A las 20 horas con un
segundo del próximo 28 de febrero de 2013 Benedicto XVI dejará de ser Papa por
"falta de fuerzas". En ese momento se declarará la Sede Vacante, es
decir el tiempo que transcurre desde que un Papa fallece, o en este caso
renuncia, como ha anunciado Benedicto XVI:
Esa noche Benedicto
XVI se trasladará a la residencia de los papas de Castelgandolfo y una vez
elegido el nuevo papa Benedicto XVI tiene previsto pasar el resto de sus días
en un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano.
Al dejar el cargo y tras su renuncia, Benedicto XVI "no tendrá ningún cargo de gobierno" dentro de la Iglesia.
Sin embargo, va a mantener sus prerrogativas como Papa emérito y puede administrar sacramentos en cualquier parte del mundo sin pedir permiso a nadie; aunque como sabemos él ha manifestado su voluntad de ingresar a un monasterio de clausura para dedicarse a una vida de oración.
¿Y que sigue?
No existe una ruta
establecida para el relevo de Benedicto XVI, sólo en caso de muerte.
En la legislación
eclesiástica no hay nada contemplado para una situación como ésta. Es decir,
hasta el día 28 de febrero, a las 20.00 horas, el papa seguirá siendo o la máxima
autoridad de la Iglesia y será él quien decida junto al Consistorio cuáles son
los pasos a dar.
Ahora bien las funciones del papa no son asumidas por nadie; solamente la administración ordinaria puede ser desarrollada por un colegio de tres cardenales que asumen en rotación los diferentes asuntos. A la muerte del papa todos los cardenales presidentes de las congregaciones de la curia romana y el Cardenal Secretario de Estado dejan automáticamente sus cargos, a excepción del Cardenal Camarlengo, el cardenal vicario de la Diócesis de Roma y del Decano del Colegio Cardenalicio, quien debe convocar a un cónclave para elegir sucesor: es el caso de Angelo Sodano, exsecretario de Estado de Juan Pablo II; él fue elegido por su antigüedad en el cargo de cardenal y fue nombrado directamente por el Papa".
Ahora bien las funciones del papa no son asumidas por nadie; solamente la administración ordinaria puede ser desarrollada por un colegio de tres cardenales que asumen en rotación los diferentes asuntos. A la muerte del papa todos los cardenales presidentes de las congregaciones de la curia romana y el Cardenal Secretario de Estado dejan automáticamente sus cargos, a excepción del Cardenal Camarlengo, el cardenal vicario de la Diócesis de Roma y del Decano del Colegio Cardenalicio, quien debe convocar a un cónclave para elegir sucesor: es el caso de Angelo Sodano, exsecretario de Estado de Juan Pablo II; él fue elegido por su antigüedad en el cargo de cardenal y fue nombrado directamente por el Papa".
¡Y quién puede ser papa?
Cualquier católico varón
bautizado y célibe, aunque la costumbre es que sea un cardenal; pero si en dado
caso de que se eligiera a algún otro persona (varon), el siguiente paso es que los cardenales de
Roma deberán localizarlo y, si él acepta, tendrá que trasladarse a Roma, ser
ordenado sacerdote, luego elevado a obispo y, desde entonces, ser Papa.
El próximo papa podría ser
nombrado el 24 de marzo, en la Pascua cristiana, o domingo de Ramos.
La renuncia del papa
estararía decidida desde "hace muchos meses" y lo hizo tras el viaje
que en marzo de 2012 lo llevó a México y Cuba, indicó Gian Maria Vian, redactor
jefe del diario católico.
Se ha filtrtado en algunos
medios que quien si sabía de la renuncia era Angelo Sodano, decano del colegio
cardenalicio.
Leamos las palabras del
Cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, tras la declaración de
renuncia
Ciudad del Vaticano, 11 de
febrero de 2013
Le hemos escuchado con
sentimiento de perdida, casi incrédulos. En sus palabras hemos notado el gran
afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que
tanto ha amado. Ahora permítame decirle, en nombre de este cenáculo apostolico
–el Colegio Cardenalicio– en nombre de estos sus queridos colaboradores,
permita que le diga que le estamos más que nunca cercanos, como lo hemos estado
en estos ocho iluminados años de su pontificado.
El 19 de abril de 2005, si
bien recuerdo, al terminar el Cónclave yo le pregunté, con voz también azorada,
por mi parte: '¿Aceptas tu eleccion canónica a Sumo Pontífice?' Y usted no
tardó –también con azoramiento– en constestar diciendo que aceptaba, confiando
en la gracia del Señor y en la materna intercesión de María, Madre de la
Iglesia. Como María, ese dia dio su “sí”, e inició su luminoso pontificado en
el surco de la continuidad, de esa continuidad de la que tanto nos ha hablado
en la historia de la Iglesia, en el surco de la continuidad con sus 265
precedesores en la Cátedra de Pedro, en el curso de dos mil años de historia,
desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes papas
del siglo pasado, desde san Pío X al beato Juan Pablo II… santo padre, antes
del 28 de febrero, como usted ha dicho, día en que desea poner la palabra “fin”
a este su servicio pontifical, hecho con tanto amor, con tanta humildad, antes
del 28 de febrero, tendremos forma de expresarle mejor nuestros sentimientos;
así harán tantos pastores y fieles dispersos por el mundo, así harán tantos
hombres de buena voluntad junto a las autoridades de muchos países… además,
todavía en este mes tendremos la alegría de sentir su voz de pastor: el
miércoles, en la calebración de la Ceniza, después el jueves, con el Clero de
Roma, en el Ángelus de este domingo, en las audiencias del miércoles, habrá
muchas ocasiones todavía para escuchar su voz paterna… Su misión, sin embargo,
continuará: ha dicho que estará siempre cerca con su testimonio y con su
oración. Cierto, las estrellas en el cielo continuarán siempre brillando y así
brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado. Estamos
cerca de usted, Padre Santo y bendiganos.
Traducido del italiano por
Rocío Lancho García
Traduciión de la agencia
Zenit.org
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