La misteriosa encuesta...
Y tal como se esperaba...., la encuesta es...., todo se cocina en la oficina de AMLO y en la de su hijo AML Beltrán.
Una fuente confirmó a REFORMA (primera plana de hoy) que ahí se concentran y revisan los datos de la consulta que se realizó el fin de semana.
Ricardo Monreal informó que la dirigencia había citado a los candidatos a las 20:00 horas de ayer a fin de informarles quién ganó, pero se pospuso para hoy a las 17 horas, Yeidckol Polevnsky dará los resultados...Y es que AMLO está de nuevo en Sinaloa...Hoy, visitará Escuinapa, El Rosario, Concordia, mañana San Ignacio, Cosala y Elota. Dormirá en Mazatlán
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El tema en las columnas políticas, hoy 24 de agosto de 2017
La oscuridad de Morena
Confidencial /El Financiero
Como van las cosas en el proceso de designación de su candidato a Jefe de Gobierno, más que hablar de opacidad hay que hablar de oscuridad. Se dice que hoy tampoco va a darse información oficial, como se había dicho, y que es más, que de plano no habrá información oficial respecto a los resultados de la presunta encuesta. ¿Será que se trata de una encuesta de uno y por eso prefieren que los resultados queden en lo oscurito? Es pregunta.
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Templo Mayor/Reforma
HOY, por fin, se conocerá el resultado de la misteriosa encuesta de Morena aunque, claro, será al estilo del Monje Loco, pues nadie sabe, ni nadie supo cómo, dónde y a qué hora se anunciará al ganador.
Y LO PEOR no es el asunto de la opacidad, perdón, de la secrecía, sino que, aun sin conocer qué dice la encuesta, hay quienes andan planteando ¡que se repita!
SEGÚN ESTO, Ricardo Monreal trae una ventaja mínima sobre Claudia Sheinbaum, inferior al margen de error del ejercicio estadístico. Y ante eso el equipo de la delegada de Tlalpan estaría planteando una especie de segunda vuelta, pero sólo entre ambos.
LA COSA está en que el acuerdo que tomó la dirigencia morenista establece que el resultado es inapelable, por lo que técnicamente no se podría patalear. Pero, bueno, tratándose de Morena… ¡todo es posible!
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Treaccendió/ Milenio
Que quienes promovieron el comunicado contra Juan Ramón de la Fuente y la UNAM no se esperaban la respuesta contundente del rector Enrique Graue, menos aún que se difundiera que al calor de una boda en el Ex Convento de San Hipólito, Eduardo López Betancourt, profesor de la Facultad de Derecho, comentó que iban con todo contra Claudia Sheinbaum y los universitarios que violentan la autonomía por reunirse con la delegada en Tlalpan.
El padre de la novia, por cierto, es Ricardo Monreal, jefe delegacional en Cuauhtémoc y aspirante a la candidatura de Morena al Gobierno de Ciudad de México.
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¿Será?/24 Horas
Escondida y ¿privilegiada?El académico de la UNAM, Miguel Ángel Granados Atlaco tuvo imprecisiones en un desplegado y trató de involucrar a Juan Ramón de la Fuente en un evento de Claudia Sheinbaum en esta universidad, lo cual fue rechazado y aclarado por el ex rector. Lo que sí es cierto es que la actual delegada de Tlalpan sí ha ido a La Máxima Casa de Estudios y se reunió a puerta cerrada, como en la clandestinidad, con estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas en el foro La Ciudad a Debate. Se le observó confiada, sobre todo, cuando ya le confesó a algunas personas que tuvo acceso al resultado de la encuesta para elegir candidato de ese partido a la Jefatura de Gobierno. Sheinbaum es universitaria, pero también es delegada y acudió a un acto político sin el consentimiento del rector de la UNAM, a hurtadillas, a Ciencias Políticas. La pregunta es: ¿Si así va a ser como jefa de Gobierno y candidata, qué le espera a la CDMX?
Por cierto, hoy se conoce el resultado de las encuestas de Morena, y aunque en las externas gana Ricardo Monreal, quien sabe quién ganará es el que encargó el sondeo, el dueño de ese partido. Dicen que ya desde el martes, la delegada ya presumía conocer los resultados. ¿Será?
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Columna El Caballito de El Universal:
“El jefe máximo de Morena, Andrés Manuel López Obrador, está ante una encrucijada que amenaza con desatar una crisis en el partido. Dentro de Morena nos aseguran que el delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, superó por un cerrado margen a la delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, en la encuesta interna que levantó el partido para definir la candidatura al gobierno de la CDMX. Nos dicen que doña Claudia les ha dicho que para ella esa diferencia es un empate técnico y que, por lo tanto, ambos aspirantes deberían someterse a una nueva encuesta dentro de un mes. Nos comentan que don Ricardo ha dicho que el resultado, así fuera por una décima, debe ser respetado. El caso, afirman, está en manos del líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien dirá la última palabra y decidirá si hay nueva encuesta o se le da el triunfo a Monreal. Si AMLO decide dar la razón a Sheinbaum, Monreal se sentirá robado y si, por el contrario, reconoce a Monreal, la delegada quedará inconforme. ¿Por cuál de los dos caminos de esta encrucijada caminará López Obrador? Hoy a las 4 de la tarde se sabrá”.
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En Privado/ Joaquín López-Dóriga
Milenio
RETALES
1. INFAMIA.Juan Ramón de la Fuente fue víctima de una pequeña canallada por asistir a una reunión con Claudia Sheinbaum. Un académico que pudo pagar media página lo acusó de violar la autonomía universitaria por haber convocado al acto de apoyo en espacios de la UNAM, cuando fue de invitado y el encuentro se realizó en un salón de la delegación Tlalpan. Alguien pagó;
2. ENCUESTA. Hoy se conocerá el resultado de la encuesta secreta de Morena para elegir a su candidato al Gobierno de Ciudad de México que llaman coordinador de organización de CDMX y que está entre Claudia Sheinbaum, favorita de AMLO, y Ricardo Monreal; y
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Columnas ayer....
López Obrador: encuesta y sucesión
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excélsior
“Si no gano, me retiro; no se puede ir la vida en una candidatura”, aseguró Andrés Manuel López Obrador. La verdad, nadie se tendría que sorprender: hace seis años el ahora candidato de Morena declaró exactamente lo mismo: ‘Si no gano, dijo entonces, me voy a la Chingada’ (su rancho en Palenque). Perdió y se fue, pero del PRD, al que desde entonces ha llenado de improperios y al que ha tratado de vaciar, en agradecimiento, seguramente, por haberlo hecho dos veces candidato en Tabasco, presidente del partido, jefe de Gobierno del DF y otras dos veces candidato presidencial.
Se fue y creó su propio partido, Morena, a su imagen y semejanza, al que convirtió en una fuerza realmente competitiva y a la que controla a cabalidad. Ni un infarto lo separó de la búsqueda de la candidatura presidencial durante 18 años consecutivos. Una derrota no lo separará ahora, salvo que la salud no se lo permita, de seguir buscando el poder.
Pero esa visión del retiro, sea realidad o no después de julio de 2018, marca también la de la sucesión en su partido. La razón por la cual hasta ahora en todas las campañas locales las candidaturas de Morena han sido decididas exclusiva y particularmente por López Obrador tiene relación con su estilo personal de gobernar, pero también con su propia sucesión.
Para López Obrador, un personaje como Ricardo Monreal es útil y aceptable como un cercano colaborador, incluso como su coordinador de campaña en 2012, pero no para que ocupe un puesto de elección popular tan importante como el de la Ciudad de México. Para eso necesita otro tipo de personajes, como Claudia Sheinbaum o Martí Batres, que más allá de sus méritos personales, que los tienen, políticamente son una extensión del propio López Obrador.
Por dos razones. Primero, porque en caso de no ganar la elección del año próximo, López Obrador necesita un espacio de refugio político propio. Morena no gobierna ningún estado y el año próximo será difícil que gane alguno: su mayor apuesta, fuera de la Ciudad de México, serían su natal Tabasco, donde está muy enfrentado con el gobernador Arturo Núñez, y Chiapas, donde tiene posibilidades, pero no candidatos propios que sean competitivos. Por eso, en Chiapas, más allá de candidaturas, el control lo tiene su hermano Pío, al tiempo que en la Ciudad de México quien manda es su hijo, Andrés Manuel López Beltrán; en el Estado de México su otro hijo, José Ramón López Beltrán, controla el partido. Otro de sus hijos, Gonzalo, controla Morena en Tlaxcala. Ésa es la verdadera estructura de poder en Morena, y su hijo Andrés Manuel claramente está marcado como su sucesor.
Delfina Gómez, candidata en el Edomex, o Cuitláhuac García, quien lo fue en Veracruz, son el tipo de aspirantes que quiere Andrés Manuel. Tienen un perfil bajo y eso permite que el personaje de todas las campañas sea él mismo, al tiempo que impida que crezca cualquier otro que le pueda disputar protagonismo en Morena.
En ese sentido hay que insistir en que el tema de la encuesta para decidir candidato en la Ciudad de México es un ejemplo paradigmático de la forma de ejercer el poder de Andrés Manuel, dentro y fuera de Morena. La entrevista que tuvo ayer en la mañana la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky (que en realidad se llama Citlali Ibáñez Camacho, pero esa es otra historia), en Imagen no tiene desperdicio. Primero dijo que lo que busca Morena es un coordinador, no un candidato para la ciudad, cuando todos los participantes han hablado de la candidatura. Es una forma de cubrirse legalmente, pero no deja de ser, también, una simulación. Sobre la encuesta y cómo se levantó explicó que las mismas las hace “un departamento propio en el que militantes y dirigentes no tienen injerencia alguna para que no se contamine”. Y aseguró que en su partido sólo tres personas, incluyéndola, conocen al responsable de esa área; por supuesto no dio nombre de quien encabeza ese secretísimo departamento (es “un señor con conocimiento y experiencia”, dijo). Ninguna de esas tres personas que lo conocen tienen trato con él, agregó.
Es ridículo, ni la KGB era tan secreta. Para empezar, obviamente ese personaje tiene que haber sido designado por López Obrador, es absurdo decir que nadie tiene trato con él (¿cómo se piden las consultas, qué se pregunta, cómo se analizan los datos?) y por sobre todas las cosas, cómo saben los propios militantes de Morena que es verdad que existe el departamento, que se hagan las encuestas y que se respeten sus resultados si no son del gusto, por ejemplo, del dirigente. ¿Qué papel tiene la militancia en el partido? En Morena todo gira, desde las encuestas secretas hasta su propia sucesión, en torno a Andrés Manuel. Y nadie tiene derecho a cuestionarlo.
La respuesta de Meade
Ayer José Antonio Meade contestó a la declaración de Manlio Fabio Beltrones de que el PRI tenía que “desdoblarse hacia la izquierda” en 2018. Dijo que “la decisión del PRI lo que busca es desdoblarse hacia los ciudadanos… yo soy un ciudadano, algo de desdoblamiento en consecuencia implica voltear a ver gente con el perfil adecuado”. El debate priista para la sucesión está planteado.
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Por qué debiera ser Monreal/Martha Anaya
El Heraldo
López Obrador se metió en una encrucijada al tratar de ganarle a Monreal –con Sheinbaum- la candidatura al Gobierno de la CDMX
La figura de Ricardo Monreal es polémica. Causa escozor incluso entre algunos de sus propios compañeros de partido.
Los más recalcitrantes le reprochan ser “demasiado autónomo” y sostener buenas relaciones con priistas y perredistas. O, dicho de otro modo, de “jugar con varias cachuchas”.
Pero él es ante todo un animal político. Como tal ha jugado sus cartas –abiertamente desde hace año y medio- en busca de la candidatura de Morena al gobierno de la Ciudad de México.
En su haber cuenta –según 14 de 17 encuestas realizadas por distintas empresas-con las preferencias de los capitalinos; con un nombre que figura y pesa a nivel nacional; tiene comunicación con todos los sectores –goza de la confianza de los empresarios- y capacidad de diálogo y de gobierno.
Algo falta empero en esa lista: ¿Cuenta con la confianza de Andrés Manuel, aun y cuando lleva 20 años a su lado y nunca se le ha enfrentado?
Ese es el punto que gravita en la indecisión –o el cambio de señales- de López Obrador para dejar pasar al zacatecano hacia el gobierno de la Ciudad de México (y convertirlo de facto, si llegara a ganar, en precandidato presidencial).
Tal vez tenga razón en dudar. A saber.
Pero de lo que no cabe duda, es que el tabasqueño y su equipo se enredaron al tratar de convertir a Claudia Sheinbaum en la favorita de la ciudadanía.
Su operación ha sido fallida no sólo porque los números –hasta hace una semana- seguían favoreciendo a Monreal sino porque, aunque la delegada de Tlalpan resultara en verdad ganadora en la encuesta de Morena, difícilmente alguien creería en el resultado.
Entonces Andrés Manuel –como ya adelantan sus críticos- quedaría como aquellos a los que critica: tomando una decisión caprichosa que viola la voluntad popular, viéndonos la cara y riéndose de la democracia.
El proceso, dígase lo que se diga, está deslegitimado.
La forma en que el tabasqueño y sus cercanos buscaron el triunfo de Sheinbaum (cuyos méritos no están a discusión) puso en una situación peligrosa a López Obrador:
-Si la encuesta da el jueves como ganadora a Claudia dirán que impuso su capricho; que fue otro “dedazo” (al estilo priista).
-Si se le da el gane a Ricardo, dirán que AMLO perdió. Y, efectivamente, algo de cierto habrá en ello, pues el propio Andrés Manuel llevó el juego a una contienda –no entre Claudia y Ricardo-, sino entre el propio AMLO y Monreal.
Aceptar su derrota, sin embargo, podría hacer más confiable al líder de Morena y evitar que a lo largo de la campaña hacia el 2018 le saquen el tema y le echen en cara que es un autoritario.
López Obrador está en una encrucijada. No sería extraño que termináramos viendo, una vez más, a AMLO vs AMLO.
GEMAS: Obsequio de Andrés Manuel López Obrador: “Ya la mafia del poder no da pelea. Los estamos apaleando mucho.”
marthamercedesa@gmail.com
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En Privado /Joaquín López-Dóriga
Milenio
Si es por la cabeza, será Monreal
Y también hay divisiones que multiplican. Florestán
Ayer tuve una intensa entrevista en Radio Fórmula con Ricardo Monreal, el más fuerte aspirante a la candidatura de Morena al gobierno de la Ciudad de México.
Tres veces diputado federal, dos senador, gobernador de Zacatecas, coordinador de la pasada campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, actual jefe delegacional por Cuauhtémoc no oculta que ha transitado por PRI, PRD, Movimiento Ciudadano, PT y ahora Morena. Tampoco esconde que se considera la mejor opción electoral ni que ese cargo desde finales de la primera mitad del siglo pasado, no importa cómo se haya llamado, hace presidenciable a su titular.
Yo he dicho y escrito que él sería el más formidable candidato, pero también que Claudia Sheinbaum es la más leal y fiel escudera del tabasqueño a lo largo de los últimos 17 años, desde antes de llegar al antiguo palacio del Ayuntamiento, en diciembre de 2000.
De estos temas, con esta claridad, hablamos ayer, recordando que hace cinco años, durante meses, tuvimos una mesa también en Radio Fórmula todos los miércoles, con los coordinadores de las campañas presidenciales: él, por López Obrador; Luis Videgaray, por Enrique Peña Nieto, y Roberto Gil Zuarth, por Josefina Vázquez Mota.
Pero también de lo que he sostenido de las confianzas del tabasqueño con la actual delegada de Tlalpan, y me dijo que estando de acuerdo con eso, citaba a don Jesús Reyes Heroles que sostenía que un hombre de Estado debía tener tres ces: corazón, que es el que tú describes —me dijo— para la definición final con Claudia, cabeza y carácter. Y yo creo que Andrés es un hombre de Estado y puede ser que el corazón lo anime a tomar una decisión, pero yo lo conozco bien y también tiene cabeza, una posición muy abierta y es un hombre pragmático y creo que en esta ocasión ha dejado que las encuestas definan a pesar de que con ellos pueda sacrificar el corazón.
El resultado de esta encuesta secreta a mil personas, que no se sabe quién la hizo, qué preguntó ni a quién, depende de una comisión de Morena y se hará público mañana.
Entonces sabremos qué le ganó a López Obrador, el corazón o la cabeza.
RETALES
1. FERIA. No anda muy preocupado Armando Guadiana, candidato de Morena al gobierno de Coahuila. El martes celebraba la Feria de Bilbao en el callejón de la plaza viendo torear a Joselito Adame;
2. TODO. El PRI presidirá la mesa directiva del Senado, con Enrique Burgos, ahora en manos del Verde, y la Junta de Coordinación Política, ahora del PAN, con Emilio Gamboa. Así lo acordaron hace cinco años; y
3. NADA. Ni del tema del método para elegir candidato presidencial se habló ayer en la Comisión Permanente del PAN. Margarita Zavala me dijo que Ricardo Anaya tiene que definirlo ya: encuesta, pero para todos, los 3 mil 234 cargos en juego el próximo 1 de julio, o consulta a la base. Y en cualquier caso con el mismo modelo y en la misma jornada.
Nos vemos mañana, pero en privado
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El “dedito” de AMLO/ Jorge G. Castañeda
Amarres
El Financiero
Resulta que Morena, el partido mayoritario en la Ciudad de México, va a resolver cuál será su candidato a la Jefatura de Gobierno, a través de una supuesta encuesta. No es algo en sí mismo negativo: si un partido quiere escoger a su candidato o candidata a través de un ejercicio de este tipo, es difícil objetar el procedimiento como tal. Según el diario Reforma, sin embargo, ninguno de los candidatos parece tener la menor idea cómo se llevará a cabo esa encuesta: qué universo, cual es la empresa, y qué preguntas se harán. Pero al final del día es asunto de ese partido.
El pequeño detalle estriba en que el candidato de Morena, más o menos como era el caso del PRI hace 25 años, va a ser el próximo jefe de Gobierno de la CDMX. Es decir, la primaria o la encuesta o el dedazo de López Obrador, va a determinar quién gobernará a los habitantes de la capital de la República durante los próximos 6 años. Es cierto que en teoría los habitantes de esta ciudad tendríamos la posibilidad de votar por alguien más. Pero en los hechos, a estas alturas, parece evidente que quien ponga Morena, va a ganar. Por tanto, la primaria de Morena es en realidad la elección de gobierno.
Siendo así, uno podría por lo menos pedir que hubiera un mínimo de transparencia en cuanto al método, la empresa, las preguntas, y los criterios de selección que se utilicen. Todos sabemos que nada de eso es cierto. Todos sabemos que AMLO va a decidir, por sus pistolas, quién será el candidato o la candidata de Morena, y por consiguiente, quién gobernará a los habitantes de la capital. En sí mismo esto tampoco tendría nada de grave. Al final, si la ciudadanía le entrega su confianza a AMLO y él quiere utilizar esa confianza para designar por su “dedito” como dice, al candidato o la candidata, pues es muy su derecho hacerlo. Los únicos perjudicados o beneficiados somos los habitantes de la capital.
Quizás lo que debiéramos preguntarnos, sin embargo, es si este es el procedimiento que quisiéramos ver reproducido en otras partes de la República –en algunos lugares sí lo puede hacer AMLO– y sobre todo si alguien que procede de esta manera, debe ser presidente de la República. Porque de la misma manera que uno puede preguntarse si López Obrador gobernaría el país como quiere designar al candidato de su partido a la Jefatura de Gobierno de la capital de ese país, y si su indiferencia o solidaridad tácita con la dictadura de Maduro en Venezuela significa algo en cuanto a su forma de gobernar, ¿qué debemos esperar de él?
Lo que se juega en la CDMX no es si Martí Batres o Mario Delgado, o Claudia Sheinbaum, o Ricardo Monreal van a ser nuestro próximo jefe de Gobierno. Conozco bien a 3 de los 4 y la verdad entre ellos me da exactamente lo mismo quién nos gobierne. Lo que me interesa a mi es si quiero un presidente que escoja a la persona involucrada para su segundo cargo, de esa manera. Es lo mismo con Venezuela. Lo que me interesa de López Obrador es saber qué piensa del régimen de Maduro: no si lo conoce o no lo conoce, o si sabe dónde queda Venezuela o no sabe, si le importa lo que sucede en ese país o no. Lo que me interesa saber es qué piensa de lo que ahí sucede o lo que sucede en la Ciudad de México. Son jaladas.
Twitter: @JorgeGCastaneda
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Morena y la farsa ilegal de su “encuesta”/ Pablo Hiriart
Uso De Razón
El Financiero
Lo primero que hay que decir sobre la pantomima de encuesta de Morena es que es ilegal. Quizá no la encuesta misma, sino los actos anticipados de campaña que se dieron en torno a ella.
Pendones, volantes, espectaculares, promoción en redes sociales, reuniones de proselitismo y cargadas explícitas en favor de las distintas candidaturas en toda la Ciudad de México fueron una violación arrasadora a la ley electoral, de manera flagrante, pues las precampañas empiezan hasta enero.
Morena arranca campaña con cinco meses de anticipación con respecto a los demás partidos, y nadie le va a decir nada porque la ley no se hizo para López Obrador y sus seguidores.
Cómo es posible que violen la ley con ese desparpajo y las autoridades electorales de la Ciudad de México no asuman su responsabilidad y castiguen a ese partido.
Toda la impunidad para Morena. Un descaro. Una burla para los ingenuos que respetan la ley.
Y además, una farsa.
No se sabe qué casa encuestadora organiza la consulta. Se desconoce la metodología empleada. Es una incógnita dónde se distribuyeron esos mil cuestionarios que dicen que se levantaron. Nadie sabe si hubo selección de zonas a encuestar que reflejen la composición por ingresos económicos, qué peso se la atribuye a cada área…
Sólo se sabe que son mil cuestionarios y que la encargada del proceso es la exdelegada en Iztapalapa, Clara Brugada.
También se sabe que para contar mil cuestionarios que se llenaron el sábado y domingo se van a tardar… hasta el jueves.
Un descaro. Y no es un asunto interno de cada partido, pues estas tomaduras de pelo las pagamos los contribuyentes que financiamos a los partidos políticos.
Lo que hay en Morena es una faramalla para ocultar el dedazo de López Obrador.
Ni siquiera tienen la honestidad de decir –como sí lo admite el PRI–, que la opinión de su líder va a ser la que cargue la balanza.
Toda esta maniobra tramposa es para sacar al candidato o candidata que quiera López Obrador.
Si en verdad se guiaran por encuestas para elegir al candidato, el tema ya estaría resuelto desde hace rato porque todas señalan que la persona de Morena con mayor conocimiento y aceptación para ser Jefe de Gobierno es Ricardo Monreal.
De acuerdo con la más reciente, elaborada por El Financiero, Monreal tiene la mayoría de las preferencias.
¿Por qué hacer una encuesta que no es encuesta?
Para ocultarle el dedo a López Obrador que se inclina por Sheinbaum.
Como esto depende de la voluntad de una sola persona, AMLO, también es posible que tome otra decisión, la que sea. Pero si la encuesta es verdadera el candidato es, nos guste o no, Ricardo Monreal.
Aunque Monreal tiene algunos problemas que difícilmente podrá sortear para llegar a esa candidatura: tiene personalidad propia. Tiene carrera propia. Piensa por sí mismo. Sabe hacer alianzas y cuenta con experiencia de gobierno.
Eso no lo acepta López Obrador, pues necesita a su lado a gente incondicional que no le haga sombra. Monreal sería un estorbo en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Sheinbaum es incondicionalidad ciega, y su candidatura la respalda Juan Ramón de la Fuente, alguien a quien AMLO le gusta tener cerca cuando se aproximan las elecciones, por sus buenas relaciones con los grandes capitales y los poderes fácticos.
Así es que muy probablemente veremos a Sheinbaum como la “ganadora” de la “encuesta”. Salvo, claro, que López Obrador tenga de pronto una ráfaga de honestidad política.
Twitter: @PabloHiriart
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Las encuestas mentirosas de AMLO/RICARDO ALEMÁN
LSR
Hoy es imposible ocultar que de nueva cuenta López Obrador trata de engañar a la sociedad con una encuesta a modo
Hoy nadie sabe cómo se llevó a cabo la encuesta levantada por Morena para seleccionar al candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México por ese partido.
Nadie conoce el nombre de la empresa o las empresas que realizaron la medición; tampoco se conoce la metodología, los reactivos y, en suma, no se sabe nada.
¿Por qué entonces, la sociedad debe creer en una encuesta de la que sólo se sabe que es totalmente opaca?
Pero no, lo cierto es que no es ni el primero ni el único caso en el que López Obrador engaña con supuestas encuestas.
Antes del presente ejercicio demoscópico para elegir al candidato de Morena a Jefe de Gobierno de la CDMX, López Obrador engañó con la encuesta entre él y Marcelo Ebrard, para elegir al candidato mejor posicionado en los previos al 2012. ¿Se acuerdan?
En aquella ocasión el timorato Marcelo Ebrard lo llevó a creer que Obrador respetaría la encuesta. Como recuerdan, los dos militaban en el PRD.
Tampoco se supo el resultado. Un buen día López Obrador anunció que era el mejor posicionado y que sería el candidato presidencial del PRD.
Marcelo guardó silencio. Sumiso "apechugó". Sin embargo, distintas fuentes revelaron – meses después – que la encuesta había dado como ganador a Marcelo Ebrard. También en ese caso mintió López Obrador.
Tampoco el anterior es el único ejemplo de "encuestas patito".
Algunos de los integrantes de "los chuchos" han revelado que durante la gestión de Obrador al frente del PRD y durante los años en los que el tabasqueño mantuvo la hegemonía en el partido amarillo fueron muchas las encuestas mentirosas con las que AMLO justificó su autoritarismo.
Hoy es imposible ocultar que de nueva cuenta López Obrador trata de engañar a la sociedad y a los precandidatos de un proceso electoral por una encuesta a modo.
¿Hasta cuándo?
Al tiempo
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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