Vatican Insider, 01/24/2015
«Que
los gobiernos europeos formen imanes de lengua y cultura locales»
La
sugerencia en la entrevista con el profesor indonesio Azyumardi Azra, que
participó en el congreso del Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de
Islamística; sobre los atentados en París: «enfrentamiento entre dos
fundamentalismos»
Nota de PAOLO
AFFATATO
Los
gobiernos europeos deben ponerse de acuerdo con las instituciones islámicas
moderadas para programar cursos de formación dirigidos a imanes locales, que
prediquen en las mezquitas en las lenguas nacionales. Esta podría ser, según el
intelectual musulmán indonesio Azyumardi Asra, una vía para desmontar en Europa
lo que, tras el atentado a la sede parisina de “Charlie Hebdo”, Azyumardi
define «enfrentamiento entre dos fundamentalismos: por una parte, el
radicalismo islámico; por otra, el ultra-liberal que promueve el derecho al
insulto». Azyumardi, que dirige la escuela de postgrado de la Universidad
estatal Syarif Hidayatullah de Jakarta, participó en el congreso que se llevó a
cabo en el Vaticano “Estudiar y comprender la religión del otro”, promovido por
el Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de Islamística (Pisai), como parte
de los festejos de los 50 años de su apertura en Roma. Columnista en el
periódico indonesio “Republika”, el prof. ofreció su interpretación sobre las
relaciones entre las civilizaciones y religiones que hoy, según algunos, están
al borde del enfrentamiento frontal.
Profesor
Azyumardi Azra, ¿qué le parece la relación entre Europa y el islam, después de
las masacres en París?
–La
cuestión es bastante compleja. Algunos musulmanes usan la violencia, que nunca
es justificable debe ser condenada sin dudar. La violencia no tiene nada que
ver con el islam, que enseña la paz y la reconciliación. Claro, los musulmanes
se sintieron ofendidos por las caricaturas publicadas, pero deben aprender a
responder pacíficamente. Creo que los musulmanes deben llevar a cabo una
especie de instrospección y evaluar el proprio comportamiento. Sobre todo
porque el honor del Profeta Mahoma no sufre ningún daño con una viñeta. El acto
de denigrar al Profeta no es ninguna novedad; incluso en vida lo insultaron.
Estas consideraciones deberían inducir a los musulmanes a evitar recurrir a la
violencia en caso de ofensa.
¿Por
qué, en su opinión, los musulmanes europeos se dejar arrastrar por la
violencia?
–Hay
que considerar diferentes aspectos: en Europa hay musulmanes que se sienten
frustrados y enajenados, que no se han integrado en el tejido social y que
dirigen sus miradas hacia los grupos violentos del Medio Oriente, como el
Estado Islámico (EI). Es sorprendente saber que hay más de 6 mil musulmanes
europeos que comparten la causa del EI, mientras en Indonesia, el país musulmán
más poblado del mundo (pues tiene alrededor de 200 millones de habitantes, ndr.),
tal vez haya unos cien. Esta es una consecuencia del fracaso de las políticas
de integración.
– ¿Qué
salidas sugiere?
–Los
gobiernos europeos, con los líderes e instituciones musulmanas, deben cuidar la
formación de los imanes europeos. Europa, cooperando con el islam moderado,
debe producir imanes propios y no importarlos de Arabia Saudita, Egipto o
Paquistán. Los imanes importados no tienen la sensibilidad local, ni la cultura
ni la lengua. Debe haber imanes encargados de las mezquitas que prediquen las
lenguas europeas. Este paso es necesario. Todos, ciudadanos e instituciones,
deben comprender los contenidos de la predicación.
El
Primer ministro inglés, Cameron, habló de «derecho de ofender». ¿Qué piensa al
respecto?
–Creo
que fue una declaración inútil y contraproducente. Cualquier insulto, se dirija
a quien se dirija (a cualquier etnia, cultura, religión), no es un gesto ni
bueno ni justo. Claro, somos libres, pero no está bien usar la propia libertad
para insultar. El insulto genera conflicto, rabia, animadversión, tensión.
Debemos relacionarnos con los demás respetando la libertad ajena y con el deseo
de crear la paz, y no hostilidades. El insulto no es prudente: lo subrayó hasta
el Papa, y es muy importante que los ciudadanos europeos lo reconozcan. Apoyar
el derecho de insultar personas de diferentes culturas o religiones no es
sabio, mucho menos en un mundo globalizado en el que existe una mezcla de
pueblos y religiones.
– ¿No
le parece que el islam tenga un problema con la blasfemia?
–Hay
leyes que tutelan la religión del vilipendio en los países musulmanes e incluso
en algunas naciones europeas. Creo que las leyes sobre la blasfemia deben
incluir a todas las religiones: hay que respetar la fe y los símbolos
religiosos, y es correcto que los estados sean garantes y promotores de una
reglamentación sobre esta materia, que tiene un gran impacto en los
sentimientos de los pueblos.
¿Sigue
siendo útil el diálogo interreligioso?
–El
diálogo es muy importante, sobre todo después de las tragedias de París, en
diferentes niveles. El primero es dentro de cada religión: el diálogo entre los
líderes y la base de creyentes debe aumentar. Y luego está el diálogo entre las
religiones, que sirve para reforzar la mutua comprensión, para crear armonía y
paz en el mundo. El tercer nivel de diálogo es entre los líderes religiosos y
los gobiernos: a menudo los políticos, concentrados en el poder, no comprenden
las religiones. Por ello es urgente mantener siempre canales de diálogo.
–Como
musulmán, ¿qué opina sobre los grupos como el EI?
En
Indonesia la mayores organizaciones musulmanas han condenado el EI, que está
denigrando y ensuciando el islam, acarreando muchos problemas para los
musulmanes. Los musulmanes no deben seguir al EI. Su interpretación de la yihad
islámica es errónea y está dañando al islam.
–Y
en Europa está surgiendo una cierta islamofobia…
–La
islamofobia en Europa crece debido a estos musulmanes que usan la violencia.
Esto alimenta sentimientos anti-musulmanes, a menudo aprovechados por los
partidos políticos de extrema derecha. Creo que ahora no hay ningún
enfrentamiento entre civilizaciones o religiones, sino entre dos
fundamentalismos: los musulmanes radicales, por una parte, y por otra los
ultra-liberales, que pretenden poder insultar a todos. El camino adecuado está
en medio: por ello Indonesia promueve una versión de la religión musulmana
llamada “el islam de la vía de enmedio”: es el paradigma del islam indonesio, y
sería muy saludable que se conociera y practicara en Europa.
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