La
decisión de Benedicto XVI ha tomado al mundo entero por sorpresa.
Las reacciones no se han hecho esperar:
El
primer ministro italiano, Mario Monti, ha señalado que está
"conmovido" por la decisión y que "es una noticia
absoluta". En cuanto a si el cambio de Pontífice supondrá un cambio en la
relación con el Estado italiano, Monti ha pedido más tiempo para "conocer
los hechos" y poder así "comentar un tema tan importante y
profundo".
La
curia italiana ha mostrado también su sorpresa. "Como un trueno en el
cielo sereno ha resonado en esta aula su conmovedor mensaje", fueron las
primeras palabras del cardenal decano Angelo Bagnasco, presidente de la
Conferencia Episcopal Italiana (CEI). "Hemos escuchado sus palabras con un
sentido de desconcierto y casi del todo incrédulos", añadía el mensaje,
que interpretaba el sentir de todos los cardenales.
François Hollande, presidente francés calificó de "respetable" la decisión
papal, pero poco más. "No me corresponde a mi hacer comentarios sobre esta
decisión que pertenece a la Iglesia. No tengo que decir si está bien. Es una
decisión que refleja una voluntad que tiene que ser respetada", declaró el
presidente galo a la prensa en Pierrefitte-sur-Seine, a las afueras de París.
El
Gobierno alemán también se ha mostrado "conmovido" por la renuncia de
Benedicto XVI. La canciller Angela Merkel expresó su "más profundo
respeto" por la decisión, y calificó a Benedicto XVI de "uno de los
más importantes pensadores religiosos de nuestro tiempo".
El portavoz del gobierno germano Steffen Seibert había expresado
"el máximo respecto por el Santo Padre y lo que ha hecho, sus
contribuciones a lo largo de su vida a la iglesia católica. Ha sido el cabeza
de la iglesia católica durante casi ocho años. Además, ha dejado una huella muy
personal como pensador al frente de la iglesia y como pastor. Cualesquiera que
sean las razones para esta decisión deben ser respetadas".
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