Durante los tres años que fungí como Comisionado de la primera CEAV, el aprendizaje fue profundo y en ocasiones, doloroso. Dicho aprendizaje me dejó algo muy claro: la causa de las víctimas debería ser la causa de México..." Rochin.
Lo que México necesita para lograr una paz verdadera/ Jaime Rochín del Rincón, defensor de derechos humanos, promotor de la igualdad en la diversidad
Una causa nacional: refundar la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
http://www.huffingtonpost.com.mx/
20/02/2017
Familiares de personas desaparecidas realizaron una acción pública afuera del senado de la república el 9 de febrero de 2017 para exigir a los legisladores que contemplen una Ley General de Desaparición Forzada y Desaparición por Particulares que garantice a las familias protección y una eficaz búsqueda por parte de las autoridades.
Para lograr una etapa de paz verdadera, México necesita atender a sus víctimas como algo prioritario. Para lograrlo, el binomio gobierno/sociedad civil es fundamental. Nada logrará uno sin la otra y viceversa. Nuestra unión y entendimiento deben empezar por ahí.
Atender a las personas que han sido víctimas de eventos violentos como la tortura, la desaparición forzada, la violencia sexual, el secuestro, el homicidio, o el feminicidio, por poner algunos ejemplos, obliga a que revisemos lo que hasta hoy se ha hecho. Obliga a ser autocríticos, pero también a ser eficientes recuperando lo que sí ha funcionado en lo oficial y lo civil.
Las personas, el centro de la atención
Las víctimas no son cifras, anécdotas o datos; son personas completas, con historias y proyectos, a quienes la violencia les ha arrebatado lo más valioso. Este entendimiento debe ser la base de cualquier aproximación que pretenda ayudarlas a recuperar su presente y a desarrollar un mejor futuro.
Para lograr una etapa de paz verdadera, México necesita atender a sus víctimas como una acción con prioridad nacional.
Así, el modelo de atención a víctimas que debe implementarse con urgencia como política de Estado, debe ser un modelo que no se base en instituciones o en servidores públicos, ni en coyunturas o necesidades burocráticas: debe ser un esquema basado en y para las personas.
Para esto es necesario entender y considerar su experiencia, los impactos y los desafíos que la afectación sufrida genera en ella y en su entorno. No es posible desvincular el impacto individual del contexto de vulnerabilidad, sometimiento y posible opresión en que tuvo lugar el hecho victimizante, que constituye un problema de naturaleza estructural, por tanto social y de carácter político.
La reforma a la Ley General de Víctimas aprobada por el Congreso, vigente desde enero de este año, articuló las exigencias de las víctimas y sus representantes, además del aprendizaje obtenido en estos años de experiencia institucional. Ahora, corresponde poner en operación este instrumento jurídico bajo los principios que generaron la reforma: brindar una respuesta de Estado a la altura de las circunstancias.
Refundar la CEAV
Bajo esta óptica resulta urgente que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, institución responsable de ejecutar la ley, tenga la capacidad de ofrecer a las víctimas una atención humana, personalizada y eficiente, de la mano con ellas, con absoluto respeto a su integralidad y dignidad como personas.
Los servicios y acciones necesarias para su recuperación deberán ser un proceso que las empodere oportunamente para construir su propio proyecto de recuperación integral, que culmine integrando la experiencia a su vida y retomando el control de la misma.
Durante los tres años que fungí como Comisionado de la primera CEAV, el aprendizaje fue profundo y en ocasiones, doloroso.
Para alcanzarlo, cada una de las acciones del nuevo modelo de atención de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) deberá respetar y garantizar principios básicos; deberá centrar los esfuerzos en recuperar la dignidad de las víctimas, con un enfoque psicosocial, diferencial y especializado, de igualdad y no discriminación, con perspectiva de género y que dé cuenta de una transformación objetiva de las vidas afectadas.
El trato deberá ser personalizado, humano y diligente, las víctimas que lleguen a la Comisión Ejecutiva serán recibidas con calidez y prontitud por una persona que les acompañará a cada paso, construyendo un lazo de confianza durante todo su proceso, hasta que se concluya su última acción de reparación integral.
Reparar lo irreparable
En este contexto, y al hablar de la reparación, se debe tener consciencia de la irreparabilidad de los hechos. Es necesario que dichas medidas simbólicas estén orientadas a restituir los derechos violados, a enfrentar las consecuencias de las violaciones, y a promover la reintegración social, así como a evitar la repetición de los hechos. Debería ser pues, la manifestación más tangible de los esfuerzos del Estado por remediar el daño que han sufrido las víctimas.
No menos importante es implementar una gestión competente, transparente y abierta. Lograr una verdadera refundación de la CEAV, como lo exigen las víctimas, requiere consolidar reglas claras del juego, que permitan lograr la estabilidad de los procesos, con funcionarias y funcionarios especializados y competentes. De igual modo, es imperativo institucionalizar una política de transparencia, abierta a la participación de la sociedad civil, representada en la asamblea consultiva y en las demás organizaciones de la sociedad civil que trabajan con las víctimas.
El pasado viernes 17 de febrero, fui propuesto por el presidente de la república como Comisionado Ejecutivo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, nombramiento que debe ser aún ratificado por el Senado. Esta distinción, que por supuesto me honra, me compromete a trabajar con el mayor de los ahíncos para refundar a la institución que se debe a las víctimas.
Durante los tres años que fungí como Comisionado de la primera CEAV, el aprendizaje fue profundo y en ocasiones, doloroso. Dicho aprendizaje me dejó algo muy claro: la causa de las víctimas debería ser la causa de México. Para lograr una etapa de paz verdadera, México necesita atender a sus víctimas como una acción con prioridad nacional. El gobierno tiene ese mandato y las organizaciones de la sociedad civil han tenido que tomar esa causa. Con las instituciones del Estado y la sociedad civil espero trabajar para hacer de esta convicción una realidad: la causa de las víctimas es la causa de México.
*Este texto representa la opinión del autor y no necesariamente la de The Huffington Post México.
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