Trump mintió dijo Guliani…Peña dijo no a Trump: Giuliani; revela detalles del encuentro privado
Giuliani, quien estuvo presente en dicha reunión realizada en Los Pinos, explicó que ambas partes fijaron reglas para la cita y que una de esas condiciones fue “que no iban a discutir el pago del muro, porque era algo en lo que no íbamos a estar de acuerdo”.
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Las columnas políticas hoy, 5 de septiembre de 2016..
Giuliani, quien estuvo presente en dicha reunión realizada en Los Pinos, explicó que ambas partes fijaron reglas para la cita y que una de esas condiciones fue “que no iban a discutir el pago del muro, porque era algo en lo que no íbamos a estar de acuerdo”.
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Las columnas políticas hoy, 5 de septiembre de 2016..
Bajo Reserva/El Universal
El tiradero que dejó Trump
Una de las principales misiones que estos días ocupa a la canciller
mexicana, nos comentan, es levantar “el tiradero” que quedó luego de que el
presidente Enrique Peña Nieto recibió en Los Pinos al candidato del Partido
Republicano, Donald Trump, y que ha causado severas críticas desde los más
diversos sectores sociales y políticos, incluyendo destacados diplomáticos y
priístas. Una de las prioridades en estos trabajos de control de daños es
buscar acercamientos con el Partido Demócrata. Nos comentan que en esta línea
de trabajo es que la secretaria Claudia Ruiz Massieu gestionó, este sí, un
breve encuentro informal de Peña Nieto con el presidente estadounidense Barack
Obama. El tema de la visita de Trump, comentan, no habría sido tocado por los
mandatarios, pero lo que se logró fue la foto con Obama, en la que ambos se
saludan sonrientes.
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Entre las 10 principales causas de muerte en México se encuentran las
afecciones cardiacas, la diabetes, y las enfermedades pulmonares obstructivas
crónicas. Con una dieta adecuada, ejercicio y disminuyendo el consumo de tabaco
—prevención, en una palabra— la cifra de fallecimientos en el país por las
causas citadas bajaría.
I.Gira fugaz. Enrique Peña Nieto, Presidente de México, estará presente
este lunes en las sesiones privadas con los mandatarios del G20, que se
organiza en China, donde hablarán sobre los mecanismos para lograr mayor
crecimiento económico en el mundo y contener de mejor medida la volatilidad
financiera. Peña Nieto y Barack Obama, mandatario de EU, intercambiaron saludo.
La Presidencia difundió una fotografía en la que ambos mandatarios realizan la
cortesía en el marco del encuentro internacional. Por la tarde, el jefe del
Ejecutivo de México ofrecerá un mensaje a los medios de comunicación, previo a
su regreso a la Ciudad de México. Acuerdos y buenas noticias. Lo verá.
TEMPLO MAYOR / Reforma
EL LLAMADO miércoles negro del encuentro entre Enrique Peña Nieto y
Donald Trump va a durar mucho tiempo más. Tan es así, que esta misma semana
tendrá consecuencias en el Senado.
TRASCENDIÓ/Milenio
Que hoy se espera uno de los debates que atraerán la atención de la
Presidencia de la República y de diversos actores políticos.
¿Será? /24 Horas
A debate: presupuesto y magistrados
Los que vienen serán días de intenso trabajo para diputados y senadores por dos temas: el análisis del presupuesto y la elección de siete magistrados para el Tribunal Electoral. En el primer caso, este lunes se llevará a cabo, en San Lázaro, un foro sobre mecanismos para evitar manejo discrecional del presupuesto. El objetivo es elaborar una iniciativa con el fin de crear un órgano técnico del Congreso capaz de generar información propia para contrastar lo que presenta Hacienda. En el caso de los candidatos a magistrados, se espera un debate de pronóstico reservado en el Senado porque cada partido buscará impulsar a sus candidatos. Y nadie quiere dejar pasar la oportunidad rumbo a 2018. ¿Será?
¡Sorpresa!
Y a propósito de presupuesto, nos cuentan que esta semana, cuando llegue el proyecto de Egresos de la Federación a San Lázaro, enviado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, los diputados se encontrarán con una sorpresa: la confirmación de que la liberación de los precios de las gasolinas se adelantará, lo que implicaría posibles incrementos ante un escenario global de aumento de los combustibles, contrario a lo que se nos informó después del gasolinazo de hace una semana. ¿Será?
CDMX: tapados y destapados
De cara a la renovación de la jefatura del Gobierno de la CDMX, existen ya dos bloques en el gobierno local que buscan impulsar a sus respectivos candidatos. El primero de ellos está conformado por integrantes de las áreas sociales y políticas. Su apuesta sería Alejandra Barrales, dirigente nacional del PRD. Del otro lado se encuentra el sector económico, y busca impulsar a Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico local. Nos cuentan que en este momento eso es lo que salta a la vista, pero no descartan que exista un tapado bien tapado. ¿Será?
Ciudadela, un foco rojo
Desde que inició su paro, la CNTE instaló un plantón en la Plaza de la Ciudadela y ésta dejó de ser un punto de encuentro para gente de la tercera edad y la comunidad estudiantil. Ya existen reclamos por esta situación, pero lo que más preocupa son las quejas de alumnas de la Vocacional 5 porque son acosadas sexualmente por los supuestos profesores en plantón. Algunos funcionarios de la CDMX, que han escuchado testimonios, les han pedido que presenten denuncias, y no lo hacen por temor a represalias. Sin embargo, nos dicen que la cosa puede terminar mal, porque otros estudiantes han amenazado con impartir justicia por mano propia. ¿Será?
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Lenguas Viperinas/LSR
HILLARY CLINTON es hoy la persona más importante en el gobierno federal. Nos aseguran que desde la oficina del Presidente Enrique Peña Nieto se le ordenó a la Canciller Claudia Ruiz Massieu traer, casi que "a como dé lugar" a la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos y con ello contener las críticas y los señalamientos en torno a la reunión del mandatario mexicano con Donald Trump. De la cancillería sabemos que el equipo de Clinton pidió tiempo para analizar la invitación y que para nada se recibió una respuesta expedita como sí fue de parte del candidato republicano.
MIGUEL BARBOSA, coordinador del PRD en el Senado de la República, impulsa un extrañamiento de parte del Congreso al Ejecutivo Federal por la invitación y posterior reunión del Presidente Enrique Peña Nieto con el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. En un hecho que no tiene precedente, un Poder de la Unión analiza un extrañamiento al Poder Ejecutivo y para ello se cabildea un acuerdo con el PAN y los partidos minoritarios, aunque el PRI y el PVEM siguen siendo mayoría.
GUSTAVO MADERO y Ricardo Anaya mantienen una confrontación que parece no tener espacios de conciliación. Los dos han hecho públicas sus diferencias y aunque varios panistas "notables" han tratado de acercarlos y pedirles que sean institucionales para no enviar una señal de fractura interna, nos aseguran que es Madero el que ha dejado en claro que no cederá ni guardará silencio ante lo que llama el uso y abuso del puesto de dirigente nacional del PAN de parte de Ricardo Anaya quien ha expresado sus aspiraciones por ser candidato presidencial en 2018. El legislador por Chihuahua retó a Anaya a dejar la dirigencia nacional del PAN y buscar desde afuera la candidatura, acción que parece que no sucederá.
MANUEL GRANADOS, consejero jurídico del gobierno de la Ciudad de México, no sabe cómo fue que se filtró el proyecto del constituyente capitalino que se aprobará en los próximos meses y que pretendían mantener en secreto. El proyecto se publicó en redes sociales y quienes han participado en su redacción confirmaron que era real el documento y que las propuestas son las que se empujarán desde el gobierno capitalino. Ahora las organizaciones ciudadanas y vecinales analizan el texto y piden mesas de debate antes de aprobar con mayorías las ideas propias de unos cuantos.#
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Moreno Valle ve alianzas con PRD
Rozones/La Razón
- Resulta que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, no se anda con medias tintas al hablar sobre las alianzas que le convienen al PAN para las elecciones del 2017 en tres entidades. Ayer, en Taxco, Guerrero, en su calidad de presidente de la Comisión Política del CEN panista, dijo: “Creo que el PRD es una de las alternativas que el PAN debiera buscar. Creo que ha dado resultados en los diferentes procesos electorales”.
Giuliani confirma versión del muro
- Revés al aspirante presidencial republicano, Donald Trump, propinó el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, quien es su operador de la campaña presidencial y estuvo presente en la reunión que tuvo el magnate con el Presidente Enrique Peña. Confesó en entrevista con CNN que, en efecto, el mandatario sí advirtió que México no pagará por un muro en la frontera. O sea, Trump mintió al decir que no habían hablado de eso.
De China a Bellas Artes
- Así que después de su viaje a China el Presidente Enrique Peña planea asistir al homenaje que se le rendirá este lunes en Bellas Artes al compositor y cantante Juan Gabriel. Se estima que el mandatario arribará a México alrededor de la medianoche, y del Hangar Presidencial se irá al recinto de mármol para estar con su staff y con el secretario de Cultura, Rafael Tovar, en la despedida al Divo de Juárez.
Gamboa empuja agenda del PRI
- Clara agenda lleva el PRI al Congreso para el periodo de sesiones que inició el 1 de septiembre pasado. Su bancada en el Senado, encabezada por Emilio Gamboa, priorizará los temas relacionados con Estado de derecho, transparencia, seguridad y justicia, combate a la corrupción, y desarrollo económico y social. Y ya trabaja con otras fracciones para alcanzar consensos.
Yunes pide ayuda al Presidente
- Llamado de auxilio del gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, al Presidente Enrique Peña para que intervenga ante la inseguridad y la crisis financiera en la entidad. “Que envíe (el Presidente) elementos de cualquier corporación federal a hacerse cargo de la seguridad, que no puede seguir en manos de (Javier) Duarte. Y que intervenga para que las finanzas públicas dejen de ser desfalcadas”, dijo. Hoy manda carta a Los Pinos.
Astudillo coordina acciones ante lluvias
- Rápida atención está brindando el gobierno de Guerrero, a cargo de Héctor Astudillo, a los damnificados de las lluvias registradas en los últimos días. Sin esperar a que ocurriera una tragedia, el mandatario se puso al frente de la coordinación de Protección Civil y mantiene comunicación con los alcaldes de la entidad, con lo que se han evitado bajas humanas.
La voz de rectores en la Constituyente
- Con la novedad de que el tema que impulsará la constituyente más joven, Cynthia López Castro, será la educación. Organiza un encuentro con rectores de universidades, agrupados en la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior, para llevar sus opiniones a la Asamblea Constituyente, que está a días de instalarse.##
Le falla la diplomacia a Rosario Green
Confidencial ./ El Financiero,
Quien resultó tener poca memoria y menor agradecimiento fue la excanciller Rosario Green, quien criticó recientemente al también excanciller José Antonio Meade por haber supuestamente desplazado a los diplomáticos de carrera por funcionarios hacendarios durante su gestión al frente de la SRE. Curioso que no se lo haya dicho en julio de 2013, cuando el propio Meade la ungió como Embajadora Emérita, máximo rango en el Servicio Exterior. Poca destreza diplomática la de Doña Rosario.
Mala memoria de Mario Delgado
Gran rechazo entre legisladores generaron los argumentos del senador Mario Delgado para impulsar la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, pues a manera de rencilla personal arremetió directamente contra los funcionarios del Infonavit, de David Penchyna, a quienes acusó de recibir exagerados sueldos y prestaciones. Nos dicen que hubo incluso quien recordó al morenista que su salario de 117 mil pesos es superior a muchos de los que se manejan en el Fondo de Vivienda y que, por supuesto, éste nunca ha clamado por una reducción en sus ingresos.
Agenda cargada de Mancera
Luego de la gira por Tabasco, donde hasta Nicolás Mollinedo, exjefe de logística de Andrés Manuel López Obrador se le pegó y le declaró fidelidad, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció que tiene en su agenda visitas a Sonora, Campeche, Chihuahua y Michoacán para sumar esfuerzos por un aumento digno al salario mínimo, impulsar el Médico en tu Casa o simplemente hermanamientos entre la capital y municipios o estados. ¿Será solo eso?
Alistan ley antiTrump
Ante el endurecimiento de las posturas de Donald Trump tras su visita a México, el senador perredista Armando Ríos Piter ya prepara una iniciativa de ley para prevenir todo tipo de abusos, en caso de que el republicano gane la presidencia. Nos adelantan que se propone modificar el artículo 3 de la Ley de Tratados Internacionales para que, en la aprobación de los acuerdos, se contribuya a mejorar la calidad de vida de los mexicanos.
Una voz en contra dentro de la Iglesia
El obispo Raúl Vera, de la Diócesis de Saltillo, tiene una nueva declaración que demuestra la división dentro de la Iglesia católica. Durante una conferencia en el ITESO, en Guadalajara, expreso que la marcha nacional contra matrimonios igualitarios sólo aumenta la homofobia.
Partidos amnésicos en el INE
Sin que nadie se lo explique, el instituto está a punto de vivir un round más con los partidos, esta vez por la inminente aprobación del Reglamento de Elecciones que regirá los comicios venideros. ¿Habrán olvidado que el documento que aprobará el Consejo General, el próximo 7 de septiembre, reúne todos los acuerdos que ya están vigentes? ¿Les molesta acaso que el documento proponga hacer obligatorios los conteos rápidos en elecciones de gobernador?
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KIOSKO | Corresponsales de El Universal
César Duarte pide perdón a chihuahuenses
A un mes de que termine el sexenio, César Duarte Jáquez, gobernador de Chihuahua, entregó su último Informe de Gobierno en un evento sumamente austero, a diferencia de los cinco años anteriores.
En el marco de esa sencillez, el mandatario priísta lanzó una campaña para pedir perdón. En el breve mensaje que publicó en diversos medios, don César reconoce que cometió errores y ofrece disculpas si alguien se sintió ofendido. Eso sí, aprovechó para afirmar que dichas faltas fueron magnificadas por sus adversarios, en clara alusión al panista Javier Corral Jurado, quien será el siguiente gobernador del estado y es sin duda su principal detractor. La campaña, nos cuentan, ha sido muy criticada en redes sociales, en donde señalan que un funcionario cuando se equivoca debe ser sancionado, y no dejar todo en una simple disculpa. No cabe duda que la estrategia implementada por el priísta, nos comentan, de poco le ha servido entre la ciudadanía para limpiar su imagen.
Se brincan a alcaldesa sinaloense
Nos cuentan que los celos políticos de la priísta Liliana Cárdenas Valenzuela, alcaldesa de Salvador Alvarado, Sinaloa, estallaron cuando su sucesor el también priísta Carlos Mario Ortiz pidió al Instituto Municipal de Planeación Urbana (Implan) el diseño de tres anteproyectos de obras de vialidad para la ciudad de Guamúchil. Doña Liliana, nos platican, despotricó contra el edil electo al intentar ocupar un espacio político que “aún no le corresponde”. Su enojo la llevó a hacer un reclamo público en la sesión de cabildo a los miembros del Implan, a quienes les recordó que su trienio todavía no concluye y sus esfuerzos deben enfocarse en la administración actual. Al parecer la priísta ya comienza a sentirse relegada.
Piden indagar moches entre políticos de Yucatán
La agrupación civil Acciones Líderes, que es vinculada con el PAN en Yucatán aunque éste se deslinde, pidió a diputados federales del PRI y del blanquiazul en la entidad una revisión para confirmar o descartar los moches que presuntamente se promueven entre políticos para privilegiar a empresarios del ramo de la construcción, nos comentan. Incluso, a esa demanda se sumó el ex gobernador panista Patricio Patrón, quien declaró que la transparencia es lo primero y aseguró que en su administración: “No me robé un solo peso. No tengo cola que me pisen”. Sin embargo, Arturo Cetina, líder de la organización, le recordó que su hermana Cecilia Patrón compró dos camionetas de medio millón de pesos, siendo la responsable del combate a la pobreza en Desarrollo Social de Mérida. ¿Será que por estos conflictos el presidente estatal del PAN, Raúl Paz Alonso, pide unidad de cara al 2018?
Ignoran a edil tabasqueño
A través de su cuenta de Twitter, el presidente del Instituto de Administración Pública de Tabasco, Ángel Solís Carballo, dejó entrever que no la lleva bien con el edil de Centro, el perredista Gerardo Gaudiano, nos comentan, ya que en un tuit escribió: “Acuerdo de amistad entre la CDMX y la ciudad de Villahermosa presidido por el Lic. @nunezarturo (gobernador) y @ManceraMiguelMX (jefe de gobierno)”, en el cual colocó fotos del evento entre ambos gobiernos perredistas, pero nunca mencionó la presencia del alcalde, quien firmó el documento. ¿Error de dedo o antipatía? Por cierto, nos dicen, don Ángel paga publicidad en Facebook para anunciar su cuenta.
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El año V de Peña y el Estado de México/Jorge Fernández Menendez,
Excelsior
Hubo una época no tan lejana donde se aseguraba que el quinto era el año de mayor poder de un presidente, cuando se tenía el mayor control del país y de los grupos políticos determinado por la elección de su sucesor. Inmediatamente después del Quinto Informe, luego de un año de jugar con señales, de engañar con la verdad, de sopesar a los aspirantes, muy rápidamente surgía el sucesor, el hombre que en el sexto y último año se iría haciendo gradualmente del poder. El ciclo sexenal se reiniciaba y en él se sustentaba el sistema político que mantuvo durante casi 50 años la estabilidad del país.
Hoy eso es parte del pasado, pese a que muchos siguen pensando en quién será el tapado de Peña Nieto, como si hubiera posibilidad alguna de heredar el poder. En realidad, el presidente Peña en este quinto año de gobierno tendrá que bregar muy duro para remontar una situación que atenaza a su gobierno en lo político, lo económico y lo social, todo sazonado con una fuerte pérdida de popularidad.
La labor presidencial en este quinto año de gobierno se deberá basar en cálculos eminentemente electorales. Se tendrá que atender el frente político, interno y externo (tan agitados ambos por el inexplicable caso Trump); se deberá decidir cómo resolver la crisis que plantea la Coordinadora, en términos educativos, pero también de percepción; la distancia con la Iglesia y con los empresarios; se tiene que replantear la estrategia de seguridad porque la violencia sigue creciendo y amenaza con regresar a los niveles de 2011 y 2012. La economía no despegará durante el quinto año de Peña, porque no lo harán los mercados internacionales y el recorte presupuestal le pegará al gasto y al crecimiento, en un año donde el precio del petróleo se estima que estará en apenas 42 dólares por barril. En todo caso, el objetivo será impedir que la inflación arrastre el crecimiento y los ingresos de la gente. Y eso requerirá austeridad.
Pero todo se deberá adecuar a las exigencias electorales. Para el gobierno federal el resultado de junio del año próximo en el Estado de México es decisivo, no sólo para ganar las elecciones de 2018, sino para que el PRI sea simplemente competitivo en los comicios presidenciales. Y para ganar en la tierra de Peña Nieto se necesitará realizar un esfuerzo político muy grande. Hoy las encuestas por partido ponen al PRI empatado con el PAN, pero si se produce una alianza PAN-PRD, la distancia de la oposición se amplía notablemente. Entre candidatos, si el PAN logra que Josefina Vázquez Mota sea la aspirante por ese partido y mucho más por una alianza opositora, la distancia podría ser, de arranque, superior a los diez puntos contra cualquiera de los aspirantes priistas. El problema es que en el PRI hay muchos aspirantes, pero muy pocos candidatos con posibilidades. Evidentemente, la de quien encabece la boleta del PRI en el Estado de México será una decisión presidencial, quizás con alguna injerencia de Eruviel Ávila, pero hoy no queda nada claro quién puede ser el indicado. Ahí están los nombres de Alfredo del Mazo y de Ana Lilia Herrera, como los aparentemente mejor posicionados y muchos otros, Alfonso Navarrete Prida, Carolina Monroy, Ernesto Nemer, que son parte de una larga lista, pero en la que encontrar a alguien que sí pueda remontar la campaña no es fácil.
Hace seis años, el propio Peña Nieto tuvo la sagacidad de decidir no por el más cercano, tampoco por alguien que fuera parte de su equipo, sino por quien pudiera ganar y además desarticular así el intento de una alianza PAN-PRD en torno a un priista. Eruviel Ávila no era el candidato de Peña y venía de Ecatepec, lejos del centro político del estado, por más que sea el municipio más poblado del país. Pero Eruviel fue el candidato porque era el mejor posicionado y porque de otra forma el cinturón suburbano de la Ciudad de México se hubiera ido con la oposición y el PRI hubiera perdido el estado.
Si esa decisión fue clave para que Peña un año después ganara la elección presidencial, la de este 2017 lo es para que el Presidente intente dejar un sucesor de su partido en Los Pinos.
Mucho se ha dicho sobre la magnitud de la apuesta que se plantea el propio Presidente para las elecciones del Estado de México. Pero nadie debería equivocarse, más allá de la operación electoral, siempre de enormes magnitudes en el Estado de México, lo que podrá hacer la diferencia, además de elegir un buen candidato o candidata, será la labor de gobierno en el estado y en la Federación. Y en el Estado de México el personaje Peña Nieto es clave. Mucho de lo que fue y mostró como gobernador, sobre todo en cercanía con la gente, se ha ido perdiendo en el encierro de Los Pinos. Si quiere competir y ganar, en el 17 y en el 18, tendrá que recuperarse a sí mismo. Demostrar que la cercanía de aquellos años no se ha convertido en la distancia que desde el poder congela la empatía. Ésa deberá ser la labor del quinto año de Peña: volver a ser él mismo.
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Un revés caro e innecesario/ Pablo Hiriart
Uso De Razón
El Financiero,
Se equivoca el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al subestimar la importancia de la popularidad para gobernar (programa Si me dicen, no vengo). En democracia el respaldo social es fundamental para un presidente.
Churchill, que no era un populista, pudo llevar a su país a realizar los más grandes sacrificios que pueda vivir una nación, porque tenía respaldo social.
Aquí el gobierno realizó reformas de enorme calado sólo con el apoyo de las élites partidistas, y ahora está a merced de los intereses afectados por las reformas.
Sólo en las dictaduras no importa la popularidad, porque las decisiones se imponen por la fuerza o por el terror.
Pero en una democracia, con opinión pública participativa y redes sociales, es necesario convencer, sumar voluntades y compartir un proyecto con la mayoría de la población.
Los resultados de la visita de Donald Trump a México fueron catastróficos, y que nos digan que no importa el costo en popularidad es equivocado.
Unas horas después de su estancia en Los Pinos, donde usó un tono comedido y respetuoso, Trump volvió a ser el fanático antimexicano de siempre y amenazó con deportar a dos millones de paisanos en unos cuántos días.
Su visita lastimó al país.
No es suficiente el argumento de que, si gana, los mercados podrían reaccionar fuerte en México y afrontar una devaluación aún mayor.
Lo hubieran invitado cuando ganara, pero es incomprensible que –aunque sea involuntariamente– le ayuden a ganar.
El gobierno se equivocó. La visita de Trump lastimó a la población e hizo caer la aceptación del presidente.
¿No es necesaria la popularidad? Es indispensable, sobre todo para afrontar momentos difíciles como el que vivimos y como los que pueden venir si gana Trump.
Un país unido siempre será más fuerte que un país dividido. Es de primaria.
Y nos dice la historia: cuando nos dividimos hemos perdido la mitad del territorio nacional a manos de Estados Unidos.
Ahora hasta el gabinete parece dividido por el efecto Trump.
¿Tan indispensable era que viniera?
¿Fueron sólo consideraciones económicas las que prevalecieron para invitarlo?
¿O se quiso jugar contra Hillary por motivos políticos, relacionados con la sucesión presidencial en México?
Los opositores de adentro son adversarios: el enemigo está afuera y se llama Donald Trump.
Hay que darle la vuelta a esa página con la admisión de que fue un error de parte del gobierno, y que es necesario corregir.
El presidente de México requiere respaldo social para acabar bien el sexenio, porque en este trance vamos todos y no sólo su partido.
Ante los argumentos económicos en favor de recibir a este candidato republicano, yo me quedo con una imagen humana, para rechazarlo: la del joven albañil en el último piso de la torre Trump en construcción, allá en Vancouver, con una bandera mexicana entre las manos.
Eso es hacer patria, carajo.
Twitter: @PabloHiriart
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La apuesta por Trump (I)/ Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero,
La invitación a Donald Trump para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto fue producto de una reflexión profunda y no sólo una acción pragmática que partió al gabinete. Peña Nieto no sólo compró el alegato económico que le presentó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien argumentó que si no se acercaban al candidato republicano y buscaban que matizara su discurso de repudio al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, México podía sufrir un colapso si resultaba electo del 8 de noviembre. También le dio la razón sobre cómo debían acercarse a Trump. Desde las elecciones primarias, la discusión en el gabinete fue de acercarse a los diferentes equipos, pero cuando se privilegió el encuentro con Trump, la iniciativa de Videgaray provocó un choque con la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, y la oposición silenciosa del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Con los demócratas no veían problemas. La relación se simplificó porque Hillary Clinton nunca estuvo en peligro de perder la candidatura presidencial, y había fuertes vasos comunicantes con su equipo. Uno era la subsecretaria de Desarrollo Social, Vanesa Rubio, quien cuando estudió su maestría en la Escuela de Economía en Londres hizo amistad con Julissa Reynoso, de origen dominicano, que estudiaba en Cambridge. Reynoso fue embajadora de Estados Unidos en Uruguay años más tarde, cuando Rubio era subsecretaria de Relaciones Exteriores para América Latina. Muy cercana a Clinton, Reynoso es su asesora en política exterior.
Por el otro lado también se construyó una estrecha relación con Mark Feirestein, responsable de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, cuyo enlace es Paulo Carreño, subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte. La vinculación de la Casa Blanca con la cancillería, desde que José Antonio Meade la encabezaba, estableció puentes con el entonces consejero del presidente Barack Obama, John Podesta, quien dejó la Casa Blanca para convertirse en el jefe de campaña de Clinton. Cuando se definieron formalmente las candidaturas, la discusión con el presidente Peña Nieto fue quiénes establecerían institucionalmente la relación con Clinton y Trump.
Dentro de las conversaciones surgieron varios nombres. Para el caso de los demócratas, se propuso al exembajador en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, muy cercano al gobierno de Obama, pero entre quienes participaron en la campaña de Peña Nieto, recordaron que en 2012 él propagaba en Washington que si regresaba el PRI a Los Pinos habría un pacto con cárteles de la droga, una acusación que siempre ha negado el diplomático. Peña Nieto volvió a mencionar a Miguel Basáñez, a quien destituyó como embajador por incompetente. Luego se mencionó a Meade por su relación con la Fundación Clinton, quien a su vez propuso a un cercano amigo del expresidente Bill Clinton, el empresario regiomontano Carlos Bremer. La discusión sobre el enlace institucional con Trump fue menos amigable.
En la mesa de las decisiones se propuso a Ruiz Massieu, por los contactos de su tío, el expresidente Carlos Salinas, con la élite republicana. La canciller, además, había venido fortaleciendo la relación con Paul Ryan, líder de la Cámara de Diputados, quien es el republicano de mayor rango en un cargo de elección popular, y que está enfrentado con Trump. Videgaray se opuso. Según dijeron funcionarios, el secretario de Hacienda dijo que no había que acercarse por la vía de Ryan o de los influyentes republicanos texanos, la familia Bush y James Baker, que fue jefe de gabinete del presidente Ronald Reagan, y secretario de Estado y del Tesoro en dos administraciones republicanas, muy cercano a Salinas y al propio mentor de Videgaray, Pedro Aspe. Ellos no tenían ascendencia con Trump, alegó.
Videgaray dijo que había que aproximarse a Trump a través de republicanos cercanos a él, y pese a las objeciones dentro del gabinete de que ese sector del partido no era el que realmente tenía control en el país y que muchos de ellos estaban enfrentados con los líderes nacionales, Peña Nieto le dio la razón. Los republicanos de Trump son volátiles, contradictorios y se encuentran en la parte más extrema del partido que los hace antagonizar con los sectores más moderados del partido. Pero además, no tomaba en cuenta la postura de otros que apoyaban públicamente a Trump, como el gobernador de Texas, Greg Abbot, quien le había hecho notar a Ruiz Massieu que una cosa era lo que decía Trump en la campaña, y otra la que en realidad sucedería con el comercio bilateral y la inmigración en caso de que llegara a la Casa Blanca.
Peña Nieto, pese a las recomendaciones de Ruiz Massieu y de manera indirecta las de Guajardo, se inclinó por los argumentos de Videgaray. En buena parte por esa decisión a favor del secretario de Hacienda, se explica por qué tomó el control y la iniciativa para que tras la indicación presidencial en julio de establecer formalmente los lazos con las campañas de Trump y Clinton, Videgaray asumió la encomienda y con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, buscaron el vínculo con el republicano, que finalmente se logró a través de un empresario mexicano con su yerno, Jed Kushner. A Videgaray le importaba Trump, no Clinton, y llevó a Peña Nieto a apostar por él, con un costo aún no medible con los propios republicanos enemigos de Trump, y con los demócratas.
Twitter: @rivapa
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Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
Excelsior
Reset, señor Presidente, reset
Resetear es la manera más drástica para hacer que los sistemas operativos respondan y funcionen de nuevo.
Las críticas al Presidente han sido duras, tupidas y unánimes. El error del encuentro con Trump es una raya más a un tigre muy rayado. Peña no sólo es un mandatario muy impopular sino que ahora carga con la fama de tonto: se ha convertido en el hazmerreír en las redes sociales. Ya nadie lo respeta. Es un Presidente muy débil al que todavía le faltan 27 meses en el poder. Es mucho tiempo. ¿Qué puede hacer para tratar de recuperarse y terminar lo mejor posible su sexenio? Apretar el botón de reset.
Cuando una computadora o teléfono se traba y deja de responder a las órdenes del usuario, la solución es resetearlo, verbo inexistente en español pero que significa reiniciar el equipo apagándolo y volviéndolo a encender. Se trata, como todos sabemos, de la manera más drástica para hacer que los sistemas operativos respondan y funcionen de nuevo.
Algo similar le ha pasado al gobierno de Peña: está atascado, no responde y comete errores garrafales como el encuentro con Trump en Los Pinos. Si el Presidente no resetea su gobierno, corre el riesgo de que el sistema gubernamental deje de funcionar por más de dos años, lo cual generaría un enorme peligro en un país con una economía cada vez más frágil, con la violencia al alza y con grupos de interés que ya olieron la debilidad del gobierno y pretenden beneficiarse de ella.
¿Qué significa apretar el botón de reset?
Asumir, primero, que el statu quo ya no funciona, que hay que hacer las cosas de manera diferente con un equipo de trabajo diferente.
¿Qué cosas?
A estas alturas del sexenio, me parece que habría cuatro prioridades. Primero, blindar la economía para que no haya una crisis de final de sexenio, lo cual implica realizar un recorte draconiano al gasto público. Segundo, asegurarse que las reformas estructurales se implementen lo mejor posible ya que éstas van a ser el legado más importante de esta administración. Tercero, mantener el orden dentro y fuera del buque gubernamental para evitar que se hunda en medio de la creciente tormenta. Y, cuarto, nombrar al candidato presidencial del PRI.
No son poca cosa. Para tener éxito, hay que utilizar el poder más importante que todavía tiene el Presidente: nombrar a los encargados de los distintos despachos de la administración pública federal.
El Presidente tiene que nombrar un nuevo secretario de Hacienda. Hace unos días decía que, por los malos resultados en la economía nacional y, sobre todo, por el deficiente manejo de las finanzas públicas que ha llevado a una nueva crisis de la deuda, Peña debía remover a Videgaray. El titular de Hacienda ya no tiene la credibilidad en los mercados. Menos, ahora, si se comprueba que el resbalón del Presidente con Trump fue su idea. ¿Podrá Videgaray negociar con el Congreso el próximo paquete presupuestario con múltiples recortes? La oposición, por lo pronto, ya está preparándose para hacerlo pomada cuando comparezca en San Lázaro. Los mercados observarán cómo los legisladores apalean al encargado de las finanzas públicas. En Hacienda, el Presidente tiene que nombrar a un viejo lobo de mar con credibilidad en los mercados, que ya no tenga nada que perder en la política mexicana, que sepa negociar con el Congreso y los grupos de interés y que sea implacable en la dificilísima tarea de apretarse el cinturón.
En cuanto a las reformas estructurales, el Presidente tiene que remover a los funcionarios que no han demostrado tener los tamaños para implementarlas. Pero, más importante aún, en todos los despachos que tienen que ver con esta tarea —Educación, Energía, Pemex, Telecomunicaciones, Hacienda— los secretarios no pueden estar buscando la candidatura presidencial porque eso los distrae de lo prioritario: la implementación de las reformas.
En cuanto al orden, eso pasa por las áreas de seguridad y particularmente por la Secretaría de Gobernación. Ahí tenemos un secretario muy desgastado que también anda concentrado en la candidatura presidencial del PRI. Osorio también debe ser sustituido por otro viejo lobo de mar que no le tiemble la mano a la hora de ordenar este país que últimamente anda muy desordenado.
Ya con eso, Peña podría concentrarse en sacar a su candidato. Pero todo esto implica que el Presidente deje a un lado a su pequeño y compacto equipo que tan buenos resultados le dio los dos primeros años del sexenio pero que, hoy por hoy, se han convertido en una carga para su gobierno. Suena muy duro pero, ante el atorón actual, lo que queda es resetear el sistema. Porque de lo contrario…
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LAS PRIMERAS FOTOS DE DON NETO EN DÉCADAS | Carlos Loret de Mola
El Universal
Las autoridades federales no lo consideran peligroso. La Comisión Nacional de Seguridad, el Centro de Investigación en Seguridad Nacional y la Procuraduría General de la República piensan que Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como Don Neto, está neutralizado como narcotraficante: diagnostican que no opera, no participa, no tiene grupo ni cártel, ni siquiera contacto con otros capos.
Sin embargo, está bajo estrecha vigilancia en la casa a donde un juez le permitió mudarse para completar ahí los años que le restan de sentencia: hay cámaras de circuito cerrado que lo observan las 24 horas del día, tiene un brazalete electrónico que monitorea sus movimientos y oficiales están apostados afuera de su vivienda para reportar cualquier anomalía. Las autoridades temen que pueda caer en la tentación de volver al narco o entrar en comunicación con alguno de los líderes vigentes del crimen organizado.
Hoy le revelo las primeras imágenes de Don Neto que se dan a conocer en las últimas décadas. Las anteriores que se tenían a disposición del público tendrían entre 20 y 30 años, según estimaciones extraoficiales, pero no le puedo ofrecer una fecha exacta sobre cuándo fueron captadas y difundidas. Las que le presento hoy fueron tomadas hace apenas unas semanas.
Se trata de una secuencia cronológica de cuatro imágenes que pueden ser consultadas en www.carlosloret.com. Tres son de su traslado del penal de Puente Grande, Jalisco, donde estaba recluido, a su casa en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, donde está en prisión domiciliaria. Y una en los jardines de esa vivienda.
La primera —un poco movida, borrosa— es un close up donde se ven tres cuartos de la cara del narcotraficante, uno de los considerados “históricos” de esta actividad delincuencial en México. Lleva lentes de marco grueso y pelo muy corto.
La segunda lo muestra de cuerpo completo en la aduana de Puente Grande cuando salía rumbo a la prisión domiciliaria, de pants gris oscuro y tenis blancos. Estaba a punto de abordar la camioneta que lo llevó al aeropuerto de Guadalajara.
La tercera, mientras dos agentes federales le ayudan a bajar del avión que lo llevó de Guadalajara a Toluca la noche del pasado 27 de julio.
En las segunda y tercera, los rostros de los funcionarios públicos han sido cubiertos digitalmente.
En la cuarta fotografía se le ve a lo lejos, a través de una reja de barrotes decorados con herrería, de espaldas, caminando con la cabeza baja y las manos atrás, en el jardín de su vivienda donde cumple el resto de su condena.
Ernesto Fonseca Carrillo tiene 85 años de edad y vive en el Fraccionamiento Valle Escondido, de Atizapán. Don Neto fue detenido en Puerto Vallarta, Jalisco, en abril de 1985, y luego sentenciado a 40 años de prisión por el asesinato del agente de la agencia antidrogas de EU (DEA), Enrique Camarena.
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Columna ITINERARIO POLÍTICO/ Ricardo Alemán
Milenio
Mancera y todo el PRD, contra López Obrador
La historia resulta increíble. Hace pocos más de tres años —en julio de 2013—, presumían al mundo su amorío político a toda prueba. Hoy —gracias a la ambición de poder— están enfrentados a muerte.
Y para nadie es secreto “la pelea mortal por necesidad” entre el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, y Andrés Manuel López Obrador; aventajados presidenciables para 2018, de las izquierdas del PRD y Morena, respectivamente.
Y si existía duda sobre el tamaño y el talante de la pelea entre amarillos y morenos, Mancera lanzó un severo ultimátum al PAN —de que no espere alianza en 2018—, pero sobre todo a López Obrador a quién advirtió que el PRD no buscará y tampoco aceptará una alianza electoral con la Morena de AMLO.
Y está clara la contundencia del mensaje. ¿Por qué?
1. Porque confirma la hipótesis de que para conseguir una candidatura presidencial, todo aspirante requiere el control del partido que apoyará dicha candidatura. Y a través de Alejandra Barrales, el señor Mancera tiene el control del PRD.
2. Porque al excluir al PAN y a Morena de una potencial alianza para 2018, Miguel Mancera abre la puerta al PT, al Movimiento Ciudadano, a la CNTE y a otros grupos afines a una izquierda propositiva, más que destructiva.
Pero además del deslinde de Mancera respecto del PAN, de Morena y de AMLO, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, fue aún más claro y pidió al PRD iniciar un proceso de expulsión de militantes amarillos que desde hoy trabajan a favor “del caudillo”. De AMLO, claro.
Algo similar propuso —en su momento— el gobernador Graco Ramírez, de Morelos, enemigo de AMLO. También por eso, las mafias afines a AMLO hacen todo por desestabilizar Morelos. Ello sin exentar que Graco es el peor gobernador que ha tenido Morelos.
Pero la historia del desencuentro Mancera-AMLO es vieja.
Primero debemos hacemos memoria para recordar que entre Mancera y AMLO no todo ha sido pleito. En realidad, como dijimos al inicio, todo empezó con un gran amorío político que arrancó el 5 de enero de 2012, día que Macera tomó posesión como jefe de Gobierno. En esa fecha AMLO lanzó el siguiente tuit. “Saludo a Miguel Mancera, hombre recto y capaz, que estará a la altura de la gente informada, progresista y fraterna de esta gran ciudad” (10:44 am / 05 de diciembre de 2012).
Luego vino el abrazo de “amigos”, en julio de 2013, cuando AMLO y Mancera vistieron el uniforme del equipo “Amigos” de beisbol. El 11 de julio de 2013, así narramos el amorío. Dijimos: “La imagen lo dice todo. Juntos, codo a codo, en el diamante de beisbol, portando la franela del equipo ‘Amigos’, se exhiben Obrador y Mancera”. El mensaje era la alianza de AMLO y el jefe de Gobierno, para los comicios de 2015.
Pero una vez que Mancera cumplió su palabra y entregó buena parte de la ciudad capital a Morena —que por poco arrebata toda la Ciudad de México al PRD—, vino la traición de AMLO, quien en febrero de 2016 calificó a Mancera como “traidor al movimiento” —con todo lo que eso signifique—, y lo consideró parte de “la mafia del poder”.
Después, el 15 de mayo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, AMLO dijo que al ex presidente Salinas “le simpatiza Miguel Mancera como candidato presidencial”. Era evidente la preocupación de AMLO por la carrera presidencial de Mancera, a quien mandó demoler mediante el bloqueo de todas las acciones de gobierno.
Y en mayo de 2016 vino el rompimiento total. AMLO lanzó un grosero tuit contra Mancera. “En la mafia en el poder hay niveles. Mancera es de los intermedios, pero encabeza la pandilla del PRD que reparte tinacos, dinero y amedrenta”.
Pero nadie se equivoque. La batalla apenas empieza.
Al tiempo.
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LOS CAMINOS DE LA PAZ Y LA JUSTICIA | Rafael Cardona
La Crónica
Una de las más graves circunstancias en la vida mexicana contemporánea es la violencia. Injusticia y atropello.
No digo de esa perturbación de las buenas conciencias a la cual se refieren los políticamente correctos cuando piden mesura a los medios en la publicación de cuerpos ensangrentados o muertos en balaceras como las ocurridas recientemente en Tamaulipas a quizá en estos mismos momentos en Guerrero, en lugar de preocuparse por la realidad reflejada en noticiarios o diarios. No a su imagen.
Me refiero a la facilidad con la cual los ánimos se encienden y los temperamentos se revientan. Es la violencia asociada con la intemperancia.
La frecuencia de los gritos entre vecinos, los automovilistas iracundos por el paso, los “franeleros” con la cuchilla para rajar llantas de contribuyentes remisos; la furia con la cual las personas se insultan unas a otras, las quejas de los amantes despechados cuya decepción se vuelve página de periódico rojo, los miles y miles de conflictos por quitarme estas pajas o por haberlas quitado fuera del momento deseable.
La violencia como argumento. Cierro el camino, apedreo, lanzo cocteles incendiarios. Desbarato la paz ajena. Ésa. Y obviamente la violencia implícita en las dos consideraciones más descriptivas de la vida contemporánea: el desamparo y el desinterés.
Violentos cuando abandonamos a los ancianos a su suerte y de peor modo. Terribles al negar comprensión a homosexuales perseguidos por jotos o por nacos, para citar a un clásico contemporáneo; turbios en la burla y egoístas en el perdón.
Y a pesar de todo veo en un semanario norteño una cifra horrenda, quizá la estadística acumulada de la violencia final, la de la muerte a veces inexplicable y a veces hasta desconocida.
En los últimos cuatro años (y mucho se podría decir de los seis anteriores y los anteriores y los de atrás) han sido cometidos en este país, de manera violenta (tiros, filos, cadenas, piedras), 78 mil 109 homicidios dolosos; o sea, asesinatos perpetrados con la única y real intención de matar.
Aquí no hay accidentes, ni atropellados por descuido, ni choques, ni tráileres de doble cabina con un peso inercial imposible de parar; no, aquí hay sevicia, intención, crimen. Y no hay castigo.
Una explicación muy simple sería atribuirle todo al carácter del pueblo. Así somos.
Un día en una mesa de cantina jugaban dominó unos caballeros. Uno quiso hacer quién sabe cuál extraña trampa con la contabilidad. El otro lo descubrió y le dijo: en Guerrero, por menos de eso, se mata a un hombre.
Pero esto no es propio de una pelea tabernaria. Esto es consecuencia también de una guerra interna. La guerra declarada (con todas sus letras) por Felipe Calderón hace ya una década y la cual —más allá de su necesidad—, por diversas razones no ha sido terminada.
Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo, trenzado en lucha contra la mafia, reflexiona de manera luminosa. Son palabras sobre las cuales deberíamos reflexionar. No se trata de culpar de todo al ADN de una sociedad violenta por herencia o condenada al estigma sin remedio. Se trata de pensar un poco. Y si se pudiera mucho, mejor.
“…La paz es demasiado importante como para que pueda ser confiada sólo a los ejércitos; la legalidad es demasiado importante como para que pueda ser confiada sólo a la estructura judicial. Y el carro siciliano, el tradicional carro rico lleno de imágenes de colores (la carreta alegórica de López Velarde), es un carro que tiene dos ruedas: una, la rueda de la legalidad; la otra la de la cultura.
“El carro siciliano había sido utilizado por los mafiosos para transportar muerte. Hoy es utilizado como metáfora de un camino de vida. Las dos ruedas tienen que girar a la misma velocidad: si una rueda gira con más velocidad que la otra el carro no camina, da vueltas alrededor de sí mismo. Si tuviésemos legalidad sin cultura, al final todos dirán: ‘Estábamos mejor cuando estábamos peor’.
“Si tuviéramos cultura sin legalidad, al final nos encontraríamos admirando un espectáculo de música y danza siciliana en honor de cualquier jefe de la mafia”.
Hoy México tiene un serio problema cultural. Se ha llegado a describir la corrupción (equivalente aquí a la mafia Siciliana en Italia) como un hecho cultural; es decir, atávico, insertado en el alma, definitorio, perdurable e inmutable. Y eso no puede ser así.
La ley, a fin de cuentas, es un producto de la cultura aplicada a la conducta social. La ley es un bien cultural, no solamente una herramienta para equilibrar y aplanar la convivencia en el terreno de la justicia.
Quizá hoy a los mexicanos nos ayudaría pensar en otra idea de estos días, ha dicho el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con la pluma lista para firmar la paz con las guerrillas de ese país tras medio siglo de sangre:
“…impartir veredictos sobre todos los casos de 52 años de guerra es imposible…”.
No esperemos diez lustros en México, comencemos con la justicia ya. Sólo así acabaremos con la violencia y la guerra.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
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La estupidez y la traición/Jesús Silva-Herzog Márquez
Reforma
La historia del poder en México está plagada de abusos y excesos, de trampas y de crímenes, de costosísimas obsesiones y de apuestas absurdas. Podemos hacer un abultado catálogo de frivolidades y de cegueras, de arbitrariedades y fatídicas negligencias. No es difícil encontrar ejemplos del atropello, del engaño, de la ineptitud, de la perversidad, incluso. Pero no creo que pueda encontrarse, en la larga historia de la política mexicana, una decisión más estúpida que la invitación que el presidente Peña Nieto hizo a Donald Trump la semana pasada. A cada cosa, su nombre. Esto fue, y no merece otro calificativo, una estupidez gigantesca. La palabra no es insulto, es identificación de los efectos de un acto. En un ensayo memorable, Carlo M. Cipolla capturó la esencia de esa torpeza. El estúpido no es un tonto, no es un ignorante, decía. Lo que caracteriza a un estúpido es su capacidad para causar daño a otros, provocándoselo simultáneamente a sí mismo. Ser estúpido es dañar a otros sin ganar con ello ningún beneficio. Por eso aseguraba el economista italiano que era mucho más nocivo un estúpido que un malvado. El malvado, a fin de cuentas, saca algún beneficio. El estúpido, en cambio, solo multiplica el daño a su paso.
En la decisión no hay asomo de estrategia. Es imposible imaginar en la invitación al candidato republicano una razonable previsión de beneficio. ¿Alguien se atrevería a decir todavía que la ocurrencia fue un gesto diplomático audaz? En todo el mundo se preguntan: ¿en qué diablos estaba pensando el presidente mexicano al prestarle al peor enemigo de su país la casa presidencial para beneficio de su campaña? Nadie ha encontrado respuesta. Lo que es fácil registrar es la cantidad de efectos perniciosos que ha provocado la visita del demagogo. El Presidente agredió al país. Excusó el racismo de Trump sugiriendo en la conferencia de prensa que su discurso había sido, en realidad, un malentendido y que confiaba en que querría una buena relación con México. Nos hemos sentido ofendidos, dijo, como si el problema fuera nuestra sensibilidad y no la agresión constante de quien tenía en frente. El Presidente ofendió particularmente a los mexicanos que viven en los Estados Unidos y que no solamente escuchan la violencia verbal de Trump, sino que encaran el odio que su campaña ha levantado en su contra. Desalentó a las organizaciones de defensa de los migrantes que vieron, desconsolados, al pendenciero bienvenido por el presidente de México. Al atrabiliario al que ningún líder internacional ha reconocido como digno de diálogo, le permitió aparecer como un hombre de empaque que negocia ya en el plano internacional. Dañó, irreversiblemente, la relación del presidente de México con la candidata puntera de los Estados Unidos. Exhibió a su gobierno como un bulto en caída libre.
No vale la excusa de la inocencia. La estupidez del gesto presidencial no fue una ingenuidad, fue una traición; no fue una muestra de candor sino deslealtad. No suelto esas palabras con ligereza. Entiendo la severidad del cargo y la facilidad con la que el epíteto se lanza. Hablar de la traición presidencial es cosa seria. Me parece, con todo, que el calificativo es justo porque el presidente mexicano terminó siendo un ridículo instrumento al servicio de nuestro más detestable enemigo. La mayor amenaza que México ha tenido en décadas, encontró en Enrique Peña Nieto, a un útil promotor. Si Donald Trump llega a ganar la Presidencia, los historiadores recordarán el 31 de agosto del 2016 como la fecha en que relanzó, desde Los Pinos, su campaña. Vale hablar de traición porque el Presidente ofreció los símbolos del Estado mexicano al narcisista que ha fundado su carrera política en el odio al vecino. Porque calló cuando tenía que hablar, porque se sometió a los caprichos del insolente. Porque su indignidad ante el patán deshonró al país al que representa. Debe hablarse de deslealtad porque Enrique Peña Nieto sometió a la Presidencia mexicana a la humillación.
La intensidad del rechazo que generó el bochornoso encuentro no obedece a otra razón: el país se siente traicionado por su Presidente. Esto ya no es simplemente inconformidad frente a una política, no es un desacuerdo con el gobernante; es desprecio e ira. El presidente mexicano, a dos años de su relevo: entre la burla y el odio.
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Estupidez peligrosa/Denise Dresser
Reforma
Lo peor de la estupidez es su insistencia, escribe John Peers en 1,001 Logical Laws. La estupidez omnipresente, constante, casi predecible del presidente Peña Nieto en los últimos tiempos. Alguien que hace dos años no podía hacer nada mal, y ahora no parece hacer nada bien. Arrinconado y acorralado en Los Pinos, rodeado de asesores que lo adulan o lo mal aconsejan, con dos largos años por delante, con poco qué decir o mostrar o defender o empujar. Convertido en el hazmerreír del mundo y de su país por no comprender las implicaciones de las decisiones que toma. Convertido en el tapete de Donald Trump y en el enemigo de Hillary Clinton al ser el artífice de la "humillación a domicilio".
Humillación reiterada a cada paso, en cada momento. Presente cuando Donald Trump anuncia en la conferencia de prensa conjunta que el muro se construirá y Peña Nieto se queda pasmado. Presente cuando el Presidente tuitea que México no pagará el muro y que en privado él insistió en ello. Presente cuando solo seis horas después de decir que es amigo de los mexicanos, Trump los acuchilla en Arizona con su propuesta migratoria. Presente en el Cuarto Informe cuando el primer mandatario menciona lo bueno de su gobierno y luego el equipo de investigación vinculado a "Animal Político" lo desmiente. Helo allí en esas cuatro instancias. Sin respuesta. Sin contundencia. Pusilánime. Perdido.
Como sentenció la revista Slate, quizás el problema es que alguien con 23 por ciento de aprobación no sabe lo que está haciendo. Todo lo indica, todo lo constata, ya no hay política pública sino improvisación. Ya no hay diplomacia sino ocurrencias. Ya no hay un jefe de Estado sentado en la silla del águila sino un personaje demasiado pequeño para ocuparla. Y ríos de tinta han corrido para explicar qué estaba pensando, quién lo asesoró, por qué decidió tomar los riesgos que están acabando con su Presidencia. La arrogancia, quizás. El aislamiento, probablemente. La desesperación, sin duda. Pero los resultados están a la vista, en los titulares atónitos de la prensa internacional, en el desdén que el equipo de Hillary Clinton siente hacia el gobierno mexicano, en la perplejidad compartida en los círculos diplomáticos a nivel mundial.
El Presidente que invita al "bully" a la casa y se coloca voluntariamente como su bolero. El jefe de Estado que en lugar de defender a México termina mancillando aún más su reputación. Porque no logró un solo beneficio para sí mismo o para el país que gobierna. Si quería usar a Donald Trump para proyectarse como un estadista capaz de dialogar, fracasó. Si buscaba cambiar la narrativa y la conversación sobre su gobierno, fracasó. Si intentaba limpiar su imagen, fracasó. Si pensó que podía ponerle un alto a la xenofobia de Trump y convencerlo sobre la inviabilidad del muro, fracasó. En lugar de usar, fue usado. En vez de crecer, se encogió. Con el daño colateral a la relación bilateral, a la credibilidad de la Cancillería, a la dignidad de los mexicanos y su posición en el mundo.
Por ello se gesta un movimiento ciudadano de rechazo, de indignación. Por ello empieza la exigencia de renuncia, basada en el artículo 84 de la Constitución, que indica lo que podría pasar. Que Peña Nieto dejara la Presidencia dado que no sabe qué hacer con ella. Que el Congreso tuviera 60 días para nombrar a un Presidente sustituto, votado por dos terceras partes de ambas cámaras. Que -en toda probabilidad- Miguel Ángel Osorio Chong ocupara la Presidencia, y ya no podría contender por ella en 2018. Y habrá quienes argumenten que algo tan drástico pondría en jaque la estabilidad del país. Habrá quienes insistan que algo tan dramático conduciría al caos y eso debería ser evitado a toda costa. Pero ¿qué sería peor? ¿La salida de Peña Nieto o su permanencia? ¿La incertidumbre por venir o la certidumbre reiterada de lo que ya estamos padeciendo? Un Presidente incapaz de gobernar sin tener que pedir perdón cada semana.
En distintas latitudes, presidentes han caído por fallas mucho menos impactantes, por errores mucho menos graves. Aquí seguimos tolerando la excepcionalidad. La corrupción excepcional. La incompetencia excepcional. La estupidez engolada. Tiempo entonces de recordar las palabras de Woodrow Wilson: "En asuntos públicos, la estupidez es más peligrosa que la bellaquería".
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Nicolás y Juanga/Sergio Sarmiento
Reforma
"¿No creen ustedes en el derecho a escribir, ironizar y disentir?".Ángeles Mastretta
Todo comenzó con un artículo publicado en Milenio el martes 30 de agosto que pretendía ser iconoclasta e irónico: "No me gusta 'Juanga' (lo que le viene guango)". Nicolás Alvarado apuntaba que las pocas canciones que conocía de Juan Gabriel le habían "bastado para identificarlo como uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo".
El rechazo personal, señalaba Alvarado, "no me lleva a la ceguera cultural ni a la insensibilidad psicológica". Así, que el todavía director de TV UNAM narró cómo montó "un programa en caliente".
Alvarado citaba diversas opiniones sobre Juan Gabriel y aportaba la suya, que reconocía como "clasista": "Creo que a estas alturas no necesito acreditar el respeto que me inspiran ciertos productos de la televisión comercial ni mi afinidad por la cultura gay. Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo evitar reaccionar como reacciono". Para enfatizar el tono irónico, Alvarado concluía: "(Ahora discúlpenme mientras pongo una canción. Se llama J'suis snob y la canta Boris Vian)".
La mayor parte de las descalificaciones en redes sociales fueron de personas que no habían leído el artículo ni entendido, por supuesto, su tono irónico. La afirmación de que Alvarado cuestionó las canciones de Juan Gabriel por jotas y nacas se entiende de forma diferente cuando se lee el artículo completo. De hecho, Alvarado es quien se presenta a sí mismo como "clasista" y señala que esto representa una "pérdida" para él. Pero nunca una partida de linchamiento se preocupó por las sutilezas de un argumento.
Al final Alvarado se vio obligado a presentar su renuncia a la dirección de TV UNAM. No sé si el rector Enrique Graue se la pidió o si él optó por hacerse a un lado ante la intensidad de la tormenta. Mucho más grave es que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) haya emitido "medidas cautelares" (o de censura) para que Alvarado evitara "manifestaciones contrarias a la dignidad de las personas", ofreciera "una disculpa por el agravio", asumiera un compromiso para que "sus notas periodísticas se desarrollen en el marco del respeto a los derechos humanos" y se abstuviera "de utilizar un lenguaje que pueda ser considerado discriminatorio en sus notas o escritos periodísticos". Una vez que Alvarado renunció a TV UNAM, el Conapred retiró sus medidas, a pesar de que el artículo fue difundido en Milenio y no en TV UNAM.
La escritora Ángeles Mastretta ofreció una reflexión en Twitter: "¿Celebran la renuncia de Nicolás Alvarado? ¿No creen ustedes en el derecho a escribir, ironizar y disentir? En la libertad de expresión". La tolerancia de Mastretta contrasta con la intolerancia de los linchadores, de la UNAM e incluso de un Conapred que debería combatir la intolerancia en lugar de promover la censura.
Yo me uno a la mujer de los ojos grandes. Puedo estar en desacuerdo con los gustos o el estilo de Alvarado, pero no con su libertad de expresar una opinión. Alvarado, por otra parte, está aprendiendo algo que muchos de nuestros intelectuales se niegan a entender: el sueldo burocrático no es compatible con la libertad de expresión.
· PREMIAR POR AGREDIR
El regalo de una planta de generación de electricidad al SME subraya que en México es rentable protestar agrediendo a los ciudadanos. Habrá que ver ahora cuál es el premio de la CNTE.
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¿A quién hackearon?/Manuel J. Jáuregui
Reforma
Fuerte, muy fuerte, la noticia divulgada por el New York Times en el sentido de que el Gobierno de México pagó 15 millones de dólares a la firma israelí NSO Group por tres proyectos (de hackeo o espionaje) indeterminados.
NSO es la firma que desarrolló el "worm" o virus conocido como Pegasus, el cual se apodera totalmente del iPhone o Android de la persona señalada y lo convierte en un instrumento de espionaje controlado remotamente por los hackeadores.
Es tan grave el peligro de esta "lombriz" que la compañía APPLE tuvo que desarrollar una mejora de seguridad a su sistema operativo (la 9.3.5) específicamente para proteger los iPhones de esta infestación.
La cual se activa de una manera perversamente inocente: al blanco le llega un texto por SMS aparentemente inocuo, basta sólo con abrirlo y el iPhone está ya infectado de un virus indetectable que se apodera por completo del aparato entregándole toda la información contenida en él al hackeador, en este caso NSO/Gobierno de México.
El control del aparato es tal que remotamente los intrusos pueden activar el micrófono y escuchar todas las conversaciones en las que esté presente, tanto las marcadas como las efectuadas estando el smartphone cercano al blanco del espionaje.
Por lo que se sabe, el Gobierno mexicano pagó esa cantidad (15 millones de dólares) por tres operaciones de hackeo, pero como usualmente la NSO cobra 650 mil USD por cada intrusión en iPhones, es probable que el Gobierno mexicano haya contratado no tres, sino al menos 20 operaciones de espionaje tan sólo a esta firma.
Es ampliamente sabido que el Gobierno de Peña Nieto ha estado obsesionado, desde que estalló el caso, con investigar "quién chismeó" sobre la "Casa Blanca" a los medios extranjeros.
Habrán observado ustedes, amigos lectores, que la mayoría de los escándalos en los que se ha visto envuelto el Presidente, y algunos de sus colaboradores como Luis Videgaray, han sido "tronados" en el extranjero, salvo el tema de la "Casa Blanca", bomba exclusiva detonada por la colega Carmen Aristegui.
La afamada y valiente periodista afirma en su medio electrónico que uno de los intentos de espionaje telefónico fue en contra del periodista Rafael Cabrera, uno de los investigadores responsables del reportaje que puso en descubierto el trato entre Juan Armando Hinojosa, dueño y operador de Grupo Higa, con la pareja presidencial.
¿Pero y las demás invasiones: ésas contra quiénes fueron?
¿Acaso se obtuvo una orden judicial para darle un paraguas legal a lo que es la invasión de la privacidad de una cantidad indeterminada (que pudiera llegar a ser cuando menos de 20) ciudadanos mexicanos que fueron hackeados con la "lombriz" Pegasus?
En este caso, y con este Gobierno, "piensa mal y acertarás".
Estamos convencidos, en lo personal, del enorme interés del Gobierno por saber "quién chismeó" que con la operación de hackeo comprada en QUINCE MILLONES de dólares por el Gobierno mexicano se violaron los derechos a la privacidad no sólo de periodistas, sino de EMPRESARIOS y políticos de Oposición.
Obviamente, no siendo órgano de investigación oficial no podemos probarlo (ni es nuestra responsabilidad hacerlo), pero juntando pedazos de un rompecabezas que se ha venido armando (y al que se le acaba de agregar una piezota) eso sospechamos.
Como también sospechamos de que si a través de las leyes de transparencia se solicita información sobre por qué se otorgó el contrato -SIN LICITACIÓN conocida- a una empresa extranjera y quiénes eran (o son) el blanco de esta operación de espionaje, jamás obtendremos respuesta cabal.
Documentado está por diferentes ONGs, sobre todo las encargadas de proteger los derechos humanos en México, que a este Gobierno le importan un bledo tales derechos... para ellos, el derecho a la privacidad es quizá el que menos les importa.
Existen sospechas además de que el derecho a la vida les tiene sin cuidado, éste les ha de parecer más allá de risible y susceptible a ser olímpicamente ignorado.
Como quiera, lo divulgado por el New York Times, que viene además justo detrás del enorme GAZAPO de recibir a Trump y ser usado por él como utilería en su obra de teatro, representa para nuestro Gobierno, y en especial para el Presidente Peña, un bochorno más que se suma a otros para configurar a uno de los Presidentes mexicanos que más profunda y aceleradamente han perdido credibilidad e imagen.
Lo decimos con tristeza: México se merece algo mejor, mucho mejor.
Le falla la diplomacia a Rosario Green
Confidencial ./ El Financiero,
Quien resultó tener poca memoria y menor agradecimiento fue la excanciller Rosario Green, quien criticó recientemente al también excanciller José Antonio Meade por haber supuestamente desplazado a los diplomáticos de carrera por funcionarios hacendarios durante su gestión al frente de la SRE. Curioso que no se lo haya dicho en julio de 2013, cuando el propio Meade la ungió como Embajadora Emérita, máximo rango en el Servicio Exterior. Poca destreza diplomática la de Doña Rosario.
Mala memoria de Mario Delgado
Gran rechazo entre legisladores generaron los argumentos del senador Mario Delgado para impulsar la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, pues a manera de rencilla personal arremetió directamente contra los funcionarios del Infonavit, de David Penchyna, a quienes acusó de recibir exagerados sueldos y prestaciones. Nos dicen que hubo incluso quien recordó al morenista que su salario de 117 mil pesos es superior a muchos de los que se manejan en el Fondo de Vivienda y que, por supuesto, éste nunca ha clamado por una reducción en sus ingresos.
Agenda cargada de Mancera
Luego de la gira por Tabasco, donde hasta Nicolás Mollinedo, exjefe de logística de Andrés Manuel López Obrador se le pegó y le declaró fidelidad, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció que tiene en su agenda visitas a Sonora, Campeche, Chihuahua y Michoacán para sumar esfuerzos por un aumento digno al salario mínimo, impulsar el Médico en tu Casa o simplemente hermanamientos entre la capital y municipios o estados. ¿Será solo eso?
Alistan ley antiTrump
Ante el endurecimiento de las posturas de Donald Trump tras su visita a México, el senador perredista Armando Ríos Piter ya prepara una iniciativa de ley para prevenir todo tipo de abusos, en caso de que el republicano gane la presidencia. Nos adelantan que se propone modificar el artículo 3 de la Ley de Tratados Internacionales para que, en la aprobación de los acuerdos, se contribuya a mejorar la calidad de vida de los mexicanos.
Una voz en contra dentro de la Iglesia
El obispo Raúl Vera, de la Diócesis de Saltillo, tiene una nueva declaración que demuestra la división dentro de la Iglesia católica. Durante una conferencia en el ITESO, en Guadalajara, expreso que la marcha nacional contra matrimonios igualitarios sólo aumenta la homofobia.
Partidos amnésicos en el INE
Sin que nadie se lo explique, el instituto está a punto de vivir un round más con los partidos, esta vez por la inminente aprobación del Reglamento de Elecciones que regirá los comicios venideros. ¿Habrán olvidado que el documento que aprobará el Consejo General, el próximo 7 de septiembre, reúne todos los acuerdos que ya están vigentes? ¿Les molesta acaso que el documento proponga hacer obligatorios los conteos rápidos en elecciones de gobernador?
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KIOSKO | Corresponsales de El Universal
César Duarte pide perdón a chihuahuenses
A un mes de que termine el sexenio, César Duarte Jáquez, gobernador de Chihuahua, entregó su último Informe de Gobierno en un evento sumamente austero, a diferencia de los cinco años anteriores.
En el marco de esa sencillez, el mandatario priísta lanzó una campaña para pedir perdón. En el breve mensaje que publicó en diversos medios, don César reconoce que cometió errores y ofrece disculpas si alguien se sintió ofendido. Eso sí, aprovechó para afirmar que dichas faltas fueron magnificadas por sus adversarios, en clara alusión al panista Javier Corral Jurado, quien será el siguiente gobernador del estado y es sin duda su principal detractor. La campaña, nos cuentan, ha sido muy criticada en redes sociales, en donde señalan que un funcionario cuando se equivoca debe ser sancionado, y no dejar todo en una simple disculpa. No cabe duda que la estrategia implementada por el priísta, nos comentan, de poco le ha servido entre la ciudadanía para limpiar su imagen.
Se brincan a alcaldesa sinaloense
Nos cuentan que los celos políticos de la priísta Liliana Cárdenas Valenzuela, alcaldesa de Salvador Alvarado, Sinaloa, estallaron cuando su sucesor el también priísta Carlos Mario Ortiz pidió al Instituto Municipal de Planeación Urbana (Implan) el diseño de tres anteproyectos de obras de vialidad para la ciudad de Guamúchil. Doña Liliana, nos platican, despotricó contra el edil electo al intentar ocupar un espacio político que “aún no le corresponde”. Su enojo la llevó a hacer un reclamo público en la sesión de cabildo a los miembros del Implan, a quienes les recordó que su trienio todavía no concluye y sus esfuerzos deben enfocarse en la administración actual. Al parecer la priísta ya comienza a sentirse relegada.
Piden indagar moches entre políticos de Yucatán
La agrupación civil Acciones Líderes, que es vinculada con el PAN en Yucatán aunque éste se deslinde, pidió a diputados federales del PRI y del blanquiazul en la entidad una revisión para confirmar o descartar los moches que presuntamente se promueven entre políticos para privilegiar a empresarios del ramo de la construcción, nos comentan. Incluso, a esa demanda se sumó el ex gobernador panista Patricio Patrón, quien declaró que la transparencia es lo primero y aseguró que en su administración: “No me robé un solo peso. No tengo cola que me pisen”. Sin embargo, Arturo Cetina, líder de la organización, le recordó que su hermana Cecilia Patrón compró dos camionetas de medio millón de pesos, siendo la responsable del combate a la pobreza en Desarrollo Social de Mérida. ¿Será que por estos conflictos el presidente estatal del PAN, Raúl Paz Alonso, pide unidad de cara al 2018?
Ignoran a edil tabasqueño
A través de su cuenta de Twitter, el presidente del Instituto de Administración Pública de Tabasco, Ángel Solís Carballo, dejó entrever que no la lleva bien con el edil de Centro, el perredista Gerardo Gaudiano, nos comentan, ya que en un tuit escribió: “Acuerdo de amistad entre la CDMX y la ciudad de Villahermosa presidido por el Lic. @nunezarturo (gobernador) y @ManceraMiguelMX (jefe de gobierno)”, en el cual colocó fotos del evento entre ambos gobiernos perredistas, pero nunca mencionó la presencia del alcalde, quien firmó el documento. ¿Error de dedo o antipatía? Por cierto, nos dicen, don Ángel paga publicidad en Facebook para anunciar su cuenta.
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El año V de Peña y el Estado de México/Jorge Fernández Menendez,
Excelsior
Hubo una época no tan lejana donde se aseguraba que el quinto era el año de mayor poder de un presidente, cuando se tenía el mayor control del país y de los grupos políticos determinado por la elección de su sucesor. Inmediatamente después del Quinto Informe, luego de un año de jugar con señales, de engañar con la verdad, de sopesar a los aspirantes, muy rápidamente surgía el sucesor, el hombre que en el sexto y último año se iría haciendo gradualmente del poder. El ciclo sexenal se reiniciaba y en él se sustentaba el sistema político que mantuvo durante casi 50 años la estabilidad del país.
Hoy eso es parte del pasado, pese a que muchos siguen pensando en quién será el tapado de Peña Nieto, como si hubiera posibilidad alguna de heredar el poder. En realidad, el presidente Peña en este quinto año de gobierno tendrá que bregar muy duro para remontar una situación que atenaza a su gobierno en lo político, lo económico y lo social, todo sazonado con una fuerte pérdida de popularidad.
La labor presidencial en este quinto año de gobierno se deberá basar en cálculos eminentemente electorales. Se tendrá que atender el frente político, interno y externo (tan agitados ambos por el inexplicable caso Trump); se deberá decidir cómo resolver la crisis que plantea la Coordinadora, en términos educativos, pero también de percepción; la distancia con la Iglesia y con los empresarios; se tiene que replantear la estrategia de seguridad porque la violencia sigue creciendo y amenaza con regresar a los niveles de 2011 y 2012. La economía no despegará durante el quinto año de Peña, porque no lo harán los mercados internacionales y el recorte presupuestal le pegará al gasto y al crecimiento, en un año donde el precio del petróleo se estima que estará en apenas 42 dólares por barril. En todo caso, el objetivo será impedir que la inflación arrastre el crecimiento y los ingresos de la gente. Y eso requerirá austeridad.
Pero todo se deberá adecuar a las exigencias electorales. Para el gobierno federal el resultado de junio del año próximo en el Estado de México es decisivo, no sólo para ganar las elecciones de 2018, sino para que el PRI sea simplemente competitivo en los comicios presidenciales. Y para ganar en la tierra de Peña Nieto se necesitará realizar un esfuerzo político muy grande. Hoy las encuestas por partido ponen al PRI empatado con el PAN, pero si se produce una alianza PAN-PRD, la distancia de la oposición se amplía notablemente. Entre candidatos, si el PAN logra que Josefina Vázquez Mota sea la aspirante por ese partido y mucho más por una alianza opositora, la distancia podría ser, de arranque, superior a los diez puntos contra cualquiera de los aspirantes priistas. El problema es que en el PRI hay muchos aspirantes, pero muy pocos candidatos con posibilidades. Evidentemente, la de quien encabece la boleta del PRI en el Estado de México será una decisión presidencial, quizás con alguna injerencia de Eruviel Ávila, pero hoy no queda nada claro quién puede ser el indicado. Ahí están los nombres de Alfredo del Mazo y de Ana Lilia Herrera, como los aparentemente mejor posicionados y muchos otros, Alfonso Navarrete Prida, Carolina Monroy, Ernesto Nemer, que son parte de una larga lista, pero en la que encontrar a alguien que sí pueda remontar la campaña no es fácil.
Hace seis años, el propio Peña Nieto tuvo la sagacidad de decidir no por el más cercano, tampoco por alguien que fuera parte de su equipo, sino por quien pudiera ganar y además desarticular así el intento de una alianza PAN-PRD en torno a un priista. Eruviel Ávila no era el candidato de Peña y venía de Ecatepec, lejos del centro político del estado, por más que sea el municipio más poblado del país. Pero Eruviel fue el candidato porque era el mejor posicionado y porque de otra forma el cinturón suburbano de la Ciudad de México se hubiera ido con la oposición y el PRI hubiera perdido el estado.
Si esa decisión fue clave para que Peña un año después ganara la elección presidencial, la de este 2017 lo es para que el Presidente intente dejar un sucesor de su partido en Los Pinos.
Mucho se ha dicho sobre la magnitud de la apuesta que se plantea el propio Presidente para las elecciones del Estado de México. Pero nadie debería equivocarse, más allá de la operación electoral, siempre de enormes magnitudes en el Estado de México, lo que podrá hacer la diferencia, además de elegir un buen candidato o candidata, será la labor de gobierno en el estado y en la Federación. Y en el Estado de México el personaje Peña Nieto es clave. Mucho de lo que fue y mostró como gobernador, sobre todo en cercanía con la gente, se ha ido perdiendo en el encierro de Los Pinos. Si quiere competir y ganar, en el 17 y en el 18, tendrá que recuperarse a sí mismo. Demostrar que la cercanía de aquellos años no se ha convertido en la distancia que desde el poder congela la empatía. Ésa deberá ser la labor del quinto año de Peña: volver a ser él mismo.
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Un revés caro e innecesario/ Pablo Hiriart
Uso De Razón
El Financiero,
Se equivoca el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al subestimar la importancia de la popularidad para gobernar (programa Si me dicen, no vengo). En democracia el respaldo social es fundamental para un presidente.
Churchill, que no era un populista, pudo llevar a su país a realizar los más grandes sacrificios que pueda vivir una nación, porque tenía respaldo social.
Aquí el gobierno realizó reformas de enorme calado sólo con el apoyo de las élites partidistas, y ahora está a merced de los intereses afectados por las reformas.
Sólo en las dictaduras no importa la popularidad, porque las decisiones se imponen por la fuerza o por el terror.
Pero en una democracia, con opinión pública participativa y redes sociales, es necesario convencer, sumar voluntades y compartir un proyecto con la mayoría de la población.
Los resultados de la visita de Donald Trump a México fueron catastróficos, y que nos digan que no importa el costo en popularidad es equivocado.
Unas horas después de su estancia en Los Pinos, donde usó un tono comedido y respetuoso, Trump volvió a ser el fanático antimexicano de siempre y amenazó con deportar a dos millones de paisanos en unos cuántos días.
Su visita lastimó al país.
No es suficiente el argumento de que, si gana, los mercados podrían reaccionar fuerte en México y afrontar una devaluación aún mayor.
Lo hubieran invitado cuando ganara, pero es incomprensible que –aunque sea involuntariamente– le ayuden a ganar.
El gobierno se equivocó. La visita de Trump lastimó a la población e hizo caer la aceptación del presidente.
¿No es necesaria la popularidad? Es indispensable, sobre todo para afrontar momentos difíciles como el que vivimos y como los que pueden venir si gana Trump.
Un país unido siempre será más fuerte que un país dividido. Es de primaria.
Y nos dice la historia: cuando nos dividimos hemos perdido la mitad del territorio nacional a manos de Estados Unidos.
Ahora hasta el gabinete parece dividido por el efecto Trump.
¿Tan indispensable era que viniera?
¿Fueron sólo consideraciones económicas las que prevalecieron para invitarlo?
¿O se quiso jugar contra Hillary por motivos políticos, relacionados con la sucesión presidencial en México?
Los opositores de adentro son adversarios: el enemigo está afuera y se llama Donald Trump.
Hay que darle la vuelta a esa página con la admisión de que fue un error de parte del gobierno, y que es necesario corregir.
El presidente de México requiere respaldo social para acabar bien el sexenio, porque en este trance vamos todos y no sólo su partido.
Ante los argumentos económicos en favor de recibir a este candidato republicano, yo me quedo con una imagen humana, para rechazarlo: la del joven albañil en el último piso de la torre Trump en construcción, allá en Vancouver, con una bandera mexicana entre las manos.
Eso es hacer patria, carajo.
Twitter: @PabloHiriart
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La apuesta por Trump (I)/ Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero,
La invitación a Donald Trump para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto fue producto de una reflexión profunda y no sólo una acción pragmática que partió al gabinete. Peña Nieto no sólo compró el alegato económico que le presentó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien argumentó que si no se acercaban al candidato republicano y buscaban que matizara su discurso de repudio al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, México podía sufrir un colapso si resultaba electo del 8 de noviembre. También le dio la razón sobre cómo debían acercarse a Trump. Desde las elecciones primarias, la discusión en el gabinete fue de acercarse a los diferentes equipos, pero cuando se privilegió el encuentro con Trump, la iniciativa de Videgaray provocó un choque con la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, y la oposición silenciosa del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Con los demócratas no veían problemas. La relación se simplificó porque Hillary Clinton nunca estuvo en peligro de perder la candidatura presidencial, y había fuertes vasos comunicantes con su equipo. Uno era la subsecretaria de Desarrollo Social, Vanesa Rubio, quien cuando estudió su maestría en la Escuela de Economía en Londres hizo amistad con Julissa Reynoso, de origen dominicano, que estudiaba en Cambridge. Reynoso fue embajadora de Estados Unidos en Uruguay años más tarde, cuando Rubio era subsecretaria de Relaciones Exteriores para América Latina. Muy cercana a Clinton, Reynoso es su asesora en política exterior.
Por el otro lado también se construyó una estrecha relación con Mark Feirestein, responsable de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, cuyo enlace es Paulo Carreño, subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte. La vinculación de la Casa Blanca con la cancillería, desde que José Antonio Meade la encabezaba, estableció puentes con el entonces consejero del presidente Barack Obama, John Podesta, quien dejó la Casa Blanca para convertirse en el jefe de campaña de Clinton. Cuando se definieron formalmente las candidaturas, la discusión con el presidente Peña Nieto fue quiénes establecerían institucionalmente la relación con Clinton y Trump.
Dentro de las conversaciones surgieron varios nombres. Para el caso de los demócratas, se propuso al exembajador en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, muy cercano al gobierno de Obama, pero entre quienes participaron en la campaña de Peña Nieto, recordaron que en 2012 él propagaba en Washington que si regresaba el PRI a Los Pinos habría un pacto con cárteles de la droga, una acusación que siempre ha negado el diplomático. Peña Nieto volvió a mencionar a Miguel Basáñez, a quien destituyó como embajador por incompetente. Luego se mencionó a Meade por su relación con la Fundación Clinton, quien a su vez propuso a un cercano amigo del expresidente Bill Clinton, el empresario regiomontano Carlos Bremer. La discusión sobre el enlace institucional con Trump fue menos amigable.
En la mesa de las decisiones se propuso a Ruiz Massieu, por los contactos de su tío, el expresidente Carlos Salinas, con la élite republicana. La canciller, además, había venido fortaleciendo la relación con Paul Ryan, líder de la Cámara de Diputados, quien es el republicano de mayor rango en un cargo de elección popular, y que está enfrentado con Trump. Videgaray se opuso. Según dijeron funcionarios, el secretario de Hacienda dijo que no había que acercarse por la vía de Ryan o de los influyentes republicanos texanos, la familia Bush y James Baker, que fue jefe de gabinete del presidente Ronald Reagan, y secretario de Estado y del Tesoro en dos administraciones republicanas, muy cercano a Salinas y al propio mentor de Videgaray, Pedro Aspe. Ellos no tenían ascendencia con Trump, alegó.
Videgaray dijo que había que aproximarse a Trump a través de republicanos cercanos a él, y pese a las objeciones dentro del gabinete de que ese sector del partido no era el que realmente tenía control en el país y que muchos de ellos estaban enfrentados con los líderes nacionales, Peña Nieto le dio la razón. Los republicanos de Trump son volátiles, contradictorios y se encuentran en la parte más extrema del partido que los hace antagonizar con los sectores más moderados del partido. Pero además, no tomaba en cuenta la postura de otros que apoyaban públicamente a Trump, como el gobernador de Texas, Greg Abbot, quien le había hecho notar a Ruiz Massieu que una cosa era lo que decía Trump en la campaña, y otra la que en realidad sucedería con el comercio bilateral y la inmigración en caso de que llegara a la Casa Blanca.
Peña Nieto, pese a las recomendaciones de Ruiz Massieu y de manera indirecta las de Guajardo, se inclinó por los argumentos de Videgaray. En buena parte por esa decisión a favor del secretario de Hacienda, se explica por qué tomó el control y la iniciativa para que tras la indicación presidencial en julio de establecer formalmente los lazos con las campañas de Trump y Clinton, Videgaray asumió la encomienda y con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, buscaron el vínculo con el republicano, que finalmente se logró a través de un empresario mexicano con su yerno, Jed Kushner. A Videgaray le importaba Trump, no Clinton, y llevó a Peña Nieto a apostar por él, con un costo aún no medible con los propios republicanos enemigos de Trump, y con los demócratas.
Twitter: @rivapa
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Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
Excelsior
Reset, señor Presidente, reset
Resetear es la manera más drástica para hacer que los sistemas operativos respondan y funcionen de nuevo.
Las críticas al Presidente han sido duras, tupidas y unánimes. El error del encuentro con Trump es una raya más a un tigre muy rayado. Peña no sólo es un mandatario muy impopular sino que ahora carga con la fama de tonto: se ha convertido en el hazmerreír en las redes sociales. Ya nadie lo respeta. Es un Presidente muy débil al que todavía le faltan 27 meses en el poder. Es mucho tiempo. ¿Qué puede hacer para tratar de recuperarse y terminar lo mejor posible su sexenio? Apretar el botón de reset.
Cuando una computadora o teléfono se traba y deja de responder a las órdenes del usuario, la solución es resetearlo, verbo inexistente en español pero que significa reiniciar el equipo apagándolo y volviéndolo a encender. Se trata, como todos sabemos, de la manera más drástica para hacer que los sistemas operativos respondan y funcionen de nuevo.
Algo similar le ha pasado al gobierno de Peña: está atascado, no responde y comete errores garrafales como el encuentro con Trump en Los Pinos. Si el Presidente no resetea su gobierno, corre el riesgo de que el sistema gubernamental deje de funcionar por más de dos años, lo cual generaría un enorme peligro en un país con una economía cada vez más frágil, con la violencia al alza y con grupos de interés que ya olieron la debilidad del gobierno y pretenden beneficiarse de ella.
¿Qué significa apretar el botón de reset?
Asumir, primero, que el statu quo ya no funciona, que hay que hacer las cosas de manera diferente con un equipo de trabajo diferente.
¿Qué cosas?
A estas alturas del sexenio, me parece que habría cuatro prioridades. Primero, blindar la economía para que no haya una crisis de final de sexenio, lo cual implica realizar un recorte draconiano al gasto público. Segundo, asegurarse que las reformas estructurales se implementen lo mejor posible ya que éstas van a ser el legado más importante de esta administración. Tercero, mantener el orden dentro y fuera del buque gubernamental para evitar que se hunda en medio de la creciente tormenta. Y, cuarto, nombrar al candidato presidencial del PRI.
No son poca cosa. Para tener éxito, hay que utilizar el poder más importante que todavía tiene el Presidente: nombrar a los encargados de los distintos despachos de la administración pública federal.
El Presidente tiene que nombrar un nuevo secretario de Hacienda. Hace unos días decía que, por los malos resultados en la economía nacional y, sobre todo, por el deficiente manejo de las finanzas públicas que ha llevado a una nueva crisis de la deuda, Peña debía remover a Videgaray. El titular de Hacienda ya no tiene la credibilidad en los mercados. Menos, ahora, si se comprueba que el resbalón del Presidente con Trump fue su idea. ¿Podrá Videgaray negociar con el Congreso el próximo paquete presupuestario con múltiples recortes? La oposición, por lo pronto, ya está preparándose para hacerlo pomada cuando comparezca en San Lázaro. Los mercados observarán cómo los legisladores apalean al encargado de las finanzas públicas. En Hacienda, el Presidente tiene que nombrar a un viejo lobo de mar con credibilidad en los mercados, que ya no tenga nada que perder en la política mexicana, que sepa negociar con el Congreso y los grupos de interés y que sea implacable en la dificilísima tarea de apretarse el cinturón.
En cuanto a las reformas estructurales, el Presidente tiene que remover a los funcionarios que no han demostrado tener los tamaños para implementarlas. Pero, más importante aún, en todos los despachos que tienen que ver con esta tarea —Educación, Energía, Pemex, Telecomunicaciones, Hacienda— los secretarios no pueden estar buscando la candidatura presidencial porque eso los distrae de lo prioritario: la implementación de las reformas.
En cuanto al orden, eso pasa por las áreas de seguridad y particularmente por la Secretaría de Gobernación. Ahí tenemos un secretario muy desgastado que también anda concentrado en la candidatura presidencial del PRI. Osorio también debe ser sustituido por otro viejo lobo de mar que no le tiemble la mano a la hora de ordenar este país que últimamente anda muy desordenado.
Ya con eso, Peña podría concentrarse en sacar a su candidato. Pero todo esto implica que el Presidente deje a un lado a su pequeño y compacto equipo que tan buenos resultados le dio los dos primeros años del sexenio pero que, hoy por hoy, se han convertido en una carga para su gobierno. Suena muy duro pero, ante el atorón actual, lo que queda es resetear el sistema. Porque de lo contrario…
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LAS PRIMERAS FOTOS DE DON NETO EN DÉCADAS | Carlos Loret de Mola
El Universal
Las autoridades federales no lo consideran peligroso. La Comisión Nacional de Seguridad, el Centro de Investigación en Seguridad Nacional y la Procuraduría General de la República piensan que Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como Don Neto, está neutralizado como narcotraficante: diagnostican que no opera, no participa, no tiene grupo ni cártel, ni siquiera contacto con otros capos.
Sin embargo, está bajo estrecha vigilancia en la casa a donde un juez le permitió mudarse para completar ahí los años que le restan de sentencia: hay cámaras de circuito cerrado que lo observan las 24 horas del día, tiene un brazalete electrónico que monitorea sus movimientos y oficiales están apostados afuera de su vivienda para reportar cualquier anomalía. Las autoridades temen que pueda caer en la tentación de volver al narco o entrar en comunicación con alguno de los líderes vigentes del crimen organizado.
Hoy le revelo las primeras imágenes de Don Neto que se dan a conocer en las últimas décadas. Las anteriores que se tenían a disposición del público tendrían entre 20 y 30 años, según estimaciones extraoficiales, pero no le puedo ofrecer una fecha exacta sobre cuándo fueron captadas y difundidas. Las que le presento hoy fueron tomadas hace apenas unas semanas.
Se trata de una secuencia cronológica de cuatro imágenes que pueden ser consultadas en www.carlosloret.com. Tres son de su traslado del penal de Puente Grande, Jalisco, donde estaba recluido, a su casa en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, donde está en prisión domiciliaria. Y una en los jardines de esa vivienda.
La primera —un poco movida, borrosa— es un close up donde se ven tres cuartos de la cara del narcotraficante, uno de los considerados “históricos” de esta actividad delincuencial en México. Lleva lentes de marco grueso y pelo muy corto.
La segunda lo muestra de cuerpo completo en la aduana de Puente Grande cuando salía rumbo a la prisión domiciliaria, de pants gris oscuro y tenis blancos. Estaba a punto de abordar la camioneta que lo llevó al aeropuerto de Guadalajara.
La tercera, mientras dos agentes federales le ayudan a bajar del avión que lo llevó de Guadalajara a Toluca la noche del pasado 27 de julio.
En las segunda y tercera, los rostros de los funcionarios públicos han sido cubiertos digitalmente.
En la cuarta fotografía se le ve a lo lejos, a través de una reja de barrotes decorados con herrería, de espaldas, caminando con la cabeza baja y las manos atrás, en el jardín de su vivienda donde cumple el resto de su condena.
Ernesto Fonseca Carrillo tiene 85 años de edad y vive en el Fraccionamiento Valle Escondido, de Atizapán. Don Neto fue detenido en Puerto Vallarta, Jalisco, en abril de 1985, y luego sentenciado a 40 años de prisión por el asesinato del agente de la agencia antidrogas de EU (DEA), Enrique Camarena.
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Columna ITINERARIO POLÍTICO/ Ricardo Alemán
Milenio
Mancera y todo el PRD, contra López Obrador
La historia resulta increíble. Hace pocos más de tres años —en julio de 2013—, presumían al mundo su amorío político a toda prueba. Hoy —gracias a la ambición de poder— están enfrentados a muerte.
Y para nadie es secreto “la pelea mortal por necesidad” entre el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, y Andrés Manuel López Obrador; aventajados presidenciables para 2018, de las izquierdas del PRD y Morena, respectivamente.
Y si existía duda sobre el tamaño y el talante de la pelea entre amarillos y morenos, Mancera lanzó un severo ultimátum al PAN —de que no espere alianza en 2018—, pero sobre todo a López Obrador a quién advirtió que el PRD no buscará y tampoco aceptará una alianza electoral con la Morena de AMLO.
Y está clara la contundencia del mensaje. ¿Por qué?
1. Porque confirma la hipótesis de que para conseguir una candidatura presidencial, todo aspirante requiere el control del partido que apoyará dicha candidatura. Y a través de Alejandra Barrales, el señor Mancera tiene el control del PRD.
2. Porque al excluir al PAN y a Morena de una potencial alianza para 2018, Miguel Mancera abre la puerta al PT, al Movimiento Ciudadano, a la CNTE y a otros grupos afines a una izquierda propositiva, más que destructiva.
Pero además del deslinde de Mancera respecto del PAN, de Morena y de AMLO, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, fue aún más claro y pidió al PRD iniciar un proceso de expulsión de militantes amarillos que desde hoy trabajan a favor “del caudillo”. De AMLO, claro.
Algo similar propuso —en su momento— el gobernador Graco Ramírez, de Morelos, enemigo de AMLO. También por eso, las mafias afines a AMLO hacen todo por desestabilizar Morelos. Ello sin exentar que Graco es el peor gobernador que ha tenido Morelos.
Pero la historia del desencuentro Mancera-AMLO es vieja.
Primero debemos hacemos memoria para recordar que entre Mancera y AMLO no todo ha sido pleito. En realidad, como dijimos al inicio, todo empezó con un gran amorío político que arrancó el 5 de enero de 2012, día que Macera tomó posesión como jefe de Gobierno. En esa fecha AMLO lanzó el siguiente tuit. “Saludo a Miguel Mancera, hombre recto y capaz, que estará a la altura de la gente informada, progresista y fraterna de esta gran ciudad” (10:44 am / 05 de diciembre de 2012).
Luego vino el abrazo de “amigos”, en julio de 2013, cuando AMLO y Mancera vistieron el uniforme del equipo “Amigos” de beisbol. El 11 de julio de 2013, así narramos el amorío. Dijimos: “La imagen lo dice todo. Juntos, codo a codo, en el diamante de beisbol, portando la franela del equipo ‘Amigos’, se exhiben Obrador y Mancera”. El mensaje era la alianza de AMLO y el jefe de Gobierno, para los comicios de 2015.
Pero una vez que Mancera cumplió su palabra y entregó buena parte de la ciudad capital a Morena —que por poco arrebata toda la Ciudad de México al PRD—, vino la traición de AMLO, quien en febrero de 2016 calificó a Mancera como “traidor al movimiento” —con todo lo que eso signifique—, y lo consideró parte de “la mafia del poder”.
Después, el 15 de mayo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, AMLO dijo que al ex presidente Salinas “le simpatiza Miguel Mancera como candidato presidencial”. Era evidente la preocupación de AMLO por la carrera presidencial de Mancera, a quien mandó demoler mediante el bloqueo de todas las acciones de gobierno.
Y en mayo de 2016 vino el rompimiento total. AMLO lanzó un grosero tuit contra Mancera. “En la mafia en el poder hay niveles. Mancera es de los intermedios, pero encabeza la pandilla del PRD que reparte tinacos, dinero y amedrenta”.
Pero nadie se equivoque. La batalla apenas empieza.
Al tiempo.
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LOS CAMINOS DE LA PAZ Y LA JUSTICIA | Rafael Cardona
La Crónica
Una de las más graves circunstancias en la vida mexicana contemporánea es la violencia. Injusticia y atropello.
No digo de esa perturbación de las buenas conciencias a la cual se refieren los políticamente correctos cuando piden mesura a los medios en la publicación de cuerpos ensangrentados o muertos en balaceras como las ocurridas recientemente en Tamaulipas a quizá en estos mismos momentos en Guerrero, en lugar de preocuparse por la realidad reflejada en noticiarios o diarios. No a su imagen.
Me refiero a la facilidad con la cual los ánimos se encienden y los temperamentos se revientan. Es la violencia asociada con la intemperancia.
La frecuencia de los gritos entre vecinos, los automovilistas iracundos por el paso, los “franeleros” con la cuchilla para rajar llantas de contribuyentes remisos; la furia con la cual las personas se insultan unas a otras, las quejas de los amantes despechados cuya decepción se vuelve página de periódico rojo, los miles y miles de conflictos por quitarme estas pajas o por haberlas quitado fuera del momento deseable.
La violencia como argumento. Cierro el camino, apedreo, lanzo cocteles incendiarios. Desbarato la paz ajena. Ésa. Y obviamente la violencia implícita en las dos consideraciones más descriptivas de la vida contemporánea: el desamparo y el desinterés.
Violentos cuando abandonamos a los ancianos a su suerte y de peor modo. Terribles al negar comprensión a homosexuales perseguidos por jotos o por nacos, para citar a un clásico contemporáneo; turbios en la burla y egoístas en el perdón.
Y a pesar de todo veo en un semanario norteño una cifra horrenda, quizá la estadística acumulada de la violencia final, la de la muerte a veces inexplicable y a veces hasta desconocida.
En los últimos cuatro años (y mucho se podría decir de los seis anteriores y los anteriores y los de atrás) han sido cometidos en este país, de manera violenta (tiros, filos, cadenas, piedras), 78 mil 109 homicidios dolosos; o sea, asesinatos perpetrados con la única y real intención de matar.
Aquí no hay accidentes, ni atropellados por descuido, ni choques, ni tráileres de doble cabina con un peso inercial imposible de parar; no, aquí hay sevicia, intención, crimen. Y no hay castigo.
Una explicación muy simple sería atribuirle todo al carácter del pueblo. Así somos.
Un día en una mesa de cantina jugaban dominó unos caballeros. Uno quiso hacer quién sabe cuál extraña trampa con la contabilidad. El otro lo descubrió y le dijo: en Guerrero, por menos de eso, se mata a un hombre.
Pero esto no es propio de una pelea tabernaria. Esto es consecuencia también de una guerra interna. La guerra declarada (con todas sus letras) por Felipe Calderón hace ya una década y la cual —más allá de su necesidad—, por diversas razones no ha sido terminada.
Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo, trenzado en lucha contra la mafia, reflexiona de manera luminosa. Son palabras sobre las cuales deberíamos reflexionar. No se trata de culpar de todo al ADN de una sociedad violenta por herencia o condenada al estigma sin remedio. Se trata de pensar un poco. Y si se pudiera mucho, mejor.
“…La paz es demasiado importante como para que pueda ser confiada sólo a los ejércitos; la legalidad es demasiado importante como para que pueda ser confiada sólo a la estructura judicial. Y el carro siciliano, el tradicional carro rico lleno de imágenes de colores (la carreta alegórica de López Velarde), es un carro que tiene dos ruedas: una, la rueda de la legalidad; la otra la de la cultura.
“El carro siciliano había sido utilizado por los mafiosos para transportar muerte. Hoy es utilizado como metáfora de un camino de vida. Las dos ruedas tienen que girar a la misma velocidad: si una rueda gira con más velocidad que la otra el carro no camina, da vueltas alrededor de sí mismo. Si tuviésemos legalidad sin cultura, al final todos dirán: ‘Estábamos mejor cuando estábamos peor’.
“Si tuviéramos cultura sin legalidad, al final nos encontraríamos admirando un espectáculo de música y danza siciliana en honor de cualquier jefe de la mafia”.
Hoy México tiene un serio problema cultural. Se ha llegado a describir la corrupción (equivalente aquí a la mafia Siciliana en Italia) como un hecho cultural; es decir, atávico, insertado en el alma, definitorio, perdurable e inmutable. Y eso no puede ser así.
La ley, a fin de cuentas, es un producto de la cultura aplicada a la conducta social. La ley es un bien cultural, no solamente una herramienta para equilibrar y aplanar la convivencia en el terreno de la justicia.
Quizá hoy a los mexicanos nos ayudaría pensar en otra idea de estos días, ha dicho el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con la pluma lista para firmar la paz con las guerrillas de ese país tras medio siglo de sangre:
“…impartir veredictos sobre todos los casos de 52 años de guerra es imposible…”.
No esperemos diez lustros en México, comencemos con la justicia ya. Sólo así acabaremos con la violencia y la guerra.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
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La estupidez y la traición/Jesús Silva-Herzog Márquez
Reforma
La historia del poder en México está plagada de abusos y excesos, de trampas y de crímenes, de costosísimas obsesiones y de apuestas absurdas. Podemos hacer un abultado catálogo de frivolidades y de cegueras, de arbitrariedades y fatídicas negligencias. No es difícil encontrar ejemplos del atropello, del engaño, de la ineptitud, de la perversidad, incluso. Pero no creo que pueda encontrarse, en la larga historia de la política mexicana, una decisión más estúpida que la invitación que el presidente Peña Nieto hizo a Donald Trump la semana pasada. A cada cosa, su nombre. Esto fue, y no merece otro calificativo, una estupidez gigantesca. La palabra no es insulto, es identificación de los efectos de un acto. En un ensayo memorable, Carlo M. Cipolla capturó la esencia de esa torpeza. El estúpido no es un tonto, no es un ignorante, decía. Lo que caracteriza a un estúpido es su capacidad para causar daño a otros, provocándoselo simultáneamente a sí mismo. Ser estúpido es dañar a otros sin ganar con ello ningún beneficio. Por eso aseguraba el economista italiano que era mucho más nocivo un estúpido que un malvado. El malvado, a fin de cuentas, saca algún beneficio. El estúpido, en cambio, solo multiplica el daño a su paso.
En la decisión no hay asomo de estrategia. Es imposible imaginar en la invitación al candidato republicano una razonable previsión de beneficio. ¿Alguien se atrevería a decir todavía que la ocurrencia fue un gesto diplomático audaz? En todo el mundo se preguntan: ¿en qué diablos estaba pensando el presidente mexicano al prestarle al peor enemigo de su país la casa presidencial para beneficio de su campaña? Nadie ha encontrado respuesta. Lo que es fácil registrar es la cantidad de efectos perniciosos que ha provocado la visita del demagogo. El Presidente agredió al país. Excusó el racismo de Trump sugiriendo en la conferencia de prensa que su discurso había sido, en realidad, un malentendido y que confiaba en que querría una buena relación con México. Nos hemos sentido ofendidos, dijo, como si el problema fuera nuestra sensibilidad y no la agresión constante de quien tenía en frente. El Presidente ofendió particularmente a los mexicanos que viven en los Estados Unidos y que no solamente escuchan la violencia verbal de Trump, sino que encaran el odio que su campaña ha levantado en su contra. Desalentó a las organizaciones de defensa de los migrantes que vieron, desconsolados, al pendenciero bienvenido por el presidente de México. Al atrabiliario al que ningún líder internacional ha reconocido como digno de diálogo, le permitió aparecer como un hombre de empaque que negocia ya en el plano internacional. Dañó, irreversiblemente, la relación del presidente de México con la candidata puntera de los Estados Unidos. Exhibió a su gobierno como un bulto en caída libre.
No vale la excusa de la inocencia. La estupidez del gesto presidencial no fue una ingenuidad, fue una traición; no fue una muestra de candor sino deslealtad. No suelto esas palabras con ligereza. Entiendo la severidad del cargo y la facilidad con la que el epíteto se lanza. Hablar de la traición presidencial es cosa seria. Me parece, con todo, que el calificativo es justo porque el presidente mexicano terminó siendo un ridículo instrumento al servicio de nuestro más detestable enemigo. La mayor amenaza que México ha tenido en décadas, encontró en Enrique Peña Nieto, a un útil promotor. Si Donald Trump llega a ganar la Presidencia, los historiadores recordarán el 31 de agosto del 2016 como la fecha en que relanzó, desde Los Pinos, su campaña. Vale hablar de traición porque el Presidente ofreció los símbolos del Estado mexicano al narcisista que ha fundado su carrera política en el odio al vecino. Porque calló cuando tenía que hablar, porque se sometió a los caprichos del insolente. Porque su indignidad ante el patán deshonró al país al que representa. Debe hablarse de deslealtad porque Enrique Peña Nieto sometió a la Presidencia mexicana a la humillación.
La intensidad del rechazo que generó el bochornoso encuentro no obedece a otra razón: el país se siente traicionado por su Presidente. Esto ya no es simplemente inconformidad frente a una política, no es un desacuerdo con el gobernante; es desprecio e ira. El presidente mexicano, a dos años de su relevo: entre la burla y el odio.
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Estupidez peligrosa/Denise Dresser
Reforma
Lo peor de la estupidez es su insistencia, escribe John Peers en 1,001 Logical Laws. La estupidez omnipresente, constante, casi predecible del presidente Peña Nieto en los últimos tiempos. Alguien que hace dos años no podía hacer nada mal, y ahora no parece hacer nada bien. Arrinconado y acorralado en Los Pinos, rodeado de asesores que lo adulan o lo mal aconsejan, con dos largos años por delante, con poco qué decir o mostrar o defender o empujar. Convertido en el hazmerreír del mundo y de su país por no comprender las implicaciones de las decisiones que toma. Convertido en el tapete de Donald Trump y en el enemigo de Hillary Clinton al ser el artífice de la "humillación a domicilio".
Humillación reiterada a cada paso, en cada momento. Presente cuando Donald Trump anuncia en la conferencia de prensa conjunta que el muro se construirá y Peña Nieto se queda pasmado. Presente cuando el Presidente tuitea que México no pagará el muro y que en privado él insistió en ello. Presente cuando solo seis horas después de decir que es amigo de los mexicanos, Trump los acuchilla en Arizona con su propuesta migratoria. Presente en el Cuarto Informe cuando el primer mandatario menciona lo bueno de su gobierno y luego el equipo de investigación vinculado a "Animal Político" lo desmiente. Helo allí en esas cuatro instancias. Sin respuesta. Sin contundencia. Pusilánime. Perdido.
Como sentenció la revista Slate, quizás el problema es que alguien con 23 por ciento de aprobación no sabe lo que está haciendo. Todo lo indica, todo lo constata, ya no hay política pública sino improvisación. Ya no hay diplomacia sino ocurrencias. Ya no hay un jefe de Estado sentado en la silla del águila sino un personaje demasiado pequeño para ocuparla. Y ríos de tinta han corrido para explicar qué estaba pensando, quién lo asesoró, por qué decidió tomar los riesgos que están acabando con su Presidencia. La arrogancia, quizás. El aislamiento, probablemente. La desesperación, sin duda. Pero los resultados están a la vista, en los titulares atónitos de la prensa internacional, en el desdén que el equipo de Hillary Clinton siente hacia el gobierno mexicano, en la perplejidad compartida en los círculos diplomáticos a nivel mundial.
El Presidente que invita al "bully" a la casa y se coloca voluntariamente como su bolero. El jefe de Estado que en lugar de defender a México termina mancillando aún más su reputación. Porque no logró un solo beneficio para sí mismo o para el país que gobierna. Si quería usar a Donald Trump para proyectarse como un estadista capaz de dialogar, fracasó. Si buscaba cambiar la narrativa y la conversación sobre su gobierno, fracasó. Si intentaba limpiar su imagen, fracasó. Si pensó que podía ponerle un alto a la xenofobia de Trump y convencerlo sobre la inviabilidad del muro, fracasó. En lugar de usar, fue usado. En vez de crecer, se encogió. Con el daño colateral a la relación bilateral, a la credibilidad de la Cancillería, a la dignidad de los mexicanos y su posición en el mundo.
Por ello se gesta un movimiento ciudadano de rechazo, de indignación. Por ello empieza la exigencia de renuncia, basada en el artículo 84 de la Constitución, que indica lo que podría pasar. Que Peña Nieto dejara la Presidencia dado que no sabe qué hacer con ella. Que el Congreso tuviera 60 días para nombrar a un Presidente sustituto, votado por dos terceras partes de ambas cámaras. Que -en toda probabilidad- Miguel Ángel Osorio Chong ocupara la Presidencia, y ya no podría contender por ella en 2018. Y habrá quienes argumenten que algo tan drástico pondría en jaque la estabilidad del país. Habrá quienes insistan que algo tan dramático conduciría al caos y eso debería ser evitado a toda costa. Pero ¿qué sería peor? ¿La salida de Peña Nieto o su permanencia? ¿La incertidumbre por venir o la certidumbre reiterada de lo que ya estamos padeciendo? Un Presidente incapaz de gobernar sin tener que pedir perdón cada semana.
En distintas latitudes, presidentes han caído por fallas mucho menos impactantes, por errores mucho menos graves. Aquí seguimos tolerando la excepcionalidad. La corrupción excepcional. La incompetencia excepcional. La estupidez engolada. Tiempo entonces de recordar las palabras de Woodrow Wilson: "En asuntos públicos, la estupidez es más peligrosa que la bellaquería".
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Nicolás y Juanga/Sergio Sarmiento
Reforma
"¿No creen ustedes en el derecho a escribir, ironizar y disentir?".Ángeles Mastretta
Todo comenzó con un artículo publicado en Milenio el martes 30 de agosto que pretendía ser iconoclasta e irónico: "No me gusta 'Juanga' (lo que le viene guango)". Nicolás Alvarado apuntaba que las pocas canciones que conocía de Juan Gabriel le habían "bastado para identificarlo como uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo".
El rechazo personal, señalaba Alvarado, "no me lleva a la ceguera cultural ni a la insensibilidad psicológica". Así, que el todavía director de TV UNAM narró cómo montó "un programa en caliente".
Alvarado citaba diversas opiniones sobre Juan Gabriel y aportaba la suya, que reconocía como "clasista": "Creo que a estas alturas no necesito acreditar el respeto que me inspiran ciertos productos de la televisión comercial ni mi afinidad por la cultura gay. Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo evitar reaccionar como reacciono". Para enfatizar el tono irónico, Alvarado concluía: "(Ahora discúlpenme mientras pongo una canción. Se llama J'suis snob y la canta Boris Vian)".
La mayor parte de las descalificaciones en redes sociales fueron de personas que no habían leído el artículo ni entendido, por supuesto, su tono irónico. La afirmación de que Alvarado cuestionó las canciones de Juan Gabriel por jotas y nacas se entiende de forma diferente cuando se lee el artículo completo. De hecho, Alvarado es quien se presenta a sí mismo como "clasista" y señala que esto representa una "pérdida" para él. Pero nunca una partida de linchamiento se preocupó por las sutilezas de un argumento.
Al final Alvarado se vio obligado a presentar su renuncia a la dirección de TV UNAM. No sé si el rector Enrique Graue se la pidió o si él optó por hacerse a un lado ante la intensidad de la tormenta. Mucho más grave es que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) haya emitido "medidas cautelares" (o de censura) para que Alvarado evitara "manifestaciones contrarias a la dignidad de las personas", ofreciera "una disculpa por el agravio", asumiera un compromiso para que "sus notas periodísticas se desarrollen en el marco del respeto a los derechos humanos" y se abstuviera "de utilizar un lenguaje que pueda ser considerado discriminatorio en sus notas o escritos periodísticos". Una vez que Alvarado renunció a TV UNAM, el Conapred retiró sus medidas, a pesar de que el artículo fue difundido en Milenio y no en TV UNAM.
La escritora Ángeles Mastretta ofreció una reflexión en Twitter: "¿Celebran la renuncia de Nicolás Alvarado? ¿No creen ustedes en el derecho a escribir, ironizar y disentir? En la libertad de expresión". La tolerancia de Mastretta contrasta con la intolerancia de los linchadores, de la UNAM e incluso de un Conapred que debería combatir la intolerancia en lugar de promover la censura.
Yo me uno a la mujer de los ojos grandes. Puedo estar en desacuerdo con los gustos o el estilo de Alvarado, pero no con su libertad de expresar una opinión. Alvarado, por otra parte, está aprendiendo algo que muchos de nuestros intelectuales se niegan a entender: el sueldo burocrático no es compatible con la libertad de expresión.
· PREMIAR POR AGREDIR
El regalo de una planta de generación de electricidad al SME subraya que en México es rentable protestar agrediendo a los ciudadanos. Habrá que ver ahora cuál es el premio de la CNTE.
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¿A quién hackearon?/Manuel J. Jáuregui
Reforma
Fuerte, muy fuerte, la noticia divulgada por el New York Times en el sentido de que el Gobierno de México pagó 15 millones de dólares a la firma israelí NSO Group por tres proyectos (de hackeo o espionaje) indeterminados.
NSO es la firma que desarrolló el "worm" o virus conocido como Pegasus, el cual se apodera totalmente del iPhone o Android de la persona señalada y lo convierte en un instrumento de espionaje controlado remotamente por los hackeadores.
Es tan grave el peligro de esta "lombriz" que la compañía APPLE tuvo que desarrollar una mejora de seguridad a su sistema operativo (la 9.3.5) específicamente para proteger los iPhones de esta infestación.
La cual se activa de una manera perversamente inocente: al blanco le llega un texto por SMS aparentemente inocuo, basta sólo con abrirlo y el iPhone está ya infectado de un virus indetectable que se apodera por completo del aparato entregándole toda la información contenida en él al hackeador, en este caso NSO/Gobierno de México.
El control del aparato es tal que remotamente los intrusos pueden activar el micrófono y escuchar todas las conversaciones en las que esté presente, tanto las marcadas como las efectuadas estando el smartphone cercano al blanco del espionaje.
Por lo que se sabe, el Gobierno mexicano pagó esa cantidad (15 millones de dólares) por tres operaciones de hackeo, pero como usualmente la NSO cobra 650 mil USD por cada intrusión en iPhones, es probable que el Gobierno mexicano haya contratado no tres, sino al menos 20 operaciones de espionaje tan sólo a esta firma.
Es ampliamente sabido que el Gobierno de Peña Nieto ha estado obsesionado, desde que estalló el caso, con investigar "quién chismeó" sobre la "Casa Blanca" a los medios extranjeros.
Habrán observado ustedes, amigos lectores, que la mayoría de los escándalos en los que se ha visto envuelto el Presidente, y algunos de sus colaboradores como Luis Videgaray, han sido "tronados" en el extranjero, salvo el tema de la "Casa Blanca", bomba exclusiva detonada por la colega Carmen Aristegui.
La afamada y valiente periodista afirma en su medio electrónico que uno de los intentos de espionaje telefónico fue en contra del periodista Rafael Cabrera, uno de los investigadores responsables del reportaje que puso en descubierto el trato entre Juan Armando Hinojosa, dueño y operador de Grupo Higa, con la pareja presidencial.
¿Pero y las demás invasiones: ésas contra quiénes fueron?
¿Acaso se obtuvo una orden judicial para darle un paraguas legal a lo que es la invasión de la privacidad de una cantidad indeterminada (que pudiera llegar a ser cuando menos de 20) ciudadanos mexicanos que fueron hackeados con la "lombriz" Pegasus?
En este caso, y con este Gobierno, "piensa mal y acertarás".
Estamos convencidos, en lo personal, del enorme interés del Gobierno por saber "quién chismeó" que con la operación de hackeo comprada en QUINCE MILLONES de dólares por el Gobierno mexicano se violaron los derechos a la privacidad no sólo de periodistas, sino de EMPRESARIOS y políticos de Oposición.
Obviamente, no siendo órgano de investigación oficial no podemos probarlo (ni es nuestra responsabilidad hacerlo), pero juntando pedazos de un rompecabezas que se ha venido armando (y al que se le acaba de agregar una piezota) eso sospechamos.
Como también sospechamos de que si a través de las leyes de transparencia se solicita información sobre por qué se otorgó el contrato -SIN LICITACIÓN conocida- a una empresa extranjera y quiénes eran (o son) el blanco de esta operación de espionaje, jamás obtendremos respuesta cabal.
Documentado está por diferentes ONGs, sobre todo las encargadas de proteger los derechos humanos en México, que a este Gobierno le importan un bledo tales derechos... para ellos, el derecho a la privacidad es quizá el que menos les importa.
Existen sospechas además de que el derecho a la vida les tiene sin cuidado, éste les ha de parecer más allá de risible y susceptible a ser olímpicamente ignorado.
Como quiera, lo divulgado por el New York Times, que viene además justo detrás del enorme GAZAPO de recibir a Trump y ser usado por él como utilería en su obra de teatro, representa para nuestro Gobierno, y en especial para el Presidente Peña, un bochorno más que se suma a otros para configurar a uno de los Presidentes mexicanos que más profunda y aceleradamente han perdido credibilidad e imagen.
Lo decimos con tristeza: México se merece algo mejor, mucho mejor.
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