17 oct 2011

Jornada ciudadana por la seguridad y la justicia

El Presidente Calderón en la Jornada ciudadana por la seguridad y la justicia
Ciudad de México, 14 de octubre del 2011
Muy buenos días, amigas y amigos.
Muy estimadas, y muy estimados familiares y deudos de víctimas de la violencia en el país.
Muy estimada señora Isabel Miranda de Wallace, Presidenta de Alto al Secuestro.
Muy estimado Javier Sicilia Zardain, Dirigente del Movimiento Nacional por un México en Paz, con Justicia y Dignidad.
Muy estimado señor Mario Humberto Manríquez, Presidente del Fomento del Tejido Social  de Ciudad Juárez.

Muy estimada arquitecta Graciela García Bringas, Consejera de Ciudadanos Por una Causa Común.
Muy estimado licenciado Alejandro Martí García, Presidente de  México S.O.S.
Muy estimada licenciada Laura Helena Herrejón Caballero, Presidenta del Movimiento Pro-Vecino.
Muy estimado profesor Ernesto López Portillo Vargas, fundador y Director Ejecutivo del Instituto por la Seguridad y la Democracia.
Muy estimados integrantes y representantes de la sociedad civil.
Muy distinguidos académicos y  líderes de opinión, que hoy  nos acompañan.
Muy estimados colaboradores del Gobierno Federal.
Señoras y señores de los medios de comunicación.
Amigas y amigos:
Agradezco muy sinceramente, a todos ustedes, la oportunidad de reunirme, nuevamente, con representantes de la sociedad civil, y con organizaciones ciudadanas que están luchando, desde diversas trincheras, por lo que, estimo, todos  queremos: la construcción de un México de paz, con justicia y con democracia.
Sé muy bien que entre los ciudadanos y los gobernantes se ha abierto una brecha enorme, y estimo, deber de todos, empeñarnos en cerrarla, entre otras cosas, a través del diálogo. Empeñarnos en hablarnos, en escucharnos, y en tratar de entendernos.
Y por eso, para mí, es muy importante participar, hoy, en este encuentro, con el que se abre, nuevamente, un espacio para el diálogo y para el debate sobre la política de seguridad y de justicia del Estado mexicano.
Hago público, una vez más, mi reconocimiento a las agrupaciones de la sociedad civil que hoy nos acompañan, por su valentía, por su responsabilidad, por su exigencia, por su denuncia, por su decisión de sumar esfuerzos en la lucha por la paz, la seguridad y contra el crimen.
Hoy, México enfrenta un desafío de enormes proporciones, el de dejar atrás la sombra de la inseguridad y la impunidad, y convertirse verdaderamente en un país de leyes y de libertades.
No es una tarea fácil, y para mí es, sin duda, el desafío más complejo y más difícil de nuestro tiempo. Pero lejos de detenernos, la magnitud del reto debe fortalecer nuestra determinación.
Este desafío, también, nos mueve a cerrar filas con las organizaciones ciudadanas para dar una respuesta unificada y contundente a sus demandas. Hoy, más que nunca, todos los poderes públicos y las autoridades de todos los órdenes de Gobierno, estamos obligados a escuchar a la sociedad, a recoger sus inquietudes, a intercambiar reflexiones y a trabajar juntos por abrir cauces a la enorme capacidad que tenemos los mexicanos de forjarnos un mejor futuro.
Son ya 16 los Diálogos que, deliberadamente, se han organizado con representantes de la sociedad. Y quiero decirles que en todos ellos, he percibido un auténtico interés por construir un México que sea un sólido Estado de Derecho donde prevalezca la ley y la justicia.
Muchas cosas han ocurrido desde el último encuentro ciudadano, hace algunos meses. Algunas han sido noticias verdaderamente tristes, indignantes y desoladoras.
La zona de La Laguna, por ejemplo, ha sufrido el embate de la criminalidad con actos que por su incidencia en eventos televisados nacionalmente, han tenido un gran impacto. Poco después, vivimos con gran dolor el infame homicidio de 53 personas en un casino de Monterrey. Y vimos más tarde, con enorme preocupación, el recrudecimiento de la violencia asesina por parte de bandas criminales, tanto en el Estado de Guerrero, como en el Estado de Veracruz.
En estos casos, la sociedad y los gobiernos locales, como ha ocurrido en ocasiones similares, no sólo nos han solicitado; nos han exigido la intervención decidida de las fuerzas públicas, en este caso, Federales, para restablecer la legalidad, contener a los criminales y llevar a la justicia a los responsables de estos actos.
Como en otras ocasiones, hemos considerado que lo debido era que las Fuerzas Federales respondieran a ese llamado, y así lo hicieron, porque de ninguna manera puede dejarse a la sociedad a merced de esa violencia criminal.
Hemos acudido en defensa de la ciudadanía. Buscamos hacerlo de manera temporal y subsidiaria, y lo hacemos con el propósito de que las autoridades locales puedan depurar y fortalecer a sus propias fuerzas del orden y a sus estructuras institucionales, terriblemente vulneradas por la intimidación o la corrupción de los criminales.

Durante este lapso, también, hemos hecho un esfuerzo por avanzar en distintos frentes y dar cumplimiento a los muchos compromisos que tenemos con la sociedad.
Por una parte, seguimos buscando el cumplimiento de los compromisos, en este caso del Gobierno Federal, pero, también, impulsando hasta el límite de nuestra competencia el de otras instancias de Gobierno y el de otros poderes que quedaron establecidos, hace ya tres años, en el Acuerdo por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.
Y por la otra, establecimos, también, mesas de seguimiento de diversos compromisos hechos aquí mismo, en el Castillo de Chapultepec.
Uno de los grandes aportes de esa reunión, al menos para mí, para el Gobierno; fue la centralidad que debe tener en todo este asunto las víctimas y todo el dolor que las rodea. Me quedó muy clara la importancia de brindar toda la atención posible a ellas.
Y eso nos llevó, también, a la creación de la Procuraduría Social de Atención a Víctimas de la Violencia. Queremos que sea una Institución que brindará atención médica y psicológica a las víctimas, y que las acompañará durante los procesos que se tengan que seguir para que se alcance justicia. Es una Institución que tiene un fuerte componente ciudadano en su Junta de Gobierno.
Y, también, estamos dando pasos para que, junto con la sociedad civil, avancemos en un proyecto de ley de víctimas. Ellas, insisto, deben ser el centro de nuestra atención, porque han sufrido directamente la violencia de los delincuentes y han padecido, también, la ineficacia del Estado en todos sus niveles y en todos sus poderes.
Hoy, nos hemos reunido nuevamente para revisar la estrategia por la seguridad, y darle seguimiento a los compromisos que tenemos establecidos para su cumplimiento.
Sé que es un largo camino el que nos falta por recorrer, y para el Gobierno es claro que debe avanzarse en, cuando menos, tres ejes fundamentales:
Uno. No podemos dejar a las comunidades asoladas, ahora por delincuentes, a su suerte. La fragilidad y la vulnerabilidad de las instituciones locales deja inermes a esas familias, y, por eso, tenemos que seguir combatiendo a los criminales, buscando reducir los niveles de violencia sin escrúpulos, de la que somos testigos todos los días.
Dos. Debemos avanzar en la reconstrucción de nuestras instituciones, porque es la única forma de ofrecer seguridad humana y justicia duradera a la ciudadanía.
Sólo cuando haya policías, Ministerios Públicos y jueces confiables, eficaces y, sobre todo, humanos; tendremos un México seguro.
Si no hay instituciones de seguridad confiables, si no hay instituciones de justicia confiables, nunca tendremos ni la seguridad, ni la justicia a la que espiramos.
Y tercero, y más importante. Es indispensable que avancemos en la reconstrucción del tejido social, que abramos oportunidades educativas, de salud y de empleo a los jóvenes, y que sembremos en las comunidades los valores de respeto a la ley, de respeto a sí mismo, de respeto a los demás y los valores, también, de solidaridad humana y de pluralidad.
Esta es una ruta larga y, por desgracia, no hay atajos para alcanzarla. Pero al mismo tiempo, representa la oportunidad de que el país alcance, con certidumbre un futuro mejor.
Y para avanzar, requerimos de la participación de todos los órdenes de Gobierno. Federal, pero también estatal y municipal, de los poderes públicos, sí, del Ejecutivo, pero también del Legislativo y del Judicial; de los especialistas y los líderes de opinión, de los medios de comunicación, de las víctimas de la violencia y de toda la sociedad.
Quiero decirles que he instruido al Gobierno Federal y a los funcionarios responsables, de darle seguimiento al trabajo de muchas de las organizaciones, aquí representadas, para dialogar sobre la seguridad de los mexicanos con el Congreso de la Unión, con las fracciones parlamentarias y con los partidos políticos.
Sus ideas y propuestas han enriquecido el debate legislativo y han aportado un enfoque ciudadano a las leyes en proceso de discusión.
Hoy, todos debemos redoblar esfuerzos para desarrollar nuevos esquemas que propicien un mayor compromiso de las autoridades y una mayor participación ciudadana.
El ciudadano debe ser el más grande actor de la lucha por un México más seguro, aunque el principal responsable, claramente, es el Gobierno, y debemos asumir esa condición de responsabilidad.
El ciudadano es un protagonista que hace falta, pero que hoy, afortunadamente, está recobrando y exigiéndonos el papel que le corresponde.
También, quiero decir que estoy muy interesado en el concepto de seguridad ciudadana, porque estoy convencido que debemos fortalecer y consolidar nuestra estrategia en la búsqueda por la seguridad en torno a ese concepto. El ciudadano ha sido y debe ser siempre, debe ser siempre el centro de nuestras preocupaciones y acciones.
Reitero, finalmente, la total apertura de mi Gobierno para escuchar todas las propuestas, todas las críticas que busquen contribuir a la solución de este problema que nos incumbe a todos, y hago votos para que, a partir de este diálogo, podamos avanzar en nuestro propósito común, de un México en paz, con dignidad y con justicia.
Una vez más, agradezco y reconozco la voluntad de todos por el diálogo y el sentido cívico y, sobre todo, su compromiso con México.
Quedo atento a sus intervenciones.
Y le voy a pedir, si no tienen inconveniente, al Secretario de Gobernación, que conduzca este diálogo.
Muchas gracias.
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Segunda intervencion del Presidente
Buenos días, todavía, otra vez, a todos ustedes.
He escuchado con muchísima atención los planteamientos que han hecho los miembros del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y, desde luego, las precisiones, los puntos de vista de mis colaboradores en el Gobierno Federal, respecto de los puntos que en común se han abordado, particularmente las mesas de trabajo que acordamos hace algunos meses.
Y yo creo que debo hacer referencia, obviamente, en los términos más breves posibles, no será eso posible, pero en cuanto a la brevedad que se pueda, algunas cosas que son muy importantes. Unas ya las han abordado mis colaboradores, otras yo las voy a refrendar.
Por supuesto que estoy muy interesado en el esclarecimiento del asesinato de Pedro Leyva. Por supuesto que sí.
Y aquí hay varias cosas que señalar.
Una es que es importante seguir las averiguaciones que realiza la autoridad. A mí me parece muy interesante el testimonio que señalan, de que la esposa se ha retractado de su testimonio, la información que tenemos es que esto no ha sido así, al menos ministerialmente.
Y lo que sí sé, Javier, y es muy importante tomar en cuenta, es que la esposa puede correr algún peligro.
Y por eso me parece muy importante que no sólo la protejamos, que la tenemos que proteger. Ojalá las autoridades de Michoacán estén en cumplimiento de su encomienda, haciéndolo, sino, también, que cuidemos mucho el estar, a lo mejor este tema, específicamente de los testimonios, probablemente lo hubiéramos platicado más confidencialmente, pero creo que hay que ocuparnos de ese dato.
La señora puede tener estas expresiones de uno y otro lado, también, por temor. Y, además, yo creo que en términos prácticos,  sin que tenga ningún indicio de que corra peligro, yo creo que debemos esmeramos en protegerla.
Creo que puede haber parte de verdad en todo lo que se ha dicho del caso; es decir, efectivamente, sí pudo haberse dado esa reunión, esa diferencia con el primo Santiago, se llama, tengo entendido.
Pero, también es cierto que hay un contexto social y político y criminal en Ostula, que no debemos ignorar. De hecho, se habla y debo decirlo así, con ese se habla, de que el propio primo tiene, no sé si tenga antecedentes, propiamente, tiene antecedentes penales. En fin. Tiene referencias, vamos a llamarlo así, asociadas a comportamientos criminales previos, hay que precisar, pero también es cierto que ahí hay varias divisiones en la comunidad.
Una. La que ustedes señalan, en Ostula, que es la división entre la comunidad indígena náhuatl, por cierto, que no son purépechas, sino nahuas los que habitan en la costa, con pequeños propietarios básicamente asentados en La Placita, en el mismo Municipio de Coahuayana.
Y también, desgraciadamente, lo que ha exacerbado la violencia en la costa michoacana es, otra vez, es la presencia de grupos criminales, antes La Familia, ahora se hacen llamar Los Templarios, lo que sea, son grupos criminales que particularmente se han metido a esas zonas a explotar materiales de minería, no sólo piedras preciosas, sino una serie de materiales mineros, propiedad de la comunidad indígena de Ostula, y que, por la violencia, estaban tratando de apoderarse de la riqueza natural de esa región. Son grupos criminales asentados ahí, además, de hace tiempo por varias razones, porque más hacia la Sierra Madre del Sur, un poco más alejado de la costa es una de las principales zonas de producción de marihuana en el país.
Y segundo. Porque en la Costa de Michoacán llegan con regularidad, no con regularidad, pero esa es una zona de arribo de cocaína que dejan en la costa y la recogen estos grupos criminales.
A qué voy.
El punto es que mi compromiso, obviamente, la averiguación por la competencia que tiene, la tiene la Procuraduría de Justicia del Estado de Michoacán. Yo también urjo a que la Procuraduría cumpla con su trabajo, pero no desconozco el entorno de criminalidad que está presente alrededor de Pedro Leyva y, por supuesto, el liderazgo que él tenía, no sólo en el Movimiento, sino en la propia comunidad de Ostula.
La verdad es que ahí hay presencia de grupos criminales, y otra vez, la paradoja es ésta: Necesitamos frenar esos grupos y frenarlos con una fuerza que sea superior a esos grupos. Y la fuerza que, ciertamente, es superior a los grupos; es la fuerza del Estado.
Por supuesto que es muy paradójico, tanto en el caso de Ostula, como en el caso de Cherán, por ejemplo, independientemente de lo que ustedes y nosotros pensemos, lo que está demandando las comunidades es más presencia del Ejército. Esa es la verdad.
Por qué razón.
Porque están en manos de criminales.
En el caso de Cherán, el criminal este, Cuitlahuac, que es, otra vez asociado a estas mafias que tienen dominada una buena parte del estado, él está asolando a los comuneros, él está asolando a los no comuneros, a los ejidatarios, a los ciudadanos de Cherán, de una buena parte de la meseta hasta la Cañada de los 11 Pueblos. Lo que exige la comunidad de Cherán es más presencia del Ejército.
Y cito estos casos, porque es, paradójicamente, uno de los puntos de nuestra divergencia, lo que ustedes llaman la militarización del país.
La presencia del Ejército no es la estrategia medular, como tampoco es el combate a las drogas o al narcotráfico, la estrategia o el objetivo medular.
La estrategia medular, es recuperar la seguridad de la gente, que hoy está amenazada por criminales que se han expandido por todo el territorio nacional.
Me voy a referir un poco más adelante a este punto.

No ha sido con lo que decía el maestro Álvarez Icaza. Bueno, no sabía esto de la discusión acerca del debate del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, la verdad que son totalmente nuevo para mí y, la verdad, no compete al Gobierno ni opinar, ni calificar en nombre del movimiento.
Y si hubiera que opinar, debo decirles, que a mí me gusta el nombre. La verdad, no sé porque se haya armado ese debate en la mesa, pero. En fin.
Otro punto que creo que debe quedar claro, es la respuesta de Gobernación. La respuesta del Gobierno se produjo.
Primero. En este diálogo.
Segundo. En las mesas.
Y lo que me explica el Secretario, es que se pidió, por parte del Movimiento, un resumen de los posicionamientos del Gobierno, que da lugar a este documento del miércoles.
Yo no dudo, digamos, tan sólo de verlo, entonces ya es una respuesta. El resumen debe ser muy breve y, en consecuencia, pobre, para lo que andamos todos buscando, pero creo que hay que puntualizar que la respuesta no es esa, sino que se ha dado en las propias mesas.
Yo sugiero que, para en adelante de las mesas se tome una minuta, y se diga explícitamente en qué se está de acuerdo y en qué no se está de acuerdo. Y eso se tome por respuestas y por cuestionamientos.  Pero creo que la manera de jugar limpio en eso es así.
Finalmente, respecto de lo que señala el maestro Álvarez Icaza, varias puntualizaciones.
Primero. Yo agradezco que no acompañe la lectura de que este Gobierno ya acabó. Yo, mucho menos, por supuesto. La verdad, es que coincido en que hace falta mucho por hacer, y para mí es, prácticamente, una quinta parte de tarea, y que tiene que ser la más intensa y la que cumpla, obviamente, con todos los pendientes, que hay muchísimos, o hasta donde ello sea humanamente posible.
Entiendo el tema de que el problema de la violencia no se puede resolver con más violencia. Yo creo que esto es un tema que, efectivamente, que alude a dos partes en conflicto. Pero aquí hay un problema distinto. Aquí estamos en la violencia, insisto, de los criminales afectando a la ciudadanía. Que tampoco se va a resolver si no se opone, y si no se impone la fuerza del Estado y la fuerza pública.
Es decir, el dilema no es que si se tiene la violencia de los criminales, y si no se les ataca, simplemente dejan de tenerla. Por supuesto que no. Necesitamos frenar la violencia de los criminales con la fuerza pública.
Es impensable que el problema de la violencia y la criminalidad en México, termine sin que el Estado  cumpla su deber, con la oposición de la fuerza pública a la fuerza criminal. Es casi, yo diría, por definición lo que hace justificable la presencia o la fuerza pública en el Estado es la obligación por la seguridad de los ciudadanos.
Agradezco, nuevamente, el testimonio de doña Araceli Rodríguez Nava.
Comparto la preocupación de que cada día se sumen más asesinados y desparecidos en México. De eso estamos hablando, es decir, estamos hablando de cómo detener esa violencia, cómo detener esos homicidios, cómo detener esa violencia criminal.
Y parece que, a lo mejor estoy equivocado, pero hay dos tesis, o pareciera que hubiera dos tesis en la mesa:
Una. La que afirma enfáticamente que la estrategia del Gobierno de emplear la fuerza contra los criminales está equivocada. Y en consecuencia, se infiere o se sugiere, entonces, que no sé, no sé cuál sea la consecuencia de decir que eso está equivocado.
Yo creo que la consecuencia, es decir, que no tiene que oponerse la fuerza del Estado, incluyendo el Ejército, a los criminales; y otra que decimos, los criminales, por el cambio de comportamiento que están teniendo desde la década pasada, de pasar de narcotráfico a narcomenudeo, han tenido una política expansiva de control territorial que no tenían antes.
Y en esa expansión territorial no han dudado en utilizar o la corrupción o la intimidación y la violencia para apoderarse de territorios, y poder operar a sus anchas, no sólo en narcomenudeo, sino en cualquier actividad que les permita obtener la renta lícita o ilícita de cualquier comunidad, desde Ostula hasta Monterrey.
Su punto es dominar, y lo que haya ahí de dinero, lícito o ilícito de otros criminales o de ciudadanos comunes, tomarlo. Y eso es lo que tenemos que enfrentar.
Decir, cómo reducir el número de asesinados y desaparecidos en México.
Respecto de los participantes, hasta donde entiendo, hay una negociación acerca de quiénes participan y quiénes no. Pero, desde luego, este diálogo es abierto, es público.
Coincido que el diálogo que señala don Emilio, es una conquista de la sociedad mexicana, así lo entiendo. Y desde luego, estamos redoblando el esfuerzo en favor de las víctimas.
De doña Araceli, también. Doña Araceli señala, y también, señala don Javier, que de los 31 casos analizados no se tiene un solo resultado positivo, salvo el caso de Juan Francisco.
La Procuradora, a su vez, en la réplica, que esa es la idea de que estuvieran ellos participando, dice que hay 106 consignaciones, varias órdenes de aprehensión libradas que corresponde, yo no sé, estoy seguro que no a todos los casos, porque no en todos los casos se han podido; pero, también, decir categóricamente que no hay ninguna solución. Me parece que tampoco es cierto.
De hecho, doña Araceli, incluso, en el caso de su propio hijo, pocos días después de que tuvimos la primera reunión, atrapamos a una parte de la banda que, por lo pronto lo detuvo y probablemente lo haya asesinado.
A usted le tocó pasar un momento muy duro, muy valiente, también, pero muy duro, haciéndoles frente a esos criminales. Pero también, creo que vale la pena decir que no es sólo el caso de Juan Francisco, es también, el caso de su hijo, un valiente policía que iba, precisamente, al rescate de una comunidad afectada por la criminalidad, que fue víctima de esos criminales.
Voy a hacer más referencia más adelante al tema de la Procuraduría. De una vez, la Procuraduría Social de Atención a Víctimas. Yo creo que entiendo el reclamo de que no nos esperamos a las conclusiones de las mesas.
Yo creo que había que hacerla, porque el problema está creciendo y había que hacer y, por supuesto, que se puede perfeccionar y hacer, pero hay que hacerlo ya, y así actuamos, porque también, si esperamos a los resultados de las mesas, muchas veces, la verdad, es que en la crispación política que hay no sólo en el país, sino también en nuestros propios diálogos, no siempre se alcanzan los acuerdos con la velocidad que se tiene.
Pero eso no quiere decir que no se haya tomado en cuenta lo que ustedes plantean. Tan se tomó en cuenta que fue una de las sugerencias del Movimiento. Y aquí quiero, por cierto, decir que el Movimiento planteó insistentemente una opción. Dicen, y cito el propio discurso de don Javier Sicilia y de varios en que hizo esta referencia: El objetivo es la visibilización de las víctimas. Con lo cual estoy totalmente de acuerdo y es el gran aprendizaje mío y del Gobierno respecto del Movimiento.
La prioridad de visualizar las víctimas y dice: Mediante la creación de un organismo y dice: En comisión de la verdad, la justicia y la reconciliación o una Fiscalía Social de la Paz y de Atención a las Víctimas de la Violencia, es decir, una u otra.
Efectivamente, nosotros consideramos que lo que procede es una Fiscalía Social de Atención a las Víctimas de la Violencia y aquí admito que así se debió de haber llamado, Javier. De hecho, instruí que así se llamara y uno de los reclamos que tengo a mi equipo es que les pareció mejor ponerle: Fiscalía de Atención a Víctimas de los Delitos. Y la verdad es que es: Víctimas de la Violencia.
Me dijeron que no era relevante, etcétera, pero para mí es relevante y yo creo que lo debemos de cambiar. Entonces, lo voy a hacer, pero no siempre en el Gobierno, desgraciadamente se hace, aunque ustedes no crean, lo que uno dice.
No es tan rápido, no es una cosa, es una cosa no sustancial, pero es un buen ejemplo de que no. En fin. De muchas cosas.
Entonces, y voy no sólo al tema de forma, sino el de fondo. Honestamente, las comisiones de la verdad han surgido, en qué contextos.
Yo creo que han surgido en el contexto de regímenes autoritarios y represores, donde el Estado es el principal actor que violenta y mata, y desaparece, y donde se oculta la verdad por sistema.
Y honestamente, en honor a la verdad, amigas y amigos, este no es un Estado autoritario. Si este fuese un Estado autoritario, créanme que no estaríamos dialogando aquí.
Si este fuera un Estado que oculta la verdad, créanme que no estaríamos poniendo y abriendo las oficinas y las puertas del Gobierno para que se conozcan estos casos, ni hubiéramos revelado, como hemos revelado, desde el número de víctimas y el esfuerzo por encontrar su circunstancia y sus nombres.
Sí, es cierto, también, una gran aportación del Movimiento ha sido la personalidad de cada una de las víctimas, la resistencia a considerarlas un número, y creo que ese, también, es un aprendizaje nuestro.

Pero la verdad es que ni se oculta la verdad, ni se actúa autoritariamente, ni tampoco es el Estado, es otro punto medular de nuestra discusión, no es el Estado el que reprime o el que asesina.

Sí tenemos una responsabilidad, que es reconocido y por la que, por supuesto, incluso, pedimos perdón en esa ocasión. El Estado no ha cumplido su función de proteger a las víctimas. El Estado no ha cumplido su función de proteger a la gente, pero el Estado no ha sido sistemáticamente el que asesina, mutila o desaparece a las víctimas, como ha ocurrido en los regímenes autoritarios, donde surgen los contextos de comisiones de la verdad, que es el caso, precisamente, de las dictaduras militares en Argentina o en Chile, o es el caso de Bosnia-Herzegovina, o es el caso de otros similares. Esto es un poco el tema.
Ahora, cuál es el fondo de lo que queremos.
Que se visualice a las víctimas, que se atienda a las víctimas, que se les acompañe a exigirles a las autoridades su compromiso.
Aquí, me paso a un tema de lo que marca Raúl Romero.
Primero. El esfuerzo del Gobierno por el proyecto que, incluso, hemos compartido con ustedes, el Proyecto de Atención a Víctimas, de iniciativa de ley, cosa, que por cierto, no ha sido un Estado autoritario tampoco, compartir hasta sus proyectos con la sociedad civil; no distingue si la víctima es víctima de un criminal o es víctima de una Institución del Estado, y creo que no lo ha de distinguir.
Víctima es, como lo define el proyecto, que sí tiene una definición, las personas que directa o indirectamente, individual o colectivamente hayan sufrido daño, incluyendo lesiones físicas o psicológicas, sufrimiento emocional, pérdida económica, o menoscabo de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal por cualquiera, sea un órgano del Estado, o sea un ciudadano, o sea un criminal.
Todas esas consideraciones tienen que estar, por supuesto, en víctimas. Y se entiende como víctima indirecta al cónyuge, etcétera, etcétera. Yo no veo que ahí haya ningún problema ahí.
En cuanto a que la propiedad social no garantiza la participación efectiva de la sociedad. Por supuesto, que sí y es creo que de las pocas veces en que se incorpora la Junta de Gobierno con voz y voto a representantes de la sociedad civil.
Por qué hay en este caso más o por qué hay tantos, digámoslo así, es cierto, representantes del Gobierno.
Porque una de las demandas fueron que estuvieran los Secretarios y la Procuradora dentro de la Junta de Gobierno, todos los que tuvieran que ver, incluyendo los Secretarios de Fuerzas Armadas.
Entonces, podemos cambiar, por supuesto, la composición del Consejo, pero de que hay voz de las víctimas ahí y de sus representantes, sí hay. Sí se consultó el proyecto con representantes de las víctimas, con varios. Ciertamente, a lo mejor no con todos y, por supuesto, que a la mejor hubiera sido más deseable que estuviera más consensado esto. En fin.
Pero, eso se consultó, incluso, para valorar su propia participación. Se invitó, como dijo el Secretario Blake, al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad a formar parte de este Consejo, y esa invitación fue rechazada. Y yo respeto esa decisión.
Pero creo que eso hubiera podido mejorar la participación efectiva de la sociedad en estos temas. Además, está abierto, y es más, reformulo la invitación, independientemente del Decreto, la maestra Sara Irene Herrerías tiene la instrucción de invitar  a las Sesiones del Consejo a los movimientos. Y yo les pido que tomen un lugar, porque a mí sí me interesa que se oigan esas voces.
La presión de los ciudadanos es lo que hace funcionar a los gobiernos. Y yo creo que la Procuraduría va a ser funcional para eso.
También, se dice que la PGR no cuenta con los recursos materiales. Es cierto, ha crecido menos que otras dependencias. Pero vean, por ejemplo, lo que ha crecido el proyecto. La PGR ha venido sistemáticamente, también, incrementando su presupuesto.
De once mil 700 millones que tiene, por ejemplo, ahorita, once mil 900 casi, a 15 mil 400 millones de pesos, que estoy proponiendo para la PGR el próximo año. Un incremento de casi el 25 por ciento.
En cuanto a lo que señala Raúl, ya hice algunos comentarios.
El Registro Nacional de Víctimas, por ejemplo, Raúl. Cuál es el problema que tenemos. Siendo el homicidio un delito del orden común, la averiguación previa, que va concatenada al levantamiento de las evidencias, en el caso de que se  cometa un asesinato, son responsabilidad de las procuradurías locales.
Y es ahí donde tenemos, digamos, la gran deficiencia de la falta de seguimiento de registro de las personas que fallecen. Por eso, la Procuraduría, con mis instrucciones, hizo un protocolo con las procuradurías estatales para que todas las víctimas; se hagan visibles; es decir, para que tengamos el nombre, la identidad, la muestra genética, todos los datos nos permitan darle su propia humanidad a una persona que fallece, sea víctima civil inocente, sea criminal, sea un soldado. Todos deben tener esa visibilidad.
El protocolo que hizo la PGR busca, precisamente, que se sigan los pasos suficientes para tener ese Registro Nacional de Víctimas que, independientemente de que se hagan en cada procuraduría, como marca la ley, centralmente, a través de la PGR, podamos hacer ese registro nacional.
Y, también, le encargué a la maestra Herrerías, el día que inauguramos la Procuraduría Social, que se encargue de colectar esos datos de manera paralela y coordinada, para que tengamos, a la brevedad posible, un Registro Nacional de Víctimas.
La Reforma al Código de Procedimientos Penales ya considera los derechos de las víctimas. Estoy de acuerdo, y totalmente abierto a que enriquezcamos más ese proyecto que ya presenté.
No nace sesgada y al margen del derecho. Es una facultad, precisamente, del Gobierno, del Presidente, y creo que las facultades tienen que hacerse para generar bienes públicos. Yo creo que éste es un bien público.
Dice que sólo, que no garantiza la participación de la sociedad, ya aclaré que sí lo hace.
Dice que discrimina a las víctimas, porque sólo atiende a las del fuero Federal. Eso no es cierto. Tiene la instrucción de atender a todas las víctimas. En el Decreto y en la instrucción clara que di.
Sí, por favor, don Raúl.
Yo le explico que vea el Decreto, y créame lo que estoy diciendo.
La instrucción que di es que atiendan a todas las víctimas. Es más, claramente les pedí: Eviten esta política de la canalización, que es un lanzamiento al infinito de los casos para que nunca se resuelvan.
Le dije a la Procuradora: Acompañen a las víctimas donde esté la Procuraduría, así sea un asunto local, vayan con ella. Si es necesario, pónganle un abogado y acompáñenla a que el caso pueda resolverse.
De tal manera, que no está orientado únicamente a víctimas de carácter Federal. En fin.
Respecto a lo que señala don Miguel Concha. Estoy de acuerdo en las problemáticas, en términos generales, de la ruptura del tejido social. No estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo en que se diga que es como consecuencia de la acción de la delincuencia, y no estoy de acuerdo en que se diga que es consecuencia de la estrategia centrada en su componente militar, ni estoy de acuerdo que la estrategia esté centrada en un componente militar.
Y yo creo que hay volver, otra vez, a enfatizar la estrategia. La estrategia tiene tres componentes:
Uno. Enfrentar a los criminales, quitarles la impunidad cínica con la que están actuando en muchas ciudades y pueblos del país, quitarles el dominio que tienen de las carreteras y de la gente, quitarles ese poder de levantar, de secuestrar, de desaparecer.
Y para enfrentar a los criminales hay que enfrentarlos con fuerza pública.
Ojalá, ojalá se pudiera hacer con palabras, ojalá se pudiera hacer con el poder del testimonio personal. Pero no es así.
A un criminal con armas que está asaltando y levantando a la gente hay que someterlo con la fuerza pública.
Ojalá lo pudiéramos exhortar a que depusiera las armas, pero no lo va a hacer así. No creo que los criminales que operan en México recorran el camino de Damasco. No creo que un día se les revele la verdad y cesen su acción delictiva.
Ojalá eso ocurra, pido porque eso ocurra. Pero sé que mi deber, como Presidente, es contener a los criminales con todos los instrumentos que tiene el Estado a su alcance.

Cambiar la estrategia actual por una de seguridad humana y ciudadana bien, concretamente, exactamente qué es lo que se propone a este respecto.

Que la seguridad esté centrada en la seguridad de las personas y no en la del Estado, estoy de acuerdo. Sólo que lo que debemos hacer es entender que la seguridad de las personas está implícitamente ligada a la seguridad del Estado, porque las personas son el componente fundamental del Estado, junto con el territorio y el Gobierno.

Este punto es muy importante para ustedes y para mí. Creo debo abundarlo, el tema de la desmilitarización de la seguridad pública, como ustedes le han llamado. El Estado ejerce una función supletoria, y queremos que sea subsidiaria en estas tareas.
A este respecto, por cierto, también debo corregirle, con todo respeto, mi estimado Padre Concha, sobre el tema de que el Gobierno sigue mancillando la Constitución. Eso no es cierto, y le voy a leer literalmente lo que dice el Artículo 89, de nuestra Constitución en las Facultades y Obligaciones del Presidente.
Sexta. Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente, o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.
La mayor amenaza a la seguridad interior del país está dada por el crimen organizado. Y por esa razón es absolutamente constitucional no sólo la atribución y la prerrogativa, es el deber del Ejecutivo, cumplir con la defensa de esta seguridad interior. Y eso se lo digo, además, de convicción.
Creo que es importante que cuando citemos la Constitución, la citemos integralmente. Avanzar en la desmilitarización, me referí a este punto.
Por qué digo que es subsidiaria la labor de las Fuerzas Armadas.
El término subsidiario, y usted, don Miguel, lo sabrá quizá mejor que yo, proviene de esta figura, precisamente. Tengo entendido que su origen militar en la civilización romana, donde había una fuerza subsidiaria distinta a la que operaba, digamos en un escenario de confrontación del Ejército Romano. Las milicias ordinarias, no sé cómo se llamaran, son las que presentaban siempre un flanco de batalla, pero cuando había una debilidad estructural de esas milicias, y cuando estaban, digamos, en condiciones de perder la batalla, entraba la fuerza subsidiaria, y eso hacía victorioso al Ejército Romano.
El gran riesgo, y coincido con ustedes, es que esa fuerza subsidiaria deje de serlo y se convierta en permanente. Y por esa razón, sí es interés de mi Gobierno hacer que las Fuerzas Armadas puedan replegarse, precisamente, a una posición subsidiaria, a una posición de respaldo temporal y transitorio.
Qué es lo que impide hasta ahora eso.
Que está terriblemente vulnerado y debilitado la seguridad pública, o las instituciones civiles de seguridad pública. No son capaces de enfrentar la criminalidad per se.

En Ostula, en el Municipio de Coahuayana, Michoacán, yo pregunto dónde están las policías. En Cherán, dónde está la policía. Y en Veracruz, lo diría. Y en Juárez.
Yo creo que esta debilidad, esta debilidad de la policía, obliga, precisamente, a presentar una fuerza que las respalde y que les permita hacer frente a la delincuencia. Esa es la tesis.
En qué momento. Cuál es la ruta que preguntaba, Javier, hace rato, el mapa de ruta de la salida.
Yo he señalado que de los tres componentes de la estrategia de seguridad, una es enfrentar a los criminales, otra es la reconstrucción institucional de policías, Ministerios Públicos y jueces en el país; y un tercero, y más importante, es la reconstrucción del tejido social, y ahí coincidimos con usted, don Miguel.
El punto es éste: Necesitamos, para poder retirar al Ejército y a la Marina, que haya policías confiables, eficaces, ciudadanas, en las 32 entidades de la República. En el momento en que haya esa policía fuerte y confiable en una entidad, en ese momento va a retirarse el Ejército. Tiene que ser así, no hay de otra manera.
La paradoja, o lo terrible, es que ahorita todavía estamos en un proceso en que aún en lugares donde no ha intervenido la Federación, surge una problemática, concretamente en el caso de Guerrero, ahora no, que exigen los Gobernadores, creo que con razón, los maestros, intervengan contra la ola de criminalidad que tenemos. Tenemos que intervenir.
En Veracruz, y rechazo totalmente, por cierto, esas expresiones, me voy a referir un poquito más adelante, Javier, a las expresiones del Gobernador.
Yo hablé frente a las Naciones Unidas, diciendo y reafirmando lo que dije, por cierto; sí, es cierto, el crimen organizado ha matado más gente que los regímenes dictatoriales en México y en muchas partes de América Latina, no sé de otras partes del mundo, pero acá sí.
Cuántos muertos hubo en la Guerra Fría en México, cuántos muertos de las  dictaduras militares, versus las decenas de miles de muertos, de decapitados, de desaparecidos, de secuestrados de los criminales aquí, en México, y en Centroamérica.
En México tenemos 18 homicidios por cada 100 mil habitantes, es muy alto; en Honduras hay más de 70, en Guatemala hay más de 80, en El Salvador, también.

Sí son, sí es cierto, y yo no, eso ni pretende ni de lejos, justificar la violencia homicida, repudiable de los regímenes autoritarios.
Lo que sí es cierto, es que los muertos, la mayor cantidad de muerte que está viviendo América Latina proviene, precisamente, del crimen.
Yo hablé ante Naciones Unidas, subrayando este tema e invitando a la acción internacional para combatir un mal que es, también, internacional.
Y sí, utilicé, no soy poeta, pero también tengo derecho a una metáfora; yo sí creo que eso es una plaga, es como una plaga y, Javier, usted entiende perfectamente el sentido de la metáfora.
Yo sí creo que es como una hiedra que se ha ido metiendo y metiendo en cada rincón del territorio nacional, en cada pueblito donde quieren colocar su mercancía, se apoderan del pueblito.
Y yo sí creo que hay, en términos de plaga, retirar esa plaga, yo sí creo que, y nada tiene que ver con hablar frente a un hecho de los, como fueron los muertos de Veracruz, y pretender o insinuar que son criminales, pareciera que dijeran: Qué bueno que les pasó.
Por supuesto, que nos duele y, por supuesto, que no compartimos ni esa percepción. Y si ese es el tono que se entiende, ese no es el tono ni quiso serlo. Procuraré no incurrir en los terrenos de la metáfora la próxima vez.
Se agradece el consejo, entonces, porque, pero también es ilustrativa.
Luego, sobre la acción complaciente que se evidencia en el incumplimiento de la Corte Interamericana. Eso ya lo aclaró el Secretario, y quiero decir que es falso.
Nos hemos empeñado en cumplir las resoluciones de la Corte. Hay  un problema. La Corte  Interamericana le da valor al consentimiento del ofendido. Entonces, cuando vamos a pagar una indemnización económica, por ejemplo, muchos abogados le dicen al ofendido que no se arregle, y cuando vamos a hacer un acto de desagravio, piden que se posponga.
Y parece que se está esperando a que haya otra instancia, yo no sé, en el ámbito internacional, que maximice las posibilidades del litigante. Pero, la verdad, es que la  voluntad del Gobierno está empeñada en cumplir con esas resoluciones. De hecho, la pasamos a la Corte, para que la Corte, incluso, resolviera en el término de su competencia.
Los grupos paramilitares. Por supuesto que me preocupan, y por supuesto que los rechazo. Pero vamos  viendo de dónde surgió este último debate de grupos paramilitares.
Sale un video, precisamente, en Veracruz, de los llamados Matazetas, que dicen que van a acabar con Los Zetas, etcétera, etcétera. Y con la insinuación que, finalmente, y qué bueno que se esté corrigiendo, de que sí había hasta parte del Gobierno o algunos sectores de las entidades locales en eso, metiéndole mano al asunto, daba la impresión de que fueran auspiciadas como paramilitares.
Exigimos claridad. El Gobierno, finalmente, de Veracruz se deslindó totalmente del tema. Y posteriormente, los marinos, por cierto, atrapan tanto a un grupo de Zetas como a este grupo asociado a paramilitares que son, finalmente, el grupo de los llamados Matazetas, que no son paramilitares tales, sino que son, como ellos lo reconocen ahí, y como lo habían reconocido en varios videos anteriores, integrantes de un cártel asociado al Cártel de Sinaloa, el llamado Jalisco Nueva Generación.
De manera tal que, compartiendo el tema y la preocupación, no es el caso en este Veracruz, de la existencia de paramilitares, y no es el caso, digamos, de la existencia en México, ni de que se tolere, y mucho menos que se propicie. Se lo puedo asegurar. Y además, con las pruebas que le estoy señalando, así lo constatan.
Dice: Reconsiderar el paradigma punitivo, y avanzar a la seguridad con una perspectiva de derechos humanos. Suena bien pero, exactamente, como qué es eso. Porque sí. Pero a la hora de tratar de establecerlo en políticas públicas concretas, no se puede.
Se propone la creación de una Fiscalía Nacional contra la Corrupción. Ya está la Secretaría de la Función Pública, los Órganos Internos de Control y la Auditoría Superior de la Federación, que es autónoma del Presidente, ni siquiera lo propongo yo.
Y como bien dice doña Clara Jusidman, ya estamos poniendo tantos elementos regulatorios y de supervisión que estamos nulificando la acción, muchas veces, de las dependencias de Gobierno.
Depuración no sólo de las instancias policiacas, sino de las Fuerzas Armadas se hace. El Ejército y la Marina también están obligados a establecer controles de confianza en sus mandos y no hay ascensos superiores en las Fuerzas Armadas, Generales de División, por ejemplo, si no hay un examen de control de confianza, también, en sus elementos.

Las políticas públicas. Creo que el Secretario Lujambio, ha sido muy claro en esto, créanme que a educación le hemos echado más ganas que nunca en este tema. Por lo menos hemos hecho más preparatorias que nunca en México, 985, fundamentalmente orientadas a la técnica, 96 universidades nuevas, 50 campus ampliados.
El tema es éste, que tenemos muchos jóvenes y no hay, todavía, oportunidades para todos, pero sí estamos actuando más que eso.
Doña Clara dice: La naturaleza autoritaria del sistema mexicano ha sido superada y las reglas siguen siendo sido las mismas. Yo francamente discrepo de eso.
Las reglas sí han cambiado. Todavía no es la democracia que queremos, estoy de acuerdo, pero las cosas sí han cambiado, han cambiado las reglas y ha cambiado, también, el comportamiento del Gobierno.

Por ejemplo, dice doña Clara, con todo respeto y estimación que yo le tengo, pero no hay una política de Estado para la inclusión y la participación de la sociedad civil en la vida pública. Si no hay una política para la inclusión y participación de la sociedad civil en la vida pública, cómo podemos entender estos diálogos.

Cómo la participación de muchas instituciones de sociedad civil en la vida pública, en instituciones. Usted ha estado mucho tiempo en el Gobierno, doña Clara.

Dígame. Cuándo algún Gobierno hizo esto. Cuándo un Presidente dialogó no una, yo llevó 16 Diálogos, aparte de los eventos de diálogo, que tengo en mis propios eventos de gira.

Yo participo de la idea que hay un divorcio entre clase gobernante y sociedad civil, pero créame que la política de inclusión y participación es esta, que nos hablemos y nos escuchemos.

Y nosotros hacemos un esfuerzo, y no siempre lo logramos, de escuchar a la sociedad civil, pero yo pido, también, al revés, también, escúchenos.

En cuanto a las teles. También, estoy de acuerdo en eso. No en eso de poner órganos reguladores y de contenidos en las teles. Yo creo en la libertad y creo que cada quien tiene que poner la suya. Pero, sí creo en este tema, por ejemplo, de que tiene que haber mayor diversidad de presencia pública y privada en televisión.

Qué hecho en presencia pública.

He hecho la mayor ampliación de retransmisoras, por ejemplo, de los medios estatales, no sólo Canal 11. Por eso, me criticaron mucho que hice un órgano de medios audiovisuales en Secretaría de Gobernación, porque no es un asunto educativo, es un asunto de Gobierno, es un asunto de democracia.

Y lo que hemos hecho es casi triplicar la cobertura nacional de Canal 11, de Canal 22 y otras, a través de este órgano. Ya está llegando, más o menos, al ochenta y tantos por ciento, Secretario, te acuerdas. En fin. Ochenta y tantos por ciento de cobertura nacional, cuando llegaba, más o menos, al 30 por ciento Canal 11.

Y, también, en televisión privada, qué hicimos.

Yo hice un decreto para transitar a televisión digital, lo que es televisión analógica. Como usted sabe, pero déjeme explicarle al público, en la televisión analógica para poder tener un canal de televisión se utilizan seis megahertz, más guardabandas, o sea, utiliza los carriles de al lado. Y eso impide, por ejemplo, que se utilice bien el espectro.

Por ejemplo, entre el Canal 2 y el 4, no hay Canal 3, porque necesitan esos guardabandas. Entre el 9 y el 11, entre el 11 y el 13. En fin. Si pasamos a televisión digital, qué va a pasar.

En lugar de que un canal necesite sus seis megahertz, más otros cuatro o seis a los lados, va a poder haber un canal por cada megahertz, más o menos, o por lo menos cuatro en lugar de uno, o dos en lugar de uno, dependiendo la tecnología.

Si nosotros logramos avanzar a la televisión digital. Y, aparte, se van a tener que dejar usar los guardabandas, o sea, podrá haber, también, cuatro canales entre el 2 y el 4, y la misma zona de Canal 2 y 4 tendrá que haber 4 o más. En fin.

Es decir, que vamos a tener una multiplicación de canales de televisión. Y eso nos va a permitir lo que ya está haciendo la COFETEL; avanzar hacia la licitación de una tercera cadena nacional, un órgano independiente, además, sobre el Presidente, donde permitirá, precisamente, que se dé lo que se está haciendo.

Qué ha pasado.

Que el decreto que propuse luego, luego, y quién sabe cómo saltó del Congreso, presentó una controversia y lo han parado en la Corte.

No digo que sea culpa de la Corte, sino simplemente hay una acción de inconstitucionalidad que ha parado este esfuerzo.
Y mi exhorto que reitero es: Dejen pasar la televisión digital y dejen que la COFETEL haga este proceso, en el que coincido, nos permita mayor libertad en los medios.
Ahora, si me permiten y perdón por la extensión, comento algunas cosas.
-C. JAVIER SICILIA: En relación a la Procuraduría, en realidad nunca se invitó al movimiento a participar en la Procuraduría. Se invitó a Julián Lebaron, que él que fue el que declinó, pero no se le hizo una invitación al movimiento.
Y, por otro lado, ayer una de las víctimas del movimiento, antier, habló a ProVíctima y en tres minutos la despacharon a la Policía Federal, la canalizaron para allá.
Entonces, este tipo de cosas. Aquí tenemos la grabación.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Mira, primero, sobre lo primero.
Yo le pedí al Secretario que transmitiera la invitación al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Tengo entendido, el Secretario me informó que lo hizo a través del maestro Álvarez Icaza.
-SECRETARIO JOSÉ FRANCISCO BLAKE MORA: Así es.
Y luego se habló con Julián en dos o tres ocasiones y declinó.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Pero invitaste al Movimiento.
-SECRETARIO JOSÉ FRANCISCO BLAKE MORA: Sí, hablamos con Emilio.
-MTRO. EMILIO ÁLVAREZ ICAZA: El Subsecretario Gutiérrez habló conmigo para notificar la invitación personal a Julián Lebaron.
Y así se le transmitió a Julián, no como una invitación al movimiento, y Julián decidió. Nada más para que tengamos claridad.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: La instrucción que yo di es al movimiento y que pongan a alguien.
Y sí ese fue, digamos, el malentendido, la invitación está abierta y reiterada.
Y lo otro. Ahora sí que, a ver, Procuradora, a ver cómo estuvo lo de llamada.
-LIC. SARA IRENE HERRERÍAS: Nos han pedido, por ejemplo, apoyo en secuestros. Y sí. Hemos hablado a Policía Federal para mandar a la persona, que pero si podemos ver el caso concreto y para empezar a ver, porque la instrucción que tenemos con los abogados, es dar el acompañamiento, hacer la cita a la Procuraduría y dar el acompañamiento de los casos. Pero sí podemos ver la grabación y ver los casos para que los abogados que atienden sigan esta instrucción de acompañar en todo momento.
-C. EMILIO ÁLVAREZ ICAZA LONGORIA: Si es  el caso, le parece platicamos con la Procuradora.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Sí.
-C. EMILIO ÁLVAREZ ICAZA LONGORIA: Así como el caso de la sentencia al Campo Algodonero, porque también hay coadyuvancia y hay una divergencia respecto a lo que se puso y hay, digamos, seguimiento muy puntual.
Entonces, si le parece lo canalizamos y lo vemos. Está Norma Ledezma, que es coadyuvancia, y hay una lectura muy distinta sobre lo que se presentó. Pero nos parecería que había entonces condición para así procesarlo.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Por supuesto.
Ya comenté acerca de Pedro Leyva. Y sí hay un componente de conflictos de tierras de hace tiempo, más la presencia criminal ahí, de la gente.
Incluso, me preocupa, porque se habla, incluso, de unos inversionistas chinos en toda la Costa de Michoacán, que están sacando una serie de materiales apoyados por los criminales y extorsionando a los mineros de ahí, de Lázaro Cárdenas, de Arteaga, y de Coahuayana y de Aquila. Entonces, sí vamos a hacerlo.
Si la estrategia. Yo insisto, que no es una estrategia de guerra; es una estrategia por la seguridad. Y respeto su insistencia en llamarle así. Y yo, insisto en la mía de que es una estrategia por la seguridad.
Si esto habrá empeorado las condiciones. Honestamente, yo creo que las condiciones serían peores si no hubiéramos intervenido, y déjenme decirles por qué.

Porque los criminales tienen esta dinámica de tomar territorio, de apoderarse de una plaza, la que me digan, donde hay problemas. Juárez es un pleito por apoderarse de la plaza, digamos, entre el Chapo Guzmán y Carrillo Fuentes.

Tamaulipas, Monterrey, concretamente, es un pleito por apoderarse de la plaza entre Los Zetas y El Golfo, que antes eran socios y aliados, etcétera.

Sí, es un tema de apoderamiento de los criminales. Veracruz, que yo creo que se dejó en manos de los Zetas, no sé si involuntariamente o probablemente, quiero suponer.

Pero, en el momento en que se apoderan de un territorio, por más que puedan hacer un tiempo en que ocultan a los muertos, porque yo no creo esta historia. Los reportes que tenemos de Seguridad Pública, lo recordarán otros compañeros de la sociedad civil, nos decían que Veracruz reportaba cero secuestros.

Y hace poco, oí al exgobernador decir que él mismo pagó el rescate de como 16 personas, entonces, muy loable de su parte, pero como que no checa con los datos que teníamos.

Yo no creo que no había antes víctimas en Veracruz. Yo creo que las desparecían. Los hijos de mi paisana aquí, por ejemplo, yo creo, finalmente, que mucha gente que detuvieron y levantaron, simplemente tenemos que ir a la  búsqueda de ellos.

Pero yo no creo en esa paz en la que si el Gobierno Federal no se mete, no pasa nada. Eso no es cierto. Y ahora estamos viendo el problema de Veracruz, en el cual este pleito entre Zetas y Golfo y Pacífico está convirtiendo a la ciudad en una plaza encarnizadamente disputada, como lo es el caso de Guerrero.

Qué quiero decir. Ante la afirmación de que la estrategia de seguridad pública del Gobierno ha empeorado las cosas, yo creo que, al contrario, serían peores si no hubiéramos intervenido. Y probablemente, una buena parte del territorio nacional hoy estaría dominado por capos de un signo o de otro.

Y no habría libertad para la gente, ni habría paz, ni habría tranquilidad, ni habría no violencia. No creo en esa no violencia, donde un cártel domina, hace lo que se le da la gana, y la gente no se mete con él, le tiene miedo, porque ese cártel se apodera de la gente, de sus tierras, de sus ranchos, de sus empresas, de sus comercios.

Entonces, yo afirmo que actuamos apenas a tiempo para enfrentar y contener a los criminales. Y por supuesto que, como Presidente,  me hubiera gustado mucho no haber pasado por este cáliz. La verdad, es que no es agradable para nadie.

Pude haber hecho lo que muchos aconsejaban, a lo mejor: No te metas, no hagas nada, mejor ahí  no le muevas.  Ya no les digo ni quién me aconsejó eso, porque ya no quiero más problemas, pero me dijeron eso: No te metas.

La verdad es que hace rato que doña Araceli mencionaba de mis hijos. A lo mejor mis hijos hubieran estado más tranquilos si yo no me hubiera metido. Pero mi deber era, evidentemente, enfrentar a los criminales, porque si este Gobierno no enfrenta a los criminales, se hubieran apoderado de México. Eso lo afirmo categóricamente.

La velocidad con la que se están propagando, el apetito voraz de sus crímenes no tiene parangón, nunca lo habíamos vivido, es un fenómeno nuevo.

Reconozco, también, que creo que ha habido logros. El reconocimiento del diálogo, la visualización del dolor. Sí, mi adeudo, el adeudo del Gobierno con las víctimas, la atención que ha pedido que tengan los funcionarios, qué bueno que lo dicen y qué bueno que ha ocurrido. Les agradezco mucho a mis colaboradores que hayan puesto mucho más atención en este asunto. La interacción de los subsecretarios.

De la fiscalía. Lo que hemos hecho con la Procuraduría es. En la ley hay varias atribuciones de la PGR, de Seguridad Pública, de Gobernación, y cada, como dice el dicho, cada quien agarra su paso para no perderlo. Y lo que estamos haciendo es cada dependencia tiene la obligación de asignar sus unidades, sean direcciones, unidades o subsecretarías a la Procuraduría Social para poder darle eficacia y sinergia a todo eso.

El mapa de ruta para el retiro de la fuerza militar desplegada en varias partes del país, es, precisamente, ese, la reconstrucción institucional local. Lo hemos hecho ya en algunos estados en que ha tenido éxito, en otros o no.

Dónde ha tenido éxito.

En Tijuana, por ejemplo. Y creo que ahí hemos disminuido notablemente la presencia del Ejército en la calle, porque ha habido más o hubo en un momento, mucho más responsabilidad local.

En otros lugares. En Juárez, por ejemplo, nos hemos tardado muchísimo. Ahí, por ejemplo, retiramos al Ejército y le dimos paso a la policía civil, que es la Policía Federal, y ahora estamos en un proceso de retiro gradual, también, de la Policía Federal.

Qué hace falta.

Que los locales vayan más a prisa en el reclutamiento y depuración de sus cuadros. Lo vamos a ver más tarde ese tema.

Qué no ha disminuido este tema del consumo de drogas.

Ese es el tema que yo he denunciado, Javier. Por supuesto que no.

Primero. No es mi objetivo disminuir el consumo de drogas. Mi objetivo es recuperar la seguridad de los ciudadanos.

Qué tiene que ver eso con la droga.

La droga fue el detonante inicial, fue lo que cambió el modus operandi de los criminales. Cuando nada más pasaban droga a Estados Unidos, no se metían con nadie, eso dicen los que manejaban el asunto en aquél tiempo.

Pero cuando quieren tener sus propios mercados, como quieren tener el control de esta tiendita y de la otra, y de la otra, se apoderan del pueblito, se apoderan de la comunidad y son dueños de vidas y haciendas. Y eso es lo que no podemos combatir.

A mí me preocupa más el secuestro, la extorsión que hacen en la comunidad, también me preocupa, desde luego, la droga que venden, pero mi tema es la seguridad de los ciudadanos. No se trata de disminuir el consumo de drogas, que sí creo que hay que buscar hacerlo.

Mi reproche, o mi señalamiento, es a los americanos. Ellos siguen dando miles de millones de dólares a los criminales, que si no los tuvieran creo que los hubiéramos derrotado ya hace un buen rato.

Y cuál es mi reproche.

Bajen el consumo de drogas como tantas veces se comprometen. Y si no lo bajan, por lo menos bajen el dinero que les pasan a los criminales.

Cómo van bajar.

Si no quieren bajar el consumo, si están muy contentos con que sus muchachos se metan lo que quieran en la universidad. Es paradójico que en una universidad americana, todos los muchachos, es muy cool fumar marihuana, pero llega uno queriendo fumarse un cigarro común y corriente y te tratan de un maniático.

Y la cultura permisiva, este asunto del uso medicinal de la marihuana, del que yo discrepo, no soy médico, ni nada, pero me recuerda un poco el uso medicinal del tequila; si tienes gripa, te tomas un tequila y, si no se te cura, se te olvida. Yo creo que el uso de medicinal de uno y de otro se han de parecer muchísimo, porque ahora la marihuana la autorizan para el estrés, para el insomnio, para una serie de cosas.

Si los americanos están resignados o aceptan los niveles de consumo de su gente, yo los respeto. Lo que pido es que sean congruentes y, entonces, reduzcan el flujo de dinero que viene a México de ese consumo.

Cómo lo van a reducir.

Es su problema. Yo no sé si tienen que abrir el tráfico, por ejemplo, de cocaína que deja una estela de muerte en toda Centroamérica, que lo hagan por Florida o que lo hagan por otra parte, no por aquí.
Y si esa no es la solución, que busquen soluciones.

Cuáles.
Incluso alternativas de mercado. Ese es un debate que se tiene que dar. Ese es un debate que tiene que darse internacionalmente.

Por qué creo que no funciona en México si no cambia internacionalmente.

Porque lo que los economistas dicen es que en las alternativas de mercado se reduce el precio derivado del mercado negro, que es más alto del precio, digamos, natural, el precio de mercado.

Sin embargo, el precio de la droga no está determinado por el mercado mexicano, está determinado por el mercado americano. Por lo cual, si se explora una alternativa tiene que ser allá, y a eso me he referido.

Mientras tanto, qué tenemos que hacer nosotros. Recuperar la seguridad de los ciudadanos.

La sordera de la clase política en la ausencia de reformas. Me sumo, me sumo francamente, no quieren cambiar. Los intereses políticos en juego, no quieren cambiar las reglas del juego político. Yo sí las quiero cambiar, yo sí propuse la reforma, yo sí propuse la reelección.

Estoy totalmente de acuerdo en que cambiemos estas reglas y, por algún lado, tenemos que encontrar la salida.

La libertad de tránsito está cancelada por temor, es cierto.

Cómo podemos proteger esas carreteras.

Desgraciadamente, no sé si haya alguna otra solución, tenemos que poner más policías ahí. Que en lugar de que los criminales anden impunemente con sus armas, anden los ciudadanos.

Su Gobierno ha defendido la verdad del Padre Solalinde. Ahora sí que cuál de todas. Por supuesto que hemos defendido migrantes, por supuesto que estamos depurando el Instituto Nacional de Migración, hemos metido a la cárcel a funcionarios de migración.

Si esa es la verdad de Solalinde, sí la hemos defendido. No sé si esté por aquí. Pero, bueno, me lo saluda. Hay otras verdades de Solalinde que definitivamente no voy a defender.

Sabe cuál.

La que dijo que le pidiéramos perdón a Los Zetas. Está totalmente equivocado el Padre Solalinde, es absurdo. De qué le tenemos que pedir perdón a Los Zetas. La verdad es que yo no se los voy a pedir.

Son criminales, son asesinos, están destrozando miles de familias, no le voy a pedir perdón a Los Zetas, y no sé por qué lo dijo el Padre, francamente. Yo creo que será muy respetable en su curato, pero la verdad se equivocó.

Yo creo que no se puede abusar así del prestigio de la autoridad moral que te da una sociedad. En fin.

El entramado social hay que reconfigurarlo, el tema de las comunidades de los pueblos indios, no voy a entrar a ese debate. Yo sólo les pido que revisen qué Gobierno ha dado más apoyos y ha respetado más las decisiones de las comunidades indígenas, que éste. En fin.

Ya aclaré lo de Duarte.

Yo lo dije en Naciones Unidas, apelando a la responsabilidad internacional. Utilicé, y creo que es válido, una metáfora. No lo dije frente a un grupo de cadáveres. Y tan mal considero que se haya hecho esa insinuación de que, qué bueno que eso les pasó. No comparto esa idea. También, yo no quiero ver una muerte más. Como, también, el que se diga que estamos en el mismo carril en eso. En fin.

Qué las próximas elecciones serán las de la ignominia. Espero que no. Sí temo que mientras exista esta brecha con los ciudadanos, no van a responder a lo que los ciudadanos merecen.

La Ley de Seguridad. Ustedes han hablado de una Ley de Seguridad Ciudadana, propónganmelo. Yo lo que quiero es una ley que, coincidimos en esto, que le dé marco, dónde debe ser la actuación de los militares, y dónde debe ser actuación de los policías.

Y qué pasa en aquellos estados o municipios donde ni a policía llegamos o los policías están de lado de los asesinos. Esas cosas las tenemos que regular en la ley.

Qué si no sabemos si en verdad quieren tomar el camino de la paz y lo dudan.

Eso sí lo lamento muchísimo y me duele, pero, por supuesto, que queremos el camino de la paz. Yo daría o haríamos muchísimas cosas porque, verdaderamente, floreciera, nuevamente, la paz en México. Y afirmo, nuevamente, el Gobierno no es el obstáculo de la paz, el principal obstáculo de la paz son los criminales.

Son mis comentarios y perdón por el abuso del tiempo.

Nada más en los cinco puntos. El deslinde de los partidos de los criminales. Estoy de acuerdo, lo apoyo. Tienen que deslindarse de los criminales. Ahí podemos encontrarnos varias sorpresas, por cierto.

El proceso, el mapa de ruta de la salida del Ejército y la Marina.

La ruta es que construyamos policías. Cuando las haya, los retiramos.

Que es obligación del Estado dar acceso a la justicia. Lo comparto.

Las opciones educativas, insisto, que hemos hecho más que nunca. Tejido social.

Qué más hacemos. Estoy dispuesto a hacerlo.

Y rescatar los caminos de México.

Ese es el sentido, creo yo, de nuestro encuentro.

Y perdón por el abuso en el tiempo de la palabra.
Última intervención del Presidente Calderón en la Jornada ciudadana por la seguridad y la justicia
Simplemente tendría una reacción a los temas que aquí se han dicho.

Primero. Les agradezco sus comentarios a todos los participantes.

Y, simplemente, coincidiría en este tema de la importancia de la participación ciudadana. Y creo que las cosas que tienen que hacerse en México, los énfasis, los matices que tienen que hacerse, han venido de una exigencia ciudadana, que yo creo que hay que valorar y encauzar.

Comparto lo que señala la señora Isabel Miranda, en el sentido de que no puede haber, que México está herido y que sin justicia sólo hay opresores. Entonces, la tarea tiene que ser, precisamente, la construcción de instituciones de seguridad y de justicia.

También tomo, claramente se ha repetido varias veces el énfasis que se hace en la corrupción y eso nos toca corregirlo, evidentemente, a todos, y tenemos que hacer un mayor énfasis y un mayor esfuerzo.

Es cierto, bien dice, como dice el señor Alejandro Martí, está pendiente en el Congreso la Ley de Lavado de Dinero, pero, qué duda cabe, también nosotros estamos en falta, como usted dice, señora.

La verdad es que las estructuras existentes para detección de lavado simplemente fueron rebasadas por una realidad que, como en muchos otros temas, y creo que otra vez el escalamiento de esas capacidades, tiene que llevarnos a  corregir esos déficits.

Ojalá que los recursos que ahora asignamos a la Procuraduría General de la República puedan llevarnos a cerrar este gran faltante en materia de lavado de dinero.

Usted menciona algo de cómo penalizar, digámoslo así, entre comillas, a los estados cuando no cumplen. Y creo que nos vamos encontrando en un sistema que tanto como usted,  como don Alejandro mencionaron, y es, no tenemos un sistema de pesos y contrapesos eficaz en los órdenes de Gobierno. No hay estímulos adecuados ante los cuales reaccionemos.

Lo que dijo don Alejandro Martí me parece muy claro. Efectivamente, puede acabar siendo un incentivo perverso el estar desarrollando operativos. O sea, hay una situación de urgencia, como la hay ahorita en Veracruz o en Acapulco, que la criminalidad se disparó bárbaramente. Como la hubo en Juárez o como la hay en Monterrey.

Viene el apoyo Federal y, efectivamente, es cierto, no hay incentivo para construir la propia policía y las propias instituciones. Es decir, el problema mal o bien, pero lo está enfrentando finalmente otro, que finalmente tendrá la culpa de lo que pase, si salen las cosas bien o mal, y no hay ese incentivo.

Yo ayer estuve en Ciudad Juárez y gente muy vinculada al tema de la ciudadanía, nos decía: Por favor no retiren la Policía Federal. Es que tiene que ir por grado.

Tenemos un compromiso de que también ustedes iban a construir la policía, y primero dijeron, que iban a ser seis meses y luego otros seis meses y luego otro año. Y llega un momento en que si no hacemos este esfuerzo de transición a lo local, nunca van a avanzar los temas de seguridad.

Es más, a veces se controla una situación, se retiran las Fuerzas Federales y vuelve otra vez el caos. No hay quién se quede a cargo de las cosas y sí es un problema de diseño de; es decir, nuestro sistema Federal tiene ese gran faltante.

A la hora de los derechos somos bien federalistas todos: me toca y me toca. A la hora de las responsabilidades somos muy centralistas. Es el tema de la seguridad. Pero vean el tema de la educación. Que se descentralice la educación. Muy bien.

Y fila de Gobernadores para pedir, para pagar los aguinaldos de este año. El caso de Oaxaca. Hubo un Gobernador que al salir, no digo cuál, pero elevó el aguinaldo de los maestros, creo que eran de 35 días a 120 días o algo así, o a 90 días.

Entonces, a la hora de los derechos fue muy estatal el asunto, muy Federal, pero a la hora de pagar los aguinaldos es muy central, porque nosotros tenemos que pagar.

Y, por cierto, no hay maestros estatales en Oaxaca, todos son Federales, lo cual es un absurdo, porque en todo caso se le concede la prerrogativa localmente, pero se paga centralmente.

La salud. La salud, también, está descentralizada. Lo deben prestar los estados el servicio de salud. Sin embargo, a la hora de los hospitales, por ejemplo, el apoyo y con mucho gusto lo damos, para hacer hospitales.

Ya hemos hecho, como lo decíamos la otra vez. Más de mil clínicas y hospitales nuevos en cinco años. Ya está el hospital, pero por lo menos te tocan los doctores, las enfermeras, aquí está el recurso del Seguro Popular; se le pagan dos mil 600 pesos, más o menos, a cada estado por cada asegurado, pero hay hospitales o clínicas que no tienen médicos, porque tampoco los contratan.

Entonces, sí tenemos un problema en nuestro diseño constitucional, donde no funciona, muchas veces en los temas claves, el sistema de incentivos para actuar. Tenemos que corregirlo, pero, efectivamente, hay ese tema.

Es importante el Código de Procedimientos Penales, estoy de acuerdo. Y creo que tenemos que impulsarlo con toda la fuerza entre todos.

Hay varios temas que mencionó la señora Wallace. Las figuras del Código de Procedimientos pueden ser, creo que muy, muy novedosas; tanto Alejandro Martí, como ella lo mencionaron, y creo que el código, si lo aplicamos, va a ser muy importante para avanzar en el tema de justicia.

Este paso de los criminales del narcotráfico tradicional a la violencia de todos los días, yo creo que eso es lo detona la preocupación de todos. Es decir, si nada más se dedicaran ahora así que a meter la marihuana o la cocaína a la cajuela. En fin. No tendríamos. En fin. Es otro problema de seguridad que tenemos.

El problema es que ahora intimidan, secuestran, extorsionan, y se han ido apoderando de nuestras comunidades. Yo hablaba el 1 de septiembre, citando a varios teóricos del crimen organizado, que toman una metáfora de la biología. Como decía don Javier, las metáforas siempre son equívocas, pero pueden ser descriptivas, y éste, también, es el caso.

Que pasa de un periodo simplemente predatorio el crimen, donde es a nivel de bandas y pueden ser controladas por la policía local. Luego, pasan a otro nivel, en donde se inoculan, digamos, en las instituciones de seguridad pública, y donde empiezan a tomar cierto control o dominio dentro de las propias instituciones.

Y, finalmente, pasan a un nivel totalmente simbiótico, donde ya la autoridad estatal, o la autoridad policíaca o ministerial, y el crimen es exactamente lo mismo. Es decir, la gente que es secuestrada o extorsionada, es por el judicial o es por el policía de ahí. Y va al Ministerio Público y denuncia, y no está llegando a su casa cuando ya le están hablando: Óyeme, te dije que si denunciabas te iba a llevar el tren, etcétera, porque en el propio Ministerio Público les dieron ese aviso.

Entonces, cómo hay que frenar esa evolución criminal.

Y estoy totalmente de acuerdo, tiene que ser por vías integrales, no sólo policiacas, y no principalmente policiacas.

La ley de geolocalización es una ley muy importante. En fin. Habrá que empujarla, efectivamente, ahí hay la solución a muchísimas cosas. Nos puede ayudar muchísimo a todos los niveles de Gobierno en la manera de perseguir los delitos.

En el caso de los juicios orales, ya hice el comentario del Código de Procedimientos.

En cuanto a lo que señala don Ernesto López Portillo, coincido en que el reto es descomunal y, ante todo, nacional.

Yo de las cosas que recupero de su intervención, que son muy valiosas todas, es:

Primero. Creo que el punto medular y muy interesante es la supervisión o el escrutinio de las fuerzas de seguridad, sobre todo las fuerzas militares.

Éste ha sido un momento clave en las discusiones dentro del propio Gobierno. Aún muchos de nuestros más severos críticos, por ejemplo, una de las cosas que nos han criticado, es no haber decretado un estado de emergencia o un estado de excepción, como marca el Artículo 29 Constitucional.

Dicen: Bueno, por qué no declaran de acuerdo con el 29 el estado de emergencia y la suspensión de garantías.

Una de las razones por las que no se ha hecho, es porque no podemos eliminar, a través de un estado de excepción los mecanismos, precisamente, institucionales y legales de control de las fuerzas del orden. Es decir, tiene que seguir prevaleciendo el Ministerio Público, tiene que seguir prevaleciendo el amparo, tienen que seguir prevaleciendo las garantías, tiene que seguir prevaleciendo la Comisión de Derechos Humanos.

Y en ese marco democrático, de garantías e instituciones que vigilan las garantías, es en el que tienen que operar. Así tiene que ser.

Y sí hay abusos, evidentemente, de las fuerzas públicas y la regla inquebrantable, que tienen que cumplir, sí es la instrucción, que tenemos, es que todo abuso tiene que ser castigado. Todo abuso.

Es, sería falaz decir que no los ha habido. Sí, por supuesto que los ha habido. Aquí hay víctimas, además, de esos abusos de fuerzas públicas, Federales y locales, pero todo abuso tiene que ser castigado y  la regla debe ser del Estado de Derecho.

Ahora bien, es cierto. Creo que dada la circunstancia y la magnitud de la presencia de estas fuerzas, sí se requieren mecanismos adicionales de balance y de escrutinio, y que tienen que ser escrutinios ciudadanos en las fuerzas públicas.

Aquí, por ejemplo, desde la vez pasada comentábamos este tema, del auditor de la Policía Federal que sugiere don Ernesto. Es una figura, desde luego, interesante, y con mucho gusto voy a revisar la ley, que menciona que se presentó, aunque hay una figura, que es el Coordinador de Asuntos Internos de la Policía.

Yo le he instruido al Secretario, incluso, que veamos ahora el reemplazo del Coordinador de Asuntos Internos de la Policía Federal y que se consulte con las organizaciones de la sociedad civil acerca de la o las personas que los pueden desempeñar.

Nosotros tenemos, por ejemplo, candidatos, pero a mí, sí me gustaría que ustedes lo vieran. Y de lo que hablábamos, también, era cómo fortalecer esta oficina de Asuntos Internos para que, efectivamente, sea vigilante de la policía.

Es un Coordinador que no depende del Secretario, depende del Presidente. Yo lo nombro. En fin. Pero a mí sí me interesa que haya esta figura de auditoría.

Entonces, yo le pediría al Secretario que, por lo pronto, ponga a consideración de ustedes los candidatos que tenemos, para que nos den una opinión y también vemos cómo reforzar este tema de la cómo supervisar a la policía, y también cómo supervisar a las Fuerzas Armadas.

Es un tema, obviamente, bien complicado, pero tiene que ser. En una sociedad democrática, tiene que estar no sólo bajo el mando de una autoridad civil, en este caso yo, sino también bajo la supervisión de instituciones civiles.

Y por lo mismo, desde el Ministerio Público, la Procuradora, como la Comisión de Derechos Humanos, como los jueces, deben tener imperio, digamos, sobre la vigilancia de las Fuerzas Armadas, en su desempeño, para evitar la violación de garantías que, efectivamente, por supuesto, llegan a ocurrir, y por supuesto que las rechazamos.

Lo de los ciudadanos al Consejo Nacional de Seguridad Pública, por supuesto que lo hacemos. Efectivamente, como dice la señora, es una vieja demanda en la cual yo estoy de acuerdo y podemos hacer la propuesta para modificar la ley, sin menoscabo de que hemos invitado en cada sesión de Consejo a una u otra organización de ciudadanos preocupados por el tema de la justicia.
Finalmente. El padre Mario Humberto. Me parece que el testimonio de Juárez, se fue por ahí ahorita. Pero, la verdad, es muy valioso.
-SECRETARIO JOSÉ FRANCISCO BLAKE MORA: Perdón, Presidente.
Sí, tuvo que salir, porque ya tenía.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: La verdad, el testimonio de Juárez sí es valioso. Yo sí creo. Coincido con doña Clara Jusidman, es cierto, pueden ser como lunares todavía. O sea, Juárez es una mancha urbana y demográfica, yo diría avasalladora.
Pero, finalmente, esos lunares; esos, son como tejido que se va recomponiendo. Y sí, le hemos metido muy fuerte, por lo menos a 10 espacios públicos reconstruidos; básicamente, canchas de americano, unidades deportivas, etcétera; como a centros comunitarios, donde se está haciendo lo que decía el padre, y yo creo que están dando resultados.

Obviamente, todavía no es suficiente, pero creo que sí tenemos que diseñar una especie de prototipo de reconstrucción de tejido social. Y aquí me paso a lo que mencionaba, precisamente, doña Clara Jusidman, que le agradezco. Además, son conceptos muy profundos que hay que tomar en cuenta, este tema de cómo las comunidades se han deteriorado y han resultado incapaces de contener, digamos, el fenómeno criminal.

Yo solía decir, sin conocer bien ese fenómeno sociológicamente, pero mi intuición era ésta. Parto de la misma premisa, no es posible tener un policía en cada esquina, nadie lo puede tener en el mundo.

La seguridad proviene de la propia sociedad, en la medida que la propia sociedad tiene, por una parte, una convicción de respeto propia, personal y comunitaria. Y, por otra, mecanismos societarios que hacen que no se presente la delincuencia. Creo que de los dos lados la tenemos rota.

Por qué no delinquimos. O por qué se no se delinque, por ejemplo, entre los presentes.

No es porque nadie tenga miedo de que lo vaya a agarrar la policía, esa es la verdad. No se delinque porque hay una convicción íntima, ética, personal, fundada en valores, o en creencias, o en atributos, lo que sea, que te dice, simplemente: Haz el bien y evita el mal. La vieja sindéresis.

Ahí debe estar, yo creo. De acuerdo. De acuerdo, a lo mejor, yo creo que hay que enfatizar mucho más. Yo creo mucho eso. Es decir, no es un tema; es decir, no es posible con pura policía hacer lo que la sociedad ya no puede hacer, y menos con pura Policía Federal, o puro elemento Federal.

Por eso, es un poco, también, nuestra aprehensión, pero el hecho es que la gente no delinque, la gente de bien, porque es gente de bien, no porque tenga miedo.

Y los valores en nuestra sociedad sí se han, en alguna parte se perdió el eslabón que hace que nuevas generaciones de muchachos, vaya, no tienen ni siquiera esa idea de bien y de mal. Como decía la señora Graciela, quieren ser narcos, quieren ser matones, quieren ser, y no porque quieran ser malos per se, sino que son, finalmente, los estereotipos que se van a imponiendo, porque, finalmente.

Los modelos aspiracionales, de los medios, es cierto. El matón éste es el que es efectivo, es el que trae el dinero, es el que tiene las muchachas más guapas, es el que los coches, las armas.

Y ese modelo aspiracional va ganando en la sociedad. Esa es la verdad. La banda.

Cómo revertir eso.

Es es una tarea colosal que requiere tejido social; y la otra, son las normas societarias,

Ciertamente, en las comunidades más arraigadas, cuando hay una amenaza el grupo, válgame la redundancia, se agrupa, se defiende. Pero la verdad es que en esta sociedad contemporánea, nuestras comunidades han pasado a ser totalmente de otra naturaleza.

Creo que los ejemplos que usted ha puesto han sido magistrales, los desarrollos habitacionales de decenas de miles de gentes, que terminan por ser aglomeraciones inhumanas.

Un poco es eso, y creo que se siguen reproduciendo esos modelos desgraciadamente, yo creo que hay que revisar, incluso, la política pública de autorización de esos desarrollos.

Pero sí hay una destrucción dentro de la sociedad que es el gran caldo de cultivo del crimen, para acabar pronto; es decir, la criminalidad no hubiera avanzado, probablemente, si hubiera esos valores en la sociedad mexicana y si hubiera esos elementos institucionales, societarios, que antes, y ya no ahora, impedían el crimen.

La escuela a la que fuimos nosotros, creo que es totalmente distinta de la escuela a la que van los niños hoy. Los fenómenos de bullying, los fenómenos de agresividad, de violencia, la propia, me han criticado por usar este ejemplo, pero sí creo en eso, creo que es más importante de lo que creemos, la propia vivencia de los niños en los videojuegos de mucha violencia, que aparte les generan una enorme tensión y un enorme estrés; también les van generando una predisposición agresiva. Hay que revisar, simplemente, esos puntos. No quiero tampoco hacer un juicio de valor sobre eso, pero sí creo que hay un problema muy, muy importante.

Salté, perdón, a la señora Graciela, a doña Graciela García Bringas. Tiene toda la razón en.

Primero. Las noticias buenas y las malas, es cierto. La mala es que todavía vamos muy lentos para los centros de control de confianza, que Quintana Roo no ha puesto ni siquiera el centro de control de confianza; San Luis está en esa dinámica.

Y que, aún con los que tenemos, nos tardaríamos, hacíamos la cuenta el otro día, como cinco años en poder pasar por una sola vuelta a los policías.

Por eso yo decía en el Informe: Vamos a hacer un compromiso para hacer más centros de control de confianza y que podamos revisar a todos los mandos superiores y medios, más la mitad de los operativos, en mayo del próximo año.

Y estamos tratando de orientar los recursos que tenemos para que en lugar de que nuestros poligrafistas revisen a policías directamente, mejor revisen a otros poligrafistas y hagamos una pirámide operativa que nos permita, rápidamente, hacer los controles de confianza más fáciles.

En el tema de la Cédula de Identidad. Admito nuestra responsabilidad. La verdad es que hemos fallado, traíamos un impulso fuerte y el desgaste político de la Cédula fue terrible.

El Congreso primero nos prohibió usar recursos, luego nos controvirtió la Cédula. Apenas la acabamos de ganar en la Corte. Nosotros queríamos tener Cédula para todos los ciudadanos de una vez y estamos empezando por los niños. Y aún en eso vamos bajos.

Necesitamos colocarle más recursos a la Cédula, pero todo eso es para decirle que sí es una falta nuestra, que aunque hay razones ahí de política pública, como se las explico. Tenemos que acelerar ese paso.

Doña Clara. También veo el tema de los precios del Penal de San Cristóbal. No lo traía yo en conocimiento, y qué bueno que me lo dice para ver de qué se trata y en qué podemos ayudar.

Y, finalmente, lo que diría es, estas acciones que usted sugiere, que me parecen muy, muy importantes. Cómo recuperar, cómo preservar los espacios donde todavía funciona la comunidad.

Y creo que lo importante es respetar la comunidad y poner mucha atención en los valores.

Cómo recuperar la ruptura de los barrios.

Creo que eso va a ser imposible revertir ese fenómeno, pero todavía estamos en una interrogante. Yo estaba muy en la idea que usted, que decía. Estaba muy en la idea de esto y qué bueno que hubiera maestros de guitarra, y maestros de teatro, etcétera, pero no había agarrado el concepto de cómo dirigirlos para que integren el tejido social.

Es cierto eso. Eso es más de entretenimiento, no es suficiente. Si usted nos ayuda para poder orientar eso.

Nosotros lo estamos tratando de hacer a través de SEDESOL. Aunque, la verdad, éste es otro ejemplo de cierta disfuncionalidad de nuestro federalismo. Al final de cuentas, el parque público, el centro comunitario, corresponden al municipio. Pero, por desgracia, no se está haciendo ni parque público ni centro comunitario en el país.

Cuál es el mecanismo que le hace falta a la sociedad para que quienes gobernamos, en el nivel que nos toca, cumplamos con eso. Nos hace falta ahí un eslabón en el cual el ciudadano puede exigir cuentas y llamar a cuentas al gobernante; y ese eslabón, desgraciadamente no lo tenemos. Y nos lleva finalmente al tema original.

Aquí hay una brecha enorme entre ciudadanía y Gobierno, que hay que ver cómo la cerramos. Creo que un punto para cerrarla era el tema de Reforma Política, particularmente, el de reelección legislativa, de alcaldes, ese hubiera por lo menos acercado a los gobernantes. Al Alcalde, por ejemplo, lo hubiera acercado a las comunidades a fuerza. No era suficiente, desde luego, pero era un mecanismo.

Qué otro podemos hacer.

Tenemos que generar más espacios como éste para que la ciudadanía participe. Creo que los gobernantes tenemos que hacer, también, un aprendizaje de las cosas que se tienen que hacer en tejido social.

Y terminaría simplemente con esa reflexión, coincidiendo en los puntos que usted señala: el desarrollar el tejido social en comunidades provenientes de distintos territorios. Esa es la regla. Esa es la regla en la Ciudad de México. Esa es la regla de Chalco. Esa es la regla de Chimalhuacán. Esta es la regla de Juárez, y la regla de Tijuana y la de Matamoros, y la de Reynosa, y la muchos lados.

Creo que hay que hacerlo a partir de una técnica bien hecha, de centro comunitario, espacio público, escuela, universidad, centro de salud y que sea una especie de regla homologada de lo que tenemos que hacer los gobiernos. Y donde ya está afectada por la violencia, tiene que ser lo mismo, sólo que en curso intensivo.

Termino, señalando que comparto este punto de vista. Recibo, acuso, recibo, digamos, del mensaje de que el Estado tiene que demostrar, con hechos, que tiene como prioridad la parte preventiva, más que la correctiva.

En honor a la verdad, el problema ha sido tan grande y tan explosivo, el de la violencia criminal, que hemos tenido, ciertamente, que atacar con mucha intensidad la parte de contención. Pero, qué duda cabe, habrá que trabajar totalmente en la prevención.

Hay mucho, hay mucho. Por otra parte, utilizando la palabra de doña Graciela, hay muchas, también, cosas buenas. Las buenas es que todavía la enorme mayoría de comunidades en México no han sido asoladas aún por este fenómeno de violencia criminal.

Es decir, la gran mayoría de municipios de México no registran este fenómeno de violencia. Nosotros el registro que tenemos es, más o menos, en cada semana, el número de municipios que tienen al menos un homicidio es, más o menos, alrededor de 120 en el país. Y los que tienen dos homicidios son, aproximadamente, quizá, la mitad.

Pero, el resto, los más de 2 mil municipios restantes son, finalmente, municipios estables. Y ahí es donde tenemos que hacer toda la parte preventiva. Los gobiernos que puedan aplicar toda su fuerza a la parte preventiva, la deben hacer. En otros casos, sí, evidentemente, tenemos que enfatizar esto.

Finalmente. Me llevo los documentos que personalmente me entregaron los deudos de las víctimas, que todos son también víctimas. Mi compromiso es personalmente revisarlos, éstos, los que me reciben. Platicar con la Procuradora, las Procuradoras, más bien, ahora, los Secretarios, para poderles darles atención, y seguir abierto, en la plena disposición de seguir dialogando.

Si hubo un mal entendido respecto de formatos, de restricciones, pido una disculpa. Nuestra idea no era esa. Era tratar de ser mucho más inclusivos, pero nuestra idea es seguir trabajando en las mesas, en la plaza pública.

Y, realmente, desearles suerte a todos ustedes porque su objetivo de visualizar, de que las víctimas se visualicen, y que nos han enseñado, ahora, también, es nuestro objetivo, y estamos empeñados en ello.

Muchas gracias a todos.

Buenas tardes. 

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