¿Diluvio de bonos?/Juan Enríquez Cabot
REFORMA, 15 noviembre 2024
Alguna vez le preguntaron al presidente Clinton si hay algo que realmente lo asustara. Respondió: el mercado de bonos. Con esta óptica hay que ver lo que pasó en los últimos días en el mercado de bonos de EU y lo que ocurrió ayer, respecto a México.
Los mercados de bonos son como glaciares inmensos. Mueven cantidades inimaginables de dinero. Pueden deshacer cualquier cosa en su camino. Un pequeño desliz desaparece compañías grandotas, sacándolas del mercado de capitales, llevándolas a manos de especuladores o jueces de bancarrotas.
Países responsables no se pelean con los mercados de bonos. Fue la arrogancia inglesa frente a estos mercados lo que llevó al colapso de la libra esterlina, la gran fortuna de Soros, y el acelerado colapso del eximperio. Argentina pasó de ser uno de los países más ricos del mundo a uno cada vez más pobre al dejar de pagar sus bonos extranjeros. Nueve veces dejó de pagar. Nueve veces deshizo la riqueza acumulada durante siglos hasta acabar en un país ahogado de miseria.
Una crisis de bonos de un país soberano grande son palabras mayores. Estamos ya en una situación inusitada donde la moneda primus inter pares, el dólar, está en manos de dos partidos políticos que les vale si gastan de más. Aparentemente piensan "somos una gran potencia, no importa que nuestro gobierno gaste 6.3% del PIB más de lo recaudado en el 2023". No importa que nuestra deuda sea 123% de nuestra producción anual total. Y ahora Trump promete cortar impuestos y aumentar gastos. ¿La consecuencia? Las tasas de interés sobre bonos a 30 años repentinamente subieron 22.1% esta semana. Importante en un contexto donde cada cien días la deuda de EU aumenta en 1,000,000,000,000 de dólares.
Es posible que veamos una crisis de financiamiento de la deuda de los países desarrollados en los siguientes años. Hay demasiada deuda y los bancos centrales de la OECD han estado comprando su propia deuda. Pero los mercados están atascados de subasta tras subasta de aun más deuda gubernamental. Por eso los bancos centrales bajan tasas de interés y los mercados las suben. Los gobiernos desarrollados están perdiendo control y credibilidad.
Hay cada vez menos apetito y capacidad para comprar deuda soberana, especialmente la de mayor riesgo. Es en este contexto que hay que analizar la nota que emitió Moody's ayer sobre chilangolandia. ¿La buena? No se redujo nuestra calificación de bonos; todavía somos, apenas, grado de inversión (Baa2). ¿La mala? Están avisando que, si no enderezamos el rumbo, va a caer esta calificación. ¿Y qué? Pues sería mucho más difícil financiar al gobierno, a Pemex, CFE y demás organismos. Significa que subirían dramáticamente las tasas de interés de tus tarjetas de crédito, de tu coche, de tu casa. Y el país se ahogaría en inflación.
Si crees que el capitalismo es cabrito, pues permíteme presentarte al mercado de bonos. Esto no se compone con fulminante declaración mañanera contra Moody's o acusación de imperialismo yanqui. Los mercados se ríen, y divertidos apuestan en contra aún más. Pregúntales a Cuba, Haití y Venezuela donde no hay siquiera luz.
¿Ora pues, que le está molestando tanto al mercado? El comunicado de Moody's da algunas pistas muy sutiles: primero, y lo más importante, estamos hasta la madre de sus reformas que eliminen instituciones reguladoras y que deshagan las cortes. Segundo, están gastando demasiado. Tercero, es tal el nivel de incompetencia con la que han manejado Pemex (calificación B3 negativa) que puede deshacer la economía nacional. (Todo esto escrito de manera mucho más diplomática y sutil que la mía).
No han bajado la calificación, aun, porque México es una economía diversificada, con potencial de crecimiento y nearshoring. No mencionan lo que pudiera ocurrir con el huracán Trump que se avecina, o si aumenta la violencia, o si continúan las "reformas".
El mercado de los bonos es similar a la transición que ocurre en el agua. Se calienta y se calienta, surgen pequeñas burbujitas. Pero hay una transición muy repentina entre los 99 grados C y los 100 grados donde de repente surgen grandes borbotones y el agua hierve. Las burbujitas de bonos están ahí. El quiebre se puede dar con un solo cambio de calificación. Esto significa que los fondos de pensiones y compañías extranjeras ya no pueden invertir en México. Significa treinta pesos por dólar o más. Significa que te cortan el crédito o que tus pagos suben de manera brutal. Presidenta, ¿corregimos el rumbo?
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