Entrevista a Rubén Mendoza, profesor de Arqueología en la California
State University, para Vatican Insider, 2 de mayo de 2015.
Andrés Beltramo Alvarez, periodista
Descendiente
de mexicanos de Sonora, en entrevista el estudioso deploró que la figura del
futuro santo pretenda ser sustituida en la Gallery del Capitol Hill por la de Rally Ride, primer
astronauta mujer del país.
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04/30/2015
Prejuicio y desinformación, tras polémica contra Junípero Serra
Expertos estadounidenses responden a las críticas contra el “apóstol de California”, que será declarado santo por el Papa Francisco el próximo 23 de septiembre en Washington
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
“Los que critican a Junípero Serra no lo conocen, no lo entienden, se dejan llevar por los prejuicios”. Lo aclaró hoy una de las estudiosas que más conoce al “apóstol de California”, Rose Marie Beebe, profesora de literatura española en la Santa Clara University. Ella y otros especialistas participaron de una conferencia cuyo objetivo fue alejar mitos históricos sobre la figura del religioso español, centro de una polémica en las últimas semanas en Estados Unidos, mientras el Papa se apresta a declararlo santo en septiembre próximo.
El encuentro tuvo lugar en el Instituto Agustinianum, a unos pasos de la Plaza de San Pedro. Tomaron la palabra Rubén Mendoza, profesor de Arqueología en la California State University; Francis J. Weber, que fue durante varios años archivista de la Arquidiócesis de Los Ángeles y Robert Senkewicz, profesor de Historia en la Santa Clara University, esposo de Beebe.
Ellos dos se han dedicado a sacar a la luz los hechos históricos en torno a la figura de Serra, oriundo de Mallorca, que llegó al puerto de Veracruz (México) en 1749 y, tras pasar ocho años en la Sierra Gorda (actual Querétaro), junto a otros 15 franciscanos emprendió el camino hasta California, donde fundó numerosas misiones y permaneció hasta su muerte.
Él es admirado en México y en las comunidades hispanas más allá de la frontera, pero criticado por algunos sectores estadounidenses a causa de los métodos que se aplicaban en las misiones californianas donde convivían los indígenas y españoles. El producto de sus investigaciones fue plasmado en un libro de reciente publicación (“Junípero Serra. California, Indians, and the Transformation of a Missionari”, University of Oklahoma Press, 2015).
Senkewicz y su mujer no eludieron la controversia en su exposición. Recordaron que para los misioneros de la época, el bautismo era un compromiso para toda la vida e implicaba fidelidad a la comunidad. Por eso cuando algunos nativos dejaban la misión sin permiso, los misioneros enviaba a otros indígenas o militares a capturarlos. En ese proceso, el maltrato ocurría.
“Como hombre y como misionero era fantástico. Debe ser considerado santo porque dedicó su vida a llevar el cristianismo al nuevo mundo, a convertir a los indígenas. Mucha gente va a decir que existió crueldad en el sistema de las misiones y todo eso. Eso era parte de la vida, de los soldados de entonces. Junípero Serra no inventó eso, no le pasó por la mente el tema de los azotes. Pero se sabía que era la manera de castigar o de mostrar un ejemplo, de cómo la gente debía portarse”, explicó Beebe.
Su esposo precisó que el religioso español también supo adoptar un estilo de evangelización respetuoso. “Atestiguaba la fe y esperaba que gradualmente los nativos americanos fuesen atraídos. No soy un teólogo, pero no creo que se canonice a alguien por ser perfecto, ni siquiera San Pedro lo era”, estableció.
Sobre la profunda humanidad de Serra, Rose Marie Beebe habló al Vatican Insider. Para su libro, ella tradujo decenas de cartas y escritos del religioso. Consultó tantos documentos que terminó “metiéndose en su cabeza”.
En entrevista, aseguró que no era el clásico santo. Como cualquier persona expresaba enojo y frustración, era “muy complicado” y en ocasiones no podía controlar sus emociones. Sabía que tenía problemas con la paciencia y era algo que buscaba controlar, en ocasiones sin éxito.
Reconoció que en Estados Unidos existe mucho desconocimiento sobre su vida, aunque los niños criados en California saben que él fundó la misión en San Diego y trabajó ahí por varios años. Insistió que pocos son conscientes que era un catedrático en España y podía haber pasado el resto de su vida en Mallorca, en un puesto increíble. En cambio quiso otra cosa y a los 35 años decidió ir a aplicar con los indígenas lo que había aprendido.
Según la investigadora, él no hubiese estado contento por ser declarado santo porque no se hizo misionero por la fama, sino que pensó que su destino era morir como muchos de sus compañeros, los vivieron una existencia de soledad, en la frontera, en una misión y comunicando con los indígenas por medio de gestos.
“Los mexicanos aprecian a este señor mucho más que mucha gente en los Estados Unidos, los individuos que critican a Serra no lo entienden, solamente piensan en lo que pasó con las misiones y con los indígenas. En México lo ven como una gran persona, que evangelizó y tuvo contacto con las comunidades”, afirmó.
“Existe una polémica, mucha gente va a decir que no se puede canonizar a este hombre porque era brutal pero no conocen toda la historia, es muy fácil decir que lo aprendido en la escuela es el punto final y basta. Pero una persona educada, instruida no diría la misma cosa si tuviese toda la información”, estableció.
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