodujeron.
“Ahora
estos pingüinos jóvenes se han vuelto embajadores de su especie y aquí tenemos
un área bastante amplia para ellos. La pecera es de 7 metros de largo por 3 de
alto. Además, hay una sección igual de 7 metros
de largo por uno de ancho en el piso; es un acrílico innovador, donde
las personas pueden observar cómo nadan los pingüinos”, señala.
Anuncia
que aprovechando esta obra construyeron un quirófano y una área de
rehabilitación para atender a todas las especies del acuario y las que sean
reportadas en la región, como tortugas marinas, y otras. “Aquí les brindaremos
la atención médica”, pregona.
Esclarece
que el Acuario de Veracruz cumplió con todas las normas para sacar a los
pingüinos del Perú e ingresarlos a México:
“Se
requirió una gran tramitología tanto con autoridades peruanas como las
mexicanas y exámenes sanitarios en los dos países. Cumplieron sus cuarentenas
al salir y al llegar aquí. Se trajeron en unas cajas trasportadoras especiales.
Fueron 30 horas de camino. Llegaron al
país el 10 de junio pasado. El 10 de julio salieron de su cuarentena y el 15 de
este mes fue inaugurada el área. La gente ya los puede disfrutar.”
Sobre
las críticas de las organizaciones, manifiesta que el acuario es muy respetuoso
de la opinión de los grupos “no sólo ecologistas sino de la sociedad en
general”; opina, no obstante, “que el acuario está a favor de no maltratar a
los animales, por ello contamos con muchos programas de educación ambiental y
tenemos labores de investigación y conservación”.
Y
trata de convencer:
“Hoy
en día, lugares como los acuarios sirven para educar y conservar. Muchas veces
prohibir, se cree que es sinónimo de conservar. Eso se debe analizar, porque
prohibir algo no quiere decir que se esté garantizando su continuidad o su
permanencia.”
El
acuario de Slim
Ubicado
en la colonia Polanco de la Ciudad de México, el Acuario Inbursa abrió sus
puertas el 11 de junio de este año.
Se
encuentra bajo tierra, a 26 metros de profundidad. Contiene 3 mil ejemplares de
230 especies. Hay tiburones, rayas (algunas se pueden tocar), medusas,
caballitos de mar, peces de colores y cocodrilos. El proyecto de edificación es
obra del arquitecto Fernando Romero, yerno de Carlos Slim.
Al
preguntarle a Alejandro Nasta Icaza, responsable de este nuevo sitio, sobre las
críticas negativas en torno al acuario, arguye:
“No
es sólo un centro de exhibición, también somos un centro de conservación,
investigación y educación. Diseñamos programas de educación ambiental y un
esquema de reforestación del coral vivo, para reforestar arrecifes de esta
estructura subacuática. También reproducimos las medusas. Nos vinculamos con
los acuarios de Veracruz y Mazatlán, el Instituto Tecnológico del Mar y el
Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
“Es
un centro con la intención de inspirar a la gente a conservar y cuidar, es
decir, comprometerse, con el planeta. Hay un grupo de 18 biólogos.”
–¿Se
deben prohibir los acuarios?
–En
lo más mínimo. Es una oportunidad enorme para
millones de personas que no pueden viajar y conocer directamente a
animales del mar. Y conocerlos nos inspira a hacer algo.
“El
.2% del fondo del mar está cubierto por arrecifes de coral, del cual el mundo
marino depende el 25%, y el 60% está en
riesgo de desaparecer los próximos 30 años. 2 mil millones de habitantes
dependen del mar para su proteína.
“Pero
si las personas están educadas, si sabe que con apagar un foco en la ciudad se
puede revertir este proceso de deterioro del arrecife, lograríamos mucho.
Estamos a favor de la protección de los arrecifes de coral porque es gravísimo
lo que está sucediendo y no hay conciencia. La selva tropical son los pulmones
de la Tierra y se acaban 21 hectáreas por minuto.”
Compara
el Acuario Inbursa con el de Londres. Y agrega:
“Tenemos
en el acuario el sistema de soporte de vida más novedoso, más moderno que
existe, como el del acuario de Singapur. Le llaman la quinta generación. Nos
apegamos a normativas internacionales y aparte las de México.”
–¿El
acuario es de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo?
–Carso
realizó una inversión muy importante; pero también hay un fondo de
inversionistas en la parte de la operación del acuario. Un acuario es carísimo.
Se invirtieron 250 millones de pesos, pero no cuenta la obra civil ni el costo
del terreno. Tuvimos proveedores de animales de Alemania, Estados Unidos,
Italia, Japón…
Calcula
que para diciembre habrá otras cien especies, como tiburones, caballito de mar
y pingüinos.
En
el Facebook de Cetacean, activistas manifiestan su desacuerdo con la apertura
del Acuario Inbursa. El sábado 5 protestaron de manera pacífica en el lugar. Se
citaron a las 11: 30 horas afuera del Museo Soumaya.
Gabriela
Martínez Castro, titular de Codeba, despliega que se pretende que los acuarios
y zoológicos desaparezcan.
“Los
animales no tienen por qué ser utilizados por nosotros. Debemos dejar esa
costumbre de que los animales estén a nuestra disposición, ya sea para
diversión, el enriquecimiento de unos cuantos e investigaciones para el ser
humano.”
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