30 sept 2021

El papa no pidió perdón/AGUSTÍN GUTIÉRREZ CANET

El papa no pidió perdón/AGUSTÍN GUTIÉRREZ CANET

Milenio, 30.09.2021;

La carta del papa Francisco sobre el bicentenario de la Independencia de México es una lección de equilibrio, entre la humildad y la dignidad, la sobriedad y la franqueza.

El texto es sutil y ponderado, de conformidad con el oficio de la diplomacia vaticana, pero abierto y sensible, de acuerdo con el estilo del Papa latinoamericano.  

En su misiva, Francisco solicitó “sanar las heridas” del pasado y recordó que ya antes él mismo y sus antecesores habían “pedido perdón por los pecados personales y sociales por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”.

Juan Pablo II pidió perdón a los indígenas por los atropellos cometidos y cuando canonizó a Juan Diego, el primer santo indígena, proclamó: “¡México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan de México!”.

Varios diarios publicaron la carta con un erróneo encabezado: “el Papa pide perdón”. Las cabezas equivocadas confunden a los lectores que solo leen los titulares.

En cambio, la cabeza de MILENIO fue atinada: “Papa Francisco felicita a México por Independencia; reconoce errores del pasado”.

Algunos creyeron que se trataba de una respuesta a la petición del presidente Andrés Manuel López Obrador al papa Francisco, quizá confundidos al escuchar en la conferencia matutina en Palacio Nacional el texto que el Papa dirigió al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López.

Queda claro que Francisco Bergoglio no respondió ahora la carta del presidente López Obrador del 2 de octubre de 2020, en la que pidió al jefe de la Iglesia católica ofrecer una disculpa a los pueblos indígenas.

Lamentablemente las palabras matizadas del Papa fueron manipuladas para hacer creer al público que se trataba de un aval al revisionismo histórico maniqueo del gobierno mexicano, cuando justamente el pontífice planteó una “mirada retrospectiva que incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria”.

Esa mirada, agregó el Santo Padre, significa reconocer los errores cometidos en el pasado y tener en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia de México.

En este sentido, Francisco recordó la Guerra Cristera de 1926 a 1929 del Estado mexicano contra los católicos, sin mencionarla por nombre: “En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento”.

Y en un espíritu de conciliación concluyó:

“Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.

Lección del papa Francisco que debemos aprender todos los mexicanos, gobernantes y ciudadanos.

@AGutierrezCanet


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